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El pueblo egipcio, de raíz mediterránea, fue producto de la fusión de dos elementos raciales
básicos: una aportación camítica (desde el sur) y otra procedente del norte, de la parte de
Siria.
Así nació el pueblo egipcio, al que nos encontramos instalado en el valle del Nilo desde
aproximadamente el 10.000 a. C., formando pequeños núcleos de agricultores neolíticos (los
‘nomos’).
Hacia el 2.400 – 3.000 a. C. el país alcanza una primera unidad política cuando el legendario
faraón Menes reúne bajo su poder los reinos del Alto y Bajo Egipto, que por entonces se
habían concentrado en numerosos asentamientos neolíticos.
A partir de ahí la figura del rey pasó a llamarse FARAÓN y es la que mantiene la unidad del
país.
Los faraones son agrupados en DINASTÍAS y éstas en IMPERIOS.
La historia de los faraones se estructura en 26 dinastías que dan lugar a varios períodos
importantes, de las que los 3 fundamentales son:
A PARTIR DEL AÑO 1.000 a.C.: los llamados “pueblos del mar” acaban con el Imperio
Nuevo y entramos en una época de decadencia. Egipto se debilita, se rompe su unidad y va
pasando por diferentes manos.
1º: 661 a.C. cae en manos asirias.
2º: 525 a.C. el rey persa Cambises lo incorpora al imperio persa. Tras las grandes
conquistas de Alejandro Magno en el 332 a.C. se convierte en un reino helenístico y así hasta
que Cleopatra (última representante de los faraones) es derrotada por Octavio en la batalla
de Actium en el 31 a.C. por lo que en el 30 a.C. pasa a ser provincia romana.
JEROGLÍFICA
Su ejecución quedaba reservada a los escribas. Es una escritura pictórica, ya que se realiza
a base de dibujos que remiten a los objetos que reproducen, a algunas de sus propiedades o
a ideas. Fue el francés Champollion, orientalista y arqueólogo, quien a comienzos del XIX
consiguió descifrarlas usando las inscripciones de la piedra de Rosetta, llevada a París por
Napoleón tras su campaña en Egipto de 1798.
Se trata de una piedra de basalto negro en cuya cara pulida hay 3 inscripciones en letras
jeroglífica, demótica y griega que daban noticia de un decreto de los sacerdotes de Memfis
fechado en el año 196 a.C., durante el reinado de Ptolomeo I. Champollion llegó a descifrar
estos escritos y desde este momento fue posible la interpretación de las numerosas fuentes
escritas que quedaban del Egipto faraónico, bien en las lápidas o tumbas y templos o en los
rollos de papiro. Por ello, Champollion es considerado el padre de la egiptología.
3. RELIGIÓN
- DIOSES:
El río Nilo no sólo fue artífice de la economía y sociedad egipcia, sino también de la
religión. El pueblo es enormemente religioso que lo divinizó todo. Por tanto, la primera
característica es su marcado POLITEÍSMO.
Era un pueblo de campesinos que adoró fundamentalmente a las fuerzas de la
naturaleza. En primer lugar al Sol, del que dependía la prosperidad de los cultivos. Lo
adoraban con distintos nombres y atributos, y fue una auténtica divinidad nacional.
En las primeras dinastías fue adorado bajo la denominación de HORUS, el sol naciente o
hijo de Osiris.
El dios RA fue el más importante y se representa como un disco solar en su plenitud.
AMÓN: la divinidad principal en Tebas. Luego se le llamó AMÓN-RA.
OSIRIS: el dios de los muertos. Representa al sol poniente, el que muere todos los días.
THOT: tiene cabeza de ibis. El señor de Hermópolis.
ANUBIS: cabeza de chacal.
APIS: cabeza de buey.
HÁTOR: cabeza de vaca.
SETH: Dios del desierto.
Normalmente son representaciones con figura humana y cabeza de animal que recuerde
a su origen totémico (los tótem solían ser animales).
Entre los mitos y leyendas, uno de las que más importancia tiene es la de Osiris, según
ña cual éste fue asesinado por su hermano SETH, el dios del desierto, quien tras cortarlo
en pedazos lo distribuyó por todo Egipto (alusión al origen de Egipto: nomos neolíticos).
ISIS, su esposa, lo reconstruyó y formó con él la primera momia (unificación del país,
Menes). Así, Osiris resucita y se convierte en el dios de los muertos. Con su muerte
anual, Osiris simboliza la sequía del Nilo y con su resurrección el desbordamiento del
mismo con lo que se convierte en el dios de la tierra y la vegetación.
ISIS: hermana y esposa de Osiris y diosa protectora de los niños.
