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CENTRO DE CULTURA CASA LAMM

CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL

DE ESTUDIOS SEGÚN ACUERDO S.E.P. No. 962173

DE FECHA 21 DE OCTUBRE DE 1996

HISTORIA E ICONOGRAFÍA

DE LA VIRGEN DEL CARMEN

DE TLALPUJAHUA, MICHOACÁN,

SIGLO XVIII

T E S I S

QUE PARA OBTENER EL TITULO DE

LICENCIADA EN HISTORIA DEL ARTE


PRESENTA

MARTHA GUADALUPE CASAS BRAVO

DIRECTORA DRA. ALEJANDRA GONZALEZ LEYVA

MÉXICO, D.F. 2009


Agradecimientos

Esta tesis no hubiera sido posible sin el apoyo de la Doctora Alejandra González Leyva, mi

maestra y amiga, quién dio dirección, estructura y soporte al proyecto y logró que esta

investigación fuera un éxito. Con su experiencia, erudición y paciencia como maestra

excepcional en Historia del Arte, me enseñó a interpretar las obras artísticas como un libro

abierto que devela sus secretos.

Este trabajo esta soportado por la invaluable información que me proporcionó la

maestra Elsa Minerva Arroyo Lemus, quien con su labor de análisis in situ, generosamente

compartió conmigo su basta experiencia para llegar a conclusiones sorprendentes que los siglos

habían ocultado.

Mi profunda gratitud a la a maestra Elin Luque Agraz que con sus acertadas opiniones dio

peso y enriquecimiento al proyecto, brindándome su apoyo para concluir esta tesis. Su

capacidad y entusiasmo en las clases que tuve con ella en Casa Lamm me proporcionaron

sustento y calidad para valorar la Historia del Arte.

A la licenciada Eumelia Hernández Vázquez que tuvo la generosidad de trabajar

entusiastamente en Tlalpujahua, donde pudo captar bellísimas fotografías sustentadas en el

profesionalismo que la caracteriza y que con toda esplendidez compartió conmigo.

Esta investigación se vio beneficiada por la colaboración de las autoridades civiles y

eclesiásticas de la población de Tlalpujahua. En especial al sacerdote Juan Zamora Molina,

párroco del templo donde se encuentra la pintura objeto de mi estudio ya que permitió realizar

las investigaciones in situ. Al ciudadano Moisés García Alvarado, presidente municipal de

Tlalpujahua, también le extiendo mi especial agradecimiento por permitirme la consulta de

archivo para llevar a cabo el presente estudio.

2
Mi reconocimiento a la maestra y escritora María de los Ángeles López Ponce por su

orientación, datos y consejo en su vasto conocimiento de la Virgen del Carmen.

Mi gratitud a la señorita Sofía Garduño por su desinteresada acción de proporcionarme una

fotografía antigua de la Virgen con la cual pude hacer el estudio iconográfico de la pintura así

como comparar presente y pasado de la imagen.

Son de resaltar las facilidades otorgadas por Gustavo Bernal Navarro director del Museo

Tecnológico Dos Estrellas de Tlalpujahua para obtener fotografías de época e información

sobre la historia de la minería en la población.

Mi agradecimiento a Víctor Santos del Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte y al

doctor Manuel Espinosa Pesqueira del Instituto sNacional de Investigaciones Nucleares por

hacer el análisis cuidadoso de las muestras de la pintura objeto de mi estudio.

Mi reconocimiento a Casa Lamm y en especial a la doctora Claudia Gómez Haro por su

atinada dirección al formar nuevos historiadores del arte, a mis maestros de la generación

2004-2008 al enseñarme a dar una nueva mirada e interpretación al quehacer artístico.

Reconozco la colaboración del personal de la biblioteca de Casa Lamm, que siempre me brindó

orientación y consejo en la consulta del material requerido para mi investigación.

Mi gratitud a Marlene Chaput por su ayuda en la interpretación de la obra, su optimismo en

las largas jornadas de la investigación fue muy importante.

A mis hijos Martha Elena, Neil, Enrique, Sarah y Pilar, por su apoyo incondicional. A mis

hermanos Conchita e Israel y a mis sobrinos por sus valiosos consejos y con mucho amor a mis

nietos, que aunque viven en otros países, lleguen a apreciar la riqueza cultural de México.

En especial a mi esposo Enrique por su amor, comprensión, ayuda y pasión en esta

investigación y porque gracias a él me fui enamorando de este maravilloso pueblo de

Tlalpujahua y con ello de la Virgen del Carmen quién ha sido sustento de nuestra vida.

 
 

3
 
 

A la memoria de

Conchita Bravo Elena Esquivel

Israel Casas Vicente Mondragón

4
ÍNDICE
Página
INTRODUCCIÓN 8

Capítulo I

La explotación minera en la zona de Tlalpujahua, Michoacán, siglo XVIII 17

• La minería en la época prehispánica

• La minería en la época novohispana

• Siglo de oro de Tlalpujahua

• La minería en Tlalpujahua durante la independencia de México

• La mina Dos Estrellas

• El traslado de la Virgen

• Relación entre la mina Dos Estrellas y la Virgen del Carmen

Capítulo II

La Virgen María en su advocación de Virgen del Carmen 50

• Iconografía de la Virgen María

• Breve historia del culto a la Virgen del Carmen

• El culto a la Virgen del Carmen en Nueva España

• La Virgen del Carmen en Michoacán

• Origen del culto en Tlalpujahua

5
Capítulo III

La Virgen del Carmen en la Historia del Arte 66

• La Virgen de Trápani

• Los tipos iconográficos de la Virgen del Carmen

• La Virgen de Tlalpujahua

• Estudio del estado actual de la pintura de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua: sus
diferentes restauraciones y repintes

Conclusión 107

Bibliografía 112

Anexos

Anexo 1 116
Informe sobre la técnica y resultados del análisis de tres muestras de la pintura:
Virgen del Carmen, parroquia de Tlalpujahua, Michoacán. Elsa Arroyo,
Eumelia Hernández, Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte IIE UNAM

Anexo 2
Cronología de la Orden del Carmen 149

Anexo 3 152
Documento Colonial Tlalpujahua, siglo XVII que se encuentra en la Universidad de
Princeton, Estados Unidos de América

Anexo 4 162
Fotografías

6
Siglas usadas en la tesis

AGI Archivo General de Indias


AGN Archivo General de la Nación
AMT Archivo Municipal de Tlalpujahua
APT Archivo Parroquial de Tlalpujahua
ATT Archivo Tenencia de Tlacotepec
CONACULTA Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
FCE Fondo de Cultura Económica
IIE Instituto de Investigaciones Estéticas
IIH Instituto de Investigaciones Históricas
INAH Instituto Nacional de Antropología e Historia
LDOA Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte
UMSNH Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
UNAM Universidad Nacional Autónoma de México
Archivos Consultados

AGN: Archivo General de la Nación


Ramos:
Bienes Nacionales, volumen 585, exp. 10, fjs. 1,2,3,4,5,6,7.
Indiferente de Guerra, volumen 856, f. 4.
Minería, volumen 14, exp. 3, f. s/n.
Minería, volumen 130, exp. 10, fjs. 100-108.
Tierras, volumen 1949, exp. 14, f.2.
Tierras, volumen 1360, exp.4, f. 3v.
Tierras, volumen 565, exp. 2, f. 43.
Universidad, volumen 282, exp. s/n, f. 240.

APT: Archivo Parroquial de Tlalpujahua


Ramos:
Bautizos, siglo XVII, XVIII.
Defunciones, siglo XVII, XVIII.
Matrimonios, siglo XVII, XVIII.

AMT: Archivo Municipal de Tlalpujahua


Ramo:
Testamentos, siglo XVII.

ATT: Archivo Tenencia Tlacotepec


Ramo:
Tierras, siglo XVIII
Introducción

Los reales de minas gozaron de un enorme apogeo desde el siglo XVI en la Nueva España.

La conquista del Nuevo Mundo, las almas que pasarían a formar parte de la grey católica, los

extensos territorios que formaban la colonia americana, toda esa riqueza territorial y humana se

consolidó con los yacimientos de metales que explotaron los españoles en el México colonial y

que a lo largo de tres siglos le dio poderío económico y prestigio a España, como nunca antes

lo había tenido.

Los mineros arribaron en gran cantidad y los reales de minas se colmaron de espacios y

edificios dedicados a albergar las necesidades de la nueva población. Los pequeños poblados

se transformaron en centros comerciales de la mayor importancia. Las haciendas de beneficio

eran los lugares de operación donde se molía y se separaba el metal y por tal motivo ocuparon

un lugar privilegiado. Estas propiedades eran grandes extensiones de terreno con una casa

habitación para el dueño de la hacienda, molinos, patios para el azogue y pequeños jacales

donde vivían los peones encargados de hacer las labores más pesadas. Las haciendas laboraban

todos los días de la semana y los dueños de algunas de ellas sintieron la necesidad de construir

una capilla para que los obreros no ocuparan su día de trabajo, en especial los domingos, en ir

a la población más cercana, al Real, a recibir los sacramentos. El sacerdote los suministraba

sin salir de la hacienda, en su capilla privada.

Dentro del contexto, de administración de las haciendas de beneficio en estos lugares, el

Real de Minas de Tlalpujahua no fue la excepción, las capillas que en él se construyeron

estaban adornadas con pinturas a lo largo de sus muros, hechas por artistas que sabían aplicar

imprimaturas, combinar y manejar pigmentos que se utilizaron a lo largo del siglo XVII.

Una de estas haciendas, llamada del Carmen, ubicada en lo que hoy es el estado de

Michoacán atesoraba en su interior la capilla en la que sus dueños y trabajadores rendían

8
homenaje y veneración a la Virgen del Carmen. Tlalpujahua que era el Real habitado por

españoles y los pueblos de indios que se situaban en la periferia, tenían como su protectora

espiritual a la Virgen del Carmen y se confiaban a ella al descender a las minas.

La obra que se pintó en uno de los muros de la capilla, que es el tema de estudio y motivo

de esta investigación de tesis, se originó por el interés personal al visitar la parroquia de este

pueblo, que ha alcanzado la denominación de mágico1, y creó en mí una inquietud de indagar

el origen de la imagen que actualmente está en el altar mayor de esta población; al estudiar

sobre la historia e iconografía de la obra me di cuenta que se conocía muy poco sobre ella por

lo que se justifica esta investigación, además que no se ha desarrollado en este campo ningún

estudio académico.

Las primeras preguntas que hice en Tlalpujahua sobre la imagen fueron acerca del autor de

la obra, la fecha de su factura, en especial el motivo por el que fue removida de su espacio

original, indagar sobre su técnica pictórica, conocer si ha tenido restauraciones y saber si ha

cambiado desde su creación. Estas preguntas tuvieron escasas respuestas y muy vagas. Es por

eso que decidí hacer esta investigación y aportar datos precisos para saber más sobre esta

imagen que causa tanta veneración en Michoacán, ha pasado por muchas vicisitudes y ha

sobrevivido por casi cuatro siglos. Desgraciadamente solo se cuenta con crónicas y anécdotas

sin un sustento científico y académico de sus cambios a través de todos estos años.

Seleccioné la pintura de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua Michoacán, por sus

características formales y estéticas, que si bien contiene elementos comunes a otras pinturas

con los mismos atributos y advocación, posee un valor artístico que no ha sido estudiado a

profundidad. Gracias al análisis científico sobre la técnica de manufactura y materiales de la

obra, tenemos conocimiento de cómo el artista preparó y pintó ese muro originalmente. Por

1
Un Pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes que
emanan en cada una de sus manifestaciones socio - culturales, y que significan hoy día una gran oportunidad para
el aprovechamiento turístico en www.sectur.gob.mx/wb/...sect_pueblos _mágicos.

9
desgracia no localicé el nombre del autor de la pieza, dato aunque importante, no indispensable

para explicar la importancia cultural de la pintura.

Sin embargo he valorado los testimonios del pasado en cualquiera de sus formas que se

tienen sobre esta pintura en particular ya que de alguna manera han influido en su destino

actual y logrado una repercusión en el imaginario colectivo.

Estudiar desde múltiples ópticas con la visión de especialistas en diferentes disciplinas la

obra que aquí presento, la Virgen del Carmen de Tlalpujahua, pintada sobre mortero de arcilla

con una fecha hipotética de ejecución del siglo XVII, es el motivo de este trabajo. Investigar y

explorar las causas y efectos de su estado actual, el debate entre lo que se pierde y se conserva

en este tipo de obras. El objeto de mi estudio, la Virgen del Carmen de Tlalpujahua, ha estado

expuesto al culto litúrgico en diversos lugares con diferentes usos y un valor estimativo

cambiante dentro de la vida de los habitantes de Tlalpujahua, en los que también han influido

fuerzas de la naturaleza que han hecho que la pintura se encuentre en las condiciones actuales.

En cuanto a investigación de la obra se tienen pocos resultados acumulados en todos estos

años, debido a la distancia en el tiempo y a múltiples factores tales como: incendio de archivos,

catástrofes naturales, inundaciones y sismos; por lo tanto, los datos de factura y de técnica

pictórica, el autor de la misma, estaban perdidos y ese fue el interés principal de esta

investigación, tratar de recuperarlos.

La pintura que es el motivo de este trabajo, permanece in situ en donde es posible estudiarla,

interpretarla y verla desde un punto de vista actual; es decir, como una imagen de culto y al

mismo tiempo un objeto de estudio académico.

La necesidad de conocer el contexto donde fue facturada la pieza me llevó a múltiples

visitas a Tlalpujahua y seguir las posibles pistas, por medio de documentos hallados en el

archivo parroquial y municipal, así como testimonios orales. Me percaté que desde su

fundación, los mineros tuvieron éxito económico y con ello pudieron contratar artistas que

10
embellecieron templos y haciendas de la región, dando al pueblo de Tlalpujahua una especial

distinción, uno de esos artistas, fue el que logró pintar la venerada imagen de la Virgen del

Carmen.

Al empezar a revisar estos documentos y al acudir al Archivo General de la Nación, me di

cuenta que era necesario estudiar paleografía y diplomática, que son métodos básicos para la

investigación documental y así lo hice en el Instituto de Investigaciones Filológicas en la

UNAM.

En la investigación comprobé que a lo largo de la Colonia, la vida de los mineros de

Tlalpujahua estuvo íntimamente ligada a esta imagen de la Virgen, la iconografía de la pintura

así como los atributos que están representados en la obra formaron parte del imaginario

colectivo de una población que por lo peligroso del trabajo practicado en las minas, buscaba

una protección sobrenatural que los librara de los peligros dentro de la mina y los encaminara

hacia los tesoros que la montaña tenía escondidos.

Para hacer una revisión del proceso histórico de la población de Tlalpujahua y de su Virgen

he acudido a la historia, la historia del arte, la fotografía y el análisis del Laboratorio de

Diagnostico de Obras de Arte del IIE; es importante reiterar que esta revisión ha necesitado

especialistas en cada una de las disciplinas y que sin ellos no podría yo lograr el objetivo

principal de esta tesis que es la historia de la imagen, sus diferentes ubicaciones, su técnica

pictórica, sus restauraciones y el estado actual de la pintura. Esta tarea multidisciplinaria me ha

permitido lograr un estudio más completo de la imagen, pero como todas las investigaciones de

este tipo, siempre esperará a nuevos estudiosos y sus futuras aportaciones que nos darán una

mirada más fresca sobre este tema de estudio.

Este ensayo esta dividido en tres capítulos necesarios para obtener una visión poliédrica

sobre el tema.

11
El primer capítulo comprende una revisión histórica del Real de Minas de Tlalpujahua, de

las construcciones que se realizaron desde los primeros años de su fundación, de las haciendas

de beneficio y de las capillas para el culto de Vírgenes y santos que se encontraban dentro de

dichas haciendas. En este capítulo se planteará la primera hipótesis sobre cómo condicionó el

auge minero que tuvo el Real y sus bonanzas dentro de la producción minera, en el devenir,

origen y destino de la imagen de la Virgen del Carmen.

Al hacer el recorrido histórico de la mina Dos Estrellas, ubicada dentro de las limitaciones

de Tlalpujahua, se plantea la segunda hipótesis acerca del vínculo entre la imagen de la Virgen

del Carmen, la vida de los mineros y la relación entre el nombre Dos Estrellas.

Sin embargo ¿Cómo surgió la composición de la pintura? es una pregunta que me llevó a

una tercera hipótesis y a contestar estas preguntas ¿El artista se basó en grabados? ¿Es acaso

una contaminación iconográfica de diferentes advocaciones? ¿Por qué la Virgen del Carmen de

Tlalpujahua no sigue la representación usual con el niño en brazos? ¿El manto de patrocinio es

usual en la Virgen del Carmen?

En esta revisión del tema pude ubicar los tres lugares donde ha estado la imagen expuesta,

saber los motivos que ocasionaron que se mudara de sitio y las circunstancias de la naturaleza

que determinaron que lo que estaba junto a ella desapareciera y que solo ella permaneciera en

pie.

En el segundo capítulo se hará un estudio breve de el origen de la orden del Carmen, la

llegada del culto a Europa, cómo pasó a Nueva España, más tarde su presencia en Michoacán y

por ultimo el arribo de una imagen de la Virgen María con la advocación del Carmen a

Tlalpujahua. Así mismo en esta parte del texto se hará una revisión iconográfica de los

atributos de la Virgen y los privilegios de que goza la orden hasta nuestros días.

En este capítulo queda inserta la tercera hipótesis acerca del éxito que mantuvo el

escapulario carmelita en los campos mineros y en especial en Tlalpujahua.

12
Uno de los objetivos de esta investigación es estudiar cómo la iconografía que los frailes

carmelitas impusieron en sus conventos y en las imágenes devocionales a las que ellos rendían

culto fue permeándose en la sociedad novohispana y dio como resultado magníficas obras

artísticas, tanto en el terreno arquitectónico como en la escultura y la pintura.

El tercer capítulo tiene por objeto exclusivo la Virgen de Tlalpujahua, en el cual se

desarrollan las hipótesis. A lo largo de este trabajo de investigación he encontrado que gran

parte de la historia de la Virgen de Tlalpujahua ha sido formada con leyendas populares y una

descripción equivocada y vaga de la imagen que desafortunadamente se ha venido repitiendo

en diferentes obras que se han escrito sobre ella, se hará un análisis formal de la imagen y un

estudio meticuloso de los personajes que aparecen en el cuadro y los pequeños detalles que lo

conforman.

Es preciso mencionar que debido a las diferentes intervenciones que ha tenido la pintura y

para poder hacer un estudio más detallado de su iconografía bajo la luz de la historia del arte,

he recurrido a una fotografía, blanco y negro, tomada antes de la catástrofe de 1937.2 Se trata

de recuperar la imagen como fue pintada por el artista, sus planos de composición y su estado

de conservación antes de la inundación.

La cuarta hipótesis es acerca de la fecha de factura de la Virgen del Carmen y se comprobó

gracias al estudio científico de sus materiales que fue facturada en el siglo XVII.

La quinta hipótesis sobre la técnica pictórica de la pieza es tema de la última parte del

capítulo.

La parte final de este capitulo está dedicado al estudio desde una mirada contemporánea y

con la más alta tecnología para alcanzar el objetivo de inspeccionar meticulosamente la

superficie de la pintura, y evidenciar la sexta hipótesis de este trabajo acerca del cambio de la

misma a lo largo de las restauraciones que se le han hecho y dar noticia de los pigmentos

2
Fotografía proporcionada por Sofía Garduño.

13
usados en la pintura original hasta los consumidos en los repintes a que fue sometida en los

siglos XVIII y XX. Estas hipótesis fueron comprobadas científicamente por los resultados

obtenidos en estudios del Laboratorio de Diagnostico de Obras de Arte.

La presente tesis de investigación me ha llevado a consultar múltiples personas, archivos y

autoridades tanto del orden académico, civil y religioso. De esta manera he podido responder a

las preguntas iniciales que me planteé desde que decidí realizar este estudio de la imagen de la

Virgen del Carmen. Mis inquietudes cambiaron de ser sólo una admiración a la imagen, a una

apasionada necesidad de conocer sus orígenes y que como historiadora del arte me he obligado

a indagar quién fue el autor de la obra, cuál su fecha de factura, porqué fue removida de su

espacio original en estos casi cuatrocientos años y si la obra fue restaurada y cuantas veces,

etcétera. Con estas motivaciones empecé la investigación para poder aportar datos precisos que

enriquecieran la presencia histórica de la imagen, que lleva a tantos feligreses a realizar

peregrinaciones a este poblado de Michoacán que tiene una antigüedad de casi quinientos años,

ya que desde 1542, se le otorgó con cedula virreinal firmada por Luis de Velasco, el rango de

Real de Minas de Tlalpujahua, como ya se ha indicado en los capítulos anteriores.

Para hacer un estudio serio sobre la imagen, para la obtención de datos, su lectura e

interpretación, se acudió a métodos de investigación documental y de campo provenientes de la

historia, la historia del arte, análisis de laboratorio y la colaboración de expertos en fotografía y

en análisis de técnicas pictóricas que se hicieron de manera simultánea y que le dieron a la

investigación un carácter multidisciplinario que no habría logrado yo sola, y poder definir los

valores estéticos e iconográficos que prevalecían en la época en que el autor realizó la obra y

comprender la función que tiene la imagen en nuestro momento actual.

Es necesario hacer notar la problemática que tienen que salvar los investigadores para

consultar archivos municipales y eclesiásticos, ya que como es el caso de Tlalpujahua están en

desorden, mal clasificados y en condiciones deprimentes por polvo y humedad. En especial es

14
muy difícil consultar los archivos parroquiales, el personal de la oficina parroquial te informa

de antemano que lo que buscas no está en ellos, se necesita un permiso especial del señor cura

y debido a los incendios ocurridos en la población, la información requerida esta perdida. En

el caso del archivo municipal es necesaria una orden por escrito del presidente en turno y es

obligatorio la vigilancia de una persona del municipio asignada a la investigación, pues no se

puede hacer la consulta de otra manera; sin embargo, no se tiene presupuesto para realizar

tales labores. Se debe digitalizar el archivo municipal de Tlalpujahua para evitar este tipo de

problemas tal y como lo ha hecho la tenencia de Tlacotepec, al cual pude accesar directamente

desde la Universidad de San Nicolás de Hidalgo en Morelia.

Con el objetivo de profundizar en la investigación de la imagen tomé un diplomado que

impartió la Universidad de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, sobre la minería de la región de

Tlalpujahua; pude tener acceso al archivo digitalizado que tiene en la tenencia de Tlacotepec,

(municipio de Tlalpujahua) y conocer gente que aportara datos sobre la historia de la Virgen.

Gracias a ello me proporcionaron una fotografía de la Virgen tomada antes de la catástrofe de

1937 e hice uso de este documento para poder efectuar la revisión iconográfica de la imagen.

A lo largo de la investigación logré reunir un gran acervo de fotografías, grabados e imágenes

de pinturas que tienen como tema a la Virgen del Carmen. La mayoría de ellas están

intercaladas en el texto; sin embargo, en el anexo de fotografía, se pueden consultar algunos

ejemplos más con la misma temática. Este acopio ha sido reunido de diferentes fuentes como

es el AGN, la Fototeca Nacional de Pachuca, Hidalgo, el IIE, el museo Dos Estrellas, el AGI,

el MUNAL, fotografías de colecciones particulares inéditas de época y bibliografía consultada.

Es necesario hacer notar que las tomas hechas durante la inspección in situ fueron

fundamentales para que esta tesis tuviera un sustento científico y poder comprobar a través de

las imágenes, las hipótesis que se plantearon en esta investigación y con ello su justificación.

15
Quiero subrayar que esta investigación contempla dos formatos muy relacionados entre sí:

el primero es teórico y abarca todo el estudio documental y de archivos y el segundo

comprende todo el trabajo de campo que se realizó sobre la imagen de culto, asunto de este

tema de tesis.

No está por demás recalcar que el estudio hecho a la Virgen de Tlalpujahua desde el punto

de vista académico, no tiene por objeto desmerecer su imagen a una ferviente creyente de la

Virgen, respetuosa de su culto como lo es la autora de esta tesis, sino precisamente porque he

querido saber más sobre ella, su proceso artístico, su fortuna critica y su origen, me he

aventurado a realizar esta investigación que no hubiera sido posible sin la ayuda de los

especialistas que me ayudaron durante el proceso.

16
Capítulo I

La explotación minera en la zona de Tlalpujahua, Michoacán

La minería en Tlalpujahua en la época prehispánica

Durante la época prehispánica, en los siglos XIV y XV, la zona minera de Tlalpujahua, que

ahora se ubica en el estado de Michoacán, ya había sido explotada por los indígenas del lugar,

quienes usaban los metales para fabricar sus herramientas, utensilios de trabajo y como tributo

a los pueblos que los conquistaban.

Los minerales que se extraían eran principalmente cobre y obsidiana. Una mina llamada

Tzinda, cercana a Otzumatlan, contenía esos minerales.3 Algunos de estos metales preciosos se

encontraban al ras de la tierra, pero otros yacían en sus entrañas. Los habitantes de la zona

sabían realizar obras subterráneas para beneficiar las vetas, conocían los procedimientos para

abrir galerías y perforar pozos o tiros de comunicación y ventilación, y eran poseedores de

instrumentos para cortar las rocas.4

El cobre fue el metal preferido por los primeros habitantes de la zona de Tlalpujahua:

los Mazahuas y Otomíes, lo llegaron a manejar con gran maestría. Ellos conocieron la técnica

del martillado, que aplicaban en joyería y en la fabricación de instrumentos de uso cotidiano.

La obsidiana fue de uso frecuente: la extraían de un lugar llamado Zinapécuaro, cuya raíz

3
Alejandro de Humboldt, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, Libro IV, Cap. XI, México,
Editorial Porrúa, 1966, pp. 321-322.
4
Ma. Trinidad Pulido Solís, El trabajo en la zona de Zinapécuaro, Taximaroa, Maravatio en el Siglo XVIII,
Tesis de Licenciatura en Historia, México, UNAM, 1976, p. 8.

17
etimológica es tzinapú, que en lengua tarasca significa "obsidiana". Esta piedra era utilizada

para fabricar instrumentos cortantes, como hachas y cuchillos, así como adornos para el

cuerpo.

Tsitsipandacuare, jefe tarasco, incursionó por la región de Tlalpujahua

aproximadamente en el año de 1460.5 Más tarde, los mazahuas y otomíes que habitaban la zona

fueron conquistados por Atzayácatl, emperador mexica. Entonces los tributos que les exigían

tanto los tarascos como los mexicas eran fabricados con oro y plata.

Años más tarde, la existencia de las minas de Tlalpujahua quedó olvidada frente a la

catástrofe de la conquista, y pasarían varios lustros antes de su redescubrimiento.

La minería en la época novohispana

La ambición de los europeos en la zona de Tlalpujahua no tuvo límites en la explotación del

oro y de la plata. Mientras los indígenas sufrían toda clase de vejaciones y maltratos, muchos

aventureros amasaban grandes fortunas. Tal es el caso de las familias Borda y Fagoaga. Sin

embargo, los indios, primeros dueños del lugar, siguieron siendo pobres y despojados.6

Se supone que los pueblos conquistados, los mazahuas y otomíes, gozaban de cierta

autonomía; por ejemplo, ellos mismos podían nombrar a sus autoridades, aspecto que entre

estos pueblos era hereditario. También se les permitía contabilizar el tributo que darían a la

Corona, ya que debido a lo intrincado del terreno no había forma de que los españoles tuvieran

vigilancia.7

5
Esperanza Ramírez Romero, Catálogo de monumentos y sitios de Tlalpujahua, México, Gobierno del Estado de
Michoacán, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1985, p. 13.
6
David Anthony Brading,, Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763- 1810), México, FCE, 2004,
p. 243.
7
Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Madrid, Cátedra, 1989. p. 121.

