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DERECHO CONSTITUCIONAL

COMPARADO

“AÑO DE LA
UNIVERSALIZACIÓN DE LA
DERECHO
CONSTITUC
IONAL
COMPARAD
O

UNIVERSIDAD NACIONAL DANIEL


ALCIDES CARRIÓN

PERU - VENEZUELA

DOCTOR
:
YAURI RAMON YINO PELE

INTEGRA
NTES:
 ESPINOZA HUAYTALLA JUNIOR
 SOLORZANO MIRANDA LUIS ANGEL
 GUILLERMO FLORES BRAIN
 ROJAS VERDE YADINA
 ALVARADO CASAICO RAFAEL DONATO
 ILDEFONSO ROMERO KAREN PAOLA
 RAPRI NIETO XIOMY

CERRO DE
PASCO - 2021

2
DERECHO
CONSTIT
UCION AL
COMPAR
ADO DEL
TRABAJO

SEMEJANZAS DELA CONSTITUCION PERUANA Y VENEZOLANA

 DEL ESTADO, LA NACIÓN Y EL TERRITORIO | VENEZUELA

 DEL ESPACIO GEOGRÁFICO Y LA DIVISIÓN POLÍTICACAPÍTULO I: DEL

TERRITORIO Y DEMÁS ESPACIOS GEOGRÁFICOS

Al analizar las dos constituciones se conoce que existen tanto semejanzas como

diferencias. Entre las semejanzas que existen es que en ambas constituciones se

plantea: * República Bolivariana como República Peruana, en donde es un Estado

democrático, social de derecho, garantizan la preeminencia de los derechos

fundamentales, * La promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo en la

constitución de Venezuela y la peruana.

Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas,

demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales

serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con

lo establecido en esta Constitución y la ley a semejanza del Artículo 88º de la

Constitución Peruana que dice que el Estado apoya preferentemente el desarrollo

agrario.

Garantiza el derecho de propiedad sobre la tierra, en forma privada o comunal o en

cualquiera otra forma asociativa.

Según el Artículo 121º Y 122º, los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y

desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus


lugares sagrados y de culto.

El Estado fomentará la valoración y difusión de las manifestaciones culturales de los

pueblos indígenas, los cuales tienen derecho a una educación propia y a un régimen

educativo de carácter intercultural y bilingüe, atendiendo a sus particularidades

socioculturales, valores y tradiciones y los pueblos indígenas tienen derecho a una

salud integral que considere sus prácticas y culturas.

DIFERENCIAS ENTRE LA CONSTITUCION POLITICA DEL PERU Y LA

CONSTITUCION DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Nuestra Constitución Política tiene semejanzas y diferencias a comparación de la

Constitución de Venezuela, el cual, es necesario indicar por separado, ya que

tengamos en cuenta que una Constitución, sea la nuestra o de otro País, contiene

varios artículos y entre ellos, están divididos por títulos; es así que, pasaremos a

nombrar estas diferencias entre estas Constituciones.

 DE LA DIVISIÓN DE PODERES: El texto constitucional establece en uno o en

artículos diferidos la división de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial; cada

uno de los poderes con independencia en cuanto a su organización, reglamentación

y funcionamiento; así: Ningún poder puede atribuirse ni otorgarse a otro ni a persona

alguna individual o colectiva. El poder legislativo no puede depositarse en una sola

persona y el poder ejecutivo no puede formar parte del poder legislativo. Es así que,

en ambos textos constitucionales, la nuestra y de Venezuela, estudiados se

menciona el principio de la División de Poderes.

 DEL PODER LEGISLATIVO: En las constituciones estudiadas, existen dos sistemas

dentro del Poder Legislativo: EL SISTEMA UNICAMERAL, la cual es aplicada por

nuestra Constitución Política, donde el poder legislativo es ejercido por el Congreso,


el cual consta de cámara única; y EL SISTEMA BICAMERAL, que es ejercida de

acuerdo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde el Poder

Legislativo es ejercido por el Congreso, que se divide en dos ramas: La Cámara de

Diputados y la Cámara de Senadores.

