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; Almacenes de un tiempo en fuga: Revistas culturales en la modernidad hispanica i Las revistas literarias como objeto de estudio Annick Louis (Université de Reims Champagne. Arr! Conte de recherches pou lsat Telanguage CNRS-E1ESS) Mi objetivo es proponer una serie de instrumentos tedricos y metodoligicos para pensar la eapecificdad de Ias revista y relexionar acerca del movimiento que realizan en el campo cultural. La dindmica que establooen las revistas entre cl conjunto que componen, puede ser considerada como un fenémeno part- cular, y como una de las influencias y cicuitos de poder determinantes de una cultura en un momento histico. Lejos de reflejar un periodo, las revistas con- stituyen agentes actives de su gestacién y de su caracterizacin, sin los cusles resulta imposible aprehender el medio cultural y la identidad de una época, _Adoptamos aqui una perspectiva interdisciplinaria que toma en cuenta el texto, In plistica, Ja historia de lo impreso y de la ediciin. Para terminar, evocaré ri pidamente el uso de estos objetos en el marco pedagogico, que resulta de uns reflexién sistemstica sobre las objetos de estudio de nuestra disciplina llevada 2 ‘cabo en los dltimos afas. Cuestiones te6ricas y metodoWigicas Las dos aproximaciones académicas tradicionales a las revistas consistian, por tun lado, en considerarlas como un antecedente 0 un episodio de a carrera de un eseritor o artista plistico célebre; por otro, en abordarlas en funcién de su caricter de realizacién cultural. En el primer caso, se estudian las revistas como ‘episodio o como una etapa de Ia vida de un artista hoy célebre, Io cual leva ge neralmente a canfizmar hipétests desarrolladas a partir de la obra conocida de Jos autores, y suele dar lugar a trabajos de calidad variada.1 La segunda tende- da piensa las revistas como un espacio de realizacién de un movimiento cultu- rao de una tendoncia idecligica. El procidimiento consiete en atribuir una portancia particular 6 un fendmeno cultural y en estudiar la revista como su smanifestacién, En ambos casos las revistas aparecen como un valor ejemplac de otra cosa —de un pensamiento, una tendenca estética— que se genera en otra La revista como canons, como antecedents de textos de un aula, ew durante mucho lerapo, a estudio mersmente deseripivo, ya una perepcn etereetipan de los meio. Exel coco de ine tbs que existian del saplementoliearo que analzo a confruacin. Ver Louie 2145, 32 Ani Louis pte, y son analizadas como wn espacio de exposiciin de étos. Asi, podemos ‘decir que el problema esencial de esas aproximaciones es que las caracteristicas dela revista son atribuides previamente en vee de desprenderse de los objetos, Tocual determina las hipétesis propuestas, Estas aproximaciones tradicionales han side sobsepasadas en las dos timas décadas, que han visto multplicarse los estudios sobre revista literarias ¥y culturales, Foy podemos, por lo tanto, adoptar una perspectiva critica reno- vada y considerar las revistas como cbjetos auténomos y no como reslizaciones 4e otros cbjetos (ya sean autores 0 eseuelas)? En este proceso han sido exenciae lesios aportes de otras disciplinas, en especial la historia de arte que impuso la ‘onsideraclin de los aspectos visuales de las revistas, como to muestra el traba- je pionero de Patricia Artundo (1994), EI campo, sin embargo, fue renovado también gracias a la entrada de otras formas de saber, en pastcular provenien- tes de Iibreros, editores y coleccionistas privados, que no solamente fueron de= ferminantes para los académicos en tanto proporcionaban material dificil de ‘encontrar sino también porque aportaron una mirada diferente sobre las revis- Lectura intensiva, lectura extensiva La base de la metodologia que propongo para el andlsis de las revstas en tanto ‘bjeto de estudio autSnomo surge de le confrontacién entre las ecturas criticas ‘mencionadas (que constitfan Ia mayor parte del material en el momento ea que comencé a interesarme en estos medios) y la lecture de las revista, que permite entender los textos en su contexto de publiceciin y de edicién.