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VERDAD SIN CORRESPONDENCIA

Francisco Díaz Montilla


Departamento de Filosofía
Universidad de Panamá
Correo-e: fuzzylogic@icqmail.com

1. Introducción

La teoría de la verdad como correspondencia en su forma más

tradicional está basada en la intuición de que algo que es verdadero

(una oración) es hecha de tal manera por algo externo (la realidad,

los hechos o estados de cosas, etc.) En su formulación más simple,

esta teoría nos dice que una oración o proposición es verdadera si y

sólo si corresponde a un hecho.1 Sin embargo, como veremos, esta

caracterización no está libre de problemas. Dos interrogantes que

surgen son: ¿Qué se supone que significa “corresponde”? y ¿qué se

supone que es un hecho?

Al decir que una oración es verdadera si y sólo si corresponde a

un hecho estamos estableciendo una relación entre dos conjuntos: el

conjunto de los hechos y el conjunto de las oraciones significativas,

susceptibles de ser verdaderas. Este último aspecto es importante

1
Se suele hacer una distinción entre oración y proposición. De acuerdo a esta
distinción, la oración es una cuestión lingüística, no así la proposición. Así, “está
lloviendo” y “it is raining” son oraciones del español y del inglés respectivamente,
ambas, no obstante, expresan la misma proposición. Esta forma de entender la
noción de proposición es, sin embargo, problemática. Por ello, cuando hablemos de
proposición en los apartados 6 y 7 entenderemos ‘proposición’ en el sentido de
oración. Para una discusión acerca de los problemas que acarrea la noción de
proposición, véase Quine, W. V. (1970). The Philosophy of Logic (Filosofía de la
Lógica, traducción de Manuel Sacristán, Alianza, Madrid, 1984).

1
pues es obvio que existe una gama de expresiones significativas a las

que no corresponde hecho alguno, como cuando damos órdenes,

mostramos sorpresa o formulamos una pregunta. Se entiende pues

que la formulación de la verdad como correspondencia tiene presente

no todas las expresiones posibles, sino cierta clase de ellas. Pero

¿cómo caracterizar la relación aludida?

Como se verá en apartados siguientes la noción de

“correspondencia” es terriblemente difícil, si no imposible de

caracterizar. Nuestra estrategia, pues, se distanciará de la

aproximación tradicional en que si bien asume la existencia tanto de

portadores de verdad (oraciones o proposiciones) como hacedores de

verdad (truth-maker) (hechos o estados de cosas) no requiere de la

relación de correspondencia. Es decir, nuestra estrategia consistirá en

explicar la relación poseedor de verdad/hacedor de verdad sin apelar

a la relación aludida (correspondencia). Para tal efecto, nos

apoyaremos en el aparato conceptual de la teoría de los hacedores

de verdad (truth-maker theory) en la presentación que de ella hiciera

Barry Smith2 y en la definición de la verdad propuesta por el lógico y

filósofo polaco Ludwig Borkowski.

2. Hechos

Ya nos hemos preguntado ¿qué, se supone, que es un hecho?

Preguntémonos además, qué queremos decir cuando decimos, por

ejemplo:

2
Smith, Barry (1999) “Truthmaker Theory”, Australasian Journal of Philosophy, 77
(3), pp. 274-291.

2
(1) Es un hecho histórico que Panamá fue invadida el 20 de
diciembre de 1989.

Existen dos formas de responder a las preguntas formuladas. O bien

podemos presuponer cierto tipo de entidades –los hechos- como

contraparte objetiva de las expresiones lingüísticas para dar cuentas

de la verdad de las últimas relacionándolas con las primeras. Desde

esta perspectiva, Woleňski nos dice que los hechos son “porciones de

la realidad”3. De esta manera las oraciones o proposiciones serían

verdaderas en virtud de tales “porciones de la realidad”, a las cuales

corresponden. O bien podemos empezar con la pregunta acerca del

rol de “hecho” en expresiones como (1). Desde esta perspectiva,

estaría permitido y sería natural en cierto sentido, presuponer la

noción de verdad y explicar los hechos en término de verdad, así, (1)

podría reemplazarse por:

(1*) Es verdad (verdadero) que Panamá fue invadida el 20 de


diciembre de 1989.

Estamos, pues, ante dos interpretaciones posibles de “hecho”. Está

claro que de acuerdo al segundo enfoque –el enfoque explicativo- las

“porciones de la realidad” como tal no son presupuestas y parecen

ser innecesarias; la noción de “hecho” en el sentido de

correspondencia es, entonces, una noción superflua. “Hecho”

representa una propiedad de oraciones o proposiciones, la propiedad

3
Ver Woleňski, J. (1993) “Two Concepts of Correspondence”, From a Logical Point of
View 3, pp. 42-57.; y (1997) “Semantic Conception of Truth as a Philosophical
Theory”, en Jaroslav Peregrin (ed.): The Nature of Truth (if any), Filosofia, Praha,
pp. 137-152.

3
de que tales oraciones o proposiciones sean verdaderas. Sin

embargo, de acuerdo a Kolář (traducimos):

Lo que es interesante acerca del concepto hecho –además de


su fundamental importancia en las teorías de la
correspondencia y de su frecuente ocurrencia tanto en el
lenguaje del científico como del lego- es que un genuino y
significativo uso del término- a saber, uno que no hace a tal
noción redundante o vacua- parece requerir la posesión de
ciertas propiedades lógicamente relevantes que no parecen
haber sido articuladas con propiedad...4

¿En qué consiste, entonces, la diferencia medular entre ambos

enfoques de “hecho”? Esta es una interrogante bien compleja, cuya

respuesta, en gran medida, depende de lo que se entienda por

“proposición”.