 DE LAS FACULTADES DEL CONGRESO: Estas vienen a ser las siguientes:

 Legislar en materia de impuestos

 Aprobar el presupuesto de egresos anual.

 Fijar y modificar a los efectivos de las Fuerzas Armadas.

 Delimitar el territorio nacional y territorio de cada entidad federativa.

 Conocer el informe anual del Poder Ejecutivo.

 Conocer de las relaciones exteriores y tratados internacionales celebrados por el

Estado.

 Reformar, expedir y derogar leyes.

 Conceder amnistías.

 Autorizar al Ejecutivo para ausentarse del territorio nacional.

 Conocer los empréstitos del Estado.

 Arreglar y establecer las postas y correos generales de la Nación.

 Proveer la seguridad de las fronteras.

 Admitir o desechar los motivos de dimisión del Presidente o Vicepresidente.

 Reglamentar el comercio marítimo y terrestre con naciones extranjeras y de las

provincias entre sí.

 Transferir temporalmente la sede del Gobierno Federal.

 FACULTADES EXCLUSIVAS DE LA CAMARA DE DIPUTADOS:

 Fiscalizar al Poder Ejecutivo y sus actos de Gobierno.


 Reglamentación Interna.

 Autorizar el desafuero y procesamiento del presidente.

 FACULTADES EXCLUSIVAS DE LA CAMARA DE CENADORES

 Aprobar los tratados internacionales que celebra el Poder Ejecutivo con otros Estados.

 Designar funcionarios.

 Autorizar el procesamiento del presidente.

 Reglamentación Interna.

 EL PODER EJECUTIVO: Para el caso de nuestro País es ejercido por el Jefe de

Estado, al cual denominamos, Presidente. Caso distinto a lo que sucede con la

Constitución de Venezuela, el cual es ejercido por el Jefe de Estado y del Ejecutivo

Nacional, que estará representado por el Vicepresidente Ejecutivo, los Ministros,

el Procurador General de la República y los demás funcionarios que determinen la

Constitución y las leyes.

 DERECHOS FUNDAMENTALES:

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, mantiene un lenguaje que

ha erradicado los estereotipos forjados por el lenguaje sexista, por cuanto, a más de

consignar la expresión “toda persona” cuando establece derechos y obligaciones, en

las demás disposiciones se refiere a las y los venezolanos, los funcionarios y las

funcionarias, el niño y la niña, electores y electoras, ciudadano y ciudadana, en

suma, hombre y mujer, constituyendo esta Constitución el referente en cuanto a la

utilización de un lenguaje que efectivamente se asienta en la visión de equidad de

género. Fundamenta el patrimonio moral de su Estado y los valores de libertad,

igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.

Consagra como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación,

la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad

social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el

pluralismo político, señalando como fines esenciales del Estado, la defensa y el

desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad.

En el Título dedicado a los derechos humanos, garantías y deberes, la Ley Suprema

venezolana garantiza a toda persona, conforme al principio de progresividad, y sin

discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente

de los derechos humanos, y determina la obligatoriedad de los órganos del Poder

Público de respetarlos y garantizarlos, conforme a la Constitución, los tratados

ratificados por la República y las leyes que los desarrollen. El reconocimiento del

derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad (libre desarrollo), está

consignado en el artículo 20, con las limitaciones que derivan del derecho de los

demás y del orden público y social. El principio de igualdad tiene un desarrollo

bastante completo en esta Constitución, al consagrar, en primer término, que todas

las personas son iguales ante la ley y que, en consecuencia, no se permitirán

discriminaciones fundadas en diversos motivos que son descritos ampliamente. No

se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición

social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o

menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los

derechos y libertades de toda persona. A más de esto, la Constitución Bolivariana de

Venezuela, dispone que la ley debe garantizar condiciones jurídicas y

administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva; deberá adoptar

medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados,

marginados o vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por

alguna de las condiciones antes


especificadas, se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará

los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.

