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Me gustaría compartir con ustedes mis dos profundas

experiencias cercanas a la muerte. La primera fue


angustiosa. Es el tipo más raro de experiencias
cercanas a la muerte, según los hallazgos de
investigación de la “Asociación Internacional de
Estudios sobre la Cercanía a la Muerte” (IANDS). Los
que han pasado por experiencias muy angustiosas
suelen tener miedo a hablar sobre la existencia del mal,
tienden a estar deprimidos, a divorciarse de sus
cónyuges y a tener otros problemas sociales. 

He aquí mi primera experiencia cercana a la muerte


del 2 de julio del 2000:

Las experiencias cercanas a la muerte pueden ser


agradables, neutras o dolorosas. En mi experiencia, se
me permitió ver, sentir y comprender la vida desde una
perspectiva diferente. Todos los seres reciben ese rito
de iniciación en el reino de Dios. Mi primer accidente
ocurrió alrededor de las doce y media de la mañana del
2 de julio del 2000. Estaba en una escalera pintando la
chimenea de nuestra casa cuando caí al suelo desde
una altura de más de ocho metros y me golpeé la
cabeza contra un bordillo de madera. Debería haberme
roto el cuello y muerto debido al impacto. 

Mi esposa e hijo fueron testigos de mi caída. Se me


llenan los ojos de lágrimas al escribir esto por la
conmoción que mi esposa y mi hijo debieron de sentir
al verme chocar contra el suelo. Escucharon el crujido
de las lesiones en mi cuerpo y vieron un interminable
flujo de sangre saliendo de mi cabeza. En ese momento
no sabían si estaba vivo o muerto. 

El espíritu de Dios no me permitió sentir este dolor


extremo. Llegué al hospital alrededor de la una y
media y me llevaron inmediatamente a la sala de
traumatología. Los médicos de la sala de emergencias
reconocieron mis graves heridas y detuvieron el
sangrado. Mientras me examinaban, descubrieron que
me había roto todo el lado izquierdo de la cara, lo que
significaba que la estructura ósea por encima y por
debajo del ojo estaba aplastada y requería cirugía
reconstructiva. Mi ojo fue empujado hacia mi
cráneo. El impacto de la caída me rompió ambas
muñecas. 

Después de su examen inicial, los médicos se dieron


cuenta de que mi traumática lesión cerebral era crítica
debido a la inflamación del cerebro, por lo que
decidieron retrasar cualquier cirugía hasta comprobar
si había inflamación interna o externa del lóbulo
frontal de mi cerebro. Las enfermeras cuidaron de mi
esposa mientras se me daban los últimos ritos. 

Dios me controlaba física y espiritualmente, revelando


un reino espiritual que existe en el cosmos. Esta
angustiosa experiencia cercana a la muerte fue peor
que mi paso por Vietnam como soldado de infantería
de combate donde viví el horror de la guerra y fui
testigo de la manifestación del mal contra un pueblo y
sus líderes. 

Mientras viajaba, en verdad no puedo decir en qué


orden sucedieron las cosas, pero fue real. Estaba siendo
atacado por espíritus que querían penetrar mi
alma. Entonces vi lo que parecían océanos y océanos de
almas en un reino maléfico. Había cientos de millones
de seres queridos perdidos. Sentí su horror, dolor y
tortura. Los lamentos y el dolor que me proyectaban
eran extremadamente intensos. Eran incesantes, ¡y
todo lo que pude hacer fue gritar! Pero entonces el
espíritu de Dios me protegió de estos actos de
violencia. Cuando compartí esto por primera vez con
mi esposa y mis hijos, no podía dejar de llorar. 

En algún momento de este viaje espiritual, se me


pusieron de manifiesto mi naturaleza humana y mi
libre albedrío, y sentí los actos inmorales que había
cometido en mi vida. He hecho cosas de las que no
estoy orgulloso y a lo largo del camino he
experimentado los placeres de la vida. El mal nos
confunde y nos engaña durante nuestra transición
espiritual usando nuestros rasgos (venganza, avaricia,
deseos sexuales, obsesión por el poder y demás) contra
nosotros. Reconozco estos rasgos como advertencias
para la creación de Dios. En mi experiencia cercana a
la muerte, tuve que tomar una decisión, las realistas
tentaciones del mal o el amor de Dios. Elegí el amor de
Dios. 

Me arrastraba y sentía como si fuera en contra de una


fuerza espiritual para alcanzar mi rito de iniciación.
Era guiado por la luz amorosa de Dios. Atravesé una
barrera espiritual o dialéctica cósmica. Sé que es
real. Sin el amor de Dios, podemos encontrarnos en el
lado equivocado. Nuestras oraciones ayudan a los
engañados por el mal. 

