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SUMARIO
1. PRINCIPIOS
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha establecido que el trabajo es un
hecho social que goza de la protección del Estado. En el artículo 89 ejusdem se establecen los
siguientes principios:
En cuanto a la intangibilidad diremos que la Ley Orgánica del Trabajo, establece un marco
jurídico para el contrato individual y el contrato colectivo de trabajo, que define el ámbito de
aplicación de los derechos de los trabajadores. Todas esas normas legales constituyen
derechos favorables a los trabajadores, pues las disposiciones de ella son de orden público y
de aplicación territorial. Estos derechos han sido atribuidos a los trabajadores y son intangibles,
incluso los estipulados en las convenciones colectivas del trabajo durante su vigencia. Se debe
rechazar todo intento de aminorar o menoscabar esos derechos. Esta es la tesis vigente en el
sistema jurídico venezolano. La intangibilidad da seguridad una vez que un derecho ha sido
consagrado en una convención colectiva. Se admite que ese derecho no puede ser aminorado
durante la vigencia de la convención colectiva, ni siquiera por una que se firme con
posterioridad al beneficio otorgado. Esta afirmación encuentra su respaldo el los artículos 508 y
511 de la Ley Orgánica del Trabajo. El primero hace referencia a la obligatoriedad de las
cláusulas firmadas, que se convierten en parte integrante de los contratos individuales de
trabajo. Entre ellas, las remuneraciones, que siempre sufren modificaciones y la misma jornada
de trabajo, sujeta a modalidades que dependen de la naturaleza del servicio prestado. Es por
esta razón que la Ley Orgánica del Trabajo, en el artículo 511 expresa que la convención
colectiva no podrá concertarse en condiciones menos favorables para los trabajadores que las
contenidas en los contratos vigentes.
2.- La irrenunciabilidad
El punto diseñado por el profesor Alberto Arria Salas, nos permite sostener que no es
conveniente para el trabajador renunciar a los derechos contenidos en la negociación colectiva.
Esta limitación la establece la Ley y procura el beneficio del trabajador. En el principio subyace
la idea de que las normas laborales, son de orden público eminente y de aplicación territorial.
Todo acuerdo o convención colectiva, tiende a mejorar el derecho del trabajador. La renuncia lo
que significa es la dejación de un derecho. El peligro de este acto va a consistir en la
incapacidad del trabajador que no discierne o no está conciente del derecho que le es
conferido, por lo tanto, le parece normal renunciar al derecho. No esta de más pensar que este
acto puede ser inducido y de algún modo manipulado para que el trabajador acepte renunciar a
un derecho que le es atribuido objetivamente. El autor Julio Armando Grisolia, en su obra
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, 5ta. edición, Editorial De Palma, año 2002,
Argentina, define ese acto como “la imposibilidad jurídica del trabajador de privarse
voluntariamente de una o más ventajas concedidas por el derecho del trabajo en su beneficio.”
Estamos de acuerdo con esta definición, porque en esencia es lo mismo que sostiene la ley,
reafirma la jurisprudencia en nuestro país. La posición de nuestro derecho, concordante con
esta definición, es que se estima nula “toda acción, acuerdo o convenio que implique renuncia
o menoscabo de estos derechos”. Pero además el texto constitucional dispone que en esta
materia “sólo es posible la transacción y convenimiento al término de la relación laboral, de
conformidad con los requisitos que establezca la ley” (Artículo 89, ordinal 2º, Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela).
Esta norma establece que sólo son posibles estos dos actos excepcionales cuando termina la
relación laboral. No podrá practicarse durante la vigencia de ella. Sin embargo, la Ley Orgánica
del Trabajo, expresó, en su artículo 3, que “la irrenunciabilidad, no excluye la posibilidad de
conciliación o transacción, siempre que se haga por escrito y contenga una relación
circunstanciada de los hechos que la motiven y de los derechos en ella comprendidos”. Le
agrega un tercer requisito, y es que la transacción celebrada por ante el funcionario competente
del trabajo tendrá efecto de cosa juzgada. Entre ambos textos existe una contradicción, porque
la Constitución establece una condición de que se extinga la relación, mientras que la Ley no
distingue. En tal eventualidad prevalece el texto constitucional. Pero, independiente de este
razonamiento, en el terreno de la vida real pueden las partes tener necesidad de resolver un
problema de cancelación o pago de derechos o de establecimiento de funciones en el trabajo,
que necesariamente no impliquen la terminación de la relación de trabajo. No sería posible
ningún acuerdo sobre el particular porque la Ley impone el criterio de que la misma debe
practicarse al término de la relación laboral. Aquí es donde surgen las simulaciones o actos
destinados a eludir la norma comentada. Las situaciones laborales incovenientes deben
resolverse de acuerdo con la ley.
Para todos es conocido que se celebran acuerdos en los siguientes escenarios: 1.- la
transacción; 2.- la conciliación; 3.- la mediación; 4.- el arbitraje; 5.- el desistimiento, que son
mecanismos ideados por el proceso ordinario para resolver necesidades en el seno de la
sociedad. Sobre este asunto hemos expresado en otra oportunidad lo siguiente:
“Ahora la Constitución establece que es posible la transacción y el convenimiento pero al
término de la relación laboral. En los juicios ordinarios laborales es factible la transacción o el
convenimiento como formas de autocomposición procesal. Ese acto no violaría la Constitución
pues la relación de trabajo ha terminado. En los casos de calificación de despido sería factible
dar fin a la relación procesal existente por voluntad de las partes. La Ley Orgánica del Trabajo
concede al empleador el derecho de dar por terminado el procedimiento si paga la
indemnización prevista en el artículo 125. También puede asumir la conducta prevista en el
artículo 126, al hacer el despido y pagarle al trabajador la indemnización prevista en el artículo
antes mencionado. No se permite la renuncia anticipada de los derechos laborales
consagrados en la Ley o en las convenciones colectivas. En este caso se trata de acuerdos
homologados siempre concertados en condiciones más favorables que las existentes. El Dr.
