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Exploración de las
lesiones
Radiografía de
Toracostomía * e-FAST
tórax + ecografía FAST
Derrame
intratorácico
+ −
Estos datos deben sopesarse en función del contexto. la supervivencia que proporciona la técnica de tapona-
En los heridos que presentan lesiones múltiples, el riesgo miento (packing) perihepático en el tratamiento de los
de insuficiencia multivisceral es, evidentemente, mucho traumatismos hepáticos [3] , y se basa en el hecho de que
mayor. La mortalidad aumenta del 6 al 50% cuando las algunos estados hemorrágicos muy graves e incontrola-
lesiones afectan a 1-4 órganos [22] . Asimismo, la existen- bles corresponden a hemorragias por alteración de los
cia en los heridos de afecciones como insuficiencia renal parámetros de la hemostasia y no «quirúrgicas».
o hepática o una edad avanzada obligan a ampliar las
indicaciones de LAPCL.
La situación crítica del paciente suele ser motivo de Traslado al quirófano
estrés para los equipos y la comunicación debe mante-
nerse entre los equipos quirúrgico y anestésico. El tiempo El tratamiento inicial del paciente, desde su llegada a
quirúrgico es también un criterio que debe comentarse la sala de reanimación hasta el quirófano, implica una
entre el cirujano y el reanimador. En los pacientes con sinergia absoluta entre todos los profesionales (camilleros,
traumatismo abdominal, hay que desconfiar sobre todo personal de enfermería, anestesista, cirujano, etc.). Esta
de los intentos de cirugía reconstructiva compleja y de los coordinación asistencial debe ser el fruto de un trabajo
procedimientos múltiples, que hacen perder la noción del colectivo consensuado y planificado en el seno de cada
tiempo transcurrido. El cirujano debe estar especialmente centro susceptible de atender a pacientes politraumatiza-
atento a no caer en el error que consiste en tratar de reali- dos.
zar obstinadamente la hemostasia de lesiones difusas, sin De forma ideal, el tratamiento inicial en la sala de
comprender que no responderán a estos esfuerzos fútiles reanimación y luego en el quirófano se realiza en luga-
y que el círculo vicioso de la coagulopatía por alteración res contiguos para ganar unos minutos preciosos. Para
de los parámetros de la hemostasia obliga a optar, por el los pacientes inestables que presenten un traumatismo
contrario, por la opción de la LAPCL. abierto o una evisceración, el ingreso directo en el qui-
rófano permite acortar el plazo antes de la cirugía y debe
preverse en los protocolos de admisión (Fig. 1). Con inde-
pendencia de cuál sea la configuración de los espacios, las
Táctica quirúrgica medidas de reanimación iniciadas al ingreso se continúan
durante el traslado del paciente al quirófano y durante su
Por tanto, desde el punto de vista técnico, el procedi- colocación. Se debe avisar al equipo del quirófano, que
miento suele ser incompleto y provisional, y se limita a comenzará a preparar el material antes de la llegada del
la evaluación de las lesiones y al control somero de una paciente.
hemorragia activa y/o de una perforación digestiva, para Cuando éste llega al quirófano, la colocación en la mesa
dejar paso lo antes posible a la reanimación, que es impres- debe ser cuidadosa, manteniendo la monitorización de la
cindible. Por consiguiente, su realización debe tener en temperatura y el sistema adoptado para el calentamiento
cuenta tanto el conjunto de las lesiones extra e intraab- del paciente sobre la mayor superficie corporal posible.
dominales como las capacidades fisiológicas del paciente Se montan al menos dos mesas rápidamente, en para-
para tolerar la hemorragia. Este enfoque estratégico por lelo a esta fase de colocación, procurando previamente
«contemporización», dando prioridad a la recuperación que esté disponible en el quirófano el material necesario
de los parámetros fisiológicos respecto a la reparación para la intervención, lo que se organiza con el cirujano. El
anatómica, se ha inspirado en la mejoría significativa de material debe incluir, además del instrumental estándar,
un traumatismo hepático y factores de riesgo de coagu- subyacente y, sobre todo, su hígado no se ha movilizado
lopatía, conviene abandonar las maniobras de exclusión ni liberado de sus inserciones, como se realiza en cirugía
vascular del hígado [29–33] , así como las hepatectomías programada. La alternativa al pinzamiento completo es,
amplias [34, 35] , cuya indicación es excepcional. teóricamente, la ligadura selectiva de la arteria hepática,
El pinzamiento pedicular es irreemplazable para el trata- pero una disección del pedículo hepático en un paciente
miento de ciertas lesiones y permite el control de algunas con coagulopatía requiere mucho tiempo y conlleva un
hemorragias de vasos de gran calibre de los pedículos riesgo elevado de provocar lesiones portales o biliares,
glissonianos. La compresión manual es particularmente que agravarán el traumatismo y la hemorragia. Además, la
eficaz para las lesiones venosas. La técnica del tapona- isquemia hepática y vesicular secundaria a la ligadura de la
miento perihepático está bien codificada en la actualidad. arteria hepática común o derecha aumenta notablemente
La finalidad de dicho taponamiento es cerrar las lesio- el riesgo séptico de insuficiencia multivisceral.
