Вы находитесь на странице: 1из 139

HMO - historia del movimiento obrero

EDUBP | RRHH | tercer cuatrimestre

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 1


índice

 presentación 3

 programa 4
contenido módulos

 mapa conceptual 5

 macroobjetivos 6

 agenda 7

 material 8
material básico
material complementario

 glosario 10

 módulos *
m1 | 12
m2 | 59
m3 | 94


* cada módulo contiene:
microobjetivos
contenidos
mapa conceptual
material
actividades
glosario

 evaluación 127

impresión total del documento 127 páginas !

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.2


p re s e ntación

Bienvenido a HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO

Bienvenido a Historia del Movimiento Obrero, materia que se encuentra en el


tercer cuatrimestre de la carrera que usted ha elegido. Posiblemente, una de
las primeras inquietudes que usted tenga sea aquella relativa a la importancia
del estudio de esta materia en la Licenciatura en Gestión de los Recursos
Humanos.
En ese sentido, se considera que la misma posee un valor fundamental para
su futuro profesional como responsable de los recursos humanos, dado que le
servirá para desarrollar una visión clara de los distintos procesos ideológicos,
sociales y políticos que se han sucedido en la Historia del Movimiento Obrero.
A su vez, una interpretación profunda de los acontecimientos que se han
desarrollado en el movimiento obrero es fundamental para la comprensión
de la situación actual del mismo. Todo proceso tiene un antes y un después.
Nosotros anhelamos que usted logre, al finalizar la materia, una comprensión
de este devenir y de los distintos cambios que tuvo el desarrollo de las luchas
obreras.
Siguiendo este criterio, hemos decidido estructurar la materia del modo más
didáctico posible que le facilite su aprendizaje y comprensión. Para ello, la
hemos organizado del siguiente en tres grandes partes. En la primera de ellas,
cuyo carácter es introductorio, se desarrollan los inicios del obrero como fuerza
de trabajo, desde la esclavitud hasta el siglo XX.
La segunda parte comprende desde el Movimiento Obrero Latinoamericano
hasta la aparición del peronismo y su influencia directa sobre los obreros en
todo el siglo XX, desde el punto de vista argentino.

La Tercera y última parte se orienta hacia los


aspectos legales y las organizaciones que
están presentes en todo momento en el devenir
de los obreros con organizaciones tales como
la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
hasta la Confederación del Trabajo (CGT).
Constantemente, apelaremos a la Historia para
contextualizar los distintos momentos en que
los procesos se vayan desarrollando.

Aquí no pretendemos que usted sea un mero protagonista secundario del movi-
miento obrero que se fue gestando, sino que se esperamos sus análisis y su
participación constante como estudiante. Esto último es muy importante, dado
que es una oportunidad para contribuir a su formación como futuro responsa-
ble de los recursos humanos.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 3


p rograma

Módulo 1: Sindicalismo: introducción, origen y evolución


Unidad 1: Origen y evolución del movimiento sindical
Etapas en la evolución histórica. Las corporaciones de oficios. La Revolución
Industrial. La situación en Inglaterra y Francia.
Unidad 2: La evolución del movimiento obrero en Latinoamérica
Anarquistas y socialistas 1850-1918. Nacionalismo y Comunismo 1918-1930,
Socialdemocracia, socialcristianismo y marxismo 1930-1980.

Módulo 2: Origen y evolución del sindicalismo en Argentina


Unidad 3: Historia del Sindicalismo en Argentina
El movimiento obrero y los primeros gobiernos peronistas. Sindicalismo pospe-
ronista.
Unidad 4: El sindicalismo y la recuperación democrática.
Sindicatos frente a la flexibilización laboral.

Módulo 3: Sincalismo y globalización: marcos jurídicos y legales


Unidad 5: La Globalización, el cambio Tecnológico y la Estrategia Sindical
Del Fordismo y Taylorismo al Toyotismo. Nuevos factores de acción sindical.
Nuevas formas de profesionalidad y de constitución del sindicato. Las relacio-
nes del trabajo frente a la mundialización de la economía. Transformación de la
relación salarial en el marco de un nuevo paradigma productivo.
Unidad 6: OIT
Orígenes e historia. Misión y objetivos. Áreas de actuación. Funcionamiento.
Principales convenios y recomendaciones ratificados por nuestro país.
Unidad 7: El Derecho Colectivo del Trabajo y la trilogía de su contenido
Las asociaciones sindicales, las asociaciones profesionales y la actuación de
la Autoridad Administrativa del Trabajo. El conflicto colectivo y la huelga. La
negociación colectiva. El llamado “Modelo Sindical Argentino”.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.4


m a p a co n ceptual

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 5


m a c ro o b jetivos

Historia del Movimiento obrero

Macroobjetivos

• Analizar la evolución del movimiento obrero desde sus orígenes hasta


la actualidad, para comprender su desarrollo.

• Comprender el rol de los Gremios y Corporaciones en la defensa de los


derechos de los trabajadores.

• Interpretar las influencias de las distintas ideologías en el seno del


Movimiento Obrero teniendo en cuenta las consecuencias que dejaron
las mismas

• Investigar el crecimiento del sindicalismo en Latinoamérica y Argentina


desde fines del siglo XIX a nuestros días.

• Interpretar el marco legal y jurídico de los obreros a nivel nacional e


internacional para comprender el lugar que ocupan en la sociedad.

• Analizar la influencia de la Globalización en el concepto de Empresa y


el rol del trabajador con las consecuencias que dejó la misma.

• Interpretar la importancia de las nuevas formas de producción como el


fordismo, el taylorismo y el toyotismo en el movimiento obrero.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.6


agenda

Porcentaje estimativo por módulo, según la cantidad y complejidad de con-


tenidos y actividades.

Módulo % de tiempo estimado


1 25%
2 25%
3 25%
4 25%
Total 100%

Representación de porcentajes en semanas

Semanas 1 2 3 4
1
2
3
4
5
6
7
8 Primer parcial
9
10
11
12
13
14
15 Segundo parcial

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 7


mater ial

Material básico
Material desarrollado en los contenidos de cada uno de los módulos
Material complementario
GODIO, Julio. Historia del Movimiento Obrero. El Cid editor. Buenos Aires. 1979.
HOSBAWM; Eric. La Era del Capital. 1848-1875. Editorial Crítica. Buenos Aires. 2006.
HOSBAWM; Eric. La Era del Imperio. 1875-1914. Editorial Crítica. Buenos Aires. 2006.
ABÓS, Alvaro. Las organizaciones sindicales y el poder militar (1976-1983). Centro
Editor de America Latina.1984
ACKERMAN, Mario E., TOSCA, Diego M.: Relaciones colectivas del Trabajo.
Tomo I y II, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2007.-
CEBALLOS, Ernesto S.: Historia Política del movimiento obrero argentino.
(1944-1985). Ediciones del Mar Dulce. Buenos Aires. 1985
CONSTITUCION NACIONAL.
CORNAGLIA, Ricardo J.: Derecho Colectivo del Trabajo. La Ley, Buenos Aires,
2006
CORTE, Néstor: El Modelo Sindical Argentino. Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
1994.-
DOLLEANS, Edouard., Historia del Movimiento Obrero. Tomo I. (1830-
1871).Editorial Eudeba. 1980.
ETALA, Carlos Alberto: Derecho Colectivo del Trabajo, Asociaciones sindicales,
convenios colectivos. Conflictos, conciliación y Arbitraje. Huelga. 2ª ed. Actuali-
zada y ampliada, Ed. Astrea, Bs. As., 2007
FALCÓN, Ricardo. El Mundo Urbano del Trabajo (1890-1914).Biblioteca Política
Argentina. Numero 153. Centro Editor de Américas Latina. 1986.
FALCÓN, Ricardo. Los Orígenes del Movimiento Obrero. (1857-1899).Biblio-
teca Política Argentina. Numero 53. Centro Editor de América Latina. Buenos
Aires. 1984.
FLACELIERE, Robert. La vie quotidienne en Grece au Siecle de Pericles.
Librairie Hachette, Paris. 1959.
GODIO, Julio. El Movimiento Obrero Argentino (1910-1930). Socialismo, sindi-
calismo y comunismo. Editorial Legasa. Buenos Aires. 1988.
GODIO, Julio. Los Orígenes del Movimiento Obrero. Centro Editor de América
Latina. Buenos Aires. 1971
GODIO, Julio. Sociedades de Trabajo y sindicalismo socio-político en América
Latina y el Caribe. 1era. Edición. Buenos Aires. Editorial Corregidor. 2005.
GROS ESPIELL, Héctor: La Organización  Internacional del Trabajo y los dere-
chos humanos en América Latina. EUDEBA, Buenos Aires, 1986.
LACARRA, José y REGLÁ, Juan. Historia de la Edad Media. Editorial Mon-
taner y Simón. Barcelona, 1979.
LOPEZ, Guillermo A. F.: Derecho de las Asociaciones Sindicales. Ed. La Ley,
Bs. As., 2000
MATSUSHITA, Hiroshi. El Movimiento Obrero Argentino. 1930-1945. Sus
Proyecciones en los Orígenes del Peronismo. Ediciones Siglo Veinte. Buenos
Aires.1983
MIREAUX, Emile. La vida cotidiana en los tiempos de Homero. Editorial
Hachette. Buenos Aires. 1962.
PALOMINO, Hector y Godio, Julio. El Movimiento Sindical Argentino Hoy: Histo-
ria, organización y nuevos desafíos programáticos. Fundación Friedrich Ebert.
Buenos Aires. 1987.
PANETTTIERI, José. Los Trabajadores. Centro Editor de América Latina.
Buenos Aires.1982.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.8


PERICOT, Luis y otro. Historia de Roma. 2 tomos. Editorial Montaner y
Simón. Barcelona. 1979.
POBLETE TRONCOSO, Moisés. El Movimiento Obrero Latino Americano. Fondo
de Cultura Económica. México. 1946
ROSTOVTZEFF, Mijail. Historia Social y Económica del Imperio Romano. Tomo
II. Editorial Espasa Calpe. Madrid. 1981.
SACCHI, Hugo. El Movimiento Obrero en Latinoamérica. Centro Editor de Amé-
rica Latina. Buenos Aires. 1972.
SARDEGNA, M. – SLAVIN, L.: Derecho Colectivo del Trabajo. Ed. Eudeba, Bs.
As. , 1999.
SECO, Ricardo Francisco. Contratación de Profesionales. Notas de la Relación
de Dependencia. En Revista de Derecho Laboral 2005-2, Contratación laboral,
Ed. Rubinzal Culzoni Editores, Pág. 302 a 396.
TOFFLER, Alvin: La Tercera Ola. Editorial Plaza y Janes. 15 ed. Barcelona.
1998.
VAZQUEZ VIALARD, Antonio: Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. 2
Tomos, Ed. Astrea, Bs. As. 2008
VON POTOBSKY, Geraldo W.- BARTOLOMEI DE LA CRUZ, Héctor G.: La Orga-
nización Internacional del Trabajo. Astrea, Buenos Aires, 1990.
www.ilo.org/public/spanish/

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 9


glosar io

Afiliación: Asociar una persona a una sociedad o corporación.


Bando: Edicto o mandato solemne.
Burgués: Ciudadano de clase acomodada y opulenta.
Convenio: Acuerdo entre dos o más grupos sociales o instituciones por el que
ambas partes aceptan una serie de condiciones y derechos.
Convenio colectivo: Acuerdo entre una empresa y sus trabajadores para esta-
blecer la cuantía de los salarios, el calendario de trabajo y otras condiciones
laborales.
Conventillo: casa de vecindad donde vive mucha gente pobre y amontonada.
C.R.O.M.: Confederación Obrera Mexicana
Conchabo: Contrato de servicio doméstico.
F.O.R.A.: Federación Obrera de la República Argentina
F.O.R.U.: Federación Obrera de la República del Uruguay
Globalización: Por este fenómeno, las firmas individuales dispersan partes de
sus procesos productivos en diversos puntos del globo para adquirir ventaja de
las diferencias de costo y calidad de los factores producción
Gremio: Corporación formada por los maestros, oficiales y aprendices de una
misma profesión u oficio, regida por ordenanzas o estatutos especiales.
Hectomores: Esclavos obtenidos como botín de guerra.
Hiperinflación: tasa de inflación demasiado alta, que supera las cifras que se
consideran manejables y los incrementos de precios se vuelven incontrolables.
Laudo: Decisión. Sentencia de una árbitro o juez.
Ilota: Esclavo de los lacedemonios o espartanos.
Liberal: Partidario de la libertad individual en materia política y económica.
Mercantilismo: Sistema económico que atiende, en primer término, al desar-
rollo del comercio, principalmente al de exportación, y considera la posesión
de metales preciosos como signo característico de riqueza.
Mayoral: 1. m. Pastor principal entre los que cuidan de los rebaños, espe-
cialmente de reses bravas. 2. m. En las galeras, diligencias y otros carruajes,
encargado de gobernar el tiro de mulas o caballos. 3. m. En las cuadrillas
de cavadores o de segadores, cabeza o capataz. 4. m. En las labranzas y en
las cabañas de mulas, cabeza o capataz que manda a los otros mozos. 5. m.
Recaudador o administrador de diezmos, rentas, limosnas, etc. 6. m. En los
hospitales de leprosos, el que administraba o gobernaba. 7. m. ant. Superior
de una comunidad. Fuente: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_
BUS=3&LEMA=mayoral
Mutual: Conjunto de asociaciones de personas que persiguen un fin social.
Oligarquía: Gobierno ejercido exclusivamente por algunas familias privilegia-
das.
Owenistas y fourieristas: Partidarios de Robert Owen (1771-1858), quien fue
pensador, activista e industrial y actuó en la primera época de la Revolución
Industrial. Creyó que mejorando la calidad de los obreros, mejorarían las rela-
ciones entre obreros y patrones, además de mejorar también la producción.
Sostuvo que los obreros debían tener mejores salarios, viviendas dignas, etc.
Por su parte, Caros Marx lo calificó de socialista utópico porque, según Owen,
al tomar estas medidas, todas las otras comunidades harían lo mismo (socie-
dad ideal o utópica), lo cual en la práctica no ocurrió. François Fourier (1772
–1837) fue un socialista francés de la primera parte del siglo XIX y padre del
cooperativismo. Fue un crítico de la economía y del capitalismo de su época.
Gran opositor de la industrialización, de la civilización urbana, del liberalismo.
Propuso la creación de unas unidades de producción y consumo: las falanges

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.10


o falansterios basadas en un cooperativismo integral y autosuficiente. ¿Tomado
textual de wikipedia? En tal caso, citar.
Paritaria: Organismo por el mismo número de obreros y patrones con los
mismos derechos.
Polivalente: Que puede ser usado con distintos fines.
Prerrogativas: privilegios
Proletariado: Perteneciente a la clase proletaria.
Proletario: Persona que vive de un trabajo manual pagado a jornal.
Proscripción: Prohibición
Proudhonianos y Bakuninistas: Pierre-Joseph Proudhon (1809- 1865): Teórico
político socialista francés. Hijo de un humilde tabernero y de una campesina,
fue primero pastor y más tarde corrector de imprenta. De formación autodi-
dacta, se destacó a temprana edad por su brillantez intelectual. A los veintin-
ueve años le fue concedida una beca para estudiar en París, donde publicó su
primer libro, ¿Qué es la propiedad? (1840), donde desarrolló la teoría de que
“la propiedad es un robo”, en cuanto que es resultado de la explotación del
trabajo de otros. Esta afirmación le costó la pérdida de su beca de estudios.
Proudhon es considerado como el padre o precursor del Anarquismo Moderno.
Mijail Bakunin (1814-1876) es contemporáneo de Marx y pertenece a la primera
generación del pensamiento anarquista. El pensaba que el anarquismo impli-
caba una liberación social, sin necesidad de gobierno ni autoridades oficiales
cuyo centro de gravedad se sitúa en el trabajo, el factor de producción, sus
medios y distribución. La sociedad debería organizarse mediante la federación
de productores y consumidores (a nivel de base) coordinados entre sí medi-
ante las confederaciones. No habría necesidad de gobiernos, sistemas legislati-
vos, poderes ejecutivos que monopolizaran la violencia, etc. En cambio, según
su sistema, cada cual recibiría una retribución económica de acuerdo al trabajo
realizado de forma que se impidiese el surgimiento de una clase ociosa para-
sitaria del trabajo de las asociaciones libres.
Servidumbre: Trabajo o ejercicio propio del siervo.
Siervo: Esclavo de un señor.
Trades Union: Concepto inglés que sirve para designar a las organizaciones
que representan a los intereses de los obreros.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 11


m ódulos

m1

m1 microobjetivos

• Conocer los antecedentes del movimiento sindical a los fines de anali-


zar la evolución histórica de la esclavitud al trabajo asalariado.
• Conocer el proceso de conformación de los gremios y corporaciones
para comprender su rol en cada etapa de la evolución histórica.
• Interpretar la trascendencia de la Revolución Industrial para vincularla
con el movimiento obrero.
• Analizar las características del Movimiento Obrero Latinoamericano
• Comprender las influencias de las distintas ideologías en el seno del
Movimiento Obrero.
• Conocer la situación particular de algunos países latinoamericanos en
relación al Movimiento Obrero.
• Analizar el rol del Sindicato frente a los distintos momentos políticos y
económicos del siglo XX Latinoamericano.

m1 contenidos

En el desarrollo de este módulo, abordaremos los siguientes temas:


1. Antecedentes históricos del Movimiento Sindical
a. El Trabajo Humano
b. El trabajo y la Esclavitud como base de la economía en la
Edad Antigua
c. El trabajo en la Edad Media
d. Gloria y ocaso de los Gremios y Corporaciones

2. La Revolución Industrial
a. Situación en Francia e Inglaterra
b. Antecedentes históricos del Movimiento Sindical Contemporá-
neo

1. Antecedentes históricos del Movimiento Sindical

a. El Trabajo Humano

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.12


Las relaciones de trabajo, así como las
de la vida socio económica, tienen por
objetivo satisfacer las necesidades del
hombre y facilitar su desarrollo como per-
sona. En este sentido, podemos pensar
que el ser humano es un indigente, ya
que padece necesidades que manifiestan
en las diversas expresiones de su vida:
hambre, frío, inseguridad, deseo de saber,
etc. Tales necesidades, que siendo niños
se reducen al ámbito de lo estrictamente
biológico, van después extendiéndose y
abarcando el campo de lo útil y de lo con-
fortable, permitiendo al hombre vivir mejor
y disfrutar del ocio que, bien empleado, lo
ayudará a proyectarse a niveles de mayor
perfección.

Esa “indigencia” del hombre debe cubrirse con bienes y servicios aptos para
remediarla y que él mismo debe procurar, no individualmente, sino integrado en
la sociedad en la cual está inserto y donde interactúa como sujeto conciente.
¿Cómo hacerlo? A través del trabajo humano, es decir, la acción del hombre
sobre la naturaleza para dominarla y convertirse en su señor, en lugar de
esclavo.
Esta perspectiva puede lograrse a través de la vida social que le ofrece al
hombre la posibilidad de lograr un buen vivir por medio de lo que podría lla-
marse un sistema de provisiones: alimentos, abrigo, cultura, asistencia médica,
seguridad, etc. Ese sistema de provisiones sólo puede aumentar y enrique-
cerse en la medida en que reciba más de lo que provee, es decir todo aquello
que se consume.
El trabajo, concebido como acción que domina la naturaleza, es la incorpora-
ción de esa acción que lleva a cabo el propio hombre al sistema de provisión
social. Por lo tanto, todo trabajo es un servicio prestado a la sociedad, ya sea
de forma directa o a través del incremento de la suma de todos los que traba-
jan.
Como tal, el trabajo tiene una realidad extrínseca, “hacia fuera”, debido a que
construye el mundo, al mismo tiempo que cuenta con una fase intrínseca,
“hacia adentro”. Esto último hace referencia a que mediante el trabajo el
hombre se realiza como ser humano, se siente integrado a la comunidad o se
destruye. Por ello, para pensarlo, deberíamos profundizar los siguientes aspec-
tos:

• Sociales: Los hombres producen (bienes y servicios) para otros al


mismo tiempo que consumen esos mismos bienes y servicios. En con-
secuencia, el trabajo que los genera es personal y social (alternancia y
servicio comunitario).
• Psicosociales: En este caso, el trabajo construye el mundo y libera
al hombre de sus necesidades biológicas, de seguridad, psíquicas,
de autosatisfacción y lo vuelve pleno. La introducción de la máquina
(cuya función primordial es el aumento de la producción) hizo al trabajo
mas monótono y menos trascendente (más aún si tenemos en cuenta
que el hombre es un ser con vocación trascendente).

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 13


• Económicos: Este aspecto apunta a la distribución de bienes del sis-
tema de provisión, teniendo en cuenta las necesidades que se tengan
individual y socialmente.
• Jurídicos: En este caso, el derecho no sólo tiene en cuenta el sala-
rio, sino todos los aspectos, ya sean o no económicos, de la relación
laboral.

Con el desarrollo histórico, los trabajadores toman conciencia de la necesidad


de encarar la defensa de sus propios intereses profesionales, lo cual da motivo
a la aparición de los sindicatos, cuyo nacimiento y desarrollo no fue parejo en
los diversos países.

Principales figuras o características del trabajo


El trabajo corporal o manual fue considerado durante mucho tiempo indigno
para el hombre libre. Esto fue así en la historia de Grecia y Roma, donde los
mismos trabajadores libres no tenían derechos políticos. Esta particular con-
cepción llevó a los pueblos de la antigüedad a descargar el grueso de la labor
necesaria para el mantenimiento de la comunidad sobre los hombres de la
comunidad.
Con la aparición del cristianismo surgió una
nueva concepción del trabajo, incluso del
manual, a partir de la postura de igualdad
entre los hombres, sustentada y difundida
por Cristo y sus apóstoles. En la Edad
Media, se crearon las corporaciones con
el objetivo de proteger la exclusividad de
los trabajadores en un oficio determinado,
variando según la ciudad, región o país.

b. El trabajo y la Esclavitud como base de la economía en la Edad Antigua


Durante la Edad Antigua y parte de la Edad Media, las personas que trabajaban
no recibían dinero (salario) por trabajo o actividad porque, en su mayoría, no
eran personas libres, sino esclavos. Es decir, personas que ni siquiera eran
dueños de ellos mismos, sino simples objetos o herramientas utilizadas para
desarrollar una tarea. Etimológicamente, el concepto esclavo proviene del latín,
esclavus, que significa persona que está bajo la dependencia absoluta de otra,
que le ha comprado o que lo obtenido como premio o botín.

Los esclavos eran utilizados para realizar


toda clase de actividades, teniendo como
única herramienta su propia fuerza de
trabajo. Generalmente, se los conseguía
u obtenía en los mercados de esclavos o
como botín de guerra (prisioneros vencidos
en alguna guerra entre imperios o reinos,
según el caso).

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.14


Toda la economía de la Edad Antigua y, gran parte de la Media se asentaba
en las diferentes formas de esclavitud. Las Civilizaciones del Cercano Oriente
(Sumerios, Babilonios, Asirios, Persas, Egipcios, Fenicios, etc.) la utilizaron de
manera permanente; aunque coexistían simultáneamente ciertos trabajadores
libres con oficios tan diversos como herreros, artesanos, los que recibían a
cambio del trueque y luego, con la aparición de la moneda, ciertos beneficios,
que eran ínfimos con respecto a las clases superiores (nobleza y sacerdotes).

En la extensa Antigua Grecia, en el


período conocido el Mundo Homérico
(en alusión a Homero, siglos XII-VIII a.C.)
la situación del trabajador variaba de
manera muy diversa según el estatus
jurídico, de tal modo que los propieta-
rios de tierras utilizaban un grupo de
servidores y peones que formaban la
masa rural, ya sea como trabajadores
libres o esa clase de vasallos de aspec-
tos múltiples, tetes, penestos, gimnetas,
ilotas, etc. (trabajadores dependientes),
ya sea vinculados a algún señor o pro-
pietario por un lazo personal duradero
o afectados a la tierra por su estatuto
legal.

La situación concreta de esta clase trabajadora variaba no solo según su esta-


tus jurídico (antes mencionado) sino también según la ciudad donde le tocaba
vivir en la Antigua Grecia. Es así que el poeta Hesíodo (siglo VIII a. C.) en su
obra El Trabajo y los Días, recomendaba para las labores que se alquilen los
servicios de los hombres mayores de cuarenta años, robustos y serios, capa-
ces de llevar derecho el surco. Agregaba además que se los alimentara cada
día con una hermosa galleta. Finalmente decía que después de la trilla y antes
de la vendimia, se debía contratar un tete (hombre libre), que debería conser-
var y cuidar las cosechas y los animales en los meses de invierno. El salario se
pagaba en especies. Su estatus era similar al del ilota espartano, es decir que
poseían garantías mínimas estables, aunque en el caso de los ilotas, no depen-
dían directamente del ciudadano espartano, si no del Estado espartano.
En el mundo de Homero, la mayor parte de la producción industrial dependía
del trabajo casero: señoras y sirvientas hilaban la lana y confeccionaban las
prendas de vestir; y la diversidad de oficios, como el herrero (que hace a la vez
de orfebre), construían los utensilios domésticos de metal.
En el siglo VI a.C., cuando aparece el legislador Solón, es decir un siglo des-
pués de los tiempos homéricos, existía en Athenas una categoría de trabajado-
res de la tierra, llamados hectomores. Ellos trabajaban el suelo por cuenta de
los propietarios y su salario consistía en la sexta parte de las cosechas.
Actualmente es algo común y cotidiano decir que
“todo trabajo merece un salario digno”, pero en
tiempos de Pericles (siglo V a. C.) no ocurría lo
mismo y el ideal de vida que dignificaba al hombre
era el de aquel campesino dueño de la tierra que
vivía y era dueño de su tierra, satisfaciendo a su
vez las necesidades de su familia y las propias.
Con esto se deduce que el griego que dependía del
prójimo para vivir era considerado una servidumbre
intolerable.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 15


El concepto real era que el hombre verdaderamente libre debía ser completa-
mente dueño de sí y ¿cómo podría serlo si dependía de un salario? Un ejemplo
de esta situación era que el reproche o crítica que se les hacía a los Sofistas
era el cobro que hacía por sus lecciones, acentuando aún más el criterio que
tenían los griegos de las profesiones y oficios.
De todos modos, en el siglo de Pericles, el crecimiento y la relación económica
que superó a la Ciudad Estado, multiplicó los intercambios y muchos de los
enseres utilizados por los griegos eran fabricados en talleres especializados
con obreros o trabajadores remunerados.

Aunque esta situación se transformó en una


realidad, Aristóteles (siglo IV a.C.) continuaba
diciendo “Ha de negarse la calidad de ciuda-
dano a todos aquellos de quienes la ciudad
tiene necesidad para vivir. La ciudad perfecta
no hace del obrero un ciudadano”. Similares
ideas expresaban Platón y Jenofonte (s.IV
a.C.).

En efecto, en Atenas y a despecho del propio Aristóteles, los ciudadanos que


ejercían un oficio gozaban en la Asamblea de los ciudadanos de los mismos
derechos que los demás. En el caso del Estado, este no se preocupaba de
reglamentar el trabajo, con la única excepción de asegurar el orden y proteger
los bienes públicos, por lo que no existía ninguna legislación al respecto.
Los hombres sin trabajo acudían al Ágora (plaza pública) para ofrecerse y
podían ser conchabados por un día o por un tiempo más largo, según el deseo
del contratista. Los contratos anuales se renovaban por lo general el 16 del
mes de Antestenión (en febrero).
El único socorro que prestaba el Estado a veces a los proletarios era la reduc-
ción del numero de empleados por medios de grandes obras públicas (el
propio Pericles no quiso que la población obrera se viese privada de salario,
por lo que propuso resueltamente al pueblo la construcción de grandes pro-
yectos y planes de trabajo que darían ocupación a muchos oficios durante
largo tiempo afectando, en ese sentido, a carpinteros, modeladores, torneros
de marfil, pintores, esmaltadores, fundidores de oro, carreteros, cordeleros,
tejedores, etc.).
Durante el Imperio Romano se pueden observar distintos momentos en la vida
de los obreros y la vida económica de acuerdo a los estadios políticos y econó-
micos que atravesó esa organización tan ordenada y particular como fueron los
romanos: Por ejemplo, después de las conquistas de los siglos I y II, en Roma,
la situación del obrero en tiempos de la República cambió porque era básica-
mente doméstica, es decir que sólo producía para sus necesidades propias,
mientras que el único con capacidad de contratar y construir grandes empren-
dimientos era el Estado romano, que apelaba, en su mayoría, a los esclavos
obtenidos como botín de guerra y a los trabajadores libres con oficios especí-
ficos (herreros, artesanos, etc.) y que eran contratados por el Estado con un
salario determinado, aunque la mano de obra básica de este período seguían
siendo los esclavos.
En el caso de la agricultura, la mayoría de la tierra estaba en manos de los
latifundistas, mientras que el pequeño propietario dependía de las cosechas y
la posibilidad de pagar los impuestos gracias a esta última. De no contar con
el dinero, la tierra del pequeño agricultor terminaba con la pérdida de la tierra a
manos del latifundista.
En el siglo II después de Cristo, el trabajo ya no era considerado humillante
(costumbre que venía de los Griegos), porque los artesanos en sus tumbas
(lápidas sepulcrales) se hacían representar con las herramientas e insignias de

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.16


su oficio y aparecen los gremios o asociaciones profesionales que, a diferencia
de la Edad Media, podían a reunir a los habitantes de un barrio, a los origi-
narios de una misma provincia, a los obreros de un determinado oficio, a los
devotos de un mismo dios.
A finales del Imperio Romano, el rasgo más saliente de esta última etapa, fue el
empobrecimiento general: cuanto más pobre iba siendo el pueblo, más primi-
tiva se hacía la vida económica del imperio y, por ende, la de los obreros. A
partir de esto, decayó el comercio, no sólo por lo anteriormente mencionado,
sino también por la piratería, las invasiones bárbaras (Roma ya no manejaba su
espacio como épocas anteriores) y por la falta de clientes.
Los campesinos vivían en extremada pobreza y retornaron casi a la pura eco-
nomía doméstica, en la que cada familia producía por sí misma cuanto necesi-
taba.
Por último, en esta etapa final de la Edad Antigua y del Imperio Romano, el
resto de la población urbana (navieros, mercaderes, obreros y artesanos)
fueron vinculados y relacionados a su profesión y a su residencia, es decir a la
ciudad o lugar donde vivían. La industria general, de hecho no existía.

c. El trabajo en la Edad Media


El periodo comprendido entre finales de la Edad Antigua y las invasiones bár-
baras (S. IV y V d.C.) hasta el siglo X, es denominado por muchos historiadores
como la Alta Edad Media. En esa etapa la actividad económica prácticamente
se paralizó porque a la desaparición del poder y el Estado romano, también se
produjo un quiebre en la actividad económica. De hecho se volvió al trueque
en la mayor parte de Europa Occidental, donde antes se asentaba el Imperio
Romano Occidental, mientras que el Imperio Romano Oriental subsistiría hasta
mediados del siglo XV.
Mientras la moneda del Imperio Romano Oriental o Imperio Bizantino continuó
teniendo un importante valor intrínseco, en Occidente se produjo una vuelta a
la economía natural, es decir que los impuestos, productos, etc., se pagaron
en especie.
La única industria que funcionó, en sentido amplio, en este largo periodo fue la
industria bizantina controlada por el Estado bizantino: ella producía ante todo
industria de lujo y se reservaba el monopolio de las armas y la seda, a la vez
que la rutas comerciales confluían de la India, Egipto y China a Constantinopla,
ciudad que suplió definitivamente a Roma.

El Resurgir económico en el Al Andalus


Merece una mención especial el Al Andalus, que fue el nombre que recibió
España durante la mayor parte de la dominación árabe (siglos VIII-XIV). Los
árabes, luego de la aparición del profeta Mahoma, fueron reunidos bajo un solo
mando y se lanzaron a la conquista de parte de Asia, Cercano Oriente, y África,
ingresaron en el siglo VIII en España, conquistándola en un tiempo muy breve y
llegando hasta los Pirineos, donde fueron detenidos en su intento por ingresar
a Europa en la batalla de Poitiers (Francia, 732 d.C.).
Posteriormente los árabes, debido a sus enfrentamientos internos, terminaron
dividiendo todo el inmenso imperio y una de las regiones que siguió un destino
histórico independiente fue el Al Andalus o Califato de Córdoba, que fue otra
denominación debida a que en varias oportunidades su capital fue Córdoba.
El contraste fundamental entre el califato cordobés y la Europa cristiana fue
su carácter esencialmente urbano. Una de las ciudades más importante fue la
propia capital, Córdoba, con una industria textil muy destacada: los propios
tejedores tenían su propio barrio, donde trabajan como obreros especializados
o propietarios.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 17


La economía Urbana y la reglamentación de la industria
Hasta el siglo XV, las ciudades fueron los únicos centros de las actividades
industriales y mercantiles. Entre la ciudad y el campo existía una rigurosa
división del trabajo: el campo sólo practicaba la agricultura y la ganadería, y la
ciudad se dedicaba a las artes manuales y a los negocios. En general, la impor-
tancia de las ciudades medievales y la creación de la burguesía, fue propor-
cional a la extensión de su radio económico.
La población urbana aumentó hasta principios del siglo XIV. Esta expansión
demográfica impuso la adopción de numerosas medidas por parte de las
administraciones municipales para la importación de víveres y su distribución.
En general, las ciudades vendían sus productos manufacturados en el territorio
que les proporcionaba los víveres. Se instituyó de esta forma, un régimen que
protegía, a la vez, al artesano que producía y vendía, y al cliente que com-
praba.
A partir del siglo XI, los poderes públicos reglamentaron la situación de las
industrias de las villas. Los privilegios de los gremios se fundaron en el exclu-
sivismo y el proteccionismo. El gremio medieval se transformó en una corpo-
ración industrial, que poseía los privilegios de ejercer con exclusividad una
determinada profesión, en función de los reglamentos y normas sancionadas
por la autoridad pública del lugar.
En los siglos XI y XII, los principales centros comerciales fueron, entre otros,
las ciudades italianas del norte: Venecia, Génova, Pisa entre otras y la de los
Países Bajos con la llamada Liga Hanseática. IC 1
El encargado de hacer cumplir las leyes en la ciudad fue el Municipio Medieval
a cargo de la burguesía comercial que manejaba el dinero en ese momento,
pero con la depresión económica del siglo XIV en Europa, buscó respaldo y
complemento en los gremios, surgidos del espíritu de asociación del artesa-
nado europeo, desarrollado especialmente en los siglos XIV y XV. Los gremios
apoyaban a las autoridades y al Consejo de la ciudad en sus tareas especí-
ficas de policía de los mercados e industrias, y cuidaban de la aplicación de
los acuerdos de exclusividad. A cambio de esta cooperación, los gremios eran
reconocidos por las autoridades municipales, en particular en lo referido a la
obligatoriedad de pertenecer a ellos todos los que quieran ejercer un determi-
nado oficio en la ciudad. De tal modo que el Consejo solía desentenderse de
las funciones económicas, a cargo de los gremios.
Finalmente, en las postrimerías del siglo XV, ese proteccionismo que ejercía el
gremio en la ciudad fue adoptado por las monarquías nacionales nacientes y lo
hizo extensivo a todo su territorio, marcando una tendencia económica mercan-
tilista.

d. Gloria y ocaso de los Gremios y Corporaciones


El aumento de las rutas comerciales y la diversificación comercial, contri-
buyeron al desarrollo de agrupaciones o corporaciones de comerciantes,
como el caso de la Liga Hanseática, o las que se ubicaban en torno a las ferias
de Champaña, y teniendo como denominador común a un oficio o industria
concreta, como los gremios de cuchilleros de París, o los armeros de Lon-
dres, constituidos alrededor de 1322. El objetivo de los mismos era otro tener
protección de las autoridades municipales para sus actividades y el derecho a
regularlas detalladamente.
Estas Corporaciones existieron en toda Europa Occidental y Central durante
siete u ocho siglos. En sentido estricto una Corporación es un grupo semipú-
blico que reúne a los trabajadores para someterlos a una misma disciplina en
el ejercicio de su profesión. No es espontáneo ni libre, sino que esta ligado y/o
aliado a los poderes públicos.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.18


Ellos aparecieron y se formaron en Europa occidental entre los s. XI-XIII
(fines de la Edad Media) y contribuyeron a la organización de la industria
artesana y de la sociedad urbana hasta fines del siglo XVII y comienzos del
XVIII cuando apareció la Revolución Industrial IC 2 que significó el ocaso de
los mismos.
En estas Corporaciones o gremios existían grupos de maestros, oficiales y
aprendices, algunos con privilegios y otros con obligaciones y sacrificios.
En la estructura interna del gremio existían tres estadios: aprendizaje,
oficialía y maestría. En primer lugar, el aprendiz desarrollaba su actividad
de manera gratuita en un taller, obteniendo a cambio su manutención y el
aprendizaje de un oficio. Posteriormente, luego de ese período de aprendizaje
pasaba a la categoría superior de oficial, con sueldo, y viviendo en la casa de
un maestro. Pasados los años de oficialía (eso variaba según el oficio), podía
realizarse el examen de maestría, en presencia de los dirigentes de la corpora-
ción, quienes conferían el derecho de tomar decisiones y mandar en un taller.
Estos exámenes no siempre eran objetivos y a veces favorecían a los hijos de
los agremiados.
Como estructura económica, el gremio estaba vinculado a la pequeña indus-
tria artesanal, que fue general en la mayor parte de Europa hasta la revolución
industrial. Como estructura social y política, el gremio se hallaba en la misma
base de la sociedad y del poder de los municipios. En ciertas ciudades, el
pertenecer a un gremio era un requisito excluyente para tener los derechos de
ciudadanía. Los gremios fueron verdaderas instituciones fiscales en la adminis-
tración municipal como cuando aparecieron y se desarrollaron las monarquías
modernas.
En cuanto a su aparición, los primeros gremios se los puede ubicar
en el norte de Francia y en París desde mediados del siglo XII. Los más
antiguos y conocidos gracias a sus estatutos o reglamentos internos fueron el
gremio de los panaderos de Pontoise, creado en 1162, y el de los curtidores
de Ruan, en 1163, que lograron por parte de las autoridades municipales la
confirmación de sus privilegios para ejercer en exclusiva sus actividades y
regirlas. Alrededor del año 1120 surge la hansa parisina, gremio mercantil que
se arrogó poderes municipales. Esta organización tenía el privilegio exclusivo
del comercio fluvial en el suburbio de París y percibía derechos sobre el tráfico
de Normandía a Borgoña y viceversa. Era tal el poder que fueron adquiriendo,
que la propia Iglesia tuvo que aceptar las regulaciones gremiales y, en 1498,
los rectores de la iglesia de San Juan, en varias ciudades alemanas, debieron
pedir permiso y la posterior aprobación del gremio de panaderos para poder
elaborar el pan con el trigo y el centeno obtenidos de sus propios campos.
Desde un punto de vista histórico, desde el s. XV varios gremios pudieron
participar, en distinta medida, en las administraciones de las ciudades, y luego
durante los s. XVII y XVIII pasaron a ser ramas subordinadas del aparato estatal
monárquico originario.
En general, los gremios y el universo artesanal no tuvieron una evolución
homogénea, sino que estuvieron en pleno cambio y en muchos casos acompa-
ñando el resurgimiento de las ciudades. En otros casos, especialmente a fina-
les de la Edad Media, los monarcas (Reyes Católicos, Dinastía Avis en Portugal,
etc.) intervinieron tratando de consolidarlos y uniformarlos.
En el siglo XVIII con al llegada del liberalismo, capitalismo y la Revolución
Industrial la ruina se abalanzó sobre ellos. En Francia desaparecieron en 1776
por la medidas tomadas por el Ministro Turgot, en España hicieron lo mismo las
Cortes de Cádiz (1813), y finalmente en Inglaterra en 1835. Además la libertad
de empresa implementada de hecho con la Revolución Industrial lo sentenció
definitivamente.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 19


2. La Revolución Industrial

a. Situación en Francia e Inglaterra


En el curso del siglo XIX, la Revolución Industrial y las invenciones reducirán
drásticamente la importancia que la posesión de un oficio daba al artesano.
Además por la simplificación de los medios de fabricación, el hombre no tiene
ya necesidad de su fuerza física, ni de su aptitud y no es más necesario que un
niño.
El oficio era la base de sustentación tradicional del trabajador. La máquina
poco a poco despoja al artesano, al obrero de su oficio y de la razón de ser de
su existencia, que es su propio trabajo. Como primer antecedente histórico en
las luchas obreras se podría citar a la llamada “Conspiración de los Iguales
IC 3” en Francia. Pero la situación concreta comenzó en Francia y Gran Bretaña
a partir de 1815 y se acentuó entre 1830 y 1834. Se puede decir que la condi-
ción humana se degrado a sus niveles más bajos en esta época y para ello se
deben tener en cuenta ciertas variables importantes:
• La duración del trabajo. En Francia la duración del trabajo para los
obreros de las manufacturas de algodón y de lana era de quince a
quince horas y media. En la hilandería mecánica, en todos los lugares
donde se puede trabajar a la luz de las lámparas era para ambos sexos
y para todas las edades de catorce a quince horas por día. A eso se
le debía agregar el recorrido que hacía el obrero si vivía a más de una
legua, de ida y vuelta a la fábrica. Con todo esto, la jornada comen-
zaba al alba y se prolongaba hasta bien entrada la noche.
• La inseguridad de la existencia obrera. Los salarios y sus con-
secuencias. En general, un obrero tenía un salario muy bajo, y esta
diferencia se acentuaba aún más si era hombre, mujer o niño. En el
caso del primero, con cierto sacrificio puede llegar a ahorrar algo, la
mujer solo subsiste y el niño menor (entre 8 y 12 años) solo gana para
su alimento. Junto con esta realidad, en épocas de crisis, el obrero es
obligado a contentarse con lo estrictamente necesario, llegando a vivir
con quince o veinte céntimos de pan y con la mismas cantidad de pata-
tas. La consecuencia de tal alimentación es un raquitismo de raza.
En las ciudades industriales como Manchester o en regiones como Alsacia
(Francia), los obreros se aglomeran con su familia de cinco o seis personas, o
a veces en grupos de dos familias en una habitación de tres a cuatro metros
húmeda, mal iluminada, mal aireada. El salto que dio la Revolución Industrial
llevó en algunas regiones a un verdadero amontonamiento de la población
obrera alrededor de la fábrica, provocando una suba exorbitante de los alquile-
res.
En el transcurso del siglo XIX, la condición material de los trabajadores
sigue las fluctuaciones de las vicisitudes económicas. Su condición moral
empeora por la ruptura completa de los vínculos personales. Entre 1836 y
1850, el régimen de la gran producción capitalista se desarrollar bajo su pri-
mera forma, individualista. Las empresas individuales son dirigidas por jefes,
que en Gran Bretaña se llamaron capitanes de industria: ávidos de ganancias,
pero audaces, aceptaban riesgos y responsabilidades.
Desde 1851 se inicia una transformación de las empresas, una evolución
y revolución del capitalismo y en palabras del propio Proudhon, al ver esta
situación opinó que Francia fue entregada al monopolio de las empresas y a un
nuevo régimen feudal, el de los tejidos, los hierros, los granos, etc.
En 1867 se dicta una ley en Inglaterra sobre las sociedades anónimas, que
fue la fórmula jurídica consagradota del capitalismo individualista y anónimo:
en la práctica, el obrero no tiene frente a él más que un ser abstracto, la Com-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.20


pañía. Ante sus ojos está la nueva potencia, encarnada en esa entidad jurídica,
que además es anónima.
Todo este cambio aleja la autoridad en relación al obrero, y se ahonda aún
más cuando en las fábricas se utiliza el denominado Reglamento de Taller para
imponer la autoridad, verdadero convenio unilateral que el obrero debe aceptar
al ser admitido, y que originó innumerables abusos y pago de multas por parte
de los obreros.
La Revolución Industrial comenzó a mediados del siglo XVIII y transformó de
manera definitiva las estructuras de las sociedades, trayendo consecuencias
económicas y políticas: En el aspecto político, su aparición se produce cuando
la burguesía industrial y comercial conquista el poder.
Al transformase las estructuras de la producción, la Revolución Industrial
pone el poder económico en manos de los jefes de la gran industria, de esa
burguesía industrial y comercial a la cual da, en Gran Bretaña, el poder político
la ley electoral de 1852.
Además la gran industria produce en serie y a impulsos repentinos,
acompañada de períodos de expansión y de depresión, lo que lleva a un
estado de crisis continua. Esta situación influye en el obrero que trabaja 15
horas diarias y en condiciones insalubres de trabajo y de vida. Esta situación
de sufrimiento común y de concentración obrera los terminó uniendo: sus cóle-
ras y resentimientos individuales dieron lugar, previa fusión, a un movimiento
de rebelión colectiva y lo que fue mas importante al nacimiento de una nueva
clase: la Obrera. El gran movimiento que comienza entre 1830 y 1836 no
tiene necesidad de políticos, si no de líderes y tendrá una desconfianza instin-
tiva sobre los partidos.

b. Antecedentes históricos del Movimiento Sindical Contemporáneo


El crecimiento de una nueva clase y su rebelión contra las condiciones de
existencia miserable son las causas económicas y psicológicas de las que nace
el movimiento obrero entre 1830 y 1836.
Estos hechos se vuelven a encontrar tanto en Francia como en Gran Bretaña.
En el caso de Gran Bretaña, en 1832, el acceso de la burguesía al poder polí-
tico significa que la Revolución Industrial se ha desarrollado en todos los secto-
res de la sociedad y en todas sus consecuencias, mientras que en Francia, por
el contrario, la revolución industrial comienza a producir sus efectos. Francia es
aún una nación de artesanos y de obreros a domicilio. El proletariado industrial
es relativamente poco importante y está casi enteramente limitado a las indus-
trias textiles. He ahí por que, mientras en Gran Bretaña domina el factor eco-
nómico, tiene una menor importancia en la formación del movimiento obrero
francés.
En Francia, la miseria de los obreros a domicilio es profunda; y, además los
artesanos franceses sufren permanente el contragolpe de las crisis que pertur-
ban la vida artesanal y obrera. Es en este cuadro de situación, que comienza a
palpitarse un “alma colectiva” cansada de injusticias y miseria, impulsada por
una esperanza común: cambiar la situación imperante.
En Inglaterra, el movimiento obrero es ante todo, una reacción de la clase
obrera contra la revolución industrial. El movimiento obrero inglés es un movi-
miento instintivo de rebelión contra las condiciones económicas y la miseria.
El desarrollo del maquinismo provoca la decadencia del trabajo domiciliario.
Los pequeños artesanos manuales y los pequeños campesinos que completa-
ban sus ingresos agrícolas con el trabajo a domicilio, se vieron privados de una
parte esencial de sus medios de vida.
La nueva Ley de Pobres de 1834 consagra la libertad de la mano de obra,
libertad indispensable para una gran industria tiene necesidad de un personal

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 21


numeroso, capaz de aumentar a voluntad y de trasladarse allí donde se instale
las fábricas.
Además la gran industria, que produce en serie y por impulsos repenti-
nos, suscita la crisis. La inestabilidad del salario y la intermitencia del trabajo
destruyen periódicamente el equilibrio del presupuesto de la población obrera
agrupada en torno a las hilanderías y telares mecánicos.
La crisis de los antiguos pequeños oficios impulsa, lleva y obliga a eso arte-
sanos despojados a ofrecer sus brazos a la gran industria. El efecto o conse-
cuencia de la Ley de Pobres consiste en provocar el éxodo de los trabajadores
rurales, que no se resignan a ser absorbidos por las ciudades industriales.
La concentración obrera resulta de una triple afluencia: la competencia entre
los obreros de la gran industria, los artesanos que abandonan los antiguos
oficios y los campesinos desarraigados. Toda esta marea humana provoca una
amplia disponibilidad de mano de obra y una drástica reducción de los sala-
rios.
Los trabajadores añoran sus antiguas tradiciones del trabajo domiciliario,
casi independiente, el entorno familiar y la presencia de ciertas instituciones
prestas a brindarles el socorro, como la parroquia, que en las grandes urbes
industriales prácticamente no existen.
En el caso de Francia, en la Revolución de Julio (1830) o también llamada
de las Tres Gloriosos (porque se desarrolló durante tres días de julio de 1830),
combatieron a la par de la burguesía los obreros con el objetivo de obligar a
renunciar a Carlos X e implantar en su lugar a Luís Felipe de Orleáns (llamado
el rey burgués o el rey de las barricadas): se sancionó una nueva constitución
en donde el rey ya no es rey de Francia por derecho divino, sino por voluntad
de los franceses.
Gracias a la clase obrera y su actitud combativa y participativa, la burgue-
sía industrial y comercial pudo adueñarse del poder. Los obreros esperaban
alguna clase de reconocimiento, pero no lo consiguieron.
A partir de esta situación, comienzan a estallar huelgas, como el caso de los
hilanderos de Rouen en agosto de 1830, quienes reclaman una jornada de 12
horas, la supresión del Reglamento del Taller y demás cuestiones que afectan
la vida del obrero como persona. Esta situación se expande por el resto de
Francia, en las distintas actividades laborales.
Simultáneamente aparece la prensa obrera: en 1830 aparece el Journal des
Ouvries (el diario de los obreros), en donde el clamor por cambiar la situación
es fundamental. Esta agitación obrera durará durante la mayor parte de la
década del 30.

