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HABLEMOS DE LOS LÁCTEOS

(Nota: Generalmente, cuando hablamos de leche, nos referimos a la leche de vaca que es la
más consumida en Occidente, siendo la de oveja y cabra utilizada en menor medida, aunque en
ciertas regiones del mundo se consumen habitualmente otras como la de búfala).

Desde diferentes medios, nos llega muchísima información sobre las


“virtudes” que tienen los productos lácteos. Principalmente los productores
de leche con sus campañas publicitarias nos bombardean una y otra vez
aconsejándonos tomar lácteos una o varias veces al día. No sólo nos
referimos a beber un vaso de leche, sino también a cualquier producto
derivado de ella (queso, yogur, flanes, batidos…). Desde pequeñxs nos
educan haciendo creer que es un alimento muy valioso en nuestra dieta y
es de suma importancia para ser fuertes y grandes de mayores. Se suele
recomendar consumir 3-4 raciones de 250 gr. al día (un litro de leche o
equivalente), como parte de una dieta equilibrada. Por otro lado, muchos
alimentos elaborados incluyen algún lácteo en su composición, con lo cual
se añaden a estas cantidades y fácilmente se alcanza una elevada ingesta
de productos lácteos.

La leche de vaca, como la leche de todos los mamíferos, contiene proteínas,


grasas, vitaminas, hidratos de carbono, minerales…. Cada especie produce
su propia leche, con lo que la leche humana, obviamente, sería la más
adecuada para nosotrxs.
La leche de vaca está adaptada a las necesidades nutricionales de los
terneros, que a diferencia de los bebés humanos, doblan su peso en 47 días,
desarrollan cuatro estómagos, y tras pesar unos 40 kg al nacer, alcanzan los
900 kg. en 2 años. La leche de vaca contiene unas 3 veces la cantidad de
proteína de la leche humana y casi un 50% más de grasa.

En general, los lácteos de mayor consumo son la leche, quesos, yogures,


helados, mantequilla, nata… Dentro de ellos, existe una amplia gama. Es
curioso observar cómo estas industrias han ido intentando salvar los
problemas que acarrean estos productos en el cuerpo humano, haciendo
modificaciones en los productos para que "se adapten a las necesidades
nutricionales de cada individuo": si la leche entera es mala para el
colesterol, sacamos la leche desnatada; si la desnatada "parece" agua,
sacamos la semi-desnatada; si al desnatar pierde las vitaminas liposolubles,
añadimos vitaminas A y D; si tienes riesgo de osteoporosis, añadimos calcio;
si tienes el colesterol elevado, sacamos la leche con Omega-3…En
definitiva, lo que nos venden es un "brebaje" industrial que nada tiene que
ver con el producto "natural" original y sus supuestas virtudes.

Con los yogures ocurre exactamente lo mismo, los yogures actuales ya no


están hechos a partir de la leche, sino de sólidos lácteos o de leche en
polvo, ¿por qué? pues es mucho más rentable descomponer la leche en sus
ingredientes y almacenarlos (durante meses) para gestionar los excedentes,
usándolos según sea necesario.

Hoy en día se produce gran cantidad de leche desnatada, ¿te has parado a
pensar qué se hace con la nata sobrante al desnatar la leche? ¿Crees que la
tiran a la basura?
Con el suero sucede algo parecido. Es un subproducto de la fabricación del
queso. Si lo tiran, es una sustancia muy contaminante y deshacerse de él
representa un grave problema para esa industria (según el libro Vida Sana,
pag.330). La solución: introducirlo en los alimentos como ingrediente.
Incluso se vende como suplemento dietético por su "alto contenido en sales
minerales, etc...".

Aunque unx puede decir que bebe muy poca leche (o ninguna), lo cierto es
que la mayor parte de los lácteos se ingieren de forma camuflada. Un
ejemplo de ello es que actualmente es muy difícil encontrar un producto de
panadería (pan de molde, galletas, bollos, cereales, etc.) que no lleve algún
lácteo (sólidos lácteos, suero, proteínas de leche, leche en polvo, lactosa,
ácido láctico, aditivos E-471, 472....).
Los procesos de transformación (pasteurización, etc) se nos han vendido
como una medida de seguridad para lxs consumidorxs ya que eliminan
todos los gérmenes. En realidad, estos procesos no "higienizan" la leche
(continúa igual de sucia, con pus, sangre, antibióticos y hormonas), pero
transforman sus cualidades convirtiéndola en un producto "muerto". Al estar
muerta, lo que sí se consigue es que dure en los almacenes muchos meses,
evitando así pérdidas económicas. La máxima expresión de esto es
separarla en sus ingredientes o transformarla en leche en polvo. En el libro
Vida Sana, se indican multitud de experimentos realizados en los que,
debido a su desnaturalización, la leche muerta no es suficiente ni siquiera
para mantener en vida a los terneros, cosa que evidentemente sí sucede
estando cruda. También hay otro texto sobre el tratamiento de la leche
procedente del libro "Alimentos para la Salud", del Dr. Karmelo Bizkarra y
María Ruiz.

Hay muchas personas que no consumen carne por razones éticas, pero
consideran los productos lácteos como compasivos, puesto que no hay que
matar al animal. Se tiene la imagen idílica de que las vacas y sus ternerxs
viven en libertad, pastan a sus anchas en esos enormes prados verdes y
están plenamente agradecidos a la industria que les explota. Pero los
productos obtenidos de la leche de vaca son cualquier cosa menos
compasivos.
Para mantener elevada la producción de leche, es necesario que la vaca
tenga un embarazo cada año. Tras el parto, la producción es máxima, y
durante 10 meses podrá ser ordeñada hasta el siguiente embarazo. El
embarazo se consigue por inseminación artificial o por implante de embrión.
El/la ternerx que nace, es separadx de su madre al poco tiempo para que no
se beba la leche que irá al consumo humano. Si es ternero (macho) lo que
nace, su destino en poco tiempo será el matadero, ya que su carne será
vendida como carne de ternera. Si es ternera (hembra), la industria lechera
ya cuenta con una nueva máquina de producción.

Las vacas son ordeñadas (mecánicamente) de 2 a 3 veces al día, lo que les


provoca heridas, inflamaciones e infecciones en las ubres.
Una vaca puede vivir de 20 a 25 años, pero la industria lechera/cárnica las
extermina a los 5, que es cuando su productividad desciende y dejan de ser
rentables. Son enviadas al matadero. Su carne, su piel (cuero), sus huesos…
serán aprovechados también por la industria.

El hacinamiento, la soledad, la suciedad, el ordeño intensivo, la mala


alimentación, las violaciones (embarazos forzados) y la administración de
antibióticos, hormonas, y tranquilizantes forman parte de la vida de las
vacas y sus hijxs. La industria lechera y la industria cárnica son
exactamente iguales, explota al máximo a los animales no humanos para
obtener beneficios económicos rápidamente.

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