Si entendiéramos “proposición” en términos puramente

intensionales, es decir como funciones desde el par mundo-tiempo en

los valores de verdad, se sigue -por ejemplo- que toda proposición

matemática verdadera colapsa en una sola, aquella trivial que toma

cada par mundo-tiempo en el valor de verdad Verdadero; lo mismo

sucedería en el caso de las proposiciones matemáticas falsas. Así,

todas las proposiciones matemáticas verdaderas serían entre sí

equivalentes, lo cual es a todas luces absurdo. De esta forma, Kolář –

siguiendo a Tichý- señala que quienes están interesados en los

hechos matemáticos no debieran interesarse en algo como las

proposiciones, sino en las particulares construcciones de la

proposición trivial que resulta verdadera en cada mundo posible.5

4
Kolář, P. (2000) “Conceptualizing Facts”, en Ondrej Majer (ed.): Topics in
Conceptual Analysis and Modelling, Filosofia, Praga, pp. 126-140.
5
Kolář reafirma así la idea de Tichý de que la matemática es el estudio de construcciones. Sobre este
punto volveremos más adelante cuando nos ocupemos de la noción de “construcción”.

4
Algo parecido sucedería en el caso de un adecuado análisis de los

hechos: debiéramos ocuparnos no tanto de los hechos como tal (las

proposiciones) sino de las formas diversas en que son construidos.

Kolář, entonces, distingue entre hechos lingüísticos y hechos

ontológicos. Los hechos lingüísticos representan propiedades no de

proposiciones, sino de construcciones proposicionales, es decir, de

construcciones que construyen proposiciones que son verdaderas en

un mundo determinado en un momento determinado. Los hechos

ontológicos son hacedores de verdad, las porciones de realidad de

Woleňski. Una teoría de la correspondencia, pues, debería explicar la

relación entre ambos.

3. Correspondencia o la senda de un problema

El uso del término “correspondencia” como una noción filosófica se

remonta al siglo XIX, pero a pesar de ello, no tenemos una definición

clara del mismo. Samuel Coleridge fue el primero en usarlo, aunque

de manera totalmente incidental. Luego el término aparece en

Bradley y en Russell. El nombre “teoría de la correspondencia” fue

usado por primera vez por Baldwin6. Harold Joachim usó la etiqueta

“la noción de verdad como correspondencia”7 y la aplicó a la

formulación aristotélica de la verdad según la cual “quien piensa lo

separado como separado y lo combinado como combinado está en lo

6
Baldwin, James (ed.) (1901-1905) The Dictionary of Philosophy, New York:
Macmillan.
7
Joachim, Harold (1906) The Nature of Truth, Oxford, Clarendon Press.

5
cierto, mientras que aquel que piensa en un estado contrario al de los

objetos está equivocado”.8

En este apartado haremos referencia a la teoría de la

correspondencia teniendo en cuenta a los autores que se suelen citar

como típicos representantes de dicha concepción. Nos referimos a

Russell, Wittgenstein y Austin.

De acuerdo a Wittgenstein, las proposiciones son complejos

verbales, las proposiciones moleculares como (Fa ∧ Gb) están

compuestas veritativo-funcionalmente de proposiciones atómicas

(como “Gb”). El mundo consta de simples, o átomos lógicos, en

diferentes complejos o disposiciones, que son hechos. De lo cual se

desprende que en un lenguaje perfectamente perspicuo, la

disposición de las palabras en una proposición atómica verdadera

reflejaría la disposición de los simples en el mundo; la

“correspondencia” consiste en este isomorfismo estructural. Las

condiciones de verdad de las proposiciones moleculares pueden,

entonces, darse; “¬p” será verdadera sólo en caso que “p” no sea

verdadera, “p ∧ q” será verdadera sólo en caso de que ambas, “p” y

“q” sean verdaderas, etc.9

Russell enriqueció la teoría de Wittgenstein con una teoría

epistemológica de acuerdo con la cual los simples lógicos son datos

sensoriales u objetos de conocimiento directo y el significado de una

8
Aristóteles, Metafísica.
9
Wittgestein, L. (1922) Tractatus Logico-Phliosophicus (Tractatus Logico-
Philosophicus, traducción de Enrique Tierno Galván, Alianza, Madrid, 1985).

6
proposición se supone que se deriva de que esté compuesta de

nombres de objetos de conocimiento directo10.

En el caso de Austin11 su teoría no cuenta ni con la metafísica

atomista ni con el lenguaje ideal. La relación de correspondencia no

se explica en términos de un isomorfismo estructural entre

proposición y hecho, sino en términos de relaciones puramente

convencionales entre las palabras y el mundo. La correspondencia se

explica mediante dos tipos de “correlación”: (i) “convenciones

descriptivas” que correlacionan palabras con tipos de situación y (ii)

“convenciones demostrativas” que correlacionan palabras con

situaciones específicas. La idea de Austin es que en el caso de un

enunciado como:

(2)Tengo hambre,

proferido por H en t, las convenciones descriptivas correlacionan las

palabras con situaciones en las cuales alguien tiene hambre, y las

convenciones demostrativas correlacionan las palabras con el estado

de H en t, y que el enunciado es verdadero si la situación específica

correlacionada con las palabras por (ii) es del tipo correlacionado por

(i). Austin subraya el carácter convencional de las correlaciones;

cualquier palabra se podría correlacionar con cualquier situación; la

correlación no depende en modo alguno del isomorfismo entre las

10
Russell, B. (1918) “The Philosophy of Logical Atomism” en Russell: Logic and
Knowledge, comp. Marshall (Allen and Unwin), 1956. (Ensayos Sobre Lógica y
Conocimiento, traducción de S. Muguerza, Madrid, Tecnos, 1966).
11
Austin, J.L. (1950) “Truth”, Proceedings of the Aristotelian Society, 24.

