El arte empieza en el momento en que el hombre crea, para
representar o expresar. El arte es un mensaje, un medio de expresión, una forma de contacto y de comunicación entre los hombres, incluso antes del lenguaje. Desde el punto de vista del diseñador gráfico, Yves Zimmermann, el arte se manifiesta a través de la obra de su autor, bien sea en la música, la pintura, la poesía, la escritura, la pintura, la escultura, etc.
Para estos exponentes el arte debía ser la expresión del placer del artista en su trabajo, por el cual reflejaban su estilo y su gusto, demostrando así su individualidad.
Desde tiempos remotos el hombre ha buscado incansablemente la
manera de satisfacer sus necesidades y solucionar sus problemas cotidianos. En nuestros inicios empezamos a fabricar nuestras propias herramientas de trabajo, caza, cocina, vivienda, etc. Los avances que tuvimos pequeños o grandes, en un principio iban dirigidos siempre a satisfacer una necesidad, un problema o una circunstancia de nuestras vidas; sin importar como fueran o de que estuvieran fabricadas las herramientas eran importantes debido a su funcionalidad. Durante las primeras civilizaciones, un poco más adelante en nuestra época, las labores se hicieron de tipo comercial, y las herramientas eran fabricadas por personas dedicadas a estos oficios en específico.
Llamados artesanos, estos hombres ingeniosos capaces de darle un
toque único con sus manos y su habilidad a las piezas que elaboraban, fueron blancos de una discusión que aun en nuestros días no termina y creo que jamás terminara: El diseño, ¿Es Arte? -Una pregunta ambiciosa porque somos seres interpretativos y comunicativos, por esto mismo diseñamos absolutamente todo en nuestra vida, desde la ropa que usamos, pasando por la manera en que tendemos nuestra cama, hasta la idea del diseño “perfecto” que nos dará de comer por el resto de nuestras vidas. Ésta Discusión se origina cuando alguien decide adquirir “x” objeto en lugar de “y”, a pesar de que cumplan la misma función, única y exclusivamente porque le parece estéticamente más agradable que la otra-.
En este punto juegan papeles importantísimos dos términos griegos
que fueron la guía para explicar el quehacer humano y su relación con el arte: techné (técnico, tecnología) y ars (artesanía, artefacto, artificial…)
Estos términos son de vital importancia para lograr comprender el
origen de esta eterna discusión. Respectivamente se refieren a la aplicación de la ciencia a la obtención de objetos o resultados prácticos, y a la actividad humana encaminada a un resultado útil, que tiene un carácter más práctico que teórico. En base a lo anterior podemos inferir que los términos están muy ligados entre sí y que son aplicables a cualquier rama en la que el arte o el diseño intervengan (por no decir que en todas).
A través del tiempo diferentes cambios en la manera en la cual se
veían los oficios y los quehaceres obligaron a una clasificación de los mismos. La división de las artes entre: artes mecánicas y artes liberales en la edad media, sirvió para que las primeras universidades concibieran un orden según el cual solo existen 7 artes liberales divididas a su vez en dos grupos trívium y quatriuvium. Esto solo se “profesionalizó” en el renacimiento y se estableció el concepto de Bellas artes, superando las anteriores divisiones. Como es de esperarse los exponentes más importantes de este periodo, Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci, contribuyeron de manera trascendental en cómo el mundo veía el arte, cómo el mundo veía el diseño, y en este punto se empezó a hablar de bellas artes y artes útiles. Transformándose así la mirada que la sociedad tenía sobre el arte pasando a ser un enfoque mucho más estético y espiritual.
Estos cambios a lo largo de la historia modificaron el curso, no solo del
arte y el diseño, sino de la concepción del hombre en el mundo ya que estaba en auge el renacimiento. Es considerable decir que la mirada antropocentrista del renacimiento situó al arte en un lugar muy alto en la sociedad, dándole la importancia que se merecía pero a su vez marginando a las clases bajas del mismo.
Posteriormente en el siglo XIX algunos de los artistas pintores
empezaron a crear carteles para vender productos a las empresas, sustituyendo los lienzos y es lo que se llamó arte publicitario o arte aplicado. Estas nuevas disciplinas profesionales y atendiendo las necesidades del comercio, de la industria y de la sociedad se convirtieron en especialidades del diseño, como diseño gráfico (signos e imágenes), diseño industrial (objetos de diferentes usos), diseño textil (tejidos de todo tipo). Aunque los productos u objetos resultantes son diferentes en cada especialidad, tienen en común que son el resultado del diseño y que tienen un fin específico.