El movimiento Ludista o Luddita


Este movimiento se desarrolló en
Inglaterra en la segunda década del
siglo XIX y estuvo caracterizado por un
odio y resentimiento hacia las máqui-
nas. El nombre deriva de su precursor
Ned Ludd ya que fue el primero en
destruir la maquina (un telar) donde
trabajaba.

Este movimiento significó las protestas de los obreros contra los abusos, des-
pidos y bajos salarios de los obreros. Estas manifestaciones eran espontáneas
y sin ninguna organización que las respaldara. A partir de esta situación, este
movimiento comenzó en 1817 a disminuir su importancia y efectividad.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.22


La experiencia cartista
En 1830 la situación y estructura económica de Francia e Inglaterra son
diferentes, porque mientras en el Reino Unido lleva unos cincuenta años de
desarrollo aproximadamente, en Francia todavía existen artesanos y obreros a
domicilio.
Particularmente en Inglaterra, el tiempo que llevan los obreros de avance,
permite la formación de dos movimientos obreros importantes: El primero,
de carácter corporativo, es la formación de la Gran Unión Consolidada de los
oficios, que comienzan con una tentativa de huelga (1834) a favor de las ocho
horas de trabajo, mientras que el segundo parte de Londres con los artesanos
de la metrópoli. Todos coincidían en la necesidad de agrupar las clases labo-
riosas, ya sea vía parlamentaria o vía sindical.
En 1834 aparecen en los periódicos la expresión Trades Union (asociación
de TODOS los trabajadores en una sola Unión Nacional, sirve para designar a
las organizaciones que representan a los intereses de los obreros.): fueron sus
iniciadores los obreros de la industria textil y de la construcción de Lancashire
y Yorkshire. De todos modos, aparecieron una cantidad de organizaciones muy
similares y con objetivos comunes como la jornada de ocho horas.
Finalmente la Asociación de Trabajadores Libres de Londres dirigió una carta
(de ahí el nombre de Cartismo IC 4) a las asociaciones obreras moderadas
(con objetivos más moderados como la organización de cooperativas de pro-
ducción y la supresión de los intermediarios), radicales (que eran partidarios de
la lucha política, la huelga y la confrontación) y al propio Parlamento Británico,
señalando y haciendo seis peticiones claras que reivindicaba el movimiento
obrero:

a) Sufragio universal (a los hombres mayores de 21 años),


b) voto secreto,
c) sueldo anual para los diputados que posibilitase a los trabajadores el
ejercicio de la política,
d) reunión anual del parlamento, que aunque pudiera generar inestabili-
dad, evitaría el soborno,
e) la participación de los obreros en el Parlamento mediante la abolición
del requisito de propiedad para asistir al mismo,
f) establecimiento de circunscripciones iguales, que aseguren la misma
representación al mismo número de votantes.

Debido a las diferencias internas entre las tendencias moderadas y radica-


les, y la falta de vínculo con las clases medias, este movimiento terminó fraca-
sando como movimiento colectivo y relacionado al aspecto político (de acuerdo
a los seis puntos). De aquí en más (después de la Revolución de 1848 en Fran-
cia que terminó con la salida de Luís Felipe del trono francés y sus secuelas en
Inglaterra, como una importante represión armada por parte de las autoridades)
toda lucha tendría un carácter estrictamente sindical.
De todos modos, las clases trabajadoras continuaron con su intento de
organización corporativa, pero en condiciones precarias que los obreros mas
activos se ven obligados a refugiarse en sociedades secretas, con matices
revolucionarios.
Desde mediados de la década de 1840, Carlos Marx y Federico Engels se
instalan en el Reino Unido. Será desde este lugar, que se dará origen a esa
forma de pensamiento tan característico como fue el Marxismo o socialismo
científico. Simultáneamente, Mijail Bakunin y Pierre Proudhon plantearan el
concepto de anarquismo, mientras se suceden estos nuevas corrientes ideoló-
gicas, las revoluciones europeas se irán sucediendo a partir de 1848: la mayo-
ría de ellas exigirán mayores derechos para el trabajador.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 23


En 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT),
la Internacional, se transformó en la primera central sindical de carácter mun-
dial.

La Primera Internacional
A partir de 1860 se evidenció que el proletariado estaba volviendo a la escena
con características similares a la de 1840, aunque de manera menos violenta
y turbulenta. Surgió con una rapidez inesperada y pronto fue seguido por la
ideología que hasta entonces se había identificado con sus movimientos: el
socialismo. Este proceso de aparición fue una amalgama de acción política e
industrial de diversos tipos de radicalismo que iban desde el democrático hasta
el anarquista de luchas de clases, de alianzas de clases y de concesiones
gubernativas o capitalistas. Pero por encima de todo era internacional, debido
a su condición de solidaridad internacional de las clases sobreras o de la
solidaridad internacional de la izquierda radical (heredera del periodo anterior
a 1848). Esta característica de Internacional se organizó por la Asociación Inter-
nacional de Trabajadores y se plasmó en la Primera Internacional de Kart Marx
(1864-1872).
Fundada el 28 de septiembre de 1864, su extraordinaria importancia histórica
reside en haber sido un FRENTE ÚNICO de todas las corrientes del pensa-
miento obrero, Marxistas, socialistas utópicos owenistas y fourieristas IC 5,
proudhonianos, bakuninistas IC 6, trade-unionistas ingleses, comprendieron
la necesidad de unirse por primera vez en la historia para darle una orientación
clasista y revolucionaria las organizaciones obreras.
El nuevo grito del movimiento fue: “Proletarios de todos los países, uníos”. El
27 de octubre de ese año, fue aprobado por unanimidad el Manifiesto Inaugural
y el Estatuto Provisional, ambos redactados por Carlos Marx. El Manifiesto IC 7
planteó: “… la conquista del poder político ha venido a ser, por lo tanto, el gran
deber de la clase obrera.
En sus 12 años de vida (1864-1872), la Internacional organizó 7 congresos y 2
conferencias, pasando, así, a la historia del movimiento obrero y sindical inter-
nacional.
La AIT consideró a los sindicatos como “centros de organización y educación
combativa de la clase obrera, que permitiera sumar a su fuerza numérica el
vigor de la organización y la cohesión ideológica en la lucha de clases”. Sin
embargo, estas ideas serían motivo de fuertes debates con las corrientes sin-
dicalistas y anarquistas. Las primeras, exageraban la importancia de la lucha
estrictamente “económica”, la segunda la subestimaba.
Durante el periodo de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o Pri-
mera Internacional, las posturas anarquistas estuvieron representadas por los
seguidores del revolucionario ruso Mijaíl Bakunin. Sin embargo, sus posturas
chocaron con las expuestas por los socialistas seguidores de Karl Marx y, tras
sucesivas derrotas en varios congresos, en el V Congreso de la AIT celebrado
en La Haya en 1872 los anarquistas fueron expulsados de la Internacional.
Además de este hecho, hay otra cuestión significativa y fue cuando la I Inter-
nancional decidió apoyar a la Comuna de Paris (1870), las Trade – Unions se
retiraron de la organización.
Finalmente Marx, incapaz de mantener el orden interno, decidió clausurarla
en 1872 mediante el traslado de su oficina central a Nueva Cork. Para esta
fecha la estructura de la Internacional se había quebrado, pero las ideas de
Marx habían triunfado.
La importancia de la I Internacional fue que llevó una unión universal de
los obreros: ellos consideraban como a un enemigo común a la burguesía y al
capitalismo. Ella elaboró un programa revolucionario discutido masivamente
por los trabajadores. Sus resoluciones sirvieron de modelo a todas las decla-
raciones de principios de casi todas las Organizaciones Sindicales del mundo

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.24


en aquel momento. Colaboró en la formación de grandes sindicatos únicos por
industria y poderosas centrales sindicales nacionales. Sirvió de basamento
para la creación de los primeros partidos obreros de masas, los que a su vez,
propiciaron a fines de siglo la reestructuración de la II Internacional.

La II Internacional
En el período comprendido entre 1870 y 1914 las clases obreras aún no
estaban organizadas de manera global, pero el primer gran salto hacia delante
tuvo lugar en los últimos años del decenio de 1880 y los primeros de 1890,
en que se manifestó de manera concreta la reaparición de una internacional
obrera (la Segunda, para distinguirla de la Internacional fundada por Marx y
que prolongó desde 1864 a 1872, y por el restablecimiento de la celebración
del Primero de Mayo, símbolo de la esperanza y confianza de la clase obrera,
junto con el 0cho de marzo, como el Día Internacional del Mujer. Además,
apoyó y fomentó la Huelgas Generales por las reivindicaciones obreras desde
principios del Siglo XX.
En 1905 se produce la Revolución Rusa IC 8 por la situación que se encon-
traban no solo los obreros, sino la mayoría de los habitantes por el Régimen
Zarista, produciendo verdaderas luchas armadas en las ciudades, y entre los
campesinos: Todo esto preparó el escenario para la toma del poder en la Revo-
lución de 1917 (Revolución de Octubre).
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) significó una ruptura para la II Interna-
cional debido a que apoyó a algunos partidos socialistas involucrados en la
conflagración mundial, lo que trajo como consecuencia una división en el seno
de la misma, agravado aún más por la Revolución Rusa o Bolchevique, ya que
algunos la apoyaron y otros no.
En 1919 (luego de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa) se creó la
III Internacional, con el nombre de Internacional Comunista, para diferenciarse
de la segunda. La Segunda Guerra (1939-1945) marcó el final de la Tercera
Internacional, debido a que EE.UU y las potencias Capitalistas (Inglaterra,
Francia, Etc.) se transformaron en su aliado porque Alemania invadió la Unión
Soviética.. El objetivo de la III Internacional fue lograr la difusión de la Revo-
lución Soviética fuera de los límites geográficos de la propia Unión Soviética
(URSS).

Corrientes ideológicas en el seno del Movimiento Obrero


Anarquismo

El anarquismo, aunque puede rastrearse en sentido retrospectivo hasta el


fenómeno revolucionario de la década de 1840, es con mucha más claridad
producto o consecuencia del período posterior a 1848 o más concretamente
de la década de 1860. Sus dos fundadores políticos fueron Pierre J. Proudhon,
pintor autodidacta francés y prolífico escritor que no participó prácticamente en
ninguna agitación política, y Mijail Bakunin, aristócrata ruso que perdía oportu-
nidad de participar.
Desde muy temprano ambos atrajeron la atención de Marx y, aunque lo
admiraban, no perdían oportunidad para criticarlo. La teoría poco sistemá-
tica, preconcebida y profundamente no liberal de Proudhon – fue antifeminista
y antisemita- no es de gran interés en si misma, pero contribuyó dos ideas
al pensamiento anarquista: la creencia en pequeños grupos de productores
mutuamente apoyados en lugar de la deshumanización de las fábricas y el odio
al gobierno como tal, a cualquier gobierno. Estas ideas gustaron e interesaron
muchísimo a los pequeños artesanos independientes, a los trabajadores espe-
cializados, pero relativamente autónomos que resistían el empuje del prole-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 25


tariado, a los hombres que los hombres que no habían olvidado una infancia
campesina o pueblerina en las crecientes ciudades, a las regiones marginales
de la industrialización desarrollada.
Por su parte Bakunin añadió poco a lo de Proudhon como pensador, salvo
una insaciable pasión revolucionaria (la pasión por la destrucción - llegó a
decir – es al mismo tiempo la pasión creativa). No fue un pensador, sino mas
bien un profeta, un agitador y un visionario de la tiranía del Estado a largo
plazo, un organizador de de conspiradores. Como tal extendió el movimiento
anarquista en Italia, Suiza y (a través de sus discípulos) España, y organizó
lo que produciría la interrupción de la I Internacional en 1870-1872. Para 1875
ya estaba presente en Francia y parte de Suiza, España, especialmente en los
artesanos y obreros de Cataluña como los trabajadores rurales de Andalucía.

El Anarquismo filosófico y puro

Los anarquistas creen que el mayor logro de la humanidad es la libertad del


individuo para poder expresarse y actuar sin que se lo impida ninguna forma
de poder, sea terrena o sobrenatural, por lo que es básico abatir todo tipo de
gobierno, luchar contra toda religión o secta organizada, en cuanto que éstas
representan el desprecio por la autonomía de los hombres y la esclavitud
económica. Combatir al Estado como entidad que reprime la auténtica libertad
económica y personal de todos los ciudadanos se convierte en una necesidad
inmediata y la desaparición del Estado se considera un objetivo revolucionario
a corto plazo. La doctrina anarquista impone para su acción una sola limita-
ción: la prohibición de causar perjuicio a otros seres humanos, y de esta limi-
tación nace otro presupuesto ideológico básico: si cualquier humano intenta
hacer daño a otros, todos los individuos bienintencionados tienen derecho a
organizarse contra él.

Pierre Joseph Proudhon, escritor francés del siglo XIX, ha sido considerado
desde una perspectiva histórica el padre del sistema denominado anarquismo
filosófico. Según Proudhon y sus partidarios, el anarquismo excluiría la autori-
dad como criterio rector de la sociedad, estableciendo el individualismo en su
grado máximo. Los anarquistas filosóficos repudian los métodos violentos y
esperan que la sociedad evolucionara hacia una organización anárquica.

Anarquismo Revolucionario
Está basada en la acción organizada e incluso en actos de violencia para con-
seguir sus propósitos, se escindió del movimiento socialista y apareció hacia
finales del siglo XIX.
La tendencia anarquista que propugnaba la acción directa fue la más conocida.
Por otro lado, las ideas colectivistas de Bakunin fraguaron el desarrollo del
anarcosindicalismo, en especial en Italia. Las actividades de dirigentes como
Enrico Malatesta o Giuseppe Fanelli, permitieron la formación de sindicatos,
en especial en las ciudades más industrializadas, y la difusión de sus ideas en
América o en España.
En el primero de los casos, la llegada de inmigrantes de origen italiano esti-
muló la formación de organizaciones anarcosindicalistas reprimidas con gran
dureza en Estados Unidos, donde fueron ejecutados anarquistas de origen
italiano (como Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti) de forma arbitraria, ante las
protestas internacionales.
En Latinoamérica emigrantes anarquistas de origen italiano y español con-
tribuyeron a la formación de centrales sindicales como la Federación Obrera
Regional Argentina (FORA) fundada en 1901. En México la labor de Ricardo

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.26


Flores Majón y de sus hermanos Jesús y Enrique contribuyó a la expansión de
las ideas anarcosindicalistas que coincidieron en algunos puntos con el movi-
miento revolucionario campesino de Emiliano Zapata.

El Anarquismo en el s. XX
Es probable que el anarquismo no hubiera pasado de ser una simple especu-
lación teórica de no haber existido una serie de activistas que lo impulsaran
creando organizaciones vinculadas al movimiento obrero con la pretensión de
destruir la sociedad capitalista y el Estado, y cuya fuerza se manifestó desde la
segunda mitad del siglo XIX.
Durante el periodo de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o I
Internacional las posturas anarquistas estuvieron representadas por los segui-
dores del revolucionario ruso Mijaíl Bakunin. Sin embargo, sus posturas cho-
caron con las expuestas por los socialistas seguidores de Karl Marx y, tras
sucesivas derrotas en varios congresos, en el V Congreso de la AIT celebrado
en La Haya en 1872 los anarquistas fueron expulsados de la Internacional.
Desde entonces el socialismo y el anarquismo han divergido de un modo fron-
tal, aunque ambas ideologías partan de su radical negación del capitalismo.
Los anarquistas filosóficos continúan en desacuerdo con los socialistas por la
importancia que le conceden a la libertad del individuo por encima de cual-
quier limitación, sobre todo, por parte del Estado. Esta situación y la muerte de
Bakunin en 1876 provocaron una dispersión de los grupos anarquistas y una
radicalización de sus posturas, que pasaron a defender la propaganda por la
acción, también llamada propaganda por el hecho. Ello provocó una oleada de
atentados violento de carácter individual que pretendían movilizar una sociedad
aletargada.
Magnicidios dirigidos por el anarquismo como los de Humberto I, rey de Italia,
William McKinley, presidente de Estados Unidos, Jorge I, rey de Grecia y del
presidente de Francia, François Sadi Carnot, así como otros atentados indiscri-
minados como en el teatro del Liceo de Barcelona (1893) o en la calle Cambios
Nuevos de la misma ciudad, cuando una bomba lanzada en plena procesión
del Corpus ocasionó seis muertos en 1896 todos cometidos por anarquistas,
fueron expresión de esta orientación estratégica y generaron entre la opinión
pública la identificación de anarquismo con terrorismo.
España fue uno de los países donde esos magnicidios fueron más relevantes.
Tres presidentes de Gobierno fueron asesinados: Antonio Cánovas del Castillo
en 1897 por el italiano Michele Angiolillo; José Canalejas, en 1912, por Manuel
Pardiñas y Eduardo Dato que en 1921 fue asesinado por tres anarcosindicalis-
tas; y hasta el propio rey Alfonso XIII sufrió varios atentados.
Desde una perspectiva histórica España fue el otro punto donde el anarquismo
en sus distintas vertientes arraigó con más fuerza e intensidad.

Por aquella época, y según la opinión del historiador Hugh Thomas, casi millón
y medio de trabajadores españoles eran anarquistas pero los afiliados a las
organizaciones no pasaban de 200.000.

Entre los autores que pretendieron crear una concepción científica del mundo
y de la evolución social desde una perspectiva anarquista, destacan Piotr
Alexéievich Kropotkin, que se autodefinía como un comunista anarquista, y la
estadounidense Emma Goldman.
A partir de la década de 1940 los anarquistas sufrieron una dura persecución
por parte de los grupos políticos de izquierda internacionalista radical
vinculados a los partidarios de Stalin y sus aliados. No obstante, y más en un
plano de lucha y militancia activa que en el ámbito teórico, los anarquistas
lograron adeptos y una admiración general por su coraje y sentido de fraterni-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 27


dad en todos los combates abiertos y librados en los frentes de Europa y del
resto del mundo frente a toda manifestación de autoritarismo y tiranía.

Es sin embargo en el plano doctrinal donde se registra un renacimiento del


anarquismo. Existencialistas como Jean−Paul Sartre, Albert Camus, Simone
de Beauvoir y heterodoxos en la órbita del comunismo como Louis Althusser,
Nicos Poulantzas y los trotskistas Alain Krivine y Ernest Mandel, además de
intelectuales críticos como Noam Chomsky, Angela Carter, Norman O. Brown o
Kurt Vonnegut configuraron un espacio ideológico amplio que revitalizó el ansia
irrenunciable de los defensores de la anarquía, entendida ésta como sinónimo
del `orden más perfecto posible’ para la humanidad.

Socialistas

Definición de socialismo: Término que, desde principios del siglo XIX,


designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema econó-
mico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en
el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se
oponía frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de
los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han cen-
trado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo.
A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo
fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde
arraigara.

Sus inicios se remontan a la época de la Revolución Francesa IC 9 (1789)


y los discursos de François Nöel Babeuf, el término comenzó a ser utilizado de
forma habitual en la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales radicales,
que se consideraban los verdaderos herederos de la Ilustración tras comprobar
los efectos sociales que trajo consigo la Revolución Industrial. Este pensa-
miento político tuvo varias corrientes o formas de plantear la realidad:

El socialismo utópico: Entre sus primeros teóricos se encontraban el


aristócrata francés
Conde de Saint−Simon, Charles Fourier y el empresario británico y doctrinario
utópico Robert Owen. Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por
razones éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia:
explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas
o bestias, y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más
mientras los trabajadores se hundían en la miseria. Mantenían también que el
capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para desarrollar las fuerzas pro-
ductivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos
de superproducción o escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la
población (con lo que permitía que los recursos humanos no fueran aprovecha-
dos o quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en vez de satisfacer necesida-
des. El socialismo suponía una reacción al extremado valor que el liberalismo
concedía a los logros individuales y a los derechos privados, a expensas del
bienestar colectivo.
Sin embargo, era también un descendiente directo de los ideales del libera-
lismo político y económico. Los socialistas compartían con los liberales el com-
promiso con la idea de progreso y la abolición de los privilegios aristocráticos
aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo por considerarlo una
fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer sin obstáculos
El Socialismo Científico
Gracias a Karl Marx y a Friedrich Engels, el socialismo adquirió un soporte
teórico y práctico a partir de una concepción materialista de la historia. El

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.28


marxismo sostenía que el capitalismo era el resultado de un proceso histórico
caracterizado por un conflicto continuo entre clases sociales opuestas. Al crear
una gran clase de trabajadores sin propiedades, el proletariado, el capitalismo
estaba sembrando las semillas de su propia muerte, y, con el tiempo, acabaría
siendo sustituido por una sociedad comunista.
A finales del siglo XIX, el marxismo se había convertido en la ideología de
casi todos los partidos que defendían la emancipación de la clase trabajadora.
Diversas organizaciones anarquistas arraigaron en España e Italia, desde
donde se extendieron, a través de sus emigrantes principalmente, hacia Suda-
mérica. También aparecieron partidos socialistas que fueron ampliando su capa
social (en 1879 fue fundado el Partido Socialista Obrero Español). La transfor-
mación que experimentó el socialismo al pasar de una doctrina compartida por
un reducido número de intelectuales y activistas, a la ideología de los partidos
de masas de las clases trabajadoras coincidió con la industrialización europea
y la formación de un gran proletariado.
Los socialistas o socialdemócratas (por aquel entonces, los dos términos
eran sinónimos) eran miembros de partidos centralizados o de base nacional
organizados de forma precaria bajo el estandarte de la Segunda Internacional
Socialista que defendían una forma de marxismo popularizada por Engels,
August Bebel y Karl Kautsky.
De acuerdo con Marx, los socialistas sostenían que las relaciones capitalis-
tas irían eliminando a los pequeños productores hasta que sólo quedasen dos
clases antagónicas enfrentadas, los capitalistas y los obreros. Con el tiempo,
una grave crisis económica dejaría paso al socialismo y a la propiedad colec-
tiva de los medios de producción. Mientras tanto, los partidos socialistas,
aliados con los sindicatos, lucharían por conseguir un programa mínimo de rei-
vindicaciones laborales. Esto quedó plasmado en el manifiesto de la Segunda
Internacional Socialista y en el programa del más importante partido socialista
de la época, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD, fundado en 1875). Dicho
programa, aprobado en Erfurt en 1890 y redactado por Karl Kautsky y Eduard
Bernstein, proporcionaba un resumen de las teorías marxistas de cambio
histórico y explotación económica, indicaba el objetivo final (el comunismo),
y establecía una lista de exigencias mínimas que podrían aplicarse dentro del
sistema capitalista. Estas exigencias incluían importantes reformas políticas,
como el sufragio universal y la igualdad de derechos de la mujer, un sistema de
protección social (seguridad social, pensiones y asistencia médica universal),
la regulación del mercado de trabajo con el fin de introducir la jornada de ocho
horas reclamada de forma tradicional por anarquistas y sindicalistas y la plena
legalización y reconocimiento de las asociaciones y sindicatos de trabajadores.

Los socialistas creían que todas sus demandas podían realizarse en los
países democráticos de forma pacífica, que la violencia revolucionaria podía
quizás ser necesaria cuando prevaleciese el despotismo (como en el caso de
Rusia) y descartaban su participación en los gobiernos burgueses. La mayoría
pensaba que su misión era ir fortaleciendo el movimiento hasta que el futuro
derrumbamiento del capitalismo permitiera el establecimiento del socialismo.
Algunos como por ejemplo Rosa Luxemburgo impacientes por esta actitud
contemporizadora, abogaron por el recurso de la huelga general de las masas
como arma revolucionaria si la situación así lo requería.

Nacionalismo y comunismo 1918-1930


La teoría del Estado Corporativo –inaugurada por Mussolini y desarrollada
por Hitler- significó una alianza obligatoria entre patrones y obrero; alianza
que en última instancia no servia a la patria sino al capital financiero. Un nuevo
código del Trabajo sintetizó la nueva política de la burguesía para el campo

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 29


obrero: los sindicatos controlados directamente por el estado y los dirigentes
sindicales nombrados por el gobierno. Representa una nueva política de estati-
zación, de control estatal de los sindicatos.

Social democracia – social cristianismo y marxismo 1930-1980


Socialismo Cristiano
Movimiento de mediados del siglo XIX surgido dentro de la Iglesia de Inglaterra
que se unió a la idea de que el socialismo es el resultado directo del desarrollo
del cristianismo y, para ser efectivo, debe estar basado en principios cristianos.
Sus principales defensores eran Frederick Maurice, Charles Kingsley y John
Ludlow, quien en el año 1848 empezó a publicar Políticas para la gente, un
periódico semanal que apoyaba a la clase trabajadora y animaba a los ricos a
practicar la justicia y la caridad imbuidos del espíritu del compañerismo cris-
tiano.
Más tarde, este organismo publicó un Tratado sobre el socialismo cristiano,
fomentando la cooperación más que la competencia o rivalidad entre los traba-
jadores. Las asociaciones obreras católicas en 1908 formaron la internacional
de Gremios Cristianos que tenía medio millón de afiliados.
Como manifestaciones del Movimiento Obrero Católico debemos considerar
a Wilhelm Emmanuel Freiherr von Ketteler que fue uno de los obispos
católicos más carismáticos. Instaurador del catolicismo social en Alemania,
su ejemplo sirvió para su extensión en Francia. El obispo dejó una doctrina
social y especialmente apareció en las ideas socialistas de Lasalle, las reivin-
dicaciones y las críticas a la sociedad capitalista, que iban contra el dogma
católico. Acusó a los liberales de engañar a los obreros en beneficio propio, y
junto a los socialistas, les acusó de totalitarios. Además, previno que la defensa
absoluta de la propiedad era una doctrina atea, favorecida por la desaparición
de la creencia de Dios en el liberalismo. Su fin fue el asociacionismo obrero y el
establecimiento de una paz duradera entre empresario y trabajador. Su defensa
fue total, se centró en pedir aumento de sueldo y vacaciones, menos horas de
trabajo y eliminación del trabajo infantil. En el plano político, el obispo siem-
pre consideró la representación orgánica como la mejor para representar a la
sociedad, y fue contrario al liberalismo partidista que perpetuaba a una minoría
dirigente en el poder.
LEON XIII y la RERUM NOVARUN 1891: Las Encíclicas Sociales son los pro-
nunciamientos oficiales del Papa sobre temas sociales dirigidos a los obispos,
creyentes y a toda la humanidad. Conforman en su conjunto la doctrina social
de la Iglesia Católica.
Desde León XIII con Rerum novarum (sobre las cosas nuevas)’ sobre la cues-
tión social en 1891, a ella se siguen refiriendo los pontífices, Pío XI en Quadra-
gesimo anno (a cuarenta años) sobre las cuestiones laborales en 1931, Juan
XXIII en Mater et Magistra (‘Madre y Maestra) sobre los campesinos en 1961,
después Pacem in terris (Paz en la Tierra) en 1963, Pablo VI sobre Populorum
progressio (el progreso de los pueblos) en 1967 y Ochenta Aniversario sobre
los nuevos problemas sociales en 1971. Laborem Exercens en 1981,Juan Pablo
II, el ‘Trabajo Humano’, ‘Solicitud de la cosa social’, Sollicitudo rei socialis con
temas sociológicos y metodológicos de la situación de la humanidad en 1988,
Centesimus annus (Centésimo año) cosas nuevas de hoy en 1991, cuestiones
agrícolas, Veritatis splendor en 1993, esplendor de la verdad y Evangelium Vitae
de 1995, sobre la vida humana, evangelio de vida sobre el valor de la vida. Y la
última Encíclica social Caritas in veritate de Benedicto XVI.
Los aspectos comentados o el enfoque asignado de política social, se desa-
rrollan ampliamente en el tema de los valores, las creencias, las ideologías y
obviamente los derechos humanitarios desde una perspectiva católica. Por
tanto deben considerarse como los pronunciamientos de la Iglesia Católica

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.30


ante los cambios de la sociedad y el mundo y por tanto prescripciones normati-
vas de lo correcto y justo.
Históricamente representaron en su comienzo, sobre todo Rerum Novarum,
una respuesta a las demandas y agendas políticas de los partidos y movimien-
tos políticos de orientación obrera o socialista o anarquista. Siendo la base
para la creación del socialcristianismo como movimiento social y político desde
fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Algunos aseguran que el socialismo cristiano proviene desde la misma época
de Jesús, indicando que Jesús predicaba y practicaba la igualdad entre perso-
nas. Más adelante, aseguran, la iglesia que formaron sus seguidores se buro-
cratizó y corrompió el mensaje de Jesús, dando lugar a la crítica marxista de
que la religión es el opio de los pueblos. Las personas que siguen esta inter-
pretación pretenden revivir los principios de la iglesia primitiva y las enseñan-
zas de Jesús como una forma de alcanzar el ideal socialista, como en el caso
del escritor ruso León Tolstoi.
Otra interpretación es la seguida por la Juventud Obrera Cristiana (JOC),
basada en el ejemplo y enseñanzas de Joseph Cardijn, originalmente dentro
del catolicismo, pero extendida a otras iglesias cristianas. Sin pretender romper
con los lazos que los unen a sus respectivas iglesias buscan en la orientación
y el ejemplo de Cristo, la forma de encontrar una sociedad más igualitaria para
ellos y quienes los rodean.
A partir de los trabajos de Joseph Cardijn (1882-1967), surge en América Latina
la Teología de la Liberación en un intento por formular una teoría teológica a
la lucha social. La Teología de la Liberación ha sido criticada por su cercanía a
grupos insurgentes violentos (guerrillas), particularmente durante la guerra civil
en El Salvador y en Nicaragua (décadas del setenta y ochenta), donde rele-
vantes miembros de la teología de la liberación participaron en los gobiernos
sandinistas.
La Iglesia Católica promulgó en los años 1890 los postulados base de la Doc-
trina Social de la Iglesia, no como un enfoque político sino como una doctrina
social, orientada no a la sociedad humana sino a la trascendencia del espíritu
en contraposición a las doctrinas marxistas centradas en el enfoque materia-
lista de la acción humana y no la dualidad materia espíritu que es planteada
como materia de fondo en esta doctrina.
También la corriente del socialismo cristiano se manifestó en el siglo XIX en
el anglicanismo promoviendo la identificación de cristianismo y socialismo,
siendo Frederick Maurice, Charles Kingsley, John Ludlow anglicanos que se
han manifestado al respecto, en el caso de Frederick, este inició discusiones
importantes en la Iglesia de Inglaterra, fundó un grupo llamado Colegio de los
Hombres Trabajadores en 1854, se convirtió en uno de los más importantes
conocedores de teología de su época, se educó en la universidad de Cam-
bridge y mucho antes estudió en una escuela puritana, donde empezó a escri-
bir controvertidos ensayos sobre teología, ya dibujaba en ellos posiciones de lo
que es el socialismo cristiano.
Existen diversos movimientos alrededor del socialismo cristiano, siempre
destaca la vinculación de la fe y la política en la coincidencia de sus motiva-
ciones, entre las que resaltan el aspecto humano y la solidaridad por encima
de otros elementos. El movimiento ha surgido en ocasiones diversas a través
de la historia, sobre todo en momentos donde grupos sociales o económicos
han expresado exceso de poder o posiciones extremistas contra el individuo
y el resto de la sociedad por el ejercicio del poder o por abusos dogmáticos o
económicos en detrimentos de los sectores en desventaja.
Además, han servido como marco conceptual en las actividades de los soció-
logos de orientación católica. La amplitud social dentro de las encíclicas es
grande si bien las primeras se referían a los derechos sociales de los trabajado-
res, también hacían referencia a los patrones y la relación entre ellos. Posterio-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 31


res encíclicas tratan del rol de diversas instituciones en la vida social como lo
son las comunicaciones sociales y el pacificismo.
En el caso de Latinoamérica, sirvieron de inspiración en la redacción del Docu-
mento de Puebla (1979). Así como la base, aunque no apoyada oficialmente,
de la Teología de la Liberación.
Básicamente el social cristianismo niega la lucha de clases y plantea la armonía
entre el capital y el trabajo. Crea sindicatos confesionales.

Socialdemócratas
Se trata de socialistas revisionistas y reformistas. Su principal teórico Bernstein
propugnó la tesis de la vía pacífica. Sostenía que se podía alcanzar el poder
mediante una mayoría parlamentaria de izquierda, que gradualmente iría apro-
bando reformas favorables al proletariado. Bernstein se reivindicaba marxista.
De allí que se considere una tesis revisionista – reformista.
Se trata de aquellos socialistas que aceptaron todas las normas básicas de la
democracia liberal: elecciones libres, derechos fundamentales y libertades
públicas, pluralismo político y soberanía del Parlamento. La rivalidad existente
entre socialistas y comunistas sólo se interrumpió de forma transitoria como
ocurrió a mediados de la década de 1930, para unir sus fuerzas contra el fas-
cismo en la política denominada de `Frente Popular’.
Los socialistas pudieron formar gobiernos durante el periodo de entreguerras,
por lo general en coalición o apoyados por otros partidos.
Aun manteniendo su antiguo compromiso con el socialismo como “estado
final”, es decir, una sociedad en la que se anularan las diferencias sociales,
desarrollaron un concepto de socialismo “como proceso” propuesta que había
sido anticipada por el revisionista alemán Eduard Bernstein a finales del siglo
XIX. En la práctica, esto significaba que, mientras sus seguidores más compro-
metidos se aferraban a la idea de un objetivo final, los partidos socialistas, por
esta época a menudo en el poder, se concentraban en reformas socioeconómi-
cas factibles dentro del sistema capitalista. Aunque variaban según los países,
las reformas socialistas incluían, en primer lugar, la introducción de un sistema
de protección social (conocido como Estado de bienestar) que, en la formu-
lación tomada del reformista liberal británico William Beveridge, protegiera a
todos los ciudadanos desde la cuna hasta la tumba, y en segundo lugar, la
consecución del pleno empleo mediante técnicas de gestión macroeconómica
desarrolladas por otro liberal, John Maynard Keynes.
En Gran Bretaña estas reformas fueron llevadas a cabo por los primeros gobier-
nos laboristas de la posguerra.

Los servicios públicos y el socialismo


Fue sobre todo después de 1945 cuando se relacionó el socialismo con la
gestión de la economía por parte del Estado y con la expansión del sector
público a través de las nacionalizaciones. Aunque los activistas socialistas
concebían la propiedad estatal como un primer paso hacia la abolición del
capitalismo, las nacionalizaciones tenían por lo general objetivos más prác-
ticos, como rescatar empresas capitalistas débiles o ineficaces, proteger el
empleo, mejorar las condiciones de trabajo o controlar las empresas de servi-
cio público.
A pesar de que las nacionalizaciones han sido relacionadas a menudo con los
partidos socialistas fueron con frecuencia los gobiernos de partidos no socia-
listas los que recurrían a ellas, como ocurrió en Francia (1945−1947), Austria
(1945−1947) e Italia (1945−1947 y en la década de 1960).
En el aspecto internacional, la mayoría de los partidos socialistas se alinearon
junto a Occidente durante la Guerra fría, aunque importantes minorías dentro
de cada partido intentaran hallar una vía intermedia entre la democracia capita-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.32


lista y el comunismo soviético, denunciaron la política exterior estadounidense
y expresaron su solidaridad con los países en vías de desarrollo.
Los socialdemócratas creían que un crecimiento económico continuado
serviría de apoyo a un floreciente sector público, aseguraría el pleno empleo y
financiaría un incipiente Estado de Bienestar. Estos supuestos eran a menudo
compartidos por los partidos conservadores o democristianos y se ajustaban
de una forma tan estrecha al desarrollo real de las sociedades europeas que el
periodo comprendido entre 1945 y 1973 ha recibido a veces el nombre de `era
del consenso socialdemócrata’. Coincidía, de modo ostensible, con la edad de
oro del Fordismo, supuesta modalidad pura del capitalismo.
El fuerte incremento sufrido por los precios del petróleo en 1973 fue el desen-
cadenante de la crisis económica que puso fin a esta hipotética edad de oro.
Durante el final de la década de 1970 se pensó que, en general, para restaurar
el crecimiento económico, patronos y gobiernos tendrían que alcanzar algún
tipo de entendimiento con los sindicatos.
El creciente desempleo, sin embargo, debilitó a los sindicatos y, al hacer
aumentar la pobreza y los problemas con ella asociados, hizo que la protección
social del sistema del bienestar fuera mucho más costosa de lo que lo había
sido en los días del pleno empleo. Mantener los niveles de bienestar con una
tasa elevada de desempleo exigía un alto nivel de impuestos, medida que no
gozó del favor de los ciudadanos.
Los partidos conservadores se distanciaron del consenso político, aduciendo
que era necesario hacer retroceder al Estado, reducir el gasto público y pri-
vatizar las compañías estatales. Acusados de estatistas, burocráticos y derro-
chadores, los socialistas fueron poniéndose cada vez más a la defensiva.
Hacia 1980 el proletariado industrial se había convertido en minoritario en toda
Europa, y las nuevas tecnologías agravaban la división existente en sus filas.
Los incrementos de la productividad ya no suponían la creación de nuevos
empleos. Por el contrario, estas nuevas tecnologías hacían posible un mayor
volumen de producción en detrimento del empleo, mientras que los sectores en
proceso de expansión eran incapaces de absorber a los trabajadores despe-
didos por culpa de las reconversiones industriales. La prosperidad de la que
gozaban los trabajadores cualificados en las empresas de éxito contrastaba
con el número creciente de trabajadores temporales y no cualificados, muchos
de los cuales eran inmigrantes o mujeres, empleados a tiempo parcial.
Considerar, pues, a la clase obrera como una clase universal que prefiguraba
un futuro poscapitalista parecía algo cada vez más anacrónico. La creciente
interdependencia económica que se extendió con gran rapidez durante las
décadas de 1970 y 1980 suponía que las políticas macroeconómicas tradi-
cionales del keynesianismo ya no eran efectivas y que la reflación interna (en
cuanto política que activa instrumentos monetarios y fiscales destinados a
frenar el desempleo) originaba problemas con la balanza de pagos, así como
medidas inflacionarias, tal y como descubrieron, a sus expensas, los gobiernos
socialistas británico y francés en las décadas de 1970 y 1980.
Aunque supuso la transformación de muchos de los antiguos partidos comu-
nistas en partidos socialistas, el derrumbamiento del comunismo en la Unión
Soviética y en la Europa central y oriental no constituyó un consuelo para la
izquierda europea occidental. La crisis de las economías planificadas comu-
nistas fue interpretada en términos generales como una prueba más de que
las decisiones espontáneas de millones de consumidores individuales, gracias
a los mecanismos del libre mercado, distribuían mejor los recursos de lo que
pudiera hacerlo cualquier forma de mediación estatal. Las ideologías neolibera-
les ganaban, en consecuencia, terreno en multitud de países.
A lo largo de esta unidad se desarrollaron conceptos trascendentales como
trabajo, en sus distintas épocas, Gremios y Corporaciones; y las Revoluciones
Industriales en Francia y fundamentalmente en Inglaterra con el objetivo de

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 33


interpretar el rol desempeñado por el trabajador (esclavo u obrero). Para poder
comprender estas ideas principales es conveniente la realización de las activi-
dades sugeridas como un complemento trascendental para la comprensión de
los próximos temas a desarrollar.

