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Las fugitivas del desierto-Por Susana Yappert, desde Neuquén

Valeria Flores nació en Capital, pero su familia se radicó en Neuquén cuando ella era
muy pequeña. Macky Corbalán, nació en Cutral Có. Ambas son ánima y parte de un
grupo de mujeres que -en Neuquén capital- ejercen activismo lésbico- feminista.
“Fugitivas del Desierto” nació en 2004 como grupo de reflexión que emergió de una
necesidad muy concreta: profundizar en el mundo del lesbianismo. Hicieron su nido
para contar sus historias personales, sus secretos. Todas compartían vivencias: el
camino transitado en sus hogares y en su mundo laboral a la hora de hablar de sus
preferencias sexuales: el parirse ante su propio ser y ante una sociedad desde una
identidad distinta. Un sendero recorrido con sinuosidades y no exento de
discriminación.
Cuenta Valeria que ella venía de un grupo feminista, pero que en un momento ese
espacio se le hizo estrecho y buscó, inventó uno nuevo: “necesitaba un territorio en el
cual pensarme como lesbiana. Sabía que no era la única. De hecho, comenzamos a
trabajar la idea dentro de un grupo de amigas. Nos empezamos a juntar con otras chicas
que tenían inquietudes similares y que queríamos hacer algo más que nuestras reuniones
de corte amistoso. Por eso decidimos transitar un camino con tinte político, para abordar
nuestra identidad sexual.

- Pero ¿qué dimensión abre lo político?


- Creemos que, en general, la sexualidad es lo más naturalizado que hay. La sexualidad
aparece en la cultura como algo natural y dado, y la idea de politizarla consiste en
ponerla en una red de relaciones de poder para demostrar que todo esto que aparece
como dado es construido. Hay una norma que es la heterosexualidad, y esta
heterosexualidad es heteronormatividad. En esta situación, todos los que se corren de la
norma son silenciados o castigados.
Cuando se formó el grupo, lo llamaron grupo de reflexión de lesbianas y su punto de
partida fue saber qué motivaciones e inquietudes tenía la población de lesbianas de
Neuquén. Hicieron una encuesta que se repartió de mano en mano a 100 personas y tuvo
una devolución de un 70 por ciento. La idea era hacer un sondeo de las condiciones en
las que vivían las lesbianas en esta parte de la Patagonia.
El resultado, develador. Neuquén experimentó y experimenta un crecimiento sostenido.
Se ha convertido en una de las grandes ciudades del interior y en polo de migración
interna, a la que llega gente cotidianamente y no sólo por motivos económicos, según lo
mostró este sondeo.
“Muchas lesbianas habían llegado aquí de otras provincias y huyendo- relata Macky-. El
anonimato te permite vivir tu sexualidad de modo más libre. Supimos que hay muchas
lesbianas en el ámbito docente, pero aclaremos que nosotras llegamos a indagar a un
sector social determinado”.

Algunas cifras
El 75 por ciento de la muestra se considera lesbiana, el resto, bisexual. El 38 por ciento
del total son docentes y el 23 por ciento empleadas. El 77 por ciento tienen estudios
terciarios y/ o universitarios. El 31 son de Neuquén y el 21 de provincia de Buenos
Aires. El 12 por ciento de estas últimas llegó a la capital para vivir su sexualidad más
libremente. El 67 por ciento del total está en pareja y el 84 por ciento no tienen hijas o
hijos. De las que tienen, la mayoría no saben que sus madres son lesbianas. En el 77 por
ciento de los casos, la familia de origen sabe que son lesbianas y el 28 por ciento lo
supone.
En cuanto a situaciones de discriminación, el 34 por ciento ha padecido el “secreto a
voces” y rumores, el 20 por ciento un cambio negativo de conducta cuando se enteran
que es lesbiana o bi; al 18 por ciento la han insultado en la calle y un 18 por ciento
recibió chistes denigrantes, tanto por parte de mujeres como de varones. Los insultos
más usados: ”tortilleras”, “tortas” y “mal cogidas”. El aislamiento y la depresión son
dos de los problemas de salud más frecuentes entre las encontradas. El 75 por ciento ha
hecho terapia psicológica.

- Fugitivas del desierto…Fugarse…Desierto…¿ Por qué?


- Escribimos en un panfleto: “Así como en la Edad Media se escapaban del sistema de
señorío, las lesbianas nos escapamos de a una de la heterosexualidad (Monique Wittig
escritora lesbiana). Fugitivas escapando de la compulsividad heterosexual, esa forma se
de sexualidad que se impone y sostiene como obligatoria. Fugitivas desafiando la
presunción heterosexista, por eso nos llamamos lesbianas. Fugitivas porque huimos de
la clase “mujer” como construcción patriarcal, pero compartimos la opresión con todas
las demás mujeres. Fugitivas luchando contra la lesbofobia, el silencio, las diversas
formas de violencia e invisibilización. Fugitivas porque nuestros itinerarios son
inciertos y, a su vez, situados. Neuquén es un paisaje que, en el imaginario social, está
asociado al desierto. El desierto patagónico es producto del imaginario del viaje
imperial, y se fue constituyendo como el lugar ideal donde actualizar fantasías
masculinistas y heterosexistas. Por lo tanto, el desierto así como la heterosexualidad,
tampoco es un paisaje del orden de lo “natural”. Desierto y heterosexualidad son
construcciones sociales que nos imponen la naturaleza como principio normativo y
sobredeterminado. Son paisajes sociales cargados de significaciones políticas. Por eso
somos fugitivas del desierto, lesbianas que huyen de esa construcción política del
desierto como naturaleza, de la heterosexualidad como destino biológico.