18
En 1522, llegaron los españoles a la zona de Tlalpujahua. Fray Pablo de Beaumont, en

su Crónica de Michoacán, escribe que desde 1539, en tiempos del virrey don Antonio de

Mendoza, ya se tenía noticia de las minas de Tlalpujahua sin hacerse oficial el sitio, es decir,

sin que se fundara como un real de minas.8

Tlalpujahua, Tlacotepec, Contepec fueron pueblos que formaron parte de la

encomienda9 de Taimeo, cedida a Gaspar de Ávila por la conquista de Michoacán en 1526.

Esta encomienda tenía como base el pueblo de San Miguel Taimeo. En el Archivo General de

la Nación se encuentra un documento en el que se lee:

Indaparapeo está de esta ciudad de Tlalpuxagua a catorce leguas; ay en esta cabecera mill
tributantes. Taymeo que está encomendado a Pedro de Avila y la otra mitad a su Magestad, ay
setecientos y cinco sujetos.10

Al morir Gaspar Ávila, le sucedió en la encomienda su hijo Pedro de Ávila Quiñones,

quien ya estaba al frente de ésta desde el año de 1558, cuando la zona minera de Tlalpujahua

fue descubierta oficialmente por los españoles. La primera mina fue llamada por ellos San

Juan.11

Probablemente, los trabajadores de estos yacimientos mineros empleaban las mismas

herramientas que habían sido utilizadas en otras minas anteriormente descubiertas, como las de

Zacatecas, Zacualpan, Sultepec y Zumpango. Durante la segunda mitad del siglo XVI se

utilizaban las siguientes herramientas: azadas, palas, barretas, vasijas, bateas, mazos, cañas,

8
Fray Pablo Beaumont, Crónica de Michoacán, Morelia, Balsal Editores, 1987, t. III, p.75.
9
La encomienda comprendía a un grupo de indios que con sus caciques eran entregados a un español que los
instruía en la fe cristiana y ellos daban a cambio su trabajo y su tributo. La encomienda era temporal.
Jurídicamente, el encomendero sólo disfrutaba del usufructo, pero no era dueño de la tierra ni de los indios; al
morir el encomendero, la encomienda se revertía a la Corona, en Peter Bakewell, La minería en la
Hispanoamérica colonial, México, FCE, 2002, p. 41.
10
AGN, Indiferente de Guerra, exp. 856, f. 4.
11
Carlos Herrejón Pereda, Tlalpujahua, Monografías municipales del Edo. de Michoacán, México, Gobierno del
Estado de Michoacán, 1980, p. 38.

19
lavaderos y azogue. El transporte de los materiales y del agua se hacía en hombros. Los

primeros se depositaban en costales de manta; el agua, en botas o cueros de res.12

Se llevó a cabo una división del trabajo en las minas de Tlalpujahua: barreteros,

barrenadores, tenateros o malacateros recibían un salario diario que en promedio ascendía a

seis reales13 por seis días de labor, pero en la práctica se cometieron muchos abusos, ya que si

el mineral era de mala clase se les remuneraba con él, y si era de buena ley, se les pagaba en

reales.14

Los habitantes de Tlalpujahua abandonaron la vida tranquila que llevaban hasta

entonces; entraron al ritmo acelerado que trae la fiebre minera. Al mismo tiempo, los otros

pueblos que se habían fundado en los valles de la encomienda de Taimeo no eran real de minas

y perdieron importancia por no haber en ellos yacimientos de oro o plata.Los indios que

pertenecían a esta encomienda de Taimeo sufrieron toda clase de vejaciones y despojos:

salarios muy bajos, horarios abusivos y maltrato físico.15 El trabajo dentro de las minas se

realizaba por huecos estrechos y sinuosos, con escasa ventilación y poca luz.16 Esto traía como

consecuencia graves enfermedades de tipo respiratorio. Lo anterior motivó que los afectados

pidieran un mandamiento al virrey Luís de Velasco, cuya respuesta dice:

por cuanto los naturales de los pueblos de Tlalpuxahua, muchos españoles que ocurren a ellas,
les toman y ocupan sus casas y tierras y arboledas para hacer asiento de ingenios y casas en su
daño y perjuicio, a lo cual, si se diere lugar[…]y me fue pedido, les mandare dar mi
mandamiento de amparo[…]por la presente, en nombre de su majestad amparo y defiendo a los
naturales de dichos pueblos[…]en todas sus casas, tierras arboledas y otros[…]para que
ninguna de las personas que ocurran a tomar minas, en las que se han descubierto en sus
terrenos, les tomen y ocupen casa alguna en su daño y perjuicio sino fuera en tierras valdías.
Junio 21 de 1558. Luís de Velasco. 17

12
Ma. Trinidad Pulido Solís, op.cit. , p. 12.
13
E1 peso equivalía a 8 reales de plata, en David A. Brading, op.cit. , p. 10.
14
Ibid. p. 203.
15
Ma. Concepción Gavira Márquez, Población y producción en el real de minas de Tlalpujahua a mediados del
siglo XVIII, Estudios de Historia Novohispana, no. 34, enero 2006, México, Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, p. 24.
16
Carlos Herrejón Pereda, op.cit. , p. 25.
17
Ma. Trinidad Pulido Solís, op. cit., p. 19.

20
Sin embargo, el español, en su búsqueda de oro y plata, cometió toda clase de abusos,

sin hacer caso del amparo que les concedió el virrey Luis de Velasco a los indios, y porque

nadie le dio seguimiento alguno a lo recomendado por la autoridad.

En la década de 1560 a 1570, la zona de Tlalpujahua se transformó rápidamente; llegaron

personas que realizaron diferentes actividades: mineros, comerciantes, empleados,

desempleados, aventureros y mendigos. De la noche a la mañana ya había alcalde y señor cura.

Respecto de la población española en el real de Tlalpujahua, y para determinar la importancia

del sitio, en 1570 se integró una comunidad de cien peninsulares, mucho mayor que en

Valladolid o en Pátzcuaro, que contaban con treinta o cuarenta españoles.18

El obispo don Vasco de Quiroga nombró a Alonso Espino cura del pueblo de Tlalpujahua.

Así empezó la obra evangelizadora en este real. Entonces se dejó sentir la relevancia del clero

diocesano sobre las órdenes monásticas que llegaron más tarde.

Tlalpujahua era el Real de Minas más importante de la región; sin embargo, al finalizar el

siglo XVI, la población de españoles y de indios empezó a disminuir debido al sistema de

congregaciones de indios que el nuevo virrey, don Gaspar de Zúñiga y Acevedo trajo como el

asunto más importante de su gestión virreinal.

Las congregaciones para los reales de minas tenían instrucciones precisas en las que se

tenían que tener en cuenta varios intereses como eran: evangelización, urbanización, control,

mayor producción minera y cese al repartimiento.19

Otro motivo por el que la bonanza del real empezó a decaer fue el hallazgo de nuevos

yacimientos mineros. Ya para 1603, la población, que en años anteriores llegó a tener 1000

18
Carlos Herrejón Pereda, op.cit. , p. 36.
19
El repartimiento era un sistema de trabajo en el cual, se tomaba determinada cantidad de indios de diferentes
pueblos para que fueran a trabajar a las minas, construcción de ciudades, canales. El repavimento conllevaba para
el indígena penosas jornadas de viaje. De ahí que el virrey contemplara en la congregación un remedio para la
explotación del indígena, en Carlos Herrejón , op. cit., p.40.

21
habitantes, sólo alcanzaba los 740, debido a que muchos de ellos se habían trasladado a

Angangueo, donde se acababan de descubrir nuevos depósitos de oro y plata.20

Ramón López Lara, en su nota preliminar al manuscrito del obispo de Michoacán, fray

Francisco de Ribera, El obispado de Michoacán en el siglo XVII, afirma sobre el clero

diocesano:

Administran este beneficio clérigos, tiene el cura salario de trescientos cincuenta pesos
que pagan en mandamiento y provisión Real, los mineros por repartimiento que hacen el alcalde mayor
y diputados y aunque administra pueblos de indios que son de su majestad y encomenderos, ninguno
paga nada al cura.21

El obispo Covarrubias, en su crónica de 1619, escribe sobre la importancia del Real de

Tlalpujahua:

Las minas de Tlalpujagua es una población de españoles. Tiene esta población más de cuarenta
españoles que tienen sus casas en las cuestas y quebradas de esas lomas. Hay beneficiado
clérigo y lo es el Br. Joseph de la Cerda, criollo de esta ciudad, graduado en artes y teología,
buen predicador de españoles, hombre virtuoso. Tiene por sujetos dos barrios de indios
otomíes, que serán más de doscientos. Caen en esta doctrina algunas labores de trigos y
ganados de cerdos y en ella algunos vecinos y treinta indios y negros casados y solteros y habrá
otros treinta negros en las distintas minas, esclavos de los mineros.22

En su crónica de 1649 sobre el obispado de Michoacán, Francisco Arnoldo Yssasi nos


dice de Tlalpujahua:

Real de Minas de Tlalpujagua, su temple es muy frío. En una cañada cercada de cerros que
parten términos entre Michoacán y el arzobispado de México, es el pueblo de cuarenta vecinos
españoles y mas de mil personas entre indios, mulatos, mestizos, y negros; dista de Valladolid
veinte leguas y de México veinticuatro.23

20
Ibid., p.47.
21
Ramón López Lara, El Obispado de Michoacán en el siglo XVII, nota preeliminar, Morelia, México, Fimax
Publicistas, 1973, p. 17.
22
Alberto Carrillo Cazares, Partidos y padrones del obispado de Miichoacán 1680 1685, México, El Colegio de
Michoacán y Gobierno del Estado de Michoacán, 1996, p. 257.
23
Francisco Arnoldo Ysassy, Demarcación y descripción de el obispado de Michoacán y fundación de su iglesia
catedral, 1649, México, Biblioteca Americana, Vol.1, No. 1, Sep. 1982.

22
En esta época de bonanza minera, era costumbre que las principales haciendas tuvieran

su capilla particular. Tlalpujahua no fue la excepción: cuatro de sus haciendas contaban con un

lugar destinado para los oficios religiosos. Estas haciendas eran la del Monte, la de Tomás de

Tosantos, la de Esteban de la Fuente y la de Juan Castellanos Galindo.24 En las capillas de las

tres primeras, sólo se celebraba misa el día de la respectiva fiesta del santo al que estaba

dedicada la capilla, mientras que en la última se celebraba diariamente. En varios escritos de la

época, se alude a las haciendas que había en el Real de Minas de Tlalpujahua durante el siglo

XVII. Nuevamente, cito a Ramón López Lara, sobre el manuscrito del obispo Francisco

Ribera:

Haciendas: la de Tomás de Tosantos Corral, la de Francisco Mendiola, la del Monte de Ana


Mendiola, la del Br. Juan Martínez de Argueta, la de Gaspar de Magallanes Lobato, la de
Esteban de la Fuente y la de Juan Castellanos Galindo.
Capillas: La Hacienda de Juan Castellanos Galindo tiene capilla donde se dice misa con
licencias que ha tenido de los señores obispos. Las haciendas del Monte y la de Tomás de
Tosantos y la hacienda de Esteban de la Fuente tienen capillas de indios donde se celebran
sus fiestas y se les administran los sacramentos sin que en otra ocasión se diga misa allá.25

Es posible que en la hacienda de Juan Castellanos Galindo haya estado la primera

capilla de Nuestra Señora del Carmen, pues un siglo más tarde, la tradición oral aseguraba que

alrededor del sitio donde se hallaba ubicada la capilla, hubo antiguamente una hacienda de

beneficio para extraer plata. Yo sugiero que en uno de los muros de este templo es donde

estaba pintada, originalmente, la imagen objeto de mi tema de estudio, porque la capilla se

llamaba del Carmen y estaba ubicada en el sitio en que el padre Valleza encontró la capilla

que él reconstruyó en 1730. El dueño edificó una pequeña iglesia inmediata a la hacienda para

que en ella, por distante de la cabecera, se celebrara el Santo Sacrificio de la Misa.26

24
Carlos Herrejón Pereda, op. cit., p. 46.
25
López Lara, op. cit., pp. 46, 47.
26
Miguel Madrigal, Datos históricos de la devota imagen de María Santísima del Carmen que se venera en
Tlalpujahua, México, Jus, 1976, p. 21.

23
Francisco Arnaldo Ysassi también escribe sobre la importancia que tenían las haciendas

en el Real de Tlalpujahua:

Hay pocos mineros y así no hay más de cinco haciendas aviadas. Tiene su parroquia buena
y clérigo a quien dan los mineros trescientos cincuenta pesos de salario cada año y sus obensiones
que son muchas porque se le agregan cuatro pueblos mazahuas y mexicanos que distan una legua
de la cabecera con las haciendas, de Tepetongo y Tepuxtepec que son quince, donde se coge
mucho trigo, maíz y ganado y otras semillas y distan de cuatro a cinco millas de la cabecera.
Tiene en lo secular Alcalde mayor que lo es de toda la comarca que llega a Sinapecuaro a siete
leguas de Valladolid. En la falda de la sierra donde están las minas es el puerto en que se registra
todo el ganado, mulas y caballos que vienen de la provincia de Michoacán a México.27

Siglo de Oro de Tlalpujahua

Tres fueron las épocas de bonanza en el Real de Minas de Tlalpujahua: la primera, en la

centuria del XVI, de 1560 a 1580; la segunda, en el XVIII, en los años de 1735, 1747 y 1775,

y la tercera, en el último año del siglo XIX y los inicios del XX.

Los años de 1735, 1747 y 1775 fueron culminantes en la actividad minera en el Real de

Minas de Tlalpujahua; por eso los habitantes de la región lo llaman "el siglo de Oro".28 Ya para

entonces las técnicas de extracción de metales se habían perfeccionado en la Nueva España: el

uso de la pólvora y los malacates permitían acceder a profundidades inimaginables en años

anteriores; los tiros y los pasillos eran cavados con maestría y rapidez.

En la primera mitad del siglo XVIII, hubo un verdadero auge minero en la zona; por

ejemplo, en 1773 los dueños de la mina Santa Ana la consideraban la más rica de su tiempo en

oro y plata. El propietario de la mina Corona la llamaba “veta madre” y le suministraba el

surtido de metales de azogue que produciría metales de “rica ley”.29 La población iba en

aumento: Tlalpujahua contaba con alrededor de 5000 habitantes. Debido al éxito en la

producción de los minerales, el comercio florecía y circulaba mucho dinero en la localidad.

27
Francisco Arnaldo Ysassi, op.cit., p. 12.
28
Carlos Herrejón, op. cit., p. 26.
29
Ibid, p. 65.

24
José de la Borda, un minero empeñoso y austero, llegó a Tlalpujahua en pleno auge de

la extracción minera; se estableció en el real desde 1742, aunque sus años más prósperos

fueron los que van de 1744 a 1747. Se le ha atribuido una serie de leyendas a este personaje:

desde nombrarlo el Fénix de los mineros de América por los destacados reveses y notables

resurgimientos de su fabulosa fortuna, hasta calificarlo como hombre cruel y sin escrúpulos. Lo

que sí se ha podido comprobar es que estuvo asociado en un principio con Manuel de Aldaco,

famoso minero emparentado con la familia Fagoaga, la más rica de la Nueva España, al que

pidió un préstamo de 80 000 pesos para iniciar sus labores de explotación de las minas.30 De la

Borda le pagó su deuda a Aldaco gracias a las enormes ganancias que obtuvo en Tlalpujahua

durante la década de 1740 a 1750. Sin embargo, no le pudo pagar de la misma manera años

más tarde, en 1766, cuando fracasó en su intento de desaguar la mina de la Canal, en

Zacualpan. Asimismo, la construcción de la iglesia de Santa Prisca, en Taxco, le había costado

a Borda casi medio millón de pesos que no pudo pagar, y quedó endeudado con Aldaco por

$ l02, 000.00.31

Lo más probable es que la forma de pago a los trabajadores de las minas durante la

época de De la Borda haya sido por medio de salarios, y ya no el trabajo forzado de los indios.

Pero lo que sí se puede comprobar, gracias a la investigación de David Brading, es que De la

Borda pagó menos a sus trabajadores respecto de lo que usualmente se acostumbraba: mientras

que en Zacatecas o en Catorce se le daba al trabajador la cuarta parte de lo que extraía, en

Tlalpujahua De la Borda sólo daba la doceava parte.32

El éxito de este minero no tuvo precedentes: consiguió la extracción de minerales con

un valor de 33 millones de pesos en treinta y dos años de labores (de 1728 a 1760), durante su

30
José Antonio Xímenez y Frias, El Fénix de los Mineros Ricos de la América, México, 1779 en Juan B. Iguiniz,,
Bibliografía biográfica mexicana, México, UNAM, IIH, 1969, p. 129.
31
David A. Brading, op. cit., p. 270.
32
Ibid. p. 201.

25
estadía en Nueva España, donde murió en 1778.33 José de la Borda fue considerado por el

virrey Marqués de Croix

el minero más inteligente que en este reino se conoce en minas y en la maquinaria para su
excavación y desagües… aprenderán de él los otros mineros de tierra adentro el manejo de sus
máquinas exteriores y el modo de desaguar y habilitar las muchas ricas minas.34

Fig.1.1 Iglesia de Santa Prisca que José de la Borda mandó construir en Taxco.
Fotografía María Méndez, febrero 2007.

De la Borda dejó Tlalpujahua definitivamente en 1749 y volvió a Taxco. (Fig.1.1)

¿Cuáles fueron sus motivos? No se conocen a ciencia cierta, pero existe la conseja popular de

que lo hizo debido a la indignación del pueblo, que lo quería obligar a firmar un compromiso

para construir el nuevo templo parroquial, pues, además, De la Borda había expresado

libremente su deseo de hacerlo. Lo importante es que se fue para no volver, y el pueblo solo

comenzó la construcción del templo con la ayuda de Felipe Neri Valleza, que exhortaba a sus

feligreses a dar donativos generosos para terminar la iglesia, que sería el logro de toda la

población de Tlalpujahua.

33
Elisa Vargas Lugo, Iglesia de Santa Prisca en Taxco, México, UNAM, 1974, p. 23.
34
AGI, México, 2235, real orden, 12 de mayo 1767, en David A. Brading, op.cit. p. 271.

26
El doctor Felipe Neri Valleza y Nuñez, abogado de la Real Audiencia de Nueva

España, comisario del Santo Oficio de la Inquisición y, sobre todo, recién nombrado cura y

juez eclesiástico de Tlapujahua, llegó a este lugar en 1730 e inmediatamente se dedicó a

reformar y a construir. El pueblo se le entregó por completo y juntos pudieron realizar la obra

del nuevo templo parroquial, que quedó terminado en 1770, dedicado a San Pedro y a San

Pablo.35 (Fig. 1.2)

Fig.1.2 Fachada de la parroquia de Tlalpujahua, Michoacán,


donde se encuentra la Virgen del Carmen en el altar mayor.
Foto Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

El cura Valleza emprendió reformas de todo tipo, tanto constructivas como económicas y

morales, y en este rubro puso primordial hincapié en la instrucción de sus feligreses. Trató de

una forma muy enérgica el problema del alcoholismo en la región. Fundó escuelas en la sede y

en los pueblos, y siguió manteniendo un hospital para indios que había sido construido desde el

siglo XVII.36 Es muy importante mencionar que durante las visitas que realizó Valleza a las

capillas que estaban en los alrededores de Tlalpujahua encontró una pequeña dedicada a la

Virgen del Carmen y por declaraciones orales de los pobladores del barrio del Carmen tuvo

35
Carlos Herrejón, op.cit., p.70.
36
Ibid. p. 77.

27
noticia de una capilla dedicada a esa advocación de María a la que le rendían culto desde el

siglo XVII; desgraciadamente estaba en muy mal estado. No se sabe el año de construcción de

esta primera ermita porque sólo fueron testigos que rindieron su declaración en forma oral; el

cura tomó nota de ello y los informes fueron mandados al canónigo de la Catedral de

Valladolid.37 Al ver la devoción de los feligreses por esa Virgen, el sacerdote Valleza decidió

reconstruirla. 38

Desafortunadamente, durante los años de 1734 y 1735, se sucedió una serie de

temblores en la zona, que ocasionaron desgracias personales y derrumbes en las minas. Para la

segunda mitad del siglo XVIII, la actividad minera empezó a decaer en Tlalpujahua. Esta

situación era común en otras poblaciones mineras de la Nueva España entre los años 1761 y

1764, y se hizo más aguda en Tlalpujahua debido a las continuas lluvias y a la dificultad que se

tenía para desaguar las minas. Estos problemas se recrudecieron por la falta de azogue,

resultado de la Guerra de Siete Años:39 los reales de minas en de la Nueva España dependían

en su totalidad del azogue que llegaba de la metrópoli. Las embarcaciones españolas

interrumpieron sus viajes periódicos a América durante la guerra y se suspendió el envío de

azogue. Esta situación persistió hasta un año después de haber terminado la guerra. Humboldt,

en su ensayo político, escribió que…

La carencia de Azogue persistió un año después de haber terminado la guerra. Esta


situación provocó graves pérdidas al comercio porque no habiendo en sus almacenes
azogue suficiente para proveer a las casa minerales, se exponían aquellas provincias a no
poder beneficiar la plata y consiguientemente a que se careciese de los tesoros que se
producen.40

37
Miguel Madrigal, op. cit. p. 25.
38
Idem.
39
La guerra de los siete años fue un conflicto europeo entre 1756 a 1763 que enfrentó a Gran Bretaña y Prusia
contra España, Francia, Austria y Rusia. La causa de esta guerra fue por la supremacía colonial en América del
Norte e India. España salió muy afectada, en D.A. Brading, op.cit., p. 456.
40
Alejandro de Humboldt, op. cit., 394.

28
Desesperadas por la crisis en la industria minera durante el decenio de 1760 a 1770,41

las autoridades del virreinato llevaron a cabo diligencias para reemprender las labores en las

minas abandonadas. Para finales del siglo, se contaba ya con nuevas instituciones mineras: el

Tribunal de Minería, el Banco de Avíos, las nuevas Ordenanzas y el Real Seminario de

Minería.

El año de 1771 fue funesto para Tlalpujahua porque moría el padre Felipe Valleza y

Núñez, hombre de carácter resuelto, constructor, reformador y pastor solícito. Durante la

década de los años setenta, hubo otros movimientos que afectaron a la Nueva España, y

particularmente a Tlalpujahua: el obispo de Michoacán, Pedro Anselmo Sánchez de Tagle,

dejó su puesto; se estrenaba el nuevo virrey, Antonio María Bucareli, y reinaba en España

Carlos III.

Un hecho fundamental ocurrido en 1787 fue el descubrimiento de las minas del Real del

Oro, muy cerca de Tlalpujahua. Con ello se sucedió una serie de intrigas, envidias y

diferencias, sobre todo porque este nuevo real no estaba dentro de los límites de Michoacán,

sino exactamente en los límites de las intendencias de Valladolid y la intendencia de México,

creadas precisamente en el año en que fue descubierto el nuevo mineral. Los mineros de

Tlalpujahua se creían los legítimos propietarios de este mineral. El intendente de México no lo

aceptó porque este territorio ya se encontraba dentro de su jurisdicción.42

Otro motivo que contribuyó enormemente a las desavenencias entre los habitantes de

Tlalpujahua y el Oro fue la presencia de un minero llamado Andrés Francisco de Arciniega,

quien con astucia se proclamó legítimo descubridor del mineral del oro. Este minero comenzó

a beneficiarse de los productos minerales desde 1788, y no hizo el denuncio correspondiente

41
David A. Brading, op.cit. p. 223.
42
Ana Meléndez Crespo, El Mapa Plano del Real del Oro de Manuel Agustín Mascaró, una interpretación
histórico-estética (1788-1803), Tesina de especialización en Historia del Arte, México, UNAM, 2004, p. 34.

29
hasta 1792,43 cuando ya era diputado de la minería por el Real de Tlalpujahua y solicitó una

acreditación al cura Juan Justo de los Ríos de esta manera:

Don Andrés Francisco de Arciniega, diputado de esta Minería y descubridor del nuevo Real del
Oro, comprendido en esta diputación….que esta vuestra merced más que medianamente
instruido en los principios de su establecimiento y del estado presente en que se halla, pues
conoce a todos sus moradores, se ha de servir su integridad mandar se me de una certificación
formal.44

Pese a que Arciniega se autonombraba el descubridor de El Oro, el fiscal de

Tlalpujahua, Juan Eugenio Santielices Pablo, le envió un informe al virrey Revillagigedo,

donde le decía que el verdadero descubridor de la vetas había sido un ranchero pobre de la

hacienda de Tultenango, llamado Antonio Bernal, y que éste le mostró el lugar a Arziniega,

quien trabajaba como curtidor en Jilotepec. Específicamente le decía al virrey que el mineral de

El Oro era de origen prehispánico: “se explotaba desde antes de la conquista para pagar

tributos en bolas de oro a los emperadores indios en el pueblo de Jocotitlán”.45

Se presentaron problemas de todo tipo entre las autoridades de Tlalpujahua y las de

Ixtlahuaca (adonde estaba adscrito El Oro), al que se le dio inmediatamente rango municipal,

sobre todo cuando en 1794 se le concedió una diputación minera.

Las autoridades españolas se percataron de que en sus colonias existía, desde mediados

del siglo XVIII, un grupo de gente ilustrada (los criollos) que había formado una aristocracia

local y que cuestionaba la forma de gobernar. Muchas de las leyes eran ya obsoletas, y los

gastos de España en lujos, en prestigio y, sobre todo, en guerras, eran pagados por las colonias

americanas. Sin embargo, el rey Carlos IV no lo quería admitir y emprendió una serie de

reformas para que las colonias le rindieran más beneficios. Éstas son sólo algunas de las causas

que dieron origen al movimiento de independencia.

43
Ibid. p. 42.
44
AGN, Minería 14, exp. 3, f. s/n, 20 de octubre 1792, Poder que otorgó Juan Justo de los Ríos a Francisco de
Arciniega.
45
AGN, Minería, 130, exp. 10, fjs. 100-108, 11 de junio de 1793, Informe del Fiscal de Tlalpujahua Juan
Eugenio Santielices Pablo al virrey Revillagigedo sobre el Real del Oro.

30
La minería en Tlalpujahua durante la Independencia de México

A principios del siglo XIX, Tlalpujahua era el centro administrativo de la región. Las oficinas

de gobierno y la recaudación de los impuestos que exigía la corona por el mineral extraído se

ubicaban en esta población, así como el núcleo donde germinaron las ideas de independencia.

Al igual que se veía al español rico, dueño de las minas, se observaba un cinturón de miseria,

de mendigos y aventureros fracasados que merodeaban por la ciudad.

Los contrastes étnicos, la educación recibida en la casa, así como la instrucción

académica de la familia López Rayón, hicieron que ésta fuera nido de las ideas libertarias. La

familia gozaba de las tres economías más importantes de la región: eran comerciantes, mineros

y terratenientes. No obstante, a pesar de toda su opulencia económica, eran sensibles a los

problemas que aquejaban a la población.46

La familia López Rayón trabajó en pro de la independencia de México, en especial don

Ignacio, con su preparación y visión legalista. Fue importante también el talento militar de su

hermano, don Ramón, quien logró contener a los realistas en la zona de Tlalpujahua.47 (Fig.

1.3)

46
Ignacio López Rayón fue secretario del cura Hidalgo; le sucedió en la jefatura de la lucha independentista. Fue
detenido y condenado a muerte, aunque le fue conmutada la pena en el indulto fechado el 15 de noviembre de
1820. Vicente Riva Palacio, et al., México a través de los siglos, Tomo III, México, Compañía General de
Ediciones, 1967, p. 388.
47
La guerra de independencia fue una lucha armada que duró desde 1810 hasta 1821. Trajo consigo la liberación
del yugo español y el hecho de que México lograra ser nación independiente en Vicente Riva Palacio, op.cit. p.
10.