Unidad 2

1. Evolución del Movimiento Obrero en Latinoamérica


a. Artesanos, socialistas y primeras organizaciones obreras (1850-1880)
b. Formación del movimiento obrero latinoamericano (1880-1918)
c. Anarquistas y socialistas.

2. Las Prácticas: Huelgas, acción parlamentaria y lucha revolucionaria


a. Estudios de casos: México, Chile y Uruguay.
b. Nacionalismo y Comunismo (1918-1930).
c. Socialdemocracia, social cristianismo y marxismo. 1930-1980
d. El Movimiento Sindical a la sombra del Neoliberalismo: Antecedentes
y consecuencias

1. Evolución del Movimiento Obrero en Latinoamérica


a. Artesanos, socialistas y primeras organizaciones obreras (1850-1880)
El aspecto más importante que presenta esta etapa inicial del movimiento
sindical en Latinoamérica se basó en la difusión del socialismo (1850-1880),
como momento previo a la formación de la clase obrera. Esta afirmación parte
de la idea de que el proletariado era una clase internacional. Situación que se
debía al sistema capitalista imperante desde la Revolución Industrial y su poste-
rior expansión.
Las razones del ingreso del socialismo se debieron a la llegada de inmigran-
tes a estas latitudes, aunque todavía no hubiesen entrado todavía a una etapa
capitalista los países.
Entre 1850-1870 las corrientes ideológicas presentes en América Latina son
el socialismo utópico y el anarquismo proudhoniano. Desde 1870 se instalan
las dos corrientes que se disputan el poder en la Primera Internacional, que
eran el socialismo científico y el anarquismo.
La mayoría de los socialistas utópicos y anarquistas eran europeos y se
habían instalado en países que no sólo les eran extraños para ellos, sino que
carecían de una industrialización mínima, e inclusive vivían en una economía
prácticamente semicolonial, siendo este último un factor determinante en su
instalación inicial. Ambos consideraban que la sociedad debía reorganizarse
modificando el capitalismo a través de la cooperación de pequeños propieta-
rios en comunas agrícolas o talleres artesanales. Creían que con este programa
no solo se adelantarían al capitalismo, sino también lograrían suprimir el latifun-
dio precapitalista.
Fracasaron debido a que en el campo había no solo un gran atraso cultural,
sino porque el propio latifundio fue una barrera imposible de franquear que ya
venía desde los tiempos de la colonia, mientras que en las ciudades puertos
tampoco lo lograron, porque los propios artesanos no querían ninguna clase
de cooperativa porque estaban motivados por el progreso individual. Aunque
fueron ellos mismos, los que luego respondieron a la agitación de los socia-
listas y anarquistas: Nacieron así las Mutuales por oficios con objetivos tales
como el solventar los gastos de sus miembros (enfermedades, sepelios, etc.) y
para solicitar colectivamente mejoras a los patrones.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.34


A partir de 1870 comienzan ha llegar a América exiliados políticos de las
revoluciones europeas, tales como la Comuna de Paris y los socialistas per-
seguidos en Alemania. Son obreros o intelectuales con experiencia en la lucha
política, ya sean socialistas científicos (Marxistas) o anarquistas (llamados
también bakuninistas). Mientras los primeros buscaban la conquista del poder
político y la instauración de una dictadura del proletariado, los segundos creían
que había que destruir al capitalismo a través de una revolución social libe-
rada del poder del Estado y el instrumento fundamental sería la huelga general
revolucionaria.
Todos estos cambios y revoluciones enseñan que hay que tener en cuenta
un aspecto fundamental que es la propaganda y América no estuvo al margen
de esta situación y para ello aparecieron libros, folletos y periódicos que apoya-
ban y se identificaban con estas ideas. La mayoría de ellos tuvieron una vida
efímera, que en general no lograba sobre pasar los dos o tres años, aunque
otros sobrevivieron más tiempo. Tal es el caso en Argentina de “El Artesano”
(1863), “El Obrero Tipográfico” (1872), en México, “El Socialista” (1872), “La
Comuna” (1874), en Cuba “La Aurora” (1865), y recién a partir de la década del
noventa aparecerán diarios de una estabilidad más duradera.
En el aspecto organizativo, la situación está en la formación de mutuales,
que van evolucionando hacia sociedades de resistencia. En 1870 en Chile se
cuentan 13 sociedades mutuales y para 1880, 39. En el caso de Argentina, para
1880 son alrededor de 73 ubicadas en Buenos Aires y Rosario. El trasvase de
mutual a lucha reivindicadora hace aparecer de manera inmediata la huelga
obrera. Los primeros fueron los tipógrafos en países como Chile, Argentina,
México y Uruguay, siendo en su mayoría europeos. Como dato importante, al
haber tanta dispersión de obreros especializados, complica de manera notable
la organización para la lucha sindical desde los oficios.
A partir de 1870 se forma en América Latina varias secciones de la Asocia-
ción Internacional de Trabajadores (A.I.T.), llamada también Primera Internacio-
nal. A 1
Todas las sedes que se funden en América Latina estarán en consonancia
con las divisiones que se produzcan a nivel internacional entre socialistas y
anarquistas, aunque en su mayoría fueron mas afines al anarquismo, con la
única excepción de la A.I.T. socialista que se funda en Buenos Aires.
Desde un punto de vista estatal, la conformación de los Estados en Amé-
rica Latina, demoró bastante desde la interrupción con la Metrópoli europea
(España y Portugal). Cuando se produce la independencia después de 1810
en la mayoría de los futuros Estados, sobreviene un largo período de anar-
quía que se extiende hasta después de 1850 (con la excepción de México, de
tendencia centralista que le permitió mantener la unidad del que fuera antes
el Virreinato de Nueva España y de Brasil, cuya independencia se operó junto
con los mismos portugueses) cuando una o varias regiones o provincias se
logran imponer sobre los caudillos o regiones gracias a un poder económico
obtenido por la exportación. Además contribuyó a la unidad nacional la pene-
tración del mercado exterior y el capitalismo que se alió con las oligarquías
terratenientes y la lenta evolución del latifundio pre capitalista. En general ellos
tenían un importante poder militar de carácter autoritario, revestido de un libe-
ralismo comercial. Por todo esto, es que se muestran contrarios y enemigos del
naciente movimiento obrero, del campesinado y la burguesía nacional formada
en las ciudades puertos.
Este proceso estuvo caracterizado por tres clases de grupos de países que
se adecuaron al mercado internacional: los países exportadores de productos
agrícolas de clima templado (Argentina y Uruguay), con un uso intensivo de
la tierra, con mano de obra, por lo que recurrirán a la inmigración extranjera;
países exportadores de productos tropicales, con una concentración de mas
de la mitad de la población latinoamericana (Brasil, Colombia, Ecuador, Amé-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 35


rica Central), con sus productos principales como el café y el cacao y con un
vínculo económico orientado mas a EE.UU. que a Inglaterra; y países exporta-
dores de minerales como México, Chile, Perú y Bolivia y desde 1920 Venezuela
con el petróleo.
Es en este panorama económico en donde se gestará el movimiento obrero
latinoamericano. Esta aclaración se debe a que la formación estaba supeditada
a la incorporación de mano obra autóctona o extranjera a las industrias en
calidad de asalariados. Esto ocurrirá de manera concreta en 1880 cuando la
inversión capitalista permita la exportación de manera significativa de produc-
tos primarios.

b. Formación del movimiento obrero latinoamericano (1880-1918)


A partir de la década de 1880 comienzan en varios países la formación
concreta de la clase obrera latinoamericana. El trasvase que permitió el pasaje
del artesanado a la industria fabril fue la expansión imperialista a través de
la inversión extranjera (especialmente inglesa) con la aparición de la fábrica
moderna, grandes puertos, y ferrocarriles. Con las ciudades puertos aparecie-
ron la pequeña y mediana industria nacional, con una clara dependencia de los
países imperialistas. A diferencia del período anterior a 1880, el proletariado no
fue sólo minero sino también metropolitano, en un nuevo núcleo geográfico, las
ciudades puertos, lo que afectará de manera notable en la vida política de los
Estados.
Un aspecto importante y pese la aparición de la clase obrera; fueron los
terratenientes (los únicos representantes de la unidad nacional en esta etapa),
responsables también del atraso y la dependencia económica. Capital extran-
jero, población y unificación estatal fueron las grandes consignas del libe-
ralismo progresista latinoamericano entre 1850 y 1870 y fueron los mismos
terratenientes quienes adoptaron estas consignas para lograr el cambio en
donde se desenvolvería la clase obrera. Esta idea de progreso y desarrollo las
adoptaron por ejemplo los seguidores de Porfirio Díaz en México y Julio Argen-
tino Roca en Argentina.

c. Anarquistas y socialistas

El análisis de los socialistas y anarquistas llega hasta 1918 porque la Revo-


lución Rusa de 1918 cambia la relación de las distintas corrientes ideológicas
a nivel internacional influyendo también en al ámbito nacional. En ese sentido
además de las corrientes ideológicas existentes hasta ese momento, aparece
el marxismo leninista y la fundación de varios partidos comunistas en América.
Este período comprendido entre 1880 y 1918 es posible subdividirlo en dos
etapas, la primera hasta el año 1900 en que se fundan las organizaciones obre-
ras y desde 1900, en que las organizaciones se extienden en varios países.
En general los anarquistas arraigaron mas profundamente que el socia-
lismo en el seno del movimiento obrero: Esto se debió a que la mayoría de los
inmigrantes (italianos y españoles) eran de procedencia campesina o artesanal
y opuestos a cualquier organización vertical, junto con la concepción que la
política (a la que los socialistas consideraban como el único camino para acce-
der al poder e instrumentar los cambios necesarios) era un arte propio de los
explotadores, inaccesible para el inculto trabajador (era un arte burgués) .
La divergencia entre anarquistas y socialistas a nivel internacional se hacia
mas evidente cuando el tema se centraba en el rol del Estado. Para los socia-
listas, la función del mismo en la sociedad era garantizar la cohesión de los
distintos niveles de la formación económica social de acuerdo a la clase domi-
nante. Era una función específica de toda sociedad dividida en clases.
Por su parte los anarquistas consideraban que este pensamiento era pseu-
docientífico y que sólo la explicaba la propia mentalidad “autoritaria” de los

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.36


socialistas. No negaban el carácter opresor del Estado, sino que lo reafirmaban
y consideraban que era el instrumento autoritario de la clase poseedora.
Además los anarquistas crearon núcleos de difusión ideológica y coordi-
nación. En este sentido la prensa en general fue un instrumento fundamental,
sirviendo para la difusión de “La Idea” (como ellos denominaban a la doctrina).
De tal modo que los periódicos estimulaban la acción, que se canalizaba a
través de lo sindicatos, los cuales eran las estructuras de la militancia diaria. A
2
La formación de Partidos Socialistas constituyó el otro gran paso en la orga-
nización del movimiento obrero en América Latina. Los primeros datan entre
fines de los ochenta y durante la década del noventa. Tal es el caso del primer
partido socialista fundado en 1896 en Argentina. A 3
Finalmente la acción de los anarquistas y socialistas permitieron la forma-
ción de sociedades de resistencia por oficio con las siguientes características:
a) se desarrollaban de manera horizontal, es decir que se extendían ciudad por
ciudad,
b) siempre tenían una gran oposición patronal y estatal,
c) el aumento salarial y la reducción de la jornada laboral,
d) reconocimiento sindical,
e) sindicatos formados según la nacionalidad,
f ) siempre contaban con un órgano de difusión (periódico),
g) en el caso de los socialistas, tendían a la neutralidad ideológica de los sindi-
catos, mientras que anarquistas consideraban a los sindicatos como organiza-
ciones de lucha “por el comunismo anárquico”.

2. Las Prácticas: Huelgas, participación parlamentaria y enfrentamien-


tos revolucionarios

Las razones por las que el anarquismo consiguiera escalar en las principa-
les posiciones sindicales, y pasar del plano teórico a una posición concreta-
mente práctica, fueron varias, como por ejemplo el cosmopolitismo que atraía
de manera notable al obrero urbano; pero sin lugar a dudas la fuerza del anar-
quismo residía básicamente en el rol que le daba a la Huelga. IC 10
En el caso del socialismo, consideraba que el mejor modo de conseguir con-
quistas obreras era participando en elecciones y luego de llegar al parlamento,
hacer implementar las leyes obreras de acuerdo a la situación que se fuera
planteando.
Este proceso de cambio se fue desarrollando de manera diferente de
acuerdo a las condiciones estructurales que poseía cada país:

a. Estudios de casos: México, Chile y Uruguay.

México: Revolución Agraria y movimiento obrero

Si bien con la Independencia se cortaron los lazos con España, el entra-


mado social continuó prácticamente idéntico. En el caso de México los prin-
cipales propietarios de tierras eran la aristocracia terrateniente y la Iglesia
Católica. Esto se manifestó cuando en la etapa de la Guerra de la Indepen-
dencia (1810-1820) los cabecillas de las revoluciones, los sacerdotes Hidalgo
y Morelos decretaron la abolición de la esclavitud y la reforma agraria, lo que
llevó a la iglesia y a los propios terratenientes en adoptar una postura revo-
lucionaria y la conquista de la independencia se logra bajo una hegemonía
conservadora. Los privilegios españoles son ahora disfrutados por los terrate-
nientes.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 37


En 1854 logra llegar al poder Benito Juárez, que implementara una serie de
reformas liberales destinadas básicamente a suprimir los poderes políticos y
económicos de la Iglesia. Ella pierde sus bienes, no hay más tribunales ecle-
siásticos y se establece el matrimonio civil, aunque esto no modificó el sistema
de la propiedad de la tierra. Juárez, si bien no realizó un a profunda reforma
agraria, utilizó la tierra parasitaria de la iglesia para aumentar la producción
capitalista.
En 1877, y luego de la muerte de Juárez, los indígenas y peones vuelven a
manos de los hacendados, respaldados por la llegada al poder del hacendado
Porfirio Díaz (inicia el porfiriato, que se mantendrá hasta 1910 por medio de
elecciones fraudulentas). Con Díaz se crea un nuevo bloque de poder de base
latifundista. Es en esta situación en que los levantamientos indígenas se suce-
den, acompañados paulatinamente por los obreros que van aumentando en
número. El movimiento obrero esta conformado, en esta etapa, por indígenas
y extranjeros, aunque estos últimos, especialmente los ferroviarios, ganaban
mejores sueldos.
Al existir esta diferencia entre nativos y extranjeros, fue más fácil neutralizar
el movimiento obrero. En 1868 se funda el Gran Círculo de Obreros en el Dis-
trito Federal, llegando a contar con 8000 trabajadores. Sus fundadores fueron
Juan de Mata Rivera y Francisco de Paula (ambos socialistas, pero con con-
tactos anarquistas). Simultáneamente el porfiriato reprimía no sólo al campesi-
nado, sino también al movimiento obrero.
El período comprendido entre 1880 y 1910 estuvo caracterizado por levanta-
mientos obreros e innumerables huelgas, con influencias anarquistas y socia-
listas. En 1910 se produce la Revolución Mexicana que pone fin al porfiriato,
sucediéndose levantamientos de diversos líderes opositores (Emiliano Zapata,
Pancho Villa, etc.).
Finalmente, y luego de la realización de varios congresos nacionales, los
trabajadores fundan en 1918 y con el respaldo del presidente mexicano Obre-
gón (que había llegado al poder con la finalización de la Revolución Mexicana)
la CROM (Confederación Obrera Mexicana). La misma se organizó según el
principio del sindicalismo industrial: su célula básica era el sindicato de fábrica,
que federado con sindicatos de la misma rama industrial por ciudades daba
origen a la federación local. A su vez las federaciones locales se unían por
estados y luego, todas ellas, como un todo, se fusionaban en la CROM. Inicial-
mente contó con 7000 obreros, luego 10.000 en 1919. Su aumento fue cons-
tante y para 1926 eran alrededor de 2.000.000 de obreros.
La fundación de la CROM constituyó un hito fundamental para el movimiento
obrero, ya que facilitaba la lucha reivindicativa y la organización sindical
obrera.

Chile: Acción Sindical y poder socialista


La clase obrera en Chile estaba constituida desde 1850 en adelante por los
mineros: Esto se debió a que a partir de 1870 la explotación del cobre y el
carbón adquirió preponderancia. Esto se vio mas favorecido por las conquistas
territoriales de Chile a expensas de Perú y Bolivia (esta última perdió su salida
al mar) y la explotación salitrera de esas regiones (Tacna y Arica).
Hasta 1914 el salitre era el principal producto de exportación de Chile, pero
desde la Primera Guerra Mundial el cobre pasa a ocupar ese lugar. Con ello, el
capital norteamericano no solo explota este metal, sino también que lo con-
trola.
Inicialmente los obreros se agrupan en mutuales, aunque para 1880 se
registran huelgas importantes. Para 1890 el movimiento obrero forma una masa
compacta con 13000 obreros inscriptos en las provincias norteñas de Anto-
fagasta y Tarapará. En julio de 1890 se produce la primera huelga general en
Chile, con los lancheros que exigen el pago del sueldo en plata por las suce-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.38


sivas devaluaciones que sufre el dinero chileno. Esta huelga, que es reprimida
de manera brutal por el presidente Balmaceda (1890), que marca el paso del
mutualismo al sindicalismo. A fines del siglo XIX están los sindicatos agrupados
por oficio y con la presencia de las corrientes ideológicas del anarquismo y el
socialismo.
A comienzos del siglo XX, los sindicatos se agrupan con el nombre de
“mancomunales”, marcando una tendencia global de defensa en el trabajo
minero. Esta forma de agrupación de extiende rápidamente por Chile.
La formación de “Mancomunales” fue el resultado de una seguidilla de
huelgas, combinándose la propaganda y dirección clandestina de núcleos de
activistas con grandes asambleas obreras.
En la década de 1890 hubo varios intentos para crear una central obrera,
pero recién será en 1909 cuando aparece la Federación Obrera Chilena
(FOCH), con 55.000 obreros sindicalizados en 1910.
Originalmente surge como una sociedad mutual que propicia seguros de
enfermedad, de vida, de desocupación, ayuda para viudas y huérfanos, etc.
Con la FOCH se crea una organización en donde coexiste simultáneamente la
agitación socialista y anarquista. Otro avance importante fue la formación del
Partido Obrero Socialista IC 11 (POS) en 1912 en Iquique. Este partido elaboró
un programa basado en una serie de principios fundamentales y fundacionales.
En 1919 el POS alcanzó la hegemonía en el seno del movimiento sindical y
con la coyuntura del Primera Guerra Mundial, que fue muy favorable para Chile
por las exportaciones de salitre y cobre, su crecimiento fue notable porque las
numerosas huelgas del proletariado terminaron casi siempre victoriosas para
evitar el corte de la cadena de producción (tanto los patrones como el Estado
no querían que se interrumpiese la producción) y siempre con el respaldo del
POS, lo que lo ubicó de manera central en la sociedad como representante de
los obreros. Finalmente en 1921 se transformó en el Partido Comunista.

Uruguay: Movimiento obrero y reformismo burgués


De manera similar a la Argentina, Uruguay fue a fines del siglo pasado incor-
porada al capitalismo británico en su calidad de productor de alimentos.
Al carecer de mano de obra, se debió recurrir a la inmigración de origen
europeo. Los terratenientes y el capital extranjero articulan sus intereses con el
estado oligárquico liberal.
A diferencia de muchos vecinos, el movimiento obrero comienza más tem-
prano que el resto con la Sociedad Tipográfica Montevideana, primer núcleo de
resistencia obrero. En la década del ochenta aparecen sociedades que encabe-
zan la resistencia, especialmente en Montevideo como base central. Esos años
coinciden con huelgas importantes en los saladeros, hospitales y el puerto de
Montevideo.
Desde el punto de vista ideológico, la hegemonía está en manos de los anar-
quistas, que en 1885 forman la Federación Local de Trabajadores del Uruguay
con sede en Montevideo. En 1898 se funda el Centro de Estudios Sociales,
con mayoría socialista, lugar donde se gestó y fundo el Partido Socialista del
Uruguay (1910).
Desde el punto de vista político, sube en 1903 al gobierno José Batlle y
Ordoñez. En este estado liberal gobernaban dos partidos (El Colorado y el
Blanco), que eran policlasistas y dirigidos por elites oligárquicas. Las diferen-
cias entre ambos partidos no eran por cuestiones ideológicas, sino por razones
territoriales (los colorados estaban en el gobierno, mientras que los blancos se
ubicaban en los departamentos).
Desde el punto de vista social, el gobierno de Batlle (que dura hasta 1907)
inicia una serie de reformas, con un estado interventor y controlador de la
economía (para evitar que el Uruguay se transforme en una colonia de Gran
Bretaña). Una de sus reformas (que inicialmente fracasó) fue el proyecto de

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 39


la jornada de ocho horas, a la que la izquierda uruguaya (anarquistas) se
opuso por su negación histórica al Estado, como forma de control. Esto, mas
la imposibilidad de los socialistas de participar en la FORU, los lleva a escin-
dirse en 1906, para fundar la Unión General de Trabajadores (UGT). En 1907
asume como presidente Williman (1907-1911) y el nuevo gobierno deja la
política paternalista de Batlle para dar lugar a una actitud represiva contra el
movimiento obrero (se cierran sindicatos, clausuran periódicos, etc.). En ese
período los establecimientos industriales y comerciales eran 16000 con 67.400
obreros. También, lo que contribuye al aumento de la concentración obrera es
la instalación de los Frigoríficos Swift (1912) y Armour (1915).
Con la vuelta de Batlle en 1911, vuelven nuevamente las ideas reformistas y
en 1913 el gobierno crea la Oficina del Trabajo, el seguro por accidente de tra-
bajo a cargo del patrón, la Caja de Jubilaciones de Industria y Comercio, la ley
de Pensión para la Vejez y finalmente en 1915 la ley de jornada de ocho horas
(que se había frustrado en 1906).
Todo este reformismo batllista se pudo dar por la bonanza económica que
tuvo en ese momento Uruguay durante el período 1900-1914. Con la Primera
Guerra (1914-1918) y el comienzo de la crisis europea las exportaciones deca-
yeron y el nivel de vida de los trabajadores descendió.
En 1917 los frigoríficos decretaron una huelga general en Montevideo y el
ejército y la marina actuaron de manera represiva.

b. Nacionalismo y Comunismo (1918-1930)


Hasta 1914 se produce una formación importante de las principales centra-
les obreras en América Latina, luego vendrá un corte importante a raíz de la
Primera Guerra Mundial (1914-1918). Tal como se comento en el caso particular
de México, su revolución también influyó e impulsó las organizaciones sindi-
cales, aunque los efectos más radicales fueron sin lugar a dudas la Revolución
Rusa de 1917 y su claro contenido ideológico.
La Guerra Mundial de 1914 planteó una nueva situación al cortar la depen-
dencia con las metrópolis. Esto llevó a generar un desarrollo manufacturero
nacional de gran importancia, donde del trabajo artesanal, y por la coyuntura,
se pasó a un trabajo mas elaborado.
De todos modos el desarrollo industrial en América Latina en general es muy
incipiente, salvo ejemplos contados como Argentina, México, Uruguay, ya que
el resto se sigue basando en el monocultivo o en el agro o en un solo producto
como es el caso de Venezuela y su industria petrolera, produciendo muy poco
desarrollo industrial.
Esta etapa esta claramente influenciada por la llegada de capitales extran-
jeros de origen norteamericanos, en detrimento del inglés (otrora grandes
inversores). Los norteamericanos fueron en realidad los verdaderos ganadores
de la primera guerra: en 1929, el 40 % del total de las inversiones en América
Latina era de EE.UU. y en 1932 se contaban en alrededor de 6.000 millones de
dólares.
Es en este cuadro en que el obrero crece de manera exponencial y se vuelve
claramente político, ya sea a favor o en contra del gobierno de cada país.
En ese sentido la Revolución Rusa (1917) influyo en la formación de la clase
obrera de manera directa, como así también en la pequeña burguesía estudian-
til de la época, como por ejemplo la Reforma Universitaria en Córdoba (1918),
o la Semana Trágica en Argentina (1919). Entre 1917 y 1920/21 se formaron los
Partidos Comunistas, a la vez que se desarrollaron sindicatos y centrales obre-
ras en casi todos los países. Pese a esto, los Partidos Comunistas no pudieron
al principio capitalizar la influencia de manera inmediata porque carecían de la
preparación teórica y organizativa, como tampoco tuvieron el tiempo histórico

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.40


para formular un programa que se amoldara a la realidad latinoamericana. Otro
retraso importante, y de carácter foráneo, fue la lucha interna en el seno de la
URSS entre la fracción estalinista y la oposición de izquierda que encabezaba
León Trotski, con posterioridad a la muerte de Lenín (1924). A partir de 1926,
los Partidos Comunistas latinoamericanos se orientan a hacia la corriente
internacional comunista que viene influenciada por Stalin. Sus consecuen-
cias fueron nefastas, porque su programa pasó a ser el de “revolución agraria
antiimperialista”, es decir un programa que se basa en la idea del socialismo
en un solo país: la revolución se hace por etapas y en la búsqueda de una bur-
guesía progresista (un camino muy lento para las necesidades de los obreros
latinoamericanos en general).
La nueva etapa del movimiento obrero que se inicia con la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945) con el surgimiento de nuevos y poderosos movimientos
de masas barrería de manera definitiva con los anarquistas y socialistas, que
sólo subsistirían como pequeños grupos. Los comunistas en cambio se man-
tendrían siempre con una influencia relativa que se condiciona en su origen:
fueron la prolongación de la Unión Soviética.
En esta misma etapa, aparecen los primeros grupos de la Oposición de
Izquierda (trotskista) como una escisión de los partidos comunistas y como una
consecuencia de la lucha entablada en la URSS y en el seno de la Internacional
Comunista. Su importancia en este período fue muy pequeña, con excepción
de Chile y Cuba donde llegaron a nuclear en la oposición a la mayoría de los
comunistas.

c. Socialdemocracia, social cristianismo y marxismo. 1930-1980

Período de transición (1930-1945)


La crisis de de la Bolsa de Nueva York (1929) marca otro corte decisivo en
el proceso latinoamericano. El crack del 29 tuvo influencias y consecuencias
fundamentales y hasta contradictorias: Los países de economías dependientes
y exportadoras de materias primas ingresan en un proteccionismo objetivo.
Ante la caída de los precios de las materias primas se producen crisis econó-
micas y sociales. En los países caracterizados por una estructura capitalista
(Argentina) la crisis dejará una marca definitiva y condicionada por su propia
estructura dependiente, mientras que en el resto de los países se favoreció un
tibio desarrollo industrial, no limitándose solamente a la industria liviana, sino
también a la de base.
Otras consecuencias importantes son el afianzamiento del fascismo italiano,
la asunción de Hitler de Alemania, la derrota de la revolución española a manos
de Franco y el triunfo definitivo del estalinismo en la URSS y la burocracia
soviética sobre el Estado obrero pretendido inicialmente.
En América Latina aparecen movimientos revolucionarios de neto corte
nacionalista como la revolución de Getulio Vargas en Brasil, Lázaro Cárdenas
en México entre otros.
Desde el punto de vista demográfico, en América Latina continuó el proceso
de urbanización a raíz de la crisis de agro, consecuencia directa de la crisis
de mundial: Hubo un impulso de contingentes obreros rurales y campesinos
hacia la ciudad para tratar de sobrevivir. Este fenómeno es simultáneo al cierre
de la corriente inmigratoria en casi todos los países. Alrededor de las principa-
les ciudades comienzan a formarse los llamados cordones periféricos: son las
llamadas “villas miserias” de Argentina, las “poblaciones” de Perú, las “favelas”
de Brasil, etc. Este hecho tendrá su importancia en la formación de la clase
obrera latinoamericana. En la etapa inmediatamente posterior, con el nuevo
salto industrial que se produce con la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la
mano de obra saldrá de estos sectores sociales, configurando la “nueva clase
obrera”, con el ejemplo clarísimo del peronismo en Argentina.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 41


Desarrollo del movimiento obrero a partir de 1945
A partir de 1943 con la caída de Mussolini en Italia y el comienzo de la derrota
nazi la relación de fuerzas comienza a virar a favor de la revolución mundial.
Esto último se hace presente cuando la URSS rompe el cerco después de la
Segunda Guerra y se abre al mundo para difundir sus ideas revolucionarias,
acentuada aún más con el triunfo de la Revolución China en 1949 (Mao Tse
Tung). En este escenario el movimiento obrero todavía esta dirigido por direc-
ciones burguesas nacionalistas o pequeñas burguesías.
La situación creada por la guerra y el crecimiento industrial que se operó en
el período inmediatamente anterior alentó las masas a la organización y movili-
zación. Perón, Villaroel, Arbenz, Betancourt expresaron y personalizaron estos
nuevos movimientos de masas. El desarrollo del peso del proletariado pasó a
ser decisivo, tanto por su concentración como su peso en la economía, aún en
aquellos países donde se mantuvo sin grandes cambios la estructura agraria.
Durante este período se constituyeron los grandes sindicatos industriales y
surgieron las centrales obreras de masas (CGT de Argentina, CUT de Chile,
Central Obrera de Bolivia, etc.). El rol de los sindicatos adquirió un nuevo rol:
se convirtieron en los centros de vida política de la clase obrera y en bases
para la construcción de un instrumento político de clase.
Las masas hicieron su experiencia política (que no habían sabido hacer y
canalizar los anarquistas y los socialistas), a la vez que se desarrollaron como
organizaciones sindicales, creciendo en confianza y conciencia de clase y de
su propia fuerza.
El período comprendido entre la posguerra y la llegada los años ochenta
estuvo jalonado en América Latina por una subordinación general del movi-
miento sindical. En algunos países la presencia estuvo a cargo de una
dictadura sostenida por capitales foráneos, en otros por una represión o pros-
cripción del propio movimiento sindical desde las mas altas esferas del poder
o por un funcionamiento limitado en el seno de las democracias “formales” o
restringidas por las propias fuerzas armadas, como lo fueron los experimentos
democráticos argentinos entre 1958-1962 y 1963-1966 a cargo de las presiden-
cias de Illia y Frondizi respectivamente.

d. El Movimiento Sindical a la sombra del Neoliberalismo: Antecedentes y


consecuencias
El neoliberalismo IC 12 se instaló fuertemente en los países desarrollados,
especialmente en el llamado el Grupo de los 7 IC 13 que trajo como conse-
cuencia una apropiación del mercado y la construcción de una nueva hegemo-
nía a partir de la destrucción definitiva del propio Estado y de los imaginarios
sociales de toda clase de socialismos junto con la erradicación de las tradicio-
nes e instituciones fundadas en el keynesianismo. IC 14
Las políticas de ajustes implementadas por los Estados más desarrollados y
la apropiación de los mercados por el neoliberalismo terminaron por minar al
movimiento obrero latinoamericano.
Se había producido a partir de los 70 una “autorrevolución” del capital en el
interior del capitalismo liberal. Pero por sus resultados sobre las sociedades;
con sus secuelas de desempleo, subempleo y pobreza; la construcción del
nuevo mercado fue posible ser constatado por ciertas instituciones estatales
gracias a la pauperización relativa de segmentos de trabajadores asalariados
y de la consolidación de la pobreza y los empleos de baja calidad entre los
trabajadores de la economía informal y las economías campesinas familiares,
particularmente en los países periféricos.
A fines de los 90 se notó que la hegemonía de los países del Grupo de los
Siete y sus brazos financieros operativos (Fondo Monetario Internacional (FMI),
Banco Mundial (BM) y grandes corporaciones financieras privadas) desarticula-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.42


ron los mercados y los incapacitaban para promover el desarrollo sustentable.
Las políticas laborales neoliberales promovidas con métodos forzados por el
FMI y el BM se basaban en que el crecimiento económico global se debía pro-
ducir con la exclusión del trabajo productivo y decente de menos de la mitad
de la población mundial. En concreto lo que se buscaba era la concentración
del capital en pocas empresas multinacionales.
Fue la oposición de los sindicatos, de empresarios desplazados y condena-
dos a la ruina, de movimientos sociales antiguos (por ejemplo los campesinos)
y nuevos (ecologistas, minorías en general, etc.) los que encabezaron la lucha
contra la corriente neoliberal. Mientras que los partidos y las organizaciones
quedaron paralizadas frente a esta nueva corriente y demoraron su reacción.
A esto se le debe agregar las crisis por los planes recesivos aplicados por los
organismos internacionales (FMI, BM, etc.) que afloraron en importantes crisis
económicas, como la mexicana (1991) o la argentina (2001).
Como consecuencia de estos hechos, se produce un renacimiento del “key-
nesianismo”, pero sin rivales de la izquierda (la URSS había desaparecido en
1989), y con la premisa que es posible planificar la economía de mercado. Este
nuevo “neokeynesianismo” tiene como ejemplo mas claro la República Popu-
lar China, que pasa de un régimen de planificación burocratizado a una nueva
economía, la economía socialista de mercado. Esta nueva organización de los
mercados consiste básicamente en que el Estado democrático muta, para ejer-
cer su poder y asegurarse que los modos de producción y distribución nacio-
nales lleguen a la mayoría de los habitantes. Esto se logra con el excedente
económico en función de la mejora constante y de la productividad media de la
economía. Pueden participar organizaciones privadas, públicas o mixtas.
Es en este escenario donde los sindicatos tienen que desempeñar un rol
preponderante y para ellos deben presentarse en la sociedad como autóno-
mos, para tener una mayor fuerza sindical y poder a la vez ejercer una mayor
presencia en la política. La democracia política es el mejor escenario para la
lucha sindical. Las dictaduras cívico - militares o la transformación de la demo-
cracia representativa en “democracia formal” manejada por grandes grupos
económicos, son formas de Estado opuestas a los trabajadores. Eso ocurrió
en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945) con las distintas
dictaduras militares que manejaron toda América Latina hasta la re - instalación
de la Democracia desde ochenta en adelante en la mayoría de los Estados Lati-
noamericanos. En general la falta de democracia significó la falta de bienestar
social y desarrollo económico sustentable.
Actualmente el sindicalismo debe buscar una suerte de equilibrio entre los
intereses de los trabajadores por sector o rama de actividad y los derivados de
las particularidades de cada empresa. Esto se puede lograr con un contacto
directo entre sindicato y trabajador.
Para ello se debe tener una imagen abierta a todos lo trabajadores, sin
distinción política ni de clase, tener una gran flexibilidad para atraer y afiliar a
los trabajadores, darle lugar a las minorías, sin distinción de género y nacio-
nalidad, crear el consenso de solidaridad entre los trabajadores para funcionar
como un núcleo unificado frente a las políticas neoliberales.
En esta unidad fueron desarrollados los procesos históricos del movimiento
obrero en Latinoamérica a través de los artesanos, socialistas, anarquistas y
primeras organizaciones obreras, junto con los estudios de caso de México,
Chile y Uruguay y la presencia del Neoliberalismo como frente económico
opuesto al movimiento obrero. Para comprender mejor estos conceptos y los
próximos contenidos, es importante la realización de las actividades correspon-
dientes.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 43


m1 |contenidos | IC

información complementaria 1

Liga Hanseática

Fuente: wikipedia

Organización político-económica de varias ciudades comerciales alemanas, por


la cual los integrantes de la misma tenían todos los privilegios mercantiles obte-
nidos por la Liga. Esta no tuvo una organización definitiva hasta 1358. Antes de
ello, el gótico hansa y el bajo alemán hanse significaban asociaciones mutua-
listas de individuos más que de ciudades. Los Privilegios de la Liga en todo su
territorio jurisdiccional comprendían la libertad y seguridad de tránsito y comer-
cio para todos los ciudadanos de las poblaciones hanseáticas y exención de
derechos de paso o entrada de mercancías.
La ciudad de Lübeck fue la que llevó a cabo la idea de la fundación de la Liga
debido a la Posición estratégica que ocupaba en la llamada ruta comercial
hanseática. Una población adquiría la distinción de hanseática cuando adquiría
para sus ciudadanos el derecho de comerciar fuera de su circuito, derecho que
podía ser revocado y también renunciado.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.44


m1 |contenidos | IC

información complementaria 2

Lo invitamos a conocer algunas características de la Revolución industrial en


un entretenido y simple video explicativo disponible en http://educacion.practi-
copedia.com/como-fue-la-revolucion-industrial-2381

m1 |contenidos | IC

información complementaria 3

Cuando todavía no había aparecido el Movi-


miento Obrero, surgió la Conspiración de los
Iguales inspirado por François Babeuf (1760-
1797). Él lanzó un manifiesto donde decía que
durante quince siglos se había vivido como
esclavo de las clases privilegiadas, y que en los
últimos años (coincidía cronológicamente con
la Revolución Francesa, 1789) la situación debía
cambiar.

En 1796 organizó una conspiración, conocida como la de los Iguales, contra el


gobierno que estaba en ese momento en la Revolución Francesa (El Directo-
rio), pero fracasó, fue apresado y guillotinado en 1797.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 45


m1 |contenidos | IC

información complementaria 4

En 1836 estalló una crisis económica que produjo una fuerte agitación obrera.
De esa agitación surgió la Asociación de Obreros, que un año mas tarde dio
origen al movimiento homónimo porque publicó una carta, llamada la Carta del
Pueblo, con seis peticiones fundamentales: un voto por cada hombre mayor
de 21 años, votación secreta, abolición del sistema censatario (que requiere
un cierto ingreso para votar), pago a los diputados, grupos de igual tamaño,
parlamentos anuales.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 5

Partidarios de Robert Owen (1771-1858): Pensador, activista e industrial que


actuó en la primera época de la Revolución Industrial. Creyó que mejorando
la calidad de los obreros, mejorarían las relaciones entre obreros y patrones,
además de mejorar también la producción. Sostenía que los obreros debían
tener mejores salarios, viviendas dignas, etc. Caros Marx lo califico de Socia-
lista Utópico, porque según Owen al tomar estas medidas, todas las otras
comunidades harían lo mismo (sociedad ideal o utópica), lo cual en la práctica
no ocurrió. François Fourier (1772 –1837) fue un socialista francés de la primera
parte del siglo XIX y padre del cooperativismo. Fue un crítico de la economía y
el capitalismo de su época. Gran opositor de la industrialización, de la civiliza-
ción urbana, del liberalismo. Propuso la creación de unas unidades de pro-
ducción y consumo, las falanges o falansterios basadas en un cooperativismo
integral y autosuficiente.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 6

Pierre Proudhon (1809- 1865). Teórico político socialista francés. Hijo de un


humilde tabernero y de una campesina, fue primero pastor y más tarde correc-
tor de imprenta. De formación autodidacta, destacó a temprana edad por su
brillantez intelectual. A los veintinueve años le fue concedida una beca para
estudiar en París, donde publicó su primer libro, Qué es la propiedad (1840),
donde desarrolló la teoría de que «la propiedad es un robo», en cuanto que
es resultado de la explotación del trabajo de otros. Esta afirmación le costó la
pérdida de su beca de estudios. Es considerado como el padre o precursor del
Anarquismo Moderno.