El diseño gráfico es el que expresa de manera mas evidente la relación
entre arte y diseño, porque como la pintura, utiliza imágenes, colores, signos de todo tipo y significado. Inicialmente esta disciplina se elaboraba en forma manual, prácticamente igual al modo como los pintores realizaban sus obras, y por lo tanto se evaluaban con los mismos criterios estéticos porque no había más, y es así, como algunos proyectos gráficos se pintaban sobre tela y eran enmarcados como cuadros.
A un diseñador gráfico se le pedía un encargo, pero se esperaba de él
un diseño que fuera creativo, innovador, algo no visto, que fuera un éxito comercial y el diseñador gozaba de la libertad creativa, como un artista pintor. Sin embargo, por diferentes circunstancias y especialmente por los cambios sociológicos y la revolución tecnológica se modificaron las formas de elaborar y ejercer la profesión del diseño gráfico.
El arte y el diseño tuvieron una evolución continua pasando casi
inadvertidos en el periodo de la revolución industrial debido a la fuerza de la dualidad función-productividad, hasta que toda una generación de artistas reclamo a productores y gobernantes el embellecimiento de los productos industriales.
De la misma manera y con el florecimiento de la economía, las
empresas adquirieron nuevos recursos para contribuir a venta de sus productos y servicios, surgiendo el marketing que se ocupa de todo lo relativo al diseño y comunicación, es decir, se pone en marcha el proyecto de diseño, empezando por el diseño del producto, su fabricación, su presentación, distribución, exhibición, etc., requiriendo que las empresas inviertan grandes recursos económicos y humanos para la consecución del objetivo final: situar bien el producto en el mercado y obtener grandes beneficios económicos con él. De esta manera se introducen nuevos criterios para evaluar el diseño del producto, dejando en un segundo plano los criterios artísticos. Ahora el diseño debía atender las condiciones tales como su aspecto, segmento de público al que va a ir dirigido, y se entiende el diseño como una actividad con una problemática y unos requerimientos particulares, específicos y concretos para una finalidad precisa. En consecuencia el diseño deja de ser un medio de expresión artística, limitando la libertad creativa del artista o diseñador.
Se ha discutido en diferentes ámbitos si la pintura era la madre de
todas las demás artes visuales, o si el diseño gráfico es arte y aun se sigue discutiendo en mesas redondas, foros, conferencias sin que haya unanimidad de opinión sobre este aspecto. El tema sigue ambiguo, aunque se admite que el punto de partida para la realización de una obra de arte y de una obra de diseño son diferentes, pero se considera que el proceso creativo es el mismo y si el proceso mas o menos es lo mismo, entonces se debe considerar al diseñador como un artista? Al respecto algunos diseñadores admiten que prefieren trabajar para eventos culturales, en lugar de atender un encargo particular de un cliente, porque así pueden ser mas libres, ya que consideran que el diseñador es un artista.
Desde la década de los 80 del siglo XX, el diseño adquirió mayor
importancia con la aparición de los objetos de diseño, que eran mas novedosos, con formas poco habituales, coloridos y modernos, por lo cual la palabra diseño se instaló en el lenguaje cotidiano y muchas cosas adquirieron el atributo de diseño. Surgieron los diseños y los diseñadores, ejemplo: los modistos se volvieron diseñadores de moda, se diseñaban los gabinetes de los políticos, etc., pero con el paso del tiempo la palabra diseño adquirió un connotación negativa, en el sentido que el diseño fue considerado como objetos o signos que solo creaban bellas apariencias pero que detrás de ellas no había nada real. Este uso y mal uso del concepto diseño se explica porque las personas ponían en la palabra diseño sus experiencias negativas vividas con el diseño, generándose en un fenómeno de moda, en algo pasajero.
Luego llega la época del posmodernismo que se caracteriza por una
euforia económica financiera, que anima al consumismo y creación de nuevos productos, adquiriendo el significado de la palabra diseño una relevancia importante y fundamental, llegando incluso a premiar diseños para demostrarlo, es decir, los objetos de diseño salidos como una obra de arte, tenían un valor de modernidad.