31
Fig.1.3 Museo Hermanos López Rayón. Este museo tiene en su acervo documentos,
fotografía y pintura de la historia del pueblo en general, tanto religiosa como política.
Fotografía Enrique Mondragón, febrero 2007.

Durante la guerra de independencia, la industria minera quedó prácticamente

paralizada; se retiraron los grandes capitales; las familias Fagoaga y Bassoco, muy

acaudaladas, huyeron a Europa y dejaron en sus ricas minas a parientes lejanos para que las

administraran.48 La carencia de azogue, la falta de mano de obra y la interrupción de las vías de

comunicación hicieron que las minas dejaran de ser explotadas, lo que dio como resultado la

inevitable inundación.

Después de la independencia, Tlalpujahua quedó deshecha: sus casas, destruidas, y la

mayor parte de sus minas, abandonadas. La consecuencia fue la inundación de las minas, lo

que dio un mal augurio en la zona, aunque poco a poco se fue restableciendo el orden en la

región.

No había capital para reavivar la actividad minera ni, sobre todo, para desaguar los

yacimientos minerales, ya que esto tenía un altísimo costo; sin embargo, Tlalpujahua se

convirtió de nuevo en un punto importante en la historia económica del país. Este real de minas

era conocido internacionalmente y los ingleses estaban interesados en explotarlo.

48
Enrique Canudas, Las venas de plata en la historia de México: síntesis de historia económica, siglo XIX,
México, Universidad Autónoma de Tabasco, 2005, p. 267.

32
El ser reconocido a nivel mundial como un país independiente, le permitía a México

―libre ya de las ataduras con España― hacer tratados económicos y políticos con cualquier

país. En 1822, la Junta Provisional expidió un decreto en que se señalaba la necesidad urgente

de proveer a la minería de todos los medios disponibles para contribuir a su prosperidad.49

En 1824, el político Mariano Michelena, quien había sido uno de los conspiradores de

Valladolid, era ministro plenipotenciario de México en Europa y, debido a una serie de

arreglos internacionales, Inglaterra invertiría capital y tecnología para explotar minas de

México. A manera de intercambio, este país reconocería la independencia de México. Se logró

que empresarios ingleses vinieran con capital a reanudar la explotación de minas mexicanas,

particularmente las de Tlalpujahua en las que Mariano Michelena tenía su capital invertido.

Este año, se expidió un decreto en el cual Juan Francisco Azcárate y Pedro Romero de Terreros

quedaron en libertad de disponer como mejor les pareciera de sus minas, que alquilaron a la

Compañía Británica de Real del Monte.50

Las minas de Tlalpujahua pertenecían a ese contrato.51 De tal modo, los ingleses

llegaron a México para explotar las minas de Real del Monte y de Tlalpujahua. (Fig. 1. 4)

49
Ibid. p. 13
50
Raquel Ofelia Barceló Quintal, Muriendo en tierra extraña, los mineros de Cornich en Real del Monte,
Hidalgo, México, 1822-1900, México, Universidad de Hidalgo, 1980, p. 164.
51
Ordenanzas de minería otorgadas por el rey Carlos seguidas de la legislación minera vigente hasta 1864, en
Raquel Ofelia Barceló Quintal, op. cit. p. 11.

33
Fig. 1.4 Litografía de Tlalpujahua realizada por manos inglesas en su estadía en nuestro país, en 1827, en
Elizabeth Ward, Six Views of the most important towns and mining districts upon the table land of México, 1829.

Operarios ingleses trajeron instrumental y maquinaria minera a Tlalpujahua en 1825.

Vicente Rivafinoli fue el encargado de la explotación de los yacimientos minerales. Este

hombre no tenía experiencia en minas; no escuchó consejos de expertos del lugar, como José

Burkart, e inició su trabajo en nuevas zonas y no en minas ya conocidas. Al poco tiempo, tras

una búsqueda errónea, los ingleses obtuvieron muy pocos resultados; se dieron por vencidos y

para 1828 se suprimió la compañía inglesa de Tlalpujahua. La empresa fracasó totalmente y los

ingleses sólo estuvieron en Tlalpujahua y Real del Monte por tres años: de 1825 a 1828.52

En las Leyes Constitucionales de 1836, México quedó dividido en departamentos

dependientes del gobierno central, los cuales se subdividían en distritos, y éstos, a su vez, en

partidos. Tlalpujahua era cabecera de uno de los partidos del Departamento de Oriente.53

52
Ibid, p. 206.
53
Edmundo O’Gorman, Historia de las divisiones territoriales de México, México, Porrúa, 1973,
p. 166.

34
La compañía Restauradora de Tlalpujahua declaró nuevamente las principales vetas de

Tlalpujahua en 1853. Esta compañía se llamó en un principio Restauradora del Oro y de

Tlalpujahua, pero el nombre fue cambiado a causa del fracaso que tuvieron en la población del

Oro.54

Desgraciadamente, se interrumpió el trabajo de las minas porque la empresa cambió de

giro y la maquinaria fue hipotecada y más tarde rematada por una cantidad muy inferior a lo

que había costado. Algunas piezas de la maquinaria, las de menor importancia, quedaron en

total abandono.

El principal problema en la historia de las minas de Tlalpujahua eran las inundaciones.

Debido a la gran precipitación pluvial, las minas padecían continuamente, y más aún cuando

quedaban abandonadas, pues el desaguarlas era un gran reto. No obstante, a lo largo del siglo

XIX, la minería en general tuvo nuevos momentos de bonanza, a causa de los avances de la

ciencia respecto de las aplicaciones de la mecánica, que formalmente aparecieron en

Tlalpujahua a finales de 1880.55

La mina Dos Estrellas

La tercera etapa del auge minero en Tlalpujahua se inició al finalizar el siglo XIX. Fue tal el

éxito, que eclipsó glorias pasadas. El periodo de bonanza tuvo una duración aproximada de

veinte años.

Francisco Fournier, un francés que vivía en Tlalpujahua durante la última década del

siglo XIX, estudió las vetas del mineral del oro cuidadosamente; observó con intuición y

conocimiento la parte que no había sido explorada del cerro La Somera;56 realizó estudios de la

forma del terreno y encontró fragmentos de cuarzo que contenían oro y plata. Ignacio Ramírez,

54
Carlos Herrejón op.cit. p. 189.
55
Idem.
56
La Somera es un cerro que forma parte del sistema volcánico transversal que atraviesa por el lado poniente la
población de Tlalpujahua, en Ana Meléndez Crespo, op.cit., p. 36.

35
un habitante de la región que conocía el terreno, condujo a Fournier a donde se encontraban

yacimientos más importantes que los que el francés había encontrado.57 El visionario

extranjero siguió las indicaciones de Ignacio Ramírez y con las sospechas que él ya tenía, se

dio cuenta de que la formación geológica era casi idéntica a la del Oro; las paredes eran de un

color azulado con oro y destellos de plata. Fournier se trasladó directamente a México y

anunció el descubrimiento de la mina el 2 de abril de 1899.58

Fig.!5 La foto muestra el cerro la Somera y el molino de la mina Dos Estrellas,. Museo Tecnológico dos Estrellas.

El francés invitó a otros socios capitalistas a que invirtieran en la mina. El acta constitutiva

de la Compañía minera Dos Estrellas comenzó sus actividades con un capital inicial de

$ 300,000.00 en moneda mexicana.

57
Francisco Fournier le asignó cinco acciones de la empresa Dos Estrellas a Ignacio Ramírez, las cuales vendió
rápidamente, en Carlos Herrejón, op.cit..., p. 145.
58
José G. Rueda y Álvarez, Tlalpujahua, Michoacán, un pueblo extraordinario. Ensayo político y social, Cd.
.Hidalgo, Impresos comerciales Fuentes, 1979, p. 48.

36
Cada acción tenía un valor de cien pesos. José Luis Requena fue nombrado presidente de la

compañía; Francisco Fournier, vicepresidente y principal accionista; y los vocales Guillermo

Broockman, José Antonio Pliego y Guillermo de Landa y Escandón (Fig. 1.5).

Fig.1.5 Mina Dos Estrellas. En el dintel de la entrada se encuentra la placa


conmemorativa de la inauguración de la mina en 1899.
Fotografía Enrique Mondragón, febrero 2007.

Desde el inicio de sus actividades, la compañía Dos Estrellas fue de las más redituables

en su ramo. Los metales preciosos que se extrajeron de ella eran de muy buena ley: tres kilos

de oro y setenta de plata por tonelada.59

La mina empezó a dar utilidades a sus dueños desde los primeros años de explotación, y

su fama llegó hasta el presidente Porfirio Díaz, quien se mostró interesado en conocerla (Fig.

1.6). El mandatario realizó la visita el tres de abril de 1909, en el momento de mayor

productividad. El presidente inauguró la línea eléctrica Necaxa Tlalpujahua. Las acciones de

la mina Dos Estrellas incrementaron su precio rápidamente: en los mercados europeos, de valer

cien pesos en el año de 1900, subieron a $ 10.000.00 c/u para 1907.60

59
Ibid., p. 50.
60
Carlos Herrejón, op. cit., p. 140.

37
Fig.1.7 Don Porfirio Díaz en Dos Estrellas. La pareja presidencial se encuentra al centro y Francisco Fournier y
su esposa en el extremo izquierdo. Esta fotografía esta expuesta en el Museo Tecnológico Dos Estrellas.

La mina Dos Estrellas tenía una gran infraestructura en 1908. Las excavaciones

rebasaban una profundidad de dos kilómetros. Había dos túneles principales que corrían

paralelos, y diversas bifurcaciones partían de ellos. El socavón medía más de 800 metros de

largo. Las vetas por debajo de los túneles no eran explotadas todavía; las de arriba se hallaban

en su momento máximo de bonanza. Las principales eran El Salto, veta Nueva y veta Verde.61

La Nueva se mostró excepcionalmente rica en calidad, y la Verde, en magnitud. La

mina Dos Estrellas contaba con toda clase de servicios: capilla, hotel, restaurante, oficina de

correos y telégrafos, escuelas, hospital, botica, locomotora eléctrica, banda de música.

Los empresarios construyeron una verdadera ciudad subterránea. Más de cien túneles

en diferentes niveles se comunicaban entre sí. Se necesitó un molino y una planta de cianuro de

potasio con capacidad para beneficiar 200 toneladas diarias, que en poco tiempo ya no era

suficiente. Se construyó otro molino rápidamente, con el que ya se podían beneficiar mil

toneladas al día. Otros ocho molinos más fueron necesarios para el beneficio de los metales.

61
Carlos Herrejón, op. cit., p. 145.

38
La mina Dos Estrellas tenía una nómina de más de 5000 hombres en 1909. (Fig. 1.7)

Toda la labor se hacía con calidad, y los lugares de trabajo recibían mantenimiento constante.

Los obreros contaban con talleres de mecánica, eléctrico, carpintería, fraguas y fundición. No

se tenía la maquinaria más moderna, pero la existente se conservaba en óptimas condiciones.62

Fig.1.7. El trabajador se encuentra parado a espaldas de la entrada al socavón de la mina.


Museo Tecnológico Dos Estrellas.

Los mejores años de la mina Dos Estrellas fueron cinco: de 1908 a 1913. Sus máximos

resultados alcanzaron una producción de 50,500 toneladas beneficiadas; oro y plata con un

valor de $ 10, 922, 132 pesos, y gastos por $ 4, 662, 185 de pesos63 en 1912.

Francisco Fournier dejó la administración de la mina en manos de José Luís Requena y

se fue a vivir a Europa en 1915. Este empresario extranjero no hizo obra alguna que beneficiara

a la población de Tlalpujahua. El pueblo, sin su ayuda, redecoró el templo parroquial durante

los mejores años de Dos Estrellas.

62
Ibid., p. 153.
63
Durante los años de la Revolución Mexicana, en especial 1914, las tropas carrancistas pasaron cerca de Dos
Estrellas, pero no entraron; sólo pidieron aprovisionamiento. Tlalpujahua no padeció tan duramente la revolución
cruenta, pero los efectos de la guerra se hicieron sentir con mayor fuerza, en Carlos Herrejón, op.cit., p. 200.

39
Al estallar la Revolución Mexicana, los inversionistas de Dos Estrellas temían que la

mina dejara de producir y con ello que las inundaciones no les permitieran seguir extrayendo

los metales, sobre todo porque la mina estaba trabajando a su máxima capacidad; sin embargo,

eso no ocurrió y se pudo seguir laborando normalmente.

La Revolución armada tuvo graves secuelas en la economía nacional. Una de ellas fue

la interrupción de las comunicaciones, que eran tan necesarias para la industria minera. No

obstante, la mina Dos Estrellas logró, con el ingenio y la previsión de su gente, que se

aprovechara el tiempo en hacer obras mayores que no necesitaban la normalización de las

comunicaciones: un puente colgante y un largo tiro. La ausencia de moneda circulante y la

garantía de sus ricas vetas permitieron que Dos Estrellas imprimiera sus propios billetes.

El trabajo para los mineros no faltaba en Dos Estrellas. La mina le daba empleo a casi

tres mil personas, entre obreros y personal administrativo (Fig.1.8) en 1923. La producción

decreció en su vecino y rival de El Oro en 1926, y la mina Dos estrellas sufrió un descenso

relativo a la disminución en la ley de oro de los minerales, las vetas estaban sobreexplotadas y

en su afán de buscar otras mejores, los mineros se arriesgaban sin equipo adecuado, esto

ocasionó que los accidentes aumentaran. En 1927 se registraron 1,263 con un saldo de seis

muertos por accidente. La empresa decidió compensar la baja calidad de oro con aumentar el

tonelaje tratado y así obtener las mismas ganancias. 64

64
Ibid. , p. 150.

40
Fig.1.8. Empleados de la mina Dos Estrellas.
Fototeca Nacional Pachuca, Hidalgo, fecha de toma 24-05-37., inventario 464062.

La mina Dos Estrellas no era la única que se explotaba en esos años, pero sí la más

productiva. Otras, con menores ganancias, eran la Borda Antigua, Tesoro de Borda,

Maravillas, Azteca y Requena. Ninguna de ellas se acercaba siquiera a los resultados de Dos

Estrellas porque seguían con el eterno problema del desagüe y los altos costos de producción.

Es necesario señalar que mientras Dos Estrellas seguía obteniendo ganancias

significativas, las otras minas estaban casi muertas, lo que se debía a la buena administración

de la empresa: bajos salarios y, a cambio de ello, buenas prestaciones, como botica, enfermería,

escuela, despensa, tienda, deporte. (Fig.1.9)

Los accionistas, para mantener las ganancias esperadas, tenían que beneficiar grandes

cantidades de mineral, y así obtener una producción considerable. El promedio que se requería

para que Dos Estrellas siguiera siendo redituable era de 17.5 gramos de oro y 100 gramos de

plata por tonelada, y el material precioso que ellos llamaban de exportación debía tener dos

kilogramos de plata por tonelada.65

65
Gustavo Bernal, Tragedia en Tlalpujahua, los jales, México, inédito, Museo Tecnológico Dos Estrellas, p. 32.

41
Esta situación no agradaba a la empresa porque las presiones de carácter laboral se

hacían insostenibles.

Fig.1.9 Los trabajadores recibiendo despensa.


Fototeca Nacional, Pachuca, Hidalgo, fecha de toma 24-05-37, inventario 464061.

La mina Dos Estrellas se encontró en estas condiciones hasta el 27 de mayo de 1937,

cuando ocurrió en Tlalpujahua ―así lo llama su gente― el desastre mayor de su historia.66 A

lo largo de siglos de estar excavando los cerros para extraer el mineral de la zona, se habían

acumulado millones de toneladas de lamas en la cañada de la Sangría, pero en 1937 había

llovido copiosamente y los depósitos ya no lograron contenerse: se precipitaron sobre los

barrios de El Carmen y La Cuadrilla; una mole de 35 metros de altura, de más de diez

hectáreas y con un volumen mayor a cuatro millones de toneladas, sepultó una tercera parte de

la población y a varios edificios de la mina. Los muertos ascendieron a más de trescientos, y

las pérdidas materiales se estimaron por millones. El golpe para la mina fue tan fuerte, que a

pesar de que se realizaron numerosos esfuerzos, ya no se pudo recuperar totalmente.67 La mina

interrumpió sus actividades por dos meses (junio y julio de 1937) con el resultado esperado de

la inundación de los principales tiros.

66
Carlos Herrejón, op. cit. , p. 157.
67
Ibid., p. 159.

42
Aunado a la catástrofe, al renovarse el contrato de trabajo para 1937, el sindicato

apoyado por el gobierno presentó fuertes demandas a la compañía y los accionistas, temerosos

del régimen socializante de Lázaro Cárdenas, y suficientemente enriquecidos, decidieron

vender la compañía a los trabajadores.68

Fig. 1.10 Vista de la torre de la antigua capilla del Carmen, lo único que quedó en pie además del muro
donde estaba la Virgen. Fotografía Eumelia Hernández, LDOA- IIE. 2009.

68
La compañía, ahora llamada Cooperativa Minera Dos Estrellas, en El Oro Y Tlalpujahua SCL, cerró sus
puertas definitivamente en la década de 1950, en Esperanza Romero, op. cit., p. 124.

43
El traslado de la Virgen

Es en este punto de la historia de Tlalpujahua, año de 1937, donde comienza la revaloración y

la significación de la imagen de la Virgen del Carmen.

La capilla dedicada a la Virgen del Carmen, reconstruida en el siglo XVIII por el padre Felipe

Neri Valleza, estaba ubicada en el barrio que lleva su nombre, durante la catástrofe, el alud de

lodo que sepultó a los barrios del Carmen y la Cuadrilla, así como gran parte de los edificios de

Dos Estrellas, chocó contra la capilla y la deshizo totalmente, pero el muro de adobe donde se

encuentra pintada la imagen de la Virgen se conservó intacto (Fig. 1.10).Así mismo, la torre

campanario construida en tiempos de Valleza se conservó en pie. Esta construcción es

significativa para la historia del arte ya que es propia del siglo XVIII por su forma y los

materiales empleados en ella y ayuda a datar la obra. Consta de un pedestal, un cuerpo y una

linternilla, el cuerpo propio del campanario tiene un pedestal corrido, en el que se pueden

apreciar resaltos y retraimientos, de ahí arranca un arco de medio punto, decorado en el

extradós con formas geométricas. Está flanqueado por pilastras, tras pilastras y contra

pilastras que le dan movimiento a la torre por sus luces y sombras que ostentan un capitel

compuesto. Esta arquitectura se repite en los cuatro lados de la torre. La linternilla presenta

también arcos de medio punto con resaltos y retraimientos en sus cuatro esquinas. La torre esta

hecha de cantera rosa, un material propio de la zona. Cabe mencionar que la pequeña capilla

que el padre Valleza encontró en 1730 y que decidió reconstruir, no tenía torre.69

El hecho de que la imagen y la torre no se dañaran durante la inundación conmovió

profundamente a la población, que lo consideró un milagro. Con grandes trabajos, la gente

transportó la pared de adobe hasta la parroquia del pueblo, donde ocupa el lugar de honor

Miguel Madrigal, op. cit. p.37.

44
según relató en su obra Miguel Madrigal.70 Es preciso señalar que el dato que menciona este

autorde que el soporte de la pintura era adobe, es desacertado. El sostén donde esta contenida

la imagen es un mortero de arcilla, esto está comprobado gracias al análisis del Laboratorio de

Obras de Arte del IIE. El muro es posible que haya sido de adobe, esto no esta comprobado

científicamente porque las muestras fueron estudiadas desde el soporte.71

El muro fue recortado de otro mayor y para que no se desmoronara fue introducido

dentro de un cajón de madera para facilitar su transporte.72 Este dato está equivocado en la obra

de Miguel Madrigal porque el muro fue sellado con cemento y polines de madera.

Desafortunadamente durante setenta años el sellado de cemento no ha permitido que el muro se

seque y esto le ha provocado un enorme deterioro a la pintura. A continuación muestro un

esquema de la manera en que esta soportada la imagen en el altar mayor de la parroquia,

gracias a la inspección de los especialistas del IIE. Sobre el aspecto de su conservación se trata

ampliamente en el tercer capítulo.

70
No duró más de 40 horas el traslado de la imagen. El 28 de Julio de 1937 entraba al atrio parroquial en Miguel
Madrigal, op. cit., 117.
71
Elsa Arroyo, Informe sobre la técnica de manufactura y resultado del análisis de tres muestras de la pintura:
Virgen del Carmen, parroquia de Tlalpujahua, Michoacán, México, UNAM, IIE, 2009.
72
Miguel Madrigal, op. cit. , p 116.

45
Relación entre la mina Dos Estrellas y la Virgen del Carmen

El nombre de la mina Dos Estrellas posiblemente tiene una relación con la devoción a la

Virgen del Carmen de Tlalpujahua por varias razones que aquí expongo.

La primera hipótesis es que, debido a que Francisco Fournier, socio fundador de la

mina, tenía dos hijas que posiblemente para él significaban sus dos estrellas, le nombró a la

mina de esa manera. Probablemente el motivo por el que el dueño de la mina le haya puesto el

nombre de Dos Estrellas haya sido por el poder que él tenía y no por la Virgen del Carmen que

si bien tiene como atributo ser la protectora de los mineros, la imagen no tenía la estima social

que adquirió mas tarde ya que la mina recibió ese nombre en 1899 y la catástrofe que revaloró

la imagen sucedió en 1937.

Otra hipótesis puede ser que el nombre se haya debido a las dos naciones en las que

vivió Fournier a lo largo de su existencia: Francia, porque fue el lugar donde pasó su niñez y

porque las tradiciones y modo de ser franceses las mantuvo durante toda su vida, y que vino a

imponer en el entorno social de Dos Estrellas; y México, la nación donde transcurrieron varios

años de su vida y el país que lo hizo inmensamente rico. Es posible que las dos estrellas hayan

sido las dos naciones mencionadas. Esta es una hipótesis muy cuestionable, pues la mina fue

nombrada así sin que Fournier supiera qué fortuna le depararía esta nueva empresa.

La hipótesis que me parece con un fundamento más sólido, y que a continuación

expreso, es que remite al simbolismo del escudo de la advocación de la Virgen del Carmen. El

emblema del Carmelo ostenta dos estrellas en la ladera de la montaña que simboliza el camino

que deben de ascender los carmelitas para lograr la perfección.73 Probablemente, el minero

haya observado las dos estrellas del escudo y quisiera nombrar de esa forma a su empresa.

(Fig.1.11) Se debe tener en cuenta que las personas que trabajaban en las minas eran muy

religiosas por el constante peligro al que se sometían diariamente. Los accidentes, las

73
San Juan de la Cruz, Camino de Perfección, Barcelona, Editorial Catolica, 1946, p. 176.

46
inundaciones, los derrumbes o la inhalación de toda clase de gases tóxicos en el interior de la

mina, podían conducirlos a la muerte.

Fig. 1.11 Escudo antiguo de los Carmelitas. Aquí pueden observarse las dos estrellas
refulgentes sobre el Monte Carmelo. Ex convento Desierto de los Leones.

Así como los mineros se encomendaban a la Virgen para que los salvara de los peligros,

así también lo hacían para que ésta los ayudara a encontrar el camino de una buena veta. Los

mineros vivían conscientes de que la muerte o la fortuna los esperaba a cada paso. Dilapidaban

vida y derrochaban dinero el día del pago.

El minero de Tlalpujahua, el trabajador asalariado y el empresario que arriesgaba su

capital en una nueva empresa solicitaban la protección de la Virgen y, en especial, la de la

Virgen del Carmen, quien tiene, entre sus atribuciones, ser la que rescata tesoros escondidos.74

Y si bien se trata de salvar a las almas del purgatorio, es posible que los mineros hayan hecho

una relación con los tesoros minerales que se encontraban bajo la tierra. Así como la

protección de la Virgen los podía llevar al gozo de una vida eterna, también los podía conducir

dentro de la mina para encontrar un tesoro. Es importante mencionar que dentro del socavón de

la mina Dos Estrellas había dos pequeñas capillas dedicadas a la Virgen del Carmen.

74
Manuel Trens, El Libro de María, Iconografía de la Virgen en el arte Español, Barcelona, Editorial Plus Ultra,
1946, p. 263

47
La construcción de capillas en los campos mineros era muy frecuente (Fig.1.12) porque

los trabajadores y los dueños no salían con asiduidad de la zona, y ahí mismo se impartían los

oficios religiosos.

Fig.1.12 Capilla en Dos Estrellas. Esta construcción no existe en la actualidad pero podemos observar por el
tamaño del edificio, la importancia que tenían para los dueños de la mina los oficios religiosos. La capilla estaba
situada en lo que fue el asentamiento de los administradores del lugar. Museo Hermanos Rayón, Tlalpujahua.

En resumen, puedo afirmar que la minería en Tlalpujahua tuvo tres momentos de auge

durante los últimos trescientos años, y los mineros estuvieron estrechamente vinculados a la

Virgen del Carmen en este periodo de arduo trabajo. La capilla inicial, dedicada a la Virgen del

Carmen, se construyó durante la primera mitad del siglo XVII; más tarde, se edificó la segunda

en el siglo XVIII. Es muy importante hacer notar que la primera capilla, ya mencionada en el

apartado del siglo de Oro de Tlalpujahua, contenía la imagen de la Virgen del Carmen y que

los materiales empleados en la factura de la pintura son propios del siglo XVII como se pudo

comprobar gracias a los estudios científicos del Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte

del IIE.

La tragedia que ocurrió en 1937 hizo que la imagen de la Virgen ocupara un tercer sitio,

esta vez en el altar mayor de la parroquia de Tlalpujahua.

48
En esta zona, la devoción a la Virgen del Carmen se debe, entre varios factores, a que

tiene entre sus beneficios rescatar tesoros escondidos y por ello es patrona de los mineros.

El nombre de la mina Dos Estrellas es posible que guarde estrecha relación con la

Virgen.

En el capítulo siguiente, hago un breve estudio del surgimiento de la devoción a la

Virgen del Carmen en Europa y cómo llegó este culto a la Nueva España.

49
CAPÍTULO II

La Virgen María en su advocación como Virgen del Carmen

En este capítulo, se analizaron diferentes representaciones de la Virgen del Carmen, su historia

e iconografía. Se expondrá cómo llegó su culto a la Nueva España y su importancia hasta

convertirse en la patrona de los mineros del Real de Minas de Tlalpujahua.

Iconografía de la Virgen María

Las obras de arte religiosas conforman, a su modo, un libro que está en diálogo con quienes

saben interpretarlo. Una de las tareas de la Historia del Arte consiste en describir y clasificar

las imágenes; es decir, las formas pertenecientes al plano llamado iconográfico y, por otra

parte, las que interpretan el pensamiento o razón que las imágenes transmiten.75

Erwin Panofsky dio el nombre de significados primarios o naturales a todos aquellos

que se derivan del reconocimiento de las formas puras, y designó como significados

secundarios o convencionales a los que se determinan por el reconocimiento o identificación

de valores artísticos socialmente reconocidos.76

El develamiento del significado de las imágenes y símbolos novohispanos nos descubre

la vida espiritual de la Colonia a través de sus imágenes de culto. Con ello, podemos estudiar

cómo era la vida espiritual y la visión que los individuos de aquella época tenían del mundo.

