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Hoy día, ya se tiene una creciente conciencia que el hombre se está destruyendo a
sí mismo y al planeta; y al mismo tiempo se ha incrementado una búsqueda hacia
aquellos antiguos saberes que una vez fueron despreciados por la soberbia de la
“razón occidental”; en su ambicioso deseo de conocerlo todo y de dominarlo todo;
incluso, la conciencia humana.
Entre esos saberes ancestrales, forjados desde tiempos antiguos, y que ha estado
presente en la cultura europea, desde principios de la Edad Media, se encuentra la
sabiduría de la tradición judía, la cual sufrió, hasta bien entrado el siglo veinte el
hostigamiento de la cultura occidental antisemita. Note que, mientras el saber
ancestral judío, que ya se había instalado en Europa como un movimiento de
desplazados judíos y sin derechos, quienes mantenidos en guettos; los otros
saberes ancestrales del lejano oriente tales como el hinduismo, budismo, etc., eran
mantenidos a raya, por el prejuicio del hombre occidental que había forjado el
espíritu científico y filosófico de los antropólogos y otros expertos en religiones.
1
Ya se ha creado un consenso entre muchos intelectuales judíos y en algunos círculos
rabínicos que el Judaísmo practicado por los apóstoles era un Judaísmo por derecho propio
y como tal fue visto en el primer siglo. Ver B. Chilton y J. Neusner, Judaísm in the New
Testament (1995). Editorial Routledge, pp. 4-10.
2
Comentarios rabínicos a la Torá y a otros libros de las Escrituras hebreas.
3
Parte 1
“la Edad Media, alrededor de 1200, recibió el sentido de tradición que hace
referencia a cosas divinas, a cosas secretas, a cosas profundas. La Cábala se refiere
(ahora) a un saber, por una parte, como saber místico, no se puede comunicar, pero
que, por otra, representa un conocimiento, que incluso, en lo que tiene de
comunicable, no debe sin más ser comunicado, a no ser con las cautelas que
presume la iniciación a las doctrinas secretas”.
Los cabalistas y los antiguos rabinos del Talmud se mostraban reacios a definir el
6
misticismo y sus respectivas experiencias religiosas o místicas ; y además, tampoco
tenían recursos en el lenguaje hebreo para hacerlo. Tal vez, sea Pablo el hombre
3
G. Scholem, Las grandes tendencias de la mística judía (1996). Editorial Fondo de Cultura
Económica.
4
Ibid, p. 25.
5
Moshe Idel, Kabbalah: New Perspectives (1988), New Haven, p. 35.
6
Las experiencias religiosas o espirituales abarcan un amplio espectro que van desde las
simples oraciones privadas o colectivas, leer los libros sagradas, hacer obras de misericordia,
etc. La experiencia mística, por así decirlo, sería entonces la experiencia religiosa o espiritual
cumbre que se puede llegar a vivir.
4
que ofreció más bien un símil a fin de ilustrar el misterio de la unión o fusión de lo
humano con lo divino7, cuando enseñó, en el contexto de la intimidad que disfruta
la pareja judía que vive según las reglas de la pureza familiar, lo siguiente:
28
… Así los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El
29
que ama a su esposa, se ama así mismo, porque ninguno jamás aborreció a
su propio cuerpo, al contrario, lo sustenta y lo cuida, como también el
Mesías a la congregación, 30porque somos miembros de su cuerpo. 31Por
esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los
32
dos vendrán a ser una sola carne (Gn 2:24). Grande es este MISTERIO,
pero yo digo esto respecto al Mesías y la congregación… (Efesios 5:28-32).
8
Ahora bien, con relación al misticismo judío, el Dr. Scholem define de manera
categórica lo que es la mística judía y al mismo tiempo lo que la separa de otros
misticismos:
El Dr. Scholem entiende que, el misticismo judío abarca una amplia gama de
percepciones de lo divino9, en donde, la “unión” de lo humano con lo divino,
sería la experiencia cumbre de la mística.
7
La palabra hebrea “daveikus” se usa con frecuencia en círculos cabalísticos para referir a
esa unión.
8
G. Scholem, obra citada, p. 28.
9
Rabbí W. Pitter, Providencia Divina (2020). Publicado en el portal del Rabino Pitter en
www.edu.academia.edu/WilliamsPitter. Entre otras cosas, esta percepción, a la instancia
más básica, se encuentra el discernimiento de las acciones del Creador en los eventos del
mundo y en torno a la vida de cada ser humano.
10
Ibid, p. 24
5
BREVE HISTORIA DE LA CÁBALA
Ahora bien, los Rabinos de los primeros siglos de nuestra era, ya habían llegado a la
comprensión que la Torá tiene dos dimensiones, una de ellas, llamada Niglé, que
revela la historia de Israel, las profecías y las leyes; y la otra, llamada Nistar, que
contiene secretos profundos. A este último conocimiento oculto de la Torá se le
llama “esotérico”, a diferencia del conocimiento “exotérico” que era impartido por
los Rabinos a los miembros de su comunidad que tenía que ver con las enseñanzas
de la parashá de la semana, y con las halajot o reglas de vida del judío.
11
De hecho, los estudiosos de las religiones afirman que, con Abraham ocurre un cambio de
paradigma, de las hierofanías del paganismo a la teofanía.
12
Mishná Abot 1:1. Ver la Edición de Carlos del Valle (1997). Editorial SIGUEME.
13
Mishná Jaguijá 2:1. Ver también Talmud Bavlí Jaguijá 11b
6
detalle de este punto y del que sigue recomiendo la obra El Libro de la Creación del
Rabbí Aryeh Kaplan14.