Alberto Arria Salas, en su obra Contratación Colectiva, hace un comentario sobre la
irrenunciabilidad del contrato colectivo de trabajo, al referirse a una sentencia de la Sala de
Casación Civil, Mercantil y del Trabajo de la Corte Suprema de Justicia (1966 y 1961) en los
términos siguientes:
“...Si allí se dice que ‘las estipulaciones del contrato colectivo se convierten en cláusulas
obligatorias o en parte integrante de los contratos individuales de trabajo que se celebren
durante su vigencia’ ello imposibilita, a quien ingresa a la empresa durante la vigencia de un
contrato colectivo, renunciar a la extensión, en su propio beneficio, del contenido de éste;
estipulaciones que si serían renunciables respecto a los trabajadores afiliados al sindicato que
lo celebró, como sería la tesis de casación, lo que revela el absurdo a que conduce la doctrina
que se analiza y también su inconsistencia.”
Se estipula en el ordinal 3º del artículo 89 de la Constitución vigente, que cuando hubiere duda
acerca de la aplicación o concurrencia de varias normas, o en la interpretación de una
determinada norma, se aplicará la más favorable al trabajador o trabajadora. Este es un
principio clásico de la interpretación de las normas laborales. Mediante él, puede el Juez
resolver la controversia acudiendo a esta orientación que le da el señalado principio. Después
de haberse derogado la Ley del Trabajo de 1936, en la Ley Orgánica del Trabajo que la
reformó, en el reglamento de ésta se estableció el mencionado principio.
El artículo 59 de la Ley Orgánica del Trabajo dispone: “En caso de conflicto de leyes
prevalecerán las del Trabajo, sustantivas o de procedimiento. Si hubiere dudas en la aplicación
de varias normas vigentes, o en la interpretación de una denominada norma, se aplicará la más
favorable al trabajador. La norma adoptada deberá aplicarse en su integridad”. Además el
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo consagra este principio en el artículo 8º del modo
siguiente: Los principios aludidos en el literal “e” del artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo
serán entre otros los siguientes:
“I) Regla de la norma más favorable o principio de favor, por virtud del cual si se plantearen
dudas razonables en la aplicación de dos o más normas, será aplicada aquella que más
favorezca al trabajador.”
Este es un principio clásico en el Derecho del Trabajo.
La Sala de Casación Social en Sentencia Nº 36. Expediente Nº 00-437, de fecha 8 de marzo de
2001, expresó:
“...que en el caso examinado no hay, a juicio de esta Sala, falta de aplicación del artículo 1982,
ordinal 2º, del Código Civil, pues dicha norma no es aplicable al caso de autos, porque las
disposiciones legales antes indicadas señalan en forma clara y precisa, sin lugar a posibles
dudas, que los derechos y las obligaciones de los patronos y trabajadores, con ocasión del
trabajo, se rigen por la legislación especial del trabajo, y cuando la ley especial tiene una
previsión legal concreta para regular el supuesto de hecho examinado, esa es la norma jurídica
aplicable. Sólo ante la ausencia absoluta de previsión legal en la legislación especial sobre un
supuesto concreto, se puede aplicar el derecho común que está excluido en este caso por las
normas especiales del trabajo. Además son principios generales relativos a la aplicación de la
ley, que la ley especial excluye a la ley general, que la ley posterior excluye a la anterior, que la
ley orgánica excluye a la ley ordinaria y en materia laboral, la Ley Orgánica del Trabajo es
especial, posterior y orgánica de tal forma que la existencia de una norma jurídica concreta en
la Ley Orgánica del Trabajo sobre prescripción, excluye la aplicación de la norma general sobre
prescripción breve contenida en el artículo 1.982, ordinal 2º del Código Civil.”
4.- Discriminación
La discriminación está prohibida por la Constitución vigente. Se sigue la línea establecida por el
Convenio Nº 11 de la OIT, relativo a la discriminación en materia de empleo y de ocupación,
que entró en vigencia el 15 de junio de 1960. Si partimos del significado de discriminación, se
encuentra que es cualquier distinción, exclusión o preferencia que tenga por efecto anular o
alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y en la ocupación. (Puede basarse
en la raza, color, sexo, religión, opinión política, origen social). También es discriminación
cualquier otra distinción, exclusión o preferencia que tenga por efecto anular o alterar la
igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación que podrá ser especificada por
el interesado. En cambio no se considera discriminación las distinciones, exclusiones o
preferencias basadas en las calificaciones exigidas para un empleo determinado. En tal caso
existe igualdad de oportunidades, se da margen a las cualidades del sujeto.
Es una lucha de las mentes más lucidas, de las personas más sensibles, de los países más
adelantados, de los organismos internacionales, que defienden los derechos humanos,
desterrar de sus medios la discriminación.
