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Oscar Ló pez Colina, director de ‘Venezolanos en el mundo’

«La Consulta es una demostració n de que estamos organizados para sacar a


Maduro»

Milagros Socorro

Hacía tiempo que no oíamos hablar de Oscar Ló pez Colina. Añ os. Pero quienes lo
recuerdan de sus tiempos en Venezuela, antes de que tuviera que marchar al exilio,
saben que era -es- un operador político de excepcional habilidad, disciplina y
capacidad de trabajo. El régimen de Nicolá s Maduro, con el dictador personalmente
empeñ ado en ello, emprendió una feroz persecució n contra él, 2013. Querían quitarle
a Capriles, en cuya campañ a presidencial había trabajado, un apoyo fundamental. Y lo
lograron. Pero pasó el tiempo, pasó un á guila por el mar (como decía José Martí) y
aquel profesional al que sometieron a meses de desprestigio y graves acusaciones, en
cuya casa entraron sin cumplir formalidades y cuyas fotografías familiares, donde
aparecía con sobrinos y otros familiares, fueron mostradas por televisió n asegurando
que eran la representació n de “fiestas de homosexuales”, llegó a la Florida, se
recuperó de las torturas sicoló gicas y volvió a lo suyo. A lo que sabe hacer muy bien.
Siete añ os después de salir, en una huida llena de riesgos, que algú n día nos contará ,
Oscar Ló pez Colina (Caracas, 1961) encarna el soporte técnico del Comité Organizador
de la Consulta Popular.
—¿Cómo se llama su cargo o posición?
—Soy director de ‘Venezolanos en el mundo’, instancia de la Comisió n de Servicios
Exteriores del Gobierno Interino del presidente Juan Guaidó y el canciller Julio Borges.
—¿Qué es lo que usted hace? ¿Cómo resumiría su experiencia laboral?
—Yo trabajé durante 28 añ os en la administració n pú blica, en diferentes
organismos de reconocida eficiencia. Y, en paralelo, siempre trabajé en política, como
operador en la organizació n de eventos de los partidos y líderes políticos, incluidas las
campañ as electorales. Siempre me desempeñ é en beneficio de la causa democrá tica y,
en los ú ltimos añ os, naturalmente, en contra de lo que desde la llegada de Hugo
Chá vez al poder se vio que sería un régimen totalitario. Soy un perenne convencido de
que debemos trabajar con mucha fuerza y en unidad contra el chavismo. Eso es lo que
hacía, a nivel nacional, con estrategias de organizació n y ejecució n y eso es lo que hago
todavía, solo que ahora desde el exilio.
—¿Cuándo salió usted del país?
—Salí en septiembre de 2013, en medio de una persecució n atroz, en la que se
cometieron todos los abusos de poder y se utilizaron todos los recursos del estado,
contra mí y contra lo que yo representaba en ese momento como articulador de la
opisició n. Después de que Maduro fue “electo”, los voceros del chavismo empezaron a
nombrarme en sus programas en VTV, decían que yo estaba manejando recursos
millonarios… en agosto de 2013, el diputado por el PSUV, Andrés Eloy Méndez, en una
intervenció n en la Asamblea Nacional, dijo una andanada de mentiras sobre mí. Cosas
muy graves, que divulgaba sin pruebas. Absolutamente nada de lo que dijo era cierto,
como tampoco correspondían a la realidad las versiones que sobre las fotografías
sacadas de mi casa ofreció el también diputado pesuvista José Á vila. En esa época
desataron una de las muchas olas de persecució n contra la oposició n, que ellos han
perpetrado e inhabilitaron varios diputados. Trataron de destruirme en lo personal
por mi condició n sexual, que jamas he ocultado ni es para mí motivo de vergü enza. Al
contrario, tengo una relació n desde hace 30 añ os, conocida por nuestras familias y
amigos. Mi vida, que ni ocultaba ni exhibía, fue utilizada para ejercer sobre mí un
aniquiliamiento moral. Era evidente que se proponían destruir mi trabajo como
operador y dejar a la oposició n sin el equipo de trabajo que se había constituido. No
sería, por cierto, la ú nica vez que el régimen desmontaba, con mentiras y abusos, los
equipos de sus adversarios.
—¿Recuerda usted quiénes llevaron adelante esa campaña?
—Por supuesto. Tengo todo documentado. Estamos hablando de gente de una
bajeza incalculable, de una calañ a perversa, que usan las instituciones del Estado para
sus acosos. Así montaron un escá ndalo que duró unos cinco meses. Había arracado en
VTV, siguió en la Asamblea Nacional y luego se sumaron prominentes voceros del
chavismo, diputados, la entonces fiscal, Luisa Ortega Díaz, la “defensora” del Pueblo, el
señ or Diosdado Cabello, José Vicente Rangel… una verdadera jauría. En enero de
2014, en el mensaje de añ o nuevo del dictador Maduro, todavía me mencionó para
seguir calumniá ndome.
«Estoy en lo de siempre, ahora desde el exilio»
—En cuanto me pude establecer, -sigue Oscar Ló pez- porque no tenía recursos ni
mucho menos apartamentos en Miami, como tantos dirigentes chavistas sí tienen,
inmediatamente retomé mi trabajo político en la resistencia a la dictadura. Desde hace
unos añ os, trabajo con la diá spora venezolana, contribuyendo a su organizació n en
grupos de presió n política para recabar ayuda humanitaria, para ayudar a
