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La Economía Socialista de Mercado:

China y el Mundo
Por Xiaoqin Ding. Académico visitante de la Facultad de Derecho de
Harvard y profesor asociado y subdirector del Instituto de
Investigación del Marxismo y del Centro de Investigación
Económica de la Escuela de Shanghai, Universidad de Finanzas y
Economía de Shanghai; Secretario General Adjunto de la Asociación
Mundial de Economía Política (WAPE), Editor Gerente de la Revista
Mundial de Economía Política (WRPE) y Editor Ejecutivo Asociado
de Economics Journal de la Escuela de Shanghai.

En su reporte de la 17° Conferencia del Partido Comunista de China,


el presidente Hu Jintao habló de combinar el sistema socialista con
la economía de mercado. ¿Qué es el sistema económico socialista?
¿Y cuál es la economía de mercado? El sistema económico básico
está determinado por relaciones de producción, especialmente a
través de la propiedad de los medios de producción. Esto significa
que en nuestra etapa primaria del socialismo la propiedad pública
es dominante, mientras que diferentes sectores económicos se
desarrollan juntos, asegurando la construcción de una sociedad
acomodada integral y la realización de la modernización en China.

La economía de mercado es solo un mecanismo económico usado


por el gobierno para lograr ciertas metas socialistas, que puede ser
restringido por este mismo si es que fracasa en lograrlas. El
gobierno chino goza de mayor control macroeconómico del que
jamás han tenido ninguna socialdemocracia capitalista. De hecho,
la producción y la circulación de mercancías existen en sistemas
económicos muy distintos.

El profesor Yang escribe que “el capitalismo consiste de una


economía de mercado con propiedad privada y un sistema de
distribución correlacionado.” Por lo que considera a la economía de
mercado como una característica principal del capitalismo. Sin
embargo, también trata a la economía de mercado como un sistema
económico independiente y lo pone al mismo nivel del socialismo
cuando dice: “La teoría y práctica de la economía socialista de
mercado, fundamentalmente superando las limitaciones del
capitalismo, combina la superioridad del sistema económico
socialista con las ventajas de la economía de mercado.” Esto es
obviamente paradójico y lleva a muchos malentendidos sobre
nuestro sistema económico.

El sistema económico socialista en su etapa primaria está


explícitamente estipulado en el Artículo 6 de nuestra Constitución.
“La base del sistema económico socialista de la República Popular
China es la propiedad pública socialista de los medios de
producción, es decir, la propiedad de todo el pueblo y la propiedad
colectiva de los trabajadores… En la etapa primaria del socialismo,
el Estado debe sostener un sistema económico fundamental bajo el
cual la propiedad pública es el pilar y las diversas formas de
propiedad se desarrollan juntas”. En otras palabras, el estado, el
Partido, y el pueblo sostienen relaciones socialistas de producción,
ajustan mecanismos como el mercado a la situación y garantizan
contra la restauración capitalista.

Es fantasioso pensar, como lo hacen los ultra-izquierdistas y social


demócratas, que porque usamos el mecanismo de mercado y
hemos permitido a los empresarios un puñado de posiciones en el
Partido de más de 73 millones, que la naturaleza y control del
sistema ha cambiado. La principal fuerza se encuentra en la otra
dirección. Lo que ha sucedido realmente es que los empresarios se
han vuelto más patriotas y subordinados al estado y al pueblo y, si
son miembros del Partido, a los principios del Marxismo, en un país
en el que la burguesía emergente nunca se ha independizado como
clase por sí misma.

No creo que Yang realmente piense de otra manera. Generaciones


confundidas de intelectuales post-estructuralistas hablando de
formaciones sociales mixtas sin una clase y estructura dominante.
El mercado no constituye una sistema económico separado en una
formación social china mixta. Es tan solo un mecanismo,
combinado con otras formas más directas de regulación y control
público, desplegado para cumplir metas socialistas por una clase
dominante de trabajadores y campesinos. En el total de bienes
sociales, la proporción de bienes de propiedad pública declinó a
48.8% en 2005. Declinó más a 44.4% en 2006 con el sector estatal
constituyendo 32.1% y la propiedad colectiva local un 12.3%. La
proporción de propiedad no-pública creció a 50.9% en 2005 y a
55.4% en 2006, con el sector privado doméstico constituyendo
31.6%, el sector exterior 20.8% y la propiedad individual 3%. Los
bienes privados domésticos casi igualan a los estatales en la
actualidad.