La profesora Marie Ange Moreau, en el informe que presentó en el Séptimo Congreso del
Derecho del Trabajo, celebrado en Estocolmo, entre el 4 y 6 de septiembre del corriente año,
menciona algunos aspectos que pueden ser de utilidad para nuestro trabajo en Venezuela. En
él señala que “la adopción del artículo 13 del Tratado de Ámsterdam es, sin lugar a dudas, una
etapa esencial de la construcción comunitaria: permitió la integración en el Tratado de la
jurisprudencia necesaria del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, relativa al
principio de la igualdad de trato y demuestra la voluntad de la instancia legislativa comunitaria
de ampliar las causas de discriminación condenadas por el derecho comunitario: origen racial,
origen étnico, religión, convicciones, discapacidad, edad y orientación sexual”
Como se dijo antes, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al citar en el
punto quinto del artículo 89, la prohibición de todo tipo de discriminación en el país, está
partiendo de la existencia de ese tema, es decir, la discriminación, que trata la Declaración
Universal de Derechos Humanos, La Convención de las Naciones Unidas Sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, la Convención Internacional Sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, Los pactos de las Naciones Unidas
de Derechos Civiles y Políticos y Sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como
en el Convenio Europeo para la Protección de los derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales, sustentan la norma constitucional comentada. En verdad se trata de un
aspecto fundamental de la sociedad moderna. Lo interesante no es sólo que los organismos
internacionales hayan recogido en sus asambleas el tema, sino que todos los hombres y
mujeres, trabajadores, participen en esa preocupación. Por supuesto la jurisprudencia de los
tribunales también contribuye a elevar el nivel de la discusión, para que se establezcan
enfoques, puntos de vista favorables a la no discriminación.
En esta oportunidad el informe de la citada profesora, trata de presentar la realidad de la
discriminación, el marco jurídico y las cualidades de las justificaciones, como lo indica con toda
propiedad. Los empresarios europeos en este caso, según la jurisprudencia, aducen algunas
razones para la conducta discriminatoria. Por ejemplo “las razones económicas objetivamente
justificadas, extraídas del estado del mercado laboral o de la situación económica de crisis en
un mercado.” He allí un motivo que da fuerza al acto discriminatorio. El otro aspecto
discriminatorio se refiere a las remuneraciones. Es decir, se establecen diferencias entre
mujeres y hombres en cuanto al pago del salario, sobre todo relacionado con las suspensiones
del contrato de trabajo, o bien por razones de antigüedad. La idea de la discriminación ocurre
porque existen trabajadores adeptos a la empresa y que el empresario se ve en la necesidad
de favorecerlos para compensarles la tendencia demostrada. Pero igualmente, existe
discriminación en el caso de las promociones o ascensos de trabajadores o trabajadoras a un
puesto superior. En este caso la discriminación proviene del empleador. Pero además, puede
tener lugar ella en el comportamiento de los propios trabajadores que desarrollan conductas
excluyentes frente a sus compañeros. Lo cierto es que la citada autora, de quien hemos
trascrito los textos antes copiados, menciona la necesidad de replantear el problema en un
terreno favorable para la no discriminación en el derecho comunitario europeo. En todo caso se
trata de lograr que la empresa ajuste sus costos, pero sin afectar el principio de igualdad de
oportunidades. Dice la mencionada profesora que las palabras claves en materia de ajustes
razonables son flexibilidad, cooperación y compromiso.
NORMAS INTERNACIONALES
“Varias de estas normas son conocidas como ‘fundamentales’ pues proporcionan el marco
necesario para mejorar libremente las condiciones de trabajo individuales y colectivas. Se trata
de las normas relativas a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación; a la
aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectivas; a la
abolición del trabajo forzoso; a la edad mínima de admisión al empleo; a la prohibición de las
peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, a la igualdad de
remuneración entre la mano de obra masculina y femenina por un trabajo de igual valor; y a la
no discriminación en materia de empleo y ocupación” Multidisciplinario para los Países Andinos
Esta Declaración de Principios se formula oportunamente como un mensaje dirigido al pueblo
latinoamericano, cuyas expectativas de empleo se ven interferidas por la globalización de la
economía, que se caracteriza por el descarte del trabajo subordinado y del ataque a la
negociación colectiva, que siempre ha resultado ser el símbolo del progreso para los
trabajadores. Es una medida urgente para éstos insistir en la libertad de sindicación, en el
sostenimiento de la negociación colectiva como fórmula sencilla de impulsar el progreso de los
trabajadores. Por esta razón, toda medida que in interfiera la libertad sindical, directa o
indirectamente, provenga de los empleadores o de los mismos trabajadores, constituye un
obstáculo al desarrollo social y a la unidad de los trabajadores por mejores condiciones
laborales”.
PLURALISMO SINDICAL
La división del movimiento obrero, en cualquiera de sus niveles, beneficia a los enemigos del
trabajador y de sus derechos. Favorece una dispersión innecesaria y antihistórica. Es decir,
que la lucha por la vigencia de la libertad sindical debe centrarse en la unidad de sus
trabajadores, en la jerarquización de los valores que la clase trabajadora debe conquistar. El
pluralismo sindical es permisible, jurídicamente admisible, pero a nivel de la unidad máxima,
que seria la Central de Trabajadores, de sus Federaciones y sus Sindicatos, la unidad tiene
que ser el denominador común. Eso sí, la unidad por la clase trabajadora, para la clase
trabajadora, de la clase trabajadora, con independencia de lo que cada uno piense
políticamente, que es otro máximo derecho humano: la libertad de pensamiento. Esta es la
conclusión que se deriva de los convenios internacionales adoptados por Venezuela.
Pero además, se debe descartar la idea de que el Sindicato sirva al empleador como
instrumento de dominación o como simple soporte de su política. Una política así obstaculiza el
propio desarrollo empresarial. Ocurre en determinados momentos que el empleador necesita
negociar aspectos puntuales de la producción con sus trabajadores. Quienes más conocen del
proceso productivo son los técnicos, los trabajadores. Estos pueden aportar soluciones para
ahorrar materia prima, o tiempo para la ejecución de la función. Ahora bien, esta cooperación
sólo se obtiene en un clima de confianza, de libertad, de unidad, un clima no discriminatorio.
