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las organizaciones
16 de Junio de 2007 03:01 AM
Por: Anibal Basurto Amparano*
1.- DEBERÁ TENER CONCIENCIA MUY CLARA RESPECTO A LAS NECESIDADES DEL
PAÍS.
En los próximos años, en los que se visualiza una verdadera revolución ética en las
organizaciones, el profesor, crisol puente entre la generación que se va y la que arriba,
no puede mantenerse al margen de esta megatendencia.
Hoy como nunca, la actividad docente deberá estar sustentada por una profunda
vocación de servicio, pues todo parece indicar que seguirá siendo poco
recompensada, y con exigencias aún mayores por la sociedad.
En el mundo postindustrial, son tres los elementos que se requieren para salir airosos
de los rebolludos retos que nos presenta la nueva realidad: a) Conocimiento, b)
Capacidad para adaptarse a los cambios, y c) trabajo en equipo.
Para atender el segundo elemento, es menester que los jóvenes de hoy, que mañana
tendrán el destino de México en sus manos, manejen habilidades propias acordes a lo
que se ve venir, como: negociación, manejo de las computadoras, toma de decisiones,
saber vender sus ideas, etc.
Por lo anterior, una formación académica que no contemple tales habilidades, seguirá
mandando a la guerra a profesionales que se tendrán que conformar con míseras
remuneraciones, pues, aunque sean profesionistas con título y todo, son a todas luces,
incapaces de resolver problemas reales de las organizaciones, razón por la cual deben
pagar su cuota de novatez de, por lo menos 5 años "de práctica", los cuales sumados a
los 17 que ya pasaron en las escuelas, resulta muy costoso para un País, en el que sus
egresados de las escuelas superiores, tarden 22 años en presentar opciones reales de
desarrollo para su comunidad.
Por lo anterior, el profesor de la nueva era deberá sensibilizarse ante las grandes
realidades que flagelan al País, y al mismo tiempo, será menester que lideré el
autoaprendizaje de sus alumnos de tal forma que éste desarrolle esas actitudes y
valores que lo conviertan en un activo agente de cambio.
Uno de los azotes mas terribles de las organizaciones postmodernas es sin duda el
espantoso aburrimiento que se da en trabajo; sin embargo, este dudoso honor no es
exclusivo de las empresas, pues en las escuelas los profesores que han convertido su
cátedra en un monumento a la abulia y al acartonamiento, hacen legión.
Ya dentro de la clase, la forma es fondo, por lo que el profesor deberá poner en juego
toda su imaginación para que el proceso enseñanza-aprendizaje vuelva a ser un evento
de fiesta juvenil, al que lo llevaron mentores de alta talla; quienes han sido
desplazados por preceptores burocratizados que han hecho de la cátedra un reducto.
Al igual que en todas las actividades del quehacer humano, la educación ha sido
embestida por los cambios turbrápidos que ha generado la tecnología.
Desde luego que la tecnología dura es igualmente importante, por lo que el profesor,
requiere estar al día ante una y otra tecnología, las cuales apalancan el proceso
enseñanza-aprendizaje.
En la era del conocimiento, donde las fuentes de información están por todos lados, el
catedrático ha de convertirse en un líder de aprendizaje, pues es triste ver los casos en
los que los alumnos tienen que "esperar" a su preceptor, pues éste sigue atorado en el
mesozoico inferior, utilizando todavía el obsoleto "sistema" de dictado, exponiendo
temas Mauricio Garcesescos o siguiendo planes de estudios de hace 25 años.
Los profesores ya no pueden ser el "top" de lo que sus alumnos pueden aprender; si
quieren seguir en esta difícil tarea, deberán convertirse en líderes que guíen el
aprendizaje; que enseñen a los alumnos los métodos para obtener el conocimiento;
enseñarles a aprender a aprender pues.
Aunque esto suene demagógico, es increíble lo que ocurre con el alumno cuando se le
da la oportunidad de que se autoevalúe.
Las señales que manda el mercado actual, es que los profesores "teóricos" son una
especie en peligro de extinción.
Los alumnos valoran cada vez más a sus profesores que se enfrentan "a la realidad"
vía investigación y consultoría, al mismo tiempo que cuestionan en mayores
proporciones a sus mentores "de librito", que no pueden ayudarles a decodificar la
realidad que los rodea.
Obviamente esto no agota el tema de lo que debe hacer un profesor en la nueva era de
las organizaciones, sin embargo, son signos que deben ser tomados en cuenta por
aquellos preceptores que no deseen ser arrollados por las nuevas reglas del juego.
ESSS......