* Antes, de abordar los conceptos todricos y metodolégicos quisiers, entonces, detener- ee como fdas de ean nara peropecsivas le mdr 8. vers, Join King Sta, Geno 186 90a coo fas compan Sle rota Aner bias pore! CRICCAL en 99 y Fy vlan composer or Sno tate Qvtreehic uo Sarena Scat Pati, » Enel aod Argent, son tvs las colon de Lafleur Proensan asco ae Mashing Pereyra aller, Alonso y Provence earn tn cage que gue Sine st apo sec pra el enti evi i etn el 500; angen ees ‘bk uae decogn 152.1 19070) noms de nr se bes Foe esti de revit emprer c xpopin colons anéaton aes an “Lae rezms gue ns ran # ir revit no ern peste tnd shlendo Penoalmene comers hers elas paca prises ee co ‘emt sore Bory comin ce sss 98 Seman este pee no impice analizar les revistas como objetas autinomos, us us revistasIterarie como objet de esto | 33 ime brevernente en estas cvestiones: qué significa leer una revista? y zqué tipo de problemas metodolégicns y epistemoligicos plantea? Podemos postular una oposicién —o relactén— entre dos modos de leer: 1a lecture intensiva y In lectura extesiow. Ningiinjuicio de valor debe asociarse a ‘estos dos conceptos, utilizades agal en su dimensién descriptiva; designan ex- lusivamente modos de ler, definides a partir del tipo de aceesoa un medio, en \érminos pragmiéticos: posicién corporal, itmo de lectura, relacén a los textos propuestos. Estas dos condiciones de recepcién diferentes permiten también pensar la concepeién de Is revista y la imagen de lector que genera. Elconcepto de ‘modo de ler’ es usado aqui para designar tanto los pracesosintelectuales Implicados en el acta de Ia lectura como las modalidades fiscas que lo constitu ‘yen teniendo en cuenta que cada uno de estos aspectos implica necesariamente lotro? “Hablamos de lectura extensia porque las revistas son periédieas, y sus lectores contemporéneos realizaron, por Io tanto, un tipo de lectura especifico: se adaptaron al ritmo de publicacién y leyeron la revista a lo largo de un perio- do deteeminado por Ia periodicidad, extendindola en una semana, dos, un mes ‘en algunos casas. La lectura realizada en el momenta de publicecién de una revista es también, probablemente, fragmentaria, puesto que parte del piblico ‘no adquiria, ni lea, todos los nimeros y, a menudo, no leia la totalidad de Tos niimeros. La ecturn extensvg es también una lectura discontinua, porque no si- ‘gue el orden de la edici6n, es una lectura no lineal, contrariamente ala que ten demos a hacer cuando estudiamas un medic, que suele ser mis bion lineal, ‘puesto que nuestro objetivo es conocer Ia totalidad de ls revista. En efecto, cuando estudiamos estos mismos objetos, necesitamos realizar ‘una letuee inensiva contratiamente al publico que compraba los medios regu- Tarmente, porque disponemos (6! tenemos suerte) de todos los nimeros, y so- lemos leeros en el marco de un tiempo concentrade; no dependemos de su rit- mo de salida. Nuestra lctura intensioa es una lectura especializada, concentrads, {que debe abarcar la totalidad de un medio; se genera ast una imagen de conti- snuidad y de linealidad, que subraya la coherencia, asi como las incoherencias, de un medio. Nuestra lectura especializada permite percbir las repeticiones, las ‘comunicaciones internas y las redes que atraviesan una publicacion, y provoca Teme In wockn de ‘anode de Ie’ de Joseina Lame, quien la earl partir del coo ‘cpio de "wayso seeing” deft Berger 172. Vee Ladser. 