7
palabras y el mundo, o más específicamente entre el conjunto de

oraciones y el conjunto de hechos.

La noción de correspondencia, a pesar de su claridad desde el

punto de vista matemático, no ayuda mucho cuando es usada en el

contexto filosófico para definir la noción de verdad. En matemáticas

se define una correspondencia C entre un conjunto E1 y un conjunto

E2 cuando se da un grafo G ⊂ E1 × E2. Se dice que G es el grafo de C,

E1 el conjunto de salida y E2 el conjunto de llegada. Por otro lado, se

llama aplicación de un conjunto E1 en un conjunto E2 a una

correspondencia que a todo x ∈ E1 le hace corresponder al menos un

y ∈ E2. Las aplicaciones (correspondencias) pueden, entonces, ser

sobreyectivas, inyectivas o biyectivas.12 Desde el punto de vista

russelliano y wittgensteiniano la correspondencia se entiende

biyectivamente, esto es isomórficamente:

Definición 1 Isomorfismo
Sean (E1, ≤ ) y (E2, ≤ ) dos conjuntos parcialmente ordenados.
Existe un mapeo uno a uno ƒ: E1 → E2 tal que x ≤ y si y sólo si
ƒ(x) ≤ ƒ(y). Dadas dos latices (E1, ∧, ∨) y (E2, ∧, ∨), un mapeo ƒ: E1
→ E2 es un isomorfismo de dichas latices si está uno a uno, ƒ(x ∧
y) = ƒ(x) ∧ ƒ(y) y ƒ(x ∨ y) = ƒ(x) ∨ ƒ(y). ƒ tiene que estar uno a uno
y preservar las operaciones de ambas latices.

Hasta aquí las cosas parecen ir bien. Si tomamos en cuenta la

teoría de Wittgenstein, pareciera que las operaciones son

preservadas tanto en el conjunto de los hechos como en el de las

oraciones y que el mapeo es uno a uno. Pero ¿puede,

verdaderamente, explicarse la noción de verdad como

12
El significado de tales nociones pueden encontrarse en cualquier manual de introducción a la
matemática.

8
correspondencia (wittgensteineana-russelliana) por medio de la

noción de isomorfismo? Es dudoso: incluso en los casos más

favorables, el isomorfismo que se requiere entre la estructura de una

proposición y la estructura de un hecho implica dificultades.

Considérese:

(3) El perro está a la derecha de Pedro.

En este caso, pareciera que el hecho tuviera dos componentes y la

proposición al menos tres13. La dificultad, sin embargo, no recae en la

correspondencia (isomorfismo) como tal, sino en el hecho de que el

conjunto de los hechos y el conjunto de las oraciones parecieran

tener características estructurales diferentes. Si es así, entonces la

posibilidad de explicar la verdad en términos de correspondencia

colapsa.

Este enfoque, como dijimos, está íntimamente conectado con la

teoría acerca de la estructura última del mundo y con el ideal de un

lenguaje perfectamente perspicuo. Sin embargo, nada nos obliga a

considerar la correspondencia desde tal ángulo. Al menos esa es una

clara virtud del enfoque de Austin. Pero por otro lado, el punto de

vista de Austin no está libre de dificultades. Efectivamente, una

dificultad del enfoque austiniano es que se aplica directamente a los

enunciados formados por oraciones indexicales, puesto que las

13
Gramaticalmente hablando la estructura del enunciado es sujeto-predicado. Sin
embargo, en la frase predicativa, enctontramos una relación. Por ello,
estructuralmente hablando encontramos tres componentes: el objeto x ⇌ perro, el
individuo p ⇌ Pedro y la relación R ⇌estar a la derecha de...Se obtiene, entonces, la
expresión: R <x, p>.

9
convenciones demostrativas no tendrían un papel que jugar en el

caso de enunciados como:

(4) Napolén era pequeño,

que no se puede usar en enunciados que se refieren a situaciones

diferentes.

Ahora bien, se puede argumentar que las dificultades anteriores

no implican que la correspondencia no pueda ser usada de manera

rigurosa para definir la noción de verdad, a lo más implicará que la

noción de isomorfismo no es la mejor manera para caracterizarla.

Tendríamos, entonces, que buscar una alternativa en la que

prescindiendo del isomorfismo se use, sin embargo, la noción de

correspondencia.

4. Dos sentidos de correspondencia

Se suelen distinguir dos sentidos de correspondencia.

Correspondencia en sentido fuerte y correspondencia en sentido

débil. En sentido débil, la correspondencia es tomada como una

variación de “S es verdadera en el caso de que realmente p”.

Mientras que en sentido fuerte, implica un compromiso con una

ontología de hechos y con una explicación de la verdad como un

isomorfismo estructural entre portadores de verdad (oraciones o

proposiciones) y hechos. Así, pues, se argumenta que la noción de

correspondencia debiera entenderse no en sentido fuerte, sino en

sentido débil. Desde este punto de vista, la correspondencia se

reduce a una simple correlación entre oraciones y hechos, donde no

10
necesariamente la correlación tiene que ser uno a uno, puesto que un

hecho puede expresarse de varias maneras. Pero aún así, esta

movida metodológica parece no tener mayor fuerza explicativa, ¿qué

se supone que significa “realmente” en la anterior formulación? Por

otro lado, habría que explicar cómo es esa correlación posible, ¿está

la correlación fundada en convenciones?

La distinción entre correspondencia en sentido fuerte y en

sentido débil es teoréticamente relevante por otra razón, que es la

que nos interesa. Los teóricos de la correspondencia pretenden

reducir la concepción tarskiana de la verdad a la teoría de la

correspondencia. Así, Woleňski dice que “la concepción semántica

(tarskiana) de la verdad provee una explicación del concepto de

correspondencia débil como opuesta al concepto de correspondencia

fuerte considerada como congruencia entre portadores de verdad y

hechos”14.