En el período talmúdico (del siglo III al V) hubo rabinos que no quisieron aprender
los misterios y que además se opusieron a las escuelas esotéricas de su tiempo. El
17
Talmud Bavlí Gittin 89b menciona a Elazar ben Padat , líder de la Academia de
Tiberias después de la muerte de su maestro Rabbí Yohanan Ben Zakay.
Hacia el primer tercio del siglo II de nuestra, Rabbí Akiva era la figura dominante
por sus conocimientos místicos y de la tradición oral. Según el Talmud Bavlí
Sanhedrin 68a, Rabbí Akiva aprendió de su maestro Rabbí Yehoshua ben Jananya a
hacer conjuros mágicos con pepinos, y fue el único de los cuatro rabinos que
pudo salir sano y salvo de la experiencia mística de entrar al “Paraíso”, (Talmud
Bavlí Jaguijá 14b). Uno de sus discípulos más destacados, Shimeon Bar Yojai, gran
conocedor de Torá y del misticismo rabínico de su tiempo, es el principal
protagonista de los relatos del Zóhar. Por otra parte, es posible que la noción de
las Sefirot18, tenga su origen hacia el siglo III en una enseñanza del Rabino Rab19
quien dice:
14
Rabbí Aryeh Kaplan, El libro de la creación (1994). Editorial Mirach.
15
En esta porción del Talmud se relata a un grupo de discípulos que exponían ante el Rabbí
Ben Zakay los misterios de la Merkabá. Como se ve, ya en el primer siglo el misticismo judío
ya tenía una fuerte presencia al interior del liderazgo rabínico del aquel tiempo. Ya para el
tiempo que Rabbí Ben Zakay dominaba la Academia de Jerusalén, Pablo se había distanciado
del liderazgo judío.
16
Rabbí Aryeh Kaplan, El libro de la creación, obra citada, pp. 16,17.
17
Ibid, p. 21.
18
También es posible que el Rabino Rab la haya tomado del Libro de la Creación (Sefer
Yetzirá) que, según se sospecha, ya había sido escrito hacia el siglo II de nuestra era. Sefirot
es el plural de Sefirá que significa número (G. Scholem, obra citada, p. 72). Por eso como
veremos adelante al estudiar el Sefer Yetzirá cuenta a las Sefirot como parte de los
ingredientes para la creación.
19
Talmud Bavlí Jaguijá 12b.
7
Una declaración mística similar la encontramos en otro libro rabínico20: “Siete
middot sirven ante el trono de la gloria: la sabiduría, el derecho y la justicia, el
amor y la misericordia, la verdad y la paz”.
Esta última declaración, de las middot o cualidades divinas, es una clara referencia
a la doctrina rabínica de los atributos de Dios. Como muestra véase en los
comentarios de Rashí sobre los trece atributos Ex 34:6,7; y la interpretación de los
nombres de Dios: Elokim, cuando Dios se revela con el atributo de Justicia, Hashem
o el Nombre Sagrado, cuando Dios se revela con el atributo de misericordia. Más
adelante, como mostraremos, que los atributos de Dios son definidos en términos
de las diez Sefirot.
Más allá de la literatura rabínica, y antes que se redactara la Mishná, se conoce que
el llamado Nuevo Testamento (NT), la única obra judía conocida del primer siglo
que compila las creencias y actividades del “Judaísmo apostólico”, dedica un gran
espacio a declaraciones y enseñanzas de carácter místico.
1. Los misterios del reino de los cielos revelados a los escogidos. Mt 13:10,11: ”10Y
acercándose los discípulos le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas”? 11Él
respondió, dijo: Porque a vosotros os ha sido dado a conocer los MISTERIOS del
reino de los cielos, pero a ellos no ha sido dado”.
3. El misterio del Mesías. Ef 3:1-11. “1Por esta causa, yo Pablo soy el prisionero del
Mesías por amor a vosotros los gentiles, 2si es que oísteis acerca de la
administración de la gracia de Dios que me encomendada para vosotros,
3
conforme a una revelación que me fue dado a conocer el MISTERIO, como antes
escribí brevemente, 4leyendo lo cual podéis percibir mi entendimiento en el
MISTERIO del Mesías, 5que no se dio a conocer en otras generaciones, como
6
ahora fue revelado a sus santos apóstoles y profetas y profetas por el Espíritu: que
los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la
20
Abot de Rabbí Natán, cap. 37.
8
promesa en Yeshua el Mesías, 7del cual yo fui hecho ministro…9y de sacar a la luz
cuál es la dispensación del MISTERIO escondido desde los siglos en Dios, que creó
todas las cosas; 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la congregación a los principados y potestades en los
cielos, 11conforme al plan de las edades que hizo en Yeshua el Mesías, Señor
nuestro”.
En este último ejemplo, se nota que hay misterios que no se encuentran en la Torá,
es decir, que no se encuentra al nivel Nistar, esa otra clase de luz, es un “misterio
escondido desde los siglos en Dios”, y revelado por una experiencia mística por la
Ruaj. Rabbí Shaul o Saulo de Tarso, relata una experiencia mística de un viaje al
“tercer cielo” o “paraíso” en la cual recibió secretos divinos (2 Co 12:1-5). Este
viaje o ascenso de Pablo al “Paraíso” parece que era un lugar común en los
primeros siglos de nuestra era como lo testifica el ascenso de Rabbí Akiva antes
21
citado, y como lo relatan los ascensos de los profetas Enoc y Elías .
