Вы находитесь на странице: 1из 22

ARQUITECTURA ROMANICA

 CONDORI APAZA ROSA MARIA

 TUPAYACHI ORDOÑEZ ANGELA ELIANA

 BELASQUEZ CALSIN ARMANDO

 CHASCA COASACA GOSMY ALAIN


CAPITULO I

1. ARQUITECTURA ROMÁNICA

Desde el punto de vista exclusivamente arquitectónico el románico fue un esfuerzo


continuo en construir templos perdurables con la mayor grandeza posible pero evitando su posible
destrucción. En este empeño la arquitectura románica siguió un proceso evolutivo continuo de
perfeccionamiento y de resolución de problemas
tectónicos en busca de la altura y la luz.
Para ello el material empleado debía ser
piedra fundamentalmente, aunque no se renunció a
otros materiales como luego veremos. Otra
condición ideal era que el templo debía estar
abovedado. Esto era por dos razones: la primera,
por dar mayor relevancia simbólica al edificio y otra,
más práctica, para evitar los incendios que los
techos de madera sufrían con cierta frecuencia.
Estos deseos llevaron a los arquitectos
románicos a construir sus iglesias con grandes muros
macizos de piedra que pudieran soportar los
enormes pesos de las bóvedas. Los vanos, aunque
deseados por el simbolismo de la luz, fueron
practicados de manera más escasa que en el gótico
-vanos estrechos y saeteras- pues suponían
frecuentemente menoscabo de la resistencia de los
muros. Como consecuencia secundaria, el interior de
los templos románicos se envuelve en una tamizada
luz que invita al recogimiento. También esta luz
difusa daba vida y "magia" a la policromía de las
pinturas murales que cubrían sus muros.
El sistema de empujes y contrarrestos de las
bóvedas -mediante columnas, pilares, contrafuertes,
otras bóvedas, etc.- se convirtió en el principal
problema ingenieril a resolver y que no siempre se
hizo con acierto, como sabemos por innumerables
derrumbamientos producidos en diferentes épocas.

1.1.El templo tipo de la arquitectura románica


1.1.1. Naves y transepto

A groso modo, un templo románico es un edificio de piedra labrada orientado con la cabecera al
este con una o varias naves longitudinales que podían tener otras atravesadas (se verá en el
siguiente apartado). En ocasiones, la fachada o hastial occidental estaba precedida de un nártex o
antesala abovedada monumental.
1.1.2. Cabecera

La cabecera es la parte más noble de los edificios románicos


puesto que es el lugar donde se ubica el altar. De forma
invariable en el románico y en otras arquitecturas medievales, la
cabecera se encuentra en el extremo oriental de la iglesia. La
razón de esta orientación canónica es la de que los primeros
rayos de luz del día debían incidir en ella porque este Sacta
Sactorum simboliza a Jesucristo que es, según el Nuevo
Testamento "la luz del mundo".

Estructuralmente la cabecera románica suele estar formada por


un primer tramo llamado prebiterio, engarzado al ábside.

Los ábsides (escalonados en el caso de cabeceras poliabsidales) suelen ser de planta semicircular,
aunque también los hay rectangulares (bastante frecuentes en España como influencia
superviviente de la arquitectura prerrománica anterior) o
incluso tener girola con capillas radiales.

1.1.3. Cimborrio

Sobre el crucero (intersección del transepto con la nave


central) se solía levantar un cimborrio o torre-linterna -de
planta cuadrada u octogonal- con ventanales para iluminar el
interior.

Además de estos citados cimborrios sencillos, existe un


grupo llamado "Cimborrios del Duero" presentes en
catedrales y colegiatas situadas en el oeste del antiguo Reino
de León (Zamora, Toro, Salamanca y Plasencia) mucho más
elaborados. Se les ha atribuido influencia bizantina y/o
poitivina (Francia). El más primitivo de todos es el
perteneciente a la catedral de Zamora. Tiene bóveda
gallonada, con cubierta de lajas de piedra y cuatro torrecillas
en las esquinas.

1.1.4. Campanarios románicos: torres y espadañas

También era frecuente la construcción de parejas de torres campanario pareadas flanqueando la


fachada (lo que se denomina "fachada armónica") o torres únicas en un costado del templo (con
predilección por el costado norte).

El campanario tenía muchas funciones simbólicas más allá de la mera utilización como
instrumento sonoro para convocar a Misa. Se trataba de un símbolo de unión entre Dios y los
hombres y del poder de la Iglesia. En ocasiones se trataba también de una especie de torre
fortaleza de defensa frente a los enemigos, como en algunos lugares de la Castilla al sur del Duero.
La torre románica solía tener varios pisos definidos por impostas salientes con troneras y
ventanales para las campanas normalmente ajimezados.