Mijail Bakunin (1814-1876). Contemporáneo de Marx. Pertenece a la primera


generación del pensamiento anarquista. El pensaba que el anarquismo impli-
caba una liberación social, sin necesidad de gobierno ni autoridades oficiales
cuyo centro de gravedad se sitúa en el trabajo, el factor de producción, sus
medios y distribución. La sociedad debería organizarse mediante la fede-
ración de productores y consumidores (a nivel de base) coordinados entre

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.46


sí mediante las confederaciones. No habría necesidad, pues, de gobiernos,
sistemas legislativos, poderes ejecutivos que monopolizaran la violencia, etc.
En cambio, según su sistema, cada cual recibiría una retribución económica de
acuerdo al trabajo realizado de forma que se impidiese el surgimiento de una
clase ociosa parasitaria del trabajo de las asociaciones libres.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 7

El Manifiesto Comunista fue concebido por Carlos Marx y Federico Engels en


1848. Las ideas del Manifiesto Comunista hacen referencia a que la historia
política e intelectual de una sociedad está determinada por el modo de produc-
ción y la formación socio-económica que proviene de él. Desde el momento
que aparecieron las clases sociales y como consecuencia de ello la posesión
de la propiedad privada, la historia de las sociedades ha sido la historia de la
lucha de las clases entre explotados y explotadores. Finalmente, los obreros o
proletariado son la única clase social cuya libertad significará la liberación de
toda la humanidad mediante la revolución comunista: la abolición de la propie-
dad burguesa, las clases sociales y el Estado.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 8

Para conocer el proceso y las ideas propuestas mediante la Revolución Rusa,


lo invitamos a observar un breve documental en http://www.youtube.com/
watch?v=fonLIi-tDmE&feature=related.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 47


m1 |contenidos | IC

información complementaria 9

Para conocer este proceso histórico tan importante para comprender al socia-
lismo, lo invitamos a ver un documental producido por History Channel en
http://www.youtube.com/watch?v=IvZKvBAaXbQ

m1 |contenidos | IC

información complementaria 10

La huelga como herramienta de lucha del proletariado fue desde sus comien-
zos el instrumento preferido de los explotados. Originalmente este medio de
lucha, ya sea desde su uso en una fábrica hasta un movimiento de grandes
masas es concebida como la detención de la producción para presionar al
capitalismo y al propio Estado. Esto último puede comenzar como una reivin-
dicación laboral y terminar incluyendo alguna exigencia política. Así los cartitas
inglese veían a la huelga como el instrumento mas concreto para conseguir el
voto universal.
Los anarquistas ven a la huelga como un medio para detener la producción,
cercar por hambre a la burguesía, debilitar su poder y abrir el camino a la
revolución social.
Los socialistas, por su parte y criticando a los anarquistas, consideraban
que la huelga era una utopía, porque se partía de la base que parar la pro-
ducción no era suficiente para destruir al poder burgués. Concretamente ellos
decían que para que una revolución triunfe era fundamental suprimir el poder
político militar de las clases dominantes, quedando palpable que todas las
huelgas hasta 1900 no habían obtenido objetivos concretos.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 11

Declaración de principios y programa mínimo del Partido Obrero Socialista


“Socialismo es una doctrina por la cual se aspira a transformar la constitución
de la sociedad actual, por otra mas justa e igualitaria.
Consideramos que esta sociedad es injusta desde el momento que esta
divida en dos clases; una capitalista que posee las tierras, las minas, las
fábricas, las máquinas, las herramientas de labor, la moneda y en fin, posee
todos los medios de producción; otras, la clase trabajadora, que no posee otra
cosa, mas que su fuerza muscular y cerebral, la cual se ve obligada a poner al
servicio de la clase capitalista para asegurar su vida, mediante el pago de una
cantidad, denominada salario.
Que este salario, no corresponde al producto total del trabajo corporal o
mental que el obrero realiza, sino que es una ínfima parte de este producto y
que éste obedece únicamente a la necesidad de dotar de alimento al hombre y
cuya cantidad está sujeta a alteraciones según las necesidades de la industria
o la afluencia de productores.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.48


Considerando, además que esta supremacía no proviene de ningún efecto
natural, sino del acaparamiento violento llevado a cabo por la clase capitalista.
Considerando, también que el ambiente de vida actual, es defectuoso,
corrompido, mísero y lleno de ignorancia para aquellos que no forman parte de
la clase privilegiada. (…)
(…) El Partido Obrero Socialista expone que el fin de sus aspiraciones es
la emancipación total de la Humanidad, aboliendo las diferencias de clases y
convirtiendo a todos en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su
trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y la implantación de un régi-
men en que la producción sea un factor común y común también el goce de
los productos. Esto es, la transformación de la propiedad individual en propie-
dad colectiva o común.
(…) Realizaremos una lucha política para arrebatar a la burguesía el poder
político dominante en el actual estado de cosas; realizaremos obras de sanea-
miento político, llevando a las diputaciones representantes de nuestra clase
que impongan nuestro programa (…)
Crearemos fábricas y almacenes cooperativos de orden general, para evitar
la carestía que los comerciantes particulares tratan de imponer.
Organizaremos a los trabajadores de todos los gremios y oficios en federa-
ciones de defensa con cajas de fondos dedicadas esencialmente al sostén de
las luchas entre el capital y el trabajo. (…)

m1 |contenidos | IC

información complementaria 12

Este término hace referencia a una política económica con acento tecnocrático
y macroeconómico cuyo objetivo es reducir al mínimo la intervención estatal
en materia económica y social, defendiendo el libre mercado capitalista como
mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país.

m1 |contenidos | IC

información complementaria 13

G7 son aquellos países industrializados del mundo cuyo peso político, econó-
mico y militar es muy relevante a escala global: Ellos son Alemania, Canadá,
Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 49


m1 |contenidos | IC

información complementaria 14

Teoría sostenida por el economista inglés John Maynard Keynes que se basaba
en el gobierno debía mantener el pleno empleo de la mano de obra gracias a
una redistribución de la renta tal que el poder adquisitivo de los consumidores
aumente en proporción al desarrollo de los medios de producción.

m1 |contenidos | AA

asistente académico 1

En este sentido hay que aclarar que en el Congreso de la Haya (1872) la


A.I.T. se dividió en dos grandes grupos: La mayoría marxista que manejaba
el Consejo Federal expulsa a los anarquistas (bakunistas) agrupados en la
Alianza de la Democracia Socialista. La A.I.T., cuyo Consejo Federal se había
trasladado a los EE.UU. se disuelve en 1876, pero los anarquistas mantienen
su organización paralela hasta 1881. Se conoce a esta ultima como A.I.T. jura-
siana.

m1 |contenidos | AA

asistente académico 2

PRINCIPALES CENTROS DE PROPAGANDA Y MILITANCIA ANARQUICA EN


AMERICA LATINA (1890-1910)

PAIS CIRCULOS O PERÍODICOS REVISTAS


NUCLEOS
ARGENTINA CIRCULO SOCIA- LA PROTESTA IDEAS Y FIGU-
LISTA INTERNA- HUMANA RAS
CIONAL
MEXICO PARTIDO L REGENERACIÓN
IBERAL
BRASIL UNION SOCIO- O LIBERALISTA
CRATICA
PERU GRUPO LA PRO- EL ANARQUISTA
TESTA

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.50


m1 |contenidos | AA

asistente académico 3

SOCIALISMO EN AMERICA LATINA (1880-1918)

PAIS CENTROS PRINCIPALES FUNDACION DE


DE NUCLEA- PERÍODICOS PARTIDOS
MIENTO
ARGENTINA Club Socialistas El Obrero (1890) Partido Socialista
(1888) Obrero (1894)
La Vanguardia
(1894)
CHILE Partido Demo- El Grito del Pueblo Partido Obrero
crático (Alianza (1896) Socialista (1912)
entre liberales y
socialistas) 1896 La Reforma (1905)
MEXICO Partido Socialista
Mexicano (1910)
URUGUAY Centro Interna- Partido Socialista
cional de Estu- (1910)
dios Sociales
(1898)
BRASIL Centro Socialista O´Socialista (1896) Partido Socialista
(1892) de Brasil (1906)

Primeras organizaciones de Coordinación Sindical en América


Latina (1880-1900)

PAIS DENOMINACIÓN AÑO DE FUN- CORRIENTE


DACIÓN HEGEMÓNICA
URUGUAY FEDERACION 1885 ANARQUISTA
LOCAL DE TRA-
BAJDORES DEL
URUGUAY
PERU CONFEDERACIÓN 1884 ANARQUISTA
DE ARTESANOS
UNION UNIVER-
SAL
MEXICO GRAN CONFED- 1879 ANARQUISTAS
ERACIÓN DE Y SOCIALIS-
ASOCIACIONES TAS
DE OBREROS
MEXICANOS

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 51


ARGENTINA FEDERACIÓN DE 1891 SOCIALISTAS
TRABAJADORES
DELA REPUBLICA
ARGENTINA.
1894 SOCIALISTAS
FEDERACION
OBRERA ARGEN-
TINA (FOA)
CHILE FEDERACION 1892 ANARQUISTAS
DE UNIONES DE
PROTECCION
AL TRABAJO DE
SUDAMERICA DE
VALPARAISO

CONFEDERA-
1894 ANARQUISTAS
CION OBRERA
/SOCIALISTAS
DE SOCIEDADES
UNIDAS
CUBA LIGA GENERAL 1899 ANARQUISTAS
DE TRABAJ-
DORES
BRASIL PRIMER CON- 1892 SOCIALISTAS
GRESO OBRERO

Este esquema nos presenta la presencia de las diferentes corrientes ideológi-


cas en las primeras organizaciones obreras, que posteriormente se transforma-
ran en centrales obreras poderosas, con una clara tendencia anarquista, como
por ejemplo la CROM mexicana, la FORA argentina y la FORU uruguaya.

m1 material

Material básico
Material desarrollado en los contenidos del módulo
Material complementario
GODIO, Julio. Historia del Movimiento Obrero. El Cid editor. Buenos Aires. 1979.
HOSBAWM; Eric. La Era del Capital. 1848-1875. Editorial Crítica. Buenos Aires. 2006.
HOSBAWM; Eric. La Era del Imperio. 1875-1914. Editorial Crítica. Buenos Aires. 2006.
DOLLEANS, Edouard., Historia del Movimiento Obrero. Tomo I. (1830-1871).Editorial
Eudeba. 1980.
FLACELIERE, Robert. La vie quotidienne en Grece au Siecle de Pericles.
Librairie Hachette, Paris. 1959.
GODIO, Julio. Sociedades de Trabajo y sindicalismo socio-político en América
Latina y el Caribe. 1era. Edición. Buenos Aires. Editorial Corregidor. 2005.
LACARRA, José y REGLÁ, Juan. Historia de la Edad Media. Editorial Mon-
taner y Simón. Barcelona, 1979.
MIREAUX, Emile. La vida cotidiana en los tiempos de Homero. Editorial
Hachette. Buenos Aires. 1962.
PERICOT, Luis y otro. Historia de Roma. 2 tomos. Editorial Montaner y
Simón. Barcelona. 1979.
POBLETE TRONCOSO, Moisés. El Movimiento Obrero Latino Americano. Fondo
de Cultura Económica. México. 1946

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.52


ROSTOVTZEFF, Mijail. Historia Social y Económica del Imperio Romano. Tomo
II. Editorial Espasa Calpe. Madrid. 1981.
SACCHI, Hugo. El Movimiento Obrero en Latinoamérica. Centro Editor de Amé-
rica Latina. Buenos Aires. 1972.
VAZQUEZ VIALARD, Antonio. Derecho del Trabajo y de la seguridad social.
Tomo I. Editorial Astrea. Buenos Aires. 1984.

m1 actividades

m1 | actividad 1

El trabajo humano
El trabajo humano tiene realidades tanto extrínsecas como intrínsecas.
Podemos encontrarnos con los siguientes conceptos: sociales, psicosocia-
les, económicos, jurídicos. Esto ha dado origen a la aparición de los sindicatos.
¿Cuáles son estas principales figuras del trabajo?

m1 | actividad 2

La esclavitud ayer y de hoy


Si bien la esclavitud proviene de la edad antigua, podríamos encontrar en
América Latina y en nuestro país diferentes ejemplos de casos en la actualidad.
Le proponemos buscar en Internet algún ejemplo puntual, y desarrollar por qué
son considerados casos de esclavitud o trabajos no dignos.

m1 | actividad 3

Trabajo y salario dignos


En el siglo V a.C ya se hablaba de trabajo digno, o mejor dicho, de un salario
digno. En la actualidad, el Ministerio de Trabajo de la Nación tiene un depar-
tamento referido al salario mínimo. Le proponemos ingresar al siguiente sitio:
http://www.trabajo.gov.ar/consejodelsalario/ y definir los objetivos y funciones
de dicho departamento. ¿Cuáles fueron y en qué consisten los últimos acuer-
dos a los que se ha llegado?

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 53


m1 | actividad 4

La revolución industrial
Hay dos elementos o variables importantes en la revolución industrial que afec-
tan directamente el trabajo del hombre:
• Duración del trabajo
• La inseguridad de la existencia obrera, los salarios y consecuencias
El concepto duración de trabajo, o mejor dicho jornada laboral, se encuen-
tra también en la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) (www.oit.org)
dentro de su preámbulo nos habla de sus orígenes y historia como así tam-
bién de búsqueda de la justicia social. Es importante mencionar que no sólo
alude a la jornada laboral, ¿qué otros conceptos desarrolla o se establece en
dicho preámbulo?
Puede ingresar directamente desde la siguiente dirección: http://www.ilo.org/
global/about-the-ilo/history/lang--es/index.htm.

m1 | actividad 5

Antecedentes históricos del movimiento sindical


Dentro de los siguientes movimientos existentes en aquellas épocas, identifi-
que qué conceptos son verdaderos y cuáles falsos para cada uno de ellos.
ANARQUISMO V/F

Son pequeños grupos

Siempre se brinda apoyo al gobierno  

La revolución es lo más importante  

ANARQUISMO FILOSÓFICO V/F

   
Libertad Industrial  
Lucha Contra la Religión Católica  
Desprecio a la Esclavitud Económica  

ANARQUISMO REVOLUCIONARIO V/F


Acción organizada en masa  
No alienta la revolución  
Desprecio a la lucha de clases  

SOCIALISMO V/F
Algo de control del Estado
Economía y política socializada
Idea de progreso

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.54


m1 | actividad 6

Evolución del movimiento obrero en Latinoamérica


En todos los procesos de cambio y revoluciones hay elementos que debe-
mos tener en cuenta ya que son importantes, tal como es la propaganda y el
aspecto organizativo.
¿Qué sucede en América con relación a este tema? ¿Por qué se conforma la
primera Organización Internacional de Trabajadores?

m1 | actividad 7

Países exportadores
En Latinoamérica se desarrollaron tres grandes grupos de países exportadores,
dependiendo de sus zonas de desarrollo. Señale si lo que se propone en el
siguiente cuadro es verdadero o falso:

MINERALES PRODUCTOS PRODUCTOS


V/F AGRICOLAS V/F TROPICALES V/F
ARGENTINA   MEXICO   BRASIL  
URUGUAY   CHILE   COLOMBIA  
VENEZUELA   PERU   ECUADOR  

PARAGUAY   BOLIVIA   PUERTO RICO  

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 55


m1 | actividad 8

Anarquistas y socialistas/ Socialdemocracia, social cristianismo


En esta época surge el partido socialista obrero. Dentro de su declaración
de principios y programa, se proponen distintos conceptos o posiciones.
Desde el punto de vista del trabajo, del trabajador y de los gremios, ¿a qué
hacen referencia cuando aluden a la necesidad de una sociedad más justa o
igualitaria?

Elabore un ensayo IC 1 brindando su opinión y señalando las diferencias más


importantes entre el anarquismo y el socialismo, y entre la socialdemocracia y
el social cristianismo. Le recomendamos elaborar categorías o aspectos para
comparar a cada uno de ellos.

m1 |actividad 8 | IC

información complementaria 1

El ensayo es una composición escrita que tiene un propósito académico. Es


lo bastante corto como para que una persona pueda leerlo de una sola vez;
permite el intercambio de información detallada sobre un tema entre personas
que comparten una formación o tienen un conocimiento común. En el mundo
académico moderno, a menudo se lo llama paper y se publica en una revista
especializada. El ensayo cuenta con tres partes importantes en su estructura: el
planteamiento, el desarrollo y las conclusiones.
En el ensayo usted debería esforzarse por lograr tres objetivos generales:
a) Formular una presentación clara de los problemas y cuestiones a
tratar, dando al lector un sentido del interés e importancia que tienen.
El lector no debería quedarse con la pregunta “¿Por qué debería pre-
ocuparme yo por esto?”. Al intentar hacer esto, usted debería exhibir
una interpretación precisa de algunos textos en los que se basa su
discusión, incluyendo tesis ya sugeridas y argumentos que se aducen
para sostenerlas. Los enigmas y dilemas son buenos puntos de par-
tida.

b) Ofrecer una perspectiva crítica personal cuidadosamente argu-


mentada acerca de las ideas centrales que se discuten. “Personal”
no significa “completamente original y propia”, sino que implica que
ha adoptado una posición y está preparado para explicarla y defen-
derla. (Si la posición proviene de alguien diferente, cita la fuente.)

c) Llegar a hacer una evaluación de las cuestiones, basándose en


una discusión en la cual debería señalar la mejor defensa posible de
la posición que cree más satisfactoria. No se solicita una conclusión
establecida. Presentar su propia posición muy bien puede querer
decir presentar un dilema vigoroso que no necesariamente se logre
resolver. Muchos artículos (incluso publicados) son valorados precisa-
mente porque presentan ambigüedades y dificultades contundentes
en la interpretación del argumento. Incluso puedes presentar una mul-
tiplicidad de perspectivas incompatibles, entre las cuales, por buenas
razones, quizá no puedes decidirte.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.56


Le sugerimos estructurar su ensayo de la siguiente manera:

1. Introducción: presente el argumento o pregunta a desarrollar, e indi-


que brevemente su método de abordaje.

2. Exposición: comienza con las visiones, tesis o afirmaciones que


desarrollará y/o examinará. Usted debe construir el artículo ya sea
alrededor de una tesis propia, o bien alrededor de visiones sostenidas
por otros autores que haya leído. En cualquiera de los dos casos, las
visiones de otros deben incluirse como parte de su propia discusión.
Asegúrese de sustentar sus afirmaciones acerca de las visiones de
otros autores mediante citas precisas. Se recomienda no citar exce-
sivamente más bien, haz paráfrasis. Cite las páginas de las refe-
rencias, de modo que sus potenciales lectores puedan verificarlas.
Cuando discutas el argumento de otro autor, asegúrese de mostrar la
estructura del argumento: premisas, presuposiciones no explicitadas
necesarias para que el argumento funcione, y conclusión(es). Señale
cualquier punto crucial de la interpretación: defina todo término
especial, y discuta cualquier definición alternativa que pudiera ser
apropiada. Precise cualquier dificultad que consideres que sugiere
una interpretación alternativa contraria.

3. Discusión: incluye las críticas de las visiones expuestas en la parte


2. Aquí usted puede considerar posibles objeciones (quizá tomadas
de los mismos autores, si está remarcando una tesis suya), y haga lo
posible por defender de sus autores, oponiéndose a ellos. Si uno o
varios argumentos de estos autores son malos, explique por qué:

4. Conclusión: Aquí puede recapitular brevemente la cuestión principal


de su argumento y presentar nuevamente el “mensaje” central que su
artículo intentó establecer.

m1 | actividad 9

Cordones periféricos
En algún momento de nuestra historia en América comienzan a generarse lo
que suele llamarse en nuestro país como “Villas Miserias”, “favelas” en Brasil,
“tuburíos” en Uruguay en o “chacharitas” en Paraguay: ¿Por qué considera
usted que surgen estos cordones periféricos?

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 57


m1 glosario

Bando: Edicto o mandato solemne.


Burgués: Ciudadano de clase acomodada y opulenta.
C.R.O.M.: Confederación Obrera Mexicana
Conchabo: Contrato de servicio doméstico.
F.O.R.A.: Federación Obrera de la República Argentina
F.O.R.U.: Federación Obrera de la República del Uruguay
Gremio: Corporación formada por los maestros, oficiales y aprendices de una
misma profesión u oficio, regida por ordenanzas o estatutos especiales.
Hectomores: Esclavos obtenidos como botín de guerra.
Ilota: Esclavo de los lacedemonios o espartanos.
Liberal: Partidario de la libertad individual en materia política y económica.
Mercantilismo: Sistema económico que atiende, en primer término, al desar-
rollo del comercio, principalmente al de exportación, y considera la posesión
de metales preciosos como signo característico de riqueza.
Oligarquía: Gobierno ejercido exclusivamente por algunas familias privilegia-
das.
Owenistas y fourieristas: Partidarios de Robert Owen (1771-1858). Este último
fue un activista e industrial que actuó en la primera época de la Revolución
Industrial. Creyó que mejorando la calidad de los obreros, cambiarían las rela-
ciones entre obreros y patrones, mejorando también la producción. Consideró
que los obreros debían tener mejores salarios, viviendas dignas, etc.
Por su parte, Caros Marx lo calificó de socialista utópico porque, según Owen,
al tomar estas medidas, todas las otras comunidades harían lo mismo (socie-
dad ideal o utópica), lo cual en la práctica no ocurrió. François Fourier (1772
–1837) fue un socialista francés de la primera parte del siglo XIX y padre del
cooperativismo. Criticó la economía y el capitalismo de su época. Fue gran
opositor de la industrialización, de la civilización urbana, del liberalismo. Sugirió
la creación de unas unidades nuevas de producción y consumo: las falanges o
falansterios basadas en un cooperativismo integral y autosuficiente.
Proletariado: Perteneciente a la clase proletaria.
Proletario: Persona que vive de un trabajo manual pagado a jornal.
Proudhonianos y Bakuninistas: Pierre-Joseph Proudhon (1809- 1865): Teórico
político socialista francés. Hijo de un humilde tabernero y de una campesina,
fue primero pastor y más tarde corrector de imprenta. De formación autodi-
dacta, se destacó a temprana edad por su brillantez intelectual. A los veintin-
ueve años le fue concedida una beca para estudiar en París, donde publicó su
primer libro, ¿Qué es la propiedad? (1840), donde desarrolló la teoría de que
“la propiedad es un robo”, en cuanto que es resultado de la explotación del
trabajo de otros. Esta afirmación le costó la pérdida de su beca de estudios.
Proudhon es considerado como el padre o precursor del Anarquismo Moderno.
Mijail Bakunin (1814-1876) es contemporáneo de Marx y pertenece a la primera
generación del pensamiento anarquista. El pensaba que el anarquismo impli-
caba una liberación social, sin necesidad de gobierno ni autoridades oficiales
cuyo centro de gravedad se sitúa en el trabajo, el factor de producción, sus
medios y distribución. La sociedad debería organizarse mediante la federación
de productores y consumidores (a nivel de base) coordinados entre sí medi-
ante las confederaciones. No habría necesidad de gobiernos, sistemas legislati-
vos, poderes ejecutivos que monopolizaran la violencia, etc. En cambio, según
su sistema, cada cual recibiría una retribución económica de acuerdo al trabajo
realizado de forma que se impidiese el surgimiento de una clase ociosa para-
sitaria del trabajo de las asociaciones libres.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.58


Servidumbre: Trabajo o ejercicio propio del siervo.
Siervo: Esclavo de un señor.
Trades Union: Concepto inglés que sirve para designar a las organizaciones
que representan a los intereses de los obreros.

m2

m2 microobjetivos

• Analizar la Evolución del Movimiento Obrero en Argentina para com-


prender los logros alcanzados por los obreros.
• Interpretar el desarrollo del Movimiento Obrero Argentino frente a los
gobiernos fraudulentos de la Década Infame (1930- 1945).
• Comprender los cambios producidos en el Movimiento Obrero durante
los Gobiernos Peronistas para reconocer el rol alcanzado por los sindi-
catos y los obreros.
• Analizar el Sindicalismo en el período Posperonista para comprender el
poder de los obreros en ese período
• Comprender la evolución del Sindicalismo Argentino a partir del rol que
adquirieron durante los distintos gobiernos posteriores a 1955 entre
civiles y militares.

m2 contenidos

Unidad 3
1. Evolución del Movimiento Obrero en Argentina
a. Los orígenes del Movimiento Obrero Argentino (1857-1914)
b. El movimiento obrero Argentino (1910-1930)
2. El Movimiento Obrero Argentino en la Década Infame (1930-1945)
3. El Movimiento Obrero y los Gobiernos Peronistas

Unidad 4
1. El Sindicalismo Posperonista
a. Los sindicatos después de la Revolución Libertadora
b. Entre gobiernos militares y civiles (1958-1983)
2. El Sindicalismo y la recuperación democrática
a. La Democracia y el Movimiento Sindical
3. Los Sindicatos frente a la flexibilización laboral

Unidad 3
1. Evolución del Movimiento Obrero en Argentina
a. Los orígenes del Movimiento Obrero Argentino (1857-1914)
A partir de la segunda década de 1850, comienza a formarse una capa de
trabajadores urbanos de carácter artesanal y de origen extranjero (inmigrantes)

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 59


que se ubican en su mayoría en Buenos Aires y sus alrededores, y en menor
medida en el Litoral.
Sobre esta plataforma social, aparecerán las bases de unas futuras asocia-
ciones de trabajadores estructuradas por oficios. Esta capa de trabajadores se
forma por las transformaciones capitalistas que se comienzan a producir en la
estructura del país por la apertura del mercado europeo para los estancieros
agropecuarios.
La base de este cambio se debió
inicialmente a partir de la producción y
exportación de lana. Esta nueva produc-
ción trajo aparejado además la transfor-
mación del gaucho en obrero agrícola
(peón), el uso del alambrado de los
campos, y el inicio de una inmigración
masiva de trabajadores europeos para
atender las nuevas necesidades en el
dominio de la agricultura y el artesanado.

Junto con estos inmigrantes obreros, había también una capa de trabaja-
dores manuales negros en Buenos Aires y en el Interior del país, trabajadores
agrícolas o de las industrias precapitalistas, generalmente mestizos o indios.
Todos estos últimos trabajadores carecen de representatividad gremial o aso-
ciación que los represente.
El fomento de la inmigración fue una preocupación desde 1853 tanto en
el gobierno de la Confederación Argentina como del Estado de Buenos Aires
(estuvo separada de la Confederación en el período 1853-1862). Ambas
organizaciones estatales sancionaron varias leyes para que la llegada de los
inmigrantes: Se nombraron cónsules en diversos en varios países de Europa,
mas adelante y cuando el país estaba unificado se establecieron mejoras en el
Hotel de Inmigrantes. Finalmente en 1876 se sanciona la Ley de Inmigración, la
que entre otras características define la idea de que es un inmigrante, donde y
cuanto tiempo sería alojado en instituciones estatales, etc. Todo este conjunto
de medidas creo el marco legal para que el inmigrante al llegar al país tuviera
un cierto encuadre legal.

Los trabajadores
Desde 1855, el proceso inmigratorio comienza a hacerse continuo y es
también cuando aparecen las primeras organizaciones mutualistas. El primer
Censo Nacional (1869) llevado a cabo durante la presidencia de Sarmiento
(1868-1874) indica la existencia de 115.794 agricultores, 13.352 pastores, y
163.989 jornaleros, muchos de ellos trabajando en el campo. Había también
actividades diferentes, que se pueden encuadrar como artesanales y dedica-
das al consumo local (costureras, zapateros, cigarreros, sastres, modistas,
etc. Además tanto en el interior como en la ciudad de Buenos Aires, entre los
artesanos, el que poseía sus propias herramientas le abría una mayor posibili-
dad de ascenso social. Podían ser empleados o, si poseían un pequeño capital
inicial, instalar pequeños talleres produciendo para el consumo local.
De esta etapa surgen las primeras tentativas de organización autónoma
de los trabajadores. Son asociaciones mutuales estructuradas sobre la base
de oficios y con un claro objetivo de ayuda reciproca entre sus miembros
y la defensa de su profesión. La primera de ella fue la Sociedad Tipográfica
Bonaerense, fundada el 25 de Mayo de 1857. Su rasgo fundamental es la clara

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.60


intención mutualista, aunque no faltaran reclamos salarios cuando la ocasión lo
amerite.
Simultáneamente a estas primeras asociaciones, surge una prensa de socia-
lista cuyo primer periódico fue El Artesano (1863), que se dirigía a tres clases
de manera particular: los obreros, los artesanos y los industriales que siempre
aparecían definidos como “Estos hombres que pasan todo el día en el trabajo
de su profesión, para ganar el sustento de su familia”.
Su ideología tenía un carácter socialista general, preocupándose por las con-
diciones de vida de los obreros y deseo de prosperidad del país que mejoraría
la condición de todos en general.
Si bien la composición de los primeros militantes obreros fue extranjeros,
la vanguardia corresponde al gremio de Tipógrafos, que eran en su mayoría
argentinos. Esto fue común a casi toda América del Sur y en la conformación
del movimiento obrero en muchos países.

La Primera Internacional en Buenos Aires


La llegada de exiliados que venían huyendo del levantamiento de la Comuna
de Paris fue el factor determinante en la formación una sede local en Buenos
Aires relacionada con la Primera Internacional o Asociación Internacional de
Trabajadores (AIT) en enero de 1872.
En esos años se reproduce en Europa la llamada Crisis de 1873, IC 1 cuyas
secuelas llegaran a la República Argentina haciendo que se agolpen inmigran-
tes recién llegados en Buenos Aires, la que recién se estaba reponiendo de
una epidemia de fiebre amarilla (1873), junto con el escenario político bastante
complicado porque el General Bartolomé Mitre había generado y participado
luego en la Revolución de 1874 para evitar la ascensión al poder del que sería
después presidente, Nicolás Avellaneda (1874-1880). En este levantamiento
revolucionario habían participado grupos de italianos y españoles de la AIT que
tenían simpatías con el General Mitre.
A partir de 1876 comienza a reactivarse la economía y con ello las expec-
tativas de ascenso social, produciendo un descenso en el descontento de los
trabajadores e inmigrantes. Finalmente en ese mismo año, las secciones de la
AIT se disolvieron siguiendo las directivas de las resoluciones de la AIT general
instalada en Nueva York.
En el seno de la AIT existían vinculaciones ideológicas no solo con Marx y
Engels, sino también sino también con el anarquismo de Bakunin. Después de
su disolución, algunos elementos anarquistas intentaron su reconstitución, pero
no lo consiguieron. Como en 1881 se dio una amnistía en Francia, muchos de
los exiliados retornaron a sus país, lo que disminuyó aún más la posibilidad de
reconstruir la AIT.
Si bien la AIT no pudo reunir de manera homogénea a los obreros por sus
características individualistas y artesanales, contribuyó con los primeros pasos
para la organización del movimiento obrero en general y de los sindicatos de
manera particular.

La Formación del Proletariado


Desde 1880 se producirán transformaciones importantes en el país (inmigra-
ción masiva, inversiones extranjeras- especialmente inglesas-, Conquista del
desierto IC 2 y toma efectiva de las tierras, crecimiento en las exportaciones,
etc.) que conducirán a un aumento pequeño en el interior de algunas industrias
de materias primas. Este ritmo acelerado de crecimiento y el alud inmigratorio
sólo se verán frenados momentáneamente con la Revolución del Noventa (que
finalizó con la renuncia del Presidente Miguel Juárez Celman), ya que poste-
riormente aumento el nivel de entrada de inmigrantes. De todos modos este
crecimiento demográfico no fue uniforme en el país, porque la mayoría se ubicó

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 61


en Buenos Aires y las provincias del Litoral, representando los extranjeros en
1895 el 25% del total de la población (1.105.500 habitantes).
El censo de 1895 presenta sobre un total de la población activa de 2.451.761
personas, 1.645.830 como ejerciendo una profesión y 805.931 sin profesión. En
todos los casos, ejerciendo un trabajo manual porque todavía la industria en el
país estaba en sus comienzos o era muy rudimentaria o elemental.
En el mismo año del censo, y desde el punto industrial, existían 22.204 esta-
blecimientos que empleaban alrededor de 145.650 personas, reunían un capital
total de 284.101.367 pesos moneda nacional y con una maquinaria repartida en
2.348 máquinas de vapor, 27.227 máquinas con caballos a vapor y 31.700 de
diversas características.
La mayoría de los más importantes establecimientos estaban ubicados en el
Litoral, incluyendo Buenos Aires. El 84 % de las industrias se encontraban en el
Litoral, correspondiendo el 38% a la Capital.
A parte del rubro industrial general, existía otro que era el de la construcción
que absorbía mano de calificada y también de peones. En 1869 existían 9.467
albañiles y en 1895 28.067, lo que indica un crecimiento de 290%. La demanda
de estos oficios estaba en relación directa con el proceso de urbanización que
se vivía en el país, especialmente la región litoraleña y la Capital.
En el rubro transportes, los ferrocarriles eran una importante fuente de
trabajo con 34.056 personas. También existían en la Argentina 39 empresas de
transportes de tranvías, situadas en 19 ciudades que correspondían a 11 pro-
vincias y empleaban 4.266 Mayorales y Cocheros.

La condición de vida de los obreros


Un dato para tener en cuenta fue sin
lugar a dudas la condición de vida de los
obreros, y en este sentido es fundamental
presentar el tipo de vivienda que tenían
(el conventillo) y su contraposición de las
clases más pudientes (la mansión), ya
que serán uno de los aspectos de la lucha
obrera.

El crecimiento demográfico de Buenos Aires después de 1850 no fue merced


a una revolución industrial, sino a un verdadero aluvión inmigratorio que se
radicó en ella por ser el centro de atracción, junto con Rosario, por las posibili-
dades laborales.
En ella vivía la elite del país junto con los obreros. A fines de siglo, a las
tradicionales familias de ricos estancieros (Anchorena, Unzué, Terrero, Alzaga,
Martínez de Hoz, Ortiz de Rosas, etc.) se le agregaron una lista importante de
burgueses enriquecidos por el progreso de los años ochenta, los que se desvi-
vían en palucha por la conquista de un status social de prestigio.
Esta clase privilegiada vivía en suntuosas propiedades adornadas con mue-
bles, utensilios, y obras de arte importados, y para construirlas hasta importa-
ban a los arquitectos. Viajaban periódicamente a Europa para estar al tanto de
la moda y atiborrar de cuanto objeto su mansión para que le diera un sello de
fino conocedor y hombre de mundo.
Pero simultáneamente existía otro Buenos Aires, semi sumergido y sobrevi-
viendo en la indigencia, de los nativos y extranjeros pobres, de los que habita-
ban esas casas ómnibus (como llamaba Eduardo Wilde a los conventillos IC 3),
hacinados en un cuarto que era dormitorio, comedor, cocina y despensa, patio
para que jueguen los niños y hasta baño. En esos cuartos vivían como mínimo
cuatro o cinco personas. Cada conventillo podía llegar a albergar unas 150

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.62


personas como promedio, según el caso. Eran numerosos e iban en constante
aumento.
Es en este escenario donde vivían precariamente los asalariados en los
comienzos de la Argentina moderna: en 1866 un obrero calificado ganaba un
salario promedio de $2,50, en 1895 $3,50. Uno no especializado difícilmente
llegaba a los dos pesos. Aunque entre 1883 y 1891 se produjo verdadero
empapelamiento del país, por la desvalorización de la moneda de la moneda
que alcanza el 332 % (Revolución del Noventa IC 4)
En 1897 el salario promedio aparente de 134.772 aproximadamente era
de $3, pero solamente 25.16 obreros eran los que trabajaban los trescientos
sesenta y cinco días al año, mientras que el resto fluctuaba según la situación y
la necesidad de obreros.
En cuanto a la jornada laboral, la misma era de alrededor de diez horas,
aunque algunos trabajaban catorce y solamente unos pocos (4.850 obreros)
gozaban de las ocho horas diarias.
El déficit presupuestario obrero era muy común, porque no había relación
entre los jornales reales con el precio de los alquileres y artículos de primera
necesidad. El obrero siempre estaba en déficit, aunque trabajaran junto con
él sus hijos y su cónyuge. En estos casos, el obrero también trabajaba en los
turnos de la noche para paliar el déficit, y aun así no le alcanzaba. Cuando el
trabajador se enfermaba, aunque fuera poco tiempo, resultaba no solo una
calamidad, sino un verdadero desbarajuste económico.
Finalmente, y como dato importante en el estándar de su vida, los alqui-
leres constituían el principal factor de encarecimiento de la vida: en 1907, la
dificultad para pagarlos produjo un acontecimiento insólito en Buenos Aires,
que fue una huelga de inquilinos. Exigían una rebaja del 30% de los alquileres,
la abolición de las garantías, condición de no desalojarlos, salvo que hubiera
una morosidad de dos mensualidades y mejoras en las condiciones higiénicas
de la casa (la condición de las viviendas eran realmente bajísimas: algunos
historiadores utilizan el concepto de covacha, para denominar la calidad de las
mismas, y aun así era alquiladas por numerosas familias). Esto da una pauta
aproximada de la condición de vida general de los obreros IC 5.

Los obreros en el Interior del país


El proceso inmigratorio afectó de manera sustancial a las regiones del
Litoral y Buenos. Rosario constituyó otro fenómeno de concentración urbana,
ya que de apenas 3.000 habitantes en 1851 pasaron a 91.000 en 1895. Con
esto queda demostrado que la inmigración penetró de manera concreta en la
zona litoraleña y Pampa Húmeda, mientras que en el resto del país lo hizo de
manera esporádica y no pudo modificar la esencia de un pueblo ni la estruc-
tura económica, la que no pudo integrarse en el sector mas vinculado con el
exterior. Tales diferencias crearon dos Argentinas, la del Plata, supuestamente
más europea, y la del Interior, más americana.
Por otra parte, el desarrollo del ferrocarril (de10 km. a 33.500 km. en 1914)
permitió que productos del interior llegasen más rápido a los centros urbanos,
también permitió que productos elaborados hicieran el camino inverso y rápida-
mente liquidaran las pequeñas industrias regionales. De todos modos, algu-
nas regiones crecieron de manera importante, como por ejemplo la industria
azucarera que con la llegada del ferrocarril en 1876 comienza un ascenso en
su producción (en 1876 el cultivo de caña de azúcar alcanzaba 2.400 hectáreas
cultivadas y en 1914 109.200).
En cuanto a los salarios y las condiciones en general de una gran precarie-
dad y en todos los casos no tenían ninguna clase de protección social, estatal
ni sindical. Siempre supeditados a los deseos del patrón de la estancia, el
ingenio o la mina según la región del Interior.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 63


El Movimiento Obrero (1878-1899)
Entre 1878 y 1887 se desarrolla un período de acumulación del movimiento
obrero, cuyas fuerzas explotarán abiertamente en 1888 con la expresión de
luchas de clases de los obreros. En 1878 se produce la Primera huelga soste-
nida por un sindicato, la de los Tipógrafos, respaldada por la Unión Tipográfica,
que aparece como la primera organización con fines sindicales concretos. Con
posterioridad a esta huelga, se producirán varias, pero todas con ritmo lento y
todas con el objetivo de reivindicaciones obreras: en esta época muchas de las
peticiones obreras fueron otorgadas en Buenos Aires.
En 1887 es fundada la Unión industrial Argentina (UIA), que en la década
del noventa no reconocerá oficialmente ninguna organización obrera. Mien-
tas más consistencia adquiera el movimiento obrero en este período, más se
endurecerá la UIA. Además los industriales pujaban por conseguir del Estado
medidas de protección contra las organizaciones obreras, ya sean socialistas o
anarquistas.
Ante la crisis del noventa, las huelgas decaen por la escasez de mano de
obra: es una época defensiva para los trabajadores. Entre 1888 y 1889 socia-
listas y anarquistas participan con la misma intensidad en las luchas obreras y
en las sociedades de resistencia. El primer antecedente de las organizaciones
obreras sindicales de inspiración socialista que se formarán en la década del
noventa fue el Comité Internacional Obrero (COI). Este organismo surgió por
iniciativa de los socialistas alemanes que habían venido como inmigrantes.
Los objetivos del COI (1890) fueron crear una federación obrera, publicar un
periódico para la defensa de la clase obrera y enviar una petición al Congreso
Nacional para mejorar las condiciones laborales.
La fundación efectiva de la Federación data de 1890 cuando un a decena
de organizaciones sindicales celebraron la creación de la Federación de los
Trabajadores de la Región Argentina. El programa inicial de esta organización
fijaba como objetivos:
a- La posesión del poder político por la clase obrera.
b- La transformación de la propiedad individual o corporativa de los
medios de producción en propiedad colectiva, social o común (sociali-
zación de los medios de producción).
c- La organización de la sociedad sobre la base de Federación económica.
d- La regularización internacional de la producción.

Este era el programa máximo, ya que el inmediato era más simple, ya que
apuntaba al derecho de asociación, libertad de prensa, naturalización amplia
de extranjeros, justicia gratuita, supresión del ejército permanente, etc. En el
plano económico, todo coincidían en temas comunes como el salario, jornada
de ocho horas, reglamentación del trabajo de las mujeres y niños, higiene y
condiciones de trabajo, inspección regular de los talleres.
Después de su segundo congreso, y ante la parálisis de la misma Federa-
ción, es que es disuelta en diciembre de 1892. En 1894 los socialistas realizan
un intento de constituirla nuevamente, pero las diferencias con los obreros de
tendencia anarquista hicieron fracasar este intento. Hubo varios nuevos inten-
tos, pero la mayoría fracasó.
Durante toda la década del noventa habrá en el seno del anarquismo argen-
tino grandes polémicas ideologías entre las diversas corrientes: anarco-comu-
nistas, anarco- socialistas y anarco colectivistas. Estas divisiones muestran
tendencias en el anarquismo español e italiano. Pero la división fundamental
dentro de esta corriente fue entre los organizadores, por un lado los partida-
rios de la intervención en la lucha de clases y por el otro, y por el otro, los
antiorganizaciones obreras o individualistas. Entre 1890 y 1894 la corriente
predominante fue la segunda y su periódico fue el “El Perseguido”. El eje fun-
damental de este periódico fue la propaganda, de los principios del comunismo

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.64


anárquico, la oposición a las huelgas por reivindicaciones económicas y a la
constitución de sociedades de resistencia.
Después de 1895 la tendencia comienza a revertirse y cuenta con el res-
paldo del diario El Oprimido, coincidiendo con la reactivación económica des-
pués de la Crisis del Noventa. Se multiplican las Sociedades de Resistencia y
un nuevo auge de las huelgas por parte de los anarquistas. Para finales de los
noventa los “organizadores” desplazarían a los “individualistas”.

La consolidación del Partido Socialista


Desde 1896 se va conformando y consolidando un nuevo equipo de diri-
gentes socialistas en torno a la figura de Juan B. Justo, que postulaban un
programa de reivindicaciones sociales de los trabajadores y en reformas demo-
cráticas del Estado. Sin dejar de lado la participación en las luchas sindicales,
los objetivos tendrían como objetivo central la “acción política”, que consistía
en la lucha por el sufragio universal y toda clase de reforma política que permi-
tiera una acción parlamentaria de los diputados socialistas.

En las elecciones parlamentarias de 1896


sólo obtuvieron el uno por ciento de los
votos debido no sólo al fraude electoral,
sino también a que la mayoría de los
inmigrantes tenían muy poca inclinación a
naturalizarse.

Para 1900 el partido Socialista había adquirido una fisonomía claramente


definida: se presentaba como un partido reformista que ejercía su acción que
ejerció su acción a través del Parlamento, que presentó un programa de reivin-
dicaciones sociales y económicas de los trabajadores y reformas democráticas
y republicanas del sistema político.

El trabajo, los patrones y el Estado


Las relaciones entre obreros y patrones fueron sufriendo una serie de modi-
ficaciones sustanciales influenciadas no sólo por la lucha obrera, sino también
por las relaciones de producción y la organización del trabajo de los estable-
cimientos. También el Estado tuvo una actitud liberal hasta comienzo del siglo
XX frente a los conflictos de los trabajadores y el capital. En la medida en que
la naciente burguesía industrial detentaba una posición secundaria en el marco
de los sectores dominantes agro exportadores, el Estado no se inmiscuía. Esta
situación cambio desde 1902, después de una huelga general y Estado debió
participar.
Ante la necesidad de estructurar los talleres para lograr una mayor y efi-
ciente producción los patrones debieron establecer una férrea disciplina: esta-
blecieron reglamentos, que eran fijados de manera unilateral por el dueño de la
fábrica y se generalizaron después de 1890. Se establecían horarios de invierno
y verano de diez horas por día, el personal no podía negarse a trabajar por
la noche o los domingos en caso de necesidad y las horas extras sólo serían
pagadas después del mediodía. Tampoco podía fumar, habría multas para los
que se retrasasen más de cinco minutos, recibir visitas, etc.
Lo que más irritaba al obrero eran las multas y los certificados de conducta.
En el caso de las primeras eran aplicadas de manera inmediata, creando un
clima de disciplina laboral y una constante baja de los sueldos por los des-
cuentos. Esto fue una gran preocupación inicial de los sindicatos.
La segunda, fueron los certificados de conducta exigidos por los patrones
destinados a establecer verdaderas discriminaciones y después establecer las
“famosas listas negras”. Cuando se presentaban a un nuevo empleo debían

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 65


tener el consentimiento del patrón anterior. Estas y otras medidas general-
mente tenían un carácter coercitivo (en los Talleres Gráficos Peuser en 1889 los
obreros eran obligados a usar unas chapas de metal adheridas con un numero
y eran llamados por ese número). Esta actitud autoritaria general de la patronal
redundó en un aumento general de las huelgas.