No tenemos más espacio para comentar, lo que podemos añadir es que este tipo
de experiencia mística, en donde los sentidos quedan suspendidos, no son nada
nuevos, son experimentadas también por varios personajes de las Escrituras
hebreas. Tres ejemplos servirán. Abraham (Gn 15:1-5), Bilam (Nm 24:1.4) y
Ezequiel (10:1,2). Debido a que esta clase particular de experiencia extática22 de la
Tanak, y otras similares, se reciben (Kabbalah) conocimientos sobre eventos
futuros; los cabalistas le llaman “Cábala Profética” y, en ese sentido, y esta es la
razón por la cual se dice que Abraham fue el primer cabalista.
Acá deseo acotar que, en el mundo cabalista hay un pronunciado énfasis por
experimentar el “éxtasis”, la unión con lo divino; sin embargo, un simple estudio
comparativo de los métodos que usan los cabalistas para inducir los éxtasis no se
encuentran en las Escritura, y el tipo de experiencia extática que reportan son muy
distintas a los de las Escrituras hebreas; pues allí aparecen diversas “entidades” de
naturaleza dudosa. Como mostraremos en breve, los métodos para inducir éxtasis
ya estaban en uso por los cabalistas antes de la aparición del Zóhar, la recepción
del Zóhar entre los rabinos dio lugar a un reavivamiento de esas experiencias.
21
Para un estudio profundo sobre el “Paraíso” en el misticismo judío, véase el artículo de
Moshe Idel, On Paradise on Jewish Mysticism, Journal for the Study of Religions and
Ideologies, vol. 10, issue 30 (Winter 2011): 3-38
22
Para un estudio profundo sobre las experiencias extáticas en el judaísmo, véase el artículo
de Moshe Idel, On the language of ecstatic experiences in jewish mysticism, pp. 43-84.
9
Por último, entre la literatura apócrifa judía es digno de mencionar los “libros de
Henoc”, escritos entre los siglos III a.M y VI d.M, que recogen una amplia variedad
de doctrinas de carácter esotérico y escatológico y además de un conjuntos de
23
visiones que dejan constancia del interés del mundo judío por lo místico .
En el Sefer Yetzirá, las Sefirot son llamadas los “números primordiales”, pero no
está claramente definidas su carácter y el nombre de cada una de ellas, solo se dice
un par de asuntos: aparecen en actitud de adoración ante del trono de Dios, y de
su función como elementos usados para la creación del mundo, justo similar como
lo enseña el Rabino Rab antes citado (Talmud Bavlí Jaguijá 12b). Algunos estudios
de este libro identifican a las diez Sefirot como: el espíritu de Dios, el éter, el agua,
26
el fuego y las seis dimensiones del espacio .
Entre los rabinos místicos destacan Rabbí Isaac Sagi Nehor, más conocido como
Isaac el ciego, nace en Francia hacia el año 1160, quien acuñaría el término hebreo
23
Ver por ejemplo, A. Diez Macho, Apócrifos del Antiguo Testamento (1984). Ediciones
Cristiandad.
24
No hay un acuerdo en cuanto a la fecha en la que fue escrita esta obra, las fechas que se
discuten van desde el siglo I hasta el siglo 9. Ver Rabbí Aryeh Kaplan, El libro de la Creación,
ya citado, p. 23.
25
La obra de Rabbí Aryeh Kaplan, El libro de la Creación, ya citado, es de lo mejor que hay en
la literatura de lengua castellana para estudiar el Sefer Yetzirá.
26
G. Scholem, obra citada, p. 73.
27
Ibid, p. 124.
10
En Sof para designar al Dios escondido, a Aquel que no es posible concebir con el
pensamiento. En Sof significa “sin límites”, y generalmente se traduce como “el
infinito”28. Este término, junto con las diez Sefirot, va a constituir las palabras más
importantes del léxico cabalista, y llegarán a ser centrales en los planteamientos
místicos del Zóhar.
En las últimas del siglo XII aparece el Sefer Bahir, “El libro de la Iluminación”,
editado en Provenza, Francia29, exhibe marcadamente la tendencia especulativa
del misticismo rabínico que distinguiría al pensamiento cabalístico, pues usa
gematría para asociar palabras hebreas y darle una interpretación mística, propone
la permutación de las letras hebreas del nombre Sagrado del Creador con lo que
infiere que el Creador tiene 72 nombres, etc. Este libro, después del Sefer Yetzirá,
es el segundo eslabón importante de la evolución del pensamiento místico judío, y
va a tener gran influencia en la formación del Zóhar. Y también a penetrar en el
pensamiento de los dos rabinos que me faltan por mencionar.
Uno de los primeros y más grandes cabalistas es Rabbí Moshé ben Nahman (1195-
1270), quien tenía una escuela para enseñar Cábala, y de hecho escribió un
comentario de la Torá en la que destacaba el aspecto místico en algunas de sus
30
partes . De hecho, fue el primer rabino en introducir las enseñanzas místicas de su
tiempo en su comentario a la Torá; y afirma que sus alusiones místicas a asuntos
escondidos de la Torá solo pueden ser entendidas por un sabio cabalista cuya boca
hable a un recipiente entendido (mekabel mevin)31.
Lo primero que hay que preguntarse es: ¿Qué cosa es el intelecto agente? En el
lenguaje aristotélico es la facultad intelectiva del alma encarnada. Esto es
28
G. Scholem, obra citada, p. 23.
29
G. Scholem, obra citada, p. 23.
30
Esto se destaca en la introducción a su comentario a la Tora. Ver la edición y traducción de
Rabbí Charles Chavel, Ramban: commentary on the Torah (1971). Shilo Publishing House.
31
Rabbí Chavel, obra citada, pp. 16,17. La palabra “mekabel” significa “el que recibe”, en
este caso, la tradición, y por eso también se le dice “cabalista” o “recipiente”, pues el
cabalista es una persona concebida como una vasija para recibir la luz divina.