Sin embargo, es dudoso explicar la correspondencia en

términos de la concepción semántica. En primer lugar la noción de

“hecho” no tiene ninguna relevancia en la definición tarskiana. Tarski,

además, define la verdad mediante la satisfacción. La satisfacción

como sabemos es una relación que satisfacen secuencias de objetos

y tales secuencias de objetos no son hechos. Tarski tampoco definió

la satisfacción por medio de una fórmula general, es más, ni siquiera

dio criterios específicos para su aplicación. Tarski nunca dijo que lo

14
Woleňski (1997) “Semantic Conception of Truth as a Philosophical Theory”, en
Jaroslav Peregrin (ed.): The Nature of Truth (if any), Filosofia, Praha, pp. 137-152.

11
que satisface a un predicado es el conjunto de cosas del cual es

verdadero. Todo lo que hizo fue dar una lista: los objetos x satisfacen

(en un lenguaje dado) el predicado “y” si y sólo si: (i) “y” es “rojo” y

los x’s son rojos, (ii) “y” es “azul” y los x’s son azules, etc. La

satisfacción es definida mediante tal lista, escribiendo el nombre de

cada predicado y construyendo con ello una expresión que denota un

conjunto de objetos, todo lo que conocemos de la satisfacción para un

lenguaje es dicha lista.

En segundo lugar, tenemos que considerar otras dificultades de

naturaleza técnica (metalógicas) que nos impiden emparentar la

concepción tarskiana y la teoría de la correspondencia. Entre las

supuestas propiedades de la correspondencia o del operador de

correspondencia tenemos: (i) la persistencia y (ii) el criterio de

diversidad mínima. En principio, una adecuada formulación de la

verdad mediante la noción de correspondencia debiera conciliar

ambas propiedades. Sin embargo, en la formulación tarskiana es

imposible la conciliación de ambas propiedades, ya que si

introdujéramos un operador para la definición de la satisfacción de

oraciones cerradas, entonces la noción de satisfacción cumpliría la

propiedad de persistencia pero no el criterio de diversidad mínima.

De la misma manera, si introdujéramos un operador para las

oraciones abiertas, entonces la satisfacción cumple el criterio de

diversidad mínima pero no la propiedad de persistencia.15 La teoría

15
Para detalles ver Kolár (1998) “Correspondence, Satisfaction and Dangerous
Conectives”, en Timothy Childers (ed.): The Logica Yearbook 1997, Filosofia, Praha,
pp.117-127.

12
tarskiana, entonces, no puede ser vista como proveyendo una

explicación de la correspondencia en ninguno de sus sentidos. Pero si

esto es así, entonces ¿qué camino nos queda? ¿Debemos renunciar a

la posibilidad de dar una interpretación razonable a la relación

hacedor de verdad-poseedor de verdad en términos de

correspondencia?

5. Correspondencia indirecta

Debido a las anteriores limitaciones, Kolář, y Materna han renunciado

a la posibilidad de explicar la correspondencia como una relación que

puede expresarse en términos directos mediante un isomorfismo

estructural entre estructurados portadores de verdad y no-

estructurados hacedores de verdad. En su lugar, pretenden explicar

dicha relación como correspondencia indirecta que es mediada por

las vías posibles de construir los hacedores de verdad.16

La noción de construcción –debemos aclarar- es entendida no

en el sentido de Brouwer sino en el sentido de Tichý.17 En el sentido

de Tichý, la noción de función es tomada como primaria y las

construcciones son complejos que envuelven tales funciones. Los

16
Ver Kolář, P. (1997). “Indirect Correspondence and Tarskian Truth”, en Jaroslav
Peregrin (ed.): The Nature of Truth (if any), Filosofia, Praha, pp. 161-174; y
Materna, P. (1999) “Indirect Correspondence Theory of Truth Vindicated”, en
Timothy Childers (ed.): The Logica Yearbook 1998, Filosofia, Praha, pp. 36-49.
17
Para la idea de construcción en sentido ticheano ver: Tichý, Pavel (1986) “Constructions”, Philosophy
of Science 53, pp. 514-534; (1988) The Foundations of Frege’s Logic, Berlin, de Gruyter y (1995)
“Constructions as the Subject Matter of Mathematics”, en W. De Pauli, E. Köhler y F Stadler (eds.): The
Foundational Debate: Complexity and Constructivity in Mathematics and Physics, Kluwer, 1995. Para
una distinción del construccionismo de Brouwer y Tichý ver también Palomäki (1999) “Tichý and
Brouwer on Constructions”, en Timothy Childers (ed.): The Logica Yearbook 1998,
Filosofia, Praha, pp. 22-35.

13
pasos en que las funciones son aplicadas a los argumentos

constituyen también una manera de construir los valores de las

funciones de tales argumentos. La clase B = {ι , ο , ω , τ } es

llamada por Tichý la base, donde ι es la categoría (clase) de

individuos, ο es la categoría de valores de verdad, ω es el conjunto

de mundos posibles y τ es el conjunto de los números reales que

indica también instantes de tiempo. Las construcciones son realizadas

o llevadas a cabo sobre dicha base, el concepto de función genera

sobre la base B una jerarquía de objetos que son clasificadas en tipos.

Los tipos de primer orden son tipos que comprenden entidades que

no envuelven ninguna variable o construcción. Los tipos de segundo

orden comprenden objetos que contienen variables que actúan sobre

tipos de primer orden y las construcciones que envuelven tales

variables. El tercer orden comprende objetos que contienen variables

que actúan sobre los tipos de orden uno y dos y las construcciones

que envuelven tales variables; y así sucesivamente.