La Lucha por el control del empleo


Otra cuestión conflictiva entre los patrones y los obreros fue el reclutamiento
de la mano de obra, especialmente cuando los primeros no reconocían a los
segundos como institución en ese proceso. Jurídicamente, además, no existía
ninguna reglamentación al respecto todavía. Todo se basaba en un genérico
Código Civil y en las “costumbres vigentes”, es decir los abusos que se come-
tían en todo sentido.
En el período 1900-1914 aproximadamente el contrato de trabajo podía pre-
sentarse bajo tres formas: la primera era por el tiempo del trabajo (hora, día,
semana, quincena, etc.); la segunda, incluía el trabajo “por pieza”, es decir, lo
que producía el obrero, y finalmente la tercera, que era una combinación de las
dos anteriores. Fue a través de las huelgas que lograban mejorías y las prime-
ras convenciones (convenios colectivos) eran obtenidos luego de una huelga y
de manera tácita: no se firmaba nada y los propios sindicatos tenían un reco-
nocimiento de hecho, no de derecho. Más adelante se lograrían los primeros
acuerdos más explícitos y escritos, en algunos casos.
Otro enemigo de los sindicatos eran las agencias privadas de colocación,
que iban en aumento, y que buscaban empleos de manera genérica o por
oficio. Como no tenían ninguna clase de reglamentación, los abusos a los con-
tratados eran moneda corriente, más aún con un Estado ausente.

Los Trabajadores y el Estado


Hasta 1902 el Estado tuvo una actitud prácticamente prescindente en las
cuestiones obreras, pero ante las agitaciones anarquistas violentas, la gran
Huelga de 1902, cambio de actitud. Además esto se hizo evidente con la san-
ción de la ley de Residencia IC 6, aunque también desde el propio Estado se
comenzarán a ensayar las primeras tentativas de integración de los trabajado-
res y del movimiento obrero (los más negociadores). El primer intento fallido
fue el Proyecto de Código de Trabajo impulsado por el Ministro del Interior,
Joaquín V. González, que fue rechazado por el Congreso. De todos modos
el Estado dio una primera legislación del trabajo, expresada en las leyes de
descanso dominical, la reglamentación del trabajo infantil y femenino y en la
creación, finalmente, en 1907 del Departamento Nacional del Trabajo.
Durante los años finales de la presidencia del General Roca (1898-1904) y los
primeros de la de Manuel Quintana (1904-1906, continuada luego por su falle-
cimiento por su vicepresidente, José Figueroa Alcorta hasta 1910) se produjo
una política integracionista muy lenta del Estado con los obreros, los sindicatos
y los patrones, aunque la política represiva continuó. Una de las razones, fue
de carácter política: La Unión Cívica Radical (UCR) se había formado después
de 1890 y venía luchando por la implantación del voto universal, y si bien su
base no era netamente popular y obrera, tenía simpatías dentro del movi-
miento obrero y esto hacía peligrar el sistema oligárquico gobernante implan-
tado desde 1880 con la Generación del Ochenta.
Las Organizaciones Obreras
En este período las Sociedades de Resistencia, es decir los sindicatos fueron
las vinculadas al mundo del trabajo. Existieron diversas organizaciones, con
altibajos de crecimiento y hasta un decaimiento del propio movimiento en vís-
peras y después de la Crisis del Noventa, pero las dos organizaciones que se
mantuvieron constantes fueron “La Fraternidad” que agremiaba a los ferrovia-
rios (maquinistas y foguistas) y la de los obreros panaderos.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.66


De todos modos el movimiento obrero debía recorrer un largo camino para
lograr la conformación de una organización obrera fuerte y preparada para
enfrentar a los poderes estatales de finales y principios del siglo XX.
Después de 1890, las primeras luchas eran de carácter dispersas porque
el propio movimiento no tenía ni la cohesión ni la fuerza necesaria. La primera
organización fue la FTRA (Federación de Trabajadores de la Región Argentina)
con clara tendencia socialista, porque los anarquistas individualistas no la apo-
yaron. Esta federación reconoció su carácter internacional, ya consideraba a la
clase obrera como una sola en su lucha contra el capitalismo mundial. Esta pri-
mera organización general permitió la intensificación de las luchas y huelgas
con el determinado objetivo de mejoras salariales y de las condiciones labora-
les. Una huelga importante del período 1893/94 fue la de los obreros ferrovia-
rios, pieza clave en el modelo agroexportador. Las luchas internas dentro de
esta primera federación terminaron con su disolución en 1897.
Posteriormente se creó, y con una mayor permanencia, la Federación Obrera
Argentina (FOA) en 1901, luego llamada Federación Obrera de la República
Argentina (FORA). En esta central la tendencia predominante era la corriente
anarquista.
Mientras los anarquistas consideraban a la huelga como la única herra-
mienta para debilitar a la burguesía y lograr la revolución social; los socialistas
veían en la huelga el camino para lograr los derechos electorales necesarios
y acceder al Congreso. Mientras se producían estas diferencias entre las dos
centrales obreras, estalló la primera huelga de carácter general a cargo de
los estibadores del puerto (salida de todas las materias que hacían funcionar
el Modelo Agroexportador) y que luego se extendió al Mercado Central de
Frutos, a los conductores de carros (que llevaban los frutos). Todo esto ocurrió
en noviembre 22 de 1902. El Estado a cargo del presidente Manuel Quintana
declaró el Estado Sitio y la ley de Residencia. Inició una política represiva: pri-
sión a los líderes sindicales, clausura de los diarios sindicales, etc.
A raíz de esta huelga, surgieron importantes diferencias en el seno del
movimiento obrero debido a que los anarquistas consideraron a la huelga
como un verdadero éxito, los socialistas la vieron desde la óptica del fracaso,
porque permitió la represión estatal. Todo esto finalizó con la ruptura de la
FORA, que continuó en manos de los anarquistas, mientras que los socialistas
fundaron la Unión General del Trabajo (UGT) (1902).
En 1909, hubo un acercamiento entre el gobierno y la UGT, lo que produjo la
perdida de representatividad socialista en esa organización, y que fue ocupada
por el sector del sindicalismo revolucionario, que compartía la misma idea
sobre la huelga que el anarquismo.
El primero de mayo de 1909, día del trabajador, se convocaron dos actos a
cargo de la FORA y otro, a cargo del Partido Socialista. En el primero de ellos
se produjo un a importante represión a cargo del jede de la policía, Coronel
Ramón Falcón. A raíz de estos hechos, todas las centrales conjuntamente
(FORA, UGT y sindicatos no integradas a las dos anteriores) formaron el
Comité Central de Huelga. Declararon una huelga por tiempo indeterminado
por la libertad de los obreros detenidos en la represión del acto del primero de
mayo.
Finalmente el gobierno claudicó y convocó al Comité de Huelga y se com-
prometió a cumplir con los reclamos obreros.
Esta experiencia sindical concluyó con la formación de una nueva central
obrera en 1909 en reemplazo de la UGT, con el apoyo de algunos sindicatos de
la FORA, Confederación Obrera Regional Argentina (CORA). Su cúpula estaba
integrada por socialistas, anarquistas, sindicalistas y con un claro objetivo: la
defensa de los intereses de los trabajadores, en contra de la explotación patro-
nal y con el objetivo de terminar con la total emancipación del proletariado.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 67


b. El movimiento obrero Argentino (1910-1930)
En 1910 asume la Presidencia de la Nación el Doctor Roque Sáenz Peña,
considera como el representante del sector modernista de los gobiernos con-
servadores. Conciente de los cambios sociales, económicos y políticos que
estaba viviendo el país, encaró una reforma al sistema electoral para poder
establecer el voto secreto, universal y obligatorio, la que permitiría a la UCR
participar en las elecciones y abandonar su abstención revolucionaria. En 1912
es sancionada la ley y la UCR puede participar y alcanzar el poder pacífica-
mente en 1916 con Hipólito Irigoyen.
Con esto comenzaba una nueva etapa para la sociedad argentina porque
las emergentes clases medias y populares podían aspirar a llegar al gobierno
de la mano de un partido popular.
El movimiento obrero se había logrado recuperar de la represión por las
huelgas de 1909/1910. No era una derrota del movimiento obrero, sino del
mesianismo insurreccionalista anarco sindicalista, obstinado en utilizar la
huelga como palanca de la política antiestatista. En 1907 se había creado el
Departamento Nacional del Trabajo. Las atribuciones de dicho departamento
eran preparar la legislación del trabajo, hacer aplicar las disposiciones que
dictara el Congreso en materia laboral, ejercer la vigilancia de las agencias de
empleos, etc.
Dentro de la CORA se lograron crear el la Federación Obrera Marítima
(FOM) en 1910 y la Federación Obrera Ferrocarrilera FOF9 en 1912 y trans-
formada luego en Unión Ferroviaria (UF). Se tratan de dos gremios fun-
damentales, porque podían controlar la actividad básica de la economía
agroexportadora. Ambos fueron los dos primeros gremios que se constituyeron
en Federaciones nacionales.
Las diferencias en el seno del movimiento obrero continuaron, y en septiem-
bre de 1914 los sindicalistas resuelven disolver la CORA y convocan a un nuevo
congreso con miembros de la ex CORA junto con varios sindicatos de la FORA
para unificarse: así queda consolidada entre coristas y un ala moderada de la
FORA. Todo esto era no solo para robustecer a la FORA, sino también para ir
debilitando a la corriente anarquista.
Desde el punto de vista internacional, ambas corrientes estaban en contra de
la Primera Guerra Mundial (194-1918), pero mientras los anarquistas la conside-
raban una revolución social en general, los socialistas consideraban que había
que encolumnarse con el Estado Argentino que estaba a favor de una paz
universal que no afectaran los intereses del propio Estado.
En abril de 1915 se reúne en Buenos Aires el noveno Congreso del FORA
con la asistencia de organizaciones de la ex CORA. Luego de un extenso
debate, votan los representantes de las organizaciones afiliadas a la FORA y a
la CORA: Con el voto de la mayoría (44 votos sobre 13 en contra) se produce
el desplazamiento hacia posiciones plenamente sindicalistas en defensa de los
obreros en detrimento de la hegemonía anarco sindicalista, marcando el final
de la preponderancia de esta corriente en el movimiento sindical argentino.
Esta unidad terminó siendo demasiada precaria, debido a que 21 sociedades
sindicales de resistencia desconocen el noveno Congreso y resuelven consti-
tuir un nuevo Consejo Federal de FORA y agregarle al nombre de la FORA la
designación de 5to Congreso, como homenaje al congreso realizado en 1905
de tendencia comunista anarquista. De aquí en más, existirán dos FORA, la del
9no. Congreso (FORA 9na) y la del 5to. Congreso (FORA 5ta). Con el tiempo
ambas organizaciones se volverán antagónicas. Con esta división quedan
derrotados el anarco sindicalismo y el sindicalismo socialista que no pueden
imponer su posición favorable de sindicalismo neutral.
Con la asunción de Hipólito Irigoyen, la situación del movimiento obrero
tendrá un derrotero variable. Mientras la FORA 5ta. adoptó una postura ofen-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.68


siva y revolucionaria, la FORA 9na. vio la posibilidad establecer acuerdos con el
Estado y sentirse protegidos en las negociaciones con los empresarios.
El gobierno radical yrigoyenista durante 1916-1922 no se colocó indiscrimi-
nadamente a favor de los trabajadores, pero sí lo hizo cuando los obreros se
orientaron a la negociación y cuando ello le acarreaba beneficios políticos, en
particular de tipo electoral. Al mismo tiempo, el gobierno radical reaccionaría
con brutalidad cuando algunas huelgas generales, encabezadas por la FORA
5ta. adoptaran posturas violentas
Esto fue evidente por el respaldo manifiesto de la UCR hacia la FORA 9na.
con la presencia limitada de la policía en las huelgas e incluso facilito el ingreso
al gobierno de sindicalistas de la FORA 9na.
Luego de la Semana Trágica IC 7 en 1922 y por la represión ejercida sobre
los obreros, abandonó su política de tratar de apoyarse en sindicatos de la
FORA 9na. y comenzó a desarrollar una nueva forma de implantación social
sustitutiva: la vieja estructura del comité radical, pero compuesto por trabajado-
res. Esta novedosa institución pasó a ser fundamental, porque logró adhesio-
nes obreras, sobre todo con oferta de empleos.
En 1921 el movimiento sindical argentino esta organizado formalmente en
dos centrales nacionales: FORA 5ta (comunista), FORA 9na y en una serie de
sindicatos autónomos. Pero el movimiento en su conjunto está fraccionado
políticamente en cuatro grandes corrientes: sindicalistas, anarcosindicalistas,
socialistas y comunistas. Es decir que Argentina tenía los mismos enfrenta-
mientos que el movimiento obrero europeo. Todo este período estuvo jalonado
por una constante que se venía repitiendo hacía más de dos décadas: huelgas,
represiones, persecuciones y una permanente división del movimiento obrero.
En marzo de 1922 en capital Federal se reúnen 102 sindicatos afiliados a la
FORA 9na, 60 sindicatos autónomos y 14 de la FORA 5ta y proceden a fundar
la Unión Sindical Argentina (U.S.A.), aunque esta nueva organización sindical
no representaba la unión definitiva y total del movimiento obrero.
Con el fin del gobierno liberal populista de Irigoyen y el pasaje a un
gobierno radical de centro derecha (Marcelo T. de Alvear, presidente de la UCR
entre 1922 y 1928), se crea una situación nueva para el movimiento obrero
porque se mantiene el régimen político radical que permitirá al movimiento
obrero desarrollar con ciertas garantías legales su accionar político sindical y
conseguir algunas leyes laborales. De todos modos este mismo movimiento
mantenía recuerdos cercanos de la Semana Trágica y la Patagonia. Además, el
movimiento obrero no distinguía claramente la diferencia entre el populismo de
Irigoyen y el conservadurismo de Alvear. Este último proveniente de una familia
conservadora, con muy buenas relaciones con la elite que había gobernado el
país entre 1880 y 1916. Tampoco la UCR en el gobierno pudo desarticular el
modelo agroexportador ni la oligarquía, la que volvería al poder con el golpe
de 1930. Los partidos como el Partido Comunista (PC, fundado en 1921) ni el
socialismo no lograron canalizar las corrientes obreras de manera concreta.
Este último sufrió una profunda división interna, la que dio lugar a la forma-
ción del Partido Socialista Independiente con Alfredo Palacios como principal
representante. Finalmente la USA que decía tener cien mil afiliados, en 1927
registra sólo quince mil, tuvo 117 sindicatos que se separaron.
Ese mismo año (1927) el movimiento obrero presentaba una situación com-
pleja porque había tres centrales sindicales fruto de la distintas subdivisiones y
las corrientes ideológicas: U.S.A: (sindicalista), C.O.A. (socialista) y la F.O.R.A.
(comunista). Con este panorama no pudieron ver que mas allá de las diferen-
cias con el gobierno radical de Irigoyen (1928-1930), el golpe de estado del
6 de septiembre a cargo del General Uriburu significaba una vuelta a la etapa
anterior a 1916 y el final de la democracia abierta con la ley Sáenz Peña. Este
movimiento obrero en ese momento del golpe no fue capaz de diferenciar entre
lo que representaba el radicalismo yrigoyenista y el bloque derechista cívico

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 69


militar golpista y la base de esta parálisis obrera fue sin lugar a dudas sus dife-
rencias internas ideológicas.

Un paso histórico fundamental y fundacional: la creación de la Confedera-


ción Argentina (C.G.T.)
A partir de 1927 comenzó la etapa de cierre de divisiones sindicales, a partir
del paulatino acercamiento entre socialistas y sindicalistas, que se plasmará el
27 de septiembre de 1930 con la fundación de la CGT. Para llegar a este pro-
ceso de unidad se debió pasar por una serie de etapas:
Entre 08 y 11 de julio de 1927 sesionó el Congreso de la Federación Obrera
Poligráfica Argentina (F.O.P.A.). De este congreso salio una convocatoria a la
unidad. Esto se pudo hacer porque en el seno de la FOPA coexistían comu-
nistas, sindicalistas y socialistas. El paso siguiente fue la aceptación de dicha
proposición por parte de la U.S.A. (muy debilitada por sus luchas internas).
Los sindicatos de tendencia comunista se opusieron inicialmente a esta fusión,
además de algunos sindicatos que no pertenecían a ninguna de las citada
centrales obreras.
El Golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930 apresuró los hechos,
porque la FORA (comunista) fue declarada ilegal y la importante represión que
sufrió el movimiento obrero en general aceleró todo este proceso.
EL 27 de septiembre el órgano informativo de la USA, Bandera Proletaria
anuncia esta fusión y creación de la CGT, al mismo tiempo que anunció que
esa era su última publicación e informaba también la desaparición de la USA,
quedando como única central la CGT. Como características de esta nueva
central es posible observar su base sindicalista, la presencia mayoritaria en su
cúpula de ferroviarios y los activistas eran de origen criollo o la primera genera-
ción hijos de inmigrantes.
Si bien inicialmente se mostraron neutrales ante el golpe de Estado, inme-
diatamente la crisis del treinta comenzó a hacer estragos en la clase obrera y
fue la CGT la que le propuso un plan de construcción de caminos para paliar
la desocupación al presidente de facto Uriburu en octubre de 1931. Existía una
postura conciliadora frente a la represión del gobierno, pero esto no fue posible
porque el propio gobierno descargó el peso de la crisis sobre los trabajadores
y el salario de los obreros en 1931 cayó un 91%. Finalmente, y pese a la feroz
represión, las huelgas continuaron durante la Década Infame IC 8.

2. El Movimiento Obrero Argentino en la Década Infame (1930-1945)


Cuando se produjo la revolución del 6 de septiembre de 1930, las organiza-
ciones obreras no estaban ni a favor ni en contra, porque no veían diferencias
entre el gobierno de Irigoyen y el de los conservadores. Además, la incapa-
cidad administrativa del propio gobierno de Irigoyen agudizada por su vejez,
principalmente frente a la crisis económica de 1929 (la caída del Bolsa de
Nueva York, cuyas consecuencias llegaron unos meses mas tarde) decepcionó
a los obreros que lo habían apoyado en 1928.
Esta actitud de indiferencia y defensiva, llevó al gobierno revolucionario
a adoptar una política ofensiva acompañada por los industriales que habían
tenido que conceder muchas leyes durante el gobierno radical. Miembros de
las comisiones directivas de los gremios fueron cesanteados de sus respecti-
vos empleos, como ocurrió en la Unión Telefónica, Bunge y Born, Schell Shell
Mex Argentina, Agencias Mihanovich, etc.
Es decir que el golpe militar significaba para los obreros la represión guber-
namental, el ataque capitalista y una creciente desocupación. A esta situación
se le sumó la actitud prescindente que adopto la CGT en lo político, lo que le
facilitó aún mas el poder maniobrar al gobierno de Uriburu.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.70


El período comprendido entre septiembre de 1930 y mayo de 1931, el
gobierno de Uriburu nombró a Eduardo Maglione como presidente del Departa-
mento Nacional del Trabajo y compartía ciertas corporativas de su jefe el Minis-
tro del Interior Matías Sánchez Sorondo, lo que llevó a cumplir con las leyes
obreras dictadas durante el gobierno radical, lo cual produjo mucho desagrado
a los industriales. Cuando Maglione renunció y en su lugar asumió en Mayo
de 1931 Carlos Guiraldes. Este último no se mostró muy propenso a cumplir
con las leyes obreras, lo que le generó una gran impopularidad entre la masa
obrera. Además se le agregó a esta situación la deportación que hizo Uriburu
de varios cientos obreros extranjeros fuera del país para evitar tener problemas
sociales. Ante esta última actitud, la CGT inició una protesta contra esta medida
en febrero de 1932.
El fracaso del gobierno de Uriburu por implantar un gobierno corporativo al
estilo del fascismo italiano y la posterior apertura política a partir de las elec-
ciones presidenciales y parlamentarias en noviembre de 1932, permitieron una
vuelta a una cierta normalidad institucional. Esta situación era relativa porque
en las elecciones se había apelado al fraude electoral para permitir que el
General Justo (otrora aliado de Uriburu) ganara las elecciones. Ante esto los
gremios volvieron a las huelgas por los salarios y las condiciones laborales,
mientras que Justo mantuvo el mismo control policial que venía de la época de
Uriburu.
A nivel parlamentario y con las 43 bancas de diputados obtenidas por el
Partido Socialista en las elecciones de noviembre de 1931, varias leyes socia-
les fueron sancionadas, fortaleciendo la postura socialista que la organización
sindical y política debían tener una acción colaboradora entre sí.
Por su parte, los sindicalistas no socialistas opinaban que el parlamento
estaba desacreditado, porque muchas de leyes obreras no eran cumplidas
al pie de la letra y había abusos. Los socialistas creían que el mejor modo de
hacer cumplir las leyes era con denuncias en el Parlamento, mientras que los
sindicalistas pretendían hacer cumplir las leyes con su propia fuerza.
En marzo de 1931 la CGT había planteado un programa mínimo donde
consideraba la necesidad de un reconocimiento de los sindicatos para vigilar
la aplicación de la legislación obrera, destacando el respeto de la jornada de
ocho horas, y una serie de medidas para paliar la desocupación y asegurar la
estabilidad de los empleados públicos. En esta década todavía el poder de los
centrales obreras seguirá en manos de dirigentes de los grandes sindicatos de
servicios, aunque comenzarán a tener peso dentro del movimiento obrero los
sindicatos de la industria y la construcción.
Entre 1935 y 1946 el número de obreros industriales aumentará de manera
singular, ya que de 400.000 pasará a 900.000 efectivos. El principal lugar de
este incremento fue Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Esto se debió al
flujo de migraciones internas, deteniéndose paulatinamente la inmigración
internacional. Esto significó una “nacionalización” de la base social de los sec-
tores populares.
Esta década de un sistema político limitado, es notable la participación del
Partido Socialista (43 diputados en el Congreso) presionando permanente por
los derechos obreros, mientras que lo sindicatos con dirigentes comunistas,
al no estar en el sistema político, no podían lograr negociaciones importantes
para sus propios sindicatos. Todas estas contradicciones internas ideológicas y
sindicales permitieron formar la base del surgimiento y posterior desarrollo del
peronismo.
Esta década marcada por el fraude electoral o también fraude patriótico
(porque era necesario, para los que lo sostenían así, había que hacerlo para
evitar que las masas accedieran al poder) culminó del mismo modo que
comenzó, con un golpe de estado. Este se produjo el 4 de junio de 1943 con
una CGT dividida por sus diferencias internas en dos centrales, la CGT 1 y la

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 71


CGT 2: ambas con dirigentes socialistas, pero enfrentados por su posición
respecto al lugar que debían tener frente a la Segunda Guerra Mundial (1939-
1945) y las consecuencias que le traía al país. La CGT 1 si bien se oponía al
fascismo, consideraba que era necesaria una independencia frente al comu-
nismo, mientras que la CGT 2 planteaba la fusión de las fuerzas políticas demo-
cráticas, incluidos los comunistas y formar toda una coalición mundial contra el
fascismo.

3. El Movimiento Obrero y los Gobiernos Peronistas


El gobierno que accedió al poder gracias al golpe militar de 1943, en cuya
gestación jugó un rol fundamental la Logia del Grupo de Oficiales Unidos
(GOU) dirigido por el entonces Coronel Perón mostró una postura ambivalente
frente a ambas CGT y a los sindicatos. Como la CGT 2 estaba manejada por
dirigentes sindicales comunistas, fue intervenida de inmediato. También fue
intervenida la Unión Ferroviaria (UF), de tendencia comunista, lo que significó
un duro golpe para la CGT 2.
Dentro de este nuevo régimen militar, la
actitud no fue represiva por parte de todos
sus integrantes. Hubo también una tenden-
cia de acercamiento hacia las organiza-
ciones gremiales, y en el centro de ella se
ubicaba la figura del Coronel Juan Domingo
Perón, nombrado en primer lugar Director
Nacional del Trabajo y luego Secretario
de Trabajo y Previsión, organismo creado
específicamente para tratar las cuestiones
sindicales.

El vínculo de Perón con los dirigentes obreros se dio a través de su amigo


Domingo Mercante, miembro integrante del GOU, que ocupaba el cargo de
oficial mayor del Ministerio de Guerra. Mercante se acercó a los dirigentes
obreros a través de su hermano Hugo Mercante, quien era miembro de la U.F.
Todas estas vinculaciones lo acercaron a Perón con el conjunto de los obreros
paulatinamente.
Su presencia y actividad en la Secretaría de Trabajo fue el puente que le
permitió a Perón la conquista de las bases obreras. Al darles curso a los obre-
ros de innumerables beneficios postergados durante tantos años, era lógico
que las masas se volcaran naturalmente hacia este nuevo líder. Creó tribunales
de trabajo, convenios colectivos de trabajo, legislaciones sindicales y previsio-
nales, el Estatuto del Peón Rural, jubilaciones y duración de la jornada laboral.
Sus principios aplicados fueron los de colaboración y armonía entre capital
y trabajo, nacionalismo e integración a la comunidad nacional de los obreros,
como medio para alejarlos de ideologías “extranjerizantes”.
Las propuestas de Perón hallaron una gran recepción en numerosos sindi-
catos por esta renovada forma de acercamiento del Estado, que se comprome-
tía a resolver las demandas postergadas durante tanto tiempo. Vieron en Perón
una figura que daba curso a sus reclamos, luego de haber padecido posterga-
ciones por un régimen político conservador totalmente ilegítimo.
Este acercamiento de Perón con las bases obreras generó una fuerte resis-
tencia en el sector empresario, porque consideraban que sus privilegios esta-
ban en peligro. Inicialmente aceptaron las propuestas de acercamiento de las
clases obreras por parte del gobierno militar, pero luego comenzar a criticar a
Perón de favorecer a los sindicatos. Simultáneamente a esta situación, estaba
también presente la situación internacional de la Segunda Guerra Mundial y la

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.72


ambivalente política de alineación del gobierno, ya sea con los Aliados o con
los Nazis.
Entre estas indecisiones de la política pendular del gobierno y la presión del
espectro político e industrial, Perón fue encarcelado en octubre de 1945 en la
Isla Martín García, previa a renunciar a todos cargos como el de Secretario de
Trabajo.
En las jornadas del 9 al 17 de octubre de 1945 existen dos versiones sobre
las movilizaciones obreras que condujeron a la liberación de Perón; la primera
de ella considera que el movimiento de los obreros hacia la Plaza de Mayo
fue espontánea, mientras que la segunda, sostiene que fue organizada por los
sindicatos en defensa de su nuevo líder y conductor. Luego de esto sucesos, la
candidatura de Perón fue una realidad.

Creación y organización del Partido Laborista


Este partido se formó sobre la base de un grupo de dirigentes obreros que
estaban de acuerdo con la participación política de los obreros, pero sin mayor
compromiso ideológico y partidario. Lo que favorecido a este nuevo partido
fue el impacto de la jornada del 17 de octubre (conocido después como el “Día
de la Lealtad”), que al ser tan contundente redujo la oposición a Perón en el
movimiento obrero a su mínima expresión. Esta oposición quedo constituida
por sindicalistas tradicionales, comunistas, y un grupo de socialistas.
El acercamiento de los obreros a Perón inicialmente tuvo un carácter no
ideológico, pero a medida que aumentaba la adhesión, esta se iba tiñendo de
nacionalista, debido principalmente a la presencia del embajador norteameri-
cano Spruille Braden (entre mayo y septiembre de 1945), el cual se inmiscuyó
en el proceso eleccionario entre Perón y la Unión Democrática (coalición de
radicales, conservadores, comunistas, socialistas, etc.) y el apoyo del propio
embajador a esta última.
Finalmente los obreros que apoyaron a Perón, debido a su experiencia
sindical, no estaban libres de la ética de la independencia del movimiento
obrero de la década del 30 y por eso después del triunfo en las elecciones de
1946, comenzaron a tener roces con Perón, cuando este ultimo fue definiendo
su carácter dictatorial. Desde ese momento, Perón necesitó nuevos dirigentes
o nuevos obreros que estaban completamente libres de esa ética, y así dio
comienzo al proceso de sustitución de los viejos dirigentes y obreros por los
nuevos, productos de la migración.
En febrero de 1946 el bloque nacional popular liderado por Perón ganó las
elecciones a la Unión Democrática con la consigna “Braden o Perón”, ya que
se oponía a la figura de Perón la del embajador norteamericano, acentuando el
carácter nacionalista a estas elecciones. Los partidos comunistas y socialistas
aliados a los conservadores y al radicalismo, comenzaron a perder la fuerte
presencia sindical en el movimiento obrero que tenían desde hacia décadas.
Posteriormente en mayo de 1946, Perón, ya triunfante en las elecciones ordenó
la disolución del Partido Laborista y la incorporación de sus afiliados al Partido
Único de la Revolución, más tarde llamado Partido Peronista. La política del
gobierno de Perón basada en el reconocimiento sindical y en la redistribución
de los ingresos hacia los asalariados, logró cada vez más la adhesión de los
trabajadores.
En la historia del movimiento obrero, se produjo un cambio institucional en
los sindicatos en los gobiernos de Perón (1946-1955) a partir de la incorpora-
ción de los sindicatos al sistema institucional con la ley de Asociaciones Pro-
fesionales 23.852 dictada en 1945. Por esta ley se reconocía al sindicato más
representativo por rama como entidad autorizada para entablar negociaciones
con los empresarios y el Estado. El Estado se arrogaba el derecho de estable-
cer la personería gremial a los sindicatos, como requisito excluyente para su
funcionamiento y reconocimiento legal, a la vez que le otorgaba al Ministerio de

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 73


Trabajo el poder de regular la vida interna de los sindicatos. La transformación
de los sindicatos en asociaciones de derecho público se constituyó en el hito
más importante de la vida sindical argentina, desde que aparecieron las prime-
ras asociaciones gremiales. Los agremiados durante el régimen peronista paso
de 600.000 a 3000.000 de afiliados. Esto posicionó e instaló en la vida política
a los sindicatos, mientras que sus dirigentes consideraron a este período como
fundacional.
Con la sanción de la ley 14.250 de Convenciones Colectivas de Trabajo
(1953), quedarán homologados de manera masiva todos los convenios de
trabajo por el Estado como requisito para su vigencia. El impacto ideológico de
estas medidas sobre el movimiento obrero fue profundo. Las medidas conquis-
taron la adhesión de los obreros al peronismo como su ideología fundamental
para las décadas posteriores.
También el rol del Estado pasó a ser considerado como una institución a
la que se puede recurrir frente a la intransigencia patronal y al mismo tiempo
paternalista, al momento de otorgar beneficios considerables. La visión anterior
del Estado era la un órgano de dominación y represión.
La relación sindicatos – política tuvo cambios importantes, porque los
sindicatos se convirtieron en la “columna vertebral” del movimiento peronista,
llegando a ser casi la única institución estable en el partido. Finalmente los
cambios socioeconómicos durante el régimen peronista favorecieron a los gre-
mios de la industria sobre los gremios de servicios: Esto se debió a las trans-
formaciones de la industria en la etapa final del peronismo, que alcanzaron un
desarrollaron importante, especialmente los metalúrgicos y mecánicos, cuya
influencia determinó la presencia sindical en la década del sesenta.
En el desarrollo de esta unidad se plantearon los orígenes (desde mediados del
siglo XIX hasta comienzos del siglo XX) y la evolución del Movimiento Obrero
Argentino frente a los distintos gobiernos a partir de de 1910 hasta la Revolu-
ción Libertadora, teniendo en cuenta siempre los cambios que producidos en
el mismo. Es importante no solo para comprender su desarrollo, sino también
para interpretar los próximos temas la resolución de las actividades correspon-
dientes.

Unidad 4
1. El Sindicalismo Posperonista
a. Los sindicatos después de la Revolución Libertadora
La Revolución Libertadora (1955) marcó
el final del gobierno peronista. La CGT fue
intervenida por el gobierno militar (que
según los propios sindicatos fue llamada
Revolución “fusiladora”, más que liber-
tadora, llamada así por los opositores a
Perón) con el objetivo de cambiar la hege-
monía peronista en los sindicatos.

Un grupo de nuevos dirigentes surgidos durante el peronismo trató de llevar


al movimiento sindical en un contexto marcado por la proscripción del pero-
nismo. El surgimiento de este nuevo liderazgo buscó reconstituir el sistema de
prerrogativas logradas por los sindicatos durante el régimen peronista, como
la representación parlamentaria o las negociaciones salariales al amparo del
Estado frente a los industriales

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.74


En los primeros meses posteriores al
golpe de estado de 1955 (con el General
Lonardi como presidente), el gobierno
militar trató de establecer negociaciones
con los sindicatos, pero posteriormente
fueron intervenidos los sindicatos y la
propia CGT (especialmente después que
el Gral. Lonardi fue reemplazado por el
Gral. Aramburu como presidente, parti-
dario de una política más dura frente al
sindicalismo).
El régimen militar intentó cambiar la estructura de los sindicatos a través
de un sindicalismo más plural a través de dirigentes independientes y de
corrientes no peronistas en la conducción. Todo esto fracasó, porque las bases
obreras y de manera clandestina crearon una organización gremial peronista,
llamada las “62 organizaciones”. Este grupo sindical logró una importante
influencia en el seno del movimiento sindical e impidió todo intento de normali-
zación de la CGT.

b. Entre gobiernos militares y civiles (1958-1983)


En 1958 se produjo el retorno a la
democracia con el Presidente Arturo
Frondizi (1958-1962) con el respaldo de
los votos peronistas, ante la promesa de
levantar la proscripción del peronismo
(promesa que nunca pudo cumplir por las
presiones militares).

El Parlamento sancionó la ley de asociaciones profesionales 14.455 que man-


tenía en esencia el decreto 23.852 de 1945, donde los sindicatos seguían con
su personería gremial, mantenían la concentración de la representatividad en
un sindicato por rama, y la existencia de uniones, federaciones y confederacio-
nes. Esto continuidad se debió a las negociaciones de los diputados frondizis-
tas con los dirigentes peronistas.

La alternancia entre civiles y militares en el poder tuvo como lineamiento


político la exclusión del peronismo y cada vez que se produjo un golpe, una las
de las razones fue impedir el retorno del peronismo al poder. Es en este marco
que los sindicatos peronistas fueron sustituyendo paulatinamente la acción
política partidaria por una acción básicamente sindical a través de su brazo
político, las “62 organizaciones” a cargo de Augusto Vandor, secretario de los
metalúrgicos y con una importante actuación en la década del sesenta.
El poder que adquirió esta organización
fue muy importante: en 1957 (cuando
se crean las “62”) tenía el 40% de los
trabajadores sindicalizados, en 1963 el
60% de los trabajadores y en 1972 (un
año antes del retorno del peronismo al
poder) incluía el 90% de los trabajado-
res.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 75


Durante los años sesenta, y entre golpes y gobiernos democráticos, los
sindicatos tuvieron un rol que se movía alternativamente entre opositores
a ultranza y apoyo condicional a los gobiernos de turno, ya fueran civiles o
militares. En el caso de los gobiernos civiles, intentaron el levantamiento de la
proscripción del peronismo y como no lo lograron, se opusieron sistemática-
mente a ellos, cuestionando sus planes económicos y su falta de legitimidad
democráticas porque no podía participar el partido mayoritario: Los métodos
de acción fueron desde la negociación hasta huelgas, ocupación de fábrica y
movilizaciones callejeras.
Con el golpe militar de 1966 a cargo
del general Onganía, el sector de las “62
Leales a Perón” (adicta a Vandor) apoyó
el golpe, basada en la idea que el movi-
miento sindical podría tener autonomía
frente al liderazgo de Perón. Por otro
lado, otros sindicatos y núcleos, las “62
de Pie junto a Perón”, se mostraron pres-
cindentes con el golpe y negaban toda
posibilidad de un peronismo sin Perón.

El apoyo inicial al golpe por un sector del sindicalismo (el del de Vandor), se
vio truncado posteriormente cuando Onganía adoptó la política económica de
su ministro Krieger Vasena de carácter antisindical.
Las diferencias surgidas dentro del movimiento obrero produjeron varias rup-
turas internas. Una de las más importantes fue en 1968 cuando un Congreso
de la CGT reunido para nombrar una nueva conducción, le otorgó el mandato a
Raimundo Ongaro, respaldado por anti vandoristas. Los derrotados se opusie-
ron y Ongaro constituyó una nueva central, la CGT de los Argentinos. Con él
nace el llamado “sindicalismo de liberación”. Económicamente, y luego de la
recesión de 1962/63, se produce una reactivación industrial en la producción
manufacturera y que se prolongará hasta mediados de los setenta. Este desa-
rrollo industrial se debió al desarrollo de insumos para la propia industria nacio-
nal, como el acero, electrodomésticos y autos. La consecuencia directa fue el
crecimiento de plantas en el interior del país, como Córdoba, departamentos
litorales del Río Paraná, desde Buenos Aires a Rosario.
Un aspecto característico de estas plantas fue la concentración masiva de
operarios con una tecnología mas desarrollada que el período anterior. Estos
nuevos avances tecnológicos permitieron la formación de capas obreras con
niveles de formación, calificación y salarios más elevados que los obreros de
las industrias tradicionales. Con estas nuevas tendencias, se fortalecerá la
descentralización sindical, concentrada hasta ese momento en los gremios de
Buenos Aires.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.76


Un ejemplo claro de este nuevo pro-
ceso fue el Cordobazo en 1969, en la
que obreros y estudiantes ocuparon la
Ciudad de Córdoba en contra de Onga-
nía y permitió la aparición de nuevos
líderes como Agustín Tosco de del
sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba.
Después del Cordobazo, los asesina-
tos de Vandor y Alonso, principales
figuras del sindicalismo peronista, y
del General Aramburu (1970), llevarán
al gobierno militar encabezado por el
General Lanusse a intentar un retorno
del peronismo a través de las eleccio-
nes.
Mientras se desarrollaban estos hechos, comenzaron a surgir las primeras
organizaciones guerrilleras que inauguraron una década caracterizada por la
violencia.
El retorno del peronismo significó una esperanza para vastos sectores socia-
les, peronistas y no peronistas, pero los enfrentamientos internos del propio
movimiento peronista constituyeron una barrera infranqueable para la constitu-
ción y permanencia de un sistema político estable. La masacre de Ezeiza IC 9
de junio de 1973, y el agravamiento entre los distintos grupos dentro del propio
peronismo, complicaron aún mas la situación. Perón ganó las elecciones en
octubre de 1973 y buscó respaldo en el sindicalismo peronista tradicional, que
unas semanas antes había perdido a su secretario general de la CGT, José
Ignacio Rucci asesinado por la guerrilla.
Perón estableció un pacto social entre obreros y empresarios para norma-
lizar los sindicatos, pero al fallecer en 1974 se desencadenó una lucha por el
poder entre los distintos grupos dentro del propio movimiento peronista. Esta
etapa comprendida entre 1973 y 1976 estuvo caracterizada por la participa-
ción activa de los dirigentes sindicales en el gobierno, ya sea en el Parlamento
como diputados o senadores, hasta el propio Ministerio de Trabajo. Además
incidieron de manera activa en los cambios económicos para preservar la polí-
tica social del gobierno frente a los obreros. Finalmente esta situación cambió
cuando se produjo del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

El Movimiento Sindical Argentino frente al Proceso Militar (1976-1983)


El golpe del 24 de marzo de 1976
inauguró una de las épocas más
nefastas en la historia política, social y
económica del país. En nombre de la
llamada “Guerra contra la Subversión”,
el régimen del General Videla cercenó
hasta las libertades más básicas. Se
llevó a cabo un verdadera política de
Terrorismo de Estado con el objetivo
de suprimir toda clase de oposición al
propio régimen militar.

En el aspecto concretamente sindical, la dictadura intervino la CGT y encar-


celó a los principales dirigentes de los gremios, sustituyó la legislación obrera
por normas mas represivas. Además reprimió tanto a los dirigentes que habían
nacido en el seno del movimiento obrero opositores al peronismo (como el
caso de René Salamanca) o del mismo tronco peronista (como Oscar Smith del
gremio de Luz y Fuerza). Esa represión no sólo fue dirigida hacia las cúpulas,

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 77


sino también a todas a todos los cuerpos de delegados de base y comisiones
internas de diversa empresas que intentaron suplir la ausencia de acción sindi-
cal de las entidades intervenidas.
En el aspecto salarial, la política económica del ministro José Alfredo Mar-
tínez de Hoz deterioró los salarios, disminuyeron el empleo industrial y apun-
taron a lograr una flexibilización laboral. En esos años el sindicalismo en su
conjunto fue silenciado tanto político como socialmente.
Recién en el 27 de abril de1979 se registra el primer intento de huelga gene-
ral contra el régimen cuyas consecuencias fue la presión internacional de diver-
sos organismos para lograr la liberación de diversos dirigentes sindicales que
estaban presos. En estos años, los dirigentes sindicales que habían logrado
permanecer en las organizaciones se dividieron entre quienes intentaban opo-
nerse al régimen y quines trataban de negociar con el mismo.

En 1980 se formó la CGT Brasil, formada


sobre la base de dirigentes salidos de
la cárcel y los que buscaban los medios
para oponerse al régimen. Su dirigente
principal en ese momento fue Saúl Ubal-
dini (del gremio cervecero).

En las postrimerías del régimen militar, el poder tendió a descomponerse aún


más, y esta tendencia se aceleró aún más con la derrota de la Guerra de las
Malvinas. A partir de 1982, el movimiento sindical inició una actividad sindical
importante para lograr una recomposición salarial a partir del congelamiento
de salarios impuesto por gobierno del General Galtieri. El sindicalismo volvió a
tener el predicamento que hasta ese momento estaba silenciado por la repre-
sión ejercida. Esta última etapa estuvo caracterizada por la recuperación de las
entidades sindicales intervenidas por el régimen militar y por la reconstitución
del Partido Justicialista (PJ) en vistas a las elecciones presidenciales de octu-
bre de 1983.
El rol protagónico de los dirigentes no impidió que el PJ perdiera las elec-
ciones y vastos sectores políticos vieran como un verdadero fracaso este
hecho, pese a que el PJ obtuvo el 40% de los votos, y el 50% de las goberna-
ciones provinciales. Era la primera que el PJ perdía una elección sin proscrip-
ciones en cuarenta años.
2. El Sindicalismo y la recuperación democrática
a. La Democracia y el Movimiento Sindical
Durante el gobierno radical de Raúl Alfon-
sín (1983-1989) se produjeron diversos
conflictos entre los sindicatos y el gobierno
constitucional, mientras el país era
jaqueado por la deuda externa más volumi-
nosa de la historia, considerada como una
pesada herencia del gobierno militar, junto
un verdadero estancamiento del PBI en los
últimos diez años.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.78


La dirigencia sindical enfrentó con éxito el proyecto de ley sindical de demo-
cratizar los gremios y debilitar el predominio peronista. En la segunda etapa del
gobierno radical (1987), se produjo la derrota electoral para diputados naciona-
les y gobernadores. La corriente renovadora del peronismo triunfó en la mayo-
ría de las provincias, particularmente en la provincia de Buenos Aires. Alfonsín
había perdido los votos peronistas que lo habían llevado al poder en 1983.

3. Los Sindicatos frente a la flexibilización laboral


En 1989, bajo una gran hiperinflación, el
radicalismo perdió las elecciones frente al
candidato del Partido Justicialista, Caros
Menem. Este nuevo presidente ganó
las elecciones con la promesa de una
Revolución Productiva y un Salariazo y
con un inmenso apoyo popular. Una vez
en el poder cambió el rumbo histórico
que había tenido el peronismo y se alineó
con los grupos económicos fuertes como
Bunge y Born para llevar a cabo una polí-
tica neoliberal exigida por los organismos
internacionales de ese momento.