Este cambio en la dirección de propiedad ha intensificado la


disparidad entre pobres y ricos. Entre todos los residentes, la tasa
de ingreso entre pagos altos y bajos aumento de 3.1 en 1996 a 6 en
2005. La tasa entre renta disponible per cápita urbana y rural
aumento de 2.57 en 1978 a 3.11 en 2005. La brecha de ingreso no
solo ha aumentado marcadamente entre residentes urbanos y
rurales. El 10% de las zonas urbanas más ricas poseen el 45% de
los bienes y el 10% más pobre posee solo el 1.4%.

Estos datos muestran que nos es suficiente considerar los “valores


socialistas” como la garantía de la equidad e igualdad social. Solo
una economía públicamente poseída puede hacer esto. El aumento
del ingreso y la desigualdad de riqueza se han conectado al cambio
de política de control entre propiedad pública, colectiva y privada.

Tampoco puede aguantar la creencia de Yang de que “el mercado


asegura la eficiencia económica”. Este juicio presume que la
planificación económica es de menor eficiencia. Como sea, si
tomemos sea la planificación económica de los Soviets o la nuestra,
su crecimiento fue prodigioso al compararse con el de las
economías de mercado capitalistas. Entonces ¿cómo podemos decir
que la economía de mercado es más eficiente?

Miremos a los primeros 30 años después del comienzo de la nueva


China en 1949 y antes de las reformas de 1978. Durante este tiempo
China logró un crecimiento y desplante sin precedentes gracias a la
inherente superioridad de la propiedad pública socialista bajo el
liderazgo de nuestro partido adhiriendo a los principios Marxistas,
a pesar de que el Kuomintgang dejó una sociedad feudal y
burocrática con una base material y tecnológica muy débil.

El período entre 1949 y 1952 fue esencialmente uno de


recuperación en que se aumentaron los suministros para satisfacer
la demanda existente. De 1952 a 1978, esto es, desde el final de la
recuperación hasta la víspera de la tercera sesión del Onceavo
Comité Central, China llevó a cabo una economía planificada
preservando algunas relaciones mercantiles y monetarias. En este
período, el PIB aumento de 67.9 billones a 362.41 billones de RMB
(Renminbi), un crecimiento anual del 6.1%. La estructura
industrial también fue significativamente mejorada. La proporción
entre los sectores primario, secundario y terciario cambió de 50.2,
20.9 y 28.6% a 28.1, 48.2 y 23.7 hacia 1978.

China creció de ser un país agrícola subdesarrollado a uno


elementalmente industrializado con gran fuerza nacional, con su
propia independencia industrial y tecnológica y la capacidad para
desarrollarse a sí mismo. Si no fuera por múltiples factores
desfavorables, el desempeño de China habría superado al de los
países capitalistas.

Es patentemente obvio hoy día que el socialismo puede movilizar


mejor el entusiasmo obrero, concentrar recursos en proyectos
claves de infraestructura y lograr lo que los países capitalistas no
pueden ni imaginar como lo es la construcción de la Represa de las
Tres Gargantas. Las más grande del mundo, terminó con la
devastación de larga data causada por las inundaciones
estacionales del Yangtze y proveyó electricidad a toda la China
occidental.

La economía socialista de mercado es de importancia histórica. De


todos modos, es inapropiado verla como “una nueva forma de
desarrollo de la sociedad y economía humana” o “una nueva
contribución al desarrollo de la sociedad humana”. La originalidad
de la economía socialista de mercado no puede ser aislada de la
teoría y la práctica del socialismo científico; ni tampoco ser
concebida como una inversión china. En cambio, deberíamos
entenderla como una aplicación del socialismo científico en el
presente período a la situación doméstica China y a la situación
global.

Al hablar del futuro socialista, Marx y Engels no discutieron la


producción y circulación de mercancías. Lenin se encontró por
primera vez con este problema luego de la Revolución de Octubre.
Él no quiso abolir las relaciones mercantiles y monetarias
inmediatamente o hacer una transición directa a una economía
planificada. Sin embargo, la invasión de 14 países y las rebeliones
domésticas forzaron a los Soviets por la senda del comunismo de
guerra y comenzaron a negar la necesidad de una transición. La
experiencia finalmente hizo a Lenin darse cuenta que esto estaba
errado; implementó la Nueva Política Económica para restaurar las
relaciones mercantiles y monetarias.