En el sector privado existe una trayectoria sobre los temas antes mencionados cuya aplicación
ha permitido mejorar las condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La historia del
movimiento sindical venezolano indica que, en ciertos períodos de gobierno, ha sido obstruida
la libertad sindical por el gobernante de turno. Por otra parte, este movimiento sindical se
dividió desde el año de 1960, más por razones ideológicas y de política partidista, que por
razones atinentes a la libertad sindical o por reivindicaciones de los trabajadores. De repente el
movimiento sindical ha subordinado su lucha específica a intereses diferentes, siempre detrás
del mito de la ley. Pero esto no es lo más grave. Ahora se utiliza el conflicto como medio
político de cambio extraconstitucional. Para la historia del movimiento obrero los años 2001 y
2002 marcan una gestión lamentable, por completo ajena a los principios integrantes de la
libertad sindical. Véase el abrazo de un sindicalista y un empresario al inicio de un conflicto,
reflejado en los medios de comunicación, que es el símbolo más elocuente de la decadencia
sindical.
En nuestro país este movimiento sindical ha estado dividido. Por lo menos desde el punto de
vista formal. La ingerencia de factores extraños a la organización sindical ha desvirtuado por
completo, en algunos casos, la función o el papel de los Sindicatos y es por esto que no han
desarrollado una política propia, que reconozca, por ejemplo, que las normas internacionales
del trabajo “no sólo son un vehículo para trasladar los beneficios económico al progreso social,
sino también para generar efectos sociales que contribuyan al desarrollo económico”.
Otro de los adelantos en cuanto al derecho colectivo del trabajo se refiere, viene dado, sin duda
alguna, por la consagración del derecho a la negociación colectiva de todos los trabajadores
del sector público. La negociación colectiva del trabajo también estaba amparada en la
Constitución de la República de 1961, pero en forma parcial, porque sólo consagraba la
imperatividad de que la ley favoreciera el desarrollo de las relaciones colectivas de trabajo y
estableciera el ordenamiento jurídico adecuado para las negociaciones colectivas y para la
solución pacífica de los conflictos y únicamente estaba amparada a nivel constitucional la
convención colectiva.
Por último, también constituye un avance de significación la extensión del derecho a huelga a
todos los trabajadores del sector público, sin más limitaciones que las establecidas en la ley.
Esto representa una importante diferencia con la Constitución de 1961, no sólo por el hecho de
consagrar el derecho a huelga a todos los trabajadores venezolanos sin distinción alguna, sino
por dejar a la ley que regula la materia los límites al ejercicio de este derecho con lo cual la
Constitución de la República de 1999 vino a poner fin a una serie innumerable de problemas
jurídicos que se suscitaban por huelgas desarrolladas por entes del sector público y que
durante mucho tiempo se consideraron excluidos de este derecho, por lo cual su ejercicio no
estaba regulado en forma alguna.
El Derecho Colectivo del Trabajo está regulado en el Título VII de la Ley Orgánica del Trabajo
de 1997 y en su Capítulo I recoge las Disposiciones Fundamentales sobre la materia,
plasmando la necesidad de favorecer las relaciones colectivas armónicas entre trabajadores y
patronos, teniendo como objetivo la mejor realización de la persona del trabajador y el mayor
beneficio del mismo y de su familia, al tiempo de considerar que estas relaciones colectivas del
trabajo son un instrumento para el desarrollo económico y social del país. Teniendo en mente
esta finalidad el legislador consideró necesario que el Estado asumiera el deber de garantizar a
los trabajadores y a los patronos, el derecho a la negociación colectiva, que a partir de 1999
tiene rango constitucional, como ya indiqué, y a solucionar pacíficamente sus conflictos, así
como el derecho a huelga.
Mención especial merece la condición jurídica que el legislador le reconoce a las convenciones
colectivas de trabajo. Estas prevalecen sobre toda otra norma, contrato o acuerdo, siempre y
cuando beneficien a los trabajadores, y su extensión alcanza a todos los trabajadores, incluso a
los no inscritos en las organizaciones sindicales signatarias de la convención. Esta disposición
se encuentra en perfecta concordancia con las fuentes del Derecho del Trabajo consagradas
en la misma Ley y que establecen que para la decisión de un caso determinado se aplicarán
además de las disposiciones constitucionales y legales de la materia, en primer lugar, la
convención colectiva de trabajo o el laudo arbitral, si fuere el caso y es también una
manifestación del principio de progresividad de los derechos del trabajo que establece la
Constitución de la República de 1999.
Por otra parte, el legislador ha considerado primordial imponerles a todas las autoridades,
administrativas y judiciales, el deber de facilitar y de estimular la solución pacífica de los
conflictos laborales, el cual se ejerce mediante los mecanismos legales existentes, tales como:
la negociación, la conciliación, la mediación, la consulta y el arbitraje.
1. La Organización Sindical
En Venezuela, tanto los trabajadores como los patronos tienen derecho de asociarse en
sindicatos autónomos y permanentes y éstos, a su vez, el de constituir federaciones y
confederaciones con la finalidad de defender, desarrollar y proteger sus derechos individuales e
intereses, así como alcanzar el mejoramiento social, económico y moral de sus asociados. Sin
embargo nadie puede ser obligado a integrar un sindicato y, para formar parte de uno y ejercer
funciones de dirección y representación, basta tener determinada edad y un número de años
de residencia en el país, aplicable éste último sólo a extranjeros residentes. También se
reconocen como sujetos colectivos del derecho del trabajo y, por tanto, titulares de la libertad
sindical, a las coaliciones o grupos de trabajadores.