32
G. Scholem, obra citada, p. 124.
11
importante también en los planteamientos del Zóhar y de todos los cabalistas,
aunque ya no usen la frase “intelecto agente”. Abulafia no es el primer Rabino en
transitar por la filosofía de Aristóteles y asumirla como parte de sus reflexiones
sobre el misticismo. Ya antes de él, otro Rabino, el famoso Moshé Ben Maimón,
conocido como Maimónides (1138-1204), y quien escribió una obra famosa
llamada “Guía de los Perplejos”, que está plagada por todas partes con nociones
aristotélicas.
…la forma como obtener una experiencia mística concebida como profecía (Kabalah
Nevuit); y la Cábala de los Nombres (Kabalah Hashemot), o sea, la clase de
misticismo que muestra la manera de lograr esa extática. Esta segunda forma estaba
enfocada a la recitación de los nombres divinos y de la combinación de las letras del
alfabeto hebreo. La técnica de combinar letras, usadas también para obtener
experiencias místicas, fue usada también, en el sistema hermenéutico de este
cabalista, método exegético avanzado que permite al místico penetrar en los
estratos más profundos de las Escrituras.
Un aspecto inquietante de la Cábala Profética de Rabbí tiene que ver con sus
visiones, en las que percibe un guía espiritual, que aparece como un hombre joven
y en otras ocasiones como un viejo, a quienes ve y oye. Explícitamente dice, y en
consonancia con la doctrina platónica del dualismo cuerpo-alma34:
El cuerpo necesita un médico del cuerpo y el alma un médico del alma, a saber, los
estudiosos de Torá. Pero el intelecto (la potencia más elevada del alma) tiene la
necesidad de un motor externo que haya recibido las enseñanzas de la Cábala acerca
de los misterios de la Torá, y de un motor interno que le abra las puertas (de los
misterios de las Sefirot y de los nombres de Dios) que encuentra cerradas.
33
Moshé Idel, Lenguaje, Torá y hermenéutica en Abraham Abulafia. Acta Poética 9-10,
primavera-otoño 1989, pp. 63
34
G. Scholem, obra citada, p. 132.
12
Otro aspecto inquietante, es que, según Moshé Idel35, Rabbí Abulafia, y la Cábala
del Zóhar que vino después de él, el cabalista desplaza al profeta, dado que, como
el intérprete y comunicador de los misterios divinos, se coloca entre Dios y la
comunidad judía. Peor aún, a mi parecer, considerando la actual poderosa
influencia de los cabalistas de estos tiempos, ya han alcanzado un punto que, ellos,
los rabinos cabalistas, son considerados ahora los guías y sabios de la generación; y
sus palabras tienen muchos pesos al interior de las comunidades y concilios judíos.
Y lo otro, y que ya hemos hecho hincapié, es que los cabalistas, han ido más lejos
de las cercas que imponen las Escrituras, y han desarrollado técnicas y rituales para
alcanzar elevados estados de éxtasis y viajar a los “mundos superiores”. Con
Abraham Abulafia comienza este fenómeno a expandirse y luego, la Cábala del
Zóhar le dará el impulso necesario y suficiente para alojarse de forma permanente
en el pensamiento rabínico contemporáneo, desde el más “light” del Reformismo
hasta los más conservadores y hombres de la halajá del Judaísmo ortodoxo.
En el siglo siglo XIII, en el último tercio de ese siglo, aparece del Zóhar, con el
ocurre el cambio crucial en la historia de la Cábala, dado que fue la primera obra en
la que un autor judío36 presenta un comentario místico de la Torá. Usando uno de
los cuatro niveles de interpretación de la Torá, el nivel Sod (secreto), el autor del
Zóhar apeló a su creatividad e intuición para exponer la dimensión esotérica del
pensamiento hebreo de la Torá y de otras porciones de las Escrituras hebreas
(Tanak).
La tesis implícita en el Zohar es que la Torá, más allá de las historias de los
patriarcas y de un conjunto de normas para el Templo y para la vida judía privada
y para la comunidad, posee una luz oculta. Tal luz, escondida en el texto hebreo
de la Torá no sólo muestra su origen divino, sino que también pone al descubierto
las más profundas verdades que iluminan y llevan al hombre por el sendero
correcto. Aunque esto último es cuestionado en este ensayo.
En cuanto al carácter del Zóhar, una obra de más de mil páginas escrita en
arameo37, el Dr. Scholem afirma lo siguiente38:
Si tuviera que resumir con una palabra las características esenciales de ese mundo
de pensamiento cabalístico, aquéllas que lo diferenciaban de las otras formas de
35
Ibid, p. 68.
36
Todavía hay una discusión si fue uno o varios autores que compilaron esa obra.
37
Ya hay varias versiones en hebreo, la que tengo es producida por la Editorial del Kabbalah
Centre International (2013); y en español se tiene una muy buena editada por Ediciones
Obelisco.
38
G. Scholem, obra citada, p. 171.
13
pensamiento judío, diría que el Zóhar representa la teosofía judía, es decir, una
forma judía de la teosofía. La Cábala del Siglo XIII, con su concepción teosófica de
Dios, es esencialmente un intento de conservar la sustancia de la fe popular ingenua,
en ese momento cuestionada por la teología racional de los filósofos. El nuevo Dios
de la Cábala (En Sof, el Dios oculto e incognoscible), que según los cabalistas es
simplemente el antiguo Dios de la Creación y de la revelación, por un lado; y la
relación del hombre con Dios, por el otro: éstos son los dos polos de la doctrina
cabalística en torno a los que gira el sistema de pensamiento del Zóhar.