Otra forma de campanario es la llamada espadaña, muro vertical plano horadado de vanos para
los campanas. Esta estructura tuvo como foco difusor las iglesias de los monasterios cistercienses.
En España se han conservado numerosas espadañas en el
románico del norte palentino, burgalés y de Cantabria. La más
conocida, quizás, sea la de San Salvador de Cantamuda
(Palencia).

1.1.5. Fachadas y portadas

Las puertas monumentales o portadas ornamentadas mediante


sucesivas arquivoltas abocinadas que apoyaban sobre columnas
se abrían normalmente en el muro occidental o meridional o en
ambos. En los templos más ambiciosos podía haber numerosas
puertas de entrada para abarcar todos los muros del edificio. En
este caso, la puerta principal está normalmente en el hastial occidental. Esta fachada, además de
la puerta monumentalizada, puede tener otros ventanales y óculos o rosetones de iluminación (en
el tardorrománico).

Si la puerta era muy ancha se colocaba como refuerzo una columna


central llamada parteluz o mainel. En templos importantes se
solían añadir estatuas de personajes bíblicos a las columnas o/y a
las arquivoltas (en sentido radial frente a la orientación longitudinal
del gótico). Otro elemento destacado de las portadas románicas es
la presencia de tímpanos esculpidos bajo las arquivoltas.

Es en estas puertas, en los capiteles de las columnas interiores y en


los canecillos que soportaban los aleros del tejado donde se
concentraba la mayor parte de la escultura monumental que
acompañaba indisolublemente a la arquitectura románica de los
periodos pleno y tardío.

1.1.6. Otras dependencias adosadas a la iglesia

En el caso de catedrales y monasterios se adosaban otros espacios y dependencias para la vida


monacal: claustro, sala capitular, refectorio, etc.

En estos casos el claustro se convertía en el núcleo de estas dependencias y con él se comunicaban


mediante puertas.

El claustro románico suele tener forma cuadrada delimitada por galerías con arquerías soportadas
por columnas.

Sin embargo, no sólo en monasterios, colegiatas y catedrales era


habitual la asociación de otros espacios al templo. Tenemos el
magnífico caso de las galerías porticadas románicas que son algo característico de la arquitectura
románica española, especialmente del sur de Castilla: Soria, Segovia, Guadalajara y sur de Burgos,
aunque también las hay en menor número en otras provincias españolas. Estos pórticos podían
rodear hasta tres de los muros del edificio y su función era múltiple: lugar de refugio, reuniones,
enterramientos, penitencias, procesiones, etc. Su morfología fue similar a la de las pandas de los
claustros: arcos sobre columnas, normalmente pareadas.

1.2.Materiales de construcción de la arquitectura románica

Los materiales básicos empleados en la la arquitectura románica son:

1.2.1. Piedra de sillería o sillar

Bloque de piedra labrado como un paralelepípedo).


Frecuentemente estos sillares eran marcados por los canteros
con marcas para su posterior cobro. Las paredes así elaboradas
tenían dos finas capas de sillería y en medio una masa de ripio
(pequeñas piedras normalmente procedentes del tallado de los
sillares.

La colocación o aparejo de la sillería puede ser a soga y tizón


(alternando la disposición en forma paralela y perpendicular a
la dirección del paramento), encintada, en hileras, etc.

1.2.2. Sillarejo

Piedra más pequeña, de peor labrado y ajuste, realizada con


martillo devastando directamente la piedra bruta, pero sin
pulir las caras.

1.2.3. Mampuesto

Piedra no labrada o de labrado tosco. frecuentemente se usaba


el "calicanto" a base de mampostería aglutinada con argamasa
(mortero de cal, arena y agua). Posteriormente se enfoscaba
para dar aspecto liso a la superficie previamente irregular.

Otros materiales Otros materiales usados fueron el ladrillo


(sobre todo en España), la madera (para cubiertas de templos no
abovedados), la pizarra y el barro cocido (tejas de tejados).

1.3.Plantas

Las plantas de las iglesias fueron muy variadas y es imposible


hacer una relación de todas ellas. Citaremos las más
importantes:
1.3.1. Plantas de salón o basilicales

Esta planta está relacionada con antiguos edificios públicos romanos y sobre todo, por las
primeras iglesias paleocristianas y prerrománicas Se trata de iglesias longitudinales con 1, 3 ó 5
naves paralelas (espacio entre filas de arcadas) sin transepto y normalmente finalizadas en
cabecera de ábsides semicirculares escalonados.

1.3.2. Plantas de cruz latina

A la disposición anterior se le añadía un brazo


perpendicular saliente en planta (transepto) con lo que el
resultado era de cruz latina. Ello simbolizaba la cruz de
Cristo. Estas iglesias podían estar también rematadas en
cabeceras con ábsides escalonados.