Para determinar la relación entre arte y diseño, es necesario entender
ambos conceptos y como se realiza cada uno de ellos:
Respecto al arte, se considera que es el acto mediante el cual el
hombre imita algo material o expresa los invisible o sentimientos, a través de la materia y de sus propiedades sensibles. El artista se despoja de todo acto de voluntad como un pintor que va al lienzo sin una imagen o idea en su mente y con material en su mano, para desarrollar algo en el lienzo y la imagen que surja es el resultado de ese encuentro, donde acontecen toda clase de eventos. Si el arte es visual, bien sea una pintura o una escultura, surgen de él formas, colores volúmenes, luces, etc., si es musical, surgen sonidos, armonías, etc., y está destinado a la contemplación o a la audición afectando al espectador intelectual o emocionalmente. El arte no tiene un fin práctico como una herramienta y no está predeterminado, sino que va naciendo a medida que se va materializando. El artista es su propio cliente y es él quien determina las reglas del juego, su obra no va dirigida a un mercado preexistente, sino que va creando su propio mercado. El artista exhibe sus obras en una galería o en un museo, donde son consideradas como objetos culturales y quien vaya a verla con la intención de comprar, no tiene que elegir entre uno u otro artista, sino entre una u otra obra del mismo artista.
Con relación al diseño, es el esfuerzo consciente de hacer productos de
tal modo que sean útiles para las personas, es racional, pensado en forma colectiva (no individual), programado y está proyectado al futuro. Un proyecto de diseño presupone un encargo de una persona o una empresa que necesita crear un objeto, un producto, una imagen y recurren al diseñador para que les proponga soluciones. El proceso de diseño requiere de una planificación y estructuración y va dirigido a un fin definido y específico, en el que se señala su forma, su aspecto y para que se va a usar, segmento del mercado en el que se presentará, su competencia, su precio, los materiales de fabricación y debe comunicar determinados conceptos a través de su aspecto, colores, signos, formas, materiales, texturas, etc. El diseñador debe tener en cuenta los lenguajes visuales preexistentes y adaptar el proyecto a sus características.
Según el diseñador gráfico Rubén Fontana, el objetivo del arte está en
el arte y el objetivo del diseño es responder a necesidades concretas que provienen de otras áreas de la actividad humana, aunque las dos cumplen funciones sociales. El arte tiene un enfoque poético y la libertad es el fundamento para su proceso de creación. En el diseño la comunicación no depende del autor, sino de sus capacidades profesionales para innovar, para crear identidad, deben mantenerse informados de todo acontecimiento social y convertirse en grandes observadores del ámbito social, cultural, deportivo, político, etc. El diseño es una actividad social en la que interviene un grupo profesional (coordinador del proyecto, consultor, diseñador industrial, en identidad corporativa, editorial, etc.), para analizar, comprender, diseccionar aspectos que muestren la problemática del cliente, empresa, mercado y se toman decisiones de grupo para responder a un encargo de terceros para lograr un fin determinado.
Realizar una obra de arte y hacer diseño son actividades
completamente diferentes en sus funciones y finalidades. El arte es arte, y el diseño es diseño. El diseñador, a diferencia del artista, no trabaja para él o para lo bello en sí, él utiliza lo bello como un instrumento interesado para lograr un objetivo. Que el resultado de este proceso-proyecto pueda resultar muchas veces estéticamente placentero, no lo desune nunca de su objetivo final. El mal ejercicio de la profesión afecta la credibilidad del diseño en la sociedad y eso depende de la formación del diseñador, que sea traductor en la caracterización del proceso de diseño, para lo cual requiere de una formación visual y artística y de esto son responsables los maestros que enseñan. Se trata de comunicar el oficio de la comunicación a quienes tienen la inquietud de aprenderlo.
La discusión continua y en el siglo XX: “Podríamos decir que el diseño
es una prolongación de los procesos seguidos por las artes sólo que con otra dirección”. En esta época la división entre el artista y el diseñador se mide por la vinculación que tienen con su lado manual y decorativo.
En la práctica profesional el oficio como tal aumenta su fuerza con la
creación de la Bauhaus, y la división concreta que por fin se va a dar entre diseñadores y artistas. A finales de este siglo el placer estético que generan las piezas creadas en este punto tiene mucha más relevancia que su funcionalidad, aunque no necesariamente carezcan de ella, si pasa a un segundo plano cosa que era impensable en periodos anteriores.