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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Pedagógica Experimental Libertador


Instituto Pedagógico De Caracas
Comisión Institucional del Consejo Directivo

Aportes para un futuro Proyecto de


Ley de Educación Universitaria.

Dr. Enrique Ravelo.-

El subsistema de Formación Docente en Venezuela está conformado


por instituciones universitarias que planifican sus acciones en función de las
Políticas Públicas que el Estado venezolano establece para su funcionamiento
académico y administrativo. Los lineamientos legales están claramente
contemplados en la Ley Orgánica de Educación. los Decretos y Resoluciones
ministeriales y por supuesto en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.

El Instituto Pedagógico de Caracas es una de estas instituciones. Nacido


en 1936 ha venido librando duras batallas en el transcurrir de los años hasta
hoy por consolidar un modelo de subsistema de Formación Docente
caracterizado fundamentalmente por una práctica democrática universitaria que
permite la participación activa de la comunidad académica en las decisiones
que determinan su destino histórico. Esa práctica democrática se refleja a
través de la realización en libertad de elecciones en los diversos organismos
gerenciales académicos que conforman su estructura administrativa. Sabemos
que esto no es suficiente para hablar de cambio y transformación universitaria,
pero son experiencias interesantes a la hora de legislar sobre esta materia.

Este planteamiento preliminar nos permite con suficiente autoridad


moral, hacer algunos señalamientos que podrían ser considerados como
aportes para la conformación de una futura Ley de Educación Universitaria, de
manera muy especial en lo referente a la Formación docente.
Dentro de estos señalamientos podemos especificar los siguientes:

A.-En cuanto a la transformación universitaria.

El pensamiento libre dentro de la Universidad está íntimamente relacionado


con el concepto de libertad académica y autonomía universitaria. El concepto
de transformación universitaria no puede privilegiar intereses personalistas,
todo lo contrario debe favorecer la posibilidad cierta de producir epistemología
a través de la verdad .La transformación universitaria consiste en reforzar
cambios en todos los procesos que involucren el quehacer universitario, en el
comportamiento y visión de la comunidad sobre la Universidad que queremos,
en la proyección social de la Universidad, en la implementación de cambios
curriculares con el consenso de toda la comunidad en democracia y con la
participación de todos. La transformación universitaria tiene que partir del
modelo de Universidad que el país precisa y nos está reclamando. Ella debe
consolidar el significado democrático de la libertad de cátedra, los mecanismos
de selección de su personal docente, las estrategias para elaborar los planes
de estudio.

La transformación universitaria debe propiciar los cambios necesarios que


profundicen la modernización en beneficio de los miembros de la comunidad y
de la sociedad en general. Debe internalizar los valores propios de la sociedad
desarrollando capacidades para asimilarlos consolidando el respeto a la
persona humana.
Los método que utilice la Universidad para su transformación deben
sustentarse en la discusión epistemológica democrática, participativa y dialogal.
En nuestro país las universidades, a pesar de las dificultades que confrontan,
tienen que realizar los esfuerzos necesarios para desarrollar en su propio seno
procesos de transformación que las incorporen al ritmo de las nuevas
realidades socio-políticas de Venezuela.

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B.-La autonomía universitaria.-

El principio de autonomía universitaria expresado en la Ley de Educación


Universitaria vetada por el Ejecutivo Nacional, recoge en parte el espíritu de lo
que entendemos por autonomía universitaria, ese artículo 4° señala
textualmente lo siguiente: La educación universitaria se rige por los principios
de autonomía, carácter público, gratuidad, democracia participativa y
protagónica,calidad,pertinencia,innovación,interculturalidad,universalidad,territo
rialidad y propugna la conducta ética como sentido de bien común, eje
vertebrador de los procesos fundamentales de la educación universitaria, así
como por los otros principios y valores establecidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y en la Ley Orgánica de Educación. La
universidad desarrolla los principios y valores de la educación, la cultura y el
trabajo en un ambiente de justicia, por su ineludible compromiso y aporte en la
consecución de los fines esenciales del Estado.

1.-Autonomía :como principio y jerarquía que otorga a la universidad la


competencia para dirigir la acción del gobierno universitario, en los términos
establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la
Ley Orgánica de Educación, en la presente Ley y demás leyes de la República
y ajustada al Estado Social de Derecho y de Justicia, le demanda a la
universidad el ejercicio ético de su competencia, regido por los principios de
cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad en el cumplimiento
de su elevada misión, para el resguardo de la identidad, la integridad territorial
y la soberanía de la Nación.

2.-Carácter público: la educación universitaria tiene carácter público, en todos


sus niveles y modalidades, independientemente de las formas de la gestión de
sus instituciones, el conocimiento que crea, comunica, transforma y acciona,
constituye un bien social común.

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3.-Gratuidad: la educación universitaria será gratuita en las instituciones de
carácter oficial hasta el nivel de pregrado.

Este artículo podría complementarse con lo que contempla la actual


Ley de Universidades en su artículo 9 sobre el principio de autonomía
universitaria, así como la incorporación de algunos elementos claves en el
quehacer universitario tales como la autogestión de la reglamentación propia
de la universidad, la administración de su patrimonio, la libertad del
pensamiento crítico tanto en la docencia como en la investigación.

C.-Más aportes para un futuro proyecto de Ley de Educación


Universitaria.-

La concepción del principio de autonomía debe ceñirse al artículo 109 de


la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que la consagra.