Sin embargo, en iglesias de peregrinación y otros grandes


templos las naves terminaban en una cabecera compleja
formada por capilla mayor rodeada de una girola o
deambulatorio de una o varias naves que la rodeaba y a la
que se abrían capillas radiales. Un ejemplo español es la
Catedral de Ávila.

1.3.3. Plantas circulares o poligonales

Las iglesias de plantas circulares o poligonales son menos frecuentes.


Normalmente son templos al servicio de comunidades de órdenes
militares participantes en la Cruzadas, como los templarios o los
caballeros del Santo Sepulcro, por parecerse al templo de Salomón y al
del Santo Sepulcro de Jerusalén, respectivamente.

Tenemos un claro ejemplo en la Iglesia de la Veracruz en Segovia y


también en las iglesia de Eunate y Santo Sepulcro de Torres del Río
(ambas pertenecientes a Navarra).

1.3.4. Planta de cruz griega

Otra planta ocasional es la de cruz griega, es decir, formada por dos naves iguales que se cruzan
perpendicularmente en el centro. Un ejemplo en España es la de Sant Pau del Camp en Barcelona.

1.4.Elementos sustentantes: arcos, columnas y pilares

El arco utilizado en la arquitectura románica es el de medio punto


(semicircular) y de sección rectangular, enriqueciéndolo en su intradós
(superficie interior) con uno más estrecho, decorando sus ángulos con
dos molduras (saliente con perfil uniforme) de sección semicircular.
A partir del siglo XII también se emplea el arco apuntado u ojival, por
dos segmentos curvos que forman ángulo en la clave. Esta invención
fue esencial para el desarrollo de la arquitectura medieval posterior
(gótico) pues los empujes que trasladaban estos arcos (y por
extensión las bóvedas apuntadas) a los pilares y restos de estructuras
eran mucho más verticales y fáciles de resistir.

La columna y el pilar son los elemento arquitectónicos esenciales para


recibir el peso de las estructuras superiores (arcos y bóvedas). La
columna esta compuesta por basa, fuste y capitel. La basa de la
columna románica es de tipo ática. El fuste, a diferencia de las
columna romanas y griegas y del resto de estilos posteriores al gótico
no es troncocónica ni tiene éntasis (diferente sección en los extremos) sino completamente
cilíndrica (salvo en casos aislados).

Tampoco tiene normalmente acanaladuras verticales como en la arquitectura clásica sino que son
lisos o en el caso más complejo lleva sogueados oblicuos o decoración geométrica (zigzag) o
vegetal. El capitel suele ser figurado o de motivo vegetal y tiene collarino y ábaco en los extremos.

El pilar o soporte prismático de sección cuadrada fue usado ampliamente como soporte, aunque
adoptó diferentes modalidades. La más frecuente fue la variedad de pilar cruciforme (sección de
cruz griega) o aún más, el pilar cruciforme con semicolumnas embebidas para recoger los arcos y
sus dobladuras.

1.4.1. Abovedamiento

La bóveda es una obra de fábrica curvada que sirve para cubrir el


espacio comprendido entre dos muros o entre varios pilares.

En el periodo del románico pleno la bóveda más empleada para cubrir


la nave principal del templo es la de medio cañón (bóveda de directriz
continua semicircular) con arcos transversales de refuerzo o fajones,
cabalgando sobre las arquerías inferiores. Esas enormes bóvedas
ejercían una fuerza no sólo vertical sino transversal que tenía que ser
contrarrestada con otras naves laterales o la presencia en el exterior
de los muros de poderosos y macizos contrafuertes.

Aunque la bóveda de medio cañón longitudinal fue -como decimos- la


más ampliamente usada para la nave principal, no se dejaron de
inventar, durante el período románico, nuevas e ingeniosas formas de
cubrición.

Por ejemplo, en lugares del sur y oeste de Francia como Angulema,


Périgueux, Cahors, Solignac, Souillac, etc., durante las primeras décadas
del siglo XII, se construyeron edificios de una sola y amplia nave, que se
cubría con una serie de cúpulas semiesféricas sobre pechinas.
Esta solución arquitectónica tuvo una limitada difusión.

En la iglesia abacial de San Filiberto de Tournus (Borgoña), edificio de tres naves iniciado en el siglo
XI, la nave central se cubre mediante una serie de bóvedas de medio cañón perpendiculares al eje
de la nave, apoyando sobre inmensos pilares circulares. Ello permitió, aprovechando la superficie
semicircular que queda bajo la intersección de la bóveda con el muro lateral para abrir ventanales
de iluminación directa a la nave.