34 | Anick Louis ‘una impresion determinada, constrayendo una imagen especifica del objeto. La lectura especializada tiene ademis Ia partioularidad de aislar ef objeto de un coniexto de publicacién, en la medida en que estudiar una revista demanda un tiempo de concentracién en un objeto, para acaeder a su funcionamiento aut ‘nomo, aunque luego se lo recontextualice. Es evidente, sin embargo, que es posible invertic los términos y hablar de lana lectua intensive y echaustiva, hocha por el lector contemporineo de una pu- blicacién, por el hecho de disponer de un tiempo acotado por la salida de cada _nimero para la Iectura;y el término de ectura extensiva puede designar nuestro ‘modo de abordar las revistas, puesto que leemos la totalidad en un tiempo con- ccentrado, El uso de los téeminos propuestos en primer Iugar toma como paré- metro la temporalided; el segundo, que invierte los términos, la prctica de lec- ura La nocién de contexto El segundo concepto que sirve de base a esta aproximacion de ls revistas es la pluralizacin de la nocién de contexto, es decir el contexto pensado como un ‘espacio plural de insercién de fos textos, Partimos de la pregumta: qué quere= mos decir cuando hablamas de contexto? Puesto que la concepeiin del contexto deperde de a tradicién interpretativa en que se inserta un trabajo. Por ejemplo, para la critica argentina, generalmente se trata del contexto politico hist cen Francia, del contexto cultural, o del rolacén a la tradicién. Empezaremot entonces por declinar el concepto de ‘contexto' Sefialemos, pprealablemente que se trata de un tipo de concepto que resulta particularmente productivo si es pensado en plural y como una serie de circulos no concéntrt- 105, con puntos de contacto y otros de divergencia: 1) contexto de publicacion, 2) contexto deedicion, 3) cantexto de produccion, 4) contexto de lectura. En un segundo momento abordaré otras nociones esenciales para pensar las revistas en su autonomia de funcionarsiento, y también en su relaciSn con el contexto cultural: la nocién de ditector y de colaborador (répidamente) y la nnocién de red de sevistas (como ‘no lugar’ de poder y producciin de prestigio, cultura). Este timo punto Hleva a una consideracién del rol de las evista y Les revise Wearas come objeto deestudio | 35, suplementos en el proceso de constitucién de un piblico inter americano de habla hispana,y permite pensar Ia relacén que se esablece entre Ia circulacn, de los textos y las formas en que mayorteiamente se dita, a saber as evstas 1 los bros. ‘Una observacién previa, Cuando se toman en aventa los aspects mate- rales, es importante sin embargo, no trarsformar la materialidad del objeto en tun obstdcu para el andlisis. En efecto, algunas revistasy diarios son materiales raros, pero aun cuando ro sel ca50 noes simp posible para un investigndor tener acceso a un medto original durante toda ls duraciin de un trabajo de in- vestigacin. De all la importancia de los reprints, y, sobre todo, de la dgitaiza- cin, y las postilidades que abren a pesar de que modifcan las condiciones de recepcidn, Estas deben ser tomadas en cuenta durante el trabajo, porque jegan 1m papel en el establecimiento de las hipétesis Contexto de publicacién, contexto de edicion Los concepios que retultan de esta deelinacién de la nocién de contexto no son fijs ni rigidos, Es prictcamente imposible afirmar “el contexto de edicién es {es1o" 0 “el contexto de publicacién es esto”, porque son relatives al medio de publicacién del que se trate. Son conceptos operatorios, que toman como punto de partida los aportes de los especialisas del libro y de la edicién. Enel rigen, se eneseentea Ia nocién de paaterto de Genet, que designa los elementos mate- riales implictos en un texto que se da a leer. Genette e concentra en la forma- bro, Por ello, es necesario sumar a su propuesta, os aportes de los histriado- res del libro y de lo impreso, como McKenzie, Chartier 0 Velay-Valantin. Los ‘conceptos de contexto de publcaciin y de camer de eficién no deben ser pensa- dos como instanciasaisladas,y son siempre relatives ala forma matertal de 108 ‘objetos. El contexto de publiaci corzesponde a Jos elementos que se encuentran, en la misma pagina (escrito, ilustraciones), pero también las otras paginas; el concepto se refire a los elementos materiales més inmediatos, pero no sola- mente el objeto en si, sino al movimiento que consiste en la puesta en pégina del texto, y toma en cuenta los elementos siguientes: cohabitacién de textos, ti- poprafias,iustraciones, etc E context deeicién designa aspectos mis extensos, como ef conjunto total de la publicacion, y sus especiticidades materiales. 