Para ello estableció un plan de convertibilidad creado por su ministro de


economía Domingo Cavallo, que tenía como trasfondo el aumento de la deuda
externa, a través de una flexibilización de las negociaciones con los organis-
mos internacionales, que exigían un plan de pagos estrictos de la deuda. El
otro basamento del plan económico fueron las privatizaciones, que sirvieron
para reducir el gasto público a una Estado que no podía emitir papel moneda
y la obligación de reducir el gasto público. Para ello fueron privatizadas las
empresas estatales (ferrocarriles, teléfonos, siderurgia, aviones, petróleo, etc.).
Esta política neoliberal implementada desde el gobierno nacional por las
presiones y acuerdos de los distintos órganos internacionales económicos
(FMI, Banco Mundial, etc.) produjeron un duro golpe en el movimiento sindical.
La mayoría de los gremios continuaron dentro de la CGT, pero también surgie-
ron nuevas agrupaciones opositoras. En ese sentido apareció la Confederación
de Trabajadores Argentinos (CTA) y el Movimiento de Trabajadores Argentinos
(MTA). En el caso de la primera, se destacaron dos de sus organizaciones que
fueron la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Confederación de
Trabajadores de la República Argentina (CTERA) opuestas al proyecto neolibe-
ral del gobierno.
Se implementó la flexibilización laboral a través de algunas reformas, como
el empleo a tiempo determinado, tope para las indemnizaciones, reglamenta-
ción del derecho de huelga, revisión de los convenios colectivos de trabajado-
res del Estado y el aumento salarial sujeto al aumento de la productividad.
Estas nuevas políticas produjeron cambios sustanciales en las relaciones
entre el Estado y los sindicatos. En agosto de 1993 la Unión Obrera Metalúrgica
(UOM) y el SMATA fueron los primeros gremios que aceptaron estas reforma,
luego se fueron plegando otros sectores como los textiles, siderúrgicos, metal
mecánicos, etc.
Todas estas reformas llevaron a una perdida paulatina de la importancia polí-
tica y social de los sindicatos tradicionales y una falta de fuerza organizada.
En el desarrollo de esta unidad se trabajo la situación del Movimiento
Obrero a partir de la caída de Perón por un golpe de Estado (La Revolución

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 79


Libertadora) hasta el retorno de la democracia y la flexibilización laboral en
los noventa. Para poder interpretar dicho proceso histórico y comprender los
próximos temas, es importante resolver las actividades correspondientes a la
unidad.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 1

Para obtener más información, consulte: http://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_


de_1873.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 2

Si cuenta con unos minutos, indague acerca de la Conquista del desierto en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Conquista_del_Desierto.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 3

Distribución de conventillos por parroquia en 1898

San Juan Evangelista 239


Concepción 221
San Cristóbal 172
Bal vanera Norte 145
La Piedad 134
Socorro 131
Pilar 128
San Telmo 125
San Nicolás 109
Balvanera Sud 106
Monserrat 95
Catedral del Norte 73
Santa Lucía 58
Catedral al Sur 47
San Miguel 46
Las Heras 32
Belgrano 28
Las Flores 25
Total 1.914

En 1904, de un total de 950.891 pobladores, 138.188 de ellos se albergaban en


las 43.873 habitaciones que componían los 2.462 conventillos censados

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.80


m2 |contenidos | IC

información complementaria 4

La oposición contra el gobierno de Miguel Juárez Celman (1886-1890) estuvo


encabezada por la Unión Cívica con sus principales lideres Bartolomé Mitre y
Leandro Alem. Quería derribar al régimen de Juárez Celman, y denunciaron sus
negociados y emisiones clandestinas de billetes. Se exigía decencia, sufragio
libre y cumplimiento de la Constitución Nacional. El 26 de julio de 1890 los
revolucionarios se atrincheraron en la Plaza Lavalle (Buenos Aires), mientras
Mitre se iba del país y la responsabilidad recaía en Alem. La revolución fue
derrotada, pero Juárez Celman, sin respaldo, debió renunciar.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 5

Las Condiciones de trabajo


En general eran deplorables, debido a que la mayoría de los talleres carecían
de luz, higiene y hasta espacio vital. En muchos casos las maquinas de trabajo
estaban en el fondo del conventillo o en el sótano de la casa o fabrica donde se
trabajaba. Las jornadas de trabajo superaban las doce o trece horas y el propio
Departamento de Trabajo en 1913 sostenía que había un gran vacío legal en
muchas cuestiones laborales.

El Trabajo femenino e infantil


La situación del trabajo femenino en los centros urbanos fue uno de los princi-
pales ejes de las campañas de denuncias del movimiento obrero en la última
década del siglo XIX.
La prohibición del trabajo nocturno para las mujeres fue uno de los reclamos
más frecuentes.
Junto con el movimiento obrero se agregaron otros sectores, como grupos
Católicos, diversas asociaciones de beneficencia y partidos políticos preocupa-
dos por la mujer trabajadora.
Especialmente fue la actividad de denuncia de los grupos feministas socialistas
o anarquistas, y de manera particular la desarrollada por el Centro Socialista
Femenino.
Pese a estas incipientes denuncias, la cuestión de la mujer trabajadora no se
hará pública hasta los primeros años del siglo XX, especialmente con la ini-
ciativa de proyecto de Código de Trabajo de Joaquín V. González y en alguna
medida también con la acción llevada a cabo por Alfredo Palacios, diputado
socialista
Las actividades de los menores eran semejantes a las de los mayores, pero
con una paga inferior y una explotación aún mayor.
La categoría de “aprendiz’” era en la mayoría de los casos una excusa para
explotar a los niños, aprovechándose en las diferencias de edad. La edad
como el sexo daban lugar por a frecuentes discriminaciones y constituían así
una desventaja para las mujeres y los menores. El abuso de los “aprendices”
estaba generalizado en la mayoría de los centros urbanos

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 81


m2 |contenidos | IC

información complementaria 6

Ley contra los agitadores que permitirá la expulsión de los extranjeros conside-
rados peligrosos para el orden social.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 7

Huelgas y manifestaciones ocurridas en Buenos Aires en enero de 1919, y


que fueron reprimidas por el gobierno del presidente Hipólito Irigoyen. Para
ello recurrió al Ejército Nacional y comandos paramilitares. La represión de la
Semana Trágica , dejó un saldo de 700 muertos y 4.000 heridos.
Patagonia Rebelde o también llamada Patagonia trágica es el nombre que
recibió la lucha protagonizada por los trabajadores anarcosindicalistas en la
rebelión producida en el entonces territorio nacional de Santa Cruz, en la
Patagonia Argentina, entre 1920 y 1921. Comenzó como una huelga que luego
fue violenta y salvajemente reprimida por el ejército por orden del presidente
Irigoyen. A su término, 1.500 obreros habían sido fusilados.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 8

Etapa de la historia argentina comprendido entre 1930 y 1943 que estuvo


caracterizado por el fraude electoral y los negociados económicos.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 9

Para más información, consulte: http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Ezeiza

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.82


m2 material

Material básico
GODIO, Julio. Historia del Movimiento Obrero Argentino. Editorial Tiempo Con-
temporáneo. Buenos Aires. 1973

Material complementario
ABÓS, Alvaro. Las organizaciones sindicales y el poder militar (1976-1983).
Centro Editor de America Latina.1984
CEBALLOS, Ernesto S. Historia Política del movimiento obrero argentino.(1944-
1985). Ediciones del Mar Dulce. Buenos Aires. 1985.
FALCÓN, Ricardo. El Mundo Urbano del Trabajo (1890-1914).Biblioteca Política
Argentina. Numero 153. Centro Editor de Américas Latina. 1986.
FALCÓN, Ricardo. Los Orígenes del Movimiento Obrero. (1857-1899).Biblio-
teca Política Argentina. Numero 53. Centro Editor de América Latina. Buenos
Aires. 1984
GODIO, Julio. El Movimiento Obrero Argentino (1910-1930). Socialismo, sindi-
calismo y comunismo. Editorial Legasa. Buenos Aires. 1988.
GODIO, Julio. Los Orígenes del Movimiento Obrero. Centro Editor de América
Latina. Buenos Aires. 1971
MATSUSHITA, Hiroshi. El Movimiento Obrero Argentino. 1930-1945. Sus
Proyecciones en los Orígenes del Peronismo. Ediciones Siglo Veinte. Buenos
Aires.1983
PALOMINO, Hector y Godio, Julio. El Movimiento Sindical Argentino Hoy: Histo-
ria, organización y nuevos desafíos programáticos. Fundación Friedrich Ebert.
Buenos Aires. 1987.
PANETTTIERI, José. Los Trabajadores. Centro Editor de América Latina.
Buenos Aires.1982.

m2 actividades

m2 | actividad 1

Orígenes del movimiento obrero

Tal como usted sabe, en este módulo abordamos el origen y la evolución del
sindicalismo en Argentina. A los fines de clarificar algunos momentos históri-
cos claves relacionados con el origen del movimiento obrero le proponemos
resolver el siguiente ejercicio:

¿Considera verdaderos o falsos los sucesos producidos en estos años?

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 83


En 1850 surgen los trabajadores urbanos de carácter Artesanal.
En 1876 no se puede sancionar la Ley de Inmigrantes.
En 1857 se crea la primera Asociación de Mutuales.
Desde 1880 hacia adelante no se producen cambios por muchísimos
años.
Los conventillos son las únicas formas de vivienda para los obreros.
Los procesos Inmigratorios afectaron, Mendoza, Jujuy, Córdoba
Para fines de 1887 se produce la primera huelga de Tipográficos
El partido socialista no puede reivindicar los programas sociales y
reformas democráticas del Estado

m2 | actividad 2

El trabajo, los patrones y el Estado


Desde 1900 la relación trabajo, patrones y estado, comienzan a sufrir una serie
de modificaciones y comienzan a plantarse algunos temas tales como: disci-
plina, reclutamiento, certificados de conductas, etc.
Elabore un informe dando cuenta de los motivos por los cuáles se han plan-
teado cada uno de ellos, y realice una comparación de lo que sucede actual-
mente en la vida laboral.

m2 | actividad 3

El movimiento obrero argentino (1910-1930)


Dentro el periodo comprendido entre 1910-1930 el movimiento sindical se
enmarcó en 4 grandes corrientes que luego se transformaron en dos, dando
lugar y fundándose lo que llamamos: CGT.
¿Cuáles fueron las etapas y los procesos que se fueron sucediendo para llegar
a la conformación de la CGT?

m2 | actividad 4

Beneficios para los trabajadores


Con la llegada de Perón a la Secretaria de Trabajo se establecieron algunos
beneficios que están en vigencia en nuestra actualidad. A continuación lista-
mos algunos y usted, en función de las lecturas que viene realizando, deberá
señalar cuáles de ellos son verdaderos y cuáles falsos.
Tribunales de trabajo
Seguro colectivo
Convenios colectivos de trabajo
Maternidad
Legislación previsional
Jubilación
Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART)
Vacaciones

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.84


b) En el año 1945 se establece la ley 23852. ¿Cuál es esta ley y qué impli-
cancias y cambios produjo? ¿Cuáles son las causas por las cuales se han
producido tales cambios?
c) Para la misma época se implemento otra ley muy importante. ¿De qué ley se
trata y cuáles fueron sus implicancias?

m2 | actividad 5

Condiciones de trabajo
En esta asignatura hemos venido abordando algunas condiciones de trabajo.
En esta oportunidad le proponemos tomar en cuenta un caso de la actualidad
e identificar cuáles son las condiciones de trabajo, “deplorables” o no acepta-
bles.
Si tuviésemos que pensar en un ejemplo sería válido tomar en cuenta el caso
de la empresa Zara, o los casos “empleadas domesticas” o “empleados de
campo”, etc. para mencionar sólo algunos de los más conocidos en Argentina.
Usted puede consultar en Internet sobre dichos casos, le ofrecemos algunas
alternativas:
• Zara: http://laalameda.wordpress.com/2011/05/03/zara-y-teplancho-
escrachados-por-los-costureros/
• Empleadas domésticas: http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/des-
cargas/toe/toe_03_06_servicioDomestico.pdf
• Empleados de campo: http://www.elmundo.es/america/2011/01/08/
argentina/1294518947.html ; http://www.cadena3.com/conte-
nido/2011/02/12/70727.asp

m2 | actividad 6

Sindicalismo posperonista

Le proponemos ingresar a http://www.62.org.ar e identificar cuál fue la declara-


ción del Congreso Nacional ordinario del 22 de Agosto de 2007 y los concep-
tos más importantes declarados en ella.

 Como nace el Sindicalismo de Liberación, y cuáles son las con-


secuencias que se produce en nuestro país después de la reacti-
vación industrial.

Dentro de los sindicatos importantes en aquellas épocas con figuras


importantes aparece el Sindicato de Luz y Fuerza de Cordoba. Te sugiero
que ingreses a sus pagina, http://www.sindicato.grupoholistica.com.ar e
identifiques dentro de su Estatuto los derechos sociales y nos digas a
que se refieren puntualmente.

El movimiento Sindical Argentino frente al Proceso Militar.

http://www.youtube.com/watch?v=FxYnEtw4R0I te sugiero que ingreses


a este video Chino Navarro y vos Parte 3. Y por favor identifica cuales

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 85


fueron los elementos más importantes desde el punto de vista sindical,
derechos laborales, salarial, y que sucedió con la participación de Saul
Ubaldini por estas épocas.

Te propongo que leas este artículo y nos digas cuales son los sindicatos que
apoyan la gestión del entonces Presidente Menen y a que se referían cuando
habla de beneficios suplementarios.
Identifique también los ejes principales en esta etapa desde punto de vista
económico.

El Plan de Convertibilidad y el sindicalismo*


Durante la primera presidencia de Menem

Durante la presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999) se llevó a cabo un


drástico proceso de reformas de mercado que transformó de raíz la estructura
económica y social del país. Estas reformas estructurales, de orientación neo-
liberal, contrastaban con las tradicionales políticas económicas asociadas a su
partido, el peronismo. Este históricamente se había caracterizado por la pre-
sencia de un Estado fuertemente intervencionista. El menemismo, en cambio,
no dudará en privatizar gran parte de las empresas estatales, flexibilizar la
economía, liberalizar el mercado interno, desplegar una apertura financiera al
capital transnacional y desarrollar una política de contracción del gasto público
social. No obstante la magnitud y el efecto que tendrán estas reformas, el Pre-
sidente obtendrá, y logrará mantener en el tiempo, el respaldo de una amplia y
heterogénea coalición social, que abarcará desde los grandes grupos empre-
sariales hasta los sectores populares e incluso también gran parte del sector
sindical. En efecto, pese a la vastedad de las reformas, estas no encontraron
una oposición consistente y unificada en el campo popular y, particularmente,
en el campo sindical (Gómez et. al., 1996; Palermo y Novaro, 1996: 343; Fer-
nández, 1998: 63). ¿Cómo se explica este apoyo?, ¿qué rol jugó al respecto el
Plan de Convertibilidad?. Centrándose en el período 1991-1995, este artículo se
propone investigar precisamente el rol ejercido por el Plan de Convertibilidad
y los “incentivos selectivos” asociados a aquel, en la legitimación social del
menemismo por parte en estos sectores.
2. El sindicalismo frente al menemismo: apuntes sobre la perplejidad
Desde sus inicios, el peronismo estuvo estrechamente ligado al movimiento
sindical, al punto de constituir su “columna vertebral”. Esta relación orgánica
se cimentaba en la presencia de un Estado que intervenía fuertemente en el
mercado para regularlo y asignar bienes y servicios a través de una política
industrializadora basada en la sustitución de importaciones (Basualdo, 1992;
Torrado, 1994). En ese contexto, motorizado por el fuerte gasto público, los
trabajadores sindicalizados accedieron a beneficios sociales inéditos en áreas
como vivienda, salud y educación, además de elevados niveles salariales
(James, 1990; Torre, 1990).
Con la llegada al poder de Carlos Menem, en julio de 1989, se terminará de
consolidar un modelo de acumulación que muy poco tenía que ver con las
tradicionales políticas industrialistas y benefactoras que caracterizaran al pero-
nismo. Así, pese a que durante la campaña electoral
1
había prometido llevar a
cabo una Revolución Productiva y un Salariazo , una vez electo, no dudó en ini-
ciar un inédito proceso de reformas neoliberales, un programa 2
de reducción del
Estado que venía implementándose, no sin contradicciones , desde mediados

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.86


de la década del setenta (Nochteff, 1991; Gambina y Campione, 2002). En ese
contexto, el Gobierno se alió con el grupo Bunge y Born, históricamente denun-
ciado por el peronismo como el símbolo de la “oligarquía foránea” contraria a
los intereses del Pueblo (Sigal y Verón, 2003). Al mismo tiempo, tampoco dudó
en aliarse con otro de los máximos representantes del liberalismo vernáculo,
Álvaro Alsogaray, a quien colocó como asesor de la presidencia.
A pesar de este verdadero “giro de 180 grados”, que le permitirá a los grandes
grupos económicos consolidar un proceso 3
de concentración y centralización
del ingreso iniciado durante el Proceso (Basualdo, 2000, 2006), el Presidente
logrará mantener en el tiempo el respaldo de los sectores más perjudicados
por las políticas de transformación económica: los trabajadores. En efecto,
pese a la vastedad de las reformas emprendidas, estas no encontraron, al
menos durante la primera presidencia de Menem (1989-1995), una oposición
consistente y unificada en el campo popular, como así tampoco en quienes
deberían ser sus representantes, los sectores sindicales (Bonanotte, 1996;
Gómez et. al., 1996; Palermo y Novaro, 1996). Peor aún, una parte importante
del sector gremial, nucleada en su mayoría en la CGT San Martín, brindará una
colaboración
4
activa y explícita a las políticas de reforma y ajuste estructural del
Gobierno . ¿Cómo se explica este apoyo?, ¿qué rol jugó al respecto el Plan
de Convertibilidad?. Centrándose en el período 1991-1995, este artículo se
propone investigar, precisamente, el rol ejercido por el Plan de Convertibilidad
y los “incentivos selectivos” asociados a aquel, en la legitimación social del
menemismo por parte de estos sectores.

La estabilización monetaria
Para entender el apoyo al Gobierno debemos tener en cuenta, en primer
lugar, la estabilización que logrará Menem de la economía. En efecto, luego
de enfrentarse a una hiperinflación inédita en la historia del país, legado del
gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989), el Presidente logrará terminar finalmente
con el “impuesto inflacionario”. No obstante, debemos recordar los vaivenes
con los que tendrá que lidiar su liderazgo hasta lograr la estabilización efec-
tiva de la economía. En efecto, durante los primeros 18 meses, los diferentes
ministros de economía (Miguel Ángel Roig, Néstor Rapanelli y Erman González)
tratarán sucesivamente de controlar la inflación con impuestos de emergen-
cia, reducciones del gasto público, ajustes en la tasa de cambio y políticas
de ingresos negociadas con los empresarios (Gerchunoff y Torre, 1996: 744).
Sin embargo, el Gobierno no logrará dominar del todo la inflación, e incluso
experimentará dos nuevas recaídas hiperinflacionarias, hacia fines de 1989 y de
1990. Será recién con la puesta en marcha del Plan de Convertibilidad, en abril
de 1991, que se logrará la estabilización efectiva de la economía. En efecto,
este plan, que establecía una paridad legal 1 a 1 de la moneda nacional con el
dólar y obligaba al Estado a satisfacer cualquier demanda de divisas, fomentó,
a partir de la sobrevaluación del peso, el ingreso masivo de inversiones extran-
jeras. En ese contexto, potenciado por el incremento del consumo, se generó
un rápido control de los episodios hiperinflacionarios. En esas circunstancias,
Menem logrará, en abierto contraste con los dos primeros años de su gobierno,
cuando los conflictos sindicales se habían incrementado sensiblemente
(Gómez, et. al., 1996), una marcada reducción de las huelgas y movilizaciones
(Bonanotte, 1996; Senén González
8
y Bosoer, 1999) y un firme apoyo de una
porción del campo sindical . No obstante, con la estabilización monetaria no
alcanzaba para lograr el apoyo de algunos sectores sindicales. En consecuen-
cia, el Presidente acudió al otorgamiento de “incentivos selectivos”.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 87


4. Los incentivos selectivos .Para entender el respaldo del ala sindical a las
políticas de reforma de mercado de Menem debemos tener en cuenta, más allá
del logro de la estabilización monetaria, la función clave que ejercerá el otorga-
miento de “beneficios suplementarios” (Murillo, 1997). En efecto, en el marco
del Programa de Propiedad Participada (PPP), iniciado en 1989 y potenciado a
partir de 1991, con el proceso masivo de privatización de las empresas públi-
cas, el Gobierno les brindará a los gremialistas colaboracionistas la posibilidad
de participar como “sindicatos empresarios” a partir del manejo de un porcen-
taje cercano al 10% de las acciones de las empresas privatizadas. En efecto,
el PPP, pese a ser individual, dispuso una representación colectiva dirigida por
sindicalistas. Los principales beneficiados por estos “incentivos selectivos”
serán los gremialistas Rogelio Rodríguez (telefónicos) y Antonio Cassia (petro-
leros), dirigentes de Telecom y Telefónica, Oscar Lescano (Luz y Fuerza), titular
de Edesur a través de un representante suyo, José Valle (seguros), “delegado
normalizador” del Instituto de Servicios Sociales para el Personal de Seguros
(ISSS), Jorge Ibáñez, “director obrero” de YPF y José Luis Lingieri, director
de Obras Sanitarias y Aguas Argentinas, además de presidente de la Adminis-
tración Nacional de Seguros de Salud (Clarín, 05/08/91; Página 12, 08/03/94
y “Cash”, 20/03/94). Además, el sindicalista ferroviario Adolfo Arguello será
encolumnado en el directorio del ferrocarril Ferro Expreso Pampeano (Rosario-
Bahía Blanca) y Santos Reali será nombrado director y José Hernández gerente
general de FEMESA (Página 12, 25/10/92) En ese contexto, el “Club de amigos”
se hará acreedor de un fondo cercano a los 800 millones de dólares
En esas circunstancias, y en consonancia con el discurso del Presidente de
hacer “propietarios” a los trabajadores, la CGT oficial expresará en una solici-
tada:
“El país atraviesa su crisis más profunda, pero los trabajadores queremos ser
los auténticos protagonistas del destino común, ser los artífices de nuestro
futuro acompañando el coraje de un hombre: Carlos Saúl Menem, que se
decidió a cambiar el rumbo de la historia, dejando atrás décadas de frustracio-
nes, apostando a la transformación y a la modernización”

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.88


m2 | actividad 7

Orígenes del movimiento obrero

Tal como usted sabe, en este módulo abordamos el origen y la evolución del
sindicalismo en Argentina. A los fines de clarificar algunos momentos históri-
cos claves relacionados con el origen del movimiento obrero le proponemos
resolver el siguiente ejercicio:

¿Considera verdaderos o falsos los sucesos producidos en estos años?


En 1850 surgen los trabajadores urbanos de carácter Artesanal.
En 1876 no se puede sancionar la Ley de Inmigrantes.
En 1857 se crea la primera Asociación de Mutuales.
Desde 1880 hacia adelante no se producen cambios por muchísimos
años.
Los conventillos son las únicas formas de vivienda para los obre-
ros.
Los procesos Inmigratorios afectaron, Mendoza, Jujuy, Córdoba
Para fines de 1887 se produce la primera huelga de Tipográficos
El partido socialista no puede reivindicar los programas sociales y
reformas democráticas del Estado

Historia del movimiento obrero: Módulo 2


Actividad 2: El trabajo, los patrones y el Estado
Desde 1900 la relación trabajo, patrones y estado, comienzan a sufrir una serie
de modificaciones y comienzan a plantarse algunos temas tales como: disci-
plina, reclutamiento, certificados de conductas, etc.
Elabore una descripción de los motivos por los cuáles se han planteado cada
uno de ellos, y realice una comparación de lo que sucede actualmente en la
vida laboral.

Historia del movimiento obrero: Módulo 2


Actividad 3: El movimiento obrero argentino (1910-1930)
Dentro el periodo comprendido entre 1910-1930 el movimiento sindical se
enmarcó en 4 grandes corrientes que luego se transformaron en dos, dando
lugar y fundándose lo que llamamos: CGT.
¿Cuáles fueron las etapas y los procesos que se fueron sucediendo para llegar
a la conformación de la CGT?

Historia del movimiento obrero: Módulo 2


Actividad 4: Beneficios para los trabajadores
Con la llegada de Perón a la Secretaria de Trabajo se establecieron algunos
beneficios que están en vigencia en nuestra actualidad. A continuación lista-
mos algunos y usted, en función de las lecturas que viene realizando, deberá
señalar cuáles de ellos son verdaderos y cuáles falsos.
Tribunales de trabajo
Seguro colectivo
Convenios colectivos de trabajo
Maternidad
Legislación previsional
Jubilación
Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART)
Vacaciones

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 89


b) En el año 1945 se establece o Dicta la ley 23852. ¿Cuál es esta ley y
qué implicancias y cambios produjo? ¿Cuáles son las causas por las cuales se
han producido tales cambios?
c) Para la misma época se implemento otra Ley muy importante. ¿De qué ley se
trata y cuáles fueron sus implicancias?

El link 4 de este modulo refleja las condiciones de trabajo. Me gustaría que


tomes un caso de la actualidad e identifiques cuales son las condiciones de
trabajo deplorables o no aceptables.(ejemplo caso Zara, Caso empleadas
domesticas, empleados de campo, etc) . No puedes tomar el caso del Modulo
1.

Modulo 4
El sindicalismo posperonista
Te sugiero que ingreses a http://www.62.org.ar e idenfiques cual fue la
declaración del Congreso Nacional ordinario del 22 de Agosto de 2007
los concepto más importantes declarados en ella.

 Como nace el Sindicalismo de Liberación, y cuáles son las con-


secuencias que se produce en nuestro país después de la reacti-
vación industrial.

Dentro de los sindicatos importantes en aquellas épocas con figuras


importantes aparece el Sindicato de Luz y Fuerza de Cordoba. Te sugiero
que ingreses a sus pagina, http://www.sindicato.grupoholistica.com.ar e
identifiques dentro de su Estatuto los derechos sociales y nos digas a
que se refieren puntualmente.

El movimiento Sindical Argentino frente al Proceso Militar.

http://www.youtube.com/watch?v=FxYnEtw4R0I te sugiero que ingreses


a este video Chino Navarro y vos Parte 3. Y por favor identifica cuales
fueron los elementos más importantes desde el punto de vista sindical,
derechos laborales, salarial, y que sucedió con la participación de Saul
Ubaldini por estas épocas.

Te propongo que leas este artículo y nos digas cuales son los sindicatos que
apoyan la gestión del entonces Presidente Menen y a que se referían cuando
habla de beneficios suplementarios.
Identifique también los ejes principales en esta etapa desde punto de vista
económico.

El Plan de Convertibilidad y el sindicalismo*


Durante la primera presidencia de Menem

Durante la presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999) se llevó a cabo un


drástico proceso de reformas de mercado que transformó de raíz la estructura

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.90


económica y social del país. Estas reformas estructurales, de orientación neo-
liberal, contrastaban con las tradicionales políticas económicas asociadas a su
partido, el peronismo. Este históricamente se había caracterizado por la pre-
sencia de un Estado fuertemente intervencionista. El menemismo, en cambio,
no dudará en privatizar gran parte de las empresas estatales, flexibilizar la
economía, liberalizar el mercado interno, desplegar una apertura financiera al
capital transnacional y desarrollar una política de contracción del gasto público
social. No obstante la magnitud y el efecto que tendrán estas reformas, el Pre-
sidente obtendrá, y logrará mantener en el tiempo, el respaldo de una amplia y
heterogénea coalición social, que abarcará desde los grandes grupos empre-
sariales hasta los sectores populares e incluso también gran parte del sector
sindical. En efecto, pese a la vastedad de las reformas, estas no encontraron
una oposición consistente y unificada en el campo popular y, particularmente,
en el campo sindical (Gómez et. al., 1996; Palermo y Novaro, 1996: 343; Fer-
nández, 1998: 63). ¿Cómo se explica este apoyo?, ¿qué rol jugó al respecto el
Plan de Convertibilidad?. Centrándose en el período 1991-1995, este artículo se
propone investigar precisamente el rol ejercido por el Plan de Convertibilidad
y los “incentivos selectivos” asociados a aquel, en la legitimación social del
menemismo por parte en estos sectores.
2. El sindicalismo frente al menemismo: apuntes sobre la perplejidad
Desde sus inicios, el peronismo estuvo estrechamente ligado al movimiento
sindical, al punto de constituir su “columna vertebral”. Esta relación orgánica
se cimentaba en la presencia de un Estado que intervenía fuertemente en el
mercado para regularlo y asignar bienes y servicios a través de una política
industrializadora basada en la sustitución de importaciones (Basualdo, 1992;
Torrado, 1994). En ese contexto, motorizado por el fuerte gasto público, los
trabajadores sindicalizados accedieron a beneficios sociales inéditos en áreas
como vivienda, salud y educación, además de elevados niveles salariales
(James, 1990; Torre, 1990).
Con la llegada al poder de Carlos Menem, en julio de 1989, se terminará de
consolidar un modelo de acumulación que muy poco tenía que ver con las
tradicionales políticas industrialistas y benefactoras que caracterizaran al pero-
nismo. Así, pese a que durante la campaña electoral 1
había prometido llevar a
cabo una Revolución Productiva y un Salariazo , una vez electo, no dudó en ini-
ciar un inédito proceso de reformas neoliberales, un programa 2
de reducción del
Estado que venía implementándose, no sin contradicciones , desde mediados
de la década del setenta (Nochteff, 1991; Gambina y Campione, 2002). En ese
contexto, el Gobierno se alió con el grupo Bunge y Born, históricamente denun-
ciado por el peronismo como el símbolo de la “oligarquía foránea” contraria a
los intereses del Pueblo (Sigal y Verón, 2003). Al mismo tiempo, tampoco dudó
en aliarse con otro de los máximos representantes del liberalismo vernáculo,
Álvaro Alsogaray, a quien colocó como asesor de la presidencia.
A pesar de este verdadero “giro de 180 grados”, que le permitirá a los grandes
grupos económicos consolidar un proceso 3
de concentración y centralización
del ingreso iniciado durante el Proceso (Basualdo, 2000, 2006), el Presidente
logrará mantener en el tiempo el respaldo de los sectores más perjudicados
por las políticas de transformación económica: los trabajadores. En efecto,
pese a la vastedad de las reformas emprendidas, estas no encontraron, al
menos durante la primera presidencia de Menem (1989-1995), una oposición
consistente y unificada en el campo popular, como así tampoco en quienes
deberían ser sus representantes, los sectores sindicales (Bonanotte, 1996;
Gómez et. al., 1996; Palermo y Novaro, 1996). Peor aún, una parte importante
del sector gremial, nucleada en su mayoría en la CGT San Martín, brindará una
colaboración
4
activa y explícita a las políticas de reforma y ajuste estructural del
Gobierno . ¿Cómo se explica este apoyo?, ¿qué rol jugó al respecto el Plan
de Convertibilidad?. Centrándose en el período 1991-1995, este artículo se

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 91


propone investigar, precisamente, el rol ejercido por el Plan de Convertibilidad
y los “incentivos selectivos” asociados a aquel, en la legitimación social del
menemismo por parte de estos sectores.

La estabilización monetaria
Para entender el apoyo al Gobierno debemos tener en cuenta, en primer
lugar, la estabilización que logrará Menem de la economía. En efecto, luego
de enfrentarse a una hiperinflación inédita en la historia del país, legado del
gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989), el Presidente logrará terminar finalmente
con el “impuesto inflacionario”. No obstante, debemos recordar los vaivenes
con los que tendrá que lidiar su liderazgo hasta lograr la estabilización efec-
tiva de la economía. En efecto, durante los primeros 18 meses, los diferentes
ministros de economía (Miguel Ángel Roig, Néstor Rapanelli y Erman González)
tratarán sucesivamente de controlar la inflación con impuestos de emergen-
cia, reducciones del gasto público, ajustes en la tasa de cambio y políticas
de ingresos negociadas con los empresarios (Gerchunoff y Torre, 1996: 744).
Sin embargo, el Gobierno no logrará dominar del todo la inflación, e incluso
experimentará dos nuevas recaídas hiperinflacionarias, hacia fines de 1989 y de
1990. Será recién con la puesta en marcha del Plan de Convertibilidad, en abril
de 1991, que se logrará la estabilización efectiva de la economía. En efecto,
este plan, que establecía una paridad legal 1 a 1 de la moneda nacional con el
dólar y obligaba al Estado a satisfacer cualquier demanda de divisas, fomentó,
a partir de la sobrevaluación del peso, el ingreso masivo de inversiones extran-
jeras. En ese contexto, potenciado por el incremento del consumo, se generó
un rápido control de los episodios hiperinflacionarios. En esas circunstancias,
Menem logrará, en abierto contraste con los dos primeros años de su gobierno,
cuando los conflictos sindicales se habían incrementado sensiblemente
(Gómez, et. al., 1996), una marcada reducción de las huelgas y movilizaciones
(Bonanotte, 1996; Senén González
8
y Bosoer, 1999) y un firme apoyo de una
porción del campo sindical . No obstante, con la estabilización monetaria no
alcanzaba para lograr el apoyo de algunos sectores sindicales. En consecuen-
cia, el Presidente acudió al otorgamiento de “incentivos selectivos”.

4. Los incentivos selectivos .Para entender el respaldo del ala sindical a las
políticas de reforma de mercado de Menem debemos tener en cuenta, más allá
del logro de la estabilización monetaria, la función clave que ejercerá el otorga-
miento de “beneficios suplementarios” (Murillo, 1997). En efecto, en el marco
del Programa de Propiedad Participada (PPP), iniciado en 1989 y potenciado a
partir de 1991, con el proceso masivo de privatización de las empresas públi-
cas, el Gobierno les brindará a los gremialistas colaboracionistas la posibilidad
de participar como “sindicatos empresarios” a partir del manejo de un porcen-
taje cercano al 10% de las acciones de las empresas privatizadas. En efecto,
el PPP, pese a ser individual, dispuso una representación colectiva dirigida por
sindicalistas. Los principales beneficiados por estos “incentivos selectivos”
serán los gremialistas Rogelio Rodríguez (telefónicos) y Antonio Cassia (petro-
leros), dirigentes de Telecom y Telefónica, Oscar Lescano (Luz y Fuerza), titular
de Edesur a través de un representante suyo, José Valle (seguros), “delegado
normalizador” del Instituto de Servicios Sociales para el Personal de Seguros
(ISSS), Jorge Ibáñez, “director obrero” de YPF y José Luis Lingieri, director
de Obras Sanitarias y Aguas Argentinas, además de presidente de la Adminis-
tración Nacional de Seguros de Salud (Clarín, 05/08/91; Página 12, 08/03/94
y “Cash”, 20/03/94). Además, el sindicalista ferroviario Adolfo Arguello será
encolumnado en el directorio del ferrocarril Ferro Expreso Pampeano (Rosario-
Bahía Blanca) y Santos Reali será nombrado director y José Hernández gerente
general de FEMESA (Página 12, 25/10/92) En ese contexto, el “Club de amigos”

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.92


se hará acreedor de un fondo cercano a los 800 millones de dólares
En esas circunstancias, y en consonancia con el discurso del Presidente de
hacer “propietarios” a los trabajadores, la CGT oficial expresará en una solici-
tada:
“El país atraviesa su crisis más profunda, pero los trabajadores queremos ser
los auténticos protagonistas del destino común, ser los artífices de nuestro
futuro acompañando el coraje de un hombre: Carlos Saúl Menem, que se
decidió a cambiar el rumbo de la historia, dejando atrás décadas de frustracio-
nes, apostando a la transformación y a la modernización”

m2 glosario

Conventillo: casa de vecindad donde vive mucha gente pobre y amontonada.


Hiperinflación: tasa de inflación demasiado alta, que supera las cifras que se
consideran manejables y los incrementos de precios se vuelven incontrolables.
Mayoral: 1. m. Pastor principal entre los que cuidan de los rebaños, espe-
cialmente de reses bravas. 2. m. En las galeras, diligencias y otros carruajes,
encargado de gobernar el tiro de mulas o caballos. 3. m. En las cuadrillas
de cavadores o de segadores, cabeza o capataz. 4. m. En las labranzas y en
las cabañas de mulas, cabeza o capataz que manda a los otros mozos. 5. m.
Recaudador o administrador de diezmos, rentas, limosnas, etc. 6. m. En los
hospitales de leprosos, el que administraba o gobernaba. 7. m. ant. Superior
de una comunidad. Fuente: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_
BUS=3&LEMA=mayoral
Mutual: Conjunto de asociaciones de personas que persiguen un fin social.
Prerrogativas: privilegios
Proscripción: Prohibición

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 93


m3

m3 microobjetivos

• Analizar la influencia de la globalización en el concepto de empresa y


en el rol de los trabajadores.
• Interpretar la importancia de las nuevas formas de producción como el
fordismo, el taylorismo y el toyotismo.
• Distinguir las nuevas estrategias de acción sindical ante la irrupción de
las nuevas tecnologías en las empresas.
• Identificar la importancia, vigencia y aplicabilidad de las normas inter-
nacionales del trabajo que surgen de la O.I.T.
• Conocer la estructura del Derecho colectivo básico, a fin de cimentar
las bases para el conocimiento posterior y profundo del conflicto colec-
tivo y la negociación colectiva.
• Conocer la estructura del Modelo Sindical Argentino a los fines de com-
prender su funcionamiento.

m3 contenidos

Sindicalismo y globalización: marcos jurídicos y legales

Unidad 5: La Globalización, el cambio Tecnológico y la Estrategia Sindical

Llegamos al tercer módulo de la materia donde nos interesa especialmente que


usted comprenda los aspectos más importantes de las estrategias tecnológi-
cas como son el Fordismo, el Taylorismo y el Toyotismo como también todo el
marco legal en que se encuentra encuadrado y amparado el obrero

Si tomamos en cuenta el planteo de Alvin Toffler, IC 1 podríamos considerar


que Argentina actualmente se ubica dentro de la Segunda Ola de cambios,
comprendida entre la Revolución Industrial y el final de la Segunda Guerra
Mundial (1945). La Tercera Ola comienza desde la finalización de la Segunda
guerra Mundial (1945) y llega hasta el presente.
Este período es llamado la “era del conocimiento”, “era espacial”, “era de la
información”, “era de la electrónica” o “aldea global”. También es considerada
como una era tecnotrónica, en la que está encuadrada la sociedad postindus-
trial. Los soviéticos la llama “revolución científico-tecnológica” y el propio Alvin
Toffler la denomina “Sociedad Superindustrial”. Esta época comenzó con el
discado internacional, el correo electrónico, el Chat, la banda electrónica, el
celular, el fax, las tarjetas de crédito y débito, el autoservicio electrónico, los
supermercados o los hipermercados, etc.
A partir de la década de los sesenta, con los profundos cambios tecnológicos
que influyeron en el proceso de producción y en la composición de la fuerza
del trabajo, se redujo la cantidad de trabajadores dedicados a la producción
de bienes y se produjo la expansión del sector de servicios. En este marco, el

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.94


modo de trabajar tuvo una transformación fundamental ya que se basó en lo
profundo del trabajo, más que en la rapidez con la que éste era llevado a cabo.
Se produjo entonces una modificación del paisaje humano integral, en un
período de tiempo sumamente acelerado y corto con respecto a los cambios
anteriores que eran más pausados: la transformación fue intensa. Los cam-
bios se expresaron en lo económico y social, afectando e incluyendo a cada
hombre, como ser único, y a todos los hombres, como sociedad general..
En este período se observa la influencia del taylorismo y el fordismo como
así también las distintas categorías contractuales laborables y el apogeo del
Derecho del Trabajo clásico. Todas las conquistas laborables no tuvieron límites
y lo logrado “no podía ni debía dejarse de lado en el futuro”. En general, las
normas laborales estaban caracterizadas por su rigidez para evitar el fraude
y la explotación laboral. En esa época se desarrolló la figura del contrato por
tiempo indeterminado, para un solo empleador y a tiempo completo.

Cuando se produjo la llamada Crisis del Petróleo IC 2 entre 1973 y 1975 en los
Países Industrializados se puso en tela de juicio el sistema o régimen de acu-
mulación propio del Estado Benefactor IC 3 que venía funcionando desde la
Segunda Guerra Mundial. Esta crisis cerró los llamados Treinta Gloriosos Años
“La Edad Dorada”.
El shock petrolero (aumento del barril de petróleo) y el cambio de ciertas
materias primas llevaron a un proceso inflacionario que convivió con el estan-
camiento, lo que dio lugar al desempleo y la flexibilidad laboral de manera
general.
En este período de importantes cambios debemos considerar también la caída
del Muro de Berlín en 1989 y la crisis y posterior desaparición de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas, máximo representante del comunismo,
sumado todo esto a la integración regional, por ejemplo el Mercosur, Nafta,
CEE, etc.), la globalización de la economía, etc.
Las nuevas tecnologías mejoraron la productividad y crearon nuevos produc-
tos y/o servicios. Junto con este proceso se provocó un importante desempleo
tecnológico y una ocupación cada vez más calificada, pero para menos indi-
viduos. Esto llevó a considerar al empleo como un “bien escaso”, porque se
exige cada vez menos mano de obra y la que se exige, debe ser muy calificada.
En consecuencia, en la actualidad hay cambios en los oficios y en los trabajos,
pues los que subsisten se debe adecuar a las nuevas condiciones de mer-
cado y productivas. Hay un pasaje del trabajador especializado al polivalente,
porque está capacitado para llevar a cabo una multiplicidad de tareas, con
mayores exigencias. Todo esto produce una movilidad vertical de los trabajado-
res por un lado, con la adquisición de nuevas competencias.
Esto puede ocurrir dentro de la misma empresa, desarrollando o realizando la
misma actividad en un empleo garantizado, pero con la posibilidad de lograr
una movilidad o traslado geográfico a otra sucursal.
El cambio tecnológico permitió una multiplicidad de relaciones nuevas,
muchas de las cuales generaron desempleo, a la vez que también contribu-
yeron a la creación de otros. Una de las mayores modificaciones que tuvieron
las relaciones de trabajo individuales se debió al cambio tecnológico como el
teletrabajo.
En esta etapa de abandonó el modelo organizacional de empresa que se
apoyaba en tres pilares fundamentales, como fueron: a) el control entero del
ciclo de producción de bienes y servicios (integración vertical), b) la autonomía
de cada empresa en sus relaciones con otras y c) una gestión propiamente
funcional jerárquica. El paradigma de la empresa castillo, de integración ver-
tical en su producción comienza a dejarse lado. Aparece en su lugar un nuevo
paradigma de empresa, el de la fragmentación del ciclo productivo (integra-
ción horizontal) con una dependencia importante y una articulación en las

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 95


relaciones interempresariales y una gestión que prima la autonomía funcional.
Esto dio lugar a la descentralización, a la interconexión interna y externa.
Aparece un nuevo tipo de empresa, el de la empresa en red y no empresas
que funcionan como compartimientos estancos. La descentralización produc-
tiva se traduce en la reducción de la dimensión de la empresa hasta el límite
que se estima adecuado, como ocurrió con multinacionales japonesas y norte-
americanas. Es casi imposible quien o quienes son los dueños de las empre-
sas, pues la titularidad se halla diseminada por el mundo.
Hay una coordinación del capital en forma global, con una pluralidad de
poderes y responsabilidades empresariales.
El concepto del empleador clásico tiende a desaparecer, pierde transparen-
cia en la telaraña que es la red de empresas ubicadas en el mercado globa-
lizado. Además, resulta complicado saber si los que trabajan juntos lo hacen
para el mismo empleador o para varios, quedando diluido el concepto de un
único patrón.
El lugar físico de la empresa, el establecimiento concreto, también se diluye
y la empresa adquiere el concepto de empresa virtual, interconectada, donde
los roles de los diferentes sujetos se modifican al igual que sus funciones.
Esto puede afectar la integridad colectiva de los trabajadores que no se ven ni
tienen contacto físico.
La organización, entendida como estructura relativamente fija con reglas y
procedimientos preestablecidos, comienza a desintegrarse en la nueva eco-
nomía de tipo red. Esta nueva empresa, que se diversifica, queda robustecida
en el nuevo orden globalizado. Queda transformada en una empresa escueta,
mezquina, que ahorra mano de obra porque la transfiere a empresas subcon-
tratadas, las que a su vez flexibilizan y adecuan su relación con el personal,
que están en condiciones menos ventajosas. Todo esto dio lugar a precarizad
laboral, baja remuneración y pocas expectativas a corto y largo plazo.
Como consecuencia de la descentralización laboral, las relaciones interem-
presariales se basan en vínculos de de cooperación, de coordinación o de
dependencia, tomando a la empresa como un módulo. Aparecen los contratos
de colaboración, complementación o de integración empresarial. Se recurre a
viejas figuras contractuales (locación de servicios, depósito, de transporte, o
comisión o agencia) o se crean nuevos contratos como los de franquicia, de
factoring, merchandising, de facilities management, de logística o manteni-
miento o suministro de informática, lo que da lugar a la empresa sin contenido
o hueca o empresa sin trabajadores’, es decir, empresas especializadas en la
intermediación entre la financiación, la producción y la comercialización, orga-
nizadas a partir de una marca o de una imagen comercial de prestigio.
El objetivo del ingreso del Derecho del Trabajo fue hacer más democrática
a la fábrica, pero la misma se vació y se desmembró. Así, entra en crisis la
clásica relación de trabajo permanente y de larga duración, con exclusividad y
a jornada completa, y “aparecen los contratos cortos, precarios, que tienden a
hacer desaparecer el modelo de trabajador utilizado como referente normativo,
como patrón o estándar social para la reglamentación de la relación laboral
obligatoria”. Esos vínculos jurídicos pueden ser de naturaleza civil o comercial,
asistiéndose a una creciente deslaboralización de las relaciones.
Todos los cambios sucedidos y la nueva organización del trabajo produ-
jeron “una desorganización del Derecho del Trabajo”, que se halló y se halla
en la tarea continua de tejer y destejer su sistema y la trama normativa que lo
integra. Éste derecho se encuentra ante una disyuntiva proveniente de cuatro
factores: “a) de orden económico: la desocupación; b) de orden internacional:
la globalización de la economía; c) de orden social: el debilitamiento de los
sindicatos, y d) de orden ideológico: la expansión y el auge del neoliberalismo.
Ante un nuevo modo de trabajar, deben corresponder nuevas estructuras en
la organización del trabajo y en la situación de los trabajadores en la empresa,

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.96


aunque ellas no deben significar una renuncia a los principios y fines del Dere-
cho del Trabajo que justificaron su nacimiento y crecimiento y con un objetivo
claro y preciso, que fue y es la defensa de la dignidad del hombre y la valora-
ción del trabajo como una proyección eminente de lo que vale como persona,
que impide tratar al trabajo como mercancía.

