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Lista de cotejo para observación

En instrumento de verificación. Es decir, este instrumento consiste en la revisión de ciertos


indicadores prefijados y la revisión de su existencia o de la ausencia de los mismos.

Nombre de la localidad:
Nombre de la institución:
Nivel educativo:
Grado escolar:
Asignatura o materia:
Tema tratado:
Hora inicial: Hora de término:

Los docentes y la educación de hoy


introducción.
La educación de los niños y jóvenes es un tema de vital importancia para toda época, y país,
pues para nadie es un secreto que según se eduquen los mas jóvenes así será el futuro de ellos,
en lo personal y de la Nación a la que ellos pertenezcan, en lo general.
Con esta idea en las mentes y un inmenso amor en nuestros corazones por el futuro de los
jóvenes de nuestro país, hemos realizado este Proyecto, conscientes de que este no es mas que
un pequeño aporte a la magna obra de reconstrucción de la sociedad en nuestra Cuba.
Es evidente que el sistema y la metodología aplicados actualmente en la escuela cubana no han
dado los resultados esperados. Si bien es cierto que existe un elevado número de egresados
universitarios, también se aprecian importantes fallas en el comportamiento individual y social
de las nuevas generaciones de cubanos.
Lamentablemente, el sistema educacional ha limitado la influencia de la familia en la formación
de los niños y jóvenes, centrándose más en la instrucción que en la educación.
Son estas razones las que nos han motivado a presentar este Proyecto, con el cual aspiramos a
colaborar, modestamente, en la modernización del actual sistema de enseñanza.
Este no será un extenso tratado pedagógico, sino todo lo contrario, un seminario sencillo que
con palabras claras ofrezca a los maestros que tienen en sus manos esta labor, recomendaciones
que lo ayuden a lograr de sus clases el máximo de desarrollo de sus educandos, de manera que
los preparen para que logren la mejor y más completa formación. Dejen sembrada en ellos la
semilla de la investigación, que los motive a lo largo de toda la vida a buscar las respuestas a
sus preguntas y saber saciar las ansias de conocer, propias de todo hombre y mujer plenamente
desarrollados y no quedarse en el ser consumista de las ideas y respuestas que otros les
ofrezcan. Desarrollando la capacidad de pensamiento independiente, de valoración y de una
correcta  expresión oral, son los objetivos finales de una completa formación.
Para lograrlo el maestro necesita de una serie de premisas:
Tener la vocación para educar, un amor profundo y un respeto sin límites hacia su labor y hacia
sus alumnos.
Dominar a profundidad la materia que imparte y sentirse día a día motivado a investigar y
profundizar en el conocimiento.
Y no menos importante, dominar los métodos y técnicas de la enseñanza que le ayuden a llegar
a todos y cada uno de sus alumnos teniendo en cuenta las diferencias individuales.
De este modo la escuela debe convertirse en una institución que atesore las principales fuentes
del conocimiento, las teorías de enseñanza más avanzadas, los espacios de debate más abiertos;
la disciplina y el respeto que garanticen el total desarrollo de todos.  En fin el crecimiento
humano de alumnos y maestros.
 
una escuela de hoy
La vocación del maestro.
Cuando nos referimos a una escuela de hoy no nos estamos refiriendo a la escuela al campo ni
en el campo, estamos muy lejos de ello. Así llamaremos a lo que queremos convertir las
escuelas actuales, escuela de hoy, lugar de encuentro de educadores y educandos para de la
mano adentrarse en el mundo del conocimiento y la cultura, de la ética y los principios que
rigen el mundo de hoy.
La vocación a la enseñanza es la base sobre la que se construirá este proceso y cuando nos
referimos a la vocación no podemos dejar de mencionar el amor, el maestro de vocación ama su
profesión, vive para ella y para los que son objeto de su labor: los alumnos. A las aulas no deben
ir a enseñar nadie que no sienta este amor, porque el amor será el único que garantizara que esta
labor sea exitosa. La vocación de servicio del maestro lo llevara cada día a su aula a dar lo
mejor de sí para alcanzar su meta final: contribuir a formar hombres y mujeres del mañana,
pensantes y capaces de asumir el roll protagónico de sus vidas.
El respeto es otro componente esencial, el maestro debe sentir un respeto enorme por si mismo,
que lo motive a ser ejemplo para sus alumnos por sus conocimientos y su ética, debe al mismo
tiempo ser conciente de lo que él representa dentro de este proceso de enseñanza y para la
sociedad en general. La imagen del maestro necesita una pronta recuperación, si se quiere
cambiar la escuela.
 los jóvenes a los que llaman alumnos.
Los alumnos, objetos de nuestra labor transformadora no pueden seguir viéndose como un
número componente de una masa amorfa a la que debemos hacer entrar por el carril. Tenemos
que ser capaces de reconocer cada rostro, cada nombre y cada vida en particular, pues de eso se
trata, cada uno de ellos es un ser individual y único al que debemos tratar y ver como un ser
humano particular, con sus propias características y dones y saber ayudar a cada uno a alcanzar
los objetivos de nuestra enseñanza de manera que nadie quede rezagado en este proceso.
En la escuela de hoy debe encontrar un espacio la fraternidad, esa que propicia el compartir lo
que se tiene con el otro desde los conocimientos hasta los medios de enseñanza, sobre todo con
aquel con menos recursos que no puede acceder a todos los instrumentos; como el libro, la
computadora, etc.; el ayudar al condiscípulo a realizar la tarea o entender un tema que no ha
sido totalmente asimilado, a realizar el proyecto de curso con que sé podrá fin a una materia.
Pero con mucho cuidado que esta ayuda fraternal no se convierta en paternalismo que mate todo
esfuerzo de superación personal o que por el contrario genere en el que ayuda un espíritu de
superioridad. Por el contrario esta ayuda fraternal debe estar complementada de la sencillez, la
modestia y sobre todo la compasión.
La labor formadora del maestro es extremadamente delicada pues no se puede perder de vista
que el objeto de su labor son seres humanos a los que si él sabe hacer bien su obra los ayudara a
superarse y ser cada vez mejores persona, pero si por el contrario su labor falla, estará creando
seres deformes que nunca alcanzaran su pleno desarrollo y sus mentes quedaran incapacitadas
para ejercer ese derecho natural del ser humano: pensar.
Por consiguiente su papel en la sociedad dejara de ser protagónico e individual para convertirse
en la masa, esa que se mueve según corran los vientos y que impulsa la voz de aquel que sé auto
denomina representante de ella. Esos no son los hombres y mujeres que pueden cambiar los
destinos de ninguna nación, que pueden trabajar por el bien común, ni que puedan asumir con
responsabilidad las funciones públicas para el bienestar de una nación en su conjunto.
Trabajemos juntos de modo que nuestra labor educativa contribuya a la creación de ese
Homagno generoso al que se refirió nuestro apóstol José Martí en su poema “Yugo y Estrella”.
Ese hombre capaz de llevar luz en la frente, capaz de crear y crecer.

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