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Así pues, en estrecha relación con la definición planteada, cualquier activo que
la entidad adquiera bajo el presupuesto de ser vendido en el giro ordinario
de los negocios, puede ser considerado como inventario para efectos de la
preparación y presentación de su información financiera.
De igual forma, en los casos en que una entidad, reciba por alguna razón, ciertos
bienes en dación de pago –como puede ocurrir ante la reconstrucción de un
acuerdo de pago con un cliente que perdió liquidez y no puede cancelar una
obligación– y proyecta venderlos para recuperar los recursos, dichos elementos
pasarían a cumplir con la definición antes mencionada y por tanto empezarían a
ser considerados parte del inventario.
Es importante recordar además, que bajo las lógicas del mercado actual y la
evolución de los procesos financieros, ya no sólo las empresas comercializadoras
o industriales tienen control de inventarios, como lo abordamos en el editorial
Inventario de prestadores de servicios según Normas Internacionales para
Pymes cada vez es más frecuente y necesario utilizar el concepto de inventarios
para los prestadores de servicios.
Tenga en cuenta
Al igual que con los demás elementos del activo, una condición de elevada
importancia para el reconocimiento de un ítem en los estados financieros, es la
existencia del control. El inventario se reconocerá en el momento en el cual la
entidad obtenga el control efectivo sobre el mismo, teniendo en cuenta que el
control no está supeditado a la simple tenencia física.
Dado que el recibir el inventario en las bodegas de la compañía no es
necesariamente un indicador de sostenimiento de control sobre los bienes y la
situación contraria tampoco es determinante para el no reconocimiento, la
empresa debe establecer mediante el análisis de operación a operación, cuál
es el punto del proceso de adquisición en el cual obtiene los riesgos
ventajas significativos del activo; para determinar esta cuestión no pueden
tomarse como referencia otros casos empresariales, pues este punto se establece
según los términos de negociación entre el vendedor y el comprador.
El análisis de riesgos y ventajas depende de la forma en la que las partes
concreten el negocio; en los casos en que la negociación se ciña a los parámetros
generales de negociación internacional, los INCOTERM determinan el momento
en el que se puede reconocer el inventario.
Cuando la operación sea de carácter nacional, el momento para reconocer el
inventario dependerá de la transferencia de los riesgos como daño, pérdida, robo,
incendio, variaciones del precio, obsolescencia y baja rotación y las ventajas como
la disponibilidad, las variaciones positivas de valor, entre otras no menos
importantes.