El hilo con lo político


Tender este hilo las ató al orden de la cultura y- obviamente- al del discurso. Empezaron
haciendo algo al estilo de los grupos de autoconciencia de las feministas de los 70'. Se
contaban lo que les pasaba por el hecho de ser lesbianas en la calle, con amigos, en el
trabajo, con la familia. Paralelamente, se nutrieron de material teórico, materiales
clásicos sobre feminismo o lesbianismo. Interesadas en cuestiones vinculadas a sus
derechos y con los de otras mujeres que viven discriminación o experimentan
desigualdades de cualquier orden, focalizaron en la educación. Donde todo confluye y
todo nace.
Valeria es docente de sexto grado de un colegio situado en un barrio marginal de
Neuquén capital. “Allí impera un discurso fuerte. Los estereotipos de género están muy
marcados. Te corrés y todo se mueve alrededor”, destaca. Allí, organizó un taller de
sexualidad. Una ventana. “Es la primera vez que hago esta actividad. En la primera
clase hice que las mujeres actuaran de varones y los varones de mujeres. Fue increíble la
resistencia de los varones para hacer el juego. Mi taller me sirvió para ver cuán fuerte es
la cultura en este sentido”.

-¿Y cómo fue esto de hacer público tu lesbianismo y ser docente ?.


- Cuando empecé a decirlo, cuando decidí salir del armario en cada relación que
establecía, tuve de todo, incluido el rechazo, las resistencias. En el ámbito laboral-
siempre trabajé en contextos más empobrecidos- me pasó que aparecieron mamás
preguntándome por qué yo les transmitía “mi problema” a su hija; otras me
cuestionaron, me preguntaron si eran verdad y también me pasó que un padre me
increpó, vino muy enojado y me dijo que era un enferma y que no tenía por qué decirle
a su hijo que yo era lesbiana. Me culpó prácticamente de la decadencia de occidente y
cuando hizo un silencio le dije que yo tenía tanto derecho como él a vivir mi vida, pero
que- fundamentalmente- le dije que yo era activista y que mis alumnos me iban a ver
por la tele o en la radio, o en algún acto y si yo no me sinceraba con ellos no era bueno,
en vista a mi grado de exposición. Se aplacó un poco. Me dijo que él y sus amigos
hacían fiestas con lesbianas, que él lo llevaba a su hijo en el camión para que
demostrara que era un varón y cosas por el estilo, pero como maestra yo no lo podía
decir a su hijo que era lesbiana. Yo no quería que el nene se fuera del taller, entonces le
propuse hacer una charla con su hijo para saber si su hijo tenía los mismos sentimientos
que él. Negociamos que yo le iba a avisar cuándo trataríamos estos temas en el taller,
para que él decidiera si quería mandar a su hijo al taller o no. El chico siguió asistiendo.
“Imagináte que en la escuela siempre aparece la pregunta: “¿Seño tiene novio, tiene
marido, tiene hijos…?”. Y cuando yo asumí mi militancia, me propuse no ocultar mis
preferencias sexuales. Si ellos, los chicos, preguntan, yo les cuento. Tuve suerte porque
la directora siempre fue muy respetuosa y siempre me apoyó. El taller es una invención
de Victoria, lo arma libremente. La respuesta fue heterogénea. Hay chicos interesados y
chicos que no. Y se encuentran con una maestra que no deja pasar nada. “Insultos,
cargadas, conductas cotidianas, juego, todo se revisa en mi clase. El lenguaje es el
primer escalón donde podemos transitar estas cuestiones. Yo entro en la clase y digo
“Buenos días chicos y chicas”. Me parece importante que empiecen a tomar conciencia
de ciertas cosas a esta edad. La idea de hacer de esto una militancia, de abordarnos
desde lo político tiene que ver con que estamos inmersas en una red de relaciones. Una
red de relaciones que- obviamente- no está exenta de la temática del poder…”

“En el mercado del deseo cualquiera puede elegir”


“Nuestro activismo es diferente al de la CHA- aclaran- Nos movemos en un campo más
artístico, dentro de un lenguaje abierto y en ese universo apuntamos a problematizar, a
reflexionar dentro del orden del lenguaje. Muchas lesbianas somos docentes. Queremos
abrir significados que están estancos, cerrados, que son herméticos. Nos importa el
territorio de los significados culturales y creemos que la política está en todo”, agrega
Macky, poeta y periodista.
“Las Fugitivas del Desierto” tienen un grupo de choque, “Las Trolas del Desierto”, se
trata – según ellas- de un activismo más pendenciero. Hacen pintadas en la calle.
Sorprenden el sentido común. Tiran mensajes. Botellas al mar. Pero sobre todo,
apuestan a la política y al arte como herramientas de denuncia y de cambio.
Hace unos días inauguraron una muestra fotográfica lésbica y hace unos meses hicieron
una campaña en la órbita del Ministerio de Salud para que ginecólogos y ginecólogas
cambien las preguntas claves de la consulta.“Te abordan en una entrevista, en un control
de rutina, con un interrogatorio netamente heterosexual y – entre los facultativos- muy
pocos son concientes de esta situación”.
El año pasado se realizó en la capital neuquina el primer festejo del orgullo gay de la
Patagonia, en él las Fugitivas se presentaron en sociedad para decir a todos que en este
sur hay muchas cosas por hacer, que ellas tienen derechos y que en el mercado del
deseo cualquiera puede elegir.

Fuente : Artemisa Noticias - 12-02-2007

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