Artículo 109. El Estado reconocerá la autonomía


universitaria como principio y jerarquía que permite a los
profesores, profesoras, estudiantes, estudiantas, egresados
y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del
conocimiento a través de la investigación científica,
humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y
material de la Nación. Las universidades autónomas se
darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la
administración eficiente de su patrimonio bajo el control y
vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra
la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar
y actualizar los programas de investigación, docencia y
extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto
universitario. Las universidades nacionales experimentales
alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley.

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Ello supone el respeto al desarrollo del pensamiento crítico tanto en lo
académico como en lo investigativo, producción de saberes y administración de
los mismos. Analizando dicho pensamiento sin limitaciones de ninguna
naturaleza. Conlleva también la autonomía la elección democrática de las
autoridades universitarias, la elaboración de sus propios reglamentos, la
ejecución y administración de su presupuesto.

Un nuevo proyecto de Ley debe contemplar en su articulado nuevas


funciones para la Universidad, una de ellas podría ser la función de
compromiso social para incorporarla a su entorno con mayor capacidad
creativa, racional y crítica a las exigencias que la sociedad le está solicitando
en la solución de los graves problemas sociales que esta confronta.

El personal docente y de investigación debe estar definido por reglas


claras que le permitan desarrollar sus potencialidades, su creatividad y su
aporte profesional dentro del mayor respeto y consideración.

La Universidad tiene que ser una comunidad de personas


profundamente comprometidas con los cambios y transformaciones que el país
requiere del sector. Con claro sentido de la disciplina por la responsabilidad de
sus acciones, que entiendan que el principio de la pertinencia social es
fundamental para el crecimiento del país y de la propia Universidad.

El proyecto de Ley de Universidades debe contemplar un capítulo bien


definido sobre la inclusión y la equidad de las mayorías dentro de la
Universidad. Definir que junto a la inclusión social la Ley tiene que determinar
de manera clara el otorgamiento de recursos académicos y financieros a
través de presupuestos justos que garanticen la calidad de la educación que se
imparte, ya que de lo contrario se estaría diseñando un sistema de inclusión
para formar deficientemente los ciudadanos que el país precisa.

En el proyecto de Ley de Universidades las estructuras administrativas y


académicas deben sustentarse en bases sólidas gerenciales, con fluidez en

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sus procesos, evitando la burocratización. Unidades que garanticen la
efectividad en cada una de sus actividades académicas, administrativas,
financieras, tecnológicas. Debe también garantizar en su articulado el que las
universidades propicien sus propios cambios y transformaciones a través de un
curriculum flexible y dinámicos. De planes de estudio acordes con la realidad
nacional, resultantes de investigaciones socio-educativas serias y confiables.

La rendición de cuentas sobre la administración y ejecución


presupuestaria por parte de las autoridades tiene que realizarse ante
organismos contralores nacidos del seno de las propias universidades y de los
organismos contralores que las leyes contemplen sobre el particular, La
ausencia de una ética administrativa en el manejo y control de los recursos
financieros y humanos acarrean vicios y lesionan la moral universitaria. En este
sentido una nueva Ley de Universidades tiene que contemplar medidas
severas que frenen el flagelo de la corrupción y el despilfarro, estas medidas
por su importancia deben desarrollarse en un capítulo específico que
establezca criterios sobre la ética de la gerencia universitaria.

El proyecto debe profundizar lo establecido en el artículo 114 de la


actual Ley de Universidades, garantizando taxativamente que el Estado
venezolano proporcionará los recursos financieros necesarios para la
protección social, en toda su extensión, para los miembros del personal
docente y de investigación, así como para el personal administrativos y obrero
como miembros de la comunidad universitaria. Este artículo señala
textualmente lo siguiente: “Las universidades deben protección a los miembros
de su personal docente y de investigación y procuraran por todos los medios
su bienestar y mejoramiento. A este fin, la Universidad establecerá los sistemas
que permitan cubrir los riesgos de enfermedad, muerte o despido; creará
centros sociales, vacacionales y recreativos; fundará una caja de previsión
social, y abogará porque los miembros del personal docente y de investigación,
así como sus familiares, se beneficien en todos aquellos servicios médicos o
sociales que se presten a través de sus institutos y dependencias.”

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La democracia universitaria debe practicarse en el mejor sentido de su
significado: participación de los miembros de una comunidad en las decisiones
que involucren su destino histórico sin discriminaciones de ninguna naturaleza.
De allí que en los órganos de dirección y formulación de políticas universitarias
deben estar representados además de los profesores, estudiantes, el personal
de servicio y administrativo. Debe incluirse en el proyecto un capítulo en el cual
se defina con claridad la forma y manera de organizar esta participación.

El proyecto debe conducir a una Ley de Universidades macro que


canalice los postulados relacionados con la Educación Superior contemplados
en la Ley Orgánica de Educación, de manera especial lo establecido en el
artículo 34.El proyecto debe plantear la necesidad de un capítulo especial en la
próxima Ley de Universidades que contemple todo lo relacionado con el
financiamiento de la educación Superior que acabe definitivamente con las
angustias que en este sentido se originan cada vez que comienza un año
fiscal.

El proyecto debe contemplar capítulos especiales para establecer las


características y diferenciaciones de los Institutos de Educación Superior, de
los procesos de integración regional de las universidades, de las políticas de
bienestar estudiantil, del régimen disciplinario para los miembros de la
comunidad universitaria, de los deberes y derechos de profesores y
estudiantes, de los miembros ordinarios del personal docente y de
investigación, de las relaciones entre las políticas públicas del Estado y la
Universidad. De los organismos superiores coordinadores de las políticas
universitarias.

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