6 Amick Louis ‘A modo de gjempio me permito volver al trabafa realizado sobre la Revs ‘te Multicolor de tos Sdtades, suplemento del diatio Critica, co-dizigida por Jorge Luis Borges y Ulises Petit de Murat entre el 12 de agosto de 1933 y el 6 de octu- Dre de 1954 (Louis 2014a). En el caso de esta revista, consideré que el contexto de edicién eran las pdginas, y también la revista en su tatalidad; el contexto de ublicacién era el diario, y los suplementos de otros diarios de la época, com los ‘cuales a RMS entra en dislogo. Para un ejemplo de la importancia que conlleva 1 andlisis de estas dos instancias, podemos referienos a la pagina que presenta dos textos de Borges, “El Incivil Maestro de Ceremonias Kotsuké no Suké", con iustracin de Parpagnot, y la nota ~también de Borges, pero fitmada “JLB” “Norah Lange: 45 dias y 30 marineros” (aio 1, nim. 18, 9 de diciembre de 1933, 5) (Ci fig. 1), 10s cuales pormiten comprender la relacién que le puesta en pigi- na establece entre los textos y los efectos de sentide que genera. En este caso, ambos plantean una cuestiin que juega un papel esoncal en el passe al relao en Borges la relacion ala causaliad y la verosinilitad, El didlogo que se estable en fre ambos consttuye un modo de explictacién oblicaa: el relato “El Incivil Maes- {to de Ceremonias Kotsulé no Suké” expone los prinipios de una estitica nacien- ty lnnota sobre 45 das y teinta mariners de Norah Lange define un progeama Narrativo, en el cual la verosimilitud aparece como tna cueslién estictamente eraria que no tiene ninguna relacién con la alusién a objetos, hechos, 0 persona jes reales. De este modo, los dos textos explidtan ls principios uno del otro, en un _momento en que la estética de Borges aparece como una novedad. ‘Otro ejemplo, lo constituye la paging, también de la RMS, en la cusl se edita "Hombres de fas orllas", primera versién de "Hombre de la esquina ro- sada" (afo 1, nim. 6, 16 de septiombre de 1993, 7), firmado “F. Bustos”, con ‘ustracién de Juan SorszSheal. Feta pigina prosanta ademe una publicidad de ‘YPF, que reproduce ia estructura de la tlustracion det cuente: de un lado tene- ‘mos un grupo de hombres y mujeres alrededor de un guapo muerio; del otro, ‘cuatro velas que encuacran un conjunto de cucarachas muertas. EI tamafo de la Publicidad impone un corte del texto que dificulta la lectura, y rompe la armor iia de la puesta en paging, pero también inotaurn una lectura intnica del texto. (fig. 2). eset terra como oj de etia| 37 “Fig. / RMS, afo 1, nim. 18,9 de diciembre de 1933,5, "El Incivil Macstro de Ceremonias Kotsuké no Suké”, con ilustracian de Parpagnoli; “Norah Lange: 45 dias y 90 marineros”,firmada “ILD” 38 Annick Louis Fig. 2: RMS, aio 1m. 6,16 de septembre de 133,7, “Hombres de las cles" pr ‘mera version de "Hombre de I esquina rosada’, mado “F. Bustos, hstado por Juan Sorzzabal as reste eran como objeto de suo | 38 Lanocién de contento de edicén se refiere aun espacio més amplio, pero también se define en relacién al objeto, y en funcién de éste, Puede tratarse de la revista en si misme, del diario en el marco del cuales editads Ia revista, de las otras revistas, de la red constitulda por el conjunto de revistas publicadas en una época dentro de una cultura (y a veces, en el extranjero) Podemos considerar ‘como parte del cantexto de edicién también las