Pero la Nueva Política Económica era solo una política de


transición. La pregunta todavía estaba sobre si la producción y
circulación de mercancías debían desarrollarse más. Esta pregunta
fue resueleta práctica y teóricamente por Stalin. En la práctica,
Stalin enfatizó la importancia de desarrollar intercambio soviético
y criticó severamente las ideas de los “Profesores Rojos” y los
trabajadores que rechazaron las relaciones mercantiles y
monetarias. En su libro “Problemas Económicos del Socialismo en
la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”, publicado en los
1950’s, Stalin explicó porqué la producción y circulación de
mercancías existía en la sociedad socialista. Discutió el rol de la ley
del valor en la producción y circulación socialista y la relación entre
la ley el valor, la ley básica del socialismo y aquella sobre el
desarrollo proporcional planificado. Esta fue indudablemente una
gran contribución, a pesar de que Stalin no agotó la discusión del
problema. Después de eso, Mao Tse Tung estudió la producción de
mercancías y la ley del valor en la sociedad socialista y completó
algunas cosas del pensamiento de Stalin. Entonces cuando
hablamos de la economía socialista de mercado hoy día, no
deberíamos olvidar los logros pasados del socialismo y el trabajo
de nuestros antecesores.
Nuestra exploración de la economía socialista de mercado es
relativamente reciente. Todavía hay muchos problemas no
resueltos y muchas experiencias y lecciones que aprender y sobre
las cuales reflexionar. No es el momento para declarar “la
importancia histórica de la combinación del socialismo y la
economía de mercado”. Incluso si es que triunfamos, deberíamos
mantener en mente el dicho chino: “los melocotones y las ciruelas
no necesitan hablar, y sin embargo el mundo les abre el camino.”
Miremos lo que el mundo descubrió sobre nosotros en los Juegos
Olímpicos del 2008. Por lo tanto Yang se equivoca al hablar del
período posterior a 1978 como la tercera etapa histórica del
socialismo mundial y un salto de la patrón tradicional de desarrollo
a uno moderno.

Cuando Yang habla sobre aplicar valores socialista a la economía


capitalista de mercado, obviamente diverge del socialismo
científico a la teoría y práctica de la social democracia moderna, dos
perspectivas completamente diferentes. Las llamadas “medidas de
mejora”tomadas bajo el capitalismo no son recientes sino que
pueden rastrearse hasta sus orígenes. No tienen nada que ver con
el socialismo sino que sirven para vindicar y justificar el socialismo.
La social democracia no ha adoptado “los valores equivalentes del
socialismo”.

Yang también está equivocado al considerar “equitativo” un


peculiar “valor del socialismo”. Equidad y justicia, junto a la
igualdad, libertad y filantropismo fueron alguna vez metas
progresistas usadas como eslogans por la burguesía en oposición a
los privilegios feudales. Pero esos esloganes representaban los
intereses de la burguesía y eran fraudulentos. Marx expuso esta
fraudulencia en el Volumen 1 del Capital cuando escribió sobre la
“compra y venta de la fuerza de trabajo”. Engels distinguió entre las
concepciones de igualdad de la burguesía y de la clase trabajadora
en el “Anti-Dühring”. Mostró que la igualdad proletaria significaba
la abolición de clases. Por lo tanto es incorrecto hablar sobre
equidad y justicia de manera abstracta sin considerar la clase.
Hay muchos tipos de proclamados socialismos en el mundo. El
socialismo del que hablamos nosotros es Socialismo Marxista o
científico, que ha tomado ciertas características en la presente
situación china que son resultado de la experiencia y la práctica. Es
importante trazar una línea entre esta adaptación del socialismo
Marxista y la moderna social democracia socialista. Esta distinción
es extensamente incomprendida en muchos círculos chinos
influyentes.

En 2007 emergió una gran controversia en China entre los


socialistas Marxistas y los social demócratas, con Tao Xie, ex vice
presidente de Universidad de Renmin, y Ziling Xin, investigador
retirado de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa,
siendo representativos de esta última. El presidente Hu, en su
reporte del 71° congreso hizo clara la posición del Partido. La
economía socialista de mercado resulta de la aplicación del
socialismo científico sobre la actual situación de China. Pero la
incomprensión retumba. Xie y Xin aún divulgan ideas social
demócratas como oficiales. Sus errores deben ser expuestos. Si no
se hace una distinción entre el socialismo Marxista y la moderna
social democracia capitalista, entonces uno caerá inevitablemente
en la trampa de abogar por una restauración del capitalismo. Yang
parece estar cayendo en esta trampa.

El socialismo científico se propone establecer una propiedad


pública o social sobre los medios de producción. Los comunistas,
dijo Marx en el Manifiesto, pueden simplemente establecer sus
objetivos como ganar poder para el proletariado en orden de abolir
la propiedad privada de los medios de producción, que era la base
de la explotación y dominio de clase. La revolución del pueblo chino
esencialmente cumplió estas metas. La moderna social democracia
capitalista se ha opuesto y ha condenado estos cambios, que son
necesarios para el desarrollo de una real igualdad y libertad
humana. Las opiniones del profesor Yang están influenciadas por
estas ideas social demócratas demasiado prevalentes.

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