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Ivonne Parra: Madre de Guillermo José Rueda Parra, joven de 20 años que fue ejecutado

extrajudicialmente por funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) el 12 de


diciembre de 2017 dentro de su vivienda, ubicada en el sector Blandín, carretera vieja
Caracas-La Guaira. Los funcionarios ingresaron a la vivienda diciendo que existía un
operativo en la zona, lo cual era falso.

Este es su testimonio completo, ofrecido para la serie documental La República que


Tortura, de TalCual.
La entrevista fue realizada en Caracas, Venezuela, el 20 de febrero de 2019.

Bueno, mi nombre es Ivon Parra. Soy la madre de Guillermo José Ruieda Parra, de 20
añitos.
Yo nunca pensé estar en esta situación, pero lamentablemente soy una víctima más de
los millones de madres que han tenido que pasar por lo que yo estoy pasando. Un 12 de
diciembre de 2017, se presentó un grupo de dos femeninas y dos masculinos en casa.
Tocaron tempranito en la mañana, mi hijo estaba durmiendo, yo estaba despierta
montando un café, porque me iba a llevar a buscar una insulina para un sobrino que tengo
en Barquisimeto.
Mi casa tiene ventana panorámica, veo que viene alguien armado, me asomo y me dice
“hey, hey”. Yo me asomo y le digo, ajá, que desea, y me dice: “ estamos haciendo un
operativo en la comunidad, ¿me abre la puerta? Y yo le digo, ¿pero usted tiene alguna
orden para entrar a la vivienda? “La orden que tengo es pásame la pata de cabra, ahí”.
Y le dice al otro compañero, que le dicen “matraca”, porque después escuche cómo le
decían, pásame la orden de allanamiento ahí, y el otro fue y le pasó una pata de cabra
rosada, y me iban a romper la reja, nunca se me olvida.
Y yo le dije, pero ¿por qué? Va porque la señora se está oponiendo al operativo, dijeron.
Entonces yo abrí la reja, y abrí la casa, mi hijo seguía durmiendo.
Yo tenía una casa, pero prácticamente la regalé. Era muy difícil para mi seguir viviendo
ahí, porque yo vivía con mi hijo. Vivíamos ahí solos. Había una parte de arriba, y un tipo
estudio independiente. La parte del medio era donde nosotros vivíamos
Yo le expliqué todo. ¿Quién vive aquí, quién vive aquí? Las femeninas me dijeron.
Revisaron el cuarto, despertaron a mi hijo, los tipos, y lo mandaron a vestir. Él estaba
sentadito en la cama, colaborando igual que yo. Luego de haber pasado, que ellos
revisaron y no encontraron nada, vienen las mujeres. Estoy segura de que no tienen hijos,
y estoy segura de que ellas van a tener unos delincuentes, porque ellas son unas
delincuentes, mi hijo no.
Lo que me mantiene así es que mi hijo no es un delincuente. Yo crié un buen hijo, las que
criaron esos malos hijos, son las madres de ellos. Las madres de esos tipos, de esas
mujeres que se metieron en mi casa y mataron a un muchachito de 20 años, que no lo
conocía sin un prontuario, sin un antecedente penal, que le pudieran decir tú mataste, tú
no; nada. Dispararon primero y averiguaron después.

Continúo. Me dicen que en vista de que ellos no encontraron nada dentro de la casa,
que si yo era capaz de acompañarlos a la zona dos para que se hiciera un informe de
que ellos no se llevaron nada, que no encontraron nada, pero que tampoco se
llevaron nada. Yo estuve de acuerdo con eso, cómo no. No me pareció mal,
realmente.

Yo estaba en paño, me vestí.  Y le digo, ¿vamos con mi hijo? y me dicen, sí, móntese
usted en esta patrulla, que él ya se va a montar. Ciertamente que me montan en la
patrulla y me llevan para la zona dos y me dejan afuera. Yo pregunto, ¿dónde viene
mi hijo? Llaman y dicen, no, lo que pasa es que la patrulla donde venía tu hijo se
accidentó, ya los vamos a ir a auxiliar. En vista de que no venía mi hijo, yo agarré un
mototaxi. No tenía plata, porque ellos se quedaron hasta con mi teléfono. Yo dejé mi
teléfono y todo en la casa. Entonces, cuando bajo, encuentro mi casa completamente
rodeada, que yo no podía entrar, y que ya a mi hijo lo habían llevado, y yo le dije, pero
¿por qué?, ¿para qué? Bueno, ya me habían matado mi hijo. Ellos se burlaron de mí,
me dijeron, ¿qué haces aquí?, tú hijo debe estar por allá preocupado por ti, y ya me
habían matado a mi hijo. 

