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SOBRE MI
Mi nombre es Larisa Chacón, soy profesora de biología de profesión, pero el camino de la
lactancia vino a traerme la sabiduría. Me reconstruí y comencé el camino de la
especialización en lactancia. Partí como monitora comunitaria, pero mi necesidad de
saber me llevó a estudiar más, como asesora. Por cosas del destino estudié dos años
enfermería, pero tuve que dejarlo, quedando ese vacío en mí, el que se ha ido poco a
poco llenado gracias a esta nueva experiencia con madres lactantes y el que me permitió
lograr el camino más complejo para certificarme como Consultora Internacional de
Lactancia Materna.
Como madre y profesora, he recorrido el rumbo de la crianza respetuosa, enfrentándome
a un mundo maravilloso que, en muchas ocasiones, se encuentra oculto. Por lo que me he
visto en la necesidad de visibilizarlo.
Tengo capacitación en filosofía Reggio Emilia, que busca la integridad de los niños, la
belleza de lo simple, el mundo armónico, y por sobre todo la felicidad de la infancia.
Aprendo cada día de los niños, me enseñan el camino, por eso he decidido crear esta guía,
para poder apoyar en un proceso que muchas veces resulta triste y difícil para ellos.
Hace 5 años conocí a las mujeres más fuertes y capaces que hoy son mis mejores amigas,
Katerine Silván y Paula Herrera. Las conocí en la Vía Láctea y juntas conformamos La
Comunidad de la Leche.
Partimos como un grupo en las redes sociales que buscaba apoyar a madres,
empoderándolas, informándolas y confortándolas. Crecimos, conquistamos espacios y
salimos del mundo virtual para construir una nueva manera de apoyo a la lactancia
materna en la Corporación La Comunidad de la Leche.
Hoy soy la directora ejecutiva de esta corporación que me llena de orgullo. Además me
encargo de los planes y programas de formación para monitoras/es y consejeros/as de
lactancia materna y capacitaciones para equipos de salud en la Academia de la Leche.
Trabajamos arduamente para que los profesionales en salud se actualicen y como pieza
fundamental permitan que el proceso de lactancia se lo mejor para la diada y su familia.
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INTRODUCCIÓN
Cuando comencé mi camino de la maternidad con Mila, jamás me cuestioné
si debía o no dar leche materna. Era un hecho. La leche materna es lo que
toman los bebés y con eso, no existía la posibilidad de que la guagua no
sobreviviera solo con ella.
La lactancia para muchas mujeres es un momento que se sueña maravilloso,
o simplemente ni se sueña, se asume, pero a veces llegado el momento se
vuelve el mayor tormento por el que jamás pensaste vivir. Y sumado al
cansancio, llantos, dolor de las heridas del parto (sí, porque pocas parimos en
forma natural), los primeros meses de nuestro precioso bebé se pueden
volver un infierno. Y el cóctel de hormonas hace de las suyas, provocando
que todo lo veamos más oscuro e injusto de lo que es.
Mi camino con Mila fue solitario, pero fui tan obstinada que ni siquiera sé por
qué tuve éxito. Quizás es lo que llaman instinto, pero nunca le hice caso a la
pediatra acerca de darle agua (desde el primer control me lo recomendó), o
de darle un poco de relleno para que se acostumbrara más tarde. Pero
lamentablemente mi conocimiento era limitado y me parecía que mi meta
había sido lograda con creces, pues desteté a Mila de forma unilateral
cuando ella había cumplido el año. “Es suficiente, ya superé los 6 meses”,
hace tanto tiempo que no dormíamos bien, y mi leche ya no era (según yo y
los especialistas) fundamental para ella… Así que, sin llanto, sin glorias, un día
le dije adiós a mi lactancia, mi hija no protestó, porque ya había probado en
ocasiones la mamadera (biberón), y yo, ignorante y sin cuestionarlo, acepté
las condiciones sociales.
Luego, con la llegada de Iñaki, las cosas fueron distintas… ya estaba más
grande, ya había tenido una victoria con Mila, así que esta vez volvería a
repetir lo que me parecía perfecto. El asunto es que a pesar de creerme
súper bacán y haber sido una exitosa madre lactante la vez anterior, Iñaki me
produjo grietas con la succión. Comencé a sentir ese dolor quemante,
terrible, ese dolor en que cierras los ojos para – no sé con qué efecto – dejar
de sentir por un momento que se te van a romper las pechugas.