SETH: dios del Alto Egipto y las tormentas.
LA VIDA DE ULTRATUMBA
Las crecidas irregulares del río Nilo garantizaban la renovación de la vida, algo que el
hombre egipcio reflejó desde muy temprano. Esta creencia en la eternidad, tanto del
hombre animado como inanimado, será uno de los aspectos más relevantes que
configuran la arquitectura, pintura y escultura. En ninguna cultura histórica se
encuentran tantas atenciones a los muertos, aspecto fundamental para entender muchas
de las esculturas egipcias.
El Ka se convertía en el espíritu protector del cuerpo. El cuerpo se representa en
estatuas.
La vida y la muerte estaban estrechamente relacionadas con el cuerpo inanimado y con
la estatua funeraria, ambos soportes físicos necesarios para obtener la inmortalidad del
alma, por medio de estos dos elementos podía beneficiarse de la comida y la bebida,
representadas a través de dibujos en capillas funerarias.
Con la muerte el alma se separa del cuerpo y acude a la mansión de Osiris tras superar
muchos peligros. Por eso, en las tumbas se guarda un papiro denominado Libro de los
muertos, que es una especia de “guía” para que el alma sepa llegar a este lugar y
responder allí ante el juicio de la Justicia y la Verdad. Allí se representa al muerto ante
un tribunal presidido por Osiris, al que asisten hasta 42 divinidades más, especializadas
cada una de ellas en el juicio de una falta concreta. El alma es pesada en una balanza
que va a dictaminar su destino. Anubis, el dios de la cabeza de chacal, supervisa el peso
del corazón del difunto, mientras Thot (cabeza de ibis, un pájaro), el dios mensajero,
anota el resultado. Tras el juicio, el alma se unirá al cuerpo para vivir eternamente pero
para que esta misión se lleve a cabo es necesario que el cuerpo esté bien conservado. De
este modo, el cuerpo cadáver se convirtió en la base sustentante de la vida del Más Allá,
por lo cual debía mantenerse incorrupto, y así poder disfrutar plenamente de la vida de
ultratumba. De ahí el desarrollo de las técnicas de momificación.
El cuerpo, al mantenerse incorrupto, permitirá que el espíritu reconociera su receptáculo
originario.
Para lograr la vida eterna, el individuo debía disponer además de una tumba donde
acoger su momia, que tuviese los elementos necesarios para su subsistencia y una zona
de culto funerario, creencia que llevó a realizar importantes creaciones en el campo
artístico.
ARQUITECTURA EGIPCIA
Características:
El arte egipcio que ha llegado hasta la actualidad procede principalmente de los monumentos
funerarios y está absolutamente condicionado por la creencia de que la vida continúa
después de la muerte. En los monumentos funerarios la arquitectura configuraba la morada
eterna del difunto, y la escultura y pintura cumplían las funciones de asegurar su continuidad
física y de rodearlo de todos los placeres de la vida terrenal.
El concepto de arte egipcio buscaba utilidad y eficacia, más que belleza por lo que el cambio
y la novedad no resultan interesantes en sí mismos, de manera que el estilo y el lenguaje
convencional precozmente instaurados, continuaron prácticamente invariables durantes sus
3 milenios de vigencia.
1. MASTABAS
Al principio, los rituales de enterramiento estaban reservados únicamente a los faraones,
pero pronto el resto de los altos dignatarios comenzaron a preocuparse por asegurarse
una vida de ultratumba satisfactoria. A partir de entonces, la tumba de los personajes
notables, sacerdotes o nobles será también la mastaba.
Exteriormente recuerda a la casa de adobe egipcia, de planta rectangular, paredes
inclinadas y cubierta plana semejante a una pirámide truncada. Está construida con
piedra caliza o ladrillo y carecía en ___ su exterior de todo ornamento.
Su interior constaba de una pequeña sala o capilla denominada el SERDAB, donde se
guardaba la estatua del difunto y en la que se encontraba la puerta falsa orientada al
este y que comunicaba el mundo de los muertos y el de los vivos. Delante de ella se
depositaban las ofrendas y se realizaba el culto funerario. Las paredes del sirdab estaban
cubiertas de bajos relieves que presentaban escenas de la vida cotidiana especialmente
relacionadas con la alimentación y destinadas a reconstruir lo que había sido la vida del
difunto y a proporcionarle lo preciso para la vida de después. Muy rara vez eran pinturas.
Después de la puerta falsa había un pozo excavado en la roca y sellado tras el sepulcro.
Este pozo terminaba en la cámara sepulcral donde se depositaba el sarcófago del
difunto, el ajuar funerario y las ofrendas indispensables para la vida de ultratumba.