Eso fue como a las seis y algo de la mañana, y a la una fue que me dijeron que me
habían matado a mi hijo. Y yo les dije que por qué, y ellos me dijeron que él también
había matado, y que yo había pagado cuatro veces vacuna por mi hijo a la PT (Cuerpo
Técnico de Policía Judicial)y que otras madres han llorado también como yo estaba
llorando. Yo le dije que no era así, y que cómo íbamos a hacer ahora que me mataron
mi hijo, que no era así. Y me dijeron así, “iremos presos”.

Yo crié a un buen muchacho para que no fuera víctima de nada, ni de malandros, ni


policías, y los que me lo tenían que cuidar me lo mataron. Mi hijo tenía licencia, tenía
todo en regla. Yo le tenía una carterita donde él tenía todas sus cosas, de la cédula
para abajo. Porque todo el tiempo, como los policías son martilleros y ladrones, yo le
decía que cargara todo al día para que no le estuvieran quitando plata.

Yo tengo una empresa de construcción, en la cual ya la dejé de trabajar. No trabajé


más, no trabajo desde ese día. Sólo me mantengo con la ayuda de dos hijas que
tengo, no he podido trabajar más nunca.

Ellos llegaron un día, cuando les dio la gana, por las razones que ellos saben, y yo las
sé, y le falta a la fiscalía y al tribunal terminar de investigarlas. Pero simple y
llanamente lo único que es cierto es que este gobierno, no estoy hablando de política,
pero, ha adoptado una política de Estado de exterminio, de penas de muerte. Está
existiendo estado de hecho y no de derecho. Este relato que yo estoy diciendo, que
he visto, lo han vivido muchas madres, les ha pasado lo mismo que a mí, y
lamentablemente no sé sí decir “lamentablemente”, pero, no soy la única, habemos
millones.
Yo me pongo a pensar a veces, cómo es posible que yo escucho que tenemos
problemas con la alimentación, ciertamente, se están muriendo los niños, los
ancianos, los que no son ancianos, por falta de comida, por falta de medicamentos,
por falta de hasta electricidad, pero no escucho que impacte esta masacre de la que
estamos siendo víctimas, de la que están siendo víctimas los jóvenes de nuestro país.
No se escucha.

Cada vez que escucho a los medios decir “se están muriendo por esto, por esto”, no
es menos cierto, pero tampoco es menos el caos causado porque estén asesinado de
tal manera a los jóvenes. Yo les hago un llamado, no sé si me harán caso, lo verán, o
les importara esta pobre señora pobre de un barrio, les digo que el único delito de mi
hijo fue el vivir en un barrio, no ser un muchacho rico. Yo no pude nunca darle otra
vida. Pobremente vivíamos de lo que yo le pude dar y lo crie bien. Un muchacho
cariñoso, respetuoso, querido por su comunidad, de hecho, hay 5000 firmas que
reposan en la fiscalía, y firmadas por el consejo comunal, donde dieron fe de la actitud
de mi hijo, que lo llevé chiquito a ese barrio. No nació ahí, pero lo llevé chiquito, y
todos lo conocen, lo conocían, como colaborador, amoroso, respetuoso.

Si viniera en estos momentos el que dice que me lo asesinó, porque fue un


enfrentamiento, dicen ellos, todo es un enfrentamiento. No sé qué capacidad mental
tienen los que tienen a su haber, o a su cargo, dar respuesta a nosotras las victimas
de que todo es un enfrentamiento. Yo no sé por qué será que cuando se enfrentan,
sale uno de ellos muerto.

Cuando se enfrentan realmente, cuando agarran, es porque es orden del gobierno,


porque así me lo dijeron. Los que entraron a mi casa me dijeron a mí ‘esto es orden
del gobierno’, cuando yo lloraba y gritaba y les decía que por qué. Una de las mujeres
me dijo, pregúntale a Freddy Bernal, llórele a Freddy Bernal. Ellos estaban seguros de
que estaban matando a un delincuente o cobraron porque ellos son sicarios. ¿Por qué
son sicarios? Porque ellos tienen orden de matar y todo se da si yo tengo un enemigo,
tengo un socio que quiero eliminar. Yo les pago a ellos, y ellos lo matan, y después
digo que es un enfrentamiento. Todas esas órdenes que ellos han dado son el pie y la
base para que ellos hagan y deshagan como les dé la gana, y no se investigue. 