Entonces vi la entrada al cielo y me paré delante de


Dios. Estaba inmerso en su increíble amor y
paz. Nunca había sentido tales sentimientos de
resplandor en mi vida, y estoy impaciente por regresar
allí. 

Me dieron mi primer mensaje antes de despertar:


"Cuida de tu familia". Esto ha sido profundamente
personal para mí, y me siento honrado de ser un
mensajero con esta declaración para ti, que eres la
extensión de mi familia. 

Mientras estaba hospitalizado, los trabajadores de la


salud respondieron bien, considerando las críticas
circunstancias. Salí de la inconsciencia tres días
después. Mi esposa dijo que me desperté con un
espíritu de gentileza, amor, amabilidad y
paciencia. Tras la recuperación, compartí mis
experiencias con mi esposa y mi familia. Su amor y
mentalidad abierta me ayudaron a recuperarme, lo
cual es un consejo para todos los que cuidan de una
persona que acaba de tener una experiencia cercana a
la muerte. No les hablé a los trabajadores sobre mi
experiencia cercana a la muerte porque me sentía
humilde y abrumado por el amor de Dios. 

Todavía tengo mis defectos. El hecho de que haya


sobrevivido no significa que el mal haya cesado. En los
años siguientes, aprendí a meditar y comprender el
poder de la oración. Me doy cuenta de que el amor
absoluto de nuestro Dios Supremo es más poderoso que
los engaños del mal. 

Ahora paso a relataros mi segunda experiencia cercana


a la muerte, sucedida el 23 de febrero del 2012: 

Mi segunda experiencia cercana a la muerte no fue


como la primera. El 23 de febrero de 2012, me sometí a
una cirugía ambulatoria en un hospital de Oregón
debido a apnea del sueño. 

Mi cirugía incluyó septoplastia, turbinoplastia inferior


y uvulopalatofaringoplastia. Al parecer de mi esposa,
el anestesiólogo no dosificó bien durante mi cirugía. 
Sufrí un “edema pulmonar de presión negativa”, por lo
que mis dos pulmones se llenaron de sangre y
líquidos. Casi simultáneamente, sufrí “dificultad
respiratoria aguda”, que causó que las vías
respiratorias de mi garganta se hincharan y se
cerraran. 

Estuve en la unidad de cuidados intensivos durante


tres días, ¡pero sobreviví! El personal respondió
admirablemente, y las enfermeras alentaron a mi
esposa durante toda la recuperación. Mientras sanaba,
le dije a mi esposa que lamentaba haber regresado. Mi
rehabilitación fue agotadora y agridulce porque la
cirugía fue un fracaso doloroso. Esta vez no recuerdo
un viaje espiritual, solo recibí un
mensaje. Nuevamente, me sentí humilde por este
increíble mensaje que compartir con la creación de
Dios. El mensaje es más importante que mi regreso: 

“Dios no tiene edad. Él es el Dios Supremo de toda la


creación. Su amor absoluto por toda su creación es
eterno. Nuestra espiritualidad, conciencia y libre
albedrío son sus dones para nosotros. El mal continúa
creciendo”. 

Respeto la necesidad humanista o el deseo de religión,


pero realmente me doy cuenta de que Dios es más
grande que una religión y que nuestro planeta. En mi
búsqueda para dar sentido a mis experiencias cercanas
a la muerte, encontré a la “Asociación Internacional de
Estudios sobre la Proximidad a la Muerte”
(IANDS). Esta comunidad de profesionales ha llevado
a cabo una exploración increíble en experiencias
cercanas a la muerte de tipo angustioso y en vida
espiritual más allá de la muerte. Su investigación me
ayudó a ampliar mi conocimiento de la supervivencia
de nuestra conciencia. 

Para aseguraros mi buena salud mental, mi esposa de


43 años insistió en que me hiciera una evaluación
neuropsicológica. 

La impresión diagnóstica de mi médico para una


persona mayor de 67 años se encuentra entre un
deterioro cognitivo leve y una demencia muy
incipiente. Estoy saludable. ¡Estoy aquí tan solo por el
amor de Dios por toda Su creación! 

Espero que tengamos la fuerza de voluntad para


discernir la verdad de las noticias falsas, confiar en
Dios y estar motivados para ayudarnos los unos a los
otros. Me doy cuenta de que la vida no es justa, así que
aprovecho al máximo mi situación compartiendo mi
historia. 

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