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¿Y TU, YA DECIDISTE MORIR?

“De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y


muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”, Juan 12:24.
En Corea del Norte durante 1950, por varios años, el pastor Kim y veintisiete
miembros de su redil vivieron en túneles bajo tierra hechos a mano, desde
estos lugares ellos adoraban y alababan a Dios. Pero los comunistas
descubrieron donde vivían cuando construían una carretera, entonces los
guardias los sacaron de su escondite y los presentaron frente a una multitud de
3.000 personas para realizar una ejecución pública; lo único que tenían que
hacer para salvar sus vidas era negar a Cristo, pero los creyentes rehusaron
hacerlo. Entonces se ordenó separar del grupo a cuatro niños y prepararlos
para ser ahorcados, ya con sogas amarradas alrededor de sus pequeños
cuellos, el oficial les ordenó nuevamente a los padres que negaran a Cristo,
pero ninguno de los creyentes negó la fe en Cristo, en vez de eso les dijeron a
sus hijos: “Muy pronto nos veremos en el cielo” y los niños murieron
calladamente.
Finalmente se ordenó que trajeran una aplanadora, y obligaron a los cristianos
que se acostaran en el camino, mientras el motor de la máquina aceleraba, el
oficial les dio una última oportunidad de retractarse de su fe en Jesús, pero
nuevamente los creyentes rehusaron hacerlo, entonces tan pronto la máquina
comenzó a moverse lentamente, mientras sus huesos y sus cuerpos eran
aplastados, de los labios de los creyentes solo se podían escuchar las
siguientes palabras: “Más amor por ti, oh Cristo, más amor por ti. A nadie más
deseo, más amor por ti. Que el dolor cumpla su cometido, más amor por ti,
Entonces mi último aliento, tu alabanza susurrará, Este será el llanto de
despedida que mi corazón elevará; Más amor, oh Cristo, por ti”
La verdad es que el Pastor Kim y los miembros de su congregación habían
muerto a todo, para que CRISTO pueda vivir en plenitud en sus vidas.
Entonces, ¿Cuáles son los mayores sueños que anhelas cumplir? y ¿Hasta
qué punto esos sueños pueden hacerse realidad sin que implique un alto
costo?
Ahora nuestro mayor problema es que la mayoría no queremos pagar el precio
por lograr hacer realidad esos sueños, queremos tener mucho fruto y no
queremos morir para obtenerlo, pues de acuerdo a Mateo 12:24, “… si el
grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere,
lleva mucho fruto”. Un grano de trigo no produce ningún fruto a menos que se
echa en el suelo, así este era la representación de Jesús que tenía que morir
por nosotros para demostrar su amor y gracia. Ahora Jesús nos propone lo que
quiere que hagamos, tenemos que morir para dar mucho fruto, cada creyente
debe ser como el trigo, que cuando cae en tierra, es sepultado en oscuridad y
muere, cuando muere nace, después que nace crece y luego da mucho fruto,
por el contrario el cristiano que no produce fruto es porque no ha muerto, pues
la biblia dice en Mateo 7:16 “por sus frutos los conoceréis”.
Entonces te preguntaras, ¿A qué tengo que morir?, en Colosenses 3:
5, nos dice claramente “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia,
que es idolatría”. Por lo tanto tenemos que morir al pecado, al egoísmo, al
orgullo, a malos pensamientos, envidia, hipocresía, celos, enojo, rencor y a
muchas otras cosas más que Dios aborrece, y que solo nosotros conocemos, y
si no es así pidamos a Dios que nos revele nuestra condición, por lo tanto si
morimos a todo eso se producirá el fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas,
que según Gálatas 5:22 es “ AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA,
BENIGNIDAD, BONDAD, FE, MANSEDUMBRE, Y DOMINIO PROPIO”.
En conclusión en estos tiempos que estamos viviendo de Cuarentena, donde
cada uno tiene la libertad de adorar y buscar de Dios desde su hogar, de
compartir con otros el amor de Cristo, esto nos demuestra Dios que somos
más que bendecidos, pues no somos perseguidos y torturados como el Pastor
Kim, como los discípulos y aun como nuestro propio Salvador Jesucristo, que
aun asi tomaron la mejor decisión de sus vidas, morir así mismos para llevar
mucho fruto, así nosotros como cristianos tenemos que aprender a morir cada
día, menguar para que Cristo crezca. Porque cada tarea bien realizada implica
privación, renuncia y entrega, pero solo el que es capaz de morir puede
observar el fruto beneficioso de la vida que nace con la muerte.
¡Dios te bendiga ¡

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