Todas las invocaciones que se fueron introduciendo en las mastabas no habrían sido
posibles si en los inicios de la III dinastía Zoser no hubiese mandado construir en
Saqqara, necrópolis de Memfis, un monumental complejo funerario, una verdadera
ciudad levantada para honrar y servir al Ká del rey.
-PIRÁMIDE ESCALONADA DE ZOSER (2.700 a.C.), Saqqara
El complejo consiste en una muralla de unos 10 m de alto, que delimita un espacio
cerrado. La entrada al recinto está señalada por 14 puertas falsas pero sólo una te deja
acceder al interior.
El pasadizo de entrada, de apenas 1 m de ancho, conduce a un camino procesional de 20
columnas acanaladas y adosadas a pilares que constituyen una especie de sala hipóstila.
El recinto está dominado por la pirámide escalonada, que se encuentra en el centro.
Imhotep, al principio, sólo pensó construir una gran mastaba, pero el proyecto de un
gran complejo funerario le obligó a encontrar una solución más monumentalista para la
construcción exterior de la tumba del faraón, lo que dio como resultado la pirámide
escalonada.
A partir de entonces, la pirámide distingue la tumba faraónica de la de los grandes
dignatarios.
2. LA PIRÁMIDE
Los complejos funerarios de los faraones consisten en:
- Pirámide: gigantesco túmulo que contenía el sarcófago del faraón.
- Templo funerario: se encontraba adosado al flanco oriental de la pirámide.
- Gran avenida ceremonial: vía de procesión de la comitiva funeraria, que llegaba
desde el valle del Nilo hasta la pirámide.
- Templo del Valle: dedicado al culto popular del faraón hasta su muerte.
El templo funerario cumple una función semejante al sirdab de las mastabas y
normalmente constaba de una sala hipóstila de columnas con la estatua del faraón, una
sala para el culto de los sacerdotes, que cuidaban el edificio funerario y una última
dependencia reservada al dios y cuyo acceso estaba reservado exclusivamente a los
sucesores directos del faraón.
Tanto el anterior de los templos funerarios como las cámaras sepulcrales del interior de
la pirámide, mostraban paredes lisas sin adornos sin pinturas ni ornamentos.
PIRÁMIDES DE GIZEH
Imperio Antiguo, IV Dinastía.
Necrópolis de Gizeh: gigantesco cementerio presidido por las tumbas de los grandes
faraones de la IV dinastía: Keops, Kefrén y Micerinos. En torno a las tres grandes
pirámides se sitúan las pirámides menores de la familia real y las mastabas de los
nobles, ordenadas rigurosamente en calles y más o menos próximas a las pirámides
según el mayor o menor rango de sus ocupantes. Así se evidencia de forma clara la
diferencia entre el faraón-dios y sus súbditos mortales.
La pirámide de Keops supone el afianzamiento pleno de una arquitectura basada en el
poder absoluto del plano y la forma abstracta. Sobre un cuadrado de 230,35 m de lado
se levanta una masa de piedra piramidal que alcanza las 146,60 m de altura definida por
4 triángulos isósceles que inclinan 51º y que en su intersección determinan los 4 puntos
cardinales.
Esa enorme masa de piedra es la estructura exterior visible de la pequeña cámara
sepulcral que alojaría en su interior. La entrada está situada a 18 m de altura y el
estudio del interior nos desvela que la cámara mortuoria destinada a un faraón que podía
morir antes de ver terminada su tumba: fue reubicada 3 veces.
La entrada da acceso a un corredor descendiente que conduce a la primera cámara
mortuoria. Un corredor ascendente lleva a las otras cámaras. Estaba hábilmente oculto y
su angostura (estrechez) obliga a subirlo agachado. Este canal ascendente contrasta con
la visión de la gran galería, de 8,5 m de altura x 46,5 m de largo; y que precede a la
cámara mortuoria.
Esta gran galería se construyó para albergar los bloques que tras el funeral de Keops
taponaran el corredor ascendente. Tanto la cámara como la gran galería no estaban
destinadas a ser vistas, y cuentan que cuando se encontró estaba tan excepcionalmente
taponada que entre bloque y bloque era imposible pasar una cuchilla de afeitar.
Detrás de esta gran galería hay una antecámara y finamente la cámara del rey, que
albergaba el enorme sarcófago y que muestra paredes lisas y pulidas sin ninguna
inscripción y ornamento. Mide 10 m de largo x 5 m de ancho, y su techumbre está
protegida por 5 cámaras de descarga y una última bóveda a dos aguas, que aseguraban
su integridad a pesar del peso que debía soportar. De la cámara parte hacia el norte y el
sur dos oberturas estrechas que la ponen en contacto con el exterior y que son canales
de ventilación.