De acuerdo a Tichý, las construcciones son cinco: (i) variables:

son las únicas construcciones simples. Dada una entidad cualquiera y

una valuación ν , se dice que la variable ν -construye la entidad en

cuestión. De hecho, cada variable ν -construye la entidad asignada a

ésta por ν . Por otro lado sólo construcciones diferentes de las

variables pueden ν -construir nada, tales construcciones son llamadas

ν -impropias. (ii) Trivialización (trivialization): dado un objeto X o una

construcción del tipo dado, °X construye X. En otras palabras X es el

14
punto de partida y el resultado de la construcción. (iii) Ejecución

(execution): ¹X ν -construye el valor, si alguno, que es ν -construido

por X, lo cual quiere decir que si X es una construcción ¹X es X; si X

no fuera una construcción, entonces ¹X sería una construcción cuyo

punto de partida es X pero que no lleva a nada, en otras palabras¹X

sería una construcción ν -impropia. (iv) Doble ejecución (double

execution): ²X ν -construye el valor, si alguno, de lo que es ν -

construido por X. Es decir, si lo que es construido por X es una

construcción, entonces podemos ejecutar X y ejecutar el resultado.

Está claro que para cualquier objeto X, la construcción ²X es ν -

impropia si X no es en sí misma una construcción o si no ν -construye

una construcción, o si ν -construye una construcción ν -impropia. (v)

Composición: [X0X1…Xn] ν -construye el valor, si alguno, de la

función ν -construída por X0 sobre los argumentos ν -construidos por

X1,…,Xn. (iv) Cierre: [λ x1,…,xnX] ν -construye una función desde los

argumentos ν -construidos por x1,…,xn a lo que es ν *-construido por

X, donde ν * asocia la posible ocurrencia de las variables xi con los

argumentos dados, y es de otro modo idéntico con ν .

El concepto de construcción tal como ha sido caracterizado no

debe confundirse con el concepto de algoritmo, pues para un

algoritmo la secuencia de pasos que llevan del input al output pueden

diferir dependiendo de los inputs, mientras que la construcción en

este sentido representa una secuencia fija de pasos que pueden,

incluso, no ser efectivos. Las construcciones son más bien

15
“procedimientos abstractos, independientes de cualquier lenguaje

particular”.18

Lo anteriormente referido nos lleva a distinguir entre:

(a) La proposición Panamá es más grande que Chitré

(b) La construcción de tal proposición

¿Cómo explicar tal distinción? Bajo el aparato conceptual de TIL

(Transparent Intensional Logic) la distinción es muy simple.

Supongamos que Panamá y Chitré son individuos.19 Sea la relación

más grande que una relación en intensión (relation-in-intension), es

decir, una función que mapea mundos posibles e instantes de tiempo

en el conjunto de las relaciones en extensión. La proposición,

entonces, sería una función que asocia aquellos mundos-instantes de

tiempo donde la relación más grande que contiene el par 〈Panamá,

Chitré〉 con el valor de verdad Verdadero y en los otros con el valor

de verdad Falso. Ahora, ¿cómo construimos tal proposición?

Supongamos que w y t son variables que fluctúan sobre mundos

posibles e instantes de tiempo, respectivamente. La construcción de

(a) sería:

(b*) λ wλ t[ºMás_grande_quewt ºChitré ºPanamá]

Así, llegamos nuevamente al punto central de nuestra exposición en

el presente apartado. Habíamos señalado que de acuerdo a Kolá ř y

Materna la correspondencia puede explicarse como una

18
Materna, op. Cit, 45.
19
Tal suposición implicaría algunas preguntas verdaderamente problemáticas,
debido a la noción de ‘individuo’ que tanto Tichý como Materna defienden. Por
razones de espacio, no nos detendremos en tales cuestiones.

16
correspondencia indirecta que es mediada por las vías posibles de

construir los hacedores de verdad. Las construcciones, son, pues,

mediadores entre los portadores de verdad y los hacedores de

verdad.

Definición 2. Correspondencia indirecta:


Un portador de verdad (truth-bearer) ϕ es hecho verdadero (is
made true by) (indirectamente corresponde) por el hacedor de
verdad (truth-maker) C sii:
i. ϕ es atómico y ϕ directamente corresponde a la construcción
de C, o
ii. ϕ = α ∧ β , existen hacedores de verdad (truth-makers) A, B tal
que α es hecho verdadero por A y β es hecho verdadero por B
y C es la conjunción de A y B, o
iii. α ⇐ ϕ y α es hecho verdadero por C, o
iv. ϕ = ¬(Fa1,…,an), F(a1,…,an) no es hecho verdadero por ningún
hacedor de verdad y C es la unión de todos los hacedores de
verdad que contienen cualquiera de los individuos a1,…,an, o
v. ϕ = ¬∃x β (x), existen hacedores de verdad A1,…An tal que Aj,
hace verdadero a ¬β [aj/x] para todos los individuos aj y C es la
conjunción (suma mereológica) de A1,…An.20

Es claro que la Definición 2 no es una definición de verdad.

Todo lo que ella hace es establecer una relación entre portadores y

hacedores de verdad mediante la noción de construcción. El

problema, sin embargo, radica en que aunque entendamos los

portadores de verdad (truth-bearers) como oraciones de un lenguaje,

los hacedores de verdad (truth-makers) como proposiciones y los

mediadores como construcciones proposicionales, no está claro de

qué manera podemos –a partir de tal interpretación- establecer una

definición de verdad cónsona con lo que el teórico de la

correspondencia dice. Por otro lado, nótese que no sólo hablamos de

las oraciones como portadoras de verdad sino también de las

proposiciones, pues al fin y al cabo las proposiciones son funciones


20
Kolář, op. Cit.

17
que mapean mundos posibles-instantes de tiempos en valores de

verdad, es decir, estamos diciendo que “verdadero” es una propiedad

tanto de las oraciones como de las proposiciones, y por lo tanto de los

portadores de verdad como de los hacedores de verdad. Pero si así

fuera, entonces toda la explicación o distinción anterior no tendría

ninguna relevancia teórica y la correspondencia indirecta no tendría

ningún poder explicativo.

