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Adolescencias, tal como la conocemos en occidente a finales del siglo XX es hasta cierto punto, un
producto de nuestro siglo. Muchos chicos/as occidentales pueden caracterizarse por:
Durante siglos los niños se incorporaban al mundo del trabajo en algún momento entre los 6 y 7
años y los comienzos de la pubertad:
Es necesario una distinción entre 2 términos que tienen un significado y un alcance distinto:
PUBERTAD Y ADOLESCENCIA
PUBERTAD: conjunto de cambios físicos que transforman el cuerpo infantil en cuerpo de adulto
con la capacidad para la reproducción. Fenómeno universal para todos los miembros de nuestra
especie (hecho biológico)
ADOLESCENCIA: período psicosociológico que se prolonga por varios años, y que se caracteriza por
la transición entre infancia y adultez. Hecho psicosociológico no necesariamente universal, que no
necesariamente adopta en todas las culturas, el patrón de características que adopta en la
nuestra.
Por término medio, en los chicos los cambios comienzan hacia 12-13 años y termina hacia los 16-
18 años. En los chicas hacia los 10-11 y terminan hacia 14-16 años. Ellas van por delante en el
proceso (edades promedio). La causa por la que la maduración ocurre más temprano o más tarde
son diversas. Parece que están implicados aspectos genéticos y aspectos ambientales, la
alimentación juega un papel importante, la historia de salud, hábitos de vida, etc. existe una
tendencia al adelantamiento.
La visión opuesta procede de la antropología cultural (Ej.: de Margaret Mead 1928 realizó
observaciones en la isla de Samoa en Oceanía. Estudió allí a los adolescentes y concluyó que no
presentaban ningún signo especial de turbulencias o de dificultades. Por el contrario parece una
transición fácil y sin problemas. Pasaje de las responsabilidades de adulto de manera gradual y
adecuada a sus posibilidades. Los conflictos se discutían y se resolvían abiertamente; existían
formas socialmente establecidas de hacer frente a las tensiones interpersonales. Adolescencia
como una agradable época de la vida).
Si sostenemos que la adolescencia es solo un producto cultural y que su carácter más o menos
suave o agitado es solo una de las consecuencias de las experiencias que cada cultura aporta a sus
miembros jóvenes, y que por tanto no se trata de una época de tensiones, cómo explicar los
abandonos escolares, suicidios o tentativas, embarazos precoces, indeseados, etc.
Probablemente haya algo de verdad en las dos versiones extremas, y probablemente la mayor
parte de los adolescentes se sitúa en algún punto intermedio entre el rosa y el negro.
Probablemente es mejor hablar de adolescentes o adolescencias, que de adolescencia.
La incorporación de los adolescentes al estatus de adulto se retrasa cada vez más, frecuentemente
nos encontramos con personas física y psicológicamente adultas, pero socialmente no adulta:
continúan bajo la dependencia de sus padres, no se incorporan al mundo del trabajo, no pueden
formar una familia propia.