2. Del Fordismo y Taylorismo al Toyotismo. Nuevos factores de acción sindi-


cal.
El concepto fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó
a la práctica el fabricante de automóviles Henry Ford. Este sistema comenzó
con la producción del Ford Modelo T, -a partir de 1908- con una combinación
y organización general del trabajo altamente especializada y reglamentada
a través de las cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más
elevados y un número elevado de trabajadores en plantilla y fue utilizado pos-
teriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países, hasta la
década de los 70 del siglo XX (cuando fue reemplazada por el Toyotismo).
El fordismo como modelo de produc-
ción resulta rentable siempre que el
producto pueda venderse a un precio
relativamente bajo en relación a los
salarios promedio, generalmente en
una economía desarrollada.

El fordismo apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la trans-


formación del esquema industrial y la reducción de costos. La diferencia que
tiene con el taylorismo, es que ésta innovación no se logró principalmente a
costa del trabajador sino a través de una estrategia de expansión del mercado.
La razón es que si hay mayor volumen de unidades de un producto cualquiera
(debido a la tecnología de ensamblaje) y su costo es reducido (por la razón
tiempo/ejecución) habrá un excedente de lo producido que superara numérica-
mente la capacidad de consumo de la élite, tradicional y única consumidora de
tecnologías con anterioridad.

Con esta nueva forma de producción, aparece un obrero especializado con


un status mayor al proletariado de la industrialización y también surge la clase
media del modelo norteamericano que se transformará en la cara visible del
arquetipo del american way. Pero el sistema excluye el control de tiempo de
producción por parte de la clase obrera, como solía ocurrir cuando el obrero
además de poseer la fuerza de trabajo, poseía los conocimientos necesarios
para realizar su trabajo de forma autónoma, de esta manera el capitalista
quedaba fuera de los tiempos de producción.

El fordismo (con ayuda anterior del taylorismo) llega para romper con ese
monopolio del trabajo, por un trabajo alienante con características que llevan
al obrero a perder ese “monopolio” y por ende perder el control de los tiempos
de producción. Además antes de esta nueva clase trabajadora, los obreros
estaban sindicalizados, lo cual les brindaba una protección frente a la opresión
capitalista.

La idea de sumar la producción en cadena a la producción de mercancías no


sólo significó las transformaciones sociales y culturales que se puede resumir
en la idea de cultura de clases o clases media. Como prototipo se puede hablar
de la creación de automóviles en serie, de la expansión interclasista del con-

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 97


sumo que deviene en nuevos estímulos y códigos culturales medidos por el
capital.

También hay que advertir que el modelo madura bajo el esquema económico
del keynesianismo (que fue la base del Estado de bienestar), el cual promovió
un protagonismo histórico de las clases subordinadas y el amarre del capital
a consideraciones sociales y de clase. Influido todo esto por el ascenso de los
socialismos reales y el miedo a su expansión global por parte del liberalismo
capitalista.

Del modelo fondista es posible considerar como elementos centrales:

• Aumento de la división del trabajo.

• Profundización del control de los tiempos productivos del obrero (vin-


culación tiempo/ejecución).

• Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía


(expansión interclasista de mercado) e interés en el aumento del poder
adquisitivo de los asalariados (clases subalternas a la élite).

• Políticas de acuerdo entre obreros organizados (sindicato) y el capita-


lista.

• Producción en serie
El taylorismo, denominado así por el
estadounidense Frederick Taylor, y vinculado
a la organización y eficiencia del trabajo, se
refiere a la división de las distintas tareas del
proceso de producción. Este fue un nuevo
método de organización industrial, cuyo fin
era aumentar la productividad y evitar el con-
trol que el obrero podía tener en los tiempos
de producción.

Taylor elaboró un sistema de organización racional del trabajo, ampliamente


expuesto en su obra Principles of Scientific Management (1912), en un plan-
teamiento integral que luego fue conocido como “taylorismo”. Se basó en la
aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al
estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción
industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la mano de obra y de las
máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas, la
organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el cronomet-
raje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de
primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad indus-
trial.

Frederick Taylor trató de eliminar por completo los movimientos innecesarios


de los obreros con el deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo
de la industria. Hizo un estudio con el objetivo de eliminar los movimientos
inútiles y establecer el tiempo necesario para realizar cada tarea específica.

Al taylorismo como método de trabajo, aplicado a la revolución industrial, se


lo denominó organización científica del trabajo o gestión científica del trabajo,
entendida como forma de dirección que asigna al proceso laboral los principios

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.98


básicos del método científico, indicando así el modo más óptimo de llevar a
cabo un trabajo y repartiendo las ganancias con los trabajadores. Se basó en la
división del trabajo en dirección y trabajadores, la subdivisión de las tareas en
otras más simples y en la remuneración del trabajador según el rendimiento.

El sistema de Taylor bajó los costos de producción porque se tenían que


pagar menos salarios, las empresas incluso llegaron a pagar menos dinero por
cada pieza para que los obreros se diesen más prisa. Para que este sistema
funcionase correctamente era imprescindible que los trabajadores estuvieran
supervisados y así surgió un grupo especial de empleados, que se encar-
gaba de la supervisión, organización y dirección del trabajo. Este proceso se
enmarcó en una época (fines del siglo XIX) de expansión acelerada de los
mercados que llevó al proceso de colonialismo, que terminó su cruzada frené-
tica en tragedia a través de las guerras mundiales. Su obsesión por el tiempo
productivo lo llevó a trabajar el concepto de cronómetro en el proceso produc-
tivo, idea que superaría a la de taller, propia de la primera fase de la Revolución
Industrial.

La organización del trabajo taylorista transformó a la industria en los siguien-


tes sentidos:

• Aumento de la destreza del obrero a través de la especialización y el


conocimiento técnico.

• Mayor control de tiempo en la planta, lo que significaba mayor acumu-


lación de capital.

• Idea inicial del individualismo técnico y la mecanización del rol.

• Estudio científico de movimientos y tiempo productivo.

La división del trabajo planteada por Taylor efectivamente reduce los costos
y reorganiza científicamente el trabajo, pero encuentra un rechazo creciente
del proletariado, elemento que sumado a la crisis de expansión estructural
de mercado (por velocidad de circulación de la mercancía) lo llevaría a una
reformulación práctica en el siglo XX que es la idea de fordismo.

Según el propio Taylor, las etapas para poner en funcionamiento su sistema


de organización del trabajo fueron las siguientes:

1. Hallar diez o quince obreros (si es posible en distintas empresas y de


distintas regiones) que sean particularmente hábiles en la ejecución del
trabajo por analizar.

2. Definir la serie exacta de movimientos elementales que cada uno de los


obreros lleva a cabo para ejecutar el trabajo analizado, así como los
útiles y materiales que emplea.

3. Determinar con un cronómetro el tiempo necesario para realizar cada


uno de estos movimientos elementales y elegir el modo más simple de
ejecución.

4. Eliminar todos los movimientos mal concebidos, los lentos o inútiles.

5. Tras haber suprimido así todos los movimientos inútiles, reunir en una
secuencia los movimientos más rápidos y los que permiten emplear
mejor los materiales más útiles.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 99


La aplicación del sistema de Taylor provocó una baja en los costos de pro-
ducción porque significó una reducción de los salarios. Para estimular a los
obreros a incrementar la producción, muchas empresas disminuyeron el salario
pagado por cada pieza. Hacia 1912 y 1913 se produjeron numerosas huelgas
en contra de la utilización del sistema de Taylor.

Los principales puntos del modelo de organización de Taylor fueron deter-


minar científicamente trabajo estándar, crear una revolución mental y un
trabajador funcional. A finales del s. XIX, principios del XX nos encontramos
dos esferas sociales diferenciadas: el campo y la fábrica. Hay una tendencia
a la mayor división social del trabajo: tareas cada vez más simples, parcel-
ación progresiva de las tareas. Los fines del modelo consistían en aumentar la
productividad, consiguiendo más por menos, cuestión que desemboca en la
descualificación de los obreros. Con la división del trabajo se eliminan costos y
el trabajo artesanal, se consigue que el conocimiento pase a los ingenieros, los
oficios dejan de tener la posición preferente y negociadora que tenían hasta el
momento, así el trabajador pierde ese poder negociador como resultado de la
conversión a tareas simples. La fragmentación del trabajo produce una descu-
alificación al destruirse los antiguos oficios, fragmentándolos y descomponié-
ndolos, aumentando la eficiencia y bajando los costos ya que al trabajador
que lleva a cabo tareas simples se le paga menos. Este sistema con lleva un
problema: el monopolio del conocimiento, interés en que ese conocimiento no
trascienda para así lograr mantener aquél régimen.

Finalmente, el Toyotismo corresponde a una relación en el entorno de la


producción industrial que fue pilar importante en el sistema de procedimiento
industrial japonés y coreano, y que después de la crisis del petróleo de 1973
comenzó a desplazar al fordismo como modelo referencial en la producción en
cadena. Se destaca de su antecesor básicamente en su idea de trabajo flexible,
aumento de la productividad a través de la gestión y organización (just in time)
y el trabajo combinado que supera a la mecanización e individualización del
trabajador, elemento característico del proceso de la cadena fordista.

Cuando el sistema económico keynesiano y el sistema productivo fordista dan


cuenta de un agotamiento estructural en los años 1973-74, las miradas en la
producción industrial comienzan a girar en torno al modelo japonés, que per-
mitió llevar a la industria japonesa del subdesarrollo a la categoría de potencia
mundial en sólo décadas. Los ejes centrales del modelo lograban revertir la
crisis que se presentaba en la producción en cadena fordista. Estos puntos
fueron:

• Flexibilidad laboral y alta rotación en los puestos de trabajo/roles.

• Estímulos sociales a través del fomento del trabajo en equipo y la iden-


tificación clara entre jefe-subalterno.

• Sistema just in time; que revaloriza la relación entre el tiempo de pro-


ducción y la circulación de la mercancía a través de la lógica de menor
control del obrero en la cadena productiva y un aceleramiento de la
demanda que acerca al “stock 0” y permite prescindir de la bodega y
sus altos costos por concepto de almacenaje.

• Reducción de costos de planta permite traspasar esa baja al consu-


midor y aumentar progresivamente el consumo en las distintas clases
sociales.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.100


La manera en que se manifiesta idealmente esa nueva concepción vincu-
lación/ejecución tiene que ver con una economía que tenga un crecimiento
aceptable y un control amplio de mercados externos. A pesar de que sólo un
pequeño grupo de países cumplen con ese escenario, el toyotismo también
ha manifestado formas híbridas en otros países con el objetivo de perseguir la
reducción de costos y el estímulo social a los trabajadores.

Unidad 6: Organización Internacional del Trabajo (OIT)

1. OIT: Orígenes e historia. Misión y objetivos. Áreas de actuación. Fun-


cionamiento. Principales convenios y recomendaciones ratificados por
nuestro país.
En la Conferencia de Paz de 1919 con la que
finaliza la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se
implementó e instituyó una Comisión especial Inter-
nacional de Trabajo. De ella surgió la Organización
Internacional del Trabajo (O.I.T.).

En la introducción o preámbulo de dicha organización se instituyó como base


para cualquier paz duradera y universal que deba existir una Justicia Social
para todos. Mientras persistan condiciones de trabajo injustas, además de
miseria y privaciones para todos los seres humanos, siempre existirá la posi-
bilidad que la paz y la armonía universales se vean amenazadas, motivo por el
cual es fundamental lograr ir mejorando las condiciones de las personas.
La OIT es un organismo internacional tripartito especializado en materia de
Derecho del Trabajo, con reconocimiento y personería jurídica propia relacio-
nada con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), creada en 1945

Está integrada por organizaciones de trabajadores (sindicatos), estados


miembros de la ONU y estados que no son miembros de ninguna de las orga-
nizaciones anteriores. Institucionalmente esta integrada por la Conferencia
Internacional de la OIT, de carácter legislativo, el Consejo de Administración de
la OIT como órgano ejecutivo; la Oficina Internacional del Trabajo con carácter
administrativo y las comisiones técnicas que son las encargadas de controlar
todo lo referido al trabajo.
Desde el punto de vista normativo establece convenios, los cuales son
obligatorios para Estados que los han firmado y posteriormente ratificado por
una ley interna, y recomendaciones, que son solo pautas a seguir y no tienen
el carácter de obligatorias. Este sistema normativo de convenios y recomenda-
ciones de la OIT tiene rango superior a las leyes porque están incluidos en el
artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional.
Los convenios ratificados por los Estados traen como consecuencia dos
obligaciones fundamentales. La primera es la obligación de cumplirlos, y la
segunda, que el Estado debe someterse, una vez firmados, a los procedimien-
tos para su control.
Las recomendaciones, tal como su nombre lo indica, son sólo guías en
relación al tema que se refieren y no están ratificados. Lo mismo ocurre con los
convenios en los países que no lo ratificaron por medio de una ley.
Entre los principales convenios firmados y ratificados por la República
Argentina en relación al Derecho Colectivo, está el convenio 87 IC 4 sobre la
libertad sindical y la protección del derecho de sindicalización ratificado por la
ley 14.932 IC 5 de 1959. Junto a este, está el convenio 98 IC 6 sobre derecho
de sindicación y de negociación colectiva de 1949, ratificado por el decreto ley
11.594 de 1956.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 101


Otros de los convenios importante es el 135 IC 7 sobre la representación
de los trabajadores de 1971, ratificado por la ley 25.801 IC 8 del año 2003, el
convenio 151 IC 9 sobre las relaciones de trabajo en la Administración Pública
de 1978 ratificado por la ley 23.328 de 1986 y el convenio 154 IC 10 sobre la
negociación colectiva de 1981 ratificado por la ley 23.544 de 1988.
En el caso particular del convenio 87, denominado sobre libertad sindical y la
protección del derecho de sindicación, se resguarda tanto la libertad sindical
de los trabajadores como de los empleadores, quienes, sin ninguna distinción
y sin autorización previa, tienen derecho de constituir las organizaciones que
estimen convenientes, así como el derecho de afiliarse a estas organizaciones,
con la sola condición de observar los estatutos de aquellas (art. 2).
Las organizaciones de trabajadores y de empleadores tienen derecho de
redactar sus estatutos y reglamentos administrativos, el de elegir libremente
sus representantes, el de organizar su administración y sus actividades y el de
formular su programa de acción (art. 3°, 1).
Las autoridades públicas deben abstenerse de toda intervención que tienda
a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal (art. 3°, 2).
Prohíbe la disolución o suspensión por vía administrativa de las organiza-
ciones de trabajadores o de empleadores (art. 4).
Garantiza asimismo la llamada facultad federativa de las organizaciones de
trabajadores y de empleadores, resguardando el derecho de constituir federa-
ciones y confederaciones, así como el de afiliarse a éstas, y éstas de afiliarse
a organizaciones internacionales de trabajadores y de empleadores (art. 5); y
éstas tienen los mismos derechos reconocidos a las organizaciones de trabaja-
dores y de empleadores (art. 6).
Impone a los trabajadores, los empleadores y sus organizaciones al ejercer
sus derechos que se les reconocen, la obligación de respetar la legalidad (art.
8).
La legislación nacional de cada país determinará hasta qué punto las garan-
tías previstas en este convenio se aplicarán a las fuerzas armadas y a la policía
(art. 9°, 1).
Junto con el convenio 87, es importante considerar como parte de las leyes
laborales al 98 de la OIT. Llamado sobre “derecho de sindicación y de negocia-
ción colectiva”, la cual determina que los trabajadores deberán gozar de ade-
cuada protección contra todo acto de discriminación tendiente a menoscabar la
libertad sindical en relación con su empleo (art. 1°, 1).
Esta protección debe ejercerse principalmente contra todo acto que tenga
por objeto:
a) sujetar el empleo de un trabajador a la condición de que no se afilie a un
sindicato o a la de dejar de ser miembro de un sindicato, y
b) despedir a un trabajador o perjudicarlo de cualquier otra forma a causa de
su afiliación sindical o de su participación en actividades sindicales fuera de las
horas de trabajo, o con el consentimiento del empleador, durante las horas de
trabajo (art. 1°, 2).

Las organizaciones de trabajadores y de empleadores deberán gozar de


adecuada protección contra todo acto de injerencia de unas respecto de las
otras (art. 2°, 1). Se considera actos de injerencia, principalmente, las medi-
das que tiendan a fomentar la constitución de organizaciones de trabajadores
dominadas por un empleador o una organización de empleadores, o a sostener
económicamente o en otra forma, organizaciones de trabajadores, con objeto
de controlarlas (art. 2°, 2).
El convenio obliga a crear los organismos adecuados para respetar el dere-
cho de sindicación (art. 3°).

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.102


El art. 4° impone el deber de adoptar medidas para estimular y fomentar
entre los empleadores y los trabajadores (y sus organizaciones respectivas),
el pleno desarrollo y uso de procedimientos de negociación voluntaria, con el
objeto de reglamentar, por medio de contratos colectivos, las condiciones de
empleo. Este convenio –al igual que el 87- remite a la legislación nacional para
determinar el alcance de las garantías previstas en él en lo que se refiere a la
aplicación a las fuerzas armadas y a la policía (art. 5° 1).
Finalmente, existen los informes de la Comisión de Expertos y las Decisiones
del Comité de Libertad Sindical de la OIT. En ese sentido, considera que la
única autoridad competente para dar una interpretación definitiva de las dispo-
siciones de un convenio de la OIT es la Corte Internacional de Justicia de La
Haya, este procedimiento ha sido aplicado, hasta el presente, una sola vez.
Existen sin embargo otras modalidades de interpretación de gran importan-
cia: se trata de las Opiniones que expresa la Oficina Internacional del Trabajo al
ser consultada por los gobiernos, sobre todo, ante la eventual ratificación del
convenio. A este fin, se basa en los trabajos preparatorios del convenio respec-
tivo y en los comentarios hechos por los órganos de control de la OIT, en casos
similares.
Estos órganos de control de la OIT, la Comisión de Expertos en aplicación
de convenios y recomendaciones y el Comité de Libertad Sindical del Consejo
de Administración de la OIT, han elaborado una extensa jurisprudencia en el
cumplimiento de su función de supervisión de la aplicación de las normas inter-
nacionales del trabajo.
Los estados miembros han acatado pacíficamente la interpretación que
de las normas han efectuado los órganos de control de la OIT, la Comisión
de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones y el Comité de
Libertad Sindical. En todo caso, siempre queda a salvo el derecho del país
disconforme con la interpretación de un convenio formulada por un determi-
nado órgano, para pedir al consejo de administración de la OIT que someta la
cuestión a la decisión de la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
Por consiguiente, mientras esta Corte no contradiga los puntos de vista de los
órganos de control, estos deben ser considerados validos y reconocidos, tanto
en el plano internacional como interno.

Unidad 7: El Derecho Colectivo del Trabajo y la trilogía de su contenido


Por medio del decreto 23.852/45 IC 11 es posible afirmar que la etapa de
reconocimiento o institucionalización del movimiento sindical comienza con el
dictado de este decreto, que constituye la piedra fundamental del modelo sin-
dical argentino. No pone demasiado énfasis en la libre afiliación sino especial-
mente en los derechos sindicales de los trabajadores y en la libre constitución
de la asociación profesional misma, aunque no menciona la organización por
empresa. Respecto a la personería gremial, solo la obtenía la asociación profe-
sional más representativa de acuerdo al número de afiliados reales. En cuanto
a la actividad política, esta prohibido que los sindicatos reciban subsidios
políticos, en cambio se les reconoce la posibilidad de participar en actividades
políticas distinguiendo las circunstanciales de las permanentes (caso en el cual
debía ajustarse a las leyes que regían en los partidos políticos).
Otro hito importante en las relaciones obrero patronales fue la ley 14.250 de
Convenciones Colectivas de Trabajo de 1953, que inauguró la homologación
masiva de los convenios colectivos por el Estado como requisito excluyente, es
decir que el Estado debe estar presente en toda negociación.
En cuanto a la representación gremial reconoce la reserva del puesto y la
estabilidad gremial de los trabajadores.
El patrimonio sindical debe ser retenido por parte de los empleadores. En
las relaciones profesionales los sindicatos con personería gremial pueden cele-
brar convenios colectivos de trabajo con cláusulas obligatorias tanto para los

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 103


afiliados como los no afiliados. También sanciona las prácticas desleales de los
empleadores.
Con el golpe de 1955 (derrocamiento de Perón), y la posterior asunción del
gobierno de facto a cargo sucesivamente los Generales Lonardi y Aramburu
intentaron desmontar los sindicatos que fueron hasta ese momento la piedra
angular del gobierno de Perón y para ello establecieron el decreto 9270/56}}.
IC 12
Este decreto trató de desarticular la estructura sindical construida por el
anterior y establecer una regulación de la constitución y funcionamiento de los
sindicatos que siguiera los lineamientos del modelo europeo (apartidario, entre
otras cuestiones), aunque no pudo finalmente concretarse en la práctica. Pro-
pugnaba la libertad sindical a través de la derogación del sistema de persone-
ría gremial, quedando todos los sindicatos inscriptos en un pie de igualdad. Si
existían dos o más sindicatos en una determinada rama o actividad, era nece-
sario constituir una comisión intersindical, la que debía negociar el convenio
colectivo. Además se prohibía la actividad política.
Con el nuevo gobierno constitucional de Arturo Frondizi (1958-1962) se
sanciona la ley 14.455 IC 13 de 1958. Esta nueva la ley retoma los lineamientos
básicos del decreto 23.852/45. Leyes posteriores, en general de origen y
sancionadas por gobiernos peronistas, tendieron a darle una mayor participa-
ción y preponderancia a los movimientos sindicales.
Con el nuevo gobierno militar (llamado Proceso de Reorganización Nacional,
1976-1983), se aprobó la ley 22.105 de 1979 que pretendió reemplazar en su
totalidad la anterior ley 20.615
Con el retorno de la Democracia, durante el gobierno de Raúl Alfonsín
(1983-1989) se sancionó la ley 23.551 IC 14 de 1988.con el consenso de los
dos partidos mayoritarios en el Congreso, la UCR y el PJ.

El derecho de las relaciones colectivas. Derecho individual del trabajo – dere-


cho colectivo del trabajo

El derecho que ampara al trabajador u obrero esta comprendido en el conjunto


de reglas que rigen las relaciones que se establecen entre un trabajador y un
empleador, considerados de manera individual cada uno (derecho individual),
mientras que las normas, principios y reglas que se refieren o están vinculadas
a las relaciones entre un empleador o grupo de empleadores con los grupos de
trabajadores o a las organizaciones que los representan, están comprendidos
en el derecho colectivo de trabajo.
Finalmente el derecho de las relaciones colectivas está en le marco del dere-
cho laboral que ampara a los convenios colectivos de trabajo, que tienen
reconocimiento y amparo legal.

Contenido del derecho de las relaciones colectivas


El contenido del mismo es:
a) Asociaciones sindicales de trabajadores: la regulación de la constitu-
ción y funcionamiento de las asociaciones sindicales de trabajadores
esta básicamente integrada por la ley 23.551 del 1.988 y el decreto
Reglamento 467/88.
b) Negociación colectiva: el derecho otorgado a los gremios para con-
certar convenios colectivos de trabajo (art. 14 bis, de la Constitución
Nacional ((CN) está principalmente reglado por la ley 14.250 IC 15
(1953), la ley 23.546 IC 16 (2004) y diversos decretos reglamentarios.
c) Derecho de los conflictos colectivos del trabajo y sus medios de solu-
ción: con fundamento en la norma constitucional del art. 14 bis, CN
que garantiza a los gremios el derecho de huelga y el de recurrir a la

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.104


conciliación y el arbitraje, las normas más importantes que lo integran
se refieren a la conciliación y el arbitraje (ley 14.786 de 1958) y la regu-
lación de los conflictos en los servicios esenciales (art. 24, ley 25.877
IC 17)
d) Participación de los trabajadores en la empresa: mas allá de la cláusula
inserta el art. 14 bis, CN, que ordena el dictado de leyes que aseguren
al trabajador la participación en las ganancias de las empresas, con
control en la producción y colaboración en la dirección, son escasas
las normas que a él se refieren. Las más recientes son las contenidas
en la ley 23.696 IC 18, de reforma del Estado sobre programas de
propiedad participada; el art. 4 de la ley 23546 sobre información en la
negociación colectiva de empresa, en los procedimientos preventivos
de crisis y en las empresas concursadas, y los arts. 25 y 26 de la ley
25.877 sobre balance social.

Los sujetos del derecho de las relaciones colectivas


Los sujetos son, por un lado, los trabajadores, un trabajador, un grupo de
trabajadores o una asociación sindical, lo importante es que la base es la plura-
lidad y el interés colectivo manifiesto; y por la parte, patronal, un empleador, un
grupo de empleadores o una asociación profesional de empleadores.
El Estado a través del Ministerio de Trabajo cumple un rol fundamental como
autoridad administrativa. El organismo internacional fundamental es la OIT (tra-
tada en el módulo anterior).

Fuentes del derecho colectivo – el derecho colectivo en la Constitución Nacio-


nal
En la CN el art. 14 bis, en su primer párrafo reza: “el trabajo en sus diversas
formas gozará de la protección de las leyes que asegurarán al trabajador (…)
la participación en las ganancias de las empresas con control en la producción
y colaboración en la dirección y la organización sindical libre y democrática
reconocida por la simple inscripción en un registro especial”.
En el párrafo segundo, queda garantizado a los gremios: concertar convenios
colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de
huelga. Los representantes gremiales gozaran de las garantías necesarias para
el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de
su empleo.

Otras fuentes del derecho colectivo


Convenciones Colectivas de Trabajo
Los laudos son las decisiones de un árbitro –tercero, ajeno a la controver-
sia de las partes- como resultado de un procedimiento de arbitraje voluntario.
La ley respectiva (art. 7, ley 14.786) atribuye a los laudos dictados los efec-
tos sobre Convenios Colectivos de Trabajo, por lo que constituyen indudable
fuente del derecho colectivo del trabajo.
También está la voluntad de las partes. Los reglamentos de empresa pueden
ser producto de la voluntad unilateral del empleador, o de la voluntad acordada
del empleador con los trabajadores o sus representantes. Las disposiciones del
reglamento están destinadas por lo general, a reglar aspectos de las relaciones
individuales de trabajo dentro de la empresa (por ej. Utilización de las instala-
ciones de la empresa, aplicación de las medidas de protección en materia de
higiene y seguridad en el trabajo, fijación de los horarios de entrada y salida,
las pautas durante la jornada, los días y horas de pago, entre otras).
Otras fuentes de derecho colectivo de trabajo son las leyes, los decretos
reglamentarios. También entre las atribuciones del Presidente de la Nación
esta la de expedir las instrucciones y reglamentos que sean necesarios para

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 105


la ejecución de las leyes de la Nación, cuidando de no alterar su espíritu con
excepciones reglamentarias (art. 99, inc. 2, CN). Es evidente que los decretos
reglamentarios son fuente del derecho colectivo en tanto precisen los alcances
de las leyes referidas a esa materia. Algunas leyes que conforman la estructura
básica del derecho colectivo cuentan con importantes decretos reglamentarios
destinados a precisar sus normas y facilitar su aplicación. Así, el decreto regla-
mentario 467/88 reglamenta la ley 23.551 de asociaciones sindicales.
Además las resoluciones ministeriales a través del artículo 103 de la CN
establece que los ministros no pueden por sí solos, en ningún caso, tomar
resoluciones, a excepción de lo concerniente al régimen económico y adminis-
trativo de sus respectivos departamentos. Sin embargo, en el ámbito del dere-
cho colectivo del trabajo, las resoluciones ministeriales adquieren relevancia en
materia de otorgamiento de personería gremial, encuadramiento sindical, en
cuanto a la calificación de la ilegalidad de las huelgas y resolviendo conflictos
internos de asociaciones sindicales.
Las resoluciones de organismos paritarios tienen facultades reglamentarias o
normativas en materia laboral como el Consejo Nacional del Empleo, la Produc-
tividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, creado por la Ley 24.013.
Según la ley 14.250 del Convenio Colectivo de Trabajo, cualquiera de las
partes signatarias puede pedir la constitución de una comisión paritaria que se
integrara con igual número de representantes de empleadores y trabajadores y
que puede o no ser presidida por un funcionario designado por el Ministerio de
Trabajo (artículos 13, 15, ley 14.250). Estas comisiones paritarias tienen como
principales atribuciones la de interpretar con alcance general la convención
colectiva, a pedido de cualquiera de las partes o de la autoridad de aplicación
y la de clasificar las nuevas tareas que se creen y reclasificar la que experi-
menten modificaciones por efecto de las innovaciones tecnológicas o nuevas
formas de organización de la empresa. Las decisiones que adopte esta comi-
sión quedaran incorporadas al CCT como parte integrante del mismo.

Principios del derecho colectivo


La libertad sindical
Son el conjunto de derechos, potestades, prerrogativas e inmunidades
otorgadas por las normas constitucionales, internacionales y legales a los
trabajadores y a las organizaciones voluntariamente constituidas por ellos, para
garantizar el desarrollo de las acciones lícitas destinadas a la defensa de sus
intereses y al mejoramiento de sus condiciones de vida y de trabajo.
Dentro del concepto de Libertad Sindical se incluyen los clásicos cuatro
aspectos, que son: la libertad en sentido individual o colectivo dependerá de
quien sea el titular de los derechos en sentido estricto (el trabajador o la orga-
nización sindical). La faceta positiva se expresa en un complejo de privilegios
que gozan tanto el trabajador individualmente considerado como la organiza-
ción sindical constituida. La libertad negativa se expresa en una libertad en la
medida que se trata de una conducta que no esta prohibida ni prescripta (el
trabajador no tiene prohibido afiliarse ni su afiliación a un sindicato es obli-
gatoria), pero también se manifiesta en una inmunidad, la de desafiliarse (sin
generar consecuencias adversas) y asimismo se manifiesta en el derecho de no
intromisión (del Estado y de las organizaciones de empleadores en la organiza-
ción sindical. En definitiva:
1) la Libertad Sindical en sentido individual positivo comprensiva de las
posibilidades de constituir una entidad o de afiliarse a cualquiera de las
existentes sin padecer discriminaciones basadas en dicha decisión.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.106


2) la Libertad Sindical en sentido individual negativo en el sentido de no
afiliarse a ninguna entidad o de desafiliarse a las que anteriormente
pertenecía.

3) la Libertad Sindical en sentido colectivo positivo que incluye principal-


mente las facultades de autogestión y adhesión a entidades de rango
superior.

4) la Libertad Sindical en sentido colectivo negativo que implica la obliga-


ción de abstención de intromisión de terceros en la vida interna de la
asociación.

La libertad sindical (individual) en la ley 23.551

La libertad individual positiva:


a) derecho de los trabajadores de constituir las asociaciones sindicales que
estimen convenientes (art. 4, inc. a, ley 23.551 y 1, decreto reglamentario
467/88.
b) derecho de afiliarse a las asociaciones ya constituidas (artículo 4, ley 23.551,
artículo 2, decreto reglamentario 467/88);
c) permanecer en una asociación sindical;
d) reunirse y desarrollar actividades sindicales;
e) derecho de peticionar ante las autoridades y los empleadores;
f ) participar en la vida interna de las asociaciones sindicales, elegir libremente a
sus representantes, ser elegidos y postular candidatos

La libertad individual negativa: el convenio 87 no menciona esta libertad y se


debe a una explicación histórica. El artículo 4 de la ley 23.551 expresamente
garantiza el derecho de los trabajadores de no afiliarse o desafiliarse. Cláusulas
sindicales:
a) closed shop de taller cerrado o de exclusión de ingreso.
b) unión shop, de taller sindicado (los trabajadores deben afiliarse en un plazo
determinado luego de haber ingresado al trabajo)
c) maintenance o membership (mantenimiento de la afiliación o exclusión por
separación;
d) hiring hol (o de bolsa de trabajo);
e) agency shop (o de contribución al agente negociador), permitida por el 2°
párrafo del art. 9° de la ley 14.250, se trata de una cuota de solidaridad;
f ) preferential shop (o de preferencia sindical) también permitida por el parr.
1° del art. 9 de la ley 14.250; g) check off (o de agente de retención), también
admitida en nuestra legislación a través del párrafo 1° del art. 38 de la ley
23.551.

La libertad sindical – aspecto colectivo


El aspecto colectivo de la libertad sindical se manifiesta a través de la
autonomía sindical también llamada autarquía o independencia sindical. Es la
facultad de autodeterminación de las asociaciones sindicales de trabajadores,
frente a las fuerzas, poderes personas y organizaciones que pretendan interferir
en su constitución y funcionamiento. El convenio 87 de la OIT en su artículo
3 dice textualmente:
1) Las organizaciones de trabajadores tienen derecho de redactar sus estatu-
tos y reglamentos administrativos, el de elegir libremente sus representantes, el
de organizar su administración y sus actividades y el de formular su programa
de acción.
2) Las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que
tienda a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 107


El artículo 6 de la ley 23.551 tiene una disposición similar. Desde luego este
derecho no es absoluto en cuanto no puede ir mas allá de la ley vigente ni vul-
nerar el orden publico general.
La autonomía sindical se ejerce frente a tres personas en especial: a) el
Estado; b) los empleadores y c) los partidos políticos.

a) Frente al Estado:
1) La autorización previa: el artículo 2 del Convenio 87
de la OIT prescribe que los trabajadores, sin autorización
previa, tienen derecho de constituir las organizaciones
que estimen convenientes. Sin embargo, en los trabajos
preparatorios del convenio y en los informes de la Comi-
sión de Expertos que las reglamentaciones nacionales
a cerca de la constitución de organizaciones no son en
si mismas incompatibles con este principio, a condición
de que no se hallen en contradicción con las garantías
previstas en él, con disposiciones arbitrarias y discrecio-
nales.
2) Implica el derecho de constituir las organizaciones
que estimen pertinentes sin injerencia alguna por parte
del estado.
3) Derecho de redactar los propios estatutos y reglamen-
tos.
4) Derecho de elegir libremente sus representantes.
5) Derecho de organizar su administración.
6) Derecho de no ser disueltas o suspendidas por vía
administrativa.

b) Frente a los empleadores: el artículo 6 de la ley 23.551 dispone en su parte


pertinente que los empleadores y sus asociaciones deberán abstenerse de
limitar la autonomía de las asociaciones sindicales, más allá de lo establecido
en la legislación vigente.
El artículo 9 de la ley 23.551 prescribe que las asociaciones sindicales no
podrán recibir ayudas económicas de empleadores ni de organismos políticos
nacionales o extranjeros, pero esta prohibición no alcanza a los aportes que los
empleadores efectúen en virtud de normas legales o convencionales.
También existen otras formas de injerencia prohibidas por la ley, que son las
prácticas desleales tipificadas por el art. 53 de la ley 23.551
c) Frente a los partidos políticos existe el pronunciamiento del comité de
Libertad Sindical cuya misión fundamental y permanente del movimiento sindi-
cal es el progreso económico y social de los trabajadores y por consiguiente,
cuando los sindicatos decidan de conformidad con las leyes y costumbres en
vigor y por voluntad de sus miembros, establecer relaciones con un partido
político o llevar a cabo una acción política para favorecer la realización de sus
objetivos económicos y sociales, estas relaciones o esta acción política no
deben ser de tal naturaleza que comprometan la continuidad del movimiento
sindical o de sus funciones sociales o económicas. Por su parte, el artículo 9
de la ley 23.551 se limita a decir que las asociaciones sindicales no podrán
recibir ayuda económica de organismos políticos nacionales o extranjeros y el
artículo 7 de la misma ley prescribe que las asociaciones sindicales no podrán
establecer diferencias por razones políticas debiendo abstenerse de dar un
trato discriminatorio a sus afiliados.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.108


La democracia sindical
El artículo 14 bis, CN garantiza la organización sindical libre y democrática
en el aspecto formal y cuantitativo consiste en el respeto de la mayoría de los
afiliados al sindicato y en ocasiones de la mayoría de los trabajadores, sean
estos afiliados o no al sindicato.
Este principio está consagrado principalmente por dos normas en la ley
23.551: el artículo 17 exige que los integrantes del órgano directivo sean elegi-
dos en forma que asegure la voluntad de la mayoría de los afiliados o delega-
dos congresales mediante el voto directo y secreto.
El art. 41 inciso a), de la misma ley prescribe, como requisito para ejercer los
cargos de delegado de personal o miembros de las comisiones internas, ser
elegido por el voto secreto y directo de los trabajadores cuya representación
deberá ejercer.
En su aspecto sustancial, tiene diversas manifestaciones: trato igual y no
discriminación (art. 12), pluralismo interno (consiste en el reconocimiento y
respeto debido a las distintas corrientes de opinión que coexisten en el mismo
sindicato, expresado en el régimen electoral que admite la presentación de
diversas listas, artículo 16 inciso g, ley 23.551 y artículo 15, decreto reglamen-
tario 467/88), la representación de las minorías (la ley impone la representación
de las minorías en los cuerpos deliberativos, no así en los cuerpos directivos o
de conducción, art. 8 inciso d, ley 23.551) y participación de los afiliados en la
vida interna de la entidad (artículo 8, ley 23.551)

Otros principios del derecho colectivo


Principio de pureza: este principio surge de los términos de la ley 23.551 en
sus artículos 2 y 4 que implícitamente rechazan la posibilidad de constitución
de un sindicato mixto (de empleadores y trabajadores). Este tipo de asocia-
ción, si bien no se encuentra legalmente prohibida, y por ende su existencia
resulta jurídicamente posible, no se encontraría regida por la ley 23.551 el prin-
cipio de pureza se encuentra también receptado por el art. 18 de la ley 23.551
en cuanto exige como condición para ejercer un cargo directivo encontrarse
desempeñando actividades durante dos años. La aplicación de este principio
de pureza tiene además otra consecuencia importante y digna de ser subra-
yada: veda legalmente la existencia de una casta de dirigentes profesionales.
Principio de Especialidad: se encuentra consagrado en la ley en cuanto
define como asociaciones sindicales las que tienen por objeto la defensa de los
derechos de los trabajadores. Y el art. 3 define por interés de los trabajadores
todo cuanto se relaciona con sus condiciones de vida y de trabajo, aclarando
que la acción sindical contribuirá a remover los obstáculos que dificulten la
realización plena del trabajador. Además se reconoce en forma expresa a las
entidades con personería gremial el derecho a administrar sus propias obras
sociales (artículo 31, inc. f, ley 23.551)
Principio de trato igualitario y no discriminación (ley 23.551)

Los sujetos del derecho colectivo


Las asociaciones sindicales de trabajadores: según los artículos 2 y 3 de la
ley 23.551 son aquellas que tienen por objeto la defensa de los intereses de
los trabajadores en relación de dependencia, todo cuanto se relacione a sus
condiciones de vida, de trabajo y que, mediante la acción sindical contribuyen
a remover los obstáculos que dificultan la realización plena del trabajador.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 109


Formas o tipos de organizaciones sindicales
Se advierten en la ley 23.551:
Formas o tipos de organización sindical (artículo 10, ley 23.551)
- Sindicatos de actividad o industria o forma de organización vertical (ej. La
Unión Obrera Metalurgia (UOM), automotriz, textil, metalúrgica, plástica, ali-
mentación)
- Sindicatos de oficio, profesión o categoría o forma de organización horizontal
- Sindicatos de empresa, forma de organización vertical restringida al ámbito de
una empresa
Estos niveles no son puros y en la realidad se dan complejizados, es decir no
están solos, sino que algunos funcionan conjuntamente.