Estas dificultades tal vez sean consecuencia del hecho de que

no está del todo claro qué significan los “hechos” de Kolář, ya que al

fin de cuentas decir que un hecho es un hacedor de verdad o una

proposición verdadera no es del todo aclaratorio. ¿Cómo podemos

aclarar la noción de hecho? Considérese el siguiente enunciado:

(5)La Ciudad de Panamá tiene menos de 500, 000


habitantes.

Ya hemos dicho que de acuerdo a TIL las proposiciones son mapeos

que asocian mundos posibles e instantes de tiempo con valores de

verdad. De esta manera, la proposición denotada por (5) es una

función que toma el valor Falso en aquellos mundos posibles e

instantes de tiempo donde La Ciudad de Panamá tiene al menos 500,

000 habitantes. Nótese que también tomará el valor Falso en el

mundo actual. Ahora bien, como podemos ver, (5) no es una

contradicción; de esta manera, podemos admitir que existen mundos

posibles e instantes de tiempo donde la proposición denotada por (5)

es verdadera (por ejemplo, en 1945). Así las cosas, es obvio que no

18
podemos definir los hechos simplemente como proposiciones

verdaderas. Pero si no podemos, ¿qué otra alternativa nos queda?

Sean w y t variables que fluctúan sobre mundos posibles e

instantes de tiempo, respectivamente, una forma de definir los

hechos sería21:

Definición 3. Hecho
Hechow,t (p) = p es una proposición cuyo valor en w, t es
Verdadero

De acuerdo a esta definición, (5) expresa una proposición que es un

hecho en algunos mundos posibles e instantes de tiempo pero no en

otros.

Por otro lado, la definición 3 puede incluso ser precisada, puesto

que cuando hablamos de hechos parecemos no hacerlo de acuerdo a

lo que ella estipula:

Definición 3* Hecho
Hecho (p) = p es una proposición cuyo valor en el mundo actual
(ahora) es Verdadero.

Materna, al igual que Kolář, señala que los portadores de

verdad son oraciones de un lenguaje, acepta también los mediadores

o formas de construcción y por supuesto las proposiciones. Sin

embargo, en su formulación, Materna introduce la reinterpretación

ticheana de la Tesis de Frege22; de esta manera, las expresiones

empíricas denotan, no objetos, sino intensiones, es decir funciones

Materna, op. Cit.


21

22
Ver, Frege (1892). “Über Sinn und Bedeutung”, Zeitschrift für Philosophie und
philosophische Kritik, 100, pp. 25-50. (“On Sense and Reference”, en P.T.Geach y
Max Black (eds.): Translations from the Philosophical Writings of Gottlob Frege.
Oxford, Basil Blackwell, 1970.)

19
desde mundos posibles-instantes de tiempo. Esto aclara porqué las

oraciones empíricas denotan proposiciones en lugar de valores de

verdad. Materna, además, distingue entre significado (meaning),

sentido (sense), denotación (denotation) y referencia (reference). Usa

significado (meaning) en el sentido del Sinn (sense) fregeano.

Denotación es usado en el sentido del Bedeutung fregeano y

referencia es distinto a la denotacion fregeana; así deja de ser una

noción puramente semántica, ya que es relativa a mundos posibles-

instantes de tiempo. Si consideráramos:

(6) El más grande de los planetas,

tendremos que el significado de tal expresión sería cierta entidad

estructurada correspondiente a las formas de construcción de un

hacedor de verdad, la denotación sería una intensión, el concepto

individual (individual concept) de Church y la referencia sería, en el

mundo actual, Júpiter.

Llegamos, pues, a lo siguiente:

Definición 4. Significado
El significado (= sentido) de una expresión E es la construcción
asociada con E de acuerdo a las reglas del respectivo lenguaje.

Una consecuencia de todo esto sería:

Proposición 1
Cada oración corresponde a su significado

La veracidad de tal proposición es obvia puesto que cada oración es

de alguna manera construible. No tiene sentido hablar de oraciones

sin construcciones.

20
De acuerdo a la Definición 4., (b*) sería el significado de (a) 23.

Materna, entonces, define verdad en los siguientes términos:

Definición 5. Verdad
Una oración S es verdadera sii su significado construye un
hecho.

Las dudas que surgen con esta definición no están relacionadas

con el hecho de si la misma cumple los requisitos planteados por

Kolář, sino con el hecho de si en efecto tal definición tiene fuerza

explicativa alguna. Al menos tres objeciones podrían plantearse a la

definición previa: (i) Su dependencia de nociones intensionales no

claras, por ejemplo, los mundos posibles. (ii) ¿Con cuántos tipos de

construcciones contamos para construir las proposiciones? De

acuerdo a Tichý son cinco, mas sus seguidores, entre ellos el propio

Materna, las reducen a cuatro. ¿Qué nos asegura que tales

construcciones son las formas correctas para construir las

proposiciones? (iii) Incluso cuando diéramos una respuesta a las dos

primeras objeciones, la definición de Materna sería inaceptable por el

simple hecho de que es viciosa. Efectivamente, por definición 3* y

aplicando el principio de sustitución en definición 5, obtendríamos:

Definición 5*.
Una oración S es verdadera sii su significado construye una
proposición cuyo valor en el mundo actual es verdadero.

En otras palabras, la verdad de una oración es definida por medio de

la verdad de una proposición, lo cual es a todas luces inaceptable.