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Fue ahí cuando creo que di el gran paso de mi vida. Cuando tomé la
maternidad efectivamente por mis manos, cuando creo, realmente me
convertí en una madre empoderada. Porque esta vez me cuestioné ¿cómo es
posible que las mujeres debamos sufrir en la maternidad? ¿no se supone que
amamantar es un acto natural, por qué debemos sentir tanto dolor? ¿por
qué incluso conociendo el proceso, vuelvo a sufrir?
Todas estas preguntas hoy tienen una respuesta, después del camino
recorrido en La Comunidad de la Leche. Conocí mujeres en mí misma
búsqueda, mujeres sabias, mujeres en tribu, mujeres madres, tantas
mujeres… pues las respuestas están en la sabiduría femenina que se nos ha
negado… nos han hecho pelear las unas con las otras, nos han hecho creer
que las mujeres nos odiamos por naturaleza, que somos envidiosas, que no
soportamos el éxito de la otra, que somos brujas y que ser bruja es malo,
pero lo cierto es que las mujeres nos necesitamos, las mujeres nos queremos,
las mujeres nos buscamos… y en ciertos momentos de la vida nos
encontraremos, y la vida mejorará, todo será más simple. Amamantar, por
ejemplo, será más simple, más natural, más “obvio” en tribu.
A Iñaki lo iba a destetar igual que a Mila, al año. Porque debía ser suficiente,
¿para qué más?, si ya mi leche no le aportaba mucho más que agua. Sin
embargo, con Iñaki descubrí que la leche es mucho más que agua e incluso es
mucho más que alimento.
Me formé junto a otras grandes mujeres generando esta red de apoyo muy
interesante, que ¡qué no hubiera dado yo porque existiera en esos tiempos
en que quería gritar del cansancio y el dolor!
Así que aquí estamos, “trabajando para usted”, si necesitas de nuestro
apoyo, búscanos en delaleche.com.
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EL DESTETE
Ahora, me voy a hacer cargo de un tema que poco tocamos las asesoras de
lactancia. Puede ser porque es un tema que siempre – si el bebé no lo desea
– significará su sufrimiento, y también porque en esta sociedad
adultocentrista le quitamos la importancia al protagonista de este proceso: el
bebé/niño.
El destete natural en los seres humanos está descrito entre los 2 y 7 años. El
margen es tan amplio y la sociedad tan absurdamente condenadora que es
muy difícil saber si lo estamos haciendo bien, si es lo que quiero o es lo que
han querido que yo haga.
Por eso, en esta guía me referiré a las referencias existentes en término de
organismos internacionales como la OMS. La OMS señala que el bebé sea
alimentado de forma exclusiva hasta los 6 meses y luego se mantenga hasta
los dos años como mínimo complementada con alimentación sólida. Los dos
años MÍNIMO, de manera que, si una diada quiere continuar luego de este
tiempo, es decisión personal. Sabiendo, claro, que la leche materna sigue
siendo nutritiva y no se vuelve mágicamente agua como algunos sugieren.1
Ahora bien, no quiero – y no tengo por qué - juzgar a una madre que
quiera/deba destetar antes de los dos años. Sin embargo, es fundamental
que esté informada y sepa que los estudios que respaldan la lactancia
materna hasta los dos años se basan en que el sistema inmune de los niños
no está completamente desarrollado hasta ese momento (incluso, algunos
estudios señalan que no lo estaría hasta los 7, pero ese ya es otro tema). Así
que si una madre, aún con toda esa información, desea destetar, es su
decisión.