En el Zóhar ocurren algunos cambios en relación con las Sefirot, que antes estaban
relacionadas con los atributos divinos, pero que ahora viene a significar esferas o
regiones místicas en las que se manifiestan poderes o emanaciones divinas. Puesto
que, el Dios oculto, dado que no posee cualidades ni atributos, Él es incognoscible,
nada sabemos de Él. ¿Pero cómo es que sabemos de Él? La Creación y la Revelación
son las manifestaciones de la vida oculta del En Sof. En otras palabras, el Dios
oculto es el mismo Dios que se ha manifestado en la Creación y en la Revelación, es
39
G. Scholem, obra citada, pp. 173,174. En otra parte, p. 149, se afirma que los elementos
discursivos del Zóhar representan un Neoplatonismo judío. La investigación contemporánea
ha confirmado esta interpretación de Scholem.
40
A. Green, A Guide to the Zohar (2004), Stanford University Press, p. 28-29
14
Uno, es decir, Él mismo, pero vestido con el ropaje resplandeciente de las Sefirot41.
Según el Zóhar42 es como la llama y el carbón, el carbón existe sin la llama, pero su
poder latente no se manifiesta más que en la luz de ésta. Las luces de las llamas
representan las emanaciones divinas de una o varias Sefirot, según sea el caso.
41
Zóhar III, 7a
42
Zóhar III, 70a. Según Scholem, el Zóhar ha tomado prestado este símil del Sefer Yetzirá;
obra citada, p. 332.
43
G. Scholem, obra citada, p. 179.
44
Zóhar III, 10-11.
45
Zóhar I, 16b. En la lectura de los días de la creación del libro del Génesis se notan diez
palabras creadoras (dibburim). El mundo creado por esas palabras expresan la voluntad
oculta del En Sof que se hace concreta con el mundo y sus criaturas.
15
En un extenso y profundo examen del Zóhar, que no tenemos espacio de comentar
acá, el Dr. Scholem46, realiza una crítica al carácter y doctrina del Zóhar, que
intentaré resumir a continuación:
A esto hay que añadirle, que al igual que el Talmud, también insiste en la doctrina
47 48
errónea de la inmortalidad del alma y de la reencarnación ; lo que termina de
enrarecer el ambiente cabalístico del Zóhar y de las escuelas que se generaron a
49
partir de esta obra .
Por último, deseo mencionar un hecho importante que vino a darle a la Cábala de
Zóhar el impulso y necesario y suficiente para llegar a la judería de Europa. Por
diversas razones, un grupo de Rabinos notables, emigran a Israel, y coinciden en la
ciudad de Tzafed, en la tierra de Israel, todos ellos interesados en el misticismo del
Zóhar. Los rabinos místicos que estaban Tzafed para ese tiempo eran: Josef Caro
(1534-1572), autor del Shuljan Aruj, y su discípulo Moshé Cordovero (1522-1570),
este último rabino escribió la primera obra sistemática sobre el contenido místico
del Zóhar. El más prominente de los místicos de Tzafed era un joven prodigio
llamado Rabbí Isaac Luria (1532-1572).
Este grupo de rabinos dio origen a una nueva fase de la Cábala y el impulso
definitivo para su consolidación, con la cual, el Zóhar llegó ocupó para siempre el
lugar central de la mística judía. Los escritos del Rabbí Luria fueron compilados por
su discípulo Rabbí Jaim Vital (1542-1620), y la Cábala luriánica que hoy conocemos
es producto del trabajo del Rabbí Vital. No tengo espacio para comentar, que se
tiene testimonio de las “experiencias místicas” de los Rabinos Caro y Luria en las
cuales se comunican con entidades y les servían como “médium”, al estilo de las
sesiones del espiritismo que hoy día ya se conocen. Esto es alarmante.
46
G. Scholem, obra citada, p. 171-201. A ese extenso capítulo el Dr. Scholem lo titula: La
Doctrina Teosófica del Zóhar.
47
Rabbí W. Pitter, Los mitos de la inmortalidad del alma y del infierno publicado en mi portal
en www.luz.academia.com/WilliamsPitter.
48
Rabbí W. Pitter, Reencarnación: ¿Fraude o Realidad? A ser publicado en mi portal en
www.luz.academia.com/WilliamsPitter.
49
La Cábala Dialógica que he desarrollado esta libro de esos defectos que le critica el Dr.
Scholem al Zóhar, y a todo el pensamiento cabalístico después de esa obra, ni tampoco se
adhiere a las enseñanzas erróneas de la inmortalidad del alma y la reencarnación.
16
Desde entonces, y hasta el día de hoy, Tzafed se convirtió en el centro mundial de
la Cábala; y la Cábala luriánica se difundió por toda Europa, alimentó a la mística
judía y a la cristiana, hasta convertirla en el pensamiento cabalístico judío más
importante e influyente. Surgieron otras propuestas o sistemas místicos y
filosóficos pero todas ellas muestran afinidades con la Cábala Luriánica, que era el
pensamiento místico más dominante; pero también es más complejo; tanto en su
aspecto teórico como en los rituales que propone para alcanzar estados místicos o
para comunicarse con “entidades espirituales”.
Aquí se resalta los dos aspectos negativos que son centrales a la Cábala y la definen
completamente: el aspecto teosófico neoplático (la primera categoría) y el aspecto
teúrgico (las otras dos categorías). Con el primer aspecto se acerca a la filosofía y
con el segundo, se acerca al mundo de los brujos y chamanes, quienes creen, que
sus encantamientos y rituales pueden alterar el mundo y elevar su “alma” a
“mundos superiores”. Ambos aspectos reflejan la influencia del pensamiento
pagano que se ha infiltrado hasta lo más profundo del pensamiento rabínico del
misticismo cabalístico.
