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CARRERA DE DERECHO
La obra inicia haciendo un análisis de la controversial trama que se suscita en su época, cuando
Jesús de Nazaret, al ser interrogado por el gobernador romano, admitió ser un rey, más agregó:
“Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad”. Pilato
como rey mesiánico no era dar testimonio de la verdad. Jesús había nacido para dar testimonio de
la justicia, de esa justicia que deseaba se realizara en el reino de Dios. Y por esa justicia fue muerto
en la Cruz.
política. Hans Kelsen, tal vez el jurista más importante del siglo XX trabajó el concepto desde
perspectivas que hoy permanecen descuidadas. La escasa atención que ha recibido el concepto
relativista de la justicia sostenido por Kelsen tiende a empobrecer las discusiones sobre la Justicia
de hoy. Es por esto que se emprende aquí la relectura de la obra de Kelsen en torno al concepto
naturalmente a su incapacidad sino a su afán por refutar las concepciones de Justicia que criticó.
ineludible. Existen, por supuesto, múltiples razones: el renombre y la importancia alcanzados por
Hans Kelsen no se obtienen gratuitamente. El mayor de los méritos de este autor es haber dedicado
su vida completa, finita como todas, a los asuntos concernientes a la ciencia jurídica. Una vida así
deja un legado invaluable: mucho sobre lo cual dialogar. Dialogar, proponer, en la medida de lo
posible, es lo que trata en sus obras Kelsen, y es La Justicia una obra de mucha profundidad para
el argumento social, político, jurídico que el autor plasma con mucha empatía.
Hans Kelsen en su obra La Justicia, determina en primer lugar, una cualidad posible pero no
necesaria de un orden social que regula las relaciones mutuas entre los seres humanos. Sólo
secundariamente es una virtud humana, ya que un hombre es justo, si su conducta se adecúa a las
normas de un orden social supuestamente justo. Pero, ¿qué significa realmente decir que un
orden social es justo? La visión que da Kelsen a este interrogante es que este orden social regula
la conducta de los hombres de un modo satisfactorio para todos, es decir, que todos los hombres
humana.
humana, porque es una manifestación del deseo indestructible del hombre de su propia felicidad
subjetiva. La idea de Justicia como principio que garantiza la felicidad individual de todos se
transforma en un orden social que protege ciertos intereses socialmente reconocidos por la
mayoría como dignos de ser protegidos. Por tanto, la Justicia es necesaria en aquel orden social
en que sean posibles los conflictos de intereses. Donde no existen intereses en conflicto no se
necesita la Justicia. Un conflicto de intereses se presenta cuando una necesidad sólo puede
satisfacerse a expensas de otra, es decir, cuando hay un conflicto entre dos valores y no es
De la misma manera, Es cierto que la palabra Justicia también es usada con frecuencia en el
término “injusto” tiene entonces el significado de que se aplica una norma general a un caso pero
no a otro que presenta similares caracteres y eso sucede con independencia del valor que se
atribuya a la norma aplicada. De acuerdo con este juicio lingüístico, el juicio emitido sobre la
justicia solo expresa el valor relativo de la adecuación de la norma. “Justo” es entonces tan solo
de este modo expuesto, hay que entenderla como un orden superior al derecho positivo y
diferente de él, que, en su validez absoluta, trasciende toda experiencia, al igual que la idea
platónica trasciende el mundo real y al igual que la trascendente cosa en sí va más allá de los
fenómenos. Sin embargo, la necesidad de una justificación absoluta parece superar cualquier
metafísica. Esto implica trasladar la Justicia absoluta del más acá al más allá. Se transforma
entonces en la cualidad esencial de un ser suprahumano: Dios. Este ente tiene como función
esencial la realización de esta Justicia absoluta y cuyas cualidades y funciones son inaccesibles al
conocimiento humano.
Justicia absoluta, pero carece de la capacidad suficiente para entenderla. Los que no se doblegan
creyendo que es posible encontrar en la razón humana algunos principios fundamentales de los
que poder deducir valores absolutos. Realmente estos valores están determinados por elementos
emocionales. Los valores absolutos determinados de este modo y, sobre todo, la definición de la
idea de Justicia, no son más que fórmulas vacías que pueden servir para justificar cualquier orden
social.
Hans Kelsen en su obra ¿Qué es la Justicia? (2001), dice que la definición de justicia con la
reconocida frase, de dar a cada uno lo suyo es aceptada por notables pensadores y filósofos del
derecho, pero Kelsen la considera completamente superficial ya que su análisis es que no se sabe
lo que cada uno puede considerar suyo. Es así que menciona que La justicia es ante todo una
característica posible pero no necesaria de un orden social. Con esta apreciación podemos
considerar que contradice a Platón, quien identifica a la justicia con la felicidad en su mundo de
las ideas cuando afirma que sólo el justo es feliz y el injusto desgraciado. En este particular
Kelsen manifiesta que es un suceso virtuoso secundario pues un hombre es justo cuando su
conducta concuerda con un orden que es considerado justo. Para él la aspiración de justicia es la
eterna aspiración del hombre a la felicidad y al no poder encontrarla como individuo aislado la
busca en la sociedad. Si la justicia es la felicidad, es imposible que exista un orden social justo.
Finalmente, La Justicia como inaccesible idea metafísica o como valor moral absoluto es a lo
que se refiere Kelsen cuando afirma que la Teoría “Pura” del Derecho quiere librar a la ciencia
jurídica de todos los elementos extraños que no pertenezcan al objeto señalado como Derecho.
Así, el autor redefine el papel que la Justicia cumple en orden al derecho y delimita su
significado al restringirlo al ámbito de un orden social dado. En este sentido, justicia se identifica
con legalidad o ilegalidad, es decir, un individuo es justo en la medida en que cumple las normas
Ahora bien, este arreglo conceptual es insuficiente para solucionar el problema fundamental
que está en el trasfondo de la necesidad purificadora de Kelsen. Determinar cuándo una conducta
se subsume o no en una norma jurídica depende de un juicio de valor que puede ser objetivo o
subjetivo; el primero es independiente de los sentimientos y los deseos y el segundo no. Por tanto,
con el primer tipo de juicio se logra determinar una conducta justa o injusta. “La afirmación de
que determinada conducta es legal o ilegal es independiente de los sentimientos y deseos del que
juzga, y puede ser verificada de una forma objetiva. Sólo en el sentido de legalidad puede el
Hablar sobre la Justicia es un poco utópico, ya que el ser humano se halla limitado por sus
múltiples emociones y necesidades, las mismas que llevan a tomar decisiones de manera ligera y
en ocasiones sin resumir todos los argumentos de la razón, generando un conflicto de una manera
muy ajena y egoísta, de tal manera esto produce una decisión muy injusta y poco equilibrada, ya
hombre. Se debe considerar desde otro ángulo que la justicia es un sueño e ideal poco racional,
impidiendo el conocimiento completo debido a los conflictos de intereses entre los individuos.
Finalmente estoy consciente que la justicia como valor jurídico es la absoluta cualidad por la
cual un acto humano es justo, aun cuando éste no tenga el acompañamiento del coraje y la
entereza, siendo así, la justicia es simplemente el ajuste de las relaciones sociales con el orden
jurídico (norma, leyes) a fin de hacer posible que la vida del hombre en su colectividad (sociedad)
se lleve a cabo de la mejor manera posible, armoniosamente, sin complicaciones. Por eso será
bien vista la justicia desde lo moral hasta lo social, y consiste en dar a cada uno lo que
corresponde de acuerdo a las condiciones impuestas por acción y norma del derecho.
Bibliografía.
-Xaverius-