Niveles de organización sindical

- Asociaciones sindicales de trabajadores de primer grado (sindicatos o


uniones)
- Asociaciones sindicales de segundo grado o federaciones
- Asociaciones sindicales de tercer grado o confederaciones

Clases de asociaciones sindicales, según el grado de capacidad para represen-


tar a los trabajadores

Asociaciones simplemente inscriptas: están reconocidas en el artículo 14


bis, artículo. 21 a 24, ley 23.551. Asociaciones con personería gremial: es la
capacidad jurídica específica reconocida por la autoridad de aplicación, que
corresponde a la asociación sindical de trabajadores más representativa dentro
de cada actividad profesión, oficio o categoría y que le otorga la aptitud de
representar ante el Estado y los empleadores a todos los trabajadores respecti-
vos, sean afiliados o no afiliados. Artículos. 25 a 31, art. 38, 1° párrafo y 39, ley
23.551

La estabilidad y tutela sindical


El artículo 14 bis declara que los representantes gremiales gozarán de las
garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacio-
nadas con la estabilidad en sus empleos.
Sujetos: los que ocupen cargos electivos en las asociaciones sindicales, con
o sin licencia, los delegados de empresa y los candidatos (con ciertos requisi-
tos, oficializar la candidatura, notificarla y + del 5% de los votos validos emiti-
dos)
Contenido: no pueden ser despedidos, suspendidos ni modificarse las con-
diciones de trabajo, si no mediare resolución judicial previa que los excluya de
la garantía conforme el proceso sumarísimo pertinente (Exclusión de la tutela
sindical)
Suspensión cautelar de la prestación laboral por peligro para la seguridad de
las personas o bienes de la empresa.
La violación de tal garantía por parte del empleador dará derecho a iniciar la
acción de reinstalación en su puesto, con más salarios caídos durante la trami-
tación judicial o restablecimiento de las condiciones de trabajo.
La opción del despido agravado.
El amparo sindical del artículo 47, Ley 23.551
La licencia gremial y la reserva del puesto.
Plazo de la protección (el tiempo que dura el mandato más un año)

Las prácticas desleales


En doctrina se conocen como las acciones u omisiones contrarias a la ética
de las relaciones de trabajo.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.110


La ley 23.551 retoma la línea tradicional y considera tales las llevadas a cabo
por los empleadores o asociaciones de empleadores.
Tanto un trabajador individual como la asociación sindical, conjunta e indis-
tintamente, podrán iniciar querella por práctica desleal. Sanciones, multas (ley
18.694). Supuestos, artículo 53 de la ley 23.551:
a) Subvencionar en forma directa o indirecta a una asociación sindical de traba-
jadores;
b) Intervenir o interferir en la constitución, funcionamiento o administración de
un ente de este tipo;
c) Obstruir, dificultar o impedir la afiliación de los trabajadores a una de las
asociaciones por ésta reguladas;
d) Promover o auspiciar la afiliación de los trabajadores a determinada asocia-
ción sindical;
e) Adoptar represalias contra los trabajadores en razón de su participación en
medidas legítimas de acción sindical o en otras actividades sindicales o de
haber acusado, testimoniado o intervenido en los procedimientos vinculados a
juzgamiento de las prácticas desleales.
f ) Rehusarse a negociar colectivamente con la asociación sindical capacitada
para hacerlo o provocar dilaciones que tiendan a obstruir el proceso de nego-
ciación.
g) Despedir, suspender o modificar las condiciones de trabajo de su personal,
con el fin de impedir o dificultar el ejercicio de los derechos a que se refiere
esta ley.
h) Negarse a reservar el empleo o no permitir que el trabajador reanude la
prestación de los servicios cuando hubiese terminado de estar en uso de la
licencia por desempeño de funciones gremiales.
i) Despedir, suspender o modificar las condiciones de trabajo de los repre-
sentantes sindicales que gocen de estabilidad de acuerdo con los términos
establecidos por este régimen cuando las causas del despido, suspensión o
modificación no sean de aplicación general o simultánea a todo el personal.
j) Practicar trato discriminatorio, cualquiera sea su forma, en razón del ejercicio
de los derechos sindicales tutelados por este régimen.
k) Negarse a suministrar la nómina del personal a los efectos de la elección de
los delegados del mismo en los lugares de trabajo.

Los representantes gremiales en la empresa – los delegados de personal


Los delegados de personal, los miembros de comisiones internas u organis-
mos similares son la representación sindical en la empresa. Ejercen una doble
representación de los trabajadores ante el empleador, la autoridad administra-
tiva del trabajo y ante la asociación sindical; y de la asociación sindical ante el
trabajador y el empleador
Régimen aplicable: Artículos 41 y subsiguientes de la ley 23.551
Nuevas tendencias: el delegado de hecho – la actividad sindical relevante.

El encuadramiento sindical y convencional


Reglamentado por el artículo 59 de la ley 23.551 y decreto reglamentario
1040/01
Encuadrar significa determinar los límites de algo. Es un conflicto intersindical
de derecho planteado entre dos o más asociaciones con personería gremial,
sobre la capacidad jurídica que emana de sus respectivas personerías para
representar a los trabajadores de uno o de varios establecimientos. No está en
juego la personería gremial sino que se trata de interpretar en alcance de las
respectivas personerías de las asociaciones involucradas, dictándose un acto
que importará una declaración que establecerá cuál es la más apta de las enti-
dades para representar a ese grupo de trabajadores. Para resolverlo se debe
agotar la vía asociacional y recurrir a la vía administrativa.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 111


Se diferencia del encuadramiento convencional: decisión judicial en virtud de
la cual se resuelve declarar aplicable a una relación o pluralidad de relaciones
del trabajo un determinado Convenio Colectivo de Trabajo.

El patrimonio de las asociaciones sindicales – las cuotas sindicales


Regido por los artículos. 37 a 39, ley 23.551 y decreto reglamentario.
Cotizaciones ordinarias y extraordinarias de los afiliados.
El empleador: agente de retención.
El cobro de las cuotas sindicales: el juicio de aportes.
Las cuotas de solidaridad: en doctrina se aceptan en la medida que estén limi-
tadas en el tiempo y sean inferiores en su monto a la cuota sindical.

El conflicto y la Huelga
El conflicto. Concepto.
Conflicto de trabajo es “cualquier desinteligencia con relevancia jurídica, que
se produzca en las relaciones enmarcadas por el derecho del trabajo, en
sus dos ramas fundamentales, la individual y la colectiva”, o “una confronta-
ción entre dos partes o sectores que se materializa por medio de acciones
que buscan lograr objetivos que cada una de ellas pretende.”. Los conflictos
pueden ser individuales, pluriindividuales y colectivos. La huelga es un típico
conflicto colectivo.

Concepto jurídico de la huelga
La huelga “es la suspensión colectiva de la prestación de trabajo” y no la
interrupción de ella, “un acuerdo colectivo que origina la cesación simultánea
del trabajo, no aceptando la calificación de huelga sino cuando ella juega direc-
tamente entre dadores y tomadores de trabajo”.
La huelga es “la abstención o suspensión concertada y solidariamente
ejecutada de la prestación de trabajo por parte de un número considerable de
trabajadores por un motivo (fin) determinado.”

La legalidad o ilegalidad de la huelga


La carencia de una reglamentación completa relativa al derecho de huelga y de
una definición legal, como el concepto jurídico de huelga además de las prácti-
cas de la autoridad administrativa, complican el punto.
Hay aspectos sobre los que la jurisprudencia se ha pronunciado, atendiendo
a límites externos, referidos al interés garantizado por el derecho de huelga y
otros intereses constitucionalmente tutelados, o límites internos, que derivan
“del mismo concepto jurídico de huelga que se ha estimado que acoge la
Constitución.”
Se ha considerado ilegal las huelgas con ocupación de establecimiento
pues “nada justifica la presencia de los trabajadores en el lugar de trabajo
luego de finalizada la jornada de labor”, afectándose el derecho de propiedad
del empleador, artículos 14 y 17, CN.
Del mismo modo se ha considerado a las huelgas ejecutadas con empleo
de violencias físicas. La jurisprudencia ha exigido el agotamiento del procedi-
miento obligatorio de conciliación para considerar legal a una huelga.
Los conflictos colectivos de derechos se reservan a las comisiones parita-
rias de interpretación cuando las hay, o al órgano jurisdiccional, por lo cual no
pueden admitirse medidas de acción directa por ellos las que se consideran
ilegales.
Las huelgas de solidaridad no son ilícitas por sí ni en razón de su índole “sino
que su calificación está condicionada por el juicio que corresponde a los
hechos y personas con quienes la solidaridad se practica y a las circunstancias
en que es ejercida.”

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.112


De todos modos algunos tribunales han considerado ilegítimas a huelgas por
solidaridad con uno o varios despedidos en la empresa.

Limitaciones al derecho de huelga


Como todos los derechos, el derecho de huelga es relativo y sujeto a las
leyes que reglamenten su ejercicio (articulo14, CN), reglamentación que no
puede alterarlo sino que debe ser razonable, (artículo28, CN).
El derecho de huelga es operativo aunque no medie ley reglamentaria y no
requiere reglamentación legal. Pero ello no quiere decir que sea absoluto, ni
que se impida su reglamentación legal, ni la apreciación judicial de las circuns-
tancias conducentes para decidir los casos que se lleven a su conocimiento, en
especial si esa reglamentación está destinada a “tutelar los intereses públicos
o privados, susceptibles de ser afectados por el uso abusivo o ilícito de aquel
derecho”. Finalmente serán los jueces los que establecen los límites del dere-
cho.
El límite de la huelga como derecho ”se encuentra vinculado íntimamente
al poder jurídico de los trabajadores, erigidos en sujeto colectivo, de ocasionar
todo aquel perjuicio que produzca su no hacer y que, por lo tanto, podrían ser
descalificadas aquellas modalidades de ejercicio cuyo daño exceda ese límite.”
La reglamentación actual son ley nacional 14.786 sobre ley de conciliación y
arbitraje, mientras que en el ámbito provincial la ley 7565 de conciliación y arbi-
traje en conflictos colectivos de trabajo de la Provincia de Córdoba, y el artículo
24 de la ley 25.877 y decreto reglamentario 272/2006.

El derecho de Huelga en los servicios esenciales


Ley 25.877: Conflictos Colectivos de Trabajo
ARTICULO 24. — Cuando por un conflicto de trabajo alguna de las partes
decidiera la adopción de medidas legítimas de acción directa que involucren
actividades que puedan ser consideradas servicios esenciales, deberá garanti-
zar la prestación de servicios mínimos para evitar su interrupción.
Se consideran esenciales los servicios sanitarios y hospitalarios, la pro-
ducción y distribución de agua potable, energía eléctrica y gas y el control del
tráfico aéreo.
Una actividad no comprendida en el párrafo anterior podrá ser calificada
excepcionalmente como servicio esencial, por una comisión independiente
integrada según establezca la reglamentación, previa apertura del procedi-
miento de conciliación previsto en la legislación, en los siguientes supuestos:
a) Cuando por la duración y extensión territorial de la interrupción de la activi-
dad, la ejecución de la medida pudiere poner en peligro la vida, la seguridad o
la salud de toda o parte de la población.
b) Cuando se tratare de un servicio público de importancia trascendental,
conforme los criterios de los organismos de control de la Organización Interna-
cional del Trabajo.
El PODER EJECUTIVO NACIONAL con la intervención del MINISTERIO DE
TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL y previa consulta a las organizacio-
nes de empleadores y de trabajadores, dictará la reglamentación del presente
artículo dentro del plazo de NOVENTA (90) días, conforme los principios de la
Organización Internacional del Trabajo.”

Otras medidas de acción directa


Hay manifestaciones simbólicas (trabajo a desgano, trabajo con tristeza),
pero como en la realidad se pueden “manifestar nuevas figuras, el catálogo es
abierto”, acompañándose de “símbolos de luto y llanto”, y no por ello menos
efectivos.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 113


Algunas modalidades de éstas destinadas a ejercer presión sobre los
empleadores pueden ser:
a) Piqueteo: “la actividad desarrollada por un grupo de trabajadores,
especialmente en las cercanías del lugar de trabajo, destinada a
informar sobre la existencia, causas y finalidades del conflicto, con el
objeto de suscitar la adhesión de los compañeros de trabajo, obtener la
simpatía del público en general y eventualmente impedir o perturbar la
entrada al establecimiento.”
b) Boicot: primario o secundario. El primario “consiste en el llamamiento
efectuado por los organizadores de la medida los trabajadores en
conflicto a los otros trabajadores o al público en general para que se
rehúsen a la adquisición o utilización de bienes y servicios provenien-
tes del empresario con quien se sostiene el conflicto”. El secundario
“se proyecta a los empresarios que mantienen relaciones económicas
o comerciales con el empresario en conflicto.”
c) Sabotaje: la acción deliberada de los trabajadores “destinada a dañar
la producción o destruir los productos del empresario en conflicto”.
d) Listas negras: son “nóminas de personas (empleadores) con quienes
se ‘aconseja’ que no se mantengan relaciones contractuales (ya sea de
carácter laboral o comercial).
e) Huelga a la Japonesa. Exceso de producción que genera sobre stock.
f) Cortes de ruta: subsisten las dudas sobre su constitucionalidad en
tanto atenta a la libertad de tránsito.

La Negociación Colectiva. El llamado “Modelo Sindical Argentino”.


El derecho de la negociación colectiva
Es un proceso desarrollado entre dos partes, la empresaria y la obrera, que
invocan y defienden intereses distintos, en el curso del cual, ambas se comu-
nican e interactúan influenciándose de manera recíproca y como resultado de
ese desarrollo por lo general logran elaborar un producto mutuamente acep-
tado, el convenio colectivo de trabajo, destinado a reglar con eficacia normativa
las condiciones de trabajo de la actividad, profesión, oficio o categoría de que
se trate y de modo eventual acordar materias que atañen a las relaciones entre
las asociaciones pactantes
El Convenio Colectivo de Trabajo es el fruto de la negociación colectiva y sus
cláusulas normativas son obligatorias. Respecto a sus partes, después de la
reforma de la ley 25.877 al artículo 2 de la ley 14.250, como principio, ningún
sector de actividad, ninguna categoría de oficio queda excluido, si tiene una
Asociación Sindical con personería Gremial que lo represente, de la posibili-
dad de concertar convenio colectivo de trabajo. Con regulación específica ley
23.929 (docentes de entidades oficiales) ley 24.185 (administración pública
nacional y sus empleados). El procedimiento se establece en las leyes 14.250,
23.546, artículos. 19 a 24 de la ley 25.877, decreto 200/88, entre otros.
En cuanto a su tipología, pueden ser convenios nacionales, regionales o
de otro ámbito territorial - convenios intersectoriales o marco – convenio de
actividad – convenios de profesión, oficio o categoría – convenios de empresa
o grupos de empresa.
Contenidos cláusulas normativas – cláusulas obligacionales – cláusulas de paz
Por último, la homologación es el acto administrativo mediante el cual la
autoridad de aplicación le confiere al acuerdo de partes, la eficacia obligatoria
erga omnes (contra todos). Artículo. 6 de la ley 23.546.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.114


El derecho de la negociación colectiva
Concepto: es un proceso desarrollado entre dos partes, la empresaria y la
obrera, que invocan y defienden intereses distintos, en el curso del cual, ambas
se comunican e interactúan influenciándose de manera recíproca y como resul-
tado de ese desarrollo por lo general logran elaborar un producto mutuamente
aceptado, el Convenio Colectivo de Trabajo, destinado a reglar con eficacia
normativa las condiciones de trabajo de la actividad, profesión, oficio o cate-
goría de que se trate y de modo eventual acordar materias que atañen a las
relaciones entre las asociaciones pactantes
El Convenio Colectivo de Trabajo: es el fruto de la negociación colectiva y
sus cláusulas normativas son obligatorias (es un híbrido con cuerpo de con-
trato y alma de ley)
Partes: después de la reforma de la ley 25.877 al artículo 2 de la ley 14.250,
como principio, ningún sector de actividad, ninguna categoría de oficio queda
excluido, si tiene una Asociación Sindical con personería Gremial que lo repre-
sente, de la posibilidad de concertar el Convenio Colectivo de Trabajo. Con
regulación específica ley 23.929 (docentes de entidades oficiales) ley 24.185
(administración pública nacional y sus empleados)
Procedimiento – leyes 14.250, 23.546, artículos. 19 al 24 de la ley 25.877,
decreto 200/88, entre otros.
Tipología: convenios nacionales, regionales o de otro ámbito territorial -
convenios intersectoriales o marco – convenio de actividad – convenios de
profesión, oficio o categoría – convenios de empresa o grupos de empresa.
Contenidos cláusulas normativas – cláusulas obligacionales – cláusulas de
paz
Homologación: es el acto administrativo mediante el cual la autoridad de
aplicación le confiere al acuerdo de partes, la eficacia obligatoria erga omnes
(contra todos). Artículo 6, ley 23.546.

El llamado “modelo sindical argentino


Principales características
a) Reglamentarismo legal; (dos posturas: abstencionista y reglamenta-
rista) se refiere a una regulación explicita y detallada de aspectos relati-
vos a la estructura interna de las organizaciones sindicales (ley 23.551).
b) Forma asociativa fundada en la profesionalidad; comunidad de oficio,
actividad o empresa, no ideológica, partidista o confesional.-
c) Unidad de representación de los intereses colectivos en donde la
pluralidad sindical en la práctica laboral constituye una experiencia no
querida porque debilita la capacidad de negociación y presión ante los
empleadores, entre otras, razones.
d) Concentración sindical; coherente con la tendencia unificadora antes
reseñada.
e) Agrupación en grandes organizaciones masivas de primer grado
preferentemente con un extenso ámbito de actuación territorial -todo
el país-. Numerosa masa de afiliados, sólida base contributiva y mayor
capacidad de movilización, negociación y pres.
f) Estructura articulada en forma piramidal; cuya base son los sindicatos
de primer grado, seccionales o filiales y más profundamente aún en
los delegados en los lugares de trabajo y que se completa elevándose
a través de las federaciones y confederaciones hasta una cúspide final,
la central única de grado superior (CGT)
g) Amplitud de los fines sindicales; la lucha no se circunscribe a reivindi-
caciones laborales y remunerativas del trabajador; el sindicato piensa
en su familia, en las contingencias sociales (farmacia, obra social),

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 115


seguridad, progreso, bienestar, realización personal, cultural, social.
Prácticas deportivas, turismo recreativo, capacitación.
h) Representación unificada en los lugares de trabajo; los delegados son
elegidos por la totalidad de los trabajadores (afiliados y no afiliados)
pero para acceder a ese cargo debe estar afiliado a la entidad sindical
respectiva. Representatividad múltiple o compleja (a sus compañeros y
al sindicato)
i) Activo protagonismo político, la politicidad del sindicalismo argentino
es un dato fáctico insoslayable, más allá de las polémicas doctrinarias
sobre su legitimidad, instrumentación y límites.
j) Alta tasa de sindicalización.

La crisis del modelo sindical argentino


El art. 41 inciso a), ley 23.551 viola el derecho a la libertad de asociación
sindical amparado por el art. 14 bis, CN y por las normas de raigambre inter-
nacional en la medida que exige que los delegados de personal, comisiones
internas y organismos similares previstos en el artículo 40 deban estar afiliados
a la respectiva asociación sindical con personería gremial y ser elegidos en
comicios convocados por ésta.
Mortifica la libertad sindical de manera patente e injustificada en sus dos ver-
tientes la individual y la social:
a) Individual: constriñe a los trabajadores siquiera indirectamente a adherirse a
la asociación sindical con personerías gremial, no obstante la existencia en el
ámbito de otras simplemente inscriptas.
b) Social: impide a las asociaciones sindicales simplemente inscriptas el des-
pliegue de su actividad en uno de los aspectos y finalidades más elementales
para el que fueron creadas, cual es, la elección de los delegados del personal
(que son los que ejercen su representación en los lugares de labor).

Existe una diferencia fundamental entre el monopolio sindical instituido o


mantenido por la ley directa o indirectamente y el que voluntariamente quieran
establecer los trabajadores, ya que el primero no debe trascender los límites
impuestos por las normas expresas del Convenio 87 de la OIT, el cual, aun
cuando no apunta a imponer el pluralismo sindical, sí exige que éste sea posi-
ble en todos los casos.

A lo largo de la asignatura se desarrollaron los aspectos más importantes


sobre la evolución del movimiento obrero desde sus orígenes hasta la actuali-
dad. En ese extenso e importante proceso se tuvieron en cuenta los distintos
pasos que dieron los obreros para ir mejorando su situación frente a los cam-
bios que se fueron produciendo de manera simultánea en la sociedad.
De esclavo a trabajador libre, de artesano a obrero fueron algunas de las
etapas explicadas en los módulos anteriores hasta llegar a la situación actual
con las nuevas tecnología (Fordismo, Toyotismo, etc.) y el marco legal nacional
e internacional que protege y respalda al obrero de manera individual y colec-
tiva.

Para complementar la totalidad de los conceptos desarrollados en general a lo


largo de la asignatura y de manera particular en este ultima unidad, se sugiere
la realización de las actividades a los fines de interpretar cual es lugar en que
se encuentra el trabajador en la sociedad desde el aspecto legal y tecnológico.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.116


m3 |contenidos | IC

información complementaria 1

Sindicalismo y globalización: marcos jurídicos y legales

Alvin Toffler

Alvin Toffler (Nueva York, 3 de octubre de 1928)


es un escritor y futurista estadounidense doctorado
en Letras, Leyes y Ciencia, conocido por sus discu-
siones acerca de la revolución digital, la revolución
de las comunicaciones y la singularidad tecnoló-
gica. Sus primeros trabajos están enfocados a la
tecnología y su impacto (a través de efectos como
la Sobrecarga informativa). Más tarde se centró en
examinar la reacción de la sociedad y los cambios
que ésta sufre. Sus últimos trabajos han abordado
el estudio del poder creciente del armamento
militar del siglo XXI, las armas y la proliferación de
la tecnología y el capitalismo. Entre sus publicacio-
nes más famosas se destacan La revolución de la
riqueza, El cambio de poder, El shock del futuro y
La tercera ola. Está casado con Heidi Toffler, tam-
bién escritora y futurista, con quien reside en Bel
Air, Los Ángeles.

Fuente: Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/


Alvin_Toffler

m3 |contenidos | IC

información complementaria 2

La crisis del petróleo ocurrió entre 1973 y 1974 cuando la Organización de


Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió elevar drásticamente el precio
del petróleo, para lograr mejores ganancias a raíz de la baja del precio de dólar
y la inflación constante.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 117


m3 |contenidos | IC

información complementaria 3

El Estado Benefactor es aquel estado cuyo fin es garantizar a los ciudadanos


una protección gubernamental mínima en niveles básicos de renta, nutrición,
salud, habitación y educación a partir del reconocimiento de sus derechos y
más allá de la caritativa privada.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 4

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 5

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 6

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 7

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 8

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 9

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.118


m3 |contenidos | IC

información complementaria 10

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 11

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 12

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 13

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 14

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 15

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 16

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 17

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 119


m3 |contenidos | IC

información complementaria 18

VISUALIZAR DESDE LA PLATAFORMA.

m3 material

Material básico
Material desarrollado en los contenidos del módulo
Material complementario
Godio, Julio. Historia del Movimiento Obrero Argentino. Editorial Tiempo Contempo-
ráneo. Buenos Aires. 1973 o GODIO, Julio, “Historia del Movimiento Obrero Argentino”,
2 tomos, Ed. Corregidor, Bs. As. 2000.
ACKERMAN, Mario E., TOSCA, Diego M.: Relaciones colectivas del Trabajo. Tomo I y II,
Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2007.-
CEBALLOS, Ernesto S.: Historia Política del movimiento obrero argentino.
(1944-1985). Ediciones del Mar Dulce. Buenos Aires. 1985
CONSTITUCION NACIONAL.
CORNAGLIA, Ricardo J.: Derecho Colectivo del Trabajo. La Ley, Buenos Aires,
2006
CORTE, Néstor: El Modelo Sindical Argentino. Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
1994.-
ETALA, Carlos Alberto: Derecho Colectivo del Trabajo, Asociaciones sindicales,
convenios colectivos. Conflictos, conciliación y Arbitraje. Huelga. 2ª ed. Actuali-
zada y ampliada, Ed. Astrea, Bs. As., 2007
GROS ESPIELL, Héctor: La Organización  Internacional del Trabajo y los dere-
chos humanos en América Latina. EUDEBA, Buenos Aires, 1986.
LOPEZ, Guillermo A. F.: Derecho de las Asociaciones Sindicales. Ed. La Ley,
Bs. As., 2000
SARDEGNA, M. – SLAVIN, L.: Derecho Colectivo del Trabajo. Ed. Eudeba, Bs.
As. , 1999.
SECO, Ricardo Francisco. Contratación de Profesionales. Notas de la Relación
de Dependencia. En Revista de Derecho Laboral 2005-2, Contratación laboral,
Ed. Rubinzal Culzoni Editores, Pág. 302 a 396.
TOFFLER, Alvin: La Tercera Ola. Editorial Plaza y Janes. 15 ed. Barcelona.
1998.
VAZQUEZ VIALARD, Antonio: Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. 2
Tomos, Ed. Astrea, Bs. As. 2008
VON POTOBSKY, Geraldo W.- BARTOLOMEI DE LA CRUZ, Héctor G.: La Orga-
nización Internacional del Trabajo. Astrea, Buenos Aires, 1990.
www.ilo.org/public/spanish/

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.120


m3 actividades

m3 | actividad 1

La globalización, el cambio tecnológico y estrategia sindical

En este módulo comenzamos a estudiar el proceso de globalización y vimos


como, en nuestro país enmarcado en el mundo globalizado, existen diferentes
empresas con este estilo. En esta oportunidad, usted deberá seleccionar una
organización, por ejemplo: Terminal, Autopartista, Alimenticia, De servicios,
etc.
Le proponemos indagar en profundidad el caso de dos de ellas en las que
deberá reconocer:
• Nombre de la organización
• Actividad que desarrolla
• Gremios que tiene la empresa
• Otros países donde trabaja y, si es local, otras provincias en las que
interviene
• Tipo de empresa sugún Alwin Toffler (señalar qué tipo de estructura
tiene: vertical u horizontal y qué otras características podrías encon-
trar)

Para seleccionar estas organizaciones usted puede utilizar Internet. Otra alter-
nativa es tomar como ejemplo la empresa donde usted está trabajando.
¡Mucha suerte!

m3 | actividad 2

El caso de los call center en Argentina


Dentro de lo que ha generado la globalización, con tantos cambios positivos,
tenemos también casos puntuales donde la precarización laboral es muy mani-
fiesta, pensemos por ejemplo en el caso de los call center en Argentina.
Le proponemos ingresar al siguiente Sitio donde podrá leer un artículo
titulado: Debate de la ley del Teleoperador y el proyecto de ley presentado:
http://www.callcenternews.com.ar/index.php?option=com_content&view=
article&id=477:debate-de-la-ley-del-teleoperador-&catid=116:editorial&Ite
mid=525

A su criterio, ¿cuáles son elementos más importantes que se plantean el


artículo en cuanto al horario, días, jornada laboral, edad, permisos, y otros
conceptos importantes? Elabore un informe a partir de la lectura del artículo.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 121


m3 | actividad 3

El Taylorismo y el Fordismo

Esta actividad tiene por objeto hacer hincapié en una serie de conceptos claves
para este módulo. Para ello, encontrará a continuación algunos textos y luego
preguntas claves que orientarán su lectura.

Taylorismo IC 1: A su criterio, ¿cuál fue el aporte más importante de Taylor? En


función de lo leído hasta aquí, ¿cómo se logra lo que propone Taylor?

Fordismo IC 2: En función de la lectura precedente, ¿qué es el fordismo?, ¿de


dónde proviene dicho concepto?

m3 |actividad 3 | IC

información complementaria 1

El Taylorismo, el Fordismo y el Toyotismo

Taylorismo

Taylor buscaba lograr mayor eficiencia a nivel nacional, para aumentar la


productividad; y la eficiencia para él era obtener mayor cantidad de productos
en menos tiempo. Según él, el principal derroche de la época era el del tra-
bajo humano, a causa de los errores. La supresión del ocio y de la vagancia
sistemática (“tiempo muerto”) y «de las diferentes razones por las cuales se
trabaja lentamente, disminuiría el precio de reventa de la producción en tales
proporciones que el mercado interno y externo se ampliaría considerablemente
y así podríamos competir en condiciones muy satisfactorias con nuestros
rivales»

Según los capitalistas, las causas del “tiempo muerto” eran tres:

El obrero cree que si produce más lo pueden llegar a despedir. Un obrero


puede pensar que si produce más va a perder el trabajo, porque si no hay
suficiente demanda, sobraría ese producto. Es decir, no necesitan tanta gente
que produzca tanta cantidad. El obrero trabaja a media máquina, porque él no
se beneficia con la mayor producción. Según Taylor, los hombres eran esen-
cialmente individuos dotados de energías y potencialidades mayores que las
puestas en evidencia normalmente en el trabajo corriente.

Taylor dice que es conveniente tener un buen equipo de hombres ordinarios


convenientemente organizados para trabajar en colaboración y de una manera
eficaz, pues eso es más que suficiente para aumentar la productividad; a dife-
rencia de sus predecesores que creían que se debía contar con hombres muy
competentes e instruidos.

Taylor logra una ruptura total con los métodos de producción del pasado,
cuando la producción se organizaba en función del tipo de artesanía y los
artesanos creaban, organizaban y completaban las tareas manuales. Los mov-
imientos sindicalistas se opusieron a los cambios que implicaba el taylorismo,

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.122


pero los aceptaron a cambio de recibir un mayor porcentaje de las ganancias
de productividad derivadas de la racionalización e intensificación de los pro-
cesos productivos.

m3 |actividad 3 | IC

información complementaria 2

Fordismo

El fordismo es una serie de normas regularizadoras del trabajo, que se desar-


rolló concentrando la producción en grandes establecimientos, produciendo
en series largas productos homogéneos a fin de lograr economías a escala. La
definición en sentido estricto del fordismo se ha ampliado para abarcar una
serie de normas que no sólo tratan de la organización de los procesos produc-
tivos (sobre todo de la organización del factor trabajo), sino que también anali-
zan los objetivos productivos y los métodos para resolver conflictos laborales.

m3 | actividad 4

El sistema toyota
¿Sobre qué modelos descansa el toyotismo? ¿A qué se refiere cuando habla-
mos de “subcontratación”?
Le proponemos ingresar a la siguiente dirección: http://www.premiocalidad.org.
ar donde podrá leer acerca del premio a la calidad y a la excelencia. A partir de
allí, en pocas palabras, cuéntenos un poco sobre el origen, misión y los últimos
ganadores de dicho premio en el 2010.

m3 | actividad 5

¿Cómo funciona la OIT?


En esta oportunidad le proponemos ingresar a la página oficial de la OIT http://
www.ilo.org e identifique cómo funciona la OIT. En relación con lo anterior,
señale qué funciones cumple:
• La conferencia internacional de trabajo

• El sistema de control de las normas de la OIT

• El consejo de administración

• Las asociaciones y desarrollo

• La Oficina Internacional de Trabajo

• El Programa y Presupuesto

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 123


m3 | actividad 6

El sindicalismo en diferentes momentos históricos


a) ¿Cuáles son los principales convenios firmados por la Argentina o bien ratifi-
cados en relación con el trabajo?
b) El sindicalismo posperonista. Le recomendamos ingresar a la siguiente direc-
ción http://www.62.org.ar. Una vez allí, identifique cuál fue la declaración del
Congreso Nacional ordinario del 22 de Agosto de 2007, señale cuáles fueron
los conceptos más importantes que allí se declararon.
¿Cómo nace el Sindicalismo de Liberación, y cuáles son las consecuencias
que se producen en nuestro país después de la reactivación industrial?

Dentro de los sindicatos importantes en aquellas épocas con figuras impor-


tantes aparece el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Le recomendamos
ingresar a su página, http://www.sindicato.grupoholistica.com.ar e identificar
dentro de su Estatuto los derechos sociales y nos digas a que se refieren
puntualmente.

c) El movimiento Sindical Argentino frente al Proceso Militar. Le sugerimos


visualizar el siguiente video e identificar cuáles fueron los elementos más
importantes desde el punto de vista sindical, derechos laborales, salarial, y
mencione qué sucedió con la participación de Saul Ubaldini por estas épocas:
http://www.youtube.com/watch?v=FxYnEtw4R0I
d) Realice la lectura del artículo El Plan de Convertibilidad y el sindicalismo
IC 1 e indique cuáles son los sindicatos que apoyaron a la gestión del enton-
ces Presidente Carlos Saúl Menem. ¿A qué se refiere el artículo cuando habla
de beneficios suplementarios? Identifique también los ejes principales en esta
etapa desde punto de vista económico.

m3 |actividad 6 | IC

información complementaria 1

Durante la presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999) se llevó a cabo un


drástico proceso de reformas de mercado que transformó de raíz la estructura
económica y social del país. Estas reformas estructurales, de orientación neo-
liberal, contrastaban con las tradicionales políticas económicas asociadas a su
partido, el peronismo. Este históricamente se había caracterizado por la pre-
sencia de un Estado fuertemente intervencionista. El menemismo, en cambio,
no dudará en privatizar gran parte de las empresas estatales, flexibilizar la
economía, liberalizar el mercado interno, desplegar una apertura financiera al
capital transnacional y desarrollar una política de contracción del gasto público
social. No obstante la magnitud y el efecto que tendrán estas reformas, el Pre-
sidente obtendrá, y logrará mantener en el tiempo, el respaldo de una amplia y
heterogénea coalición social, que abarcará desde los grandes grupos empre-
sariales hasta los sectores populares e incluso también gran parte del sector
sindical. En efecto, pese a la vastedad de las reformas, estas no encontraron

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.124


una oposición consistente y unificada en el campo popular y, particularmente,
en el campo sindical (Gómez et. al., 1996; Palermo y Novaro, 1996: 343; Fer-
nández, 1998: 63). ¿Cómo se explica este apoyo?, ¿qué rol jugó al respecto el
Plan de Convertibilidad?. Centrándose en el período 1991-1995, este artículo se
propone investigar precisamente el rol ejercido por el Plan de Convertibilidad
y los “incentivos selectivos” asociados a aquel, en la legitimación social del
menemismo por parte en estos sectores.
2. El sindicalismo frente al menemismo: apuntes sobre la perplejidad
Desde sus inicios, el peronismo estuvo estrechamente ligado al movimiento
sindical, al punto de constituir su “columna vertebral”. Esta relación orgánica
se cimentaba en la presencia de un Estado que intervenía fuertemente en el
mercado para regularlo y asignar bienes y servicios a través de una política
industrializadora basada en la sustitución de importaciones (Basualdo, 1992;
Torrado, 1994). En ese contexto, motorizado por el fuerte gasto público, los
trabajadores sindicalizados accedieron a beneficios sociales inéditos en áreas
como vivienda, salud y educación, además de elevados niveles salariales
(James, 1990; Torre, 1990).
Con la llegada al poder de Carlos Menem, en julio de 1989, se terminará de
consolidar un modelo de acumulación que muy poco tenía que ver con las
tradicionales políticas industrialistas y benefactoras que caracterizaran al pero-
nismo. Así, pese a que durante la campaña electoral 1
había prometido llevar a
cabo una Revolución Productiva y un Salariazo , una vez electo, no dudó en ini-
ciar un inédito proceso de reformas neoliberales, un programa 2
de reducción del
Estado que venía implementándose, no sin contradicciones , desde mediados
de la década del setenta (Nochteff, 1991; Gambina y Campione, 2002). En ese
contexto, el Gobierno se alió con el grupo Bunge y Born, históricamente denun-
ciado por el peronismo como el símbolo de la “oligarquía foránea” contraria a
los intereses del Pueblo (Sigal y Verón, 2003). Al mismo tiempo, tampoco dudó
en aliarse con otro de los máximos representantes del liberalismo vernáculo,
Álvaro Alsogaray, a quien colocó como asesor de la presidencia.
A pesar de este verdadero “giro de 180 grados”, que le permitirá a los grandes
grupos económicos consolidar un proceso 3
de concentración y centralización
del ingreso iniciado durante el Proceso (Basualdo, 2000, 2006), el Presidente
logrará mantener en el tiempo el respaldo de los sectores más perjudicados
por las políticas de transformación económica: los trabajadores. En efecto,
pese a la vastedad de las reformas emprendidas, estas no encontraron, al
menos durante la primera presidencia de Menem (1989-1995), una oposición
consistente y unificada en el campo popular, como así tampoco en quienes
deberían ser sus representantes, los sectores sindicales (Bonanotte, 1996;
Gómez et. al., 1996; Palermo y Novaro, 1996). Peor aún, una parte importante
del sector gremial, nucleada en su mayoría en la CGT San Martín, brindará una
colaboración
4
activa y explícita a las políticas de reforma y ajuste estructural del
Gobierno . ¿Cómo se explica este apoyo?, ¿qué rol jugó al respecto el Plan
de Convertibilidad?. Centrándose en el período 1991-1995, este artículo se
propone investigar, precisamente, el rol ejercido por el Plan de Convertibilidad
y los “incentivos selectivos” asociados a aquel, en la legitimación social del
menemismo por parte de estos sectores.

La estabilización monetaria
Para entender el apoyo al Gobierno debemos tener en cuenta, en primer
lugar, la estabilización que logrará Menem de la economía. En efecto, luego
de enfrentarse a una hiperinflación inédita en la historia del país, legado del
gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989), el Presidente logrará terminar finalmente
con el “impuesto inflacionario”. No obstante, debemos recordar los vaivenes
con los que tendrá que lidiar su liderazgo hasta lograr la estabilización efec-
tiva de la economía. En efecto, durante los primeros 18 meses, los diferentes

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 125


ministros de economía (Miguel Ángel Roig, Néstor Rapanelli y Erman González)
tratarán sucesivamente de controlar la inflación con impuestos de emergen-
cia, reducciones del gasto público, ajustes en la tasa de cambio y políticas
de ingresos negociadas con los empresarios (Gerchunoff y Torre, 1996: 744).
Sin embargo, el Gobierno no logrará dominar del todo la inflación, e incluso
experimentará dos nuevas recaídas hiperinflacionarias, hacia fines de 1989 y de
1990. Será recién con la puesta en marcha del Plan de Convertibilidad, en abril
de 1991, que se logrará la estabilización efectiva de la economía. En efecto,
este plan, que establecía una paridad legal 1 a 1 de la moneda nacional con el
dólar y obligaba al Estado a satisfacer cualquier demanda de divisas, fomentó,
a partir de la sobrevaluación del peso, el ingreso masivo de inversiones extran-
jeras. En ese contexto, potenciado por el incremento del consumo, se generó
un rápido control de los episodios hiperinflacionarios. En esas circunstancias,
Menem logrará, en abierto contraste con los dos primeros años de su gobierno,
cuando los conflictos sindicales se habían incrementado sensiblemente
(Gómez, et. al., 1996), una marcada reducción de las huelgas y movilizaciones
(Bonanotte, 1996; Senén González
8
y Bosoer, 1999) y un firme apoyo de una
porción del campo sindical . No obstante, con la estabilización monetaria no
alcanzaba para lograr el apoyo de algunos sectores sindicales. En consecuen-
cia, el Presidente acudió al otorgamiento de “incentivos selectivos”.
4. Los incentivos selectivos. Para entender el respaldo del ala sindical a las
políticas de reforma de mercado de Menem debemos tener en cuenta, más allá
del logro de la estabilización monetaria, la función clave que ejercerá el otorga-
miento de “beneficios suplementarios” (Murillo, 1997). En efecto, en el marco
del Programa de Propiedad Participada (PPP), iniciado en 1989 y potenciado a
partir de 1991, con el proceso masivo de privatización de las empresas públi-
cas, el Gobierno les brindará a los gremialistas colaboracionistas la posibilidad
de participar como “sindicatos empresarios” a partir del manejo de un porcen-
taje cercano al 10% de las acciones de las empresas privatizadas. En efecto,
el PPP, pese a ser individual, dispuso una representación colectiva dirigida por
sindicalistas. Los principales beneficiados por estos “incentivos selectivos”
serán los gremialistas Rogelio Rodríguez (telefónicos) y Antonio Cassia (petro-
leros), dirigentes de Telecom y Telefónica, Oscar Lescano (Luz y Fuerza), titular
de Edesur a través de un representante suyo, José Valle (seguros), “delegado
normalizador” del Instituto de Servicios Sociales para el Personal de Seguros
(ISSS), Jorge Ibáñez, “director obrero” de YPF y José Luis Lingieri, director
de Obras Sanitarias y Aguas Argentinas, además de presidente de la Adminis-
tración Nacional de Seguros de Salud (Clarín, 05/08/91; Página 12, 08/03/94
y “Cash”, 20/03/94). Además, el sindicalista ferroviario Adolfo Arguello será
encolumnado en el directorio del ferrocarril Ferro Expreso Pampeano (Rosario-
Bahía Blanca) y Santos Reali será nombrado director y José Hernández gerente
general de FEMESA (Página 12, 25/10/92) En ese contexto, el “Club de amigos”
se hará acreedor de un fondo cercano a los 800 millones de dólares
En esas circunstancias, y en consonancia con el discurso del Presidente de
hacer “propietarios” a los trabajadores, la CGT oficial expresará en una solici-
tada:
“El país atraviesa su crisis más profunda, pero los trabajadores queremos ser
los auténticos protagonistas del destino común, ser los artífices de nuestro
futuro acompañando el coraje de un hombre: Carlos Saúl Menem, que se
decidió a cambiar el rumbo de la historia, dejando atrás décadas de frustracio-
nes, apostando a la transformación y a la modernización”

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.126


m3 | actividad 7

Negociación Colectiva
En el último mes usted ha sido nombrado como responsable de recursos
humanos de la firma Mitelin, empresa dedicada al desarrollo de productos de
insumos medicinales. Dicha compañía americana tiene unas de sus unidades
de negocio en nuestro país con una dotación de unas 490 personas de las
cuales 370 son personal de planta. En tu última reunión de directorio usted se
enteró que, de acuerdo a procedimientos internacionales y procesos producti-
vos, la compañía está pensando en nuevos procesos productivos (incorpora-
ción de una nueva línea), calidad y nuevas metodologías de trabajo.
Esto implicará hacer grandes cambios del punto de vista de estructura sala-
rial, categorías de trabajo y horarios de turnos (incluyendo el turno nocturno).
Se plantea dentro de las nuevas categorías pasar a utilizar la multifuncionali-
dad en los mismos. Con este escenario, ¿qué haría usted?:
1. ¿Se reuniría con el Gerente de Administración?, ¿por qué?
2. ¿Se reuniría con el Gerente de Producción?, ¿por qué?
3. ¿Hablaría con el Sindicato?
4. ¿Plantearía a una convocatoria de paritarias?, ¿por qué?
5. ¿Tiene la compañía autoridad para convocar a paritarias?
6. ¿Cuáles serian sus fundamentos en la negociación de las paritarias?
7. ¿Hablaría con el Directorio?
8. ¿Qué otros pasos seguiría?

m3 glosario

Afiliación: Asociar una persona a una sociedad o corporación.


Convenio colectivo: Acuerdo entre una empresa y sus trabajadores para esta-
blecer la cuantía de los salarios, el calendario de trabajo y otras condiciones
laborales.
Convenio: Acuerdo entre dos o más grupos sociales o instituciones por el que
ambas partes aceptan una serie de condiciones y derechos.
Globalización: Por este fenómeno, las firmas individuales dispersan partes de
sus procesos productivos en diversos puntos del globo para adquirir ventaja de
las diferencias de costo y calidad de los factores producción.
Laudo: Decisión. Sentencia de una árbitro o juez.
Paritaria: Organismo por el mismo número de obreros y patrones con los
mismos derechos.
Polivalente: Que puede ser usado con distintos fines.

e va l uación

La versión impresa no incluye las actividades obligatorias. Las mismas se


encuentran disponibles directamente en plataforma.

EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 127


EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.128
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 129
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.130
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 131
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.132
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 133
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.134
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 135
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.136
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 137
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag.138
EDUBP | RECURSOS HUMANOS | historia del movimiento obrero - pag. 139

Вам также может понравиться