A finales del siglo XVIII surge desde las entrañas del Judaísmo, el Jasidismo de Israel
Ben Eliezer (1700-1760), el más exitoso de todos los grupos místicos de aquel
50
Aryeh Kaplan, obra citada, pp. 9,10.
17
tiempo. Ben Eliezer, que llegó a ser conocido como el Baal Shem Tov, era de origen
humilde y sin la erudición rabínica tradicional, pero carismático que enseñaba por
medio de aforismos, historias y parábolas, y según su interpretación de la Torá
afirmaba que la meta de la vida era la unión (daveikus) con el Creador.
La revolución mística del Baal Shem Tov se propagó por toda Europa oriental, y dio
origen a una diversidad de dinastías y escuelas de pensamiento místico. Entre esas
escuelas, por mencionar las más renombradas en América, tenemos a los jasídicos
de Lubavitch, que tienen como libro base a Tanya, escrito por el Rebbe Zalman
Shneur de Liadi, y a los jasídicos de Breslov, que nace del ministerio y enseñanzas
del Rebbe Najman de Breslov (1772-1810). A esta última corriente jasídica es la que
estamos interesados en seguir por sus extraordinarios aportes a la espiritualidad y
a la mística judía con en breve mostraremos.
51
Rabbí Aryeh Kaplan, citado por Rabbí M. Wolfson, Flames of thought: An Introduction to
Chasidic Thougnht (2014). Kodesh Press, p. 20.
18
Hoy día, la Cábala ha llamado la atención en diversas partes del mundo; y está
llegando a mucha gente gracias al esfuerzo de cabalistas tales como los Rabinos
Yehudá Ashlag (1880-1954), Aryeh Kaplan (1934-1983), Yiztjak Ginsburg (1944-).
Hoy día, la Cábala ha llamado la atención en diversas partes del mundo; y está
llegando a mucha gente gracias al esfuerzo de cabalistas tales como los Rabinos
Yehudá Ashlag (1880-1954), Aryeh Kaplan (1934-1983), Yiztjak Ginsburg (1944-).
Parte 2
LA CÁBALA DIALÓGICA
El ascenso hacia la
espiritualidad comienza en el
corazón del hombre, pero se
revela y se va transformando con
la calidad de relaciones que se dan
y establecen al interior de la
familia, en el entorno de amigos y
familiares, en el trabajo, y en la
comunidad donde se vive
Rabbí Dr. Williams Pitter
52
Midrash Bereshit Rabbá
20
Una manera sencilla de introducir la Cábala Dialógica es contando una parábola
que encierra gran parte de los misterios del mundo del misticismo, y que pueden
ser vislumbrados con dos palabras claves del argot cabalístico: deseo y voluntad.
Se cuenta que un hombre muy rico tuvo el deseo de donar todo el vino de sus
bodegas a toda la gente de su ciudad, ya sea para que disfrutaran del buen vino y/o
tuvieran ganancias vendiéndolo. Él ordenó a sus siervos que dieran a conocer esa
buena noticia; y aquel que tuviera el deseo de recibir su buen vino trajera todos los
recipientes o vasijas que quisiera. Llegado el día acordado, todos los que tuvieron
el deseo de recibir el vino dispusieron su voluntad y trajeron sus respectivas
vasijas; unos trajeron muchas y otros pocas. Pero muchas de esas vasijas no eran
apropiadas para el conservar el vino, otras no estaban en buenas condiciones y el
vino se filtraba por la madera dañada de los barriles. Todos tuvieron el deseo de
recibir el buen vino, pero fueron pocos los que recibieron a plenitud el don gratuito
prometido.
53
El Rabbí Dr. Michael Laitman , el líder de la escuela cabalística Benei Baruj, explica
que:
“La Cábala nos enseña que la mejor manera de poder aprender algo es, en
primer lugar, desear hacerlo. Es una fórmula muy simple: cuando queremos
algo, hacemos lo que sea necesario para obtenerlo. Encontramos el tiempo,
acumulamos la energía, y desarrollamos las destrezas necesarias. Resulta
que el motor del cambio es el deseo. La manera en que nuestros deseos
evolucionan define y moldea la historia entera de la humanidad”.
Se puede añadir, además, que el deseo, desde el Jardín del Edén, es el motor o la
fuerza que impulsa al cambio del hombre y de la humanidad, ya sea de modo
egoísta o altruista. Por lo que los cabalistas se refieren a esa fuerza para el cambio
como “el deseo de recibir”, y que tal deseo depende del nivel espiritual de la
persona. En contraste, el “deseo de dar” parece que no estimula el impulso al
cambio en el hombre; esto es así, pero cuando el hombre se eleva espiritualmente
en la misma medida el “deseo de dar” también crecerá con él y; al mismo tiempo
irá desapareciendo la actitud egoísta
53
M. Laitman, La voz de la Cábala. Laitman Kabbalah Publishers, New York, 2008, pp. 30,31.
21
“deseo de recibir”, y entonces pone en marcha su voluntad para alcanzar la
satisfacción o placer de lo que se ha deseado; pues ésta es la intención tras el
deseo54. Este es el “despertar del corazón”, provocado intencionalmente por el
Creador, con el objeto de motivar e impulsar al hombre al cambio, que rectifique o
reoriente su vida a fin de que sea un recipiente apropiado de las bendiciones que Él
desea otorgar.