El arte religioso fue determinante para la evangelización y cultura de la Nueva España,

una de sus características se centró en la devoción a la Virgen María, impulsada por las órdenes

religiosas, tan decisivas en la evangelización de los indígenas. Los misioneros llevaron a cabo

75
Erwin Panofsky, Estudios sobre iconología, Madrid, Alianza., 1984, p. 126.
76
Ibid. p. 136.

50
la implantación de la religión católica en América. Las imágenes y los grabados que se

utilizaron fueron seleccionados con base en los sistemas propios de la época. El impetuoso

desarrollo de la iconografía durante este periodo empujó al artista a buscar un medio para

caracterizar a los santos sin conformarse sólo con su nombre. La indumentaria y los atributos

no eran suficientes para identificar tantas imágenes. Los artistas buscaron en la leyenda la

escena culminante (aquella que más personalizaba a un santo) y la sintetizaron; la redujeron a

símbolo, la concretaron en un atributo personal. Para documentarse, al artista le fue de suma

utilidad un libro que apareció oportunamente en la segunda mitad del siglo XIII, con el fin de

satisfacer el deseo y la piedad de todos los cristianos: la Leyenda Áurea de Jacobo de la

Vorágine,77 obra muy importante y de gran difusión para la factura de grabados y pinturas.

A partir del Concilio de Trento,78 cambiaron algunos aspectos de la iconografía; se

desacreditaron las leyendas inverosímiles. El arte se volvió más austero. Se impusieron

cánones estrictos en materia de arte, por ejemplo: no se podían introducir en las

representaciones religiosas o sagradas a personajes que no lo fueran; igualmente el vestuario de

los personajes sagrados no debía de corresponder con el de la época del artista. Sin embargo,

la mayoría de los atributos de los santos continuaron como antes. Otorgar mayor solemnidad a

las nuevas canonizaciones fue un resultado más de esa reforma religiosa, y con ella, la

proliferación de estampas que aludían a esos hechos.

77
Jacobo de la Vorágine, La leyenda dorada, Madrid, Alianza, 1984.
78
El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica en periodos discontinuos que duró de
1545 a 1563, En la sesión XXV celebrada los días 3 y 4 de diciembre en 1563
se reafirmó la veneración de los santos y reliquias así como la reforma de las órdenes monásticas, en Ignacio
López de Ayala, El santo y ecuménico Concilio de Trento, imprenta Antonio Sierra, España, 1848, p.219.

51
Fig.2.1 Virgen de la Misericordia, xilografía, s/a, s/m. s/f.
La Virgen del Carmen está aquí representada como Virgen de la Misericordia
Archivo Histórico de Barcelona, siglo XVIII

Es muy probable que las representaciones que surgieron a partir de la canonización de

Santa Teresa de Jesús79 se incrementaran de tal manera que hayan llegado a la Nueva España

en forma de grabados.

Además de la imagen de la santa de Ávila, había un sinnúmero de estampas con

diferentes advocaciones relacionadas a santas o vírgenes relevantes dentro de nuestro periodo

de estudio, todas ellas con la Virgen en el centro y con la capa de patrocinio extendida en señal

de protección, ya sea a los fieles que se confiaban a ella o como protectora de la orden religiosa

de la que era patrona (Fig. 2.1). Tal es el caso de una estampa que tomó su imagen para la

impresión de una tesis en medicina de la Real y Pontificia Universidad de México80 ( Fig. 2.2 ).

79
Santa Teresa de Jesús fue canonizada el 12 de Marzo de 1622 por el papa Gregorio XV.
80
AGN, Universidad, vol. 282, exp. s/n., fs. 240.

52
Fig.2.2 Virgen del Carmen, Xilografía, s/a, s/m, Siglo XVI. AGN.
Esta imagen aparece en la parte superior de la tesis de doctor en medicina que sólo constaba
de dos hojas; tenía el propósito de encomendar este trabajo a la Virgen como su protectora.

Estos grabados difundieron distintos tipos marianos. Uno de los más extendidos fue el llamado

Tota Pulchra, que presenta a María rodeada de todas sus excelencias y símbolos.81 El ejemplo

más notable se encuentra en el claustro del convento del Huejotzingo (Fig. 2.3). En la Nueva

España, tal modelo iconográfico dio lugar a variantes a través del desarrollo de alguno de los

símbolos, como lo hicieron los pintores Juan de Villalobos, Cristóbal de Villalpando y Juan
82
Correa durante el siglo XVII. Así mismo, pintores que recibieron la influencia de estos

artistas como José de Ibarra en el siglo XVIII continuaron con esta tradición iconográfica.

Elisa Vargas Lugo sostiene al respecto que “Todos los conventos y muchas iglesias

optaron por el útil método de relatar, por medio de pinturas, las extraordinarias biografías de

sus santos fundadores o de los personajes divinos de la historia sagrada”.83 Entrado el siglo

XVII, estas pinturas sustituyeron a los adornos con que se engalanaron los monasterios del

siglo XVI. Otras pinturas formaron parte de los conventos e iglesias al paso de los años, es

81
Guillermo Tovar y de Teresa, Pintura y Escultura en la Nueva España, 1577-1640, presentación de Jorge
Alberto Manrique, Serie Arte Novohispano, vol. 6, México, Grupo Azabache, 1992, p. 36.
82
Beatriz Barba de Piña Chan, Iconografía Mexicana, vol. 3, INAH, México, Plaza y Valdez, 2002, p. 169.
83
Elisa Vargas Lugo y M. Díaz, Historia, leyenda y tradición de una serie franciscana, México, Anales del
Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. XII, no. 44, 1975, p. 59.

53
decir, en los siglos XVIII y XIX como sucedió con la capilla de la Virgen del Carmen, objeto

de esta investigación.

Fig. 2.3 Virgen María, anónimo, siglo XVI; s/m, pintura mural, ex convento de San Miguel, Huejotzingo, Puebla.
Esta es una representación en forma de tríptico de la devoción mariana; es una pintura en grisalla.

Breve historia del culto a la Virgen del Carmen

La orden monástica carmelita sintetizó todos sus ideales religiosos en la imagen de la Virgen

del Carmen. A través de ella, y en especial de su iconografía, podemos analizar la historia de la

orden y su desarrollo histórico, que combina leyendas y tradiciones.

El origen de la orden carmelita surgió en el siglo XII, en el seno de un grupo de

ermitaños encabezados por san Bartolo, los cuales se establecieron en el Monte Carmelo,

inspirados en el profeta Elías,84 quien siempre ha sido reconocido como el iniciador de la

orden. Por la tradición patrística greco-latina, se percibía al profeta como un fundador de la

vida monástica. Los mencionados ermitaños se nombraron Hermanos de Santa María del

Monte Carmelo. Es muy probable que ellos hayan regresado de la Tercera Cruzada y hayan

84
El profeta Elías luchó en defensa de la pureza de la fe en el Dios de Israel contra los sacerdotes de Baal. Libro
de los Reyes, II, cap. 2: 12-17. Biblia, Ediciones Paulinas, México, 1980.

54
decidido establecerse en el Jardín de Palestina, que así se llamaba el Monte Carmelo85(Fig.

2.4).

Fig.2.4 En este mapa podemos observar que el monte Carmelo forma una
cordillera en Israel donde están asentados diferentes pueblos. www.carmelitasvina.cl

Se construyó una pequeña iglesia en medio de la montaña, dedicada a María, Madre de

Jesús; se desarrolló el sentido de pertenencia a la Virgen como la Señora del lugar y como

patrona, y se tomó de ahí el nombre de Hermanos de Santa María del Monte Carmelo. Por tal

motivo, dicho monte se halla profundamente ligado a Elías y a María.86

El profeta de Jerusalén, Alberto Avogadro, otorgó a los ermitaños una norma de vida

entre los años 1206 y 1214, con el fin de lograr cierta estabilidad política. Este profeta dio a los

eremitas del Carmelo una regla de vida con el ideal de la orden: trabajo, meditación de las

Sagradas Escrituras y vida contemplativa.

85
El Monte Carmelo está ubicado al norte de Israel, en la ciudad de Haifa, zona de Galilea.
86
Fray Agustín de la Madre de Dios, Los Carmelitas Descalzos en la Nueva España del siglo XVII, México,
Probursa, 1988, p. 29.

55
Los carmelitas tenían como ideal vivir a la manera de Elías y de la Virgen, a la que

profesaban gran veneración y llamaban con el título de Nuestra Señora del Carmen.

Sucesivas aprobaciones de esta norma de vida por parte de varios papas ayudaron al

proceso de transformación del grupo hacia una orden religiosa, lo que aconteció con la

aprobación definitiva de tal texto como regla por Inocencio IV en el 1247.87 La Orden del

Carmelo fue de este modo insertada en la corriente de las órdenes mendicantes, junto con los

franciscanos y dominicos.

A causa de la invasión de los sarracenos, los carmelitas se vieron obligados a abandonar

el Monte Carmelo. Quienes permanecieron fueron masacrados. Una antigua tradición nos

relata que los carmelitas, antes de partir al exilio, vieron una aparición de la Virgen mientras

cantaban el Salve Regina. María prometió ser para ellos su estrella del mar. Muchos cruzados

que regresaban a su patria también conocieron y llevaron con ellos la devoción a la Virgen del

Carmelo.

El 16 de Julio de 1251, en Inglaterra, se produjo, según la fe católica, la aparición de la

Virgen María a Simon Stock.88 Ella le proporcionó el Escapulario Carmelita que estos

hermanos siempre llevan consigo.

La orden ha pasado por varias fragmentaciones. Cuando ocurrió el Cisma de

Occidente,89 el Carmelo quedó dividido en dos obediencias. Fue reformado por Jean Soreth,

quien inició las fundaciones en Holanda, Bélgica y Francia; pero la gran reforma ocurrió con

santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.90 La reforma comenzó en el Carmelo de la

87
Carmen Alicia Dávila Munguía, Los Carmelitas descalzos en Valladolid de Michoacán siglo XVII, Morelia,
Instituto Michoacano de Cultura, 2002, p. 53.
88
Simon Stock era el superior de la orden en Cambridge, Inglaterra. A él se debe la transformación de la Orden de
eremita en cenobita y mendicante. A él se atribuye la modificación y aprobación de la Regla Albertina, así como
la expansión del Carmelo en Europa.
89
El Cisma de Occidente es el periodo de la historia de la Iglesia Católica en que varios papas se disputaron la
autoridad pontificia (1378-1417). Luís Suárez Fernández, Castilla, el cisma y la crisis conciliar 1378-1440,
Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1960.
90
Alfonso Méndez Plancarte, San Juan de la Cruz, México, Universidad Iberoamericana, 1992. p.57.

56
Encarnación, en Ávila, España, y se propagó con el beneplácito de Pío IV en 1562. La nueva

regla eliminó las concesiones hechas al mundo y retornó a la vida centrada en Dios con toda

sencillez y pobreza, como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo. El objetivo de Santa

Teresa fue darse del todo a Dios en profunda oración. San Juan de la Cruz siguió a santa Teresa

creando en Duruelo, España, el primer monasterio de carmelitas “descalzos”.91

La orden carmelitana Calzada utiliza hábito pardo de paño fino, esclavina con capuchón

y escapulario, todo del mismo color que el hábito. En ciertas solemnidades los hermanos llevan

ancha capa de paño blanco. Los llamados descalzos visten como los anteriores, pero con un

paño más tosco y van calzados con simples sandalias. Los hermanos laicos no usan esclavina

ni capuchón, y la capa es del mismo color que el resto de hábito.92

En el siglo XVII, el papa Pablo V fijó el 16 de Julio para celebrar a Nuestra Señora del

Carmen. La orden Carmelita está dividida en tres ramas: la primera está compuesta por frailes;

la segunda, por monjas contemplativas, y la tercera, llamada Carmelo seglar, por laicos que se

rigen por la regla de san Alberto.

Actualmente poseen constituciones propias, aprobadas en 2003. Estos seglares pueden

ingresar a la primera orden después de un año de apostolado y tres años de formación dentro

del convento.

La vida carmelita consiste en consagración a la oración y a la contemplación, pero

también al estudio. Los hombres tienen apostolado: se especializan en la dirección espiritual.

En la actualidad, las carmelitas descalzas son aproximadamente catorce mil en ochocientos

treinta y cinco conventos alrededor del mundo. Los carmelitas descalzos son tres mil

ochocientos en cuatrocientos noventa conventos.

91
Ibid., p. 59.
92
José Hernández Díaz, La iconografía mariana en los siglos de oro, Madrid, Fundación Universitaria Española,
1986, p.123.

57
El culto a la Virgen del Carmen en Nueva España

Santa Teresa de Jesús, la gran reformadora, deseó que la orden carmelita tuviera un espíritu

apostólico y que se enviaran misioneros a las Indias. Otra de las razones por las que se permitió

el viaje de los carmelitas al nuevo continente fue porque el rey necesitaba misioneros para estas

tierras, y Felipe II se fijó en ellos por su espíritu y forma de vida.

Las relaciones del rey con las órdenes mendicantes era frecuente, y el monarca asumía

pleno control sobre las actividades religiosas, que incluían el permiso para viajar a América a

hacer su apostolado. El papa Julio II otorgó al rey de España una bula fechada el 28 de julio de

1508, en la que otorgaba al soberano la organización eclesiástica: desde la presentación de

obispos al papa y la delimitación de diócesis, hasta la sujeción del clero regular a la autoridad

del virrey.93

El encargado de llevar el proyecto carmelita a las Indias fue el padre Gracián de la

Madre de Dios. El 6 de junio de 1585, los candidatos fueron presentados en la casa de

contratación de Sevilla para que se les diera el pase. Se expidieron dos órdenes reales que

daban cuenta del número de religiosos que vendrían a Nueva España: un total de once, más dos

criados al servicio de todos.

La tarea principal que tendrían que realizar al trasladarse a estas tierras ya colonizadas

era fundar un convento en la capital novohispana y dirigirse enseguida a los territorios recién

descubiertos para su evangelización. Estos nuevos lugares eran Quivira94 y Nuevo México.

Ya embarcados hacia las Indias, los carmelitas coincidieron en el navío con el recién

nombrado virrey, Álvaro Manrique de Zúñiga, marqués de Villamanrique. De esa convivencia,

nació una fuerte amistad entre el padre comisario del Carmen y el gobernante, lo cual ayudó

93
Leopold Von Ranke, Historia de los Papas, México, FCE, 1997, p. 54.
94
Quivira era un lugar mitológico dentro de las leyendas españolas donde abundaban riquezas en oro y plata.
Históricamente, Francisco Vázquez de Coronado llamó Quivira a un asentamiento indígena del que ya no se
conoce la ubicación. Este es representativo porque desde él partió García López de Cárdenas en la primera visita
documentada de un europeo al Gran Cañón del Río Colorado en Alfonso Trueba, Las siete ciudades: expedición
de Francisco Vázquez de Coronado, México, Ediciones Campeador, 1955. p. 23.

58
para que se les otorgaran privilegios y ayuda económica en la construcción de su primer

convento. El virrey les otorgó, en 1586, la ermita de San Sebastián en el barrio de indios del

mismo nombre, al noreste de la ciudad. Al poco tiempo de su llegada, la misión a la que venían

comisionados tomó otro camino. Se asentaron en el centro de la Nueva España y enfocaron su

atención a la administración de los sacramentos para la sociedad española.95

Para 1598 ya habían fundado cuatro conventos más, ubicados en las ciudades de

Puebla, Atlixco, Valladolid, Guadalajara y Celaya. Las ciudades elegidas para la edificación de

sus conventos explican la razón por la que se dedicaron a asistir a los españoles en sus

necesidades religiosas, ya que eran estas ciudades precisamente donde el núcleo de la

población era de gente venida de España, La fundación de estos conventos en una forma tan

rápida hizo que se viera la conveniencia de que se formara en la Colonia una provincia aparte,

que ya no estuviera agregada a la de Sevilla, y se reconoció como su patrón a san Alberto de

Sicilia.96 De esta manera, se formó la provincia de San Alberto en la Nueva España.

Desde un principio, los carmelitas contaron con la estima de las autoridades de la

colonia e influyeron en ellas. Como este grupo religioso estaba radicado en villas y ciudades

españolas, se dedicó a la predicación y confesión de los peninsulares, de los criollos y, en

general, de los habitantes que hablaban español. Conforme pasó el tiempo, se les impusieron

demasiadas trabas a los criollos para ingresar a la orden. Este problema fue exclusivo de estos

religiosos y se volvió tan agudo que en 1604 los carmelitas iniciaron una política

discriminatoria contra los criollos.97 En 1608, la doctrina de indios que poseían en San

Sebastián fue cedida a los agustinos y, desde esa fecha, los carmelitas no tuvieron más a su

cargo el cuidado espiritual de los indígenas.

95
Fray Agustín de la Madre de Dios, op.cit., p. 29.
96
Ibid., p. 32.
97
El fraile Agustín de la Madre de Dios escribió El discurso Apologético a favor de los criollos del Reino
Mexicano y por esa causa fue encarcelado en el convento de San Ángel en 1655.

59
La provincia de San Alberto de la orden de los Carmelitas Descalzos desarrolló una

gran actividad durante la Colonia, principalmente en los primeros años del siglo XVII, que son

los años de su consolidación como comunidad religiosa en el centro del país. Con esto, ejerció

una extraordinaria influencia en la sociedad virreinal, a pesar de ser una de las órdenes con

menor número de miembros. La amplia aceptación de la sociedad española les generó los

recursos materiales necesarios para contribuir al desarrollo de la colonia y el patrocinio de

importantes obras artísticas.

En la actualidad podemos apreciar estas obras artísticas en templos y ex conventos

carmelitas como el convento de la Purísima Concepción de los Carmelitas Descalzos en San

José de Toluca; Templo y ex convento del Carmen en San Ángel y Templo y convento del

Carmen en Morelia.

La Virgen del Carmen en Michoacán

El proceso de adaptación y aceptación de los frailes carmelitas en la Nueva España se logró

con relativa facilidad. Consecuencia de este éxito fue que fundaran su cuarto convento en la

ciudad de Valladolid en 1593.98

Desde las primeras décadas del siglo XVI, se asentó en el valle de Guayangareo un

grupo de hispanos. La conquista militar fue seguida por otra más sutil, pero no menos

importante, que fue la espiritual. En pocos años, se fundó la nueva Ciudad de Michoacán, que

se convirtió en el asentamiento español hegemónico del occidente novohispano: fue la sede de

los poderes tanto civiles como eclesiásticos de la provincia y el obispado de Michoacán.

Una de las órdenes de mayor relevancia fue la de los carmelitas descalzos, que se

distinguió de las demás (franciscana, agustina, jesuita y mercedaria) por su total servicio

98
Carmen Alicia Dávila Munguía, op. cit., p. 68.

60
religioso y moral a la población española.99 Esta labor les permitió en poco tiempo obtener un

fortalecimiento palpable en lo económico, es decir, obtuvieron cuantiosos bienes materiales. El

desempeño de sus actividades en el campo espiritual logró que la devoción a la Virgen del

Carmen y a los santos carmelitas, principalmente a Teresa de Ávila y Juan de la Cruz. A causa

de lo anterior, este culto se propagó rápidamente entre la población. Fue muy frecuente

también la representación de san Elías y san Eliseo en las obras dedicadas a la orden del

Carmen, sobre todo a san Elías, por considerarse el fundador de su orden.

Una vez posesionados los carmelitas de importantes construcciones religiosas, y ya con

una fuerte influencia dentro de la sociedad novohispana, el siguiente paso fue que la devoción

a la Virgen del Carmen tuviera amplia difusión, no sólo en la recién formada ciudad de

Valladolid, sino también que este influjo abarcara todas las poblaciones de españoles,

principalmente las mineras y las haciendas constituidas por ellos para beneficiar los metales.

Origen del culto en Tlalpujahua

Tlalpujahua era un pueblo fundado por españoles con la categoría de Real de Minas desde

1542, como se ha podido investigar en el Archivo General de la Nación, y no en 1558, como lo

mencionan los cronistas especializados en el tema.100

El virrey don Luis de Velasco, caballero de la orden de Santiago, lugarteniente de la

Nueva España y presidente de la Real Audiencia, expidió la cédula para la fundación de este

pueblo el 10 de septiembre de 1542, y pidió que se tuviera cuidado de que se mantuvieran

alejados a las poblaciones de indios del cerro y el río de Tlalpujahua.

99
Ibid., p. 39
100
AGN, Tierras, vol. 1949, exp.14.

61
Alrededor de este real había una serie de pueblos de indios, como San Miguel

Tlacotepec, San Pedro Tarimangacho, Tlalpujahuilla, Los Remedios, Santa María, que habían

sido despojados de sus tierras de cultivo y concentrados en estas poblaciones:

Los naturales de los pueblos se quejan de que tenían tierras fructíferas, llegan los españoles y
en sus inmediaciones fundan haciendas y les quitan sus partes a los naturales. No tienen dinero
ni instrucción para su defensa, se encuentran en total miseria y se tiene que ir a trabajar a las
minas que son muy peligrosas.101

Estas haciendas, las más importantes, tenían generalmente una capilla privada donde se

realizaban los oficios religiosos todos los domingos, para que los dueños y trabajadores no

tuvieran que salir a oír misa ni a recibir los sacramentos fuera de la hacienda.

Dentro de mi campo de estudio, he podido investigar que alrededor del Real de Minas

de Tlalpujahua existían haciendas con esas características, entre las que puedo citar la de Juan

Castellanos Galindo, quien posiblemente fue el dueño de la hacienda donde se ubicó la primera

ermita que albergaba a la Virgen del Carmen.102

La hacienda de Castellanos fue abandonada por incosteable, pero la antigua ermita se

conservó, y en las paredes había pintadas varias imágenes de santos que con el tiempo se

fueron borrando. Sólo la dedicada a la Virgen del Carmen que tenía un soporte de arcilla se

mantuvo de pie.103

Se vuelve a tener noticias de la propiedad de Castellanos en una escritura de compra-

venta fechada el 16 de junio de 1736. Allí se hace mención de dicha hacienda:

Comparece ante mi Joseph Montoya, vecino de este Real y dueño de la hacienda de Castellanos,
la cual tiene una capilla dedicada a la Virgen del Carmen el cual estando presente asiste para
deslinde, mesuramiento y posesión que se les da a los indios naturales de Tlacotepec de las tierras
que compraron a el conde del Fresno y de la Fuente. 104

101
AGN, Tierras, vol.1360 exp. 4, foja 3 vuelta.
102
Carlos Herrejón, op. cit., p. 46.
103
Miguel Madrigal, op. cit., p. 26.
104
AGN, Tierras, vol.565, exp.2, foja 43.

62
La importancia del Real de Minas de Tlalpujahua fue del conocimiento del virrey

Antonio María de Bucareli, quien mandó pedir informes en 1772 sobre las cofradías de

Tlalpujahua, sus capillas y sus rentas. En respuesta, el alcalde mencionó que “hay una capilla

dedicada a nuestra Señora del Carmen que tiene una renta de 22 pesos de principal y quince de

rédito sobre una casa en este Real”.105

De tal modo, las autoridades se daban cuenta de la importancia de estas instituciones

religiosas, cuyos principales ingresos se debieron a la fundación de capellanías y legados

testamentarios en los que se incluía, además de dinero en efectivo, cuantiosos bienes raíces

(tierras, casas y solares).

El cura y juez eclesiástico de Tlalpujahua, Felipe Neri Valleza, ya referido en el primer

capítulo de este trabajo, al hacer investigaciones sobre el origen de la imagen de Nuestra

Señora del Carmen, citó a varios testigos que vivían en este real, los cuales habían visto la

primer capilla en la hacienda de beneficio. En forma oral, ellos hicieron su testimonio. El cura

Valleza, al rendir su informe al Canónigo Lectoral y Clavero de la Iglesia Catedral de

Valladolid, Dr. Agustín Francisco Esquivel y Vargas, en 1770 declaró “que los testigos citados

por el cura Valleza eran todos mayores de 60 años y dijeron que desde niños ya sabían sobre la

ermita de Nuestra Señora del Carmen”.106 Ellos declararon que la capilla fue edificada desde

tiempo inmemorial, pero no pudo ser antes de 1620, ya que en el cuadro de la Virgen del

Carmen, ubicada en esta ermita están pintadas las imágenes de la santa carmelita Teresa de

Jesús y los santos jesuitas Ignacio de Loyola y Francisco Xavier que fueron canonizados en

1622 por Gregorio XV.107

105
AGN, Bienes Nacionales, vol. 585, exp. 10 fjs.1, 2, 3, 4, 5, 6, 7.
106
Miguel Madrigal, op. cit., p. 25.
107
Von Ranke, op. cit., p. 448.

63
La fecha de erección de la primera ermita no pudo estar muy alejada de esos años, ya

que los testigos usaron la palabra inmemorial y fueron citados para ese interrogatorio en

1730.108

La obra de Oscar Mazín Gómez, El gran Michoacán, detalla los informes que le fueron

requeridos a los párrocos y jueces eclesiásticos sobre las iglesias y capillas a su cargo por el

obispo de Michoacán, Anselmo Sánchez de Tagle, y el cura don Felipe Neri Valleza, párroco

de Tlalpujahua, quien declara que existe

… un barrio que llaman de Nuestra Señora del Carmen y en el se halla una capilla grande
dedicada a la gran reina del cielo; con pocas gentes de varias castas en que habitan
algunos arrieros, otros que hacen adobes y algunos operarios que sirven para el beneficio
de las minas que es el oficio único en este lugar. 109

Tanto para las autoridades eclesiásticas como para las civiles, era muy importante el

tener un registro sobre las parroquias y capellanías en la Nueva España, así como saber dónde

eran mandados los tributos, a lo que responde el cura Valleza:

Todos los lugares y puestos de este curato de Tlalpujahua, llamado de San Pedro y San Pablo,
se comprenden en la provincia que se llama de Michoacán y estamos sujetos al ilustrísimo
señor obispo de Michoacán. El reino a que este curato pertenece es el de la Nueva España. La
audiencia que reconoce y a quien pertenece es la de México. Los enteros tributos de este real,
me consta que se hacen en la real caja de México. 110

El párroco Neri Valleza, al contemplar la devoción que se le tenía a la imagen de la

Virgen del Carmen, decidió ―con la ayuda de los vecinos y las limosnas de los mineros―

reedificar la capilla, pero con mejores materiales: “construyola de cal y canto, cubriéndola de

cedro y tejamanil, enalteciéndola con torre primorosa y ornamentándola con tres retablos.”111

El autor Carlos Herrejón, obtuvo esta información de Miguel Madrigal que a su vez lo tomó

directamente del archivo parroquial de Tlalpujahua. Desafortunadamente yo no pude encontrar

108
Miguel Madrigal, op. cit. p. 27.
109
Oscar Mazín Gómez, El gran Michoacán, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno de Estado de
Michoacán, 1986, p. 84.
110
Ibid. p. 87.
111
Carlos Herrejón, op. cit., p. 74.

64
este dato porque los archivos sobre el tema están perdidos debido al incendio que sufrió el

lugar en 1950, según me fue informado en la sacristía de la parroquia.

Es posible que al ubicar la pintura de la Virgen del Carmen en su nueva ermita se le haya

hecho la primera restauración importante a la obra según los datos que arrojan los análisis del

Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte del IIE que se le han hecho recientemente.112

Se levantó la capilla en estilo neoclásico, colocando en el altar mayor el muro de arcilla

con la imagen de la Virgen del Carmen: “le tiene levantado el manto de un lado Señor San José

y del otro Santa Teresa; esta a sus pies San Elías hincado y lo están también una monja grande

y dos pequeñas.”113

Aquí surge una duda respecto de esta descripción, ya que en la imagen actual no

aparecen los personajes descritos bajo su manto de patrocinio. En el capitulo siguiente, se toca

el tema de las renovaciones que se le han hecho a la Virgen, aunque no hayan sido registradas

por lo investigado hasta el día de hoy. Es posible afirmar que el análisis es incorrecto, o que

simplemente se repitió en el texto de Carlos Herrejón lo que ya habían dicho otros autores

respecto de la pintura, o que se trataba de otra imagen. El Laboratorio de Diagnóstico de Obras

de Arte del IIE, después de estudiar las muestras de la capa pictórica de la imagen, informa

sobre repintes que ha sufrido la imagen en el siglo XVIII y XX114 por lo que no puedo

descartar la hipótesis de que en estas modificaciones que se le hicieron a la pintura se hayan

cambiado alguno de los personajes.