Parece pues que la correspondencia indirecta –en la versión de Kolář

23
Ver página 12.

21
y Materna- no tiene mejor suerte que la directa en su intento por

definir la noción de verdad.

En este punto de la discusión, lo que cabe plantearse es si es

posible explicar la relación entre portadores de verdad y hacedores

de verdad en términos que prescindan de la relación de

correspondencia o si, por el contrario, tenemos que renunciar a tal

tarea. En los siguientes apartados defenderemos la idea de que es

posible explicar la relación aludida (hacer verdadero) pero sin apelar

a la relación de correspondencia.

6. La relación hacer verdad (truthmaking relation)

Hasta ahora hemos visto las dificultades que surgen cuando se trata

de dar una definición rigurosa de la noción de verdad como

correspondencia (directa o indirecta). En vista de tales dificultades

pareciera que la definición de la verdad en términos de

correspondencia debiera rechazarse. Pero entonces, ¿quiere decir que

debemos renunciar a explicar la relación entre poseedores de verdad

y hacedores de verdad? Creemos que el problema requiere de un

nuevo replanteamiento.

Asumiremos, siguiendo a Barry Smith, que al menos para una

gran variedad de oraciones verdaderas existen partes de la realidad

que las hacen verdaderas, si alguien profiriera:

(7) Está lloviendo,

22
tendríamos que admitir que la verdad de esta oración no depende de

si la persona en cuestión lo cree o no, o si es o no conveniente para

ella; la realidad es en tal caso el árbitro último. La realidad, así,

constriñe la práctica de juzgar determinando qué juicios son

verdaderos. Pero por otro lado nuestra práctica de juzgar afecta la

realidad misma, en el sentido de que cuando juzgamos, delineamos lo

real. Quien profiere (7) en cierta forma delimita la realidad. Hay pues

una cierta relación de interdependencia entre la realidad y nuestra

práctica de juzgar. De tal forma que la relación hacer verdadero

(truthmaking relation) no puede basarse absolutamente en los

hacedores de verdad como postula el teórico de la correspondencia.

De acuerdo a Smith, en la relación hacer verdadero hay dos

componentes envueltos. Por un lado está la relación de necesariedad,

que ocurre entre un objeto x y un juicio p, cuando la existencia de x

implica la verdad de p y por el otro lado la noción de proyección, que

ocurre entre un juicio p y un objeto x cuando la verdad de p implica la

existencia de x. Estas nociones pueden formularse rigurosamente

como sigue:

Definición 6. Necesariedad
nec〈x, p〉 =def ∃ !x ∧ (∃ !x ⇒ p),
Donde p ⇒ q es una abreviación de ¬◊(p ∧ ¬q) y donde p, q,…,
son letras esquemáticas para juicios particulares.

Definición 7. Proyección
pro〈x, p〉 =def. p ∧ (p ⇒ ∃ !x)

A partir de ambas definiciones se sigue una gama de propiedades o

más bien principios para cada una de las conectivas, por ejemplo:

23
(nec¬) Si nec〈x, p〉 , entonces ¬∃y. nec〈y, ¬p〉
(nec∧) Si nec〈x, p ∧ q〉 , entonces nec〈x, p〉 y nec〈x, q〉 , etc.
(pro¬) Si pro〈x, p〉 , entonces ¬∃y. pro〈y, ¬p〉
(pro∧) Si pro〈x, p〉 , y pro〈x, q〉 , entonces pro〈x, p ∧q〉 , etc. 24

Por medio de la relación de necesariedad pasamos de la realidad al

juicio o más bien al lenguaje, mientras que por medio de la

proyección pasamos del juicio a la realidad. De allí que la relación

hacer verdadero (truthmaking relation) tenga que ser vista como la

intersección de la necesariedad y de la proyección, es decir: x hace a

p verdadero si y sólo si nec〈x, p〉 y pro〈x, p〉 . De lo que se sigue que

un hacedor de verdad para p es un objeto cuya existencia es una

condición necesaria y suficiente para la verdad de p.

Lo anterior, sin embargo, requiere de precisión. Hacer un juicio

verdadero es modelar una cierta porción de la realidad: la proyección

del juicio. Así, un hacedor de verdad de un juicio es una parte de esta

porción de la realidad. La relación hacer verdad podría entonces

definirse como sigue:

Definición 8. Hacer verdadero


hv〈x, p〉 =def. nec〈x, (x ≤ σ y . pro〈y, p〉 )〉

Es decir, x hace verdadero a p si y sólo si x es, por necesariedad, una

parte de la proyección total de p. Esta definición, pues, señala de

manera explícita la relación existente entre portadores y hacedores

de verdad, ya que se puede demostrar lo siguiente:

(hv) Si hv〈x, p〉 entonces p puesto que de hv〈x, p〉 se puede infereir


σ y. pro〈y, p〉 existe.
(hv¬) Si hv〈x, p〉 , entonces ¬∃y.hv〈y, p〉

24
Para detalles ver Smith, ibid.

24
(hvσ ) Si ∃ y.pro〈y, p〉 , entonces σ y.hv〈pro〈y, p〉 , p〉
(hvnec) Si hv〈x, p〉 , entonces nec〈x, p〉
(hvpro) Si nec〈x, p〉 y pro〈x, p〉 , entonces hv〈x, p〉
(hvhv) Si hv〈x, p〉 entonces hv〈x, hv〈x, p〉
(hv+) Si hv〈x, p〉 y hv〈y, q〉 entonces hv〈x, p〉 entonces hv〈x+y,
p∧q〉
(hvσ *) Si ∃ xϕ x y ∀x(ϕ x ⇒ hv〈x, p〉 ), entonces hv〈σ xϕ x, p〉

El problema que debemos ahora atender es cómo estructurar

una definición de verdad a partir de la idea anterior.