colecclones en que se editan los textos que vienen de una revista. Es decir que este concepto permite también pensar Ia especificidad de Ia relacién entre evista y libro, yel modo en que son compuestos los vokimenes a partir del material publicedo en diarios y revistas {como lo propongo en el caso de Borges, ver Louis 2014, 161-164). Para prolongar el emplo citado, podemas considera la coleecién dentro de la cual se editan en volumen los textos de “Historia Universal de a Infamia” publicados en la RMS por Borges (Louis 2014a, 161-228), La coleccion se des- prende de Ia revista Megdfono (segunda época)‘ que en agosto de 1933 habla publicado su oélebre “Discusion sobre Jorge Luis Borges” 7 cuyo tema central es Ja creacién de un arquetipo del guapo en la poesa de Borges, aunque en la cari- catura del escritor reaizada por Eduardo Muti (hijo) que Ia acompafa, es el ‘escritor quien esta representado como un guapo de las alls (cfg. 3). La co- leccién, editada por Tor, en el marco de Ia cual aparece Historia Universal dela Infamia, consta de eustro vokimenes, que permiten pensar fa existencia de un ircuito que va de la RMS a Megdfono, pasando por Tor, ytraza una comunica- «idm entre los inteloctuales de Megdfono y los circuitos més populares Los volimenes editados fueron: Volumen I: Ignacio B. Anzosbegu, Vidas de muerte, B6.AS, [TOR], 1938, Veter Ik Sighile A Raa, La ireerenet Roki Bs As, [TOR]. 159%, Volumen Ill: forge Luis Borges, Historia Univers del yoni, BS.As, (TOR), 1985, Volumen IV: jul raze : Ensayo sabre Rosas, BaAs.: (TOR, 1935. © Lapelner épce de Mein, crresponde a7 nimews, pubes ene el 1 de marzo de 1980 y 17 de abe de 1981, cuando la publiacén fue eta, Sa director era Sgtido Rae 1. > Mopifono 1, Bs, As, agoto de 193, 19-53, Conf participa de Pere Drea La Rochelle Uiyeee Poi de Murat, Enrique Malis, Ignacio B. Araateu, acl Rivero Olah, Amado ‘Aono, Arturo Horacio Chi, Homero M. Guglisin, Tomi de Lara, Led Otoy, Li serdo Zi, Pad Juan Vigne Anderson Imbert Sipe A Rodaelk, Erwin F. Rubens. 40 Arik Lie Discusién sobre Jorge Luis Borges onne peiee Ls ovina so hw bint nara ei ci nina sre En nwa coats an ie fies a Fig: Mapjono 11, Be As, agosto de 1959, 19-33. as eis tears como objeto de esti | 44 La insereién del votumen de Borges en esta coleccién traduce el interés de este ‘grupo por su estétcs, pero pone también en evidenca la tensin genérica sobre novel se construyen los rolatos de Historia Universal de a Infamia, entre Beeién @ historia, El conjunto —es decir la revista y la colecelin~ pueden ser considera- «dos como parte del contexto de edicibn de Histrie Universal dela Infamia (c.f 4y9) F somsevusmonces | } UIST ERNE | aren | meson rganane PIPES : MEGAFONO Fa } | roDA LA | ESCORIA | BEL MunDo weainase Fig. 4y 5 Tapa de la primera edcién de Historie Univeral dela Infante, Buenos Aires, (Tor), 1935 (zquierda), y publicidad de la colecién Megfono an Ia revsta (derecha). Como ltimo ejemplo, podsiemos recordar l furcionamiento del texto andi mo “Dos hombres rememoran sus vidas" (Anzles 4, 4/1946) que acompafia las publicidades de “Flores y plantas Las orquideas” y de “Pieles Wolt, en la revis- ta Los Auales de Buenos Aires, también dirigida por Borges, publicada en Buenos Aires entre enero de 1946 y diciembre de 1948, Una de las particularidades que puede presentar el hecho de asumir la direceién de una revista para Borges es la Los mismos textos de Empédocesy Taliesin gon ctor en una nota dela tradccén hac por Borges y Boy del “Quine pital dela Hydritaphin’ (165, Sar, 19, aim. 1 > Revista furdada en 1946 por la instinctual el misme mbee. Direc Jorge Lu Borges Diteciin editor “Los anaes de Buenos Ae”. La revista conta de 29 eros, eis ete ecto de 1986 y dicembre de 1988 Sa format era de 20328 em. 42 | Aric Lovie Posibilidad de abrir espacios de innovacién, como por sjemplo e} “Museo”, pus blicado en colaboracién con Adolfo Bioy