Por otro lado, en las naves laterales de los edificios del románico pleno se emplea principalmente
la llamada bóveda de arista, construida sobre un espacio cuadrado y formada por el cruce de dos
bóvedas de cañón de igual anchura. Esta bóveda, cuando se genera por el cruce de arcos
apuntados y se refuerza con nervaduras da lugar a la bóveda de crucería.

Para abovedar el crucero, espacio cuadrado de intersección de nave y


transepto, se emplea la cúpula, o bóveda con forma de media esfera u otra
forma aproximada. Para pasar del cuadrado del crucero al círculo de la base
de la cúpula semiesférica se emplearon las pechinas (soportes en forma de
triángulo curvilíneo). También se usaron las trompas (soportes de forma
cónica) que convertían el cuadrado en octógono como transición al círculo.

En los ábsides de planta semicircular se usó de manera invariable la bóveda


de horno o de cuarto de esfera que se engarzaba a la de medio cañón
correspondiente al tramo presbiterial.

A partir de finales del siglo XI se comienzan a ensayar las primeras bóvedas


de crucería en Inglaterra y Normandía (Francia), como en la catedral de
Durham.

La gran utilidad de estas bóvedas es que los empujes que generan sobre las estructuras inferiores
son más verticales y localizadas lo que permite un mejor contrarresto.

A lo largo del siglo XII se suceden iglesias con planta y soportes


plenamente románicos (el habitual pilar cruciforme con cuatro
semicolumnas en sus caras) que sin embargo, al transcurrir el tiempo de
su construcción, se modificó el plan incicial para establecer un
abovedamiento de crucería. Ello obligó en algunos casos a improvisar
ménsulas para las nervaduras de la bóveda.

En España hay un sinfín de ejemplos

Estas construcciones de la arquitectura románica madura nunca han de considerarse góticas sólo
por el abovedamiento. El gótico es un concepto arquitectónico y estético diferente. Los soportes
góticos se hacen más complejos -con multitud de columnillas adosadas unas a otras o al pilar- para
recibir los numerosos nervios de la bóveda de crucería y este avance se emplea para
"desmaterializar el muro" y convertirlo en un mundo de cristal

1.5.Alzado
Atendiendo a la planta y al alzado, podemos hacer una sencilla clasificación de las iglesias
románicas, que si bien es insuficiente dentro del complicado universo de sus posibilidades, puede
resultar útil.

1.5.1. Iglesia de una sola nave

Son las más abundantes de nuestro románico, especialmente en el entorno rural. Pueden estar
abovedadas con medio cañón reforzados con fajones o tener cubierta de madera. El ábside suele
ser semicircular.

1.5.2. Iglesia de tres naves sin alzado superior

Pueden tener o no crucero. Tienen bóveda de medio cañón en la nave principal que se eleva
inmediatamente sobre el nivel de los arcos formeros (sin piso superior con ventanales) por lo que
la nave central no tiene iluminación directa. Un
hermoso ejemplar de este tipo arquitectónico es la
iglesia monástica de San Martín de Frómista (Palencia)

1.5.3. Iglesia de tres naves con alzado superior

Igual que el caso anterior pero la bóveda arranca de


un muro con ventanales o claristorio que arranca por
encima de los arcos formeros. En este tipo de iglesia,
la nave central sí goza de luz directa. Aunque con
bastantes irregularidades podemos citar como
ejemplo importante la Basílica de San Isidoro de León.

1.5.4. Iglesia de tres naves con tribuna

Es el típico alzado de las iglesias de peregrinación. El


alzado de estas iglesias tiene el nivel habitual de los
arcos formeros y por encima una tribuna abierta o
galería situada sobre las naves laterales. Este pasillo
superior se abre a la iglesia mediante vanos
geminados y al estar los muros exteriores abiertos con
ventanales, también hay luz directa a la nave central. Por último, sobre el piso de la tribuna
arranca la bóveda de medio cañón.

Este sistema de tribuna tenía como utilidad albergar mayor número de


peregrinos en las ocasiones de máxima afluencia. La elegancia estética
es de primer orden y su sentido de verticalidad, logradísimo. En Francia
un hermoso ejemplo es Santa Fe de Conques y en España, sin duda
alguna, la catedral de Santiago de Compostela. (VER IMAGEN LATERAL)

1.5.5. Iglesia de tres naves con tres niveles


Además del nivel de arcos formeros y el de la tribuna, se eleva un tercer nivel de claristorio (piso
de ventanales). Es el más vertical y arriesgado de los modelos de alzado románico. Un espléndido
ejemplo es Saint-Etienne de Nevers.

1.5.6. Iglesia de tres naves con bóveda de crucería

como se vio antes, es bastante frecuente encontrar en la fase tardía


del estilo, iglesias de planta y arranque románico rematadas con
bóvedas de crucería. A esta arquitectura de plantas románicas y
bóvedas de crucería u ojivas se le ha dado en ocasiones el nombre
de "románico ojival". La bóveda de crucería, además de mejorar la
estabilidad y disminuir el peso, permitía abrir vanos en lo muros
superiores, como se puede ver en la foto anterior de San Pedro de
Ávila, o en la lateral de la Catedral de Salamanca.