112
Esta información se amplia en el tercer capitulo de este trabajo.
113
Idem.
114
Elsa Arroyo, op. cit. p. 26.

65
CAPÍTULO III La Virgen del Carmen en la Historia del Arte

En este capítulo se realizó una revisión de las diferentes representaciones de la Virgen del

Carmen, su analogía con imágenes que tienen otras advocaciones hasta llegar a mi tema de

estudio que es la Virgen del Carmen de Tlalpujahua.

La revisión surgió de la necesidad de explicar cómo la Historia de Arte ha visto la

transformación, influencias y diferentes usos que ha tenido la Virgen del Carmen a través de

los siglos, vista esta advocación mariana como tema, motivo, personificación, atributo,

símbolo, imagen descriptiva e imagen narrativa. Así mismo se analiza la contaminación

iconográfica que ha sufrido y que debido a ella ha afectado a otras advocaciones, su

supervivencia como imagen de culto hasta la actualidad se tratan en este capítulo.

Las obras artísticas tanto en pintura como en escultura

que representan a la Virgen con los atributos del Carmelo

son relativamente recientes en comparación con la

antigüedad que ostenta la orden, esto es desde el siglo XII.

La Virgen de Trápani

La Virgen del Carmen de Trápani, Sicilia es la escultura

más antigua encontrada con este nombre. La pieza está

considerada iconográficamente como la primera imagen de

talla que se veneró bajo el título de Nuestra Señora del

Monte Carmelo y traída según la tradición del mismo

monte de Palestina desde el siglo XII.115 Esta escultura es

de alabastro de pequeño formato, de 41 cm, en el pedestal

muestra el escudo de Trápani que fue añadido

posteriormente. ( Fig.3.1) Fig. 3.1 Virgen de Trapani, iglesia carmelita de la Anunciación, Trapani, Sicilia.
115
Franco Mata, A., “Tres copias de la Madonna di Trapani en el Museo Camón Aznar de Zaragoza”, Zaragoza,
Boletín del Museo e Instituto “Camón Aznar”, 24, 1986, pp. 5-32.

66
Fig. 3.2. Copia de la Virgen de Trápani, Museo de Navarra,siglo XIV.

Otra imagen que proviene del primer modelo de Trápani es de la escuela de los Pisano. Sin

embargo la talla no tiene, al igual que la primera, los atributos de la orden del Carmen todavía.

La figura sostiene al niño en sus brazos y entre ellos mantienen una relación sicológica.

Antes de representar a la Virgen con una advocación particular, es decir, como una carmelita,

éste era el modelo de virgen al que se le rendía culto. La escultura se atribuye a Giovanni

Pisano entre 1245 y 1315. (Fig. 3.2).

Un modelo más de la Virgen de Trápani se encontraba en

la Casa Grande del Carmen de Sevilla y está datada con factura

del siglo XVI, ahora recibe culto en la iglesia de san Lorenzo

en la misma población. La talla no tiene los atributos del

Carmen pero se le rinde culto con esa advocación. La escultura

conserva rastros de policromía y el niño trae en sus manos un

pequeño pajarito. El rostro de la Virgen presenta un carácter

hierático y frontal y al mismo tiempo impone su majestuosidad.

Los pliegues caen pesadamente y no manifiesta ningún

movimiento. (Fig. 3.3) Fig.3.3. Virgen del Carmen, iglesia de San Lorenzo, Sevilla.

67
La Virgen con los atributos del Carmelo

La Virgen del Carmen no se representaba con el hábito de las carmelitas antes del siglo XVII

pero fue a raíz de la canonización de santa Teresa en el año de 1622, que los artistas se

volcaron en representarla de esa manera, y le agregaron el escudo de la orden y el escapulario.

Estos artistas estaban sujetos a los religiosos que los contrataban para adornar sus iglesias y los

frailes que veían a la Virgen como perteneciente a la orden, no dudaron en personificarla como

una más de las carmelitas. Los religiosos adoptaron una vestimenta blanca en un principio y a

su blasón o escudo lo adornaron con una serie de símbolos que hacía remembranza de los

episodios que María había vivido en el monte Carmelo.116

La iconografía tradicional representa a la Virgen del Carmen con tres atributos que la

distinguen: el escudo, el escapulario y la Bula sabatina. El primero es la representación del

blasón carmelita que apareció por primera vez en la cubierta de un libro sobre la vida de San

Alberto, carmelita, en 1499. Allí, el símbolo gráfico apareció bajo la forma de un "vexillum"

(enseña, estandarte, bandera), que fue modificándose en los detalles con el correr de los

tiempos, hasta asumir la actual forma de escudo heráldico. Hasta la fecha no he encontrado una

definición oficial del mismo, aunque sí ha tenido varias interpretaciones. A continuación,

expongo la explicación que me parece más adecuada a tenor de los últimos documentos de la

orden.(Fig. 3.4) No sin antes agregar que los descalzos tienen algunas diferencias, en el escudo

elegido aparecen cinco elementos: las estrellas, la corona, el brazo de Elías, la montaña y la

filacteria, mientras que los carmelitas descalzos agregaron una cruz al final de la montaña.

(Fig. 3.5)

116
Emile Male, El Barroco, el arte religioso del siglo XVII, Madrid, Encuentro, 1985, p. 374.

68
Fig. 3.4 Escudo de la orden Calzada Fig. 3.5 Escudo de la orden Descalza

Ambos blasones ostentan tres estrellas de seis puntas, de las cuales, una es de plata en el centro

de la montaña y las otras de oro dispuestas simétricamente en el cielo de color blanco a la

derecha e izquierda. La estrella inferior representa a los carmelitas en camino hacia la cima del

Monte Carmelo, mientras las otras dos estrellas superiores simbolizan a los carmelitas que han

terminado su peregrinación.

La corona de oro representa el reino de Dios. En efecto, los carmelitas tratan de "servirle

fielmente con corazón puro y buena conciencia" y tienen por vocación "implantar y robustecer

en las almas el reino de Cristo y extenderlo por el ancho mundo" Para cumplir este servicio a

Dios, los carmelitas se inspiran en las figuras del profeta Elías y de la Virgen María.

El origen de la Orden está simbolizado con el brazo de Elías,117 que porta una espada de

fuego, que es su atributo por excelencia, y una banda con una inscripción en latín: Zelo zelatus

sum pro Domino Deo exercituum.118 Como él, los carmelitas llevan "la espada del Espíritu,

que es la palabra de Dios" 119

La índole mariana de la orden está simbolizada en las doce estrellas que recuerdan la

aparición de "una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de

117
Louis Reau, Iconografía del arte cristiano, vol. 2, Barcelona, Ediciones Serbal, 2002, p. 400.
118
Ardo de celo por el Señor Dios de los Ejércitos.
119
Regla carmelita no. 19, carmelitas.info/esp.

69
doce estrellas"120. En la Virgen María, "los carmelitas encuentran la imagen perfecta de todo

aquello que desean y esperan ser". Para ellos María es patrona, madre y hermana.

En varias provincias de la orden, como en la de Castilla, se le adjuntó al escudo una cruz en

el vértice de la montaña desde el siglo XVII. Los frailes de la provincia de Sicilia colocaban la

cruz de la Tierra Santa. Otras veces, a los lados de la montaña, se encuentra un lirio y una

palma, símbolos que representan a san Alberto de Trápani y a san Angelo Mártir, los primeros

dos santos de la orden del Carmen.

Con respecto al escapulario debo indicar que es una pieza de

tela que forma parte del hábito de algunas congregaciones religiosas

católicas ya sean masculinas o femeninas (carmelitas, trinitarios,

mercedarios, dominicos, etcétera) (Fig. 3.6) Consiste en una larga

tira con una abertura por donde se introduce la cabeza, y que cuelga

sobre el pecho y la espalda, pendiente de los hombros (en latín,

scapula). Es parte del traje de labor usado por los monjes

benedictinos, entre otros, y constituye el símbolo del yugo de Cristo.

Fig. 3.6 Monje con escapulario.

El primero que menciona este atuendo es san Benito, en el capítulo 55 de su regla.121

Lo prescribe en lugar de la cogulla como prenda de trabajo. Afirma: scapulare propter

opera.122 El escapulario se convirtió en un signo del monje trabajador y se le solía comparar

con la cruz, el yugo del Señor. Adquirió también el valor espiritual de armadura o escudo.

120
Apocalipsis: 12,1.
121
Iñaki Aranguren, La santa regla de nuestro gran padre San Benito, España, Biblioteca de Autores Cristianos,
1993. p.140.
122
protege desde los hombros la labor. Traducción de la autora.

70
En la Edad Media, gran número de cristianos querían unirse a las órdenes religiosas

fundadas hasta entonces: franciscanos, dominicos, agustinos, carmelitas. Surgió un laicado

asociado a ellas -las confraternidades- que eran agrupaciones que profesaban hermandad,

igualdad, armonía. Los unía la fidelidad a sus prácticas espirituales

Los religiosos trataron de dar a los laicos un signo de filiación y de participación en su

espíritu y apostolado. Este signo estaba constituido por una parte significativa del hábito: capa,

cordón, escapulario. Este último ha sido el emblema por

excelencia dentro de la iconografía carmelita, ya que con él, la

orden busca propagar su espiritualidad por el mundo entero.

Fig. 3.7 Escapulario Carmelita

El escapulario carmelita consta de dos piezas que miden aproximadamente una pulgada

cuadrada; es de color pardo y está decorado con la imagen de María. Las dos piezas están

unidas por cordones que son usados alrededor del cuello (Fig. 3.7) y cuelgan por el frente y

por la espalda.

En cuanto a la Bula Sabatina debo indicar que se refiere a una aparición de la Virgen a

san Simón Stock a quien dio el escapulario y le prometió que los carmelitas que lo portaran

serían preservados del fuego eterno y que aquellos que fueran condenados, serían liberados el

sábado siguiente a su muerte.123 El pontífice Juan XXII les concedió a los carmelitas la Bula

Sabatina en 1316. El papa Benedicto XIII quiso que fuera extensiva a todos los que portaran el

escapulario.

La Virgen del Carmen y su escapulario fueron enormemente populares en la provincia

mexicana de San Alberto. A principios del siglo XVIII la venta de este atributo llegó a alcanzar

123
Ludovico, Saggi, La Bolla Sabatina, traducción de Nilo Geagea, Roma, Ambiente, 1967. p. 13.

71
la suma de ciento cincuenta pesos al mes, aunque en algunos meses llegaron hasta los

trescientos pesos.124

La devoción al escapulario no fue sólo propiciada por los predicadores de la orden

dentro de sus iglesias y pueblos vecinos, sino también por los humildes hermanos legos y

donados que aprovechando sus viajes a las minas, a los puertos y a las estancias distribuían

ampliamente escapularios del Carmen.125

El doctor Jaime Morera, en su libro Ánimas del Purgatorio, explica:

Es evidente que la comercialización de las indulgencias tuvo un auge debido al singular

concepto que en esta época se tuvo de los valores religiosos que se manejaron con un

sentido mercantil de inspiración secular. El mismo criterio puede aplicarse en el caso de

la Bula Sabatina y la venta de escapularios de la Virgen del Carmen.126

En la Universidad de Princeton, encontré un documento sobre la venta de escapularios en

la capilla de Nuestra Señora del Carmen de Tlalpujahua, Michoacán, en el año de 1817.127

Estos manuscritos muestran las cuentas que se llevaban en la capilla de la Virgen del Carmen

en sus celebraciones del siglo XVIII. (Fig. 3.8).

124
Dionisio Victoria Moreno Los Carmelitas descalzos y la Conquista espiritual de México, tomo III, México,
Porrúa, 1983. p.124.
125
Idem.
126
Jaime Morera, Pinturas Coloniales de Ánimas del Purgatorio, UNAM, 2001, p.304.
127
Biblioteca de la Universidad de Princeton, Colonial Tlalpujahua, Caja 7, 1817, legajo 18.

72
Fig. 3.8 Estos manuscritos del siglo XVIII corresponden al archivo encontrado en Princeton.

La transcripción paleográfica del documento se refiere a la fiesta dedicada a la Virgen

del Carmen,128 que se celebra en Tlalpujahua el 16 de julio: los estipendios de los

sacerdotes, el arreglo de la capilla, las flores, la cera, los músicos y las entradas de

dinero por la venta de escapularios. Esta fiesta se sigue llevando a cabo en la población

(desde la época colonial hasta la actualidad). En ella, los escapularios han tenido gran

demanda.

Los tipos iconográficos de la Virgen del Carmen

Los tipos iconográficos significan las distintas maneras en que una imagen se

representa, la forma en que el artista interpreta un tema, el modo en que se comprende

una historia, todo aquello que está implicado en la creación de una obra.

128
Este documento contiene archivos civiles y eclesiásticos sin embargo sólo uno contiene datos sobre la capilla
de la Virgen del Carmen. En un anexo de este trabajo adjunto el documento completo.

73
El modelo de la Virgen de Trápani como Virgen del Carmen

En Sevilla, en la Casa Grande del Carmen hay una virgen de esa advocación que tiene un gran

parecido con la virgen italiana de Trápani aunque está vestida con el hábito carmelita. En la

parte central del cuadro se observa el escudo del Carmen, en los ángulos superiores las pinturas

narran escenas carmelitas, en los inferiores dos exvotos del donante Marcos García Merchante

y Zúñiga . Hay una cartela con la fecha de 1765, sus características formales y la rocalla

confirman que la pintura fue facturada en el siglo XVIII. ( Fig. 3.9)

La forma de representar a la Virgen como

una carmelita en un principio era

solamente con la clásica túnica y el

hábito. Sin embargo existe una diferencia

entre María y las religiosas carmelitas:

ella no usa la toca ni tiene el rostro

acotado de alguna manera sino que

muestra su cabellera. Además porta

adornos en el hábito que no usaban las

religiosas.

Fig. 3.9 Virgen del Carmen, Casa Grande del Carmen, Sevilla, siglo XVII.

74
La Virgen del Carmen como Virgen de la Misericordia o protectora de su orden

En este tipo iconográfico la

Virgen aparece con el manto

extendido por dos ángeles. Ella

protege a los miembros más

destacados de su orden como

puede ser un papa o un obispo o

a individuos que forman parte de

su cofradía. El manto está unido

generalmente por un broche con

el emblema carmelita.(Fig.3.10)

Fig. 3.10 La Virgen del Carmen, Alejo Fernández, 1536, Archivo de Indias, Sevilla

La Virgen del Carmen en patrocino

El siguiente modelo guarda una gran

semejanza con la pintura de la Virgen de

Tlalpujahua. La pieza está atribuida a los

hermanos Francisco y Miguel Polanco en

la segunda mitad del siglo XVII. La

pintura forma parte de un programa

iconográfico en la iglesia del Santo Ángel

donde son narrados la vida de san Elías.

(Fig. 3.11)

Fig. 3.11 Virgen del Carmen protegiendo a su orden, 1649, iglesia del Santo Ángel, Sevilla.

75
Virgen del Carmen entregando el escapulario a san Simón Stock

El general de la Orden, Simon Stock creía que sin la

intervención de la Virgen, esta institución se extinguiría

muy pronto. La tradición narra que la Virgen le prometió

el privilegio sabatino al entregarle el escapulario en el año

de 1251. La representación de este episodio fue un tema

recurrente en la plástica del siglo XVII. En la obra

aparece san Elías, san Simon Stock, santa Teresa y santa

María Magdalena de Pazzi, que observan con fervor la

entrega del atributo.( Fig. 3.12).Esta obra fue realizada

por el pintor Pietro Novelli, en el año de 1641.

Fig. 3.12 Virgen del Carmen y san Simón Stock, Museo Diocesano de Palermo.

En la Nueva España, el tema de la entrega del

escapulario a San Simón Stock por la Virgen del Carmen

fue muy recurrente. El santo es el abogado de las ánimas

del purgatorio. En esta imagen, San Simon Stock aparece

recibiendo el escapulario de la mano de la Virgen del

Carmen y con este atributo, el beneficio de la Bula

Sabatina129. Algunas veces la Virgen entrega a san Simon

Stock el escapulario pequeño que usan los laicos y otras

veces el largo que portan los frailes.( Fig. 3.13)

La obra es de José de Páez, pintor del siglo XVIII.

Fig. 3.13 San Simón Stock, iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Coyoacán, México.

129
Jaime Morera, op. cit., p. 209.

76
La Virgen del Carmen con ánimas del purgatorio

Fig. 3.14 Las dos piezas tienen el tema Virgen del Carmen sacando ánimas del purgatorio, autor anónimo,

exposición La pintura cristiano indígena de la evangelización, Chiapas, México, 2009.

La devoción a la Virgen del Carmen se propagó desde los inicios del siglo XVII y los

encargos para artistas venidos de España y otros nacidos en su colonia no se hicieron esperar.

La influencia de los modelos europeos con el tema de la Virgen del Carmen fue determinante

para los aristas que trabajaron en la Nueva España.

Así mismo, los artistas indios hicieron su propia interpretación de estos diseños como se puede

observar en dos piezas que estuvieron presentes en la exposición temporal L apintura cristiano

índígena de la evangelización en el sureste del país.130 La devoción a la Virgen del Carmen

por los naturales empezó a representarse a principios del siglo XVIII. Las dos obras son

anónimas y de pequeño formato.

130
Esta exposición tuvo lugar en la ciudad de San Cristóbal las Casas, Chiapas , Fundación Uvence 2009.

77
Fig. 3.15Virgen del Carmen, Anónimo, siglo XVIII, Iglesia de la Profesa.

La Virgen promete a san Simon Stock bajar al purgatorio a rescatar a las ánimas según el

privilegio sabatino.131 Se hizo costumbre que la gente se enterrara con el hábito carmelita y que

las pinturas representaran a las ánimas portando el escapulario del Carmen. Los frailes

carmelitas hacían propaganda a su escapulario con estas pinturas y esto se convirtió en un

fenómeno comercial desde el siglo XVII. (Fig.3.15)

La Virgen del Carmen con santos a sus pies

En los siglos XVII y XVIII las corporaciones, las cofradías, las pudientes familias

embellecieron sus capillas con obras de arte consagradas a sus santos patrones. Las órdenes

religiosas contaron con suficientes recursos para la construcción de nuevos edificios o para

reconstruir los que ya existían. Las obras que decoraban esas iglesias no eran sobre temas

elegidos por el artista, sino que eran piezas impuestas por lo religioso, todo tenía un sentido.132

131
Dionisio Victoria Moreno, op. cit., p. 125.
132
Emile Male, El Barroco, arte religioso del siglo XVII, Italia, Francia, España, Flandes, España, Ediciones
Encuentro, p.203.

78
Fig. 3.16 José de Páez, Virgen del Carmen, 1750, Museo Soumaya.

Este tipo iconográfico de la Virgen del Carmen la presenta en compañía de diferentes santos

que son carmelitas generalmente. En esta pintura santa Teresa y san José la miran con

devoción.(Fig. 3.16) El autor pintó una escena celestial donde la Virgen y el niño ofrecen,

rodeados de querubines, escapularios de la orden a los santos que tienen a sus pies.

Contaminación iconográfica en diferentes tipos de representación de la Virgen del Carmen

El conjunto de transformaciones, selección y síntesis que se opera en el ámbito iconográfico

de una obra de arte es una contaminación iconográfica. En este proceso existe la posibilidad de

que el significado original pierda gradualmente su esencia a través de mutaciones o disfraces o

bien que a medida que se difuminen los significados originales, la forma asuma otros nuevos,

es decir que la obra sufra una reinterpretación a través de importantes cambios culturales o

espirituales. 133

133
Jan Bialostocki, Estilo e iconografía: contribución a una ciencia de las artes, Barcelona, Barral, 1973, p. 102.

79
La siguiente imagen es un ejemplo claro de contaminación iconográfica entre el modo de

representar una Inmaculada y una Virgen del Carmen.

Fig. 3.17 Apoteosis de la Virgen, anónimo, Museo de la Basílica de Guadalupe, siglo XVIII.

La fórmula definitiva de la Inmaculada, que dominó a lo largo del siglo XVII, fue la

resultante de la conjunción del motivo Tota pulchra con el de la mujer vestida de sol del

Apocalipsis.134 En la Apoteosis de la Virgen del Carmen, María está representada en plenitud

rodeada de ángeles y tiene a los santos carmelitas a sus pies. Esta pintura nos indica una

contaminación iconográfica entre el tipo de presentar una Inmaculada con la luna bajo sus pies

y el modo de pintar una Virgen del Carmen con santos de su orden.

134
Louis Reau, Iconografía del Arte Cristiano, vol. 2, Barcelona, Ediciones Serbal, 2002, p. 302.

80
La Virgen del Carmen como Divina pastora

Esta contaminación iconográfica es la resultante de la conjunción del motivo de la Divina

Pastora con la Virgen del Carmen.

3.18 José de Páez, La Divina Pastora, siglo XVIII, Muso de América, Madrid.

La Divina Pastora es una transposición tardía del Buen Pastor que es comparado con Cristo

ya que da su vida por sus ovejas. Esta fuente está en el Evangelio de san Juan.135

En esta contaminación iconográfica, la Divina pastora no fue pintada con una túnica de piel

de oveja como generalmente se le representa; pero sí empuña un cayado y acaricia un cordero

en su tipo iconográfico característico.136 La Virgen ostenta un hábito carmelita y dos ángeles la

coronan. Es necesario indicar que esta pintura contiene más de una contaminación iconográfica

porque también esta representada una Inmaculada con frailes carmelitas que la observan.

135
Louis Reau, op. cit., vol. 2, p. 134.
136
Ibid. p. 136.

81
La Virgen del Carmen representada como Virgen Peregrina

Este tipo iconográfico es otra forma de contaminación en la cual el artista hizo una fusión de

dos advocaciones para representar diferentes maneras de uso y al mismo tiempo darle gusto a

una advocación particular. Así como la

Contrarreforma137 imaginó una pareja de divinos

pastores, igualmente se constituyó una pareja de Cristo

y Virgen peregrinos. Esta iconografía nació por la

influencia del peregrinaje a diversas poblaciones que

tenían connotaciones religiosas. La pintura reunió en

una sola imagen a una Virgen peregrina y a la Virgen

del Carmen aunque esta última aparezca con otra

indumentaria que la tradicional, es decir, la presentó


Fig. 3.19 José de Ibarra, Virgen del
con el traje propio del peregrinaje y su sombrero de ala Carmen de Guatemala, 1750,
MUNAL.
ancha.

Así mismo, el artista pintó a santa Rosa de Lima junto a la Virgen del Carmen.

Probablemente el autor tuvo conocimiento de que las carmelitas estuvieron hospedadas en el

convento dominico de santa Catarina Mártir ya que esta pieza fue un encargo de las carmelitas

de Guatemala. Es preciso indicar las palabras del historiador Jan Bialostocki sobre este

tema”...”cada una de las utilizaciones implica un significado cultural distinto y por

consiguiente un alcance diverso con relación a su adopción para la cultura local”.138

La devoción a la Virgen del Carmen no era popular en Santiago de los Caballeros de

Guatemala (Antigua), hasta que las religiosas carmelitas le construyeron una ermita en el valle

de las Vacas, sitio en el que después del terrible terremoto de 1773 se establecería la nueva

capital.

137
La Contrarreforma fue el movimiento de la Iglesia Católica Romana en los siglos XVI y XVII que trató de
eliminar los abusos dentro de ella y responder a la Reforma Protestante.
138
Jan Bialostocki, op. cit., p.84.

82
La Virgen de Tlalpujahua

Por lo revisado en las formas de representar a la Virgen del Carmen es debido indicar que el

tipo iconográfico de la Virgen de Tlalpujahua es el de una Virgen de la Misericordia o en

patrocinio que ya se ha revisado en el apartado anterior. Según el historiador Louis Réau la

fuente literaria de esa forma de representar a la Virgen proviene de tiempo muy remoto. Los

cistercienses lo adjudicaban como propio desde el siglo XIII y los dominicos disputaban el

derecho de prioridad desde 1218, el año en que su fundador “santo Domingo había sido

favorecido por esta visión y que ésta debía considerarse como profética, una anticipación”.139

Otras órdenes religiosas también querían sentir el manto protector de la Virgen y las

carmelitas no se hicieron esperar “ fue así que santa Teresa vio aparecer a la Virgen vestida

con un manto blanco con el cual cubría a todas las religiosas del Carmelo.”140La difusión del

tema de la Virgen de la Misericordia se debió a las cofradías que se ponían bajo la protección

de la Virgen.

Algunos modelos que tuvieron gran aceptación en la Nueva España fueron los del

artista Francisco Zurbarán.

Fig. 3.20 Francisco Zurbarán, Virgen de las Cuevas, grabado, s/m, s/f. Museo Provincial de Sevilla.

139
Louis Reau, op. cit., p.123.
140
Idem.

83
Como los artistas de su época, Francisco Zurbarán tomaba un tipo iconográfico para pintar

diferentes obras. En el caso de esta pintura, es muy probable que haya tomado el modelo de

San Agustín protegiendo a su comunidad.141 Es posible que el autor de la Virgen del Carmen

de Tlalpujahua haya conocido las obras Virgen de las Cuevas y Virgen de la Misericordia de

este artista español y se haya inspirado en ellas para realizar su obra. Por lo demás, se trata de

un tipo iconográfico muy conocido en España desde el siglo XV. Otro modelo que pudo tomar

como base para su composición fue el de la Virgen del Carmen, de Alejo Fernández, que

Zurbarán vio sin duda en Sevilla142 (Fig. 3.5).

Fig. 3.21 La Virgen del Carmen Alejo Fernández, 1536, Archivo de Indias, Sevilla.

Es muy posible que el artista de la obra de la Virgen de Tlalpujahua haya visto un modelo o

estampa de Alejo Fernández y en él se inspiró para su trabajo. Yo opino que este artista, al

igual que el que pintó la obra de Tlalpujahua, realizó una contaminación iconográfica entre la

Virgen de la Misericordia y la forma tradicional de representación de la Virgen del Carmen es

decir con los atributos de la orden y el niño Jesús en los brazos.

En el siguiente subcapítulo abordo de lleno el tema de la Virgen de Tlalpujahua y con ello

utilizo el análisis visual de Alejandra González Leyva creado para interpretar las obras de arte.

141
Esta obra es del flamenco Schelte Adams Bolswert, grabador que trabajó al lado de Rubens. Fue publicada en
1624, en Amberes. En Julián Gallego, Zurbarán, 1598-1664, Barcelona, Ediciones Poligrafa, 1976, p. 27.
142
Idem.

84
Análisis visual de la Virgen de Tlalpujahua143

La imagen de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua como se aprecia actualmente. (Fig. 3.22)

Fig. 3.22 La Virgen del Carmen, foto de Rafael Pardo Cruz, Disprom, 2008.

Titulo: Nuestra Señora del Carmen


Autor: Anónimo
Fecha de factura: siglo XVII, XVIII y XX
Medidas: 171 x 160 cm
Técnica: Pintura sobre muro de arcilla al óleo
Estado de conservación: Muy deteriorado

143
Alejandra González Leyva, Un método de análisis visual, Universidad Autónoma del Estado de México,
número 6, julio-septiembre de 1991, pp. 68-69.

85
Tipo iconográfico

La obra consiste en una imagen de la Virgen del Carmen que se encuentra al centro de la

composición y está flanqueada al lado derecho por santa Teresa de Jesús, y al izquierdo por san

José.

La Virgen está vestida con el hábito de la orden del Carmen y tiene el escapulario en el

pecho. Su manto de patrocinio se abre para proteger a dos religiosos que se hallan hincados y

portan el hábito carmelita; posiblemente sean san Elías y san Eliseo, a quienes usualmente se

les representa juntos. Al otro lado, se aprecian dos monjas, quienes no pueden ser identificadas

por carecer de atributos, pero se trata de santas carmelitas por el hábito que visten.