Casares, bajo el seudénimo de B, Lynch Davis a partir del ntimero 3 de los Anale, una seccién que se encuentra también en la revista Destiempo, que ambos habian publicado entre 1996 y1937, Se trata de un espacio donde se retinen textos de autores variados —y de Bor ‘25, pero atribuidos a otros autores— que pone en evidencia el intento bor- ‘Beano de expandir los imites dela literatura, cestionand la nocién de autoria, Vatios fragmentos serén retomados por él, como el cdiebre “Del rigor de la iencin” (Anates 3, 3/1946), que integra Historia Universal dela Infamia a partir de 1954 y EI Hacedor a partir de 1960. Podemos entonces considerar que la secciin invade, en el mimero 4 de Les Anes, ol espacio publicitari, mediante la incor- pPoracigin de “Dos hombres rememoran sus vidas". Se trata de un caso en el cual el contexto de edicion (Ia totalidad de la revista, las otras ocurtencias el "Mu- seo") permite aprehender el funcionamiento de una seccién, que, ademés de subrayar Ia libertad con que cuenta el director de la revista, cuestiona tanto el ‘estatuto del texto literario como la categoria de autor (cfg. 6). ““AWALES OE BUENOS AIRES” r ig 6: Los Anes de Buemss Aires, “Dos hombres rememoran sus vidas nlm & 4DIS as revises eras como ede esti | 43 Contexto de produccién El concepto no designa tampoco un objeto pre-dentificabl, sino las condlicio- nes materiales especificas,culturales y sociales, de produccién de los textos; su comprensién es a menudo dificil, porque los rastros que quedan sobre el modo de fabricacién de ciertos medios pueden ser escasos y dificiles de interpreta, ‘debido al desconocimiento de las condiciones en que se produjeron (esto puede see valido para los medios de existenciaeffmera, pero también para suplemen- tos de diari). El conterto de produccién designa, por lo tanto, todos aquellos ‘08 y elementos que tenen relacién con la fabricaciin del objeto: financiacin, Impresién, reuniones de un grupo, proyecto intelectual detris de una publica- dn, cireuitos del papel, polémicas de época, etc. En Gerta medida, resulta m- [previsible la reconstrucciin de este contexto, porque puede levar a agentes © Insttuciones, grupos y asociaciones insospechados. En el ejemplo citado antes, podemes decir que el contexto de produccién de os textos de Borges comprenderia el andisis de a situacign en que trabajaba ‘enel diario Critic, asi como la consideracin de la totalidad de sus textos publi ccados en el periodo, sin olvidar los modos de Is firma (Louis 2014a). En algunos ‘casos se dispone de! material que permite reconstrur las condiciones de pro- uccién, como lo muestra la edicin ejemplar de la revista Libra, 1929. Ediciin {ficsiilar realizada por Rose Corral, Otros ejamplos de la reconstruceisn del contexto de produccién pueden encontrarse en los trabajos de Patricia Artundo dedicados a Martin Fiereoy a Inicil (1995, 1996, 2004). Contexto de lectura La noctin de contexte de ltura designs lax condiciones de Tectura de los texios, tal como se inscriben en los aspectos materiales de las publicaciones. Es necesa- tio diferenciar el concepto del de contexte de recepcén, que conciere la forma en que son efectivamente recibidos los textos ¢ implica una investigacién de otro tipo, aunque igualmente necesarla para comprender el impacto de un medio en tuna cultura. Aquello de lo que se ocupa el contested Iectura es de la lecura propuesta por las formas, y no de la recepcisn efectiva, Uno de los métodos para estudiar el contexto de lectura consiste en con- siderar la circulacién de los textos entre evistasy Ubros, Otro es tomar en cuen- tel formato de una revista, que implica un lectorado particular y un modo de leer especifico, En el caso de la RMS, el formato se debe al hecho de ser un sx- Annick Louis plemento diario, aunque existon suplementos cuye formato es diferente del de las periéios que los editan. El formato implica también