La bóveda de crucería, en algunos casos de mayor ambición, puede


arrancar de un nivel superior al de la tribuna, como en San Vicente
de Ávila, una de las obras de mayor enjundia del románico español,
aunque con varias fases en su construcción, desde el románico
pleno a un románico avanzado de transición al gótico. (VER IMAGEN
LATERAL)
CAPITULO II

2. EL PRIMER ROMÁNICO

El románico se desarrolló entre finales del siglo X o principios del XI y hasta bien entrado el siglo
XIII (sobre todo en entornos rurales) Se trata pues de un periodo muy amplio que
tradicionalmente se ha subdividido en tres etapas:

2.1.El primer Románico


Estamos a finales del siglo X y comienzos del XI. Se trata de
una época crucial por los grandes cambios sociales, políticos
y culturales que sufre Europa. Como veremos, la
arquitectura, influida por el mundo carolingio, genera una
gran variedad de soluciones y estéticas, combinando
elementos tradicionales con otros nuevos, llevando incluso a
verdaderas "contradicciones artísticas" haciendo difícil el
establecimiento de características comunes.
2.2.El Románico pleno
Época en la que todas las características del románico están
ya totalmente prefijadas, incluyendo la escultura
monumental, hecho verdaderamente diferenciador. Es, sin
duda, la época de mayor esplendor.
2.3.El Tardorrománico
En el tardorrománico la escultura monumental que nace en
la etapa anterior se vuelve más naturalista y menos
simbólica. La decoración general alcanza mayor barroquismo
y en la arquitectura se comienzan a emplear elementos que
el gótico asumirá con un concepto nuevo (arco apuntado y
bóveda de crucería).
2.4.Contexto Histórico del desarrollo del Primer Románico

Nos situamos alrededor del año 1000. El inicio de este nuevo lenguaje artístico coincide con una
serie de cambios sociales y políticos de gran trascendencia: el régimen feudal europeo va a ir
entrando en crisis mientras se da un aumento del poder real.

La sociedad se hace más abierta, comenzando el renacimiento de antiguas ciudades abandonadas


y creación de otras nuevas, Tras la crisis y violencias del siglo X se va a producir un nuevo impulso a
nivel espiritual y también material gracias principalmente a la mejora en técnicas de agricultura.

Por su parte, las peregrinaciones alcanzan su máximo apogeo y se produce un intenso


desplazamiento de gentes de unas zonas a otras (en España a este fenómeno general se suma el
movimiento repoblador de las tierras reconquistadas, tanto de gentes del país, como de francos).
Este flujo de personas va a hacer, además, que las nuevas ideas se transmitan de una manera
mucho más rápida.

Este auge económico provoca también un renacer artístico, que se ve reforzado por una serie de
avances técnicos, por ejemplo en el corte de la piedra, que hace que la arquitectura sea más sólida
y por ello también más compleja, utilización de nuevas herramientas y procedimientos, como para
elevar los sillares, mejora de los medios de transporte, etc.

Estos y otros factores han hecho que que muchos autores hayan hablado de un auténtico
"Renacimiento Románico" en el siglo XI. Lo que es evidente es que el Románico se convierte en el
primer movimiento cultural y artístico internacional de Europa.

2.5.Focos regionales del Primer románico

El creador del término "Primer románico" fue Puig i Cadafalch, refiriéndose a un arte cambiante
que se da a partir del año 1000 en algunos lugares de Europa.

El primer Románico no florece en todos los territorios europeos, sino que se da puntualmente en
algunas zonas.

Parece que surge en Borgoña, como consecuencia de la fundación del Monasterio de Cluny.

Otro centro dinamizador va a ser la Lombardía, en el


norte de Italia, región que conservaba un alto nivel
técnico heredado de los romanos.

Otros centros generadores van a ser Cataluña, por


influencia lombarda.

También van a ser importantes antiguas zonas


otonianas, de técnica muy refinada que también
influirán en los balbuceos del nuevo estilo.

Aún así el llamado"Primer Románico" es un estilo difuso


y muy cambiante que tiene características diferentes
según las zonas e incluso dentro de una misma zona. Se
dan titubeos y cambios de modelo, es decir, parace
como si se dieran distintos ensayos hasta alcanzar la
magnificencia y homogeneidad del románico pleno.