En el sentido cabalístico más profundo, esta parábola nos enseña que cada uno de
nosotros es un Keli, una vasija o recipiente, y el Creador desea derramar en ella la
Luz (Or) de Su Presencia. Un Keli apropiado nos permite ser receptores idóneos de
la Luz. Por tanto, si no nos preocupamos en preparar nuestra vasija para que esté
en las mejores condiciones, no sabremos apreciar la Luz de Su Presencia cuando se
presente, o se derramará por las fisuras de nuestro carácter.
Estas nociones interesantes de la Cábala tradicional se conectan con la Filosofía del
Diálogo, también llamada Filosofía del encuentro de Martin Buber (1878-1965), un
filósofo judío; dado que el hombre es un ser creado y que vive en relación con su
prójimo, la naturaleza con el Creador, y en todos esas esferas de relaciones el
hombre está llamado a experimentar un crecimiento espiritual.
54
Como veremos más adelante, esta tríada de intención, deseo y voluntad encontrarán su
lugar en el contexto de la exposición de las Sefirot, que son fuerzas o cualidades. También
acá están implícitamente involucrados los temas cabalísticos relacionados con el aspecto
masculino (la facultad de dar su simiente) y el aspecto femenino (la facultad de recibir). En el
orden de la Cábala, recibido de las Escrituras hebreas, lo masculino tiene la primacía sobre lo
femenino. De allí que se ve claramente que, en el plano de las relaciones humanas, el
“deseo de dar” (asociado con la Sefirá Jesed) sea más importante que el “deseo de recibir”
(asociado con la Sefirá Guevurá). Es este en este contexto donde se puede comprender, ya
de entrada dos asuntos; primero, que el Creador es plenamente Jesed, dotado con el deseo
y voluntad efectiva de otorgar, y segundo, que en este contexto se pueden entender las
palabras del Rabbí de Nazareth cuando afirmó: “Más bienaventurado es dar que recibir”
(Citado por Pablo en Hechos 20:35).
22
el hombre vive, las relaciones intersubjetivas, la relación con la naturaleza y la
relación con el Creador, a quien Buber llama el “Tú Eterno”. Por otra parte,
nuestra vida personal y la de nuestro entorno, y en general la del mundo, depende
de la calidad de esas esas relaciones, las cuales se caracterizan y se ponen de
manifiesto de dos maneras. Por ejemplo, en la esfera de las relaciones
intersubjetivas, se dan dos modos de vida, el primero Buber lo llama “Yo-Tú”, que
es el genuino diálogo, es presencial y recíproco en afectos y respeto; y el “Yo-Ello”,
es un diálogo humano más distante, pero necesario; un ejemplo positivo lo
tenemos en la interacción de roles: médico-paciente, patrón-obrero, maestro-
alumno, etc.
55
Midrash Bereshit Rabbá 8:11. Ver Apéndice 1 que contiene una discusión sobre las dos
inclinaciones del hombre y el libre albedrío.
23
Gershom Scholem (1897-1982)56 explica lo que significa para la Cábala el asunto de
la “imagen de Dios” en el hombre, o Yetzer Hatov (inclinación al bien):
La expresión bíblica de que el hombre fue creado a imagen de Dios significa para los
cabalistas dos cosas. Primero, que el poder de las sefirot, el paradigma de la vida
divina, opera también en el hombre. Segundo, que el mundo de las sefirot, es decir,
el mundo del Dios Creador, puede hacerse visible en la imagen del hombre, el ser
creado.
El Zóhar y también el Sefer Yetzirá, y antes de ellos toda la antigua tradición judía,
enseñan que los Nombres del Boré Olam, o los Nombres que adoptan en cada
particular revelación, tienen que ver con las acciones que ejecuta en su interacción
con los hombres. Por ejemplo, en el relato de la Creación, se usa el Nombre de
Elokim, el cual es una referencia a la acción de un Juez, en el sentido que dictamina
y tiene el poder de decidir qué es lo que debe ser creado y lo que no debe ser
creado; y la naturaleza, función y propósito de cada cosa creada.
El Creador, aunque con poder infinito para crear cualquier cosa o criatura, se
restringe o se limita a Si mismo a crear sólo lo que es bueno, como lo declara en
cada evento creativo el relato del libro de Génesis (Gn 1:10-31). A esta cualidad de
restringirse a traer a existencia sólo lo que es bueno se le dice en hebreo
Guevurá57, una de las diez Sefirot; palabra que significa “fortaleza” o la fuerza del
juicio (Din), porque se quiere dar a entender que se requiere fortaleza para
limitarse hacer lo que es correcto, pudiéndose actuar de otra manera.
56
G. Scholem, obra citada, p. 179.
57
Por supuesto, esta palabra aplicada especialmente acá en el contexto de la creación del
mundo, puede aplicarse en cualquier situación en donde, la divinidad o el hombre, se
restringen, por alguna causa, a ejecutar una acción determinada.
24
La Sefirá opuesta a Guevurá es la Sefirá Jesed. En muchas versiones bíblicas
traducen el término hebreo “Jesed”, como “misericordia” o “piedad”, y aunque
Jesed sea una manifestación piadosa o misericordiosa; no obstante, tales palabras
españolas no recogen el profundo sentido que Jesed contiene: acciones arriesgadas
58
o acciones, positivas o negativas , que van más allá de los límites naturales de una
situación en particular.
Las bases. El sendero para el crecimiento espiritual que se presenta acá integra
tres corrientes de pensamientos; las dos primeras son dos escuelas cabalísticas.
La escuela Benei Baruj dirigida por el Dr. Michael Laitman, que sigue la Cábala de
Rabbí Yehudá Ashlag; la cual desarrolla una extraordinaria exposición teórica sobre
58
Un ejemplo se encuentra en Lv 20:17, en cuyo contexto se nota que Jesed ha sido
traducida como “abominación” en referencia a una mala acción, y observando lo que nos
comunica el texto en cuestión podríamos haber traducido Jesed como “abuso” en nuestro
idioma español.