nes hemorrágicas mediante una compresión del hígado
sobre sí mismo, hacia delante y hacia arriba (Fig. 3). En
Afectación vascular
un hígado taponado, es posible que la hemorragia conti-
núe, con un flujo menos voluminoso y un aspecto de la Un vaso abdominal de gran calibre no susceptible de
sangre más roja, lo que se debe en la mayoría de los casos ligadura [36] (arteria mesentérica superior, vasos ilíacos,
a una hemorragia de origen arterial, que se confirmará por etc.) puede estar afectado. En más del 80% de los casos, es
la eficacia del pinzamiento del pedículo hepático con un un vaso ilíaco y por heridas de arma de fuego [37, 38] . Una
lazo. En esta situación, dependiendo de la organización vez realizada la hemostasia temporal con una pinza de
de cada centro, hay varias posibilidades: el pinzamiento Satinsky o dos pinzas de «bulldog», el vaso lesionado debe
provisional con un lazo montado en un tubo de silicona explorarse. Una sutura simple puede bastar para repa-
exteriorizado por la cicatriz y tensado con una pinza de rarlo, pero si existe un defecto importante, está justificado
Kocher es fácil y permite trasladar al paciente a un centro colocar una derivación vascular temporal, que puede rea-
equipado con una sala de embolización, abriendo la pinza lizarse con facilidad con un pequeño segmento de tubo
de Kocher en el último momento (Fig. 4). Los autores de de perfusión estéril o con una sonda urinaria de pequeño
este artículo han realizado un pinzamiento hepático de calibre [39] (Fig. 5).
80 minutos para un traumatismo hepático, sin repercu-
sión notable en las pruebas de laboratorio ni aparición de Lesiones y rupturas de los órganos huecos
insuficiencia hepática.
Este procedimiento probablemente sea menos perjudi- y de sus mesos
cial que en la cirugía hepática programada, porque los La exploración del tracto digestivo y de sus mesos
pacientes traumatizados son más jóvenes, sin hepatopatía debe ser lo más exhaustiva posible, lo que no siempre
Figura 4.
A. Colocación de un lazo textil (asterisco)
alrededor del pedículo hepático.
B. Los dos extremos del lazo se montan jun-
tos en un tubo de silicona y se sujetan con
una pinza de Kocher. Todo el conjunto se
exterioriza a través de la cicatriz si se realiza
un cierre cutáneo exclusivo. Este dispositivo,
utilizado corrientemente en cirugía hepá-
tica programada, permite un pinzamiento
puede realizarse en la práctica, sobre todo en caso de el grapado de los extremos digestivos y drenaje biliar
hemorragia masiva. Sin embargo, una lesión digestiva que externo. Esta situación se presenta con más frecuencia en
haya pasado desapercibida durante la primera explora- los traumatismos abiertos [47] (Fig. 7).
ción expone al riesgo de reintervención precoz y agrava el
pronóstico [40, 41] . En los traumatismos penetrantes, la tra-
yectoria del agente lesional puede orientar la exploración. Hemorragia intraperitoneal
En cambio, en los traumatismos cerrados, y particular- En la mayoría de los casos, es secundaria a lesiones vas-
mente en los accidentes de tráfico, algunas zonas se culares y/o de estructuras óseas, y puede ser masiva [48] .
lesionan con más frecuencia, debido a los fenómenos La hemorragia retroperitoneal catastrófica se sospecha de
de desaceleración súbita y a los mecanismos de cizalla- entrada en la sala de reanimación en un paciente trauma-
miento [42] . Las lesiones y pérdidas de sustancia digestivas tizado que presente una fractura de la pelvis, que puede
se tratan también en dos tiempos, tras una posible resec- asociarse a la desaparición unilateral de los pulsos y, sobre
ción rápida de los segmentos intestinales destruidos, todo a un hematoma pélvico que se agrave rápidamente.