Un bebé nunca querrá destetarse de forma espontánea antes de los 2 años, y
eso que las madres señalan como un destete prematuro, señalado “no quiso
más”, “rechazó”, “le hacía asco”, “dejó de comer”, es más bien una huelga de
lactancia. Las huelgas de lactancia son procesos que ocurren cuando el bebé
rechaza el pecho sin motivo aparente, pero si haces el ejercicio de analizar
1
Lactancia Materna OMS http://www.who.int/topics/breastfeeding/es/
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los hechos encontrarás que algún cambio importante ocurrió en su vida; esto
pudo ser: cambio de casa, peleas de los padres o miembros de la familia,
separaciones, ingreso a sala cuna, alejamiento del cuidador, etc. Pero
también es importante considerar que muchas veces la huelga es el resultado
de la introducción de mamaderas, chupetes, leches artificiales, alimentos,
etc. De manera que el bebé cambia el patrón de succión o simplemente
pierde el interés en la pechuga.2
Bueno, volviendo al tema central: el destete. Sinceramente para mí el
destete fue mucho más complejo que el inicio de la lactancia, – y eso que yo
pensaba que ya lo había superado todo – la culpa se apoderó de mí. Ya no
quería dar más teta, pero todo lo aprendido como asesora me hacía
cuestionar todo… ¿cómo podía quitarle lo más preciado? ¿cómo podía
permitirme negarle los beneficios de la leche?
Desde que Iñaki cumplió el año (quizás un poco antes) ya me dolía
amamantar. Me tiraba las pechugas, se daba vueltas, jugaba a la teta y todo
eso llevó a perlas de leche, irritaciones… yo ya no quería más – en serio –
pero no podía hacerlo, y ahora entiendo que yo tampoco estaba preparada
para hacerlo. Porque cuando estuve preparada, lo decidí y lo hice.
Así estuve más de un año, cuando decidí que ya era la hora, que más allá de
todos los argumentos y más allá de que todas mis amigas – que hice en este
mundo de la lactancia – todavía les dieran teta a sus hijos, incluso más
grandes que el mío, me decidí. Me dije simplemente que ya no quería dar
más teta, porque me dolía, y porque ya había cumplido una nueva meta: 2
años 4 meses. Más de un año lactancia con dolor y a libre demanda, con dos
mastitis a cuestas, con una subclínica y un par de perlas de leche
persistentes… me pareció más que ya era demasiado, eso sin contar que mis
pechugas ya estaban hechas harapos y siempre he creído que eso también
me provocaba más dolor, no es lo mismo (creo yo) que te tiren la grasita que
el pellejo.
Consciente de que el destete respetuoso unilateral NO existe, me decidí a
destetar con el mayor respeto que mi bebé (niño ya) merecía, pero con el
2
Huelgas de lactancia LLL http://www.llli.org/lang/espanol/ncvol16_1a_04.html
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respeto que yo también me merecía. Digo que el destete respetuoso no
existe porque el descrito es una suerte de magia con una receta súper simple
“no ofrecer, no negar” ¿en serio a alguien eso le ha resultado alguna vez? ¿en
serio? No conozco a nadie que pase 24/7 con su hijo menor de 2 años logre
disminuir tomas significativas con la receta no ofrecer, no negar. De hecho,
como asesora, me da mucha lata dar ese consejo porque simplemente en la
práctica a mí no me funcionó y no he vivido para contar que a otra persona
sí.
Entonces ¿qué me funcionó? Y ojo que no es una receta, pero sinceramente
creo que siguiendo estos pasos al menos vas a poder disminuir tomas que,
para muchas, es suficiente. Hay mujeres que no quieren destetar, solo
quieren disminuir la frecuencia de las tomas. Eliminar tomas de ocio, y dar
solo en las noches o solo para dormir, etc. Cómo he dicho en todo momento,
es algo personal y es por esto que comento mi propio proceso y no lo
entrego como una receta mágica que muchas veces leí por ahí y que
realmente era frustrante. Aquellos libros que leí no decían nada nuevo que
pudiera encontrar en internet así que realmente fueron para gastar plata.
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PASOS PARA UN DESTETE DIRIGIDO
1. Me decido a destetar
Lo primero es tomar la decisión. Como madre protagonista, eres la
única que puede decidir si es lo que quieres hacer. Por lo tanto, si en tu
corazón sientes que no es el momento: NO LO HAGAS. En la
maternidad estamos tan movidas por lo que los demás quieren de
nosotras que actuamos de acuerdo con lo que a los demás les parece
mejor. Pero no es así, somos madres, tuvimos a esos bebés 9 meses
dentro de nosotras, nadie sabe mejor qué necesita nuestro hijo.
