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Vicente Martínez, Francisco Javier

Me pareció una lectura muy fuerte. Al principio debo decir que no me llamaba
mucho la atención el libro. Quizá su título o la presentación del mismo me
sugerían que iba a tratar de temas anecdóticos, broncíneos, pero fue muy otra mi
sorpresa al comenzar a leerlo. Me atrapó en seguida la manera en que el autor
escribe sus ideas, muy pulcras y bien presentadas, diría que argumentadas, pero
de hecho no hace muchas citas a pie de página y todo parece indicar que más
bien son reflexiones producto de sus dilatados estudios filosóficos, económicos e
históricos.

Quise escribir este comentario después de haber discutido el texto en la


sesión para enriquecer mis puntos de vista sobre el autor y efectivamente así fue.
Manero es un personaje que desarrolla su libro a partir de sus conocimientos
históricos sobre el pasado y presente. Sin ser necesariamente apologeta del
régimen de Díaz, continúa en la línea de pensamiento que le otorga a éste un
valor excepcional en la historia mexicana.

A diferencia de los más asiduos ideólogos del porfiriato él utiliza la palabra


evolución en lugar de progreso u orden. Desde sus apreciaciones sobre la
psicología de las masas hasta su conceptualización de lo que es una revolución
prima el ideal evolutivo. Y aunque se reserva muchas dudas acerca de la
posibilidad de que los seres humanos o más bien la muchedumbre mexicana sea
capaz de asumir ideas tan soñadas como la democracia no deja de pensar en que
la sociedad de su país ha atravesado ya por un camino ascendente.

Los acontecimientos que seguramente estaban sucediendo al momento de


redactar su texto pesaban sobre su temple, pues a lo largo de él podemos
encontrar reflexiones que rebasan el terreno de los histórico y apuntan a axiomas
sobre la naturaleza humana y su tendencia universal a la pasión o el desorden.
Hace símiles entre romanos, griegos e incluso franceses para sostener una
conjetura como la que apuesta por el fracaso o el éxito de una revolución y
comenta que la historia por sí sola presenta casos claros sobre la evolución e
involución de una sociedad.

Queda por anotar que no obstante la pretensión cientificista del autor y su


lenguaje que incorpora palabras como ley y evolución, el texto me hizo pensar en
muchas cosas que quizá en el fondo poseen su porción de verdad. Y es que a
estas alturas del curso, después de haber leído varios autores que denostan la
capacidad intelectual del mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX ya
pesa la duda acerca de si en efecto había aptitud social en el ambiente. ¿Era un
cambio en el poder central, y en consecuencia en la sociedad misma?

Textos como el de Manero nos invitan a salirnos de las consideraciones


románticas acerca de la Revolución e invitan a pensar en lo arduo de las
cuestiones políticas de tales dimensiones. Me quedo con las reflexiones sobre lo
incierto de una revolución si ésta no implica un cambio radical tanto de los sujetos
en el poder como en el sistema institucional. Empresa titánica que prácticamente
tendría que traer otro tipo de imaginario social.

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