Así pues, va a ser difícil establecer unas características


comunes, aunque algunos hechos sí relacionan estos
distintos impulsos:

 Tendencia al abovedamiento completo del edificio, que se había perdido en gran medida
durante los siglos altomedievales. Por ejemplo, en Lombardía, hasta la mitad del siglo XI,
no se abovedada plenamente las iglesias.
 Nuevo léxico ornamental que afecta al exterior de los edificios y que se manifiesta en fajas
o bandas y en arcos en resalte sobre los paramentos exteriores. Se combinan de una
forma muy variable.
 Por tratarse de un "periodo puente" entre la diversidad prerrománica y el románico pleno,
muchas características especificas dentro de la técnica anterior se dan, aunque empiezan
a surgir elementos del Románico pleno.
CAPITULO III

3. ARQUITECTURA POPULAR ROMÁNICA

Uno de los problemas que surgen al abordar el proceso de popularización del románico es que
prácticamente ningún estudioso en la materia lo ha tratado con dedicación y cariño, de ahí que la
mayoría de las conclusiones que aquí plasmamos son completamente propias.

Como decimos hay dos parámetros que marcan el interés de cualquier estudioso (profesionales o
aficionados) cuando se arriman al arte románico. Estos das cuestiones, de forma resumida son:

Origen del románico (¿Cuándo surge?, ¿Por qué?, ¿Cuáles son las circunstancias religiosas,
sociales, culturales y económicas que lo propician? ¿Qué estilos artísticos influyen en su
nacimiento?)

El otro se basa en el estudio de los principales


monumentos y obras de arte en general.

Pero a nosotros, en Arteguias siempre nos ha


parecido bastante interesante el proceso de
popularización del románico áulico, su
obstinada pervivencia en épocas reservadas
teóricamente al gótico y su viaje al sur
alcanzando, en sus formas más populares y
pobres, territorios meridionales de la
Península que a muchos sorprenderían.

3.1.El Proceso de popularización de la


Arquitectura Románica

A grandes rasgos, es sabido que el Camino de


Santiago es la arteria principal por la que el
románico internacional penetre en la
Península en las últimas décadas del siglo XI y
se extiende a otros lugares, para aplicarse a la
construcción de monasterios y las catedrales
de ciudades importantes. El nuevo estilo se
enfrenta con desigual fortuna y penetración a
otras arquitecturas que se encuentran
establecidas en la España del norte durante el siglo XI.

En Cataluña y Aragón compite con el controvertido románico lombardo. Decimos "controvertido"


pues la arquitectura lombarda es para mucho un verdadero arte románico en su fase inicial
(primer románico - Cadafalch) mientras que para otros es un protorrománico, pero no un
verdadero románico.
El caso es que el románico pleno internacional se asienta pronto en Aragón (como se puede
apreciar en Jaca, Iguácel, Loarre, etc.) pero tarda más en Cataluña, como consecuencia del fuerte
raigambre que tiene la arquitectura lombarda.

En los reinos más occidentales, la arquitectura religiosa que se construye durante los siglo X y XI es
la herencia de tradiciones tardorromanas, hispanovisigodas y musulmanas que se ha llamado por
Manuel Gómez Moreno "Mozárabe" y por Bango Torviso "de Repoblación". Al margen del
nombre, esta arquitectura es rápidamente sustituida por el románico, como en Frómista, Silos,
Arlanza, etc.

A pesar del siglo XII español, nutrido de invasiones guerras civiles, conflictos bélicos con los
pueblos africanos que en dos oleadas llegan por el sur, el románico se extiende a otros muchas
poblaciones reconquistadas y repobladas de manera estable.

No obstante, será a finales del siglo XII y especialmente en las primeras del XIII, cuando la amenaza
del estado almohade desaparece tras las victoria cristiana de las Navas, cuando el románico se
extiende manera universal por todas las aldeas.

3.2.Algunas reflexiones previas para abordar la popularización de la arquitectura románica


en España durante los siglos XIII y XIV
3.2.1. El Carácter tardío del románico rural español

Como ya se ha dicho, hay que descartar es la


creencia de que el románico norteño queda
limitado cronológicamente a los siglos XI y XII.

Es evidente que el románico impulsado por el


Camino de Santiago, cuentan con numerosas
construcciones del siglo XI y dos primeros
tercios del XII. No es aquí lugar para enumerar
estos lugares que se encuentran en la mayoría
de las guías sobre el románico español. Se trata
fundamentalmente de iglesias monásticas,
catedrales y templos parroquiales de villas
importantes.

Pero es a partir del último tercio del siglo XII,


cuando el románico se populariza y se extiende,
como un sistema arterial, al contexto de las
poblaciones de segunda fila y llega al mundo
rural alcanzando ampliamente el siglo XIII. De
hecho, opinamos que un buen porcentaje del
románico rural español pertenece a esta
centuria.

Esta afirmación se basa en dos observaciones.