La hazaña arquitectónica que supuso la construcción de la pirámide todavía plantea
muchos interrogantes: desconciertan sus colosales dimensiones, su perfecta orientación,
incluso la cámara del rey se construyó en relación a los puntos cardinales, el hecho de
que el corredor y la galería ascendente enfilan con precisión la Osa Polar, etc.
En el lado este de esta pirámide hay tres pequeñas pirámides que pertenecen a tres
reinas y en el lado oriental hay restos de un templo y de una ciudad funeraria para
obreros, sacerdotes, artesanos… No se ha conservado prácticamente nada de esta
ciudad.
Al suroeste de la pirámide se levanta la pirámide de Kefrén, hijo de Keops.
Esta pirámide se alza sobre un cuadrado de 210 m de lado y alcanza una altura de
143,50 m de altura. Alrededor de su vértice todavía puede apreciarse el revestimiento
original de piedra caliza pulida. El alzado es más sencillo que el de Keops y no tiene
sistema de ventilación.
Se conservan restos del templo funerario a los pies de la pirámide, y había una avenida
cubierta que unía este templo con el Templo del Valle.
Por último, la pirámide de Micerinos se alza más al sur que la de Kefrén y tiene unas
dimensiones considerablemente más pequeñas. Se levanta sobre un cuadrado de 108 m
de base y alcanza los 65 m de altura. Estaba cubierta de granito rojo.
El conjunto de las tres pirámides con sus templos de difuntos y sus templos del valle fue
considerado por Heródoto una de las 7 maravillas del mundo y también por los egipcios.
HIPOGEOS
La arquitectura funeraria posterior no alcanzó la monumentalidad del Imperio Antiguo.
En el Imperio Medio se traslada la capital de Memfis a Tebas. La falta de amplias
explanadas en torno a la capital propició la aparición de hipogeos, galerías subterráneas
excavadas en laderas rocosas de carácter funerario. Pueden seguir dos modelos
diferentes:
- Excavadas en la roca en horizontal
- Excavadas en la roca con profundidad (las más habituales)
Esta tipología es propia de las tumbas privadas en el Imperio Medio, especialmente las
de los príncipes de los nomos y de los altos funcionarios.
Los faraones durante el Imperio Medio continúan levantando pirámides pero más
pequeñas.
En el Imperio Nuevo los hipogeos pasa a ser también tumbas faraónicas. Se sitúan al
oeste de Tebas en el Valle de las Reinas y el Valle de los Reyes. Ambos se convirtieron
en el escenario de la construcción de las más ricas tumbas rupestres del imperio.
Destacan la de Ramsés II, Tutmosis II, Nefertiti, Tutankamon…
Estos hipogeos suelen tener una galería tras la que aparece una capilla, seguida por otra
galería más estrecha y otra más que lleva hasta la cámara funeraria. Conforme se va
accediendo al interior, va disminuyendo en anchura y altura.
Estaban profusamente decorados en su interior y se iban cegando las galerías según se
iba abandonando el hipogeo cuando se realizaba el enterramiento, de manera que nada
indica que allí hubiera una construcción.
Normalmente estos enterramientos se colocaban en la parte sur de las montañas y solían
tener, además de una entrada, una o más salas hipóstilas, a través de las cuales se
accedía a una especia de sirdab.
Más que por sus novedades arquitectónicas, los hipogeos deslumbran por su decoración:
los corredores y cámaras decorados con relieves pintados de brillantes y vivos colores,
repiten fórmulas mágicas y muestran un horror vacui (miedo al vacío).
LOS TEMPLOS
Hay de dos tipos:
- FUNERARIOS
- DE LA DIVINIDAD
1. TEMPLOS FUNERARIOS
Los templos adosados a las pirámides. Las tumbas eran el punto final del rito funerario
antes de ser depositado en el sarcófago, el cuerpo del faraón tenía que ser sometido a
un complejo ritual destinado a convertir a un hombre mortal en un dios inmortal. El
cuerpo del faraón era sometido a unos cuidados que se practicaban en el templo del
Valle.
Posteriormente, era conducido a través de la vía procesional al templo alto o de la
pirámide, que estaba en el flanco oriental de la misma. Según Heródoto, era e el Templo
del Valle donde el difunto se preparaba y purificaba para la eternidad a través del
proceso de momificación, una de las prácticas más particulares del Antiguo Egipto, y
cuyo proceso describe minuciosamente el filósofo griego. Según él, duraba 70 días.