Yo quiero hacer un llamado al fiscal general. No sé si yo le estoy haciendo un llamado


al verdugo, no sé, pero le quiero hacer un llamado. Esa Constitución, esas leyes que
él dice respetar tanto, que lo haga. El que me mató a mi hijo tiene orden de
aprehensión desde el 10 de octubre, y él anda activo, sigue matando y sigue haciendo
lo mismo. Se sigue enfrentando contra los delincuentes, y sigue matándolos, por
orden de ellos.
Si el fiscal habla tanto de los derechos humanos, ¿mis derechos humanos no valen?
¿Los de mi hijo no valen?  Yo he hecho de todo, por todos los lados me he metido. La
defensoría del pueblo, el defensor del pueblo, que me tiene que defender, no
defendieron a mi hijo, pero defiéndame a mí. Yo sé que no me lo van a revivir, pero yo
quiero que se haga justicia, se lo debo a mi hijo. Para mí es doloroso cada vez que
tengo que revivir este momento, porque yo le decía que se comportara bien, y él…él
se portaba bien, era un buen muchacho, y yo lo crié desde chiquito, nunca se separó
de mí hasta que ellos me lo separaron, de un día para otro porque les dio la gana.
Yo siento que tengo el deber y el derecho, y estoy segura de que yo quedé aquí con
un propósito: que por lo menos se haga justicia con él. Estoy segura de que ellos, y sé
de buena fuente, que no es el primero con quien ellos lo han hecho. El mismo que me
mató  mi hijo ha matado a infinidades. Tienen procesos administrativos y lo saben.
Entreguen a esos delincuentes, para que no sigan, todo tiene que caer. Para no ser
egoísta, porque, le pido perdón a Dios a veces por tanto sufrir por mi hijo, y sé que
tantas madres están sufriendo también por sus hijos, y que a todas nos duelen
nuestros hijos, les hago un llamado de que este cuerpo sea revisado, que el señor
Rafael Bastardo de su cara y diga: sí, yo los mando a matar. A nosotros se nos
escaparon los delincuentes de las manos.

Pero que averigüen, si esa es su política de estado, acabar con la delincuencia con
grupos de exterminio  como la OLP y ahora el FAES, háganlo público de una vez,
ponga las leyes de las penas de muerte, de una vez de derecho, no de hecho, porque
así como lo están haciendo  son violaciones de los derechos humanos, son crímenes
de lesa humanidad, y mientras que yo esté viva voy a continuar hasta que se haga
justicia por mi príncipe, porque nos destruyó la vida, no solo  a él, nosotros estamos
vivos porque comemos, caminamos, pero es terrible. Mi hijo no era un delincuente, y a
veces pienso que ojalá lo hubiese sido, un malandro, para que entonces yo poder
decirle, hijo, te pasó eso porque eras eso, pero de verdad que no tengo ni siquiera ese
consuelo.

Yo le abrí las puertas a eso delincuentes asesinos porque no tenía un asesino en mi


casa, no tenía miedo de eso. Mi hijo no tenía miedo porque él no le tenía miedo a la
justicia, él no estaba  cometiendo ningún delito.

Reitero el llamado, a los organismos responsables de hacer justicia, no solo para mí,
sino para la cantidad de familias que han enlutado en nuestro país. Vuelvo y repito,
haga eco de lo que usted dice, que los derechos humanos no son violados  en nuestro
país, hago eco de eso, que paguen, que paguen esa parranda de delincuentes que
están con chapa, protegidos por el gobierno. Usted no sea político, usted no tiene que
ser revolucionario chavista, imperialista, usted tiene que hacer valer los derechos, la
justicia. Hágalos valer, hágalos valer por nosotros, haga esto aunque sea lo último
que haga en su vida. Que se haga justicia por nosotras, las madres, por las familias.
No sé si tiene hijos, ni cuántos hijos tiene, pero usted no tiene idea de lo que es parir
un hijo, criarlo, criarlo bien, y que después de un momento a otro se lo arranquen. Eso
no se lo deseo a nadie, le destruyen la vida a  uno.  Así que vuelvo y repito, no sé si
estoy pidiéndole ayuda y justicia a un verdugo, espero que no, porque no tengo a más
nadie a quien pedirle, tengo que agarrarme de la justicia, lo único que tengo en mi
país. 