59
Rabbí Z. Reichman, p. 195. Esta palabra está vinculada a la palabra hebrea “ahav”, que
significa simplemente “dar” o “entregar” generalmente se traduce como “amor”, pero que
de ningún modo debe entenderse que está restringida al plano de los sentimientos. De
hecho, puede referirse a ellos, pero en general se refiere al compromiso de entregar al otro
lo que le corresponde. Por ejemplo, a los padres honra y afecto; a las autoridades civiles, a
los ancianos y al extranjero, respeto. Esto es lo que significa Lv 19:18: “amarás a tu prójimo,
que es como tú”.
25
los deseos y la voluntad humana como factores cruciales para la transformación de
la conciencia que inciden en el crecimiento personal y espiritual del hombre. Y la
tercera corriente de pensamiento, proviene de la Filosofía del Encuentro o Filosofía
del Diálogo de Martin Buber, que ya se ha mencionado.
El sendero espiritual que aquí se presenta es una síntesis entre el giro dialógico de
la Cábala de la Cábala jasídica de Breslov y, en la que se ha dejado a un lado, por
una parte, el pesando y complejo lenguaje teosófico de la Cábala tradicional; y por
otro, se distancia de las complicadas técnicas de meditación e inducción de
experiencias místicas que tienen su punto de partida en la Cábala luriánica.
En fin, de estas dos escuelas cabalísticas se han tomado los aspectos teóricos y
prácticos que se han considerado más relevantes y se han integrado a fin de
construir un nuevo pensamiento cabalístico. Este nuevo sendero propicia un
acercamiento más amigable a la Cábala tradicional del Ein Sof y de las Sefirot y, al
mismo tiempo impulsa de una manera práctica el “despertar del corazón”, el deseo
de recibir al Creador y Sus bendiciones, que se consolida con la transformación de
la conciencia que se manifiesta de manera concreta en el paso de los deseos
egoístas a los deseos altruistas, y cuyo fruto externo es el establecimiento de
mejores relaciones con el Eterno, el prójimo y la naturaleza.
26
Condiciones. Es importante tener el deseo de iniciarse en el estudio cábala y de la
meditación cabalística, pero hay condiciones para la uno y lo otro. Debemos estar
inspirados por los motivos correctos (se refiere al deseo de recibir) y estar
preparados de manera apropiada (se refiere a la voluntad por las acciones que
realizó para tal preparación). Y, en especial, en hacer Tikkún, rectificar lo que haya
que corregir.
Segundo, una vez llevado a cabo ese proceso de corrección, la Cábala se empeña
entonces el propósito de ayudar al hombre al “parto de la conciencia”, al despertar
definitivo del corazón, que lleve a la transformación de la conciencia humana y
dirigirla hacia niveles espirituales y místicos que se manifiesten de manera
concreta en la elevación de las relaciones humanas y con la naturaleza. Como se
puede ver, aquí están presentes los contenidos éticos de la Cábala.
60
M. Buber, I and Thou. Traducida por R. G. Smith, T & T Clark, Edimburgo, 1937. Esta es la
versión que se usará en este trabajo. Hay una traducción española: Martin Buber: Yo y Tu.
Traducida por H. Crespo. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1982.
27
En su obra magna “Yo y Tú”, Buber planteó que el genuino diálogo está,
ciertamente involucrados los intercambios de razones, pero los cambios se dan
más allá del plano cognitivo. El punto es que en toda experiencia dialogal es un
encuentro con el otro en donde están presentes e indisolublemente unidos el
aspecto racional y el emocional, en cualquier grado e intensidad. Para Buber, estos
aspectos debían tener su mejor expresión en la reciprocidad de afectos, respetos
sinceros y sin segundas intenciones. A este tipo de comunicación intersubjetiva
Buber la llamó relación dialógica, o comunicación dialógica como se le dice hoy
día61. Buber además planteaba que el hombre actúa en tres esferas de relaciones:
el encuentro del hombre con su prójimo, con la naturaleza y con el Creador.
En esa obra, Buber afirma que hay tres específicas esferas de relaciones en la que
todo ser humano está insertado62: la relación con la naturaleza, con el prójimo
(esposa, hijos, amigos, etc.) y la relación con el Creador, a quien Buber llama el “Tú
Eterno”. En este marco de pensamiento, se entiende que todas estas relaciones se
dan en términos de dos modos de acción en la que opera la experiencia humana63:
la relación “Yo-Tú”, que es cercana, afectiva, sincera, y en la que el hombre se
constituye como persona; la relación “Yo-Ello”, que es una relación distante y
guiada por el interés, la cual tiene sus aspectos positivos y negativos. Cada modo
de relación define un encuentro entre las partes; la realización cumbre del
encuentro se alcanza en la relación dialógica Yo-Tú, una relación que se da con
64
“todo el ser” en las partes involucradas, por el deseo de dar al otro lo que lo eleve
y le agrade.
61
Entre las muchas teorías del diálogo que surgieron después de La Filosofía del Diálogo de
Buber, ésta ha sido la más sólida y fecunda, con aplicaciones en campos tales como la
psicoterapia, educación, democracia, etc.
62
M. Buber, I and Thou, 1937, obra citada, p. 6
63
Ibid., p. 65
64
Ibid., p. 3
28
Biografía académica del Rabbí Dr. Williams Pitter
Los libros, ensayos y artículos de investigación en física, judaísmo, y filosofía pueden ser
bajados en su website: www.luz.academia.edu/WilliamsPitter
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