La tipología de los templos funerarios de culto y ofrendas no se establece hasta la IV
dinastía, en las construcciones de Gizeh, y el mejor conservado es el de Kefrén,
descubierto en 1853 por Mariette. Este templo tenía dos pasadizos de entrada
recubiertos de granito pulimentado, a través de los que se accederá a una entrecámara
transversal. Desde ahí se pasaba a una sala hipóstila en forma de T invertida. En ella se
encuentran los restos de 16 pilares monolíticos (de una sola pieza) de granito sin
decoración, excepto la del jeroglífico del nombre del faraón que se alzaban sobre un
delicado suelo de alabastro para hacer posible los ritos funerarios y dar cobijo a 23
estatuas sedentas de Kefrén adosadas a los muros.
2. TEMPLOS DE LA DIVINIDAD
Se suponían residencia de los inmortales y en calidad de tal, tenían que ser
indestructibles.
Las primeras construcciones eran cabañas con soportes de madera y tabiques vegetales,
pero pronto fueron sustituidos por construcciones de piedra que aspiraban a ser eternas.
Del Imperio Antiguo han llegado hasta nosotros muy pocos ejemplos de templos de culto
divino, de ellos sólo se conservan restos de dos:
· Templo solar de Nausserre, en Abu Yurab: en él, un monumental obelisco se levanta
sobre un cuerpo de pirámide truncada.
· Templo de la Esfinge, junto al templo del Valle de la pirámide de Kefrén: está levantado
a modo de un gigantesco león con la cabeza de Kefrén, que es un relieve tallado en una
roca, que a su vez es un contrafuerte procedente de las que sobraron de la pirámide. La
esfinge es una construcción arquitectónica-escultórica muy compleja en cuanto a función
y significado, y se le considera como guardiana de todo el recinto. Tiene
aproximadamente 20 m de altura y 57 m de longitud, cuerpo de león y cabeza de
hombre, que en este caso (Kefrén) ostenta los tres atributos de un faraón: el nemes, el
huerus y la barba postiza. Mira al frente y posee una actitud estática. Se cree que en sus
patas antiguamente había un altar al aire libre. Una vez que se accedía a su interior se
llegaba a una sala con forma de T invertida soportada sobre pilares.
Del Imperio Medio no han llegado a nosotros este tipo de construcciones, sino otras
similares pero de dimensiones más pequeñas y sin esta grandiosidad.
Los templos son, sin duda el gran patrimonio del Imperio Nuevo.
A partir de la dinastía XVIII se crea un tipo clásico de templo relacionado con el
progresivo poder que iba adquiriendo el clero en el gobierno del país y con el eminente
enriquecimiento de estos edificios.
Esto, unido a que los faraones ya no construyen pirámides, sino que excavan sus tumbas
en las rocas de los desiertos, hace que los templos acaparen todas las ansias de
colosalismo y magnificencia. Los ejemplos más grandiosos se encuentran en Tebas,
capital de Egipto durante el Imperio Nuevo y, por tanto, centro religioso y cultural del
país.
EL TEMPLO TEBANO
En el templo tebano encontramos en primer lugar la avenida de las esfinges o leones
androcéfalos, estatuas que los egipcios tenían por vivientes y representantes a los seres
que velaban el templo. Por ella discurría la comitiva que, compuesta por la estatua de la
deidad y el séquito de sacerdotes que previamente habñian llegado navegando por el
Nilo, transportaban la estatua hasta el templo.
La entrada estaba precedida por 2 obeliscos que aluden a la morada del Dios, a la
relación de lo terrestre con lo sagrado, lo solar. Luego encontramos las banderolas,
apoyadas en la fachada del muro del pilono. Estos mástiles con las banderolas
simbolizaban la presencia de la deidad, al mismo tiempo que las estatuas colosales
colocadas a ambos lados de la entrada son como los hijos vivientes del Dios.
Exteriormente, el templo está rodeado de un muro de piedra o adobe cuya única fachada
es el pilono, una monumental construcción compuesta por una puerta triunfal secundada
por dos torres de paredes ataludadas, muros construidos en talud abierto, lo que
significa que la base es más ancha que su remate. El grosor puede disminuir por un lado
o por los dos.
En el pilono solemos encontrar relieves rehundidos.
Cuando atravesamos la puerta llegamos a la sala hipetra: consiste en un patio
descubierto rodeado por una doble fila de columnas. Es el espacio que acoge el altar de
los sacrificios y es el único lugar en el que pueden entrar los profanos.
Una antesala se abre a la sala hipóstila, caracterizada por una doble hilera de columnas
que sostienen una cubierta plana y porque monumentalmente tienen diseño transversal.