una posicién corporal ddeterminada, y un espacio de lectura, que se oponen 2 los de las revistas de pe- quefio formato, que acentian Ja relacion al libro, Sin embargo, el caso de la RMS convoca otra cuestién, puesto que Ja diagramacién de la piginas retoma Jn idea de las revistas murales de las vanguard, y recuerda que una parte del ‘equipo movilizado por Botena, el fundador y director del diario, habia partci- pPado en los movimientos de renovacién esttica en lot afios 1920. Sila lecura ‘que parece incentivar el formato es de indole doméstica —casas,clubes y otros feentros de reunién.—, los editores parccen haber aprovechado de éste para ins- crtbir prcticas que reactualizan las vanguerdias y que también dialogan con los ‘movimiento plisticos de la época. El movimiento fue soentiado mediante la pParticpacién de una serie de artistas plisticos que también eran pintores en la revista, como Guillermo Facio Hébeequer o el muralista David Alfaro Siqueiros. De este modo, una serie de piginas estan armadae como cuadros, y estin ob- -viamente destinadae a ser usadas para decorar (Louis 2014, 59-107) (cf. fig. 7y a. Noci6n de director, nocién de colaborador Enel caso de estas dos nociones, desde cl punto de vista metodolégico, es esen- cial no presupaner tampoco que so trata de categorias definidas, sino de una functon que se define por grados y que demanda una reflexién sobre los modos de insercién en una estructura. Esto significa abandonar la idea de que los tér- _minos ‘director’ y ‘calaborador’permiten defini tareas especiias, Sin estudiar Ja dinémica de 1a estructura, a partir de as diferentes nociones de contexto ‘mencionadas, resulta précticamente imposible definie el posicionamiento de directores y colaboradores. Tal vez seria productivo inventar una nomenclatura para designar estes grados y funciones, ya que es tan importante determinar funciones como examinar efectos. 1aNocién de director Volver a pensar la nocién de director implica preguntarse zquién decide qué? {qué elementos se pueden atribuira quién, 2 qué instancia dentro de un medio? En el contexto de las revistas, también implica interrogarse sobre la relacion. ‘entre ‘autoria personal! y ‘autoriacolectiva’ (Louis 2014b). Les ost itr costo de se | Argentina Multicolor CCRITICA te Repo se ws Eines Halide, ig. 7: nuncio de a RMS enel dati Criticr 6 Annick Louis Las revises liters como objet desta | 47 tn este sentido, estudiar las revistas permite desprendece de la nocién tad Sonal de autor (Foucault 1969, Charter 199). Pero también hay que considerae Jas formas innovadoras de autora que pueden desarollars en una revista. Ea um caso como la RAS, Borges, en tanto director, editor y corrector, est en todas partes, ya la ver en ninguna parte salvo en sus textos: es posible idendifenr iertas correspondencias estticoideolégicas entre Borges y Ia revista, sin caer, sin embargo, en atsbucones abusivas (Louis 198); en particular en el nivel dl cuestonamiento genérco, aunque sea difc, por momentos se puede ciferen- lar entre lo que tiene que ver con un ator de lo que iene que ver con na épo- ‘Del mismo modo, es dif saber cui es el huevo y cui a gallina: {Borges toma de la RMS —o del carlo Criticn— st tendenca a cuestiona los géner0s 0 Ia Heva a la RMS? Probablemente, es més productive pensar un movimiento que se retro aliments subrayando as la importania de os efectos de senido, Estas consceraiones hacen surgir una cuestin metodologicaesencal: aebmo buscar las correspondencias entre los diferentes modos de efreer una funcidn? Sin duda el comparstismo aparece como el método privlegiado para aprehender las varantes y matics de I funcibn de director, por lo que ls tpo- logis de revista resultan esencials. Sin embargo, el establecimiento de objetos 1 comparar demanda una reflexién sobre los parimetros usados para ello, sin

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