connacionales en el exterior; en cuestiones de identidad, es sabido que el régimen usa
el pasaporte como arma contra los venezolanos; y en defensa de los derechos
humanos. En realidad, es lo mismo que hacía en Venezuela, pero ahora lo hago en el
mundo, donde haya un venezolano. Desde luego, nuestra gran prioridad ha sido
colaborar en la visiblizació n de las atrocidades y crímenes del chavismo. Trabajo en
coordinació n con los diputados en el exilio, que ya son 32, con dirigentes de la
sociedad civil que tuvieron que huir y con las instancias de los partidos políticos
fundados en muchos países por sus líderes perseguidos.
—¿En qué consiste su trabajo?
—En organizar políticamente la diá spora, identificá ndola, organizando a los que
todavía no lo estén, para generar una comunidad con sentido de pertenencia. Para
estar activos en los diferentes países. El resultado es un tejido social importante, por
su nú mero y grado de cohesió n, que se ha movilizado para denunciar la tragedia de
Venezuela, la corrupció n del régimen y sus alianzas con Cuba, Irá n, Rusia, y otras
mafias. Hemos tocado la puerta de parlamentos, partidos, academias e intelectuales de
otros países para encontrar aliados para la causa democrá tica venezolana. Ahora
trabajo mucho con la tecnología y con enfoques nuevos. En fin, mi trabajo es articular,
porque nada desarticulado funciona.
—¿Y en la Consulta Popular?
—Desde el primer día, el presidente Guaidó ha insistido en la necesidad de
profundizar una estrategia unitaria que incorpore los esfuerzos de la sociedad civil.
Por eso, cuando de esta ú ltima surgió la idea de la Consulta la apoyó sin reservas. Yo
estuve en el Comité, integrado por idó neos venezolanos, que se nombró para
organizar este instrumento de participació n, contemplado, por cierto, en la
Constitució n. Lo primero fue realizar reuniones por continente: Europa, América del
Norte, Centroamérica y Caribe. Gracias a la tecnología, reunimos a los líderes de cada
zona con el presidente Guaidó en diá logos francos y abiertos, sobre la necesidad de
reactivarnos, avanzar por un camino unitario y libertario, y hacernos oír en el mundo,
no como parcialidades sino como un país que exige el fin de la dictadura a través de
elecciones verdaderas. La agenda de la Cnsulta empezó el pasado domingo 6,
denunciando en muchos escenarios el fraude de las falsas elecciones; y a medianoche
activamos la Consulta que, muy rá pidamente demostró que había sido una gran idea,
con tal aceptació n que a las pocas horas las tres plataformas estaban colapsadas por la
afluencia de participantes; luego, tal como habíamos previsto, enfrentamos los
intentos de la dictadura de bloquear la particpació n; y ahora estamos listos para la
actividad del 12, que será fundamental.
—¿Qué utilidad le ve a la Consulta?
—Muchas. Y los hechos lo irá n demostrando. Lo primero es que será la
demostració n de que estamos organizados para constituir una fuerza política que está
lejos de estar desmantelada o arrinconada por la dictadura. Maduro y sus có mplices
no han calculado el monstruo que han creado al empujar a casi seis millones de
venezolanos al extranjero. Ahora muchos estamos organizados y decididos a sacarlo
del poder. Yo trabajo desde la Presidencia del Gobierno Interino, su Cancillería y los
embajadores, con los diputados de la Asamblea Nacional, los partidos políticos, la
sociedad civil, los activistas, los gremios y sindicatos, los líderes en el exilio, la
diá spora organizada. Todos estos factores han consituido el bloque que visualizó el
drama de Venezuela y logró que Maduro fuera desconocido por má s de 60 países,
entre los que se cuentan las democracias má s só lidasd del planeta. Semejante apoyo
no salió del sombrero de un mago. Es el resultado del trabajo de mucha gente, en
muchos países, con muchos husos horarios.
—¿Cuál es su expectativa con la Consulta Popular?
—La Consulta es un deber del alma venezolana. Nosotros hemos trabajado para
que todos los venezolanos puedan participar. Todos. Porque estamos conscientes de
que salir de Maduro es tarea del país en su conjunto. Para eso debemos llevar
esperanza al desesperanzado, mover al que está quieto, levantar al que está dormido.
Ni la Consulta ni la libertad de Venezuela son asunto de un partido específico sino de
Venezuela entera. La Consulta es una encuesta.
—Sí, un sondeo cuya respuesta ya es conocida.
—Precisamente por eso lo hacemos, para que esa respuesta ya conocida ahora sea
pronunciada a la vez, gritada, y que el mundo la escuche. Ahora será , ademá s de
conocida, una respuesta medible, comparable, activa. Cuando la comisionada Michele
Bachelet dio a conocer el Informe de la Misió n Internacional Independiente de
Determinació n de Hechosde la ONU sobre Venezuela, ya los crímenes de Maduro y su
régimen eran conocidos y, sin embargo, el informe dio nombre a las víctimas y a los
victimarios, entre otroas muchas precisiones. Bueno, la Consulta será una ratificació n
de que los venezolanos queremos elecciones confiables, tanto presidenciales como
legislativas.

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