La Virgen es una figura monumental. Su cuerpo se encuentra ligeramente en media

luna; su cabeza, inclinada hacia adelante; los brazos, extendidos, y las piernas parecen cortas.

Los personajes que se hallan a su lado son más pequeños, tal vez para dar una sensación de

perspectiva o mostrar la jerarquía de ella. El tamaño del grupo de religiosos es mucho menor al

de los personajes principales. En la parte superior del cuadro pueden verse dos angelitos o

querubines que sostienen una corona sobre la cabeza de la Virgen.

La fisonomía de María es la de una mujer muy joven, de tez morena clara, frente

amplia, nariz recta y boca pequeña que esboza una ligera sonrisa y mira a los espectadores. San

José y santa Teresa no tienen una relación sicológica entre ellos ni con los demás personajes

del cuadro, pero dirigen su vista hacia nosotros. Los religiosos hincados bajo la protección de

la Virgen la observan con respeto en una actitud orante.

Las manos de los personajes guardan una correcta relación con el cuerpo de cada uno.

No así los pies, ocultos bajo el ropaje. Los santos sostienen con una mano el manto de la

Virgen y con la otra una vara florida. Las manos de la Virgen permanecen debajo de su manto.

86
Los paños son de una textura gruesa, pesada, y las pinceladas son cortas y empastadas. Los

trazos de las capas son largos y curvos al final y dan la sensación de pesadez.

El espacio se crea con los personajes, colocados detrás de la Virgen para dar

profundidad. Las figuras pequeñas dan la impresión de que María es el personaje principal, de

mayor tamaño. El fondo es azul para que parezca que la escena se desarrolla en el cielo.

Iconografía de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua

La imagen de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua presenta tres intervenciones o etapas de

repinte detectadas en el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte del IIE.144 La primera en

el siglo XVII, la segunda en el XVIII y la última en la primera mitad del XX.

Debido a las diferentes intervenciones que ha tenido la pintura —y a fin de realizar un

estudio más detallado de la iconografía desde la perspectiva de la historia del arte—, he

recurrido al documento, esto es, a una fotografía tomada en blanco y negro antes de la

catástrofe de 1937.

El dato de la factura de la fotografía tuvo que haber sido en los primeros años del siglo

XX porque se logra apreciar la parte inferior del muro, donde estaba colocada la imagen en la

iglesia dieciochesca.

Se observan varios cambios entre la imagen que ahora se encuentra en la parroquia de

Tlalpujahua y la que muestra la reproducción. No existen datos registrados sobre la

restauración de la imagen actual; no obstante, los cambios pueden notarse a simple vista en

diferentes espacios de la fotografía, como puede observarse a continuación (Fig, 3.23).

144
Elsa Arroyo Lemus et al., Informe sobre la técnica de manufactura y resultados del análisis de tres muestras de
la pintura: Virgen del Carmen, parroquia de Tlalpujahua, IIE, UNAM, Agosto de 2009. En Anexo.

87
Fig. 3.23 La expresión de la faz de la Virgen se muestra distinta de la pintura actual: la nariz, los ojos,
la sombra de la barba, todo fue restaurado. Foto de época proporcionada por Sofía Garduño.

Fig. 3.24 La Virgen del Carmen en su estado actual. Foto de Rafael Pardo Cruz, 2008.
.

88
Fig. 3.25. En este acercamiento se puede apreciar la aureola de la Virgen.

En el acercamiento de la fotografía (Fig. 3.25), es posible observar detalladamente la

corona y el peinado de la Virgen. Los querubines que sostienen la corona se aprecian mejor

debido a que esta fotografía fue tomada en una fecha anterior a la coronación de la Virgen, que

ahora ostenta una corona de metal. Los paños y el tratamiento que se dio a las manos, los

rostros de los santos san Elías y san Eliseo, incluso la fisonomía de las monjas carmelitas, se

muestran con mayor claridad. Los semblantes de san José y de santa Teresa también se ven

restaurados y podemos apreciar con mayor detalle las flores que ambos portan. En esta

fotografía es importante notar el arete del lado izquierdo de la Virgen, que ya no fue pintado en

el repinte del siglo XX.

Quizas la restauración de la pintura fue realizada en un lapso posterior a la inundación

de mayo de 1937, antes de que se colocara la imagen en la parroquia del pueblo en el mes de

julio del mismo año. No pudo haber sido antes porque la fotografía muestra el altar de la

antigua capilla del Carmen y la pintura, como se puede considerar actualmente, revela grandes

cambios respecto a la reproducción. La fotografía fue tomada en los primeros años del siglo

XX según testimonios orales de habitantes de Tlalpujahua.145 Esta hipótesis la compruebo más

adelante.

145
Sofía Garduño, testimonio oral.

89
Para un análisis iconográfico de la pintura de la Virgen del Carmen, me baso en la

fotografía antes citada porque ofrece una mayor claridad aunque cabe señalar que la obra ha

sido repintada en dos ocasiones. La finalidad de estos repintes históricos posiblemente fueron

para restaurar el deterioro de la pintura y con ello revalorar la imagen, sobre todo después de la

inundación de 1937, el año en que adquirió una importancia cultural importante.

La corona de la Virgen del Carmen

Fig. 3.26 Corona imperial en el lado derecho con la cual hago una propuesta de cómo pudo haber sido pintada
originalmente. La figura del lado derecho es un detalle de la fotografía en blanco y negro.

La corona de la Virgen es alta y da la apariencia de ser de paño. El artista tomó como modelo

una corona imperial (Fig. 3.26). Durante los siglos XV y XVI, las coronas adquirieron

proporciones extraordinarias: se abultaron considerablemente.146 Este tipo de coronas llevaba

un aro de metal que se ceñía al contorno de la cabeza, adornado con perlas. De este aro salían

tres diademas unidas en lo alto en un aro de metal.

146
Manuel Trens, op.cit., p. 630.

90
El peinado de la Virgen

La Virgen está peinada con dos gruesas trenzas de color castaño que le caen sobre los hombros.

En los siglos XVII y XVIII, algunas vírgenes eran pintadas de esa manera. Se les cubría las

trenzas con unos galones de tisú de oro o de perlas. Este tocado tenía la ventaja de no disminuir

la longitud de la cabellera que podía ser tan larga que daba la apariencia de llegar hasta la

rodilla147. En la pintura original de la Virgen del Carmen y según los resultados del laboratorio,

el pigmento usado para el cabello de la Virgen era más claro que el que se aprecia

actualmente.148

El medallón y el manto de la Virgen

La capa de la Virgen se halla sujetado por un medallón que descansa sobre el pecho. La joya es

circular, tiene una piedra al centro, rodeada de otras ocho más que hacen juego con los aretes

de la Virgen. En el repinte que se le hizo en el XVIII se usó para este adorno el pigmento

llamado malaquita.149 En la fotografía se puede observar el arete izquierdo que ya no se pintó

en la intervención después de la inundación.

El manto abierto rompe un poco la estaticidad de la figura, ya que por el tratamiento de los

pliegues, la rigidez y el movimiento con que los santos recogen el manto da un sentido de

pesadez al conjunto. La Virgen viste con túnica marrón y escapulario; está decorada con

incisiones doradas —como corresponde a la patrona del Carmelo—, y envuelta por un amplio

manto rojo con una esclavina en el cuello. Los pliegues del manto indican que la imagen

estuvo repintada en el siglo XVIII.150

147
Ibid. p. 638.
148
Elsa Arroyo, op. cit., p. 12.
149
Ibid., p.13.
150
Ibid., p.15.

91
Ángeles o querubines

Los querubines o ángeles que sostienen la corona de la Virgen son representaciones muy

frecuentes en las pinturas religiosas del siglo XVIII. Desde mi punto de vista, los rostros de los

dos son muy diferentes, ya que el de la izquierda tiene la cara de un niño, mientras que el de la

derecha parece un hombre adulto. Los dos están en pleno vuelo. El izquierdo trae en sus manos

un ramo de flores. Los dos visten túnicas talares, ceñidas a la cintura, en tonos pardos. Se

pueden apreciar tanto los pies descalzos como las manos de ambos ángeles. Llevan las alas

extendidas para dar la apariencia de estar en el cielo volando.

El ángel que acompaña a la Virgen es un tema clásico. Fue retomado principalmente en

el siglo XV, pero pervive en la Edad Media, como lo ha escrito Panofsky151. En la pintura

española, los ángeles suelen ser de corta edad, con pelo corto, rizado y graciosos bucles

derramados por la frente y la nuca152. Los querubines configuran uno de los motivos

habituales en la decoración del Renacimiento. Se trata de espíritus celestes que, por su plenitud

de saber, contemplan la belleza divina que irradia hacia ellos. Forman el segundo coro angélico

y son una expresión del conocimiento superior. Su fundamento está tomado de la descripción

del Arca de la Alianza y del capítulo 9 (v. 21) de Daniel153.

151
Erwin Panofsky, El significado en las artes visuales, España, Alianza, 1979, p. 135.
152
Ana Ávila, Imágenes y símbolos en la arquitectura pintada española (1470-1560), Barcelona, Editorial
Anthropos, 1993, p.129.
153
Ibid. p.129.

92
San José

San José se encuentra al lado izquierdo de la Virgen. Sostiene la capa

de la Virgen con la mano derecha, y en la izquierda, la vara florida. El

esposo de la Virgen nos observa. Es un hombre joven, de rostro

sereno, con barba corta. Su indumentaria consiste en una túnica color

verde con un manto terciado en tonos pardos. El tema de la vara florida

que porta san José no aparece en los evangelios canónicos, pero la

fuente nos remite a los evangelios apócrifos: el Protoevangelio de

Santiago y el Evangelio del Pseudo Mateo, en que la vara de José

estaba cubierta con flores de almendro.154

El pensamiento cristiano comenzó a interesarse por san José a

fines de la Edad Media. El discurso de Juan Gerson155 pronunciado en

el concilio de Constanza en 1413 planteó que se elevara a José a un

rango superior al de los apóstoles y próximo al de la Virgen. Propuso una fiesta universal para

conmemorar los Desposorios de María y José, lo cual no se aprobó, pero influyó para

intensificar el culto. Esto no fue todo, santa Teresa infundió gran devoción hacia san José, el

padre adoptivo de Jesús y lo eligió —en 1621— como su patrono. La Orden Carmelita

Descalza instauró la fiesta de su Patrocinio en el tercer domingo después de Pascua156 desde el

año de 1689. Posteriormente, se publica la “Suma de los dones de José”, del dominico

Isolanus157 que afianzó el culto al santo. Según este autor, san José poseía todas las virtudes,

los siete dones del Espíritu Santo y las ocho beatitudes del Sermón de la Montaña.

154
Rogelio Ruiz Gomar et al, Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte, México, CONACULTA, 2002,
p.177.
155
Jehan Charlier Gerson compuso un oficio de los Esponsales de José en 1440, en el concilio de Constanza.
156
Catecismo de la Iglesia Católica, US Catholic Church, 2006.
157
Esta suma fue publicada en Pavia en 1522, en Emile Male, op.cit., p. 286.

93
Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús se encuentra al lado derecho de María. Sostiene con la mano izquierda el

manto de la Virgen, y en la mano derecha, una rama de azucena. Es muy frecuente que se

represente a la santa de Ávila junto a san José, al que consideraba el espejo de su alma, y a

quien dedicó su primer convento, el de San José de Ávila.

Esta santa carmelita nació en Ávila el 28 de marzo de 1515. Cuando cumplió cuarenta y

cinco años, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una nueva vida

cuya divisa era: “O sufrir o morir”. 158 Santa Teresa se dio cuenta de

que la vida monástica era muy relajada y dedicó todos sus esfuerzos

para reformar la observancia de la regla, que comprendía la

obligación de la pobreza, de la soledad y del silencio. Las nuevas

carmelitas descalzas dormían sobre un jergón de paja, llevaban

sandalias de paja o de madera, consagraban ocho meses del año al

ayuno y se abstenían de comer carne. Entonces fundó el citado

convento de San José , que abrió sus puertas el 24 de agosto de 1562. A este siguieron 14

fundaciones mas de hermanos Carmelos en España.159

En 1567 conoció a Juan Yepes, que más tarde tomaría el nombre de Juan de la Cruz,

con él introdujo la gran reforma carmelitana que abarcó también a la rama masculina. Sus

escritos fueron modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba

de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582. Fue beatificada en 1614 por el papa Pablo V

y canonizada el 12 de marzo de 1622 por el papa Gregorio XV. Pablo VI la declaró doctora de

la iglesia en 1970.

158
Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección, Madrid, Editorial La lectura, 1929, p.129.
159
Diana Blomenfeld, La sabiduría de Santa Teresa de Jesús, Madrid, Editorial Devas, 2002, p.10.

94
San Elías y san Eliseo

San Elías y san Eliseo se encuentran bajo el manto protector de la Virgen. Visten el hábito

carmelita. La historia de ambos se halla íntimamente ligada a la del Carmelo. En la pintura que

es objeto de mi estudio, ambos están hincados mirando con devoción a la Virgen. San Elías es

el personaje más cercano a la Virgen. Tiene el aspecto de un hombre mayor que usa una larga

barba gris. San Eliseo es joven, parece tener la tonsura propia de los frailes. Los dos portan el

hábito carmelita y la capa blanca que usaban en las celebraciones más significativas.

San Elías es el personaje más importante para la orden del Carmelo. Sin nombrarlo

literalmente su fundador, los carmelitas se dicen descendientes de este santo.160

El profeta Elías vivió en el Monte Carmelo en el siglo X a C. Fue contemporáneo de

Salomón, y el primero en dar un modelo de vida monástica al mundo. Elías adoptó una regla

severa, aceptada por Eliseo y que los ascetas del Carmelo propagaron. Esta primera institución

duró varios siglos, hasta la llegada de Jesucristo. Algunos de estos monjes fueron san Juan

Bautista, san Andrés, san Saturnino. Después de la muerte de san Juan Bautista, estos

carmelitas de la era apostólica se convirtieron en discípulos de Jesucristo y al día siguiente del

Pentecostés se unieron a los apóstoles.161 La transfiguración fue un tema muy recurrente en las

160
Carmen Alicia Dávila, op. cit., p.53.
161
Emily Male, Ibid. p. 374

95
iglesias carmelitas. La importancia de san Elías era tan grande que lo representaban al lado de

Jesucristo y de Moisés.162 Los carmelitas estaban orgullosos de que, según la tradición, Elías

haya obtenido de Cristo la promesa de que su Orden perduraría hasta la consumación de los

siglos.163

San Eliseo fue el sucesor de san Elías y generalmente se les representa juntos. Una

escena frecuentemente requerida por los carmelitas era la de Elías cubriendo con su manto a

Eliseo cuando éste último se integró a la Orden.

Los carmelitas se sentían profundamente orgullosos de su pasado legendario y al mismo

tiempo mítico. Justamente por ése motivo, no dudaban en contar todos los episodios de sus

santos en las iglesias. Tal es el caso del templo de San Martín de los Montes en Roma, donde

se representan las escenas de la vida de san Elías y san Eliseo.

Monjas carmelitas

En la parte inferior izquierda de la pintura de la Virgen del Carmen

se aprecian dos monjas hincadas que visten el hábito carmelita.

Carecen de atributos que posibiliten su identificación, pero es

factible suponer que se trata de María Magdalena de Pazzi y de

Ana de San Bartolomé, ya que ambas estuvieron muy cerca de

Santa Teresa. La primera fue canonizada; la segunda,

beatificada.164

María Magdalena de Pazzi nació en 1566 en Florencia. Perteneció a la noble familia de

los Pazzi. Esta santa carmelita fue una especie de santa Teresa florentina: los éxtasis le abrían

el cielo, donde veía en la gloria eterna a la Virgen, a santo Tomás de Aquino y a san Luis

162
Idem.
163
Emile Male, El Arte Religioso del siglo XII al siglo XVII, México, FCE, 1966, p.189.
164
Rafael Lopez Melús, Santa María Magdalena de Pazzi, carmelita: su vida y su doctrina, España, Ediciones
Amacar, 1991, p.225.

96
Gonzaga. En estos momentos, se sentía sobre las nubes, se alejaba de la tierra y parecía

volar.165 Radiante de pureza, deseaba sufrir por la redención de las cortesanas, a las que

llamaba sus hermanas, y hacía verter en su carne cera caliente de los cirios, que teñía con su

sangre.166

En Roma, en la iglesia de san Martín del Monte hay una capilla dedicada a santa María

Magdalena de Pazzi. Es una obra de Rainaldi. Los cuadros con escenas de la santa son de

Ludovico Gimignani, contemporáneo y amigo de Bernini.

Al año de su muerte, se abrió su sepulcro y su cuerpo apareció fresco, entero y flexible.

Los procesos para la beatificación comenzaron en 1611 y llegaron al ocho de mayo de 1626,

gracias al papa Urbano VIII. Clemente IX la canonizó el veintiocho de abril de 1669.

Ana de San Bartolomé nació en 1549, en Ávila, España. Para 1570 ya había ingresado

en la orden del Carmelo. Rápidamente ascendió de simple hermana conversa a ser la secretaria

particular de santa Teresa. La santa, reconociendo la valía de su prestación personal y su

extraordinaria santidad, llegó a decirle: “Ana, Ana, tú haces las obras, yo tengo la fama”.167

En su Autobiografía, escrita por obediencia, nos dejó constancia de las muchas gracias

místicas que gozó durante su vida, como fruto de su gran amor a la humanidad

de Jesús y al misterio de la Trinidad.168 Murió en 1622 y fue beatificada en 1917 por el papa

Benedicto XV. Su fiesta se celebra el 7 de junio.169

165
Emile Male, El Arte religioso de la Contrarreforma, Ediciones Encuentro, Madrid, 2002, p. 159.
166
Ibid. p. 165.
167
Rafael María López Melús, Los Santos Carmelitas, Madrid, Ediciones Amacar, 1989.
168
Ana de San Bartolomé, Obras completas de Ana de San Bartolomé, Roma, Editor Julián de Urkiza,
Teresarium, tomo 1, 1981, p. 282.
169
Ibid. p.377.

97
Estudio del estado actual de la pintura de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua: sus

diferentes restauraciones y repintes

El objetivo principal de este apartado es comentar los resultados del estudio —con bases

científicas— de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua, con el fin de obtener un conocimiento

más amplio sobre esta imagen. La unión y el apoyo de la historia del arte, la conservación, la

fotografía y los especialistas en el análisis de laboratorio que trabajan con diferentes técnicas,

han sido fundamentales para contar con una visión completa de esta pintura.

La materialidad de la obra en su significación religiosa, histórica y cultural nos permite

comprobar o desechar hipótesis planteadas en este trabajo de investigación. El objetivo general

del presente estudio consistía en reconstruir el contexto religioso y social de la época en que

fue realizada la obra; su valoración estética, así como comprobar —mediante estudios de

laboratorio, materiales y técnica pictórica— las intervenciones a las que ha sido sometida y los

lugares y circunstancias en que ha estado expuesta como objeto de culto.

Gracias a este estudio se pudieron identificar y caracterizar las tres etapas pictóricas que

tiene la pieza, se trata de repintes totales que cubren toda la superficie pictórica, impidiendo ver

las etapas previas.

El estudio de la pieza in situ era necesario. Por ello, el primero de abril de 2009, solicité

permiso al sacerdote Juan Zamora Molina —párroco de la iglesia de Tlalpujahua— para que

nos permitiera inspeccionar la pintura de la Virgen del Carmen, “determinar el estado de

conservación y características tecnológicas de la pieza así como diferenciar las modificaciones

o alteraciones del original”.170

La visita tuvo lugar el tres de abril de 2009 en la parroquia de Tlalpujahua, Michoacán.

El estudio científico de materiales fue conducido dentro del LDOA por Elsa Arroyo. 171

170
Elsa Arroyo, op. cit., p.1.
171
El informe completo de la visita se localiza en el anexo de este trabajo.

98
La inspección de la pintura la realizaron Elsa Arroyo y Eumelia Hernández del LDOA bajo

diferentes espectros luminosos.

Los estudiantes en Historia del Arte Enrique Mondragón y Martha Casas Bravo recibieron el

apoyo de Alejandra González Leyva de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para la

interpretación de la pieza.

El informe contiene una breve historia de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua, el

resultado de la inspección con el equipo técnico, un análisis de tres muestras de la pintura y

tres tablas donde se detalla con cuidado la estratigrafía de la obra y los pigmentos usados en

cada época.172

Fig. 3.27 Inspección de la pintura de la Virgen. Fotografía Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

Las muestras de la capa pictórica de la imagen, que fueron estudiadas en el laboratorio,

las obtuve al recogerlas directamente del piso ya que caen libremente debido al proceso de

humedad que sufre la pintura y que ha dado como resultado la escamación de la misma.173

172
Elsa Arroyo Lemus, op. cit., p. 5.
173
El estudio de las muestras lo realizaron Elsa Arroyo y Víctor Santos del IIE y por Dr. Manuel Espinosa
Pesqueira del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, Secretaría de Energía.

99
La investigación realizada en los capítulos anteriores y el informe presentado por Elsa

Arroyo del Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte me han servido de base para

interpretar la obra bajo la luz de la Historia del Arte.

La pintura original de la Virgen del Carmen fue facturada en el siglo XVII; pintada en

el muro lateral de una pequeña ermita que pertenecía a una hacienda de moler metales. Hasta la

fecha, las investigaciones sugieren que pudo ser propiedad de un minero llamado Juan

Castellanos Galindo, y de la cual todavía era propietario al comienzo del siglo XVIII. La

hacienda fue abandonada por incosteable. Las pinturas de los santos de la ermita se fueron

borrando y sólo la de la Virgen del Carmen se conservó. Esta pintura fue fabricada por el

artista sobre un mortero de arcilla, y la base de preparación es de yeso aglutinado con cola. La

estratigrafía indica que la base de preparación fue realizada en dos campañas, es decir, que

hubo un tiempo de secado entre una primera capa y la segunda. Es muy probable que el pintor

que ejecutó la obra no la haya elaborado inmediatamente después de aplicar la base de

preparación, sino que haya esperado un tiempo para poner la segunda capa. ¿Por qué no lo hizo

inmediatamente?

La base de preparación de yeso necesita un tiempo para secarse completamente y más aún

si el cuadro o mural iba a ser pintado al óleo. No se puede mezclar agua y aceite, es una ley

básica. Tal vez no tenía los pigmentos adecuados para su obra en ese momento o quizá no tenía

clara la composición o el modelo en que se iba a basar. Hay que tener en cuenta que

Tlalpujahua estaba muy alejada de la capital y que los materiales tenían que llevarse en mulas

de carga en pleno siglo XVII.

El modelo en que se basó el pintor pudo haber sido una Virgen de la Misericordia a la

que le añadió los atributos de la Virgen del Carmen, como se ha señalado a lo largo de esta

investigación.

100
La observación de la obra con infrarrojo muestra que la factura de la pintura original

muestra una calidad artística y plástica muy superior a las intervenciones y repintes que tuvo en

siglos posteriores. Por ejemplo, en esta primera etapa, la Virgen tenía un trenzado más cerrado

y aderezado con una red hecha con aplicación de oro a pincel. Asimismo, su cabello era más

claro. El escapulario estaba decorado profusamente con estrellas doradas; el vestido, ricamente

decorado; la empuñadura de las mangas imitaba encaje con una decoración de oro a pincel, y el

vestido tenía oro en hoja como base. Encima se plasmó la tela con la intención de imitar un

terciopelo brocado.174

Las intervenciones que se le han hecho a la Virgen posteriormente han respetado su

rostro, que permite ver el modelado original del artista. Sombras verdosas definen la nariz y los

ojos con pinceladas muy suaves. La boca posee el color original; un rosa tenue dibuja los finos

labios.175

Parece ser que los personajes bajo el manto de patrocinio en la pintura original eran

diferentes de los que se ven en la actualidad. Los santos jesuitas san Ignacio de Loyola y san

Francisco Javier que menciona Valleza, 176 pudieron ser sustituidos en un repinte posterior por

santos carmelitas; los pigmentos empleados en la pintura original eran distintos de lo que se

puede apreciar actualmente.

Es necesario mencionar que posiblemente haya existido una guirnalda de rosas en la

parte inferior y que fue cortada en forma abrupta.177 Era común en obras de este tipo

iconográfico pintar flores en la parte inferior de las pinturas, como lo muestra el detalle de la

Virgen de las Cuevas de Zurbarán. En la pintura de la Virgen de Tlalpujahua pueden verse

174
Elsa Arroyo, op. cit., p. 13.
175
Ibid. p. 14.
176
Miguel Madrigal, op. cit., p. 25.
177
Elsa Arroyo, op. cit. p. 12.

101
tonalidades azules y anaranjadas en las lagunas de la zona inferior de la pintura.178 Es muy

posible que esas tonalidades correspondieran a una guía de flores.

Fig. 3.28. Detalle inferior de Virgen de las Cuevas, Francisco Zurbarán, 1641-1648, Museo Provincial de Sevilla.

En la primera etapa, es decir la del siglo XVII, el artista usó una capa de pigmentos

tradicionales aglutinados con aceite. Dichos pigmentos son el blanco de plomo, tierra ocre,

tierra roja, tierra de sombra tostada, tierra negra, oropimente, minio, malaquita, índigo, laca

orgánica roja179. El índigo hallado en esta etapa original se pudo diferenciar del repinte del

siglo XVIII gracias a las pruebas de laboratorio mencionadas en una de las tres muestras

revisadas.180 La hipótesis general de este trabajo, que ambicionaba datar la obra original, queda

confirmada en este estudio.

Segunda etapa: repinte del siglo XVIII

El padre Felipe Neri Valleza, párroco y juez eclesiástico de Tlalpujahua, fue el encargado de

investigar acerca de una capilla dedicada a la Virgen del Carmen por orden de Esquivel y

Vargas, canónigo lectoral y calvero de la Santa Iglesia Catedral de Valladolid181.

178
Idem.
179
Ibid. p. 26.
180
Ibid. p. 24.
181
Miguel Madrigal, op. cit., p. 19.

102
En 1730, el padre Valleza encontró en muy malas condiciones la capilla. Con ayuda de

fieles y peregrinos, edificó un nuevo templo para colocar en el altar mayor la imagen de la

Virgen del Carmen.

Se conoce una fotografía antigua de la pintura, a la cual ya me he referido. “Es posible

que ésta todavía estuviera emplazada en la iglesia del siglo XVIII. En esa foto, la Virgen del

Carmen presenta un estado de conservación muy bueno. El aspecto de la superficie contrasta

con el estado en que se encuentra la cenefa o guardapolvos debajo de la Virgen del Carmen,

donde se aprecian áreas abrasionadas, lagunas y faltantes, deterioro común en murales que han

sobrevivido con el paso de dos siglos de antigüedad. Es importante destacar que esta imagen

permite percibir otra característica de la obra: la zona de unión entre enlucidos —justo entre la

escena de patrocinio de la Virgen del Carmen y la cenefa— se ve como una grieta, lo que

puede interpretarse como una evidencia de la reubicación del muro original en la iglesia

dieciochesca”.182Por lo tanto, el repinte total de la pieza pudo ocurrir en ese momento, una

especie de “ renovación”.

Es importante notar que esta fotografía ya muestra la interrupción de las rosas, y que su

estado de conservación se observa muy estable. Por ello, se debe pensar que la primera

reintegración o reposición de color de la obra fue antes de la inundación de 1937. Es posible

que hubiera sido cuando la pieza se recolocó en la iglesia dieciochesca.183 Los datos de la

mudanza de la imagen fueron escritos por el mismo padre Valleza.

Entre la pintura original y esta segunda etapa del siglo XVII se observan una capa de

barniz y una capa gruesa de rojo laca.