mediante sutura, ligadura somera o grapado automático En la mayoría de los casos, la hemorragia tiene un ori-
con una grapadora mecánica en la mayoría de los casos [43] gen venoso, mientras que algunas lesiones vasculares se
(Fig. 6). Las hemorragias de origen mesentérico o meso- observan con más frecuencia en algunos tipos de fractura,
cólico se tratan mediante ligaduras vasculares apretadas, como la arteria glútea superior y pudenda interna en las
aunque esto conlleva un riesgo de isquemia intestinal a compresiones anteroposteriores de tipos II y III [49] . En
su nivel. En las destrucciones importantes, es posible rea- caso de fractura «en libro abierto», el espacio retro-
lizar únicamente un cierre completo del tracto digestivo a peritoneal, que suele ser restringido y limitado, puede
ambos lados de la zona destruida mediante la aplicación verse completamente modificado y puede llegar a los
de pinzas mecánicas, pero en este caso, es preferible rese- 4 l, lo que explica la gravedad inmediata de estas
car los segmentos masivamente destruidos para evitar la fracturas.
contaminación bacteriana que expone a un riesgo mayor Si se descubre de forma peroperatoria un hematoma
de insuficiencia multivisceral [44] . retroperitoneal voluminoso, la exploración quirúrgica en
busca de la causa de la hemorragia para tratarla direc-
Afectación duodenopancreática tamente suele ser difícil, debido al carácter múltiple, e
En caso de afectación del bloque duodenopancreático incluso bilateral de las lesiones [50] , así como a la confi-
en un paciente que presente un traumatismo abdominal guración estrecha y profunda de la pelvis. El tratamiento
grave, incluso en ausencia de síndrome hemorrágico dra- selectivo de estas lesiones mediante la embolización [51]
mático, se debe evitar una resección radical y dar prioridad es el método de referencia, pero cuando el paciente está
a las técnicas simples basadas en el drenaje y la escisión inestable, la duración del procedimiento puede provocar
de los tejidos avulsionados [45, 46] . En cambio, cuando sólo el inicio irreversible del círculo vicioso de la coagulopatía.
la resección duodenopancreática cefálica permite contro- En los pacientes inestables que no respondan a la reposi-
lar una hemorragia arterial, la técnica debe plantearse sin ción, la colocación de un balón de oclusión aórtica por vía
restablecimiento de la continuidad digestiva, sino con femoral permite el traslado a la sala de embolización [52] .
B
Figura 5. Técnica de realización de una derivación intravascular para una lesión arterial no suturable. El diámetro de la derivación debe
adaptarse al de la arteria, por ejemplo, un segmento de tubo de perfusión o una pequeña sonda vesical para una arteria ilíaca.
A. 1. La hemorragia se detiene transitoriamente por la colocación de dos hilos a ambos lados de la lesión; 2. colocación de la derivación,
comenzando por la arteria distal; 3. fijación de la derivación. Cuando la arteria es de gran calibre, se pueden utilizar pequeñas pinzas
vasculares para pinzar temporalmente el vaso.
B. Ejemplo de derivación en un modelo porcino sobre la arteria ilíaca externa: se ha utilizado un tubo de perfusión de 5 cm (flecha), fijado
con dos hilos de seda (asteriscos).
La alternativa es el taponamiento pélvico [53] realizado percutánea o una reintervención quirúrgica para la repa-
mediante la colocación de compresas en la cara anterior ración una vez estabilizado el paciente [57] .
de la concavidad sacra, en la pelvis menor y alrededor de Debido a la gravedad de la peritonitis urinaria, si no
la vejiga (Fig. 8). se produce una cicatrización espontánea, cualquier lesión
Esta técnica se utiliza sobre todo en los heridos que vesical intraperitoneal se sutura y la sonda se deja colo-
presentan un traumatismo pélvico abierto en quienes la cada 10 días.
embolización es menos eficaz y en los cuales un procedi- Una ruptura subperitoneal puede tratarse con una
miento quirúrgico resulta totalmente indispensable. sonda vesical durante 10 días sin acceder al espacio de
Retzius [58] .
Se debe colocar un catéter suprapúbico ante cualquier
Afectación del árbol urinario
lesión de la uretra asociada (fractura de la pelvis y ure-
En caso de fractura o de lesión renal, el tratamiento trorragia) [57] .