Además, no consideres esas falacias de que tu bebé tendrá problemas
de desarrollo emocional o psico-no-sé-qué porque aún sigue tomando
teta. Es tan falso como que si duerme contigo no lo podrás sacar nunca
de la cama.
Pues bien, si luego de preguntártelo, decides que ha llegado el
momento. Piénsalo así, parte del respeto en el proceso es que no
puedes volver atrás. Porque no puedes jugar con las emociones de tu
bebé, porque tu bebé necesita constancia en tus palabras y en tus
actos SIEMPRE (válido para todo en la vida, no solo para el destete).
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se traduce solo en la teta. La teta pasa ahora a ser una herramienta
más (mientras dure el destete), pero ahora el protagonismo lo tienes
toda tú, completa.
El tiempo de destete va a depender del tiempo que dispongas, de las
frecuencias de las tomas de tu hijo, del plan que vayas a formular. Pero
este proceso no debería demorar menos de un par de meses. Yo
demoré 5 meses en completarlo.
3. Frecuencia de tomas
Anota las tomas de tu bebé en 24 horas. Sí, ¡aunque sean infinitas!
Anota cada una de ellas y cuenta cuanto toma tu bebé. Al menos para
tener un promedio porque sabemos que todos los días esto puede
cambiar. Esta es la bendita libre demanda.
5. Categorizo
Al etiquetar cada toma decidirás cuánto tiempo le darás a la
eliminación de cada una y debes categorizar desde la más simple de
eliminar hasta la que significará un esfuerzo superior.
Para la mayoría de las mujeres, la más compleja de dejar es la para
dormir, en la noche y en la siesta, pero insisto en que es algo personal.
Por cada toma que vayas eliminando, anda probando varios días,
dependiendo de lo difícil que haya sido para tu bebé. Es decir, si has
quitado una toma de ocio y tu bebé no se dio por enterado, entonces
continúa el próximo día eliminando otra. Pero si ves que tu bebé
comienza a resentir que le quites el pecho, espera unos 4 días y
continúa con una nueva toma. Esto no es válido para tomas complejas,
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de seguro necesitarás mucho más que 4 días. No por nada el destete
implica meses.
6. Priorizo
De acuerdo con lo experimentado en mi propio destete, identifiqué
algunos tipos de tomas:
De ocio (aburrimiento)
Para las tomas de ocio, no necesitas más que sentarte a jugar
con tu hijo, cambiar su atención, sacarlo a pasear, invitarlo a
ayudarte en algo, cantarle una canción, poner una música que le
gusta, etc., para que no ocurra. Estas son la mayoría y de verdad
que son fáciles de eliminar.
Las puedes identificar porque estás sentada tranquilamente y tu
guagua te ve, se sube encima de ti y te baja la polera. Ya tomó
desayuno, ya comió, pero aun así te saca la teta. Toma un poco y
se va. Bueno, en este caso, mientras la eliminas, evita que te vea
en esas situaciones de paz y dispuesta. Y cuando veas que va
hacia a ti, invítalo a hacer otra cosa, no cambies esta toma por
comida, porque no es hambre lo que se ha identificado. ¡Verás
que realmente es muy fácil esta parte!
De miedo/vergüenza
Estas tomas ocurren principalmente cuando tienes visitas o tú
vas de visitas. Tu bebé se aferra a ti y ¡te baja la polera! Te
recomiendo que antes de quitar esta toma hayas trabajado
alguna estrategia para poder llevarla a cabo en las situaciones
que te comento. Por ejemplo, llevar a cabo diálogos conscientes,
donde explicas lo que pasa, verbalizas y validas sus emociones y
sentimientos. Algún objeto significativo que abrazar en
determinados momentos, etc.
De alimento
estas tomas a los 2 años son fáciles de reemplazar. Dependiendo
de tus hábitos alimenticios y tu elección nutricional, puedes
reemplazar estas tomas por otra leche, o bien otro lácteo. Sin
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embargo, algunos estudios señalan que luego de los dos años, el
niño no necesita reemplazar la leche materna por leche de otro
animal, y si consume lácteos es más bien por un tema cultural o
elección de alimento. Ahora bien, también existen estudios que
indican que los niños deben alimentarse de una fuente de calcio
importante al menos hasta los 4 años. Como puedes ver, es
decisión tuya, solo procura hacerlo de manera informada,
consciente y ojalá aconsejada por profesionales competentes.