Cuando esta Constitución se refiere a los derechos sociales y las familias, manifiesta

que las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes, la

solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco de sus

integrantes, delegando al Estado la obligación de garantizar la protección a la madre,

al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia. También se expresa el principio

de igualdad al disponer la protección integral de la maternidad y la paternidad sin

importar el estado civil de la madre o del padre. Esta norma en su artículo 76,

consagra, aunque implícitamente, un derecho esencial que últimamente ha sido

objeto de debate y posiciones diversas en Bolivia, pues señala el derecho de las

parejas a decidir libre y responsablemente el número de hijos e hijas que deseen

concebir y a disponer de la información y de los medios que les aseguren el ejercicio

de este derecho, o sea que instituye un derecho reproductivo y sexual, dado que se

está tutelando la libertad de las personas a planificar el número de hijos e hijas,

además de determinar que esa decisión será respaldada por el Estado mediante

políticas que protejan el ejercicio de tal derecho. Esta disposición añade, luego de

establecer la asistencia a la maternidad, que el Estado asegurará servicios de

planificación familiar integral basados en valores éticos y científicos.

la Constitución Venezolana protege el matrimonio que descansa en la igualdad

absoluta de los derechos y deberes de los cónyuges, y reconoce que las uniones

estables de hecho, que cumplan los requisitos legales, refiriéndose a la singularidad

de la relación, entendemos, tendrán los mismos efectos que el matrimonio. La

misma
protección igualitaria consagra en cuanto al derecho al trabajo en su artículo 88 y al

derecho a la educación en su artículo 103.

En el Perú, nuestra Constitución reconoce el derecho fundamental de la persona a la

igualdad ante la ley, y señala que nadie debe ser discriminado por motivo de origen,

raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole.

No se encuentran otras normas que explícitamente reconozcan el principio de

igualdad en relación a la mujer en los diferentes ámbitos en que se desenvuelve,

sino que encara los derechos desde un punto de vista general, sin diferenciar la

situación femenina.

LA "CONSTITUCIÓN PERUANA " IMPORTANCIA COMO FUENTE DEL DERECHO

La Constitución es la norma básica del ordenamiento jurídico de un Estado,

encargada de establecer la regulación jurídica del poder político. En este orden de

ideas, definimos Estado como la entidad jurídica ubicada en un ámbito físico

determinado y que ejerce poder respecto de un conjunto de personas. Dicho Estado

a su vez posee un conjunto de deberes establecidos constitucionalmente.

Ahora bien, el concepto de constitución puede determinarse desde un punto de vista

material y desde un punto de vista formal. En el primer caso, la Constitución consiste

en la organización, estructural y material, del Estado en cada realidad concreta.

Todo estado, entonces, posee una constitución. Este es un concepto político, que

proviene del ser.

Por otro lado, el concepto formal de constitución define a esta como una norma

jurídica, que permite regular el poder político, concepto que se enfoca en el deber

ser. En este orden de ideas, mientras mayor semejanza exista entre la

constitución en
sentido material y la constitución en sentido formal de un país, mayor será el nivel de

constitucionalismo del mismo y a su vez, mayor el respeto por el Estado de Derecho.

Este es el sustento de la llamada clasificación ontológica de las constituciones, la

cual se la debemos a Kart Loewenstein, como veremos más adelante.

La Constitución opera entonces como la norma que justifica, limita y organiza el

poder estatal, estableciendo parámetros al accionar del Estado[4], definidos por los

derechos fundamentales de las personas y por un conjunto de principios, conceptos

e instituciones. A la vez, la norma constitucional determina la organización del

Estado, en particular, respecto a las atribuciones y funciones de los diversos entes

que lo componen.

La Constitución asegura además la existencia de un Estado de Derecho, que

consiste en aquel Estado en el cual los derechos fundamentales de las personas se

encuentran debidamente garantizados, por lo cual resulta indispensable para la

subsistencia de la sociedad. Si bien ello implica que el Estado se someta al

ordenamiento jurídico, esto no constituye un fin en sí mismo, sino más bien el medio

para obtener dicha protección.