La intervención que se le hizo a la pintura en el siglo XVIII parece que cambió a los

personajes que aparecen bajo el manto de la Virgen. Esta composición es la que se ve en la

actualidad. Los pigmentos usados para este repinte —el blanco de plomo, tierra ocre, tierra

182
Elsa Arroyo, op. cit., p. 4.
183
Ibid. p. 12.

103
roja, tierra de siena tostada, tierra negra, resinato de cobre, minio, azul de Prusia, y laca

orgánica— fueron aglutinados con aceite.184

Es preciso notar que el cambio en la paleta al usar azul de Prusia en lugar de índigo

constituye un indicador de temporalidad, ya que fue usado por vez primera en 1704 por

Diesbach en Berlín. En la Nueva España se ha mencionado su identificación en obras de la

década de 1730.185

La pintura de la Virgen del Carmen permaneció en esta capilla por doscientos años. La

Independencia, la Revolución, la bonanza de la mina Dos Estrellas, no hicieron que se

modificara su lugar de culto. La imagen continuó teniendo una relativa devoción en

comparación con el impacto tan grande que tuvo en la población durante la catástrofe de 1937.

El 27 de mayo de ese año, la presa que contenía el material de desecho de la mina Dos

Estrellas se desbordó y la pequeña iglesia, que se hallaba muy cerca de la mina, quedó

sumergida en el lodo, lama cinaurosa, que llegó a una altura de nueve metros en el lugar donde

estaba pintada la imagen,186según ha quedado referido en otro capítulo.

El estado de conservación del muro donde se encontraba la imagen hizo que la

población creyera que se trataba de un milagro y de inmediato se dieron a la tarea de llevar a la

imagen a la parroquia del templo. Para tal efecto —y para consolidar el muro desde el mortero

de arcilla— la encasillaron en un molde de cemento y acero con polines de madera. El sistema

de consolidación con cemento no es adecuado para la conservación de la pintura mural que

tiene como soporte un mortero de arcilla.187

La tradición oral, según narra Miguel Madrigal, la Virgen no sufrió ningún daño; sin

embargo, a simple vista se nota que la pintura fue restaurada durante esta etapa, muy

probablemente ya montada en el retablo mayor de la parroquia donde ahora está colocada.

184
Ibid. p. 26.
185
Ibid. p. 22.
186
Miguel Madrigal, op. cit. , p. 59.
187
Elsa Arroyo, op.cit., p. 6 , en Paolo y Laura Mora, La conservación de las pinturas murales, Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 2003.

104
Repinte del siglo XX: pigmentos modernos

En el último repinte de la imagen aparecen pigmentos de naturaleza sintética, cuyo proceso de

obtención se relaciona con producción de materiales modernos, propios del siglo XX. En la

tercera modificación o repinte, se utilizaron los siguientes pigmentos: blanco de bario, blanco

de zinc, tierra de sombra tostada, tierra ocre, tierra roja, tierra negra, negro de humo,

bermellón, colorante azul sintético.188 La presencia de blanco de bario también es un indicador

de temporalidad, pues su introducción comercial como material de artista tuvo lugar entre 1810

y 1820.189 Es preciso mencionar que el uso de bermellón en este repinte moderno, “con

partículas de granulometría finísima y homogénea, indica su producción industrializada. El

bermellón sólo se identificó en esta última capa de repinte”.190

Con base en los resultados del análisis del estudio científico de laboratorio que ejecutó Elsa

Arroyo realicé una tabla comparativa de pigmentos usados en la pintura de la Virgen del

Carmen a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XX.

Oro en polvo

188
Elsa Arroyo, op.cit. p. 26.
189
Elsa Arroyo, op. cit. , p. 23, en Robert L. Feller, “Barium Sulfate–Natural and Synthetic” en Artists’ Pigments,
Volume 1, UK, Cambridge University Press, 1986. p. 47.
190
Elsa Arroyo, op. cit. p. 23.

105
La tabla indica que la pintura de la Virgen del Carmen fue facturada en el siglo XVII y

tuvo una intervención muy importante en el XVIII. Fue movida de su lugar original y

repintada con pigmentos propios de la época. La restauración siguió la composición original

del artista; sin embargo, los personajes bajo el manto de patrocinio de la Virgen al parecer

fueron cambiados.

El estado de conservación de la pieza es alarmante. La escamación de la capa donde está la

pintura se manifiesta día tras día. Las pequeñas reparaciones que se le han hecho (Fig. 3.29)

últimamente no hacen sino acelerar su deterioro.

La pintura ha estado sometida a diferentes cambios a través de los siglos. Su estado

actual nos obliga a dar una señal de alerta, debido al deterioro tan marcado en que se encuentra.

Los constantes repintes y las restauraciones no profesionales han dejado huella en su estado

actual, como lo presenta el diagnóstico del Laboratorio de Obras de Arte del Instituto de

Investigaciones Estéticas.191 Todos coinciden en que el deterioro de esta pieza tan estimada y

de gran culto debe ser detenido con una restauración profesional, para que los devotos la

conserven por mucho tiempo a favor de generaciones futuras.

Fig. 3.29 San José. Foto Eumelia Hernández LDOA-IIE, 2009.

191
La figura de san José es una de las más deterioradas.

106
Conclusiones

La presente tesis de investigación fue planteado desde una perspectiva interdisciplinaria que

me llevó a consultar múltiples personas, archivos y autoridades tanto del orden académico,

civil y religioso. De esta manera he podido responder a las preguntas iniciales que me planteé

desde que decidí realizar este estudio de la imagen de la Virgen del Carmen. Mis inquietudes

cambiaron de ser sólo una admiración a la imagen, a una apasionada necesidad de conocer sus

orígenes y que como historiadora del arte me he obligado a indagar quién fue el autor de la

obra, cuál su fecha de factura, porqué fue removida de su espacio original en estos casi

cuatrocientos años y si la obra fue restaurada y cuantas veces, etcétera. Con estas motivaciones

empecé la investigación para poder aportar datos precisos que enriquecieran la presencia

histórica de la imagen, que lleva a tantos feligreses a realizar peregrinaciones a este poblado de

Michoacán que tiene una antigüedad de casi quinientos años, ya que desde 1542, se le otorgó

con cedula virreinal firmada por Luis de Velasco, el rango de Real de Minas de Tlalpujahua,

como ya se ha indicado en los capítulos anteriores.

Para hacer un estudio serio sobre la imagen, para la obtención de datos, su lectura e

interpretación, se acudió a métodos de investigación documental y de campo provenientes de la

historia, la historia del arte, análisis de laboratorio y la colaboración de expertos en fotografía y

en análisis de técnicas pictóricas que se hicieron de manera simultánea y que le dieron a la

investigación un carácter multidisciplinario que no habría logrado yo sola, y poder definir los

valores estéticos e iconográficos que prevalecían en la época en que el autor realizó la obra y

comprender la función que tiene la imagen en nuestro momento actual.

A través de los tres años de estudio que tomó hacer la investigación se fueron

corroborando y desechando hipótesis que desembocaron en proponer otras nuevas como una

red que se fue tejiendo y que la hizo más larga, profunda, e interesante.

107
La primera hipótesis planteada, en la que se pretendía demostrar acerca del auge minero

del Real de Minas de Tlalpujahua en sus tres siglos de colonización y su liga a la imagen de la

Virgen del Carmen, pude obtener fechas exactas de su establecimiento como Real de Minas y

el surgimiento de haciendas de beneficio con capillas particulares; una de ellas, la del barrio

del Carmen por medio de datos que logré obtener del Archivo General de la Nación.

Como segunda hipótesis, que fue corroborada casi desde el comienzo de la investigación, es

la que la imagen de la Virgen del Carmen estuvo ligada a la fortuna de Tlalpujahua y que desde

un principio fue venerada y considerada como patrona de los mineros, esta devoción sobrepasó

la época colonial, tuvo su mayor auge a principio del siglo XX con la mina de Dos estrellas y

en la actualidad es considerada como imagen milagrosa que es visitada por miles de peregrinos

cada año.

Para el estudio iconográfico hice una revisión del origen del culto al Carmelo desde

Europa, cómo llegó a America, más tarde a Michoacán y por último a Tlalpujahua, esta

devoción como todas los demás, se propagó mediante grabados, los cuales facilitaron a frailes

y artistas a representar a vírgenes, santos y divinidades, de esta manera doy repuesta a la

tercera hipótesis planteada al inicio de esta tesis, como por ejemplo que el artista en el caso de

la Capilla del Carmen, se valió de estos grabados o pinturas provenientes de Europa. Concluyo

y compruebo la cuarta hipótesis, es decir que la composición del cuadro, objeto de mi estudio,

es el de una Virgen de la Misericordia, pero el artista, al adaptarla a la iconografía de la Virgen

del Carmen, alteró la forma tradicional de representarla que es con el niño Jesús en los brazos y

con ello, la imagen sufrió una contaminación iconográfica de las dos advocaciones.

Con el objetivo de profundizar en la investigación de la imagen tomé un diplomado que

impartió la Universidad de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, sobre la minería de la región de

Tlalpujahua; pude tener acceso al archivo digitalizado que tiene en la tenencia de Tlacotepec,

(municipio de Tlalpujahua) y conocer gente que aportara datos sobre la historia de la Virgen.

108
Gracias a ello me proporcionaron una fotografía de la Virgen tomada antes de la catástrofe de

1937 e hice uso de este documento para poder efectuar la revisión iconográfica de la imagen.

Dentro de Tlalpujahua se hizo un recorrido de los tres lugares en donde ha sido ubicada la

imagen, desde el siglo XVII hasta el siglo XX. Al mismo tiempo se efectuó una inspección de

las restauraciones que se le han hecho y los materiales usados en ellas. Esas labores me

llevaron a comprobar la quinta, sexta y séptima hipótesis que son relevantes para el motivo de

esta tesis y que fue el hecho de verificar que en cada sitio donde estuvo expuesta la imagen

tuvo repintes totales cuyo objetivo era renovar la imagen y disfrazar su deterioro y al parecer

un cambio importante en su lectura iconográfica. El estudio técnico y material que hizo el

Laboratorio de Obras de Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, aportó

datos sorprendentes sobre la imagen que nos llevó a la conclusión de que los repintes que se le

han hecho a la Virgen corresponden a una determinada temporalidad, cambiaron el tamaño y la

expresión de los rostros que aparecen en la pintura. Se modificaron los religiosos que están

bajo el manto de María, el soporte de la pieza es un mortero de arcilla y que desde un inicio la

imagen fue pintada al óleo y los repintes que se le han hecho a través de los siglos han

mantenido la misma técnica pictórica.

Se comprobó que tanto la composición del cuadro como los materiales de la etapa original

que la forman son propias del siglo XVII y que los datos que aparecen en la recopilación de

crónicas de Manuel Madrigal, realizada en el siglo XX, son imprecisos respecto a los

personajes que aparecen en la obra y que desafortunadamente se han venido repitiendo a lo

largo de los libros que se han escrito sobre ella sin hacer un estudio minucioso sobre la misma.

La investigación de los materiales con los que fue constituida la obra y el estudio de las

intervenciones que se le han hecho a lo largo de más de trescientos años nos han proporcionado

datos de cómo la mezcla con materiales que químicamente no son compatibles, como es el

caso del concreto han llevado a la pieza a un estado de deterioro casi catastrófico.

109
Los repintes fueron colocados con el criterio de homogenizar el efecto cromático de la

superficie, sin embargo las restauraciones no fueron hechas con la técnica y forma adecuada y

sólo han contribuido a hacerle más daño.

Cuando la pieza fue colocada en la capilla dieciochesca, en la que permaneció por más de

dos siglos, sufrió un deterioro lento, más por el paso del tiempo que por el movimiento en sí.

La pintura de la Virgen se dañó violentamente en el desastre de las lamas, en el siglo XX;

sobre todo en la forma en que se preparó el muro de soporte para su traslado y una vez llegado

a su emplazamiento actual, dejarlo así, con la estructura de cemento, acero y madera que lo

contiene y que provoca que la humedad tenga salida por la superficie pictórica.

El deterioro que muestra la pieza nos lleva a un conocimiento que es al mismo tiempo una

señal de alerta para prevenir lo que sucederá con esta pintura en un futuro cercano.

Consideré oportuno incluir una cronología sobre el origen del culto a la Virgen del

Carmen y así facilitar su estudio iconográfico.

Los materiales originales de la pintura corresponden al siglo XVII. No se sabe exactamente

cuál fue su función original. Esto ha cambiado a través de los años, empezó por ser una más de

las pinturas de la capilla de la hacienda para moler metales, al paso del tiempo y de diferentes

catástrofes naturales, es ahora la imagen de mayor prestigio y estima social de la población de

Tlalpujahua y ocupa el lugar de honor de la parroquia.

Después de la catástrofe de 1937, la imagen cobró una estima religiosa y moral

extraordinaria, muy superior a la que tenía en su capilla del barrio del Carmen. Los mejores

años de Dos estrellas ya habían pasado y la imagen tenía una importancia relativa, muy

apreciada por los vecinos pero no tanto así por toda la población de Tlalpujahua, hasta que

sucedió la inundación y con ella la concepción de milagro en el imaginario colectivo.

La historia de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua se entreteje de datos históricos y de la

tradición oral. Como ya se mencionó, empezó por ser una más de los santos de una capilla

110
pequeña de una hacienda con una devoción particular, posteriormente, en el siglo XVIII, se

convirtió en la protectora de los mineros, ya que la explotación de yacimientos era la actividad

principal del Real de Minas de Tlalpujahua, y por último, en el siglo XX, como la patrona de

la población y virgen milagrosa de fama nacional.

La imagen de la Virgen del Carmen ha cambiado a través de los siglos, su iconografía,

vestuario, personajes que la acompañan son diferentes. La función para la que fue creada y el

lugar de culto también, el prestigio social de la imagen ha crecido, el fervor religioso ha

aumentado considerablemente. Las múltiples intervenciones y su traslado han deteriorado la

imagen en lugar de preservarla y el reto está presente, los signos de alarma se manifiestan día

con día.

Las autoridades religiosas y civiles tomarán las decisiones adecuadas, la autora se concreta

a dar la señal de alarma por el grado de devoción que le profesa a esta imagen.

Esta investigación sigue abierta para futuros estudiosos del tema, quizá la autora de

este trabajo debido a la importancia que tiene el hacer una restauración profesional de la

pintura, que ya está muy dañada, y cuyo proceso de destrucción interna que tuvo desde el

movimiento en 1937 ha hecho que el soporte de concreto absorba humedad año con año y que

provoque gran destrozo a la imagen, que urge que se arregle el muro de soporte que la contiene

para detener el deterioro de la pintura.

Es importante recalcar lo que se escribió desde un principio de la investigación y es el

hecho de que la veneración, la honra y el amor que le guarda la autora a esta imagen, sigue

intacta en ella y que simplemente se le hizo este análisis pictórico para comprobar su fecha de

factura y la técnica usada, aportar más datos sobre su contexto histórico y que siempre se le ha

tratado con gran respeto como la imagen de culto más importante que tiene la población de

Tlalpujahua.

111
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115
Anexo 1

Informe sobre la técnica de manufactura y resultados


del análisis de
tres muestras de la pintura: Virgen del Carmen,
parroquia de Tlalpujahua, Michoacán.

Texto: Elsa Arroyo Lemus


Fotografías: Eumelia Hernández, 2009
Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte – IIE UNAM
Agosto 2009

Anónimo, Virgen del Carmen


Pintura mural al óleo
Dimensiones: 171 x 160 cm

INTRODUCCIÓN

El 3 de abril de 2009 se realizó una visita de registro y


levantamiento de datos de técnica de manufactura de la Virgen
del Carmen, imagen central del retablo mayor de la parroquia de
San Pedro y San Pablo en Tlalpujahua, Michoacán. El objetivo de
la inspección era determinar el estado de conservación y
características tecnológicas de la pieza así como diferenciar
las modificaciones o alteraciones del original mediante dos
116
técnicas de iluminación y registro fotográfico: ultravioleta e
infrarrojo. También se obtuvo información sobre las
características físicas de la obra, qué tipo de soporte tenía y
cómo había sido montada en el retablo. El presente informe
incluye los datos obtenidos en esa primera exploración, la
interpretación de las imágenes ultravioleta e infrarrojo así
como los resultados del análisis de tres muestras de la pintura
que fueron procesadas en el laboratorio. Las muestras fueron
preparadas en secciones transversales y analizadas por el
método de microquímica por Víctor Santos del Laboratorio de
Diagnóstico de Obras de Arte (LDOA), también fueron estudiadas
mediante microscopía óptica por Elsa Arroyo y la
caracterización de los pigmentos se confirmó por medio de
microscopía electrónica de barrido con microsonda de análisis
elemental (MEB-EDX), estudio realizado por el Dr. Manuel
Espinosa Pesqueira del Instituto de Investigaciones Nucleares.
Esta iniciativa responde a la solicitud que la alumna
Martha Casas de la carrera de Historia del Arte en Casa Lamm,
presentó al LDOA para conseguir el apoyo de estudio de la
Virgen del Carmen, tema central de la investigación que
actualmente desarrolla como tesis de licenciatura. En virtud de
una de las líneas de investigación que se lleva a cabo en el
Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte respecto a los
cambios de valoración de la pintura virreinal a través del
tiempo, consideramos que éste era un caso importante para
contribuir al corpus de estudios donde la materialidad conlleva
a la explicación de la resignificación de la obra. La Virgen
del Carmen es un ejemplo interesante de la revaloración de una
pintura mural que desde su origen ha estado cargada de una
profunda significación por parte de los pobladores de
Tlalpujahua. La historia oral y el consenso histórico explican
que esta pintura mural fue desprendida de su soporte original y
trasladada al menos, dos veces. Al parecer, era la imagen
central de una sencilla capilla construida en el siglo XVII,

117
como la vio el cura de Tlalpujahua entre 1730 y 1771: Felipe
Neri de Balleza y Núñez.192 Este personaje decidió recolocar la
pintura en una nueva iglesia que hacia 1771 todavía no se había
terminado de construir. Ahí permaneció la pieza hasta el jueves
27 de mayo de 1937 cuando se desbordó la presa con los residuos
del mineral de Tlalpujahua y la imagen quedó sepultada bajo
lodo. La comunidad unió esfuerzos para las labores de rescate.
Se decidió hacer un desprendimiento de la imagen desde el muro,
labor que fue llevada a cabo bajo la coordinación de Salvador
Olarra, carpintero.193 Se desprendió el muro desde el mortero
de arcilla, se consolidó y se reforzó metiéndose en una caja de
acero y cemento. La caja de cemento está soportada en una
estructura de grandes polines de madera, tal como se observa
actualmente en la parroquia de San Pedro y San Pablo. La pieza
posee alta estima social y gran culto.194

192
El doctor Felipe Neri de Balleza y Núñez, fue abogado de la Real
Audiencia de México, comisario del Santo Oficio de la Inquisición en el
obispado de Michoacán, y cura y jueza eclesiástico de Tlalpujahua, durante
poco más de 40 años, desde 1730 hasta 1771. A él se debe la fábrica de la
iglesia, que debió empezarse a construir a principios de la década de 1750.
Véase: Ricardo León Alanís, “Evangelización, congregación de pueblos y
administración eclesiástica en la región minera de Tlapujahua-Tlacotepec”
(Instituto de Investigaciones Históricas-UMSNH)
Versión electrónica:
tlacotepecmich.info/files/.../Conferencia%20Tlacotepec%202.pdf
193
Información obtenida de: Óscar Villena Esquivel “La reubicación del
retablo de la Virgen del Carmen en Tlalpujahua, acto de fe y esperanza” en
La Jornada Michoacán, sábado 24 de febrero de 2007, versión electrónica:
http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2007/02/24/index.php?section=sociedad&a
rticle=012n1soc y en la página de Tlalpujahua.com:
http://www.tlalpujahua.com/nuestrasenoradelcarmen.html
194
La historia alrededor de la imagen de la Virgen del Carmen de Tlalpujahua
se encuentra en el libro de Miguel Madrigal, Datos históricos de la devota
imagen de María Santísima del Carmen que se venera en Tlalpujahua, 1969.

118
Fotografía de la torre que se mantuvo en pie tras la catástrofe de
1937. Esta torre pertenecía a la iglesia construida en el siglo XVIII
, segundo lugar de emplazamiento de la Virgen del Carmen.

Se conoce una fotografía antigua de la pintura195, donde es


posible que todavía estuviera emplazada en la iglesia del siglo
XVIII. En esa foto la Virgen del Carmen tiene un estado de
conservación muy bueno. El aspecto de la superficie, contrasta
con el estado en que se encuentra la cenefa o guardapolvos
debajo de la Virgen del Carmen donde se aprecian áreas
abrasionadas, lagunas y faltantes, deterioro común en murales
que han sobrevivido al paso de dos siglos de antigüedad. Es
importante destacar que esta imagen permite ver otra
característica de la obra: la zona de unión entre enlucidos,
justo entre la escena de patrocinio de la Virgen del Carmen y
la cenefa, se ve como una grieta y puede interpretarse como una
evidencia de la reubicación del muro original en la iglesia
dieciochesca.

195
Esta fotografía nos fue proporcionada por Marta Casas.

119
METODOLOGÍA
La metodología empleada fue observación y registro fotográfico
con luz visible, utilizando lámpara de tungsteno 2700 K y lupas
de aumento. Se hizo fotografía de detalles y luz rasante. El
ultravioleta empleado fue de onda larga a 356 nanómetros y se
hicieron tomas con video infrarrojo.
Para el análisis de muestras, se recibieron de Marta Casas
tres muestras de escamas desprendidas. Estas se procesaron en
laboratorio en secciones transversales y fueron analizadas por
medio de microscopía estereoscópica (ME), microscopía óptica
con luz visible y ultravioleta (MO VIS- UV), microquímica (MQ)
y microscopia electrónica de barrido con microsonda de análisis
químico elemental (MEB-EDX). Con estas técnicas fue posible
identificar los materiales inorgánicos constitutivos de la

120
pintura así como proponer cual es el aglutinante presente en
las capas. Desafortunadamente, el análisis de muestras
desprendidas impide tener resultados precisos respecto a la
estratigrafía del material y es un factor que genera muchas
dudas al momento de hacer la interpretación. En este tipo de
investigación interdisciplinaria lo ideal es que el
especialista haga su propia extracción de muestras como
resultado de la inspección de las características tecnológicas
del material y su estado de conservación.

RESULTADOS DE LA INSPECCIÓN CON LUZ VISIBLE, LUZ ULTRAVIOLETA Y VIDEO

INFRARROJO

La caja de cemento que sirve de soporte a la pintura es el eje


constructivo del retablo mayor de la iglesia de San Pedro y San
Pablo, Tlalpujahua. A partir de los amarres entre polines de
madera se fueron construyendo los cuerpos y calles del retablo,
incluido el andamiaje posterior y escalera que permite el
acceso para dar mantenimiento al mueble. La pintura tiene una
inclinación de 30cm hacia atrás, es decir, la parte superior se
proyecta hacia atrás del retablo mientras que la base está
alineada con la superficie del retablo. Esta posición inclinada
fue consecuencia del proceso de consolidación llevado a cabo en
1937. Es posible que el muro original haya estado desplomado en
el momento de arranque de la pintura, y que la caja de cemento
haya respetado esta inclinación. También es posible que por su
propio peso, el muro desprendido se haya acomodado así. Lo
único seguro es que la deformación de plano que presenta la
pintura en el tercio inferior del formato, se intensificó
durante la consolidación, pareciera que el muro se hubiera
acomodado y asentado produciendo esas alteraciones de plano.
El sistema de consolidación con cemento no es adecuado
para la conservación de la pintura mural que tiene como soporte

121
un mortero de arcilla.196 El cemento es un material conformado
de cal, hierro, sílice y alúmina. Tiene características
fisicoquímicas radicalmente distintas al mortero de arcilla y
enlucido que constituyen el soporte de la Virgen del Carmen. El
cemento tiene mayor dureza y resistencia mecánica, su contenido
de álcalis, óxidos de sodio (Na2O) y de potasio (K2O), reacciona
con la humedad que al evaporarse, busca salida por las zonas
más porosas, y en este sistema, sale por la pintura mural,
produciendo cristalización de sales que fracturan los enlucidos
y por ende, las capas pictóricas, además de generar capas
salinas que impiden la correcta apreciación del objeto. Aunque
la comunidad de Tlalpujahua decidió hacer el arranque del muro
para salvaguardar la pintura, el resultado no fue el mejor para
la conservación de la pieza. Es importante considerar este
hecho a fin de comprender las condiciones en que se encuentra
la pieza.
El tercio inferior del formato tiene un abombamiento
pronunciado. Hay huecos entre el mortero de arcilla y la
estructura portante de cemento. Se proyectan en la superficie
grandes grietas de bordes levantados. Estos son puntos de
riesgo para la preservación de la capa pictórica. En medio de
algunas grietas se detectó la presencia de cera blanca, un
intento por restaurar la obra. Estas iniciativas de
restauración –probablemente impulsadas por la comunidad o los
responsables del templo y sin asesoría de profesionales en la
materia– no han podido solucionar la inestabilidad de la
pintura ya que su problemática procede del sistema de unión
entre el mortero original y la estructura de cemento. Ésta
estructura es muy rígida y con el tiempo, va a seguir causando
daño a la imagen.

196
Paolo y Laura Mora, La conservación de las pinturas murales, Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 2003.

122
Además de los daños estructurales de la pieza y la falta de
cohesión de los estratos pictóricos, se aprecia una sucesiva
aplicación de capas pictóricas. Esta obra ha sido sometida a
múltiples repintes ejecutados bajo el criterio de imitación del
original pero con materiales muy diferentes. La policromía
sufre una escamación muy severa y se observan dos efectos
simultáneos. El primer efecto es resultado de un problema de
adherencia entre capas debido a la aplicación de materiales no
compatibles o a la aplicación de capas pictóricas sobre una
superficie barnizada o muy sucia. El desprendimiento de grandes
fragmentos de policromía pudo haber ocurrido durante la
inundación. Sobras las áreas donde se había perdido la
policromía, el pintor que la intervino en 1937 decidió aplicar
el color nuevo sin fijar o consolidar los fragmentos, sin
resanar las lagunas ni reponer el plano, por ello en zonas como
la cabeza del fraile joven se ve una textura irregular. La
frente conserva el fragmento de pintura original pero todo el
rostro está repintado con materiales modernos, en una tonalidad
amarillenta. Las líneas que conforman el rostro y que dan
contorno a la figura son muy sintéticas y están aplicadas con
trazos de baja calidad artística. Nótese además el efecto
irregular del interior de la capa de la Virgen del Carmen, ahí
123
se extendió una capa pictórica con pinceladas largas y gruesas
que recubrió las lagunas y los fragmentos conservados. También
en el hábito blanco, la reintegración de color en las áreas
faltantes es muy evidente dada su tonalidad grisácea y una
diferente calidad de pintura. Cuando se estudian estas figuras
bajo iluminación ultravioleta las áreas repintadas son mucho
más evidentes.

Detalle del repinte del


fraile joven bajo luz
visible

Detalle del torso y manos


del fraile joven bajo luz
ultravioleta
El segundo efecto de escamación data de la última restauración
de la pintura cuando se usaron materiales manufacturados
industrialmente y de baja calidad – etapa posterior a 1937–.
Estos materiales modernos formaron una capa impermeable en la
superficie de la pieza y es muy posible que la evaporación de
las sales del muro esté provocando la separación de la película
pictórica. Este deterioro continuará manifestándose de manera
cada vez más grave. La escamación y lagunas de policromía
superficial permite ver que debajo de la capa visible, hay una

124
etapa anterior de pintura donde el color es menos saturado y
tiene una apariencia mate.

Detalle del deterioro actual con escamación y


cazoletas
en el escapulario de la Virgen del Carmen

Parece que la restauración reprodujo las formas de la pintura


original, sin embargo, hay elementos que fueron totalmente
reconstruidos y es imposible saber hasta que punto copiaron el
original. A través de algunas lagunas percibimos colores
distintos a los de la superficie, por ejemplo en la parte baja
del vestido. No se puede descartar que la primera composición
haya sido diferente a como se ve actualmente. Hay tonalidades
de azul en esta zona, además de pinceladas y contornos que
indican que el vestido se extendía un poco más hacia abajo.