La siguiente estancia, cella, era la sala de las ofrendas. Desde aquí nos encontramos con
el santuario o santasanctorum, estancia estrecha y profunda que albergaba la imagen de
la divinidad, oculta a los ojos profanos y sólo visitada por el faraón o el sumo sacerdote
en determinadas ocasiones. En esta sala o en otra contigua se encontraba la barca,
medio de transporte habitual en Egipto y sobre la cual solía ser exhibida la estatua de la
divinidad cuando era sacada de su tabernáculo en las procesiones sagradas y rituales.
Esta dependencia, a su vez, estaba rodeada de corredores y pequeñas cámaras para las
divinidades secundarias o las instrucciones de culto.
El templo egipcio puede contemplarse como una sucesión de recintos que establece la
progresión hacia una mayor intimidad. En esta línea, la ordenación de las dependencias
sigue la estructura propia de una vivienda: patio de entrada y vestíbulo (recepción)
demás dependencias (vida privada).
A medida que nos adentramos en el templo, se reduce el tamaño de las salas, sube el
nivel del suelo, disminuye la altura de los techos y se amortigua la luz.
Si hacemos un estudio de la iluminación, se arranca del patio soleado, seguido por un
vestíbulo a la sombra, la sala hipóstila, donde la única fuente de luz natural es la que
atraviesa las celosías de los ventanales, y culmina en la penumbra del santuario (donde
no hay luz natural).
La escultura también cumple un papel en este recorrido:
-En las paredes del pilono y del patio relieves sobre la vida terrenal del faraón
-En la sala hipóstila mayor sacralizad por las escenas rituales y procesionales en las
que aparecen los dioses.
La tipología del templo aquí descrita se afianzó en la dinastía XVIII. Los templos más
bellos y monumentales son los de Luxor y Kannak, ampliados y modificados por los
faraones durante 1500 años, por que acabaron convirtiéndose en verdaderas ciudades
sagradas, amuralladas y repletas de templos y recintos donde un ejército de sacerdotes,
soldados, artesanos, etc. Velaban por el cumplimiento de la vida religiosa.
En Kannak no se puede hablar propiamente de un templo, sino de un complejo de
construcciones de carácter sagrado y levantado a lo largo de siglos por diferentes
faraones: Tutmés I, XII, Hatshepsut, Tutmés III, Amenofis III, Seti I, Ramsés II, III.
Los templos de Luxor y Kannak están unidos por una avenida ceremonial de esfinges de
más de 2 Km.
Uno de los recintos más impresionantes es la sala hipóstila de Kannak, sala del dios
Amón (cabeza de carnero, específico de Tebas).
Esta sala es obra de Seti I y Ramsés II, dinastía XIX.
Mide 152 m de largo x 51 m de ancho. Espacio cerrado de mayores dimensiones de toda
la arquitectura egipcia.
Alberga 124 columnas papiriformes cerradas distribuidas en hileras, con 12 columnas en
la nave central que son más altas (más de 20 m) y que poseen un capitel distinto – son
campaniforme (papiriformes abiertas).
A pesar de las dimensiones, en ningún momento se crea un efecto opresivo. Cada
columna posee una gran basa cilíndrica, fuste formado por 11 – 12 tambores de alturas
desiguales y repletos de relieves, un capitel y un ábaco (pieza cuadrada entre capitel y
arquitrabe).
Los fustes emulan los tallos vegetales de la planta del papiro y disminuyen a medida que
van cogiendo altura.
Cuando fue construida, los relieves, las figuras y los jeroglíficos rellenaban hasta el más
mínimo espacio de paredes, y todos estaban pintados con colores vivos.
La única fuente de luz proviene de las celosías integradas en el muro en la diferencia de
altura entre la nave central y las laterales de la sala.
LUXOR
Al otro lado de la avenida de las esfinges.
TEMPLO DE DEIR-EL-BAHARI
Templo de Hatshepsut. Está a las afueras de Tebas.
Alrededor del 1500 a.C., Hatshepsut ordenó levantar un templo que será el primero de
esta tipología muy innovadora, ya que parte del templo se construye en el exterior y
parte en el interior de la montaña (hemiespeos), construido al pie de un acantilado del
valle del Nilo.
La entrada: altura es progresiva, hasta penetrar en la roca donde se haya excavado el
santuario, por una serie de terrazas sobre columnas de tipo protodórico.
Se cree que Hatshepsut fue la primera en construir un hipogeo, pero no acabó siendo un
templo funerario porque fue enterrada en el Valle de los Reyes.
Arquitecto: Senmut
Está construido al lado de un templo anterior, el de Mentuhotep.