EL ESTADO DE DERECHO

En consecuencia, el Estado de Derecho es la forma en la cual se manifiesta

jurídicamente el constitucionalismo moderno, puesto que en el mismo el poder

político

– que como ya lo hemos señalado es un elemento constitutivo del Estado - se

encuentra regulado a través de una norma jurídica denominada Constitución, la

misma que limita los posibles comportamientos arbitrarios, que afectan derechos

fundamentales.

A su vez, el Estado de derecho descansa en tres conceptos de particular importancia,


a los cuales nos vamos a referir más adelante, en diferentes publicaciones de este

blog.

En primer lugar, el principio de preferencia por los derechos fundamentales, que

permite que los derechos constitucionales sean preferidos ante bienes jurídicos que

no lo son, lo cual es clave para evitar que se afecte su contenido esencial, conforme

lo establecido por la Constitución. Dichos bienes jurídicos permiten limitar derechos

fundamentales, mas no desplazarlos.

En segundo término, el principio de separación de poderes, por el cual las funciones

del Estado se encuentran distribuidas entre diversos detentadores de poder estatal,

los mismos que se influyen mutuamente, lo cual impide comportamientos arbitrarios

y permite controlar el poder político a través de los controles mutuos. Dicho principio

muestra diversas intensidades en diferentes estados, lo cual nos permite configurar

distintos sistemas de gobierno.

Finalmente, un componente clave del Estado de Derecho es el principio de

legalidad, por el cual el Estado en general y la Administración Pública en particular

se regulan de manera directa por el ordenamiento jurídico, el mismo que no puede

ser desconocido por razón alguna. Como resultado, la Administración Pública puede

realizar únicamente las actividades y tareas que el ordenamiento le asigna

expresamente.

La Constitución como fuente de derecho

En este orden de ideas, la Constitución es fuente de derecho en el ámbito formal y

en el ámbito material. En el ámbito formal en tanto define como es que el Estado

puede válidamente crear el derecho, es decir, como nacen las expresiones

normativas. La constitución señala cuales son los órganos legítimos para gobernar y

para legislar, su
estructura, la competencia, así como el procedimiento que dichos órganos deben

seguir para la generación del ordenamiento jurídico. Ergo, si una norma no es

aprobada según la constitución, es inválida, siendo inconstitucional por su forma.

Para Kelsen, dicha norma no es en buena cuenta una norma jurídica.

Además, en un ámbito más bien material, la Constitución establece los parámetros o

estándares respecto de los cuales debe encuadrarse las normas. La constitución

contiene principios y derechos que no pueden ser vulnerados por normas de inferior

jerarquía. Ejemplos de ello son conceptos como la familia, la salud, la educación, el

Estado, la propiedad, la economía social de mercado y otras más.

En general, dichos conceptos constituyen lo que se denomina instituciones

constitucionalmente garantizadas, siendo los más importantes los derechos

fundamentales, respecto de los cuales se establece además un conjunto de

mecanismos de protección denominados procesos constitucionales. Todo ello

constituye un límite para el comportamiento de los poderes públicos, que constituye

la eficacia vertical de la constitución, así como para el comportamiento de los

particulares entre sí, que implica la llamada eficacia horizontal. Los derechos

fundamentales, en particular, son plenamente eficaces entre los ciudadanos.

LA "CONSTITUCIÓN VENEZOLANA " COMO FUENTE DEL DERECHO

La entonces oposición criticó todo el proceso por cuatro cosas: La primera de

carácter simbólico, la Constitución de 1961 era el pilar de la democracia venezolana

en un país que pasó del caudillismo decimonónico a la dictadura militar y el temor de

regresar a un ordenamiento promilitarista o despertar escenarios anárquicos, lo que

explica la desconfianza ante el cambio. La segunda de legitimidad, los altos niveles

de
abstención, en los tres procesos: el referendo consultivo, la elección de los

“constituyentistas” y la aprobación, en los cuales la abstención siempre fue de más

de la mitad. La tercera de carácter procedimental por los cambios en la

representatividad para establecer un sistema mayoritario. Y finalmente de carácter

político, la evocación del poder originario constituyente para deshacerse de la

participación adversa en el entramado institucional.

La Constitución Bolivariana de 1999 involucró un cuarto proceso: las denominadas

megaelecciones del año 2000, todos los poderes de origen electoral de carácter

nacional y regional debían someterse a una nueva elección: presidente, Asamblea

Nacional, Poder Legislativo ahora unicameral, gobernadores, etc. Así las cosas,

Chávez se valió de la alta favorabilidad de haber cumplido su principal promesa de

campaña, sumada a la ambición de iniciar su período presidencial con las nuevas

reglas de juego las cuales incluían la reelección y la posibilidad de conformar un

paquete electoral para sumar el Legislativo y los ejecutivos regionales. La victoria fue

para el chavismo, e incluso la abstención del orden nacional disminuyó al 43,69 por

ciento y en el regional al 43,55 por ciento.

Gozando de la mayoría política Chávez pretendió adueñarse del Estado y pronto

descubrió que la nueva Constitución de 1999, su equilibrio de poderes y su

estructura de carácter liberal limitaban su margen de acción. A pesar de contar con

una mayoría política el presidente descubrió que era necesario negociar, llegar a

consensos y acuerdos con la oposición o incluso con sus propios colaboradores.

Pero no fue suficiente, después de superar los años de turbulencia política: el

Referendo Revocatorio de 2004, las elecciones de 2005 de Asamblea Nacional, en

las que no participó la oposición alegando falta de garantías y la elección

presidencial
de 2006 cuando logró 7.309.080, el 62,84 por ciento, contra los 4.292.466, el 36,9

por ciento, del opositor Manuel Rosales, en el año 2007 Chávez decidió reformar la

Constitución, dejaba a un lado sus supuestas credenciales democráticas y buscó

quitarse la camisa de fuerza que le imponía la carta del 99 e ir en dirección al

Socialismo Bolivariano del siglo XXI.

Pero fue derrotada la intentona de reforma, los artículos a modificar se dividieron

en dos Bloques A y B, en el primero ganó el No con 4.504.354, el 50,7 por ciento,

contra 4.379.392, el 49,29 por ciento, del Sí y en el Bloque B el No obtuvo

4.522.332, el 51,05 por ciento, contra el Sí con 4.335.136, el 79,29 por ciento.

Cuatro causas han explicado la derrota de dicha reforma: La primera, la deserción

de varios seguidores ante el giro al socialismo, una cosa era ser parte de un

proyecto político democrático que se refrendaba en las urnas y otra era establecer

un Estado de orientación socialista que emulaba la dictadura cubana, el casó más

emblemático fue el de Raúl Isaías Baduel, pero no el único, de hecho varios

“constituyentistas” de 1999 también dejaron el barco por considerar que traicionaba

el espíritu de la carta magna e incluso rayaba en lo inconstitucional. La segunda

causa fue el desconocimiento de los poderes regionales para intentar imponer el

denominado poder comunal. Al presidente Chávez no le gustaba negociar ni

siquiera con sus propios colaboradores, se sabía el depositario de la admiración de

su pueblo y quería eliminar los intermediarios, buscó institucionalizar dicha relación

y prescindir de los líderes regionales. La tercera causa fue: la reinvención de la

oposición política permeada por los nuevos liderazgos del movimiento estudiantil,

jóvenes con nuevas ideas y nuevas formas de acción política no violenta que

minaron la imagen de
Chávez, quien los amenazaba con darles “gas del bueno”. Y finalmente, pretender

revertir el proceso de apropiación de la Constitución de 1999, Chávez había cifrado

su legitimidad en el cambio de la Constitución de 1961 intentar revertirlo fue

imposible con todos cargando el librito azul en el bolsillo.

No obstante, muchas de las propuestas de aquella reforma fueron introducidas en

el sistema legal por el camino de la Ley Habilitante, pasando por encima de la

voluntad popular expresada en las urnas. El presidente que creó, promovió y

materializó la nueva Constitución también fue el mismo que más la transgredió.

Para el año 2009, Hugo Rafael buscó asegurar su continuidad en la Presidencia

para lo cual necesitaba modificar la Constitución, pero esta vez se aseguró de

contar con líderes regionales incluyendo en la enmienda los otros cargos de

elección popular. El Sí obtuvo 6.319.636, el 54,86 por ciento, ganando contra los

5.198.006, el 45,13 por ciento del No.

Hoy, 18 años después de aquel 1999, Nicolás Maduro pretende no solo reformar o

enmendar sino cambiar la Constitución. En condiciones electorales, las cuales de

por si ya eran cuestionables, iguales a las de aquel año le resultaría imposible

hacerlo como quedó demostrado en la última elección de Asamblea Nacional. Es

tal el desgaste del chavismo que los cambios en el sistema de representación le

son insuficientes y la mayoría es antioficialista.

La Constitución Bolivariana de 1999 no era una patente de corso como Chávez

pretendió, por el contrario, se convirtió en la última instancia para la defensa de los

venezolanos que se oponen a dicho proyecto político. El discurso dicotómico

populista del oficialismo afirma que la oposición que se negó a la Constitución de

1999 es la que hoy impide su “reescritura”. Pero ni la oposición es la misma, ni el


chavismo es el mismo, la composición de ambas fuerzas políticas ha cambiado sus

objetivos y sus métodos también distan mucho, hasta la sociedad venezolana no es

la misma que la de finales del siglo pasado, ni siquiera el país es el mismo. Incluso

la crisis social, económica y política que permitió el surgimiento de la llamada

“Revolución Bolivariana” no se puede comparar.

Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia, en los últimos cuatro años han

perdido la vida de forma violenta más de 100.000 ciudadanos, se calcula que la

inflación acumulada para el mismo período supera el 1.000 por ciento y la

economía se ha contraído en más de un 28 por ciento, incluso algunas

estimaciones aseguran que para 2017 la contracción del producto interno bruto

-PIB- podría llegar al 25 por ciento.

7.535.259 de los 31.568.179 de venezolanos se expresaron en contra de la ANC.

Así las cosas, la abstención o la anulación del voto se convierten en las últimas

instancias que le quedan a los demócratas para impedir que Nicolás Maduro

destruya la Constitución de los venezolanos.

Para liberar el entuerto decidió echar mano de la Ley Habilitante, suerte de ley

excepcional que otorga la Asamblea Nacional al presidente para legislar ante una

situación que requiera actuar con prontitud en materias que esta lo defina. La cual

tenía origen en la Constitución del 61, pero que en la del 99 ampliaba los campos de

acción más allá de los temas económicos. En sus 13 años al frente del poder

modificó aproximadamente 215 leyes, entre las que se incluyen temas delicados

como la Ley Orgánica de la Fuerza Armada, que a la fecha y con la última reforma

de Nicolás Maduro se ha modificado cinco veces.


La instrumentalización de la Ley Habilitante usada incluso contra la propia

Constitución y con un TSJ cada vez menos autónomo le permitió al oficialismo

evadir la construcción de consensos que caracterizan a los sistemas democráticos.

También ayudó la implementación de un vasto sistema clientelar sustentado en los

altos precios del petróleo que le permitió contar con un amplio apoyo popular de

orden electoral, que daba a su gestión una fachada de legitimidad. A lo cual se

sumó, el accionar de sectores opositores no democráticos que perpetraron el Golpe

de Estado del 11 de abril de 2002, lo cual creó la imagen de un líder popular

respaldado por su pueblo que era víctima de las viejas “oligarquías” venezolanas y

así contó con el apoyo de amplios sectores de la izquierda internacional, que

también legitimaron su accionar.

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