7. Verdad mediante estados de cosas

El filósofo y lógico polaco L. Borkowski25 ha sugerido una definición de

la verdad según la cual una proposición es verdadera si y sólo si el

estado de cosas (hechos) descrito por ésta existe. Formalmente:

Definición 9
ϕ es una proposición verdadera sii E!S(ϕ ).

Esta definición tiene la virtud de ser formalmente correcta y

materialmente adecuada. Nuestra tarea, sin embargo, consiste en

formular tal definición de acuerdo a lo planteado en el apartado

anterior. La razón de esto es la siguiente: la definición de Borkowski

pareciera estar emparentada con la concepción correspondentista de

la verdad. Siendo así, y dado las dificultades que hemos expuesto al

tratar de definir la noción de correspondencia, nos parece más

25
Para detalles ver Borkowski, Ludwik. (1980) “A Formluation of the Classical
Definition of Truth”, en Studies of Logic and Theory of Knowledge, vol. I, KULI, 1985,
pp 33-44; (1987) “A Proof of the Equivalence of two Formluations of the Classical
Definition of Truth”, en Studies of Logic and Theory of Knowledge, vol. II, KULI,
1991, pp 5-15; (1993a) “Supplementary Remarks to my paper a Proof of the
Equivalence of two Formluations of the Classical Definition of Truth” en Studies of
Logic and Theory of Knowledge, vol. III, KULI, 1993, pp 15-26; (1993b) “On the
Definition of Truth by means of the Concept of Sate of Affairs Described by a
Proposition” en Studies of Logic and Theory of Knowledge, vol. III, KULI, 1993, pp
27-29.

25
razonable plantear una definición que esté libre de los obstáculos

planteados en los apartados anteriores.

Siguiendo a Borkowski diremos que los estados de cosas son un

caso especial de relación. En una proposición como:

(8) 6 > 5,

el estado de cosas consiste en que 6 es mayor que 5; pero también

podemos entender este estado de cosas como la relación “ser mayor

que” en el dominio restringido del conjunto {6} y en el dominio

converso del conjunto {5}, así, pues, obtenemos la relación {6}| > |

{5}. Nótese que tal relación no es vacía. Se sigue, entonces, que para

cualquier relación n-aria R la siguiente equivalencia es satisfecha: E!R

⇔ ∃ x1,...xn R(x1,...,xn) ⇔ ∃ x1,...,xn 〈x1,...,xn〉 ∈ R.

“E!R” significa que la relación R existe. (8) es verdadera si y

sólo si el estado de cosas descrito por dicha proposición existe.

Podríamos expresar lo enunciado en esta proposición de la siguiente

manera:

(8*) E!{6}>{5}⇔∃〈x, y〉 ∈ {6}>{5}⇔∃ (x=6 ∧ y=5 ∧ x > y) ⇔ 6


> 5.

Por otro lado, expresiones como:

(9) La nieve es blanca,

podrían entenderse de dos maneras. (i) diciendo: la nieve pertenece a

la clase de cosas blancas o (ii) diciendo: la nieve tiene la propiedad de

la blancura. El estado de cosas descrito por (i) sería idéntico a la

26
relación {a}∈{A}, donde a = nieve y A= la clase o conjunto de

cosas blancas; mientras que el estado de cosas descrito por (ii) sería

idéntico a la relación {a}t{A} donde a= nieve y A= blancura.

Nótese que el estado de cosas descrito por la proposición es idéntico

con la relación de membresía entre la nieve y la clase de objetos

blancos o con la relación “tener una propiedad” entre la nieve y la

blancura.

Pero ¿cuál es la relación existente entre la definición de

Borkowski y las ideas presentadas en el apartado anterior? En

realidad, podemos decir que la definición de Borkowski es una

consecuencia de la relación de necesariedad y de proyección. Por la

definición de necesariedad, tendríamos:

(10) E!S(ϕ ) ∧ ((E!S(ϕ ) ⇒ ϕ )

es decir: ¬◊(E!S(ϕ ) ∧ ¬ϕ ) (necesariamente, si el estado de cosas

descrito por ϕ existe, entonces ϕ es verdadero). Mientras que por la

definición de proyección, tendríamos:

(11) ϕ ∧ (ϕ ⇒ E!S(ϕ ))

es decir: ¬◊(ϕ ∧ ¬E!S(ϕ )) (necesariamente, si ϕ es verdadero,

entonces el estado de cosas descrito por ϕ existe). De lo cual resulta:

(12) ϕ es verdadera sii E!S(ϕ ),

es decir: la definición de Borkowski.

27
La anterior formulación tiene al menos las siguientes ventajas:

(i) explica la relación entre portadores y hacedores de verdad de

manera precisa, (ii) nos permite una formulación de la verdad que es

materialmente adecuada y formalmente correcta y (iii) prescinde de

la problemática noción de correspondencia. Se podría objetar, sin

embargo, desde los siguientes ángulos: (i) al igual que la teoría

indirecta de la correspondencia, la anterior formulación está apoyada

en nociones intensionales, (ii) tal formulación no puede justificarse

sino sobre la base de cierto realismo y no se ha explicado qué se

quiere decir con “realidad”. En cuanto a la objeción (i) simplemente

cabría decir que la obscuridad de nociones como necesidad y

mundos posibles es más aparente que real, según veremos en el

ensayo sobre mundos posibles. En cuanto a (ii) podemos decir que el

realismo que en principio requiere tal definición es aparente,

podemos –incluso- usarla en contextos que presciden de la idea de

realidad. Pero si se nos exigiera precisar lo que por “realidad”

entendemos, diremos que nos referimos a ese mundo que -en nuestro

juego lingüístico-, decimos, es objetivo y que comprende tanto a las

sillas o las mesas, así como a las más elementales partículas del

universo cuántico.

28

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