El arte de construir templos rupestres (excavaciones en la roca) alcanzó un colosalismo
sin igual durante el reinado de Ramsés II (dinastía XIX). Mandó construir el templo de
Abu-Simbel hacia el 1260 a.C., un templo funerario consagrado a Ramsés, considerado
hijo divino de un dios local. El speo es una tipología de templo que combina el templo
(no funerario) y el hipogeo (excavado en la roca), y está perforado en la roca.
En este templo nos encontramos con una fachada exterior que presenta 4 colosos
sedentes de Ramsés II incrustados en el pilono, un muro en talud de 31 m de altura, y
que forman un audaz altorrelieve que debió resultar muy atrevido en el momento de su
construcción.
Cada uno de ellos mide 21 m de altura y están secundados por las estatuas de su madre,
su mujer y sus hijos, todos de menor tamaño.
Todos ellos (colosos y estatuas más pequeñas) están dispuestos a los lados de una
puerta encima de la cual se encuentra un pequeño nicho coronado por la figura del dios
solar Ra-Harajte, con cabeza de halcón, el dios al cual está dedicada una deidad local.
Encima, remata todo el conjunto un friso de 33 monos de 2 m cada uno y que miran
hacia Oriente para adorar al sol naciente. En su interior nos encontramos primero una
sala de pilares presididos por la estatua de Ramsés-Osiris (9m) que nos muestra la
indisoluble unión entre el dios y el faraón.
Este templo responde excepcionalmente a los objetos del templo egipcio:
Su exterior es un verdadero autorretrato del poder faraónico.
Es el orden del Caos.
El canon clásico de templo egipcio desapareció tras el Imperio Nuevo y sólo se recuperó
a partir de la dinastía XXX y en el conocido como período Ptolemaico (380 – 300 a.C.).
Durante este período el templo conserva sus características clásicas pero tiene
modificaciones:
Son más pequeños.
Utilización de antepechos (muros de escasa altura en los intercolumnios)
Columna: a veces pierde su forma bulbosa en la parte inferior y el capitel (sobre
todo campaniforme abierto) se enriquece considerablemente.
De esta época es el Templo de Edfú.
Otro es el Kiosco de Trajano, que cumple con todas las características (modificaciones)
redactas por último. Lo más sobresaliente en él es la riqueza en los capiteles.
TIPOS ESCULTÓRICOS
*Imhotep
*Niño
4º GRUPOS FAMILIARES
Marido, mujer e hijos, los últimos de menor tamaño y con un dedo delante de la boca
indicando silencio.
6º CABEZAS
*Nefertiti (dinastía XVIII, Imperio Nuevo):
Pequeño tamaño, 48 cm. de altura.
Piedra caliza policromada.
Ilustra la excepcional y bellísima revolución religiosa y artística que durante 16 años
protagonizó Amenofis IV o Akenatón. Trasladó su corte a TELL-el AMARNA. Se proclamó
seguidora de un Dios único, el dios solar Atón, frente al politeísmo egipcio. Durante su
evolución milenaria, el arte egipcio nunca sufrió una revolución tan grande.
Las representaciones se van haciendo cada vez más realistas, llegando en ocasione a rozar el
caricaturismo. Tras su muerte el estilo fue depurado, borrado todo lo relacionado con él.
LOS RELIEVES
Ligadas a la arquitectura como decoración de los muros, en columnas, pilastras, sepulcros,
templos o estelas funerarias.
Temas tratados: tipo religioso y escenas guerreras a través de las que se ensalza la figura
del emperador. Casi siempre acompaña a modo de explicación un texto con escritura
jeroglífica.
Los relieves de manera importante aparecen en:
1. Mastabas (en cámaras decoradas con relieves pintados)
2. Templos (en pilonos y muros interiores del templo)
3. Paletas ornamentadas (época predinástica): uso ético, para vender la pintura de los
ojos. Forma rectangular en principio, varió con el tiempo y se decoraban con
relieves.
*Paleta del rey Menes.
La mejor conservada y datada. Trabajada tanto en el reverso como el anverso.
En sus relieves hace una alusión al sometimiento del delta al poder del faraón. Su análisis
muestra tanto en conjunto como en los detalles la mayoría de los rasgos características del
estilo egipcio posterior:
1. Jerarquización: representación de los personajes, con diferentes tamaños en función
de su importancia. Una gran figura principal domina el resto de la composición.