conservador del riñón es la norma, preferentemente de
tipo no quirúrgico [54] . A excepción de los casos de hema-
toma expansivo y pulsátil, de síndrome compartimental
Afectación del diafragma
abdominal, o de lesión del pedículo renal, el hematoma Las lesiones del diafragma suelen producirse en el marco
perirrenal se respeta, pues la inextensibilidad del espacio de las heridas con trayecto toracoabdominal, situadas por
retroperitoneal permite a menudo una hemostasia satis- encima del ombligo. En los traumatismos cerrados, las
factoria. Por tanto, el retroperitoneo no se debe abrir, rupturas del diafragma pueden deberse a dos mecanismos,
para evitar que se reproduzca una hemorragia masiva por en ocasiones imbricados: una hiperpresión abdominal
el simple efecto de la descompresión. A continuación, súbita y/o un aplastamiento de la base del tórax. Estos
se realiza una embolización una vez estabilizado el mismos mecanismos pueden causar traumatismos hepá-
paciente [55] . Una extravasación urinaria se trata de forma ticos graves y hemorrágicos. La cúpula izquierda suele
no quirúrgica [56] . afectarse con más frecuencia que la derecha (80% de los
Si se requiere una nefrectomía para lograr la hemostasia, casos). La afectación diafragmática se sospecha en la etapa
se realiza abriendo la celda renal en la zona del hema- preoperatoria en la radiografía de tórax: presencia de una
toma, tras lo que se controla el pedículo con los dedos, imagen aérea intratorácica, con un nivel líquido, visua-
seguido de una ligadura, si es posible separada de los lización del extremo de la sonda nasogástrica al nivel
elementos vasculares. El procedimiento es técnicamente intratorácico, sobreelevación de una cúpula en ausencia
difícil debido a la hemorragia. El acceso clásico del pedí- de una imagen de atelectasia. Si se ha producido una rup-
culo renal antes de la abertura del peritoneo a lo largo de tura amplia, el herido puede presentar un falso cuadro
la 4.a porción del duodeno es difícil, debido al voluminoso de hemotórax agudo, con un riesgo elevado de perfora-
hematoma, que suele sobrepasar la línea media. ción gástrica o cólica si se realiza un drenaje izquierdo o
Un uréter seccionado puede ligarse proximalmente a en heridos muy inestables en quienes se realiza una tora-
la lesión y requerir la colocación de una nefrostomía cotomía de entrada, en la que el cirujano descubre que la
autores) o un flujo por el drenaje mayor de 500 ml/h [60, 61] . de control lesional» por analogía con el tratamiento qui-
Estas reglas se aplican también a los heridos que presen- rúrgico [67] . Además de la reposición con cristaloides y
ten un traumatismo o una herida abdominotorácica, y la administración de fármacos vasopresores e inótropos
la decisión de realizar una toracotomía o esternotomía (noradrenalina), la transfusión de concentrados de eri-
se toma en estos casos en la mesa de operaciones, des- trocitos se comienza lo antes posible, incluso en el sitio
pués de tratar las lesiones abdominales. La exploración de tratamiento por el servicio de asistencia de urgencias
del diafragma debe ser sistemática, en busca de una herida (transfusión de eritrocitos O–). El objetivo recomendado
que comunique los dos compartimentos. Los pacientes en es una hemoglobina de 7-9 g/dl. La transfusión de concen-
estado de shock no se pueden colocar en decúbito lateral trados de plaquetas debe permitir mantener un recuento
y el acceso al tórax debe realizarse en decúbito supino. De de plaquetas mayor de 50.000/mm3 (o 100.000/mm3 en
forma esquemática, en un herido que presente un hemo- caso de traumatismo craneal o medular) y también debe
tórax unilateral masivo y persistente durante una LAPCL, comenzarse lo antes posible [68] .
se debe realizar una toracotomía anterolateral en el 5.◦ La administración de factores procoagulantes, como
espacio intercostal homolateral [62] . En caso de afectación el plasma fresco congelado, los concentrados de fibrinó-
bilateral, la incisión se continúa a una bitoracotomía o geno y de PPSB, se inicia lo antes posible, dirigida por
clamshell (Fig. 9). El acceso por esternotomía sólo se rea- los resultados del estudio de la coagulación. La desloca-
liza si se sospecha una afectación cardíaca. Cuando existe lización de ciertos de estos análisis, como la medición
una hemorragia pulmonar catastrófica, en ocasiones es del tiempo de protrombina/índice normalizado interna-
útil realizar un pinzamiento digital por compresión en cional (TP/INR) (Hemocron, INRatio, CoaguChek) o la
masa del hilio. Los principios del control lesional torácico dinámica de formación del coágulo en sangre completa
son parecidos: (tromboelastografía [TEG] o tromboelastometría ROTEM)
• el tratamiento de las hemorragias de los vasos parietales permite una monitorización de estos distintos paráme-
se realiza por ligadura apretada; tros de la coagulación directamente a la cabecera del
• si existe una ruptura parenquimatosa simple, la hemos- paciente [69] .
tasia y la aerostasia selectivas se efectúan con puntos Recientemente, se ha demostrado que la administra-
en X de hilo reabsorbible. En caso de afectación paren- ción de antifibrinolíticos, como el ácido tranexámico, en
quimatosa pulmonar importante con un parénquima la fase precoz (menos de 3 h después del traumatismo),
desvascularizado, se pueden realizar procedimientos de es eficaz en términos de reducción de la mortalidad en el
resección atípicos, aplicando de la forma más conserva- estudio multicéntrico CRASH-2 [