-Señora, Ivon, ¿esto dónde ocurre? ¿dónde era su casa? 


-Eso ocurre en la carretera vieja Caracas - La Guaira, sector Blandín. 
-¿Y eso fue el FAES? 
-Eso fue el FAES.
-¿Había algún operativo? 
-No. Ellos fueron directamente, ellos me engañaron. Ellos dijeron que era un operativo
para toda la comunidad, lo que fue completamente falso, porque ellos nada más
mataron a mi hijo y se fueron. Ellos pensaron que habían matado a un delincuente,
pero después yo les vi en su cara el hecho de haber cometido el error. Robaron en mi
casa, se llevaron el Directv de mi hijo, se robaron varias cosas. Se habían llevado mis
televisores, los plasmas que yo tenía, pero cuando se dieron cuenta de que habían
cometido un error tan grande, el jefe de ellos, el que estaba llevando el operativo, les
dijo que arreglaran el desastre que habían hecho en mi casa, y devolvieron varias
cosas. 
Dijeron que le iban a hacer a mi hijo un juicio postmortem, fue cuando yo le dije, ¿y
entonces? ¿Cómo van a hacer cuando mi hijo no ha matado a nadie ni es un
delincuente? Fue cuando me dijeron que ‘iremos preso’. Van presos, pero destruyen
vidas así sin saber. 

- ¿a su hijo lo matan en el traslado?


-No, dentro de mi casa. 
- Dentro de la casa. Usted cuando sale ¿qué le dicen?
-No sí, me mataron a mi hijo, lo subieron para el piso de arriba. Yo lo dejé a él en su
casa, en su cuarto, la última vez que lo vi. Y me lo mataron fue arriba, en el piso de
arriba. Me lo llevaron para arriba no sé por qué y en el otro piso  le metieron un tiro en
el pecho y me lo mataron. Lo llevaron para el Hospital Periférico, muerto ya. Yo no
sabía. 

-Me mataron a mi hijo  solito ahí en su casa, y ellos todos metidos ahí. Se metieron en
mi casa como les dio la gana. ¿De qué democracia, de qué derechos estamos
hablando cuando tú no puedes estar tranquilo ni en tu casa? En tu casa te salvas de
los malandros, pero de los policías no. En tu casa no te va a buscar un malandro, pero
a mi hijo no me lo mató un malandro, me lo mataron los que me lo tenían que cuidar.
Sólo espero que revisen esos cuerpos policiales que tienen, que no sigan destruyendo
tantas familias, nosotros no nos lo merecemos. Si ese es el plan que ustedes tienen
para acabar con la delincuencia, tienen que saber que no funciona, que no les
funciona con esto. Pónganse las manos en el corazón los que tienen la
responsabilidad de armar a esos malandros. Es que están armando a unas personas
que están poniendo en riesgo a cantidades de personas, a cantidades de muchachos;
a todo el mundo lo están poniendo en riesgo. Ellos son unos sicarios, ellos son malos,
ellos no tienen educación, no tienen preparación, nada. Ellos son malandros. 

-¿Usted puso la denuncia sobre la muerte de su hijo en fiscalía? 


-Sí, mi amor. Por eso te digo que el que me mató mi hijo tiene orden de aprehensión
desde el 10 de octubre, pero no se ha consumado eso, no se ha ejecutado. 
- Pero ¿usted sabe que él está activo? 
-Él está activo. Tengo conocimiento de que el mismo modo operandi, el cual usó con
mi hijo, lo usó con otro muchacho. Lo llevó también para un piso de arriba, un tiro en
el pecho, una misma pistolita que no servía y que la siembran, igual. De eso tengo
conocimiento. Él anda activo, solamente le pido a la IK, que yo fui y hablé. Estuve allá
y hablé con un jefe, pues,  y me dijeron que me iban a prestar todo el apoyo. Le pido
otra vez el poyo, y se lo vuelvo a pedir. En aquel momento no tenía nada en mis
manos, solamente estaba haciéndoles una denuncia para que supieran que ese FAES
se había metido. Yo tengo una denuncia allá, en la IK, en el helicoide. Y ahora le pido
que revise, y se den cuenta de que tiene una orden de aprehensión. Pónganlo
derecho, entréguenlo en el tribunal, ellos saben cuál es el tribunal. Entréguemelo al
tribunal y que se haga la justicia que se tiene que hacer pues. 
- cuando usted va a los tribunales y pide que se ejecute esa orden de detención,
¿Cuál es la respuesta que le dan en tribunales? 
-Llo que pasa es que el tribunal ya mandó la orden, lo hizo casi inmediatamente, pero
tiene que aprehender el CICPC, captura el CICPC. No sé cómo son esos mecanismo
pero no se han ejecutado, pues. Quien tiene que ejecutar la aprehensión es el CICPC,
pero no sé por qué no se ha consumado, pues. 