2. Escritura jeroglífica.
3. Disposición de la narración en registros, con las figuras alineadas.
4. Bidimensionalidad a la hora de representar el cuerpo humano.
5. Aplicación al cuerpo humano de la ley de la frontalidad.
PINTURA Y RELIEVE
Su desarrollo siguió unas pautas formales determinadas, con una clara función narrativa. Es
característico de la pintura y el relieve la isocefálea (colocación de las cabezas a la misma
altura, la jerarquización).
1. No deja ninguna clase social por incluir pero no todas reciben el mismo tratamiento.
Personajes de igual importancia y jerarquía se colocan a la misma altura. La principal
figura siempre es la del soberano, destacada del resto por su mayor tamaño – le
siguen en tamaño los funcionarios y por último los esclavos.
2. Forma de representar los elementos en un mismo espacio: se presenta la escena
narrativa en franjas.
*Tumba de Sennedjen.
Figuras en un mismo plano. Juego con la profundidad: se coloca en la parte inferior las
figuras que se quieren representar más cerca. Sobre ellos se sitúan las que se suponen
que están más atrás, y así sucesivamente.
3. Procesionalidad: los personajes aparecen en series repetidas unos detrás de otros.
El escultor trabaja los relieves – tanto bajos como rehundidos – de un modo similar al
del pintor. Ambas parten de un dibujo inicial realizado por un escriba especialista en
contornos.
En la PINTURA MURAL, la piedra se prepara con anterioridad mediante una fina capa de
yeso. La técnica utilizada por el pintor era el temple (pigmentos aglutinados con huevo o
goma), que permite que el artista no tenga que trabajar con el muro húmedo.
La paleta de colores utilizada no es demasiado amplia: negro, blanco, ocres naturales
(amarillos, rojos), azul, verde malaquita y grises.
Convencionalmente se policroma la figura femenina en colores más claros que la
masculina.
Durante el período dinástico, la pintura y relieve se consideran inseparables, usándose
al mismo tiempo cincel y pincel, para conseguir relieves pintados.
El relieve, sin embargo, tiene raíces prehistóricas (sin pintura).
Desde la III dinastía, el relieve pintado obtiene un carácter más monumental. Los
complejos funerarios (muros de mastabas especialmente) son lugares propicios para la
expresión de los programas iconográficos que pretender crear un microcosmos al servicio
del difunto. No se conservan muchos ejemplos de ellos (Ejemplo: mastaba de Ti – III
dinastía; tres estelas en pirámide de Zosen y Mereruka – VI dinastía).
Pintura sola en el Imperio Antiguo, hay muy pocos ejemplos, sobre todo existe junto a
relieves. Los fragmentos que nos han llegado de pintura sola muestra una gran
perfección técnica.
En el Imperio Medio: el relieve quedó relegado a la decoración de las tumbas privadas.
Son muy abundantes en la decoración de los sarcófagos. En esta época comienza a
adquirir gran importancia en arquitectura los templos.
La pintura en esta época sin embargo se limita a la decoración de hipogeos. Los temas
se tratan con mayor libertad, la actitud de los personajes es más dinámica, las escenas
son más complejas y las formas más adornadas.
Durante el Imperio Nuevo, el bajo relieve y la pintura adquieren un desarrollo
inigualable. La decoración pintada se da en las tumbas – reales y privadas – edificios
civiles, palacios y residencias, pero raramente en los templos.
Aparece un tipo de decoración inspirado en los puntos de la sociedad del momento: las
figuras femeninas y elementos de la naturaleza como flores, frutos, jardines, escenas de
pesca, caza y labores agrícolas.
Decoración pintada en tres tipos de tumbas:
• Tumbas faraónicas del Valle de los Reyes y las Reinas
• Tumbas de los altos dignatarios
• Tumbas privadas
1. Se cubren totalmente de lectura compleja por su apariencia esquemática y similitud
con escritura jeroglífica.
2. Prefieren la pintura antes que el relieve. Frescos articulados en frisos separados por
líneas, y pueden leerse como narraciones de la vida cotidiana del difunto.
Acontecimientos reasentados como si la eternidad fuera una idealización de la vida
terrenal. Escenas sobre una línea horizontal sin profundidad ni perspectiva (Ejemplo:
Sennedjem).
3. Tumbas privadas cuya pared principal no está ocupada por una pintura distribuida
en frisos, sino que plantea una gran escena con el difunto como protagonista
(Ejemplo: Tumba de Nebamum).
La pintura en el Imperio Nuevo establece un ennegrecimiento de la policromía y un
aumento de lo anecdótico.
Se dan relieves y relieves pintados en:
-Muros de templos
-Tumbas privadas
-Estelas
-Sarcófagos
El templo funerario de Hatshepsut (DER-el-BAHARI) es el que sienta las bases artísticas
para épocas posteriores.