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Charla de 5 minutos # 166

VIOLENCIA LABORAL
Introducción
La violencia en el trabajo está constituida por sucesos en los que el trabajador sufre abusos, amenazas
o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo que ponen en peligro su salud, su seguridad
o su bienestar.
La violencia se puede manifestar por palabras, actitudes y comportamientos, a veces muy claros
donde no hay confusión, y otras más sutiles que se pueden prestar a distintas interpretaciones.

Clasificación de los actos violentos


Violencia tipo I: se caracteriza porque quienes llevan a cabo las acciones violentas no tienen ninguna relación legítima
de trato con la víctima. No existe un trato comercial o de usuario entre perpetrador y víctima. Aquí encontramos casos
comunes de robo en bancos, establecimientos comerciales, taxistas, etc.
Violencia tipo II: en este caso, siempre existe algún tipo de relación entre el perpetrador y la víctima. El primero puede
ser quien recibe un servicio ofrecido por el lugar afectado por el hecho violento o que ofrece la propia víctima.
Normalmente, los actos violentos suelen producirse mientras se ofrece el servicio.
Violencia tipo III: en este tercer tipo de violencia, el causante tiene algún tipo de implicación con el lugar afectado o con
algún trabajador concreto de dicho lugar. Puede ser una implicación laboral directa entre el perpetrador y la víctima-
trabajador (jefe-empleado) o que exista una relación personal entre ambos sujetos (cónyuge, ex cónyuge, pariente,
amigos). Raramente suele existir una implicación indirecta. Lo más habitual, en el tipo III, es que el objetivo de la acción
violenta sea un compañero de trabajo o un superior suyo, y las acciones pueden ser percibidas con objeto de revancha.

Causa de la violencia laboral


Los aspectos que pueden incrementar la posibilidad de que reproduzcan actos violentos son:
En el entorno de trabajo: Economías inestables, zonas social o económicamente deprimidas o zonas con alto índice de
criminalidad.
En el trabajo: Trabajos en solitario o en pequeños grupos, trabajos que implican intercambio regular de dinero con
clientes, trabajos por la noche o hasta tarde o muy de madrugada, tener en el lugar de trabajo bienes valiosos, ejecutar
servicios de seguridad, trabajar con público, retrasos, errores, incumplimientos, etc.
En el perpetrador: Inestabilidad psicológica o comportamientos extraños o poco habituales, observados por los
compañeros, comentarios frecuentes sobre armas, su empleo, películas violentas, largas esperas, insatisfacción con
servicios o productos, percepción de promesas incumplidas, frustración, ira, estrés, abuso de drogas o alcohol, estrés
severo o múltiples eventos estresantes, depresión, ausencia de responsabilidad individual, incapacidad para aceptar
responsabilidad, incluso los errores más intrascendentes, etc.
En el aspecto organizativo: estilos de gestión rígidos, autoritarios, agresivos, reorganización y reestructuración,
presiones para incrementar la productividad, con pocos medios y escasas o nulas recompensas, plantillas inadecuadas
(escasez de plantilla, reducciones gratuitas de plantilla, despidos), despreocupación e ignorancia acerca de los
problemas laborales de los trabajadores, conflictos laborales crónicos entre empresa y trabajadores, existencia de tratos
preferentes hacia ciertos trabajadores, percepción de los trabajadores de ser considerados como un instrumento más
del proceso productivo, con ausencia de sentimiento de pertenencia a un equipo o empresa, etc.

Cierre
Si las conductas de violencia se realizan de forma reiterada, prolongada, bajo cierto abuso de poder por una parte, etc., se pueden
producir procesos de exposición a distintos tipos de “acoso”. Estos procesos tienen gran potencial de producir daños a la salud.

ConSeguridad
Elaborado por el Ing. Cesar Arenas

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