En cuanto a los sindicatos de patronos, se les reconoce tal carácter no sólo a éstos sino
también a otras organizaciones patronales o de asociaciones de patronos que cumplan
funciones de representación, siempre que tengan personalidad jurídica, tales como: cámaras
de comercio, federaciones, confederaciones, entre otras, y realicen un sencillo trámite ante la
autoridad administrativa. Igual carácter le reconoce la ley a los Colegios Profesionales, previo el
cumplimiento del trámite respectivo.
En general se consideran sujetos colectivos del derecho del trabajo todas las organizaciones
de representación colectiva de los intereses de los trabajadores y patronos, porque la
regulación legal no tiene carácter taxativo sino sólo enunciativo.
Para constituir un sindicato en Venezuela las personas gozan de la mayor flexibilidad, pues hay
sindicatos de varias clases con la finalidad de permitir la agrupación de todas las personas que
puedan tener intereses comunes, por ello además de los ya indicados sindicatos de
trabajadores y patronos, los primeros a su vez, pueden ser: de empresa, de profesionales, de
industria; y también sectoriales, por rama de producción de bienes y servicios. También pueden
estar clasificados atendiendo a un criterio geográfico: locales, estadales, regionales y
nacionales. Sólo se diferencian en cuanto al número de trabajadores necesarios para poder
constituirlos.
Mención especial merece dentro del sistema de protección el fuero sindical que impide que los
trabajadores sean despedidos, trasladados o de alguna forma desmejorados en sus
condiciones de trabajo, sin justa causa, declarada como tal por la autoridad administrativa, todo
con la finalidad de garantizar la defensa del interés colectivo y la autonomía en el ejercicio de
las funciones sindicales. Esto significa que los trabajadores que organicen un sindicato, que
participen en la elección de la junta directiva o que resulten electos miembros de la misma y
todos los que se encuentren involucrados durante la negociación o conflicto colectivo, están sin
más, bajo la protección del Estado, derecho que además está amparado por recursos
administrativos y judiciales.
Finalmente la disolución y liquidación de los sindicatos puede producirse por las causas
establecidas en la ley y mediante la intervención de la autoridad judicial.
Uno de los aspectos más importantes del Derecho Colectivo del Trabajo en Venezuela, lo
constituyen los conflictos colectivos que son medios para modificar las condiciones de trabajo,
reclamar el cumplimiento de las convenciones colectivas, o para oponerse a medidas de
cualquier índole que puedan perjudicar a los trabajadores, incluyendo las prácticas
antisindicales. La ley establece dos clases de procedimientos de solución de conflictos
colectivos: la autocomposición y la heterocomposición. En la primera categoría se encuentran:
la negociación, la conciliación, la mediación y la consulta. En tanto que en la segunda se
encuentran: el arbitraje y la decisión judicial.
La negociación colectiva y la conciliación establecidas en la ley son obligatorias y no puede
interrumpirse la prestación del servicio sin haberse agotado las mismas. No obstante ello, el
agotamiento de estas instancias, no menoscaba el derecho del sindicato de iniciar formalmente
un conflicto mediante la introducción de un pliego de peticiones, el cual puede tener carácter
conflictivo o conciliatorio, a juicio del solicitante.
Una vez agotados los procedimientos previos, los trabajadores pueden dar inicio al
procedimiento conflictivo mediante la presentación de un pliego de peticiones conflictivo ante la
autoridad administrativa, quien le dará aviso al patrono, en el cual el sindicato manifieste sus
planteamientos en relación con las condiciones de trabajo de los prestadores de servicios o
para que se celebre una convención colectiva o se dé cumplimiento a la ya celebrada. Una vez
presentado el pliego el sindicato no puede realizar nuevos planteamientos, salvo que se
refieran a hechos sobrevenidos.
Dos características importantes de esta etapa son que los trabajadores una vez iniciado el
conflicto, por breve lapso, no pueden suspender sus labores y también existe la posibilidad de
que se acumulen varios conflictos en uno sólo a fin de designar una sola Junta de Conciliación,
en todos aquellos casos en los cuales se planteen conflictos colectivos de trabajo en diversas
empresas que forman parte de una misma rama de actividad.
Si la conciliación no tiene éxito se puede ocurrir a una Junta de Arbitraje, cuyas decisiones son
obligatorias para las partes durante un determinado período, se basan principalmente en la
equidad, atendiendo a lo más conveniente al interés de las partes en conflicto y no tiene ningún
recurso administrativo, pero sí judicial, en casos excepcionales.
La huelga debe estar fundamentada en un reclamo sobre las condiciones en que se presta el
trabajo, para que se celebre una convención colectiva o para que se dé cumplimiento a ella y el
sindicato o la coalición deben representar a la mayoría de los trabajadores, haber agotado los
procedimientos previos legales y contractuales y notificar a las autoridades a fin de evitar
alteraciones del orden público.
En caso de duda acerca de cuál es el sindicato más representativo a propósito de una eventual
huelga o conflicto colectivo, la autoridad administrativa organizará un referéndum sindical en la
forma establecida en la ley.
Hay que destacar que su ejercicio no perjudica el tiempo de servicio del trabajador. También
deben mantener los trabajadores del sector público y del sector privado, los servicios
indispensables relativos a la salud de la población o a las instituciones, o a la conservación,
mantenimiento de maquinarias y seguridad de la empresa, establecidos en el convenio
colectivo y a falta de éstos en la ley. Si las partes no han acordado en el convenio colectivo
cuáles son los servicios indispensables, pueden acordarlo ante la autoridad administrativa y en
caso de desacuerdo pedirle a ésta que los fije y contra esa decisión las partes tienen recursos
administrativos y judiciales. El incumplimiento de esta obligación hace la huelga ilegal y se
considera además una falta grave que puede acarrear la sustitución de los trabajadores
responsables. Similar regulación se encuentra en varios países latinoamericanos. En lo que
respecta a la huelga en vehículos éstos tienen disposiciones especiales que la regulan.