Por un lado, contamos en la escasa epigrafía románica, con una serie de iglesias señeras "cabezas
de serie" que influyeron en construcciones mas populares posteriores y cuya datación ya es de por
si tardía. Este ámbito es vasto y no podemos extendernos más allá de algunos ejemplos.

Citamos aquí la iglesia de Moradillo de Sedano, con su


escultura muy afín al segundo taller de Silos y que está
firmada en el año 1187.

La iglesia de la Vera Cruz de Segovia posiblemente se


terminó en 1208.

El otro aspecto es aún más evidente: la existencia de


numerosas iglesias románicas rurales del norte con
dataciones avanzadas del XIII.

Algunos ejemplos:

 La iglesia de Vilar de Donas (Lugo) es de 1224.

La magnífica iglesia de Marquínez ( Álava) tiene una


contundente inscripción en el muro meridional que la
fecha en el año 1226.

 Viana de Duero (Soria) tiene otra inscripción que la


fecha en 1239.
 La buena Emita de los Mártires de Garray (Soria) es de
1231.
 La puerta románica de la Asunción de San Vicente del Valle (Burgos) data de 1224 con
toda seguridad.

3.3.2. La Arquitectura Gótica en la España del siglo XIII

Otro de los tópicos imperantes es que el XIII es el siglo del gótico.

Esto exige importantes matizaciones. Si bien algunas catedrales góticas españolas se comienzan a
construir a finales del siglo XII y comienzos del XIII, se tata de
un fenómeno bastante aislado. El gótico es un arte complejo y
caro, importado tardíamente de Francia por los grandes
señores -reyes y obispos- para aplicarlo a las catedrales de
importantes ciudades de la época: Toledo, Burgos, León,
Cuenca, etc. Pero, en absoluto, es una arquitectura empleada
comúnmente fuera de ese contexto.

Por tanto, durante el siglo XIII, en el mayoritario ámbito rural


cristiano, y especialmente en los territorios recién
reconquistados y repoblados, el gótico no está presente. En su
lugar se sigue construyendo en el estilo imperante, es decir,
un románico tardío, simplificado y funcional influido en ocasiones por la estética cisterciense que
se ajusta mejor a construir templos para comunidades pequeñas.

3.3.3. El proceso de mudejarización de la arquitectura románica

Uno de los fenómenos más singulares de nuestra historia


medieval y que es diferenciador con el resto de nuestros
vecinos europeos es el nacimiento del mudéjar en tiempos
del románico.

Este arte es visto frecuentemente con poco aprecio por los


puristas del románico, considerándolo una degeneración y
perdida de esencialidad del románico.

Otros, defienden y ensalzan el mudéjar como la única


invención castiza de la que podemos presumir, en el campo
del arte, los españoles.
Nosotros no vamos a entrar en ese debate ni en juicios de valor, pero es obvio que el nacimiento
del primer mudéjar (siglos XII y XIII) se produce como consecuencia del contacto entre la
arquitectura románica pura y la musulmana, (tanto en decoración, como en técnicas constructivas,
etc.)
Este proceso de mestizaje en el
que uno de los "padres" es el
románico, comienza dando un
mudéjar que a su vez se ha
clasificado en dos variedades:
mudéjar toledano (influencia
andalusí más acusada) y mudéjar
castellano-leonés (influencia
románica más acusada).

En cualquier caso, esta nueva


arquitectura mudéjar inicial se
construye básicamente en ladrillo,
(aplicado a todo el templo, que
puede llegar a tener tres naves)
con decoración a base de bellas
arquerías de este material. Por
ello, lo podemos considerar como
un arte todavía no popular.

Pero, como el románico puro de


piedra, éste todavía noble arte
mudéjar sufre un proceso de popularización con el tiempo y en su trasvase al mundo rural.
Pasados los años y avanzando el siglo XIII, el ladrillo va desapareciendo (en muchos casos sólo se
deja en la cabecera, como ocurre en el románico con la sillería, siendo el resto de calicanto).

Los templos van haciéndose más sencillos (normalmente de una sola nave y un ábside) el meterial
mayoritario comienza a ser el calicanto. El ladrillo sólo queda para las puertas, esquinas y finas
hiladas en los muros.

Éste el momento en que la arquitectura románica y su


"hija" la mudéjar, finalizan su evolución degenerativa
dando pie a una arquitectura popular que sigue
recordando a sus antecesores pero sin llegar a ser la
misma cosa.