125
Tonalidades de Tonalidades de Tonalidades de
anaranjado azul pardo
Zona inferior del vestido de la Virgen del Carmen con abombamientos
y lagunas de capa pictórica. Se han señalado los colores que se
perciben a través de las áreas faltantes

Zonas como la cabeza del fraile anciano son repintes totales.


Se conservan pequeñas lagunas en los ojos y barba pero el resto
de la cabeza y hábito son reposiciones de color. Esta es una de
las figuras más problemáticas en tanto su identificación. No se
puede afirmar que hubiese sido así la figura original. Al
observar el área con infrarrojo toda la figura se comporta como
repinte y llama la atención el alargamiento de la cara y la
barba. No tiene la misma proporción que el resto de los
personajes bajo protección de la Virgen del Carmen. También el
detalle de la mano muestra un dibujo muy sintético y debajo de
éste, solo resalta el blanco de la base de preparación.
Las siguientes fotografías en blanco y negro son detalles
tomados con el video infrarrojo donde se perciben los repintes
en la zona que ocupan los frailes. Nótese que el hábito y la
mano del fraile anciano son repintes totales. Abajo, la misma

126
zona observada con luz visible donde es muy evidente el
abombamiento y pérdida de material de la parte inferior de la
pintura.

En el detalle anterior se observa también que en la esquina


inferior izquierda hay una gran extensión de repinte. Detrás
del fraile de la izquierda hay una línea de horizonte que en la
parte inferior es de color sombra tostada y en la parte
superior es de color pardo grisáceo. Éste último se interrumpe
de modo confuso para dar lugar a un ramo de rosas. Esta
interrupción en la continuidad figurativa de la escena no tiene
lógica. ¿Será acaso que la primera versión de esta imagen

127
tenia un fondo celeste con rosas en la parte inferior? Por eso
el corte abrupto del ramillete y las tonalidades azules y
anaranjadas en las lagunas de la zona inferior de la pintura.
Habría que argumentar esto a través del estudio iconográfico y
de la fortuna critica de este tipo de representación en la
Nueva España. La inspección con video infrarrojo no arrojó más
información sobre la primera etapa de pintura es poco probable
que otros estudios como la reflectografía infrarroja pudieran
dar más información. Cabe señalar que ya en la imagen antigua
que se conserva se aprecia la interrupción de las rosas y un
estado de conservación muy estable. Por ello, la primera
reintegración o reposición de color de la obra se debe pensar
antes de la inundación de 1937. Es posible que hubiera sido
cuando la pieza se recolocó en la iglesia dieciochesca y
entonces, la historia contada por el padre Felipe Neri de
Balleza y Núñez, se confirma. Pero sobre esta posibilidad se
abundará más adelante, a propósito de los materiales
descubiertos en la estratigrafía de la obra.

Detalle de la interrupción de las rosas en el extremo


izquierdo del formato
128
Respecto a la figura de la Virgen del Carmen, detectamos
mediante la observación con lentes de aumento y a través del
video infrarrojo que el vestido y capa fueron repintados pero
siguiendo la forma original, por ejemplo, debajo del símbolo de
la orden carmelita en el escapulario, se ven los trazos del
original que tienen justo la misma posición. Sin embargo, en la
obra original había detalles plásticos más interesantes y de
mejor factura, como es la aplicación de dorado para la
construcción del vestido. Se detectaron aplicaciones de dorado
que enriquecían la vestimenta. Los detalles dorados no estaban
presentes en la fotografía antigua. En las empuñaduras de las
mangas había una decoración de oro a pincel que imitaba encaje,
mientras que en el vestido se aplicó el oro en hoja como base y
encima se plasmó la tela con la intención de imitar un
terciopelo brocado. También el escapulario estaba decorado
profusamente con estrellas doradas. Por otra parte, el cabello
que ahora luce trenzado con un collar de perlas plasmadas con
gotas de pintura blanca, originalmente fue logrado mediante la
aplicación de oro a pincel y el trenzado era más cerrado, como
se muestra en la siguiente fotografía infrarroja.

129
Restos de oro a pincel en el cabello de la Virgen

El rostro de la Virgen es una de las zonas mejor conservadas de


la pintura, tiene repintes en la ceja derecha, el cuello y la
frente pero el resto de la encarnación permite ver el modelado
del artista. Sombras verdosas definen la nariz y los ojos con
pinceladas muy suaves. La boca tiene el color original, un rosa
tenue dibuja los labios finos. Este rosa atenuado con blanco
construye el párpado superior. Llama la atención el color del
cabello alrededor de la oreja, pareciera que originalmente
hubiese sido más claro.

130
En la fotografía infrarroja se distinguen los faltantes del
rostro principalmente en la frente, boca y cuello. La base de
preparación blanca contrasta con los grises de la capa
pictórica. Las zonas repintadas en la frente y cuello son
planos grises continuos.

131
Las flechas verdes señalan las zonas de repinte y
las violetas, los faltantes de capa pictórica

RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE MUESTRAS

La Virgen del Carmen tiene una estructura pictórica conformada


por soporte de mortero de arcilla, base de preparación de yeso
aglutinado con cola y tres etapas de policromía: primera etapa,
capa de pigmentos tradicionales aglutinados con aceite, segunda
etapa de policromía con pigmentos tradicionales aglutinados con
aceite y tercera etapa de policromía con pigmentos y colorantes
de fabricación moderna aglutinados con aceite. La
identificación del aglutinante se hizo por medio de análisis
microquímicos a la gota. [Véase Tabla 2]
Las muestras estudiadas fueron dos de color pardo en
superficie que parecen haberse desprendido de la parte inferior
de la pintura, zona baja del vestido de la Virgen del Carmen
(M1 y M3). La tercera tiene color azul en superficie, se trata
de una zona del cielo, posiblemente del extremo izquierdo de la
obra (M2).

132
Capas pictóricas
al óleo

Base de
preparación de
yeso aglutinada
con cola

Soporte: Mortero
de arcilla

Las muestras 1 y 3 tienen estructuras muy similares. Ambas son


de color café en superficie y la muestra 1 conserva el estrato
completo del mortero de arcilla, tiene un espesor de entre
712.53 a 1254.25 micras. Se trata de una mezcla heterogénea
con matriz de arcilla mezclada con yeso. Tiene abundantes
partículas con alto contenido de sílice (23.02%), aluminio
(7.18%), potasio (5.41%) y sodio (2,35%), se trata de cuarzo
traslúcido de molido burdo, y entre ellas, algunas de cuarzo
rojizo. También contiene partículas de distintas piedras y
tierras cuya composición elemental indica que se trata de
óxidos de hierro en color ocre y sombra tostada. Hay algunas
cargas de color negro intenso, mineral de hierro color negro
muy compacto y brillante. En microscopia estereoscópica estas
partículas de negro parecían obsidiana pero mediante el
análisis elemental en MEB-EDX se identificó que contienen 24,41
% de hierro, 19,06% de titanio y 2.17 % de sílice, 0.94% de
magnesio. Finalmente, se identificaron partículas grandes de
color blanco de bordes redondeados con pequeñas porosidades,
podría tratarse de mármol molido.

133
En esta imagen de microscopia electrónica se ve la distribución
heterogénea de las partículas en el mortero de arcilla. En la
microfotografía a la derecha, las partículas de cuarzo, la
tierra roja y el negro mineral.
Sobre el mortero de arcilla perfectamente alisado y
aplanado se aplicó una capa de yeso cuya función era afinar la
textura del muro y sellar los poros. En la muestra 1 se detectó
la presencia de una ligerísima capa de yeso separada de la base
de preparación por una línea de secado que indica que paso
cierto tiempo entre una campaña y otra.

Sellado de
yeso

La base de preparación esta conformada de grandes partículas de


yeso cuya morfología es irregular y textura acicular. Tiene

134
algunas impurezas de hierro, tierra roja y ocre. La base fue
aplicada en dos campañas pero con la misma mezcla de yeso
aglutinado con cola. La superficie de la base de preparación
recibió una capa de aceite para garantizar el anclaje de las
capas subsecuentes de pintura al óleo. En la siguiente imagen
MEB de la muestra 3 se aprecia la división de las campañas de
aplicación del yeso.

2
1

Espectro SEM-EDX con resultados del análisis elemental de la


base de preparación de yeso. El contenido elemental es de
calcio (6.92%), azufre (5.92%), silicio (0.93%), carbón
(54.96%) y oxígeno (31.28%).

Tanto en la muestra 1 como en la muestra 3 encontramos la misma


sucesión de etapas de policromía [Véase tabla 1]. A
continuación se presentan las microfotografías de la muestra 1
en luz visible, ultravioleta y MEB, y una breve descripción de
las mezclas que constituyen cada etapa y cada estrato.

135
Última capa de policromía,
repinte siglo XX

Capa intermedia de
policromia, repinte siglo
XVIII

Primera etapa de pintura


original

Primera etapa original:


1. Capa amarilla. Es una capa delgada muy heterogénea
conformada de blanco de plomo con partículas de tierra ocre muy
finas. Tiene partículas bien distribuidas de laca roja. Hacia
el tercio izquierdo de la muestra hay una concentración donde
aparece una partícula grande de color negro muy lisa, se trata
de una partícula de tierra negra caracterizada en MEB-EDX.
Estas mismas partículas más molidas de un color oscuro sean las
que se encuentran bien distribuidas en la capa. En el tercio
derecho de la muestra hay dos zonas con burbujeo, se trata de
una separación de los estratos formada durante el proceso de
secado de la capa. Espesor: 60 - 64.19 micras.

136
2. Capa rosa claro. Es una capa muy delgada con matriz de
blanco de plomo y abundantes partículas de laca roja. Tiene
algunas grandes acumulaciones de blanco de plomo que abarcan
todo el grosor de la capa. Espesor: 43.67 - 83.45 micras.
En la muestra 3 encontramos como adición a este color rosado el
pigmento conocido como malaquita, carbonato básico de cobre.197

Adición de malaquita a la
capa rosa claro de la primera
etapa. Microfotografia, MO,
t 3

3. Capa naranja rojiza. Es una capa conformada por dos


aplicaciones, la primera es más abundante en medio y por ello,
mas traslúcida, se entremezcla con la anterior. Conformada de
partículas de ocre, también tiene abundantes partículas de laca
roja de tamaño fino. Poca presencia de blanco de plomo. En el
tercio izquierdo de la muestra hay una acumulación de color
amarillo intenso, se trata de oropimente, un trisulfuro de
arsénico. Este pigmento se ha identificado en pintura
novohispana desde el ultimo tercio del siglo XVI y durante toda
la época virreinal.198 Hay abundante minio, pigmento naranja
cuya composición es tetraóxido de plomo es un material
tradicional, conocido desde la antigüedad e identificado en
abundantes pinturas novohispanas.

197 Para consultar las propiedades y características de este pigmento véase:


“Malachite” en: http://cameo.mfa.org/
198
Pablo Amador, Pedro Ángeles, et al., “Y hablaron de pintores famosos de
Italia” en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, México, UNAM,
2008, p. 79.

137
En la muestra 1 entre esta etapa y la siguiente se observó una
capa de barniz, mientras que en la muestra 3 hay una capa
gruesa de rojo laca.

Imágenes comparativas de microscopia óptica y microscopía


electrónica de barrido. Arriba, muestra 3, polarización 50x.
Abajo muestra 2, campo oscuro, 20x.

Segunda etapa: repinte siglo XVIII


Se trata de una sola capa de color grisáceo conformada por una
paleta de pigmentos característicos de la pintura novohispana
del siglo XVIII. La matriz es de blanco de plomo con finas
partículas de rojo laca, escasas finas de tierra ocre y siena
tostada. Hay una zona de verde resinato de cobre en el extremo
izquierdo de la muestra. Esta capa tiene azul de Prusia. El
hallazgo del azul de Prusia en esta mezcla es un indicador de
temporalidad. Se trata de un pigmento compuesto de ferrocianuro
férrico que fue sintetizado por primera vez en 1704 por
Diesbach en Berlín. Su uso se popularizó rápidamente en

138
Europa.199 En la Nueva España se ha mencionado su identificación
en obras de la década de 1730.200

Entre esta etapa y la siguiente hay un frente de secado muy


evidente y una deposición de partículas negras, parecen de
tierra oscura, podría ser polvo. En el extremo izquierdo de la
muestra 2 hay una separación de estratos muy grande, debida a
una falta de adhesividad entre las capas. Espesor: 141.26 -
156.64 micras.

Repinte siglo XX: pigmentos modernos


En esta capa aparecen pigmentos de naturaleza sintética y cuyo
proceso de obtención se relaciona con producción de materiales
modernos.
En la muestra 1 encontramos una gruesa capa blanca –espesor:
68.04 - 321.03 micras–, muy porosa con partículas pequeñas de
yeso de morfología irregular. Sus características son iguales a
las de una base de preparación y el contenido elemental es de
calcio 8.62%, azufre 6.9% y silicio 1.29%. La diferencia entre
este estrato y el que conforma la base de preparación original
es que aquí el yeso tiene un tamaño de partícula pequeña y
regular, característica que se relaciona con un proceso de
obtención industrial.
Es posible que esta capa se haya aplicado como una especie
de pasta de resane, desafortunadamente y como se mencionó
antes, desconocemos el lugar de procedencia de la muestra.
Sobre la base blanca se extiende una capa color pardo
sumamente heterogénea. Tiene partículas de muy diferente
granulometría y composición. La matriz es de blanco de bario y
zinc con abundantes partículas de diferentes tamaños de siena
tostada. La presencia de blanco de bario también es un

199
Barbara H. Berrie, "Prussian Blue" en Artists’ Pigments, Volume 3, UK,
Oxford University Press, 1997. p. 191-195.
200
Marcus Burke, “El azul de Prusia” en Pintura y escultura en la Nueva
España: El Barroco, México, Azabache, 1992, p. 157.

139
indicador de temporalidad. Se compone de sulfato de bario BaSO4
y su introducción comercial como material de artista ocurrió
entre 1810 y 1820.201 Por su parte, el blanco de zinc se comenzó
a usar como pigmento blanco a finales del siglo XVIII en
Europa.202 Las partículas oscuras son de tierra negra, con
contenidos de sílice, aluminio, hierro y otros elementos
identificados a través del MEB. Abundantes partículas redondas
de tierra roja de óxido de hierro y ocre, algunas finas de
negro de humo. Esta capa presenta como pigmento rojo el
bermellón, con partículas de granulometría finísima y
homogénea, lo que indica su producción industrializada. El
bermellón solo se identificó en esta última capa de repinte.

ANÁLISIS DEL COLOR AZUL EN LA MUESTRA 2


La muestra 2 ofreció muchos elementos para la interpretación de
los materiales presentes en la Virgen del Carmen.
La capa color azul ubicada en la primera etapa de policromía
original está conformada de una matriz de blanco de plomo donde
flotan abundantes partículas de color azul oscuro, de
granulometría variable. El análisis de caracterización
elemental MEB-EDX no arrojó resultados respecto a la naturaleza
del pigmento azul, pero mediante el estudio de microscopía
óptica visible y ultravioleta, así como mediante el análisis
por medio de microquímica, se reconocieron como partículas de
índigo. Tienen un color oscuro casi negro y morfología variable
además de que parecen teñir la matriz blanca. En ultravioleta,
el índigo se distingue muy bien respecto de las partículas
azules que conforman la capa superior, correspondiente a la
segunda etapa donde el azul tiene un tono claro dado que se
trata de Azul de Prusia:

201
Robert L. Feller, “Barium Sulfate–Natural and Synthetic” en Artists’
Pigments, Volume 1, UK, Cambridge University Press, 1986. p. 47.
202
Hermann Kühn, "Zinc White", Artists’ Pigments, Volume 1, UK, Cambridge
University Press, 1986, p. 170.

140
Microfotografí
a con luz
ultravioleta
de la muestra
2

Azul de Prusia

Índigo

Para corroborar las hipótesis respecto a la identificación del


azul procedimos a realizar una prueba de reacción química a la
gota que ayuda a diferenciar el azul de Prusia respecto al
índigo: consistió en la aplicación de hidróxido de potasio al
10% cuya reacción con el azul de Prusia causa su decoloración
mientras que el índigo se mantiene sin cambio alguno.203

Análisis a la gota para identificación microquímica del


Azul de Prusia. Nótese la decoloración de la gran
partícula azul en el extremo izquierdo de la capa y la
conservación del azul que conforma la primera capa

203
Helmut Schweppe “Indigo and woad” en Artists’ Pigments, Volume 3, UK,
Oxford University Press, 1997. p. 94.

141
Finalmente llama la atención la respuesta de la última capa de
azul en la muestra que corresponde con el repinte del siglo XX.
Al observar la sección transversal con ultravioleta se
manifiesta una fluorescencia blanca y brillante, mientras que
no son perceptibles las partículas del pigmento que da color a
la capa. Es posible que se trate de un colorante como el azul
de ftalocianina, compuesto de ftalocianina de cobre (C32H16N8Cu).
Este color fue sintetizado en 1933 por R. P. Linstead. En 1935,
fue distribuido comercialmente como un pigmento denominado
“Monastral blue”.204 El análisis mediante MEB-EDX de la capa
sólo permitió identificar el pigmento blanco constituido en su
mayoría por bario. El contenido elemental de la matriz blanca
es: bario (16.38%), azufre (7.02% ), zinc (4.30%), plomo
(4.10%), silicio (0.44%), carbono (34.99% y oxígeno (31.28%).

Imágenes de microscopía electrónica de barrido de las últimas


capas de la muestra 2 azul. Derecha, detalle morfología del
blanco de bario

204
http://cameo.mfa.org/

142
CONCLUSIONES
La Virgen del Carmen es una pintura mural que ha sufrido tres
grandes modificaciones en su tejido pictórico, consecuencia de
la recolocación de la pieza en diferentes espacios. Por su
naturaleza material, una pintura con soporte de mortero de
arcilla es muy frágil y susceptible de alteraciones
estructurales, además de que la humedad es un factor de
deterioro muy importante.
Los tres momentos de repinte y restauración que ha sufrido
la pintura se identificaron a través del estudio de secciones
transversales de la pintura. Las capas pictóricas de los tres
momentos comparten la característica de haber sido pintadas al
óleo, sin embargo, la paleta de pigmentos empleados en cada
etapa permite establecer una cronología de modificaciones que
corresponde con los momentos de traslado de la obra según datos
historiográficos .

A continuación un listado de la paleta de pigmentos en cada


etapa:
• Obra original -antes de 1730-. Blanco de plomo, tierra
ocre, tierra roja, tierra de sombra tostada, tierra negra,
oropimente, minio, malaquita, índigo, laca orgánica roja.
• Segunda modificación siglo XVIII. Blanco de plomo, tierra
ocre, tierra de siena tostada, tierra negra, resinato de
cobre, minio, azul de prusia, laca orgánica roja.
• Tercera modificación siglo XX. Blanco de bario, blanco de
zinc, tierra de sombra tostada, tierra ocre, tierra roja,
tierra negra, negro de humo, bermellón, colorante azul
sintético.

Es posible que la primera modificación importante de la


pintura, ocurrida en el siglo XVIII cuando se trasladó el muro
de la capilla antigua al templo construido por el padre Neri
haya cambiado parte de la composición original. Es posible que

143
haya tenido un paisaje celeste más extendido donde se incluía
una guirnalda de rosas. No se puede descartar tampoco un cambio
en la iconografía, quizá el agregado o sustitución de los
personajes en patrocinio.
El segundo cambio corresponde más bien a una reparación
por la necesidad de salvaguardar la obra tras los daños que
sufrió a causa de la inundación y el derrumbe de la iglesia
donde se encontraba. El repinte procuró combatir el deterioro
de la imagen y dotarla de una unidad visual. Es muy posible que
sólo haya recubierto el deterioro con colores nuevos respetando
las figuras como estaban. Posteriormente se le fueron añadiendo
pequeñas reparaciones, dado que a exfoliación y escamación de
la capa pictórica debe haberse manifestado continuamente. De
hecho, incluso hoy los problemas de deterioro de esta pieza son
muy graves, sobre todo los desprendimientos de la capa
pictórica. Una de las zonas mejor conservadas de la pintura es
el rostro de la Virgen del Carmen.

144
145
146
147
148
149
Anexo 2

Cronología del origen del culto a la Virgen del Carmen

Siglo IX a.C. es el periodo mítico

Este periodo es legendario, que abarcaría desde la época de Elías (siglo IX a.C.), hasta las

cruzadas (siglo XI d.C.). Se le atribuye su fundación a Elías en el Monte Carmelo, en Haifa,

Israel.

Aunque no se tienen documentos que demuestren su origen por parte del profeta Elías, éste

ha sido aceptado por los carmelitas como su fundador. Esta idea se reforzó con su llegada a
205
Europa, ya se menciona en el Libro de la institución de los primeros monjes escrito

probablemente por el español Felipe Ribot.

Siglos XII-XVI

Este periodo lo podemos llamar histórico, real o fidedigno dentro del cual se distingue el

periodo palestino, que iría desde sus orígenes históricos (siglo XII) hasta su expulsión de Tierra

Santa (siglo XIII). Tras la toma de Jerusalén, en 1099, algunos caballeros cruzados decidieron

dedicarse a la oración individual en lugares especialmente significativos para el cristianismo,

entre ellos estaría el Monte Carmelo, junto a la llamada Fuente de Elías206.

Más tarde sintieron la necesidad de una regla para organizarse, se la solicitaron a san

Alberto Avogadro, patriarca de Jerusalén, el cual tenía cierta relación con el Monte el

Carmelo. Había ido allí a retirarse en alguna ocasión, por lo que conocía su modo de vida, que

es algo que se nota en la redacción de la Regla realizada entre 1206 a 1214 (un prólogo,

dieciocho capítulos y un epílogo). Dieron preferencia a la contemplación con una forma de ser

que consistía en soledad, mortificación, trabajo manual, pobreza absoluta.

El hábito constaba de una túnica color marrón, cinturón, capucha y sobre ella un manto de

franjas negras y blancas, capas varadas o listadas que con el tiempo serían solo blancas. Se

205
Ana C. Valero Collantes
206
La fuente de Elías es un manantial situado en el Monte Carmelo que todavía sigue brotando y se le considera el
lugar donde nace la vida religiosa.

150
hicieron fundaciones en numerosos lugares, siendo el prior del Monte Carmelo el que regía

todas estas nuevas casas.

Pero todo esto se derrumbó con el avance de los musulmanes que tomaron San Juan de

Acre en 1291, lo que los obligó a marcharse

Año de 1212

Este periodo lo podemos considerar europeo, occidental o continental en el que la orden se

asentó y se extendió por el continente. Salieron de Palestina rumbo a Europa en el año de 1212.

Celebraron su primer capítulo europeo en Ayelsford, Inglaterra en 1245, aquí se eligió

como general de la orden a Simón Stock, que fue el que logró adaptar su regla original a la de

las ordenes mendicantes europeas: carácter cenobítico207 sobre el eremítico208, apostolado

sobre contemplación. Consiguió que la regla fuera aceptada por Inocencio IV en 1247; se

sobrepuso a los ataques sufridos por la orden ( Concilio de Letrán) y situó a los carmelitas

entre las órdenes más importantes junto a franciscanos y dominicos. Este esplendor pareció

desaparecer a finales del siglo XIV ( Cisma de Occidente y la peste negra ). Se mitigó la Regla

con Eugenio IV en 1430. Como reacción surgieron una serie de intentos de reforma a lo largo

de los siglos XV y XVI.

Entre ellos destacó la Reforma Teresiana llevada a cabo por santa Teresa de Jesús y san

Juan de la Cruz en la segunda mitad del siglo XVI. De ella surgió una nueva rama, los

Carmelitas descalzos. Las primeras fundaciones carmelitas en España tuvieron lugar por el

reino de Aragón desde 1270.

Periodo americano.

En el año de 1585 llegaron los carmelitas a la Nueva España. Se asentaron en el convento

de san Sebastian en la capital al año siguiente y para el año de 1606 cambiaron su misión de

evangelizar a los naturales por el de proporcionar los sacramentos a la población de españoles.

207
Se refiere a la forma de vivir de un miembro de una comunidad religiosa que profesa vida monástica.
208
Se refiere a la forma de vivir de un ermitaño, que vive una vida solitaria en una ermita.

151
El año de 1593 ya tenían los carmelitas cinco casas en Nueva España. México, Puebla, Atlixco,

Valladolid y Guadalajara. Los carmelitas no construyeron en sus conventos de la Nueva

España capillas de indios, en virtud de su ubicación en un centro urbano creado para españoles.

Ésta era una orden dedicada al recogimiento y a la oración y sobre estas bases se construyó el

convento. Al fundar su quinto convento se independizaron de la provincia de Sevilla y se

formó la provincia de san Alberto en la Nueva España en el año de 1606. Casi la totalidad de

sus miembros eran europeos, la mayoría de ellos eran españoles “ que ninguno de ellos que han

nacido en el reino y provincia mexicana pueda ser admitido al hábito de la Orden sino es que el

Definitorio hiciera alguna dispensa”.209 Al finalizar el siglo XVII había en la Nueva España los

conventos de San Sebastián, San Ángel, el Santo del Desierto, Puebla, Atlixco, Valladolid,

Guadalajara, Querétaro, Celaya y Salvatierra. Un hecho que acredita su prestigio fue la

fundación de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen a nivel de la Nueva España.

En la actualidad los religiosos carmelitas varones son aproximadamente cuatro mil en

cuatrocientos noventa conventos y las mujeres son catorce mil en ochocientos treinta y cinco

conventos alrededor del mundo.

209
Carmen Alicia Dávila Munguía , op. cit. p.72.

152
Anexo 3

Colonial Tlalpujahua, Princeton University Library, Manuscripts Division

Account ledger of Nuestra Señora del Carmen, 1817-1825, Box7, Folder 18


28 leaves, sewn and 4 loose

153
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156
157
158
159
160
161
162
Anexo 4

Fotografías

Fig. 1. Capilla de la virgen del Carmen antes de la catástrofe de 1937. Museo Tecnológico Dos Estrellas.

163
Figura 2. Ruinas de la capilla del Carmen en 1937. Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

Figura 3. Mineros tratando de rescatar la imagen de la Virgen. Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

164
Figura 4. Vista del altar mayor de la capilla del Carmen, Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

Figura 5. Fachada de la capilla después de la catástrofe de 1937.Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

165
Figura 6. La imagen de la Virgen del Carmen cubierta por el lodo. Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

Figura 7. La imagen de la Virgen colocada en un cajón de cemento y madera para su traslado.


Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

166
Figura 8. Acta de coronación de la Virgen en 1942, parroquia de Tlalpujahua, fotografía de época.

Figura 9. Primera plana del periódico El Universal el 30 de mayo de 1937,


Museo Dos Estrellas, fotografía de época.

167
Figura 10.Virgen del Carmen, www.caminando-con-maria.org/carmelita/ htlm. Pedro Donoso Brant

Figura 11.Virgen del Carmen, anónimo, s/f, Museo de Lima.

168
Figura 12. Altar mayor parroquia Tlalpujahua, Foto Eumelia Hernández, LDOA- IIE, 2009.

Figura 13. Interior del templo de Tlalpujahua, Foto Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

169
Figura 14. Visita a Tlalpujahua con el equipo de la UNAM, foto Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

Fig. 15. Medallón de la Virgen del Carmen,. Foto Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

170
Fig. 16. Manto de la Virgen. .Foto Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

Fig. 17. Rostro de san Elías. Foto Eumelia Hernández, LDOA-IIE, 2009.

171
Fig.18. Grabado. Entrada al atrio de la parroquia de Tlalpujahua. Héctor Feria, 93.

172
Fig.

Fig.19. Grabado, Altar de la antigua capilla del Carmen, Héctor Feria, 93.

173

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