La convención colectiva tiene efectos jurídicos obligantes y pasa a formar parte de los contratos
individuales de trabajo, aun de aquellos que se celebren con posterioridad a la entrada en
vigencia de la convención, pero se deja a salvo la posibilidad de excluir de su ámbito de
aplicación a los trabajadores de dirección y los de confianza, aunque las condiciones de
trabajo, derechos y beneficios que disfruten no pueden ser inferiores, en su conjunto, a los que
correspondan a los demás trabajadores. En tanto que los representantes del patrono, están
excluidos, en principio, simplemente en razón de que tienen sobre sí un conflicto de intereses,
aunque en el sector privado el patrono puede incluirlos, no así en el sector público donde la
prohibición es absoluta. Igualmente sus efectos alcanzan a todos los trabajadores estén o no
afiliados al sindicato que la haya suscrito, y también abrazan sus efectos a aquellos
trabajadores que laboren en sucursales ubicadas en zonas geográficas distintas, salvo pacto
en contrario, en razón de las particularidades del trabajo en esas áreas.
Esta última cifra representa apenas la mitad del número de convenciones colectivas que se
celebraron en 1980.
Las estadísticas de las convenciones colectivas celebradas incluyen las ramas de actividad, las
diversas zonas geográficas y el sector público y privado, tal como se expresa en las tablas
siguientes:
Por otra parte la convención colectiva no puede desmejorar las condiciones de trabajo de los
prestatarios del servicio, establecidas en contratos de trabajo o convenciones colectivas
anteriores, salvo que las modificaciones aprobadas en realidad constituyan cambios que en su
conjunto sean más favorables para los trabajadores. En estos casos basta con señalar en el
texto de la convención colectiva cuáles son los beneficios canjeados y los motivos del cambio.
Mención especial merece el derecho que tiene el patrono que se encuentre en dificultades
económicas, de presentar un pliego de peticiones en el cual solicita la modificación de las
condiciones de trabajo. En este supuesto la autoridad administrativa emplea la conciliación
como medio idóneo para alcanzar un acuerdo entre las partes y si se logra el mismo, la
convención colectiva queda reformada durante el resto de su período de vigencia y puede ser
prorrogada si persisten las circunstancias que la motivaron. Por el contrario de no alcanzarse la
conciliación el conflicto es sometido a arbitraje si afecta servicios públicos esenciales.
Las convenciones colectivas con el sector público están reguladas por las mismas
disposiciones legales que rigen las del sector privado, salvo algunas normas especiales.
Cuando se celebren convenciones colectivas con el sector público, las obligaciones contraídas
deben estar contempladas en el presupuesto vigente, pues de lo contrario se entenderá que los
incrementos aprobados se harán efectivos para el próximo ejercicio fiscal. Si en la convención
colectiva se asumen obligaciones para varios ejercicios fiscales se requiere de la autorización
del Presidente de la República. Este es además quien fija los criterios técnicos y financieros
que limitan la negociación colectiva de los representantes del sector público frente a los
trabajadores.
En relación con su tramitación, la convención colectiva con el sector público se presenta ante la
autoridad administrativa, quien ordena su remisión al ente empleador y le solicita el envío de un
estudio económico comparativo, que deberá emitir en breve lapso, a fin de conocer los costos
de las condiciones de trabajo vigentes y de las aspiraciones de los trabajadores. Transcurrido
un breve plazo, una autoridad administrativa designada al efecto rinde un informe preceptivo
basado en el estudio económico comparativo. Cumplida esta etapa la autoridad administrativa
ordena la designación de los representantes correspondientes y el inicio de las negociaciones,
que son presididas por la propia autoridad administrativa y en ellas participa un representante
de la República. La negociación dura un plazo razonable y puede ser prorrogada.
Una vez alcanzado el acuerdo el ente empleador no puede suscribir la convención colectiva
hasta tanto se reciba el informe de la autoridad administrativa designada al efecto, en el cual
conste que las obligaciones asumidas no exceden los limites técnicos y financieros fijados con
antelación. Si las obligaciones exceden los límites, se realizan los ajustes necesarios y en caso
contrario se suscribe la convención y deposita ante la autoridad administrativa, que puede
realizar las observaciones y recomendaciones que estime convenientes, luego de lo cual surte
plenos efectos jurídicos. Hay que destacar que la autoridad administrativa es responsable
penal, civil y administrativamente por la falta de cumplimiento de las disposiciones legales
sobre el particular.
La otra forma de lograr la celebración de una convención colectiva es mediante una reunión
normativa laboral. Esta se convoca o reconoce entre uno o varios sindicatos de trabajadores y
uno o varios sindicatos de patronos, con la finalidad de mejorar las condiciones de prestación
del servicio en una misma rama de actividad, con alcance local, regional o nacional, del sector
público o del sector privado y siempre con intervención de la autoridad administrativa, en forma
tripartita: trabajadores-autoridad administrativa-patronos.
En relación con su tramitación, sólo una vez que se ha instalado la reunión las partes pueden
oponer ante la autoridad administrativa, las alegaciones y defensas que estimaren procedentes,
a fin de impedir que la reunión continúe respecto de ellos. La decisión se dicta en breve lapso y
no afecta el curso de la reunión y contra esa decisión hay recursos administrativos y judiciales.