Esta arquitectura popular de tradición románica y mudéjar


se debió extender por bastantes territorios del centro y
sur peninsular, aunque dada su fragilidad constructiva y
pobreza desaparecerían masivamente con el tiempo, bien
por ruina o por sustitución por edificios más ambiciosos.
3.3.4. Características comunes y variedades de la arquitectura popular de tradición románica de
los siglo XIII y XIV

Las principales características son:

 Su paternidad es románica y mudéjar


 Se construye en aldeas repobladas tardíamente (tanto en el norte como sobre todo en
territorios del centro peninsular y del sur, a medida que la reconquista avanza)
 Es un fenómeno propio del siglo XIII y posiblemente de las primeras décadas del siglo XIV,
hasta el comienzo de las calamidades de mediados de ese siglo.
 Las construcciones se llevan cabo por artesanos rurales (cristianos y/o mudéjares) con una
pericia limitada y desconectados de otras formas más modernas de construir.
 Su carácter es funcional. No queda demasiado lugar para los virtuosismos arquitectónicos
o escultóricos, aunque sí pictóricos.
 Las plantas son de una nave con cabecera formada por ábside semicircular y presbiterio
rectangular, algo más ancho (al modo del románico auténtico).
 El material de construcción es casi siempre de mampostería tipo calicanto, aunque pude
haber partes de sillería (a lo románico) o ladrillo (a lo mudéjar). Pero, en cualquier caso
suelen ser minoritarias.
 El interior de los ábsides está mejor articulado que el exterior, identificándose en
ocasiones estructuras consideradas mudéjares como arquerías de ladrillo.
 En ocasiones el exterior del ábside y la nave interrumpen su lisura con hiladas de ladrillo.
Los ventanales pueden ser simples aspilleras o mostrar arcos de distinta filiación: de
medio punto de tradición románica o túmidos de origen musulmán.

3.3.5. Ámbito geográfico de la arquitectura popular de tradición románica de los siglos XIII y XIV

La arquitectura popular de tradición románica y mudéjar que se


extiende a lo largo del siglo XIII tiene numerosas muestras en
provincias meridionales de Castilla y León, como Soria, Segovia y
Ávila.

Son especialmente numerosas en el centro, como es el caso de


Madrid, Guadalajara, Cuenca y en algunos casos, Toledo.

También tenemos muestras en Extremadura, tanto en la


provincia de Cáceres como en la de Badajoz, incluso llegando hasta Huelva.

*Ejemplos de arquitectura popular de tradición románica y mudéjar en el centro y sur de la


Península

Guadalajara

En Guadalajara tenemos un excelente ejemplo de este tipo de arquitectura popular tardía donde
se conservan lejanamente las formas románicas, pero que ha quedado en manos populares y en
técnicas mudéjares como es el caso de Pozo de Guadalajara.
Cuenca

En Cuenca hay numerosas muestras de esta arquitectura popular derivada del


románico. La particularidad con otras provincias cercanas es que aquí el uso de
ladrillo y, en general, las maneras mudéjares no existen.

Podemos citar las iglesias de Ribagorda, Barbalimpia, Hortizuela, Mariana, etc.

Madrid

En la Comunidad de Madrid, donde llegó con cuentagotas en románico


auténtico, se desarrolló sin embargo con fuerza esta arquitectura tardía y
popularizada de raíz románica y mudéjar.

Especialmente en la Sierra de Guadarrama han quedado bastantes iglesias con


ábsides de mampostería e hiladas de ladrillo, algunos enfoscados, pero otros
fácilmente reconocibles, como la Ermita de Patones, la antigua iglesia de
Guadarrama, la Ermita de Carabanchel, San Mamés (junto a Navarredonda), Boadilla del Monte,
etc.

Toledo

La provincia de Toledo, especialmente la capital, está caracterizada por una noble arquitectura
mudéjar de ladrillo, pero también continuó el proceso de degeneración y popularización tardío
como se aprecia en la humilde cabecera de la Ermita de la Natividad de Guadamur.

Cáceres

En la provincia de Cáceres existen algunas muestras de esta arquitectura. Citamos aquí la Ermita
de Nuestra Señora de la Coronada de Trujillo y la cabecera de la iglesia de San Pedro de
Aldeanueva de la Vera.

Badajoz

Entre otros, citamos aquí como claro ejemplo de la arquitectura


popular cristiana del siglo XIII, el ábside semicircular de
mampostería con hiladas de ladrillo cubierto con bóveda de horno
de la iglesia de Santiago en Puebla de Alcocer, del siglo XIII o inicios
del XIV.

Huelva

Aunque resulte extraño, hasta a la muy meridional Huelva llegó esta


arquitectura, pues no hay que olvidar que éstos y otros territorios de Andalucía
fueron reconquistados a mediados del siglo XIII.
Mencionamos aquí varias ermitas que fueron las iglesias parroquiales de los núcleos repoblados
en ese siglo, como Santa Brígida de Galaroza, Santa María Magdalena de Cumbres Mayores, San
Mamés de Aroche y muy especialmente el espectacular ábside que se adosó a la mezquita de
Almonaster la Real en el siglo XIII.

Вам также может понравиться