De sueño:
Aquí se viene lo complicado. Al menos en mi experiencia, estas
fueron las últimas tomas que logré eliminar, y debo confesar,
que no fue fácil ni exenta de llanto. La teta relaja a los niños, les
permite entrar en su momento de tranquilidad y placer. Todas
hemos pasado por esos días en que ilusamente intentamos
hacer dormir a nuestro hijo con paseos, canciones, etc., pero
resulta imposible. En cambio, pasamos la teta y no pasan ni dos
minutos y ya entran en sueño profundo. Sí, lejos lo más difícil del
destete, para mí, fue eliminar la toma de la siesta y la toma de la
noche.
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Sinceramente yo no creía que Iñaki estaba listo para este
proceso, hasta que puse atención al tipo de llanto que tenía. No
se parecía en nada al llanto de mis intentos frustrados anteriores
(sí, en algún momento, antes del año intenté el destete, ya les
conté de mis constantes dolores y mastitis… pero me rendí,
también se los dije). Y es que el llanto de las primeras veces era
desgarrador, una cosa inhumana realmente, era como si le
quitara un brazo, no sé… algo que evidentemente no podía
hacer con el bebé de mis entrañas, y por eso accedí a continuar,
poniendo en primer lugar a mi hijo.
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madre. Claro que el padre puede tender una mano, pero el
proceso en sí mismo es un reaprendizaje materno.
Con esto no juzgo a las familias que deseen tomar esta opción,
pues cada familia es un mundo, y tal vez el bebé sufre menos en
brazos de papá, y en realidad el vínculo ha sido tan compartido
que funciona a la perfección. Sin embargo, si la diada madre e
hijo ha sido muy sólida e inseparable, es muy probable, que
padre deba ser solo un apoyo y no un protagonista del destete.
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ALGUNAS ESTRATEGIAS
ADICIONALES
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Conteo
Otra técnica que apoya el proceso gradual de destete es el conteo. Este lo
puedes llevar a cabo con niños que ya tienen noción de la negociación, es
decir, desde el año y medio a dos años. Debes conversar con tu hijo y
explicarle que ahora la toma tendrá un tiempo determinado, como ellos no
saben de noción de tiempo, tú cuentas, al ritmo que te acomode y la
cantidad de números que quieras. Lo importante es que se lo expliques a tu
hijo, por ejemplo: “desde ahora tomarás solo 10 segundos tetita y luego la
vamos a guardar, porque necesita descansar”. Al principio es probable que tu
bebé no lo entienda, pero no te preocupes, de a poco comprenderá que ya es
momento de guardarla.
Pasar de la teta al vaso
Es super probable que tu bebé no quiera recibir la mamadera – no quieras
engañarlo ¡el conoce tu teta! – así que comenzará la búsqueda de lo que le
acomode a tu bebé.
Puedes ofrecer un vaso antiderrame, un vaso normal de plástico, bombillas,
cuchara, etc. Alguna cosa que le llame la atención y presentada de forma
amorosa podrá funcionar. ¡No te estreses con la mamadera, no es necesaria!
Y evitas tener que quitársela después, lo que puede ser como un nuevo
destete.
Ritual de destete
Muchas madres necesitan que la lactancia sea un proceso coronado con algo
“mágico” o algo que marque el fin de ella y el inicio de una nueva etapa.
Puedes crear algún tipo de ritual entre tu hijo y tú que te permita hacer este
final que quizás tu corazón espera.
Algunas mujeres mandan a confeccionar una joya de leche, otras se van a un
lugar bello para la última tetada, otras conversan con mucha sinceridad con
el bebé. ¡Hay tantas cosas que puedes hacer! Incluso este ritual puede ser
solo tuyo, pues muchas mujeres sentimos que luego de esto “las tetas
vuelven a ser mías”.
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PALABRAS FINALES
Con cariño,
Larisa.
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