-¿Su hijo estudiaba? 


-Él era bachiller de esta república, quería ser del CICP. Nunca  se hizo ni un tatuaje ni
nada, lo estábamos tramitando, su título, el cual ya salió el año pasado, pero ya no lo
necesitamos. Mientras tanto, trabajaba conmigo, porque vuelvo y repito, yo tengo una
empresa de construcción, en la cual no quiero trabajar. Mi vida en estos  momentos...
no sé si el tiempo va a borrar todo, no sé. El tiempo no puede borrar todo, yo no
puedo borrar a mi hijo, y me hace demasiada falta, era mi compañero, era mi todo. Yo
lo protegía a él, y él a mí, y yo no lo pude proteger en ese momento.

Nunca dejó de vivir conmigo hasta que ellos lo mataron, sin condolerse de nada, sin
conocerlo, ni nada. Ellos no conocían a mi hijo, ellos solamente se portaban por un
chisme, se dejaron llevar por algo que les dijeron, se dejaron llevar por chisme. No
maten a nadie por chisme, no destruyan esas vidas.

Mi hijo hacía feliz a mucha gente, él hacía parte de la vida de mucha gente, y ustedes
en un solo momento se la quitaron, porque sí se la quitaron, y nos la quitaron también
a un poco de gente, dejaron a una bebecita de él de 5 mes, y es hermosa, que no va
a tener su papá. Ustedes sí pueden abrazar y besar a sus hijas, a sus hijos, y él no
puede. Mi nietica no tiene su papá, y él la amaba. Él amaba a su hija, mi hijo no era
callejero, mi hijo era de su casa, mi hijo me ayudaba. Todos los que conocen a mi hijo
saben que es así, y lo que yo estoy diciendo es verdad. Y solamente ahora le pido a
Dios y a mi hijo que me ayuden para poder seguir, hasta que me toque.

Yo no quiero, yo pensé muchas cosas, de irme con él de una vez, pero no. Yo quedé
por un propósito. Yo recuerdo a una señora a la que le mataron a su hijo en una
guarimba, ella seguía, seguía para adelante porque ella quería justicia. Ella mandó a
meter preso al policía que le mató a su hijo. Y se suicidó. Era una enfermera, pero
después de que se dio cuenta de que el policía estaba fuera de la cárcel, que ya él no
estaba preso, que él no duró nada preso, ella de la impotencia, el dolor, no sé qué se
le metió a ella en su mente, se suicidó. Se suicidó cuando estaba cumpliendo un año
de muerto su hijo.

Yo no me voy a suicidar, y yo me he protegido también con las leyes que me puedan


proteger, porque yo sé que al denunciar, estoy en riesgo de enfrentarme. De repente
me encuentran por ahí, y yo soy una malandra y me enfrente con alguno de ellos,
pero bueno, que sea lo que Dios quiera. Mi hijo se merece mi vida, si es así, mi hijo se
la merece. Yo sé que no tengo miedo porque Dios me ayuda, mi hijo me ayuda. Los
que hicieron lo malo fueron ellos.
Ellos verán si me pasa algo a mí. Bueno, igual, a mi hijo le pasó y hasta el presente
no he visto que ellos hayan tenido la respuesta. Yo he tenido muchas respuestas de la
fiscalía, gracias a Dios ellos han hecho su trabajo, el tribunal también, en el sentido de
que ellos dieron la orden, liberaron la boleta. Ahora falta el trabajo de ellos mismo, que
es entregarlo. No sé cuándo irá a pasar, pero esperemos.

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