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Hemos establecido que la salvación es una obra que solamente Dios puede
realizar en la vida de las personas. Estudiamos 4 características que son exclusivas de
Dios y no pueden aplicarse a nadie más. Estas características son:
a) La Salvación es una Promesa de Dios
b) La Salvación es un Regalo de Dios
c) La Salvación es la Voluntad de Dios
d) La Salvación es por medio de la Palabra de Dios
Aunque es cierto que solo Dios puede salvar de acuerdo a Su voluntad y por
medio de Su Palabra, Él sin embargo demanda que nos ocupemos de la salvación, tal
como está descrito por Pablo en Filipenses 2:12-13, donde leemos: “Por tanto,
amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente,
sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor; Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer , por su
buena voluntad.”
Esto parece una paradoja. Primero, Pablo dice que debemos de ocuparnos o
cuidar la salvación. Sin embargo, ¿a qué tipo de cuidado se está refiriendo Pablo? La
respuesta es esta: la expresión ocupaos significa “trabajar en algo de manera
permanente, sin interrupción”. Pablo no está enseñando que la salvación se pueda
obtener a través del esfuerzo humano, sino que se refiere a que aquellos que poseen la
salvación poseen también la responsabilidad de ser fieles en obedecer la Palabra de
Dios en el proceso de santificación.
Pero además de aclarar la responsabilidad que tenemos los creyentes de ser
fieles en obedecer, también explica el apóstol la forma en la que debe practicarse la
fidelidad: con temor y temblor.
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Sin embargo por otro lado Pablo explica que toda esa obra de santificación
es realizada en nosotros por Dios. Esto significa que aunque nosotros somos
responsables de la fidelidad en obedecer al Señor, es Él quien produce las buenas
obras y el fruto espiritual en nosotros. Y la manera en la que lo hace, es por medio del
Espíritu Santo que mora en el creyente (Ef. 1:13).
Así que, manteniendo en mente lo que acabamos de observar, y recordando
que la tarea del creyente es exaltar el nombre de Cristo podemos preguntar:
a) ¿Puede una persona que se dice creyente exaltar a Cristo, cuando en su
propia vida no se está manifestando la transformación que Dios está
haciendo en él?
b) Dicho de otra forma, ¿Cómo refleja un creyente su deseo por exaltar a
Cristo?
Nuestro texto de hoy nos enseñará la forma en la que NO manifiesta su
deseo por exaltar a Cristo. Cuando Cristo no está en el centro de nuestra vida,
entonces el resultado es que las cosas que hagamos no estarán enfocadas a glorificar a
Dios, ya que no estamos comprendiendo que la vida cristiana se refleja a través de un
“ocuparse de la salvación con temor y temblor”, como lo ha explicado Pablo.
Santiago 2:14-19 nos enseñan 3 características de la Fe que no exalta a Dios.
El título de esta predicación es La Fe que no Exalta a Dios 1ª Parte.
Leamos nuestro texto…
I. Primero, la Fe muerta que no exalta a Dios hace una confesión vana (falsa,
inútil, hueca, estéril).
El texto dice en v.14 “¿De qué sirve, hermanos míos, si alguno dice que tiene
fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo?”
En otras palabras, una persona que se dice hijo de Dios pero no vive una
vida que honra y exalta a Cristo, es un fraude. En este capítulo Santiago
describe 3 veces que ese tipo de fe es muerta (cf. v. 17, 20, 26). Pero, ¿por
qué es una fe muerta? La primera parte del versículo nos da la respuesta:
¿qué aprovechará si alguno dice…?
Santiago no está diciendo que esta persona tenga realmente una fe salvadora,
sino que es ella misma quien dice tenerla. Este es el centro del pasaje, lo que
dice una persona que posee.
Santiago comienza con esta pregunta, es una pregunta retórica: ¿De qué
sirve…? En otras palabras, ¿tiene algún provecho, algún beneficio, algún
valor? La respuesta es, por supuesto un definitivo NO.
No hay valor alguno en decir que se tiene fe, en decir que se es cristiano, en
decir que se ha estudiado mucho la Biblia, en decir que se ha asistido a
cientos de retiros espirituales, en decir que se han leído miles de libros, en
decir que se ha memorizado la Biblia, etc., etc.
Cuando Nicodemo vino al Señor de noche, según Juan 3:2-4, 9-10, llegó con
un conocimiento intelectual de quién era Jesús. Piense en lo siguiente: él
creía que Jesús era un profeta de Dios, que hablaba la verdad y que hacía
milagros por el poder divino; es posible que creyera que Jesús era el Mesías
prometido al pueblo de Israel, sin embargo el Señor dejó una verdad muy
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Estas son las obras que se espera que un creyente haga. Y esta es la razón por
la que Santiago termina este versículo con una pregunta muy similar: ¿Acaso
puede esa fe salvarlo? Nuevamente Santiago utiliza la retórica: este tipo de fe
NO PUEDE SALVAR A NADIE. En ningún lugar de la Biblia se enseña
que una profesión de fe es suficiente para que una persona sea salva. Ni
Cristo, ni los apóstoles, ni los profetas del Antiguo Testamento predicaron
este tipo de fe.
Esto sin embargo no quiere decir que las obras se deben añadir a la fe para
ser salvo, ya que entonces la salvación sería una obra del hombre (al igual
que este tipo de fe).
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II. Segundo, la Fe muerta que no exalta a Dios tiene una falsa compasión.
El v. 15-16 dicen lo siguiente: “Si un hermano o una hermana no tienen
ropa y carecen del sustento diario, y uno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais lo necesario para su cuerpo, ¿de qué
sirve?”
Ahora Santiago ejemplifica lo que acaba de explicar en el v.14. Ya dejó bien
claro que una profesión no es garantía de salvación y explica a continuación.
Lo más fácil que puede hacer el hombre es hablar, pero como hemos visto, el
creyente genuino no se ocupa principalmente de hablar, sino de actuar.
De la misma forma, cuando dice que carecen del sustento diario, quiere
decir que su nutrición no estaba balanceada debido a que tampoco tenían
los recursos para comprar alimento y nutrir sus cuerpos de forma correcta.
Santiago retoma la idea del v.14, ¿Tiene algún valor que digas, exhortes,
animes a digas cualquier otra cosa sin actuar de manera favorable para la
persona que necesita ayuda?
Santiago ha dejado claro que un hombre que tiene una fe que exalta a Cristo
y vive obedeciendo a Dios, tiene cuidado de los huérfanos y la viudas en sus
aflicciones.
Piense en lo siguiente:
Hay una historia de una reina europea de hace siglos que dejó a su cochero
fuera durante el duro invierno, mientras ella asistía al teatro. El drama fue
tan conmovedor, que la reina sollozó durante toda la obra. Pero cuando
salió del teatro y regresó al coche, descubrió al cochero muerto por el frío y
¡no derramó ni una gota de lagrima! Se conmovió profundamente con una
tragedia ficticia, pero permaneció inconmovible por una real en la que
estaba directamente implicada y de la cual era responsable…
¿Qué tipo de fe tiene?
¿Es el tipo de fe que honra a Cristo y exalta a Dios?
O ¿Es una fe solo de palabras?