Hay que destacar que el efecto jurídico más importante de la reunión normativa laboral, es que
ésta obliga a las partes a suspender la tramitación de todos los pliegos de peticiones o las
negociaciones de convenciones colectivas en curso, hasta tanto concluya la reunión. En todo
caso si un sindicato no participa de una reunión los pliegos de peticiones que se presenten
respecto de él, sólo se tramitarán con carácter conciliatorio y lo acordado quedará sujeto al
resultado de la reunión, de forma tal que el acuerdo mediante un pliego conciliatorio surte
efectos, pero la autoridad administrativa puede extender a toda una determinada rama de
actividad, los efectos de la convención colectiva o del laudo arbitral producto de la reunión, sin
más limitación que la derivada de la existencia de una cláusula en los contratos individuales o
en las convenciones colectivas, que resulte más favorable para los trabajadores.
Esta potestad de la autoridad administrativa es de gran utilidad pues permite reducir la cantidad
de convenciones colectivas que deben ser discutidas y en Venezuela se aplica con frecuencia
en ciertas ramas industriales como: textil, construcción, trigo, calzado, automóviles, metales y
muebles, o en determinados servicios, como la gastronomía.
Para poder ser adoptada se requiere, en primer lugar, que en la reunión normativa laboral
hayan participado la mayoría de sindicatos tanto de trabajadores como de patronos; en
segundo lugar, que haya sido solicitada por la propia reunión o por alguno de los sindicatos que
sean parte en la convención colectiva o laudo arbitral y que se le dé la oportunidad a todos los
sindicatos de presentar sus objeciones en un plazo razonable; y, en tercer lugar, que no haya
objeción alguna o que de haberla esta haya sido desestimada por la autoridad administrativa.
Cuando se celebra una convención colectiva por rama de actividad o se dicta un laudo arbitral,
o cuando la autoridad administrativa los declara de extensión obligatoria, éstos se aplican a
todos los trabajadores, sin perjuicio de que se puedan fijar condiciones de trabajo particulares
para algunos oficios, profesiones o empresas. En este último caso se tomarán en cuenta las
características propias de la parte que es objeto de ella, tales como: capital de la sociedad,
ubicación geográfica, entre otras.
También es importante señalar que pueden otros sindicatos en cualquier momento adherirse a
la reunión, lo que origina para los adherentes los mismos efectos jurídicos que corresponden a
los participantes originarios en la reunión.
Por otra parte, los efectos jurídicos producidos por la convención colectiva celebrada en la
reunión, recaen sobre todos los sindicatos de trabajadores y patronos convocados o
reconocidos, hayan o no asistido a las sesiones de la reunión. Pero si algún sindicato que
hubiere asistido a más de la mitad de las sesiones no estuviere de acuerdo con la convención
colectiva suscrita, se puede negar a firmarla y ésta no será extensiva a él.
En todo caso para que los efectos jurídicos de una convención colectiva aprobada en una
reunión alcancen a otros sindicatos extraños a aquella, basta que estos se adhieran a la
misma, a través de un acuerdo previo y la correspondiente solicitud ante la autoridad
administrativa, sin perjuicio que por efecto de las nuevas adhesiones se pueda cumplir con el
requisito de la mayoría exigida por la ley y se pueda solicitar y estimar de extensión obligatoria
la convención colectiva.
3. Sentencia inmotivada porque acordó el pago de unos conceptos laborales sobre la base de
una Contratación Colectiva inexistente en autos: ...En el caso objeto de estudio, la Alzada
acuerda el pago de unos conceptos laborales sobre la base de una Contratación Colectiva
inexistente en autos, es decir, carece la recurrida del fundamento que determine la cancelación
de ciertas cantidades de dinero, en razón de que no cursa en el expediente dicho Contrato
Colectivo Petrolero; el cual constituye la base legal que sirve de sustento para el cálculo y
cancelación de unos beneficios derivados de la relación de trabajo. (...) el Contrato Colectivo
posee las características de un documento público y que en tal sentido, puede producirse con
el libelo o antes de los últimos informes, es decir, en cualquier estado y grado de la causa
antes de los últimos informes. ...En consecuencia, la presente denuncia por in motivación se
declara con lugar.
5. Una vez celebrado un contrato colectivo se erige en pauta mínima forzosa de todo contrato
individual: ...Expresaron que al haber realizado el despido la demandada violó normas
establecidas en la Ley Orgánica del Trabajo y en la Convención Colectiva, por lo que procedió
a reclamar el derecho establecido en el contrato colectivo... una vez celebrado el contrato
colectivo, la norma de orden público contenida en el artículo 49 de la Ley del Trabajo (509
L.O.T.) lo erige en pauta mínima forzosa de todo contrato individual, anterior o posterior a
aquel, por las razones anteriormente señaladas de respeto a la voluntad profesional. ...Al
excluir la aplicación de la regla pacta sunt servanda el precepto de orden público modifica las
cláusulas que desmejoren, contraríen o imposibiliten el cumplimiento del contrato colectivo,
dispensando con ello al deudor de cumplir total o parcialmente su obligación. Es este el
fundamento jurídico del llamado efecto automático del contrato colectivo, a cuyo tenor las
estipulaciones del contrato individual colidentes o menos favorables que las de aquel, deben
considerarse sin validez y reemplazarlas por tal pacto plural...
6. Naturaleza jurídica de los contratos colectivos: En lo que respecta al reclamo realizado por el
actor de la aplicación a su favor del beneficio contractual establecido en la Cláusula 63 del
Contrato Colectivo, ...esta superioridad observa al Juzgado de Primera Instancia que los
Contratos Colectivos, tal y como la propia Ley Orgánica del Trabajo lo dispone, son auténticos
actos normativos, una vez cumplidas con las formalidades legales que lo hacen revestir de ese
carácter, por lo que mal puede ser objeto de prueba, por participar de la naturaleza jurídica de
norma, por lo que se aplica la máxima “iura novit curia” a dichos instrumentos....
7. La gerente de recursos humanos es representante del patrono y por ello no se encontraba
bajo el ámbito de protección del Contrato Colectivo: ...En la controversia judicial bajo examen
no aparece ningún elemento probatorio que desvirtúe la aseveración que antecede, lo cual nos
conduce a concluir que la querellante, por su no discutida condición de gerente de recursos
humanos y consecuencialmente por ser legalmente representante del patrono, no se
encontraba bajo el ámbito de protección del Contrato Colectivo que se aplicaba a los
trabajadores...
2.- En el establecimiento de las convenciones colectivas de trabajo, hemos dicho que la fuente
de ese derecho surge de la libertad e independencia de los interlocutores sociales y del
proceso de negociación colectiva que persiguen. (Niklas Bruun). Este es un elemento
fundamental para la negociación. Mediante él puede asistir al nacimiento, desarrollo y
conclusión del proceso negociador. Esa independencia a la que nos referimos, incluye el
aspecto sindical. El sindicato debe moverse a plenitud para poder realizar sus funciones frente
al empresario y frente a las autoridades del Estado. Debe haber también un equilibrio entre los
sujetos pactantes, sin que se deje de pensar en los elementos necesarios de presión para el
nacimiento de la negociación. Cuando el Estado es autoritario y no admite la discusión abierta
o enfoques diferentes, estamos ante una imposibilidad de negociar, salvo que haya convenio
expreso del sindicato y sus trabajadores con el Estado para negociar las condiciones de
trabajo.
3.- Ya hemos hablado del tema de los tratados internacionales y de la declaración de los
principios de libertad sindical, que tienen su fuente en los Convenios Nros. 87 y 98, realizados
actualmente a través de los artículos 23 y 89 de la Constitución vigente, más todos los textos
de derechos sociales que igualmente se han citado.
4.- Según las decisiones del VII Congreso Europeo del Trabajo y de la Seguridad Social, para
la comunidad europea, existen puntos centrales en la negociación colectiva que deben tomarse
en cuenta para la elaboración de las convenciones colectivas.
Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela; Msc. en Derecho del Trabajo, Universidad
Central de Venezuela.
ARRIA SALAS, Alberto, Contratación Colectiva, Cela Editora, Caracas, 1987.
Ponencia del Magistrado Dr. José M. Delgado Ocando. Sentencia Nº 442. Expediente Nº 00-0269, de
fecha 23 de mayo de 2000. “Estudiado como han sido los proyectos que antecedieron a la norma
discutida en el seno de la Asamblea Constituyente, así como la Gaceta Constituyente, correspondiente a
la presentación de la norma y su aprobación definitiva (Diario de Debates, Octubre Noviembre 1999,
Imprenta del Congreso de la República, Caracas Venezuela), no se desprende de su taxatividad
respecto a la conciliación, y todo apunta a una interpretación contraria a esta tesis, tomando en cuenta
que se deja fuera un medio clásico y prácticamente connatural al proceso laboral, así como que la
eventual disponibilidad de los derechos laborales a través del desistimiento no es privativa de éste, sino
que también lo comparten la transacción y el convenimiento, medio de disposición de derecho,
que la propia Constitución permite a través del artículo bajo estudio, con las restricciones que en
un futuro pueda establecer la ley, sin que las mismas puedan desnaturalizar el núcleo de estas
figuras. Es por ello que, asumiendo una posición teorética y no dogmática, concluye esta Sala
que los modos de autocomposición procesal no son en sí mismos medios atentatorios contra el
principio constitucional de la indisponibilidad en juicio (mal llamada irrenunciabilidad) de los
derechos mínimos de los trabajadores, pues a través de ello lo que se persigue en componer la
litis por sus propios participantes, subrogándose dicha decisión a la sentencia de fondo que
debía dictar el Juez correspondiente y adquiriendo dicha composición los efectos de la cosa
juzgada”.
PERDOMO, Juan Rafael, Congreso Internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Tribunal
Supremo de Justicia, Caracas-Venezuela, 2002.
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo. Decreto Nº 3235, del 20 de enero de 1999. G.O. Nº 5292,
del 25 de enero de 1999. Además del Principio de la Norma Más Favorable, en segundo lugar se coloca
el Principio Indubio Pro Operario. En tercer lugar el Principio de la Conservación de la Condición Más
Favorable, por virtud del cual deberán ser respetados los derechos que se encuentran irrevocable y
definitivamente incorporados al patrimonio del trabajador.
PERDOMO, Juan Rafael, Congreso Internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Tribunal
Supremo de Justicia, Caracas, Venezuela, 2002.
Séptimo Congreso Regional Europeo, presentó un informe denominado Las Justificaciones de las
Discriminaciones, International Society for Labour Law and Social Securiti, Estocolmo, 4-6 Septiembre 2002.
Sentencia 28-02-02. TSJ-SCS.
Sentencia 04-10-01. TSJ-SCS.
Sentencia 13-11-02. TSJ-SCS.
Sentencia 02-10-00. Juzgado Superior Tercero del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas.
Sentencia 26-10-00. Juzgado Superior Tercero del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas.
Sentencia 18-03-99. Juzgado Superior Tercero del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas.
Sentencia 29-10-99. Juzgado Superior Quinto Accidental del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas.