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Los daños que llegan a sufrir los tejidos como consecuencia de agresiones físicas, químicas o

biológicas, reciben el nombre genérico de lesiones. Las lesiones presentan alteraciones más o
menos profundas de la forma y función de los tejidos y órganos, que varían según el tipo de
agente agresor, la magnitud del daño y la naturaleza del tejido o de los tejidos que resultaron
afectados.

Las heridas son lesiones ocasionadas por traumatismo mecánico en las que se observa rotura o
interrupción de la continuidad de los tejidos blandos, y cuando el tejido lesionado es rígido o
semirrígido, a la solución de la continuidad se le conoce como fractura.

Para el cirujano, la herida que atiende llega a sanar en un proceso continuo y predecible, que
finaliza cuando la lesión "cicatriza" y significa que se restableció la integridad física.

CLASIFICACIÓN DE LAS HERIDAS SEGÚN SU CAUSA

Los medios mecánicos de agresión son múltiples, y entre ellos se encuentra el corte o incisión que
hace el cirujano como parte del procedimiento. Las heridas se clasifican de acuerdo con la causa
que las produce:

1. Heridas por instrumento punzocortante. Aquellas causadas por un objeto de borde filoso
(como un cuchillo) o de extremidad aguda (como un clavo o punzón).

2. Heridas por contusión. Son ocasionadas cuando un objeto plano o de bordes redondeados
golpea los tejidos blandos o cuando el cuerpo del individuo es proyectado con cierta velocidad
sobre superficies planas que detienen de manera brusca su movimiento de aceleración.

3. Heridas por proyectil de arma de fuego. Los proyectiles acelerados por armas de fuego
ocasionan lesiones complejas que difieren según las características del arma y de los propios
proyectiles, los cuales pueden ser de alta velocidad y expansivos.

4. Heridas por machacamiento. Resultan cuando los tejidos son comprimidos entre dos
superficies.

5. Heridas por laceración. Estas heridas se producen cuando los tejidos son arrancados.

6. Heridas por mordedura. Difieren en sus características y dependen de la especie animal que las
produce. Entre las más comunes están las ocasionadas por otro humano, las cuales suelen
inocularse con flora bacteriana múltiple; las mordeduras por cánidos suelen recibir cuidado
especial por la posible transmisión del virus rábico. Las mordeduras por animales venenosos
producen agresiones biológicas complejas.

CLASIFICACIÓN DE LAS HERIDAS SEGÚN SU PROFUNDIDAD

Las heridas se clasifican y describen de acuerdo con la profundidad de los tejidos lesionados y los
órganos que interesan.
1. Excoriación. Lesión superficial que afecta la
epidermis y en general ciC11triza regenerando en
forma íntegra el epitelio, sin dejar huella visible.

2. Herida superficial. Es aquella que involucra la


piel y al tejido adiposo hasta la aponeurosis.

3. Herida profunda. Afecta los planos superficiales,


la aponeurosis, el músculo y puede lesionar vasos,
nervios y tendones.

4. Herida penetrante. Herida que lesiona los planos


superficiales y llega al interior de las grandes
cavidades. Se les llama penetrante al abdomen,
penetrante al tórax y penetrante al cráneo. En ocasiones hay dobles penetrantes, por ejemplo, al
tórax y al abdomen.

CLASIFICACIÓN DE HERIDAS SEGÚN SU ESTADO BACTERIOLÓGICO

Las heridas se clasifican y se reconstruyen según su probabilidad de infección.

1. Herida tipo l. Herida limpia. Es la herida donde no hay contaminación exógena ni endógena, y
en la que se supone que no habrá infección. Un ejemplo es la incisión que hace el cirujano en la
sala de operaciones para efectuar una cirugía herniorrafia electiva.

2. Herida tipo II. Herida limpia contaminada. Es una herida en la cual el cirujano sospecha que
puede haber sufrido c:ontaminac:i6n bacteriana, como donde hubo alguna violación de la técnica
estéril del quirófano, o un tiempo quirúrgico controlado en que se debió abrir el tubo digestivo, la
vía biliar o el aparato urinario, en los cuales se considera que se introdujeron gérmenes viables.

3. Herida tipo III. Herida contaminada. En este tipo de heridas se produjo una contaminación
evidente, pero no están inflamadas ni tienen material purulento. Algunos ejemplos son las heridas
como resultado de un traumatismo producido en la vía pública o en las intervenciones quirúrgicas
donde ocurrió un derrame del contenido del tubo digestivo en la cavidad peritoneal, pero por ser
recientes no tienen signos de infección activa.

4. Herida tipo IV. Herida sucia o infectada. Es la herida que tiene franca infección evolutiva, por
ejemplo, las que son resultado de un traumatismo con más de 12 horas de haber sucedido, o la
presencia de una fuente séptica muy bien identificada, como la perforación de una úlcera péptica
o del apéndice ileocecal con peritonitis purulenta, un absceso que se drena o un segmento de
intestino gangrenado.

Esta clasificación encuentra su aplicación práctica en la conducta que ha de seguir el cirujano: 1)


cuando se determina que el estado de la herida corresponde al tipo I o II, se hace la reconstrucción
y el cierre de los planos anatómicos en forma directa, y las posibilidades de infección son de 1.5%;
2) en las heridas tipo III, la reconstrucción se hace en forma parcial y hay grandes controversias
acerca de la conveniencia o inconveniencia de instalar drenajes quirúrgicos en ellas, y 3) por lo
general las heridas de tipo IV no se suturan o sólo se unen de manera parcial para permitir la libre
salida de los detritos y del material purulento, y se espera su cierre más tarde o en lo que se llama
segunda intención. En las heridas tipos III y IV la frecuencia de infecciones es de 30%, en promedio.

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