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Uno: ‘una organización', un nombre, no se entiende mejor como una

organización, un nombre, en absoluto, sino como un verbo que es como un


proceso un proceso continuo de movimiento. Como montar una bicicleta, si
detiene el movimiento no funciona más. Así que el libro es una súplica para
mover de los nombres a los verbos. De las cosas a los procesos. Esto es algo
que resulta ser sorprendentemente difícil hacer. (2)

• Dos: una organización nunca es simplemente una cuestión social. O, bien, lo


social no es absolutamente social, sino un conjunto materialmente
heterogéneo de procesos de arreglos, implicados en e implicando a las
personas, pero también incluyendo y produciendo documentos, códigos,
textos, arquitecturas y dispositivos físicos. Este segundo punto utiliza el
reciente trabajo en la disciplina de ciencia, tecnología y sociedad. Y es un
punto que muchos parecen encontrar difícil de tomar en cuenta: que el no-
humano así como el humano puede actuar. Esa agencia necesariamente no
pertenece a las personas. (3)

• Tres: si una organización es un materialmente el proceso heterogéneo de


arranging y ordenamiento (ordenamiento), que ese proceso pueda entenderse
como estrategia: no necesariamente (o de hecho a menudo) una estrategia
explícita sino más bien como una estrategia implícita o como un modo de
ordenamiento. El argumento es que un modo de ordenamiento es como un
mini-discurso Foucaultiano que corre a través, dando forma, y siendo llevado
en los procesos materialmente heterogéneos que constituyen la organización.

• Cuatro: si el organising puede entenderse estratégicamente, entonces hay


una sugerencia adicoonal: esa estrategia no es única, sino múltiple. Esto
significa que en la organización hay estrategias diferentes al trabajo,
intersectándose una con otra, y que no hay un solo orden clave en la
organización. Este es un punto político así como analítico, desde que el libro
responde a las simplicidades de las soluciones del mercado propuestas por los
neo-liberales de los tardíos 1980s. El punto no es que los mercados o lo que yo
llamo 'empresa' estén equivocados en y de ellos mismos, sino que la
arrogancia unida al sentimiento que ‘no hay ningúna alternativa' a los
mercados no sólo es políticamente detestable sino también analíticamente
errado. Hay alternativas claro. Organising (uno podría agregar el mundo) vive
como conjuntos de alternativas. Para usar el idioma de la filósofa Annemarie
Mol, entonces, este cuarto punto insiste en la diferencia. (4)

• Cinco: organising es sobre las relaciones complejas entre los diferentes


modos de ordenamiento. Nada simple. A veces éstos pueden minarse entre sí.
A veces por contraste, ellos se sostienen entre sí. No hay historias simples a
ser contadas sobre el organising como multiplicidad. Es un esmerado empírico
así como una tarea analítica el explorar las complejidades de ordenamiento y
los atajos no son posibles. (5)
• Y finalmente, seis: las organizaciones precisamente funcionan porque no son
coherentes. Una organización que es agarrada por una sola versión de
realidad–como una organización política que sufre la misma indignidad–no es
muy largo para este mundo. El mundo real es desordenado. Lamentablemente
en las imaginaciones febriles de los ingenieros sociales la posibilidad de pura
forma, puro plan, puro orden, todavía será encontrado. (6)

Obduración

¿Cuál es ahora el problema? Hay varias maneras de hablar sobre esto. Por
ejemplo, estoy más interesado en las asimetrías de poder que hace una
década. Foucault nos dice que el poder no sólo es una cuestión de dominación,
de asimetría, sino también es una cuestión de habilitar, construir, de hacer
posible. El episteme moderno con sus estrategias de vigilancia y disciplina
habilita, precisamente, la producción de modernidad: los ejércitos, las
escuelas, las fábricas, las penitenciarías, todos estos son producciones
modernas, junto con las subjetividades que éstos traen consigo. Ninguno
habría sido posible antes del fin del siglo XVIII y la producción de relaciones
modernas sociotécnicas y las subjetividades disciplinadas modernas. (7)

Todos lo cual es un argumento que atraviesa las páginas del libro. Los modos
diferentes de ordenamiento producen ciertas formas de organización. Producen
ciertos arreglos materiales. Producen ciertas posiciones-sujetos (temas?). Y
producen ciertas formas de conocimiento. ¡El laboratorio de Daresbury es de
hecho productivo! Y aquí, aunque una preocupación con las asimetrías de
poder no desaparece completamente, esta generalmente subordinada al poder
entendido como productividad. No siento la necesidad de retractarme de esto.
Pero ahora encuentro que me molesto más por las desigualdades de poder que
antes. Sin abandonar una preocupación por la productividad Foucaultiana,
quiero encontrar maneras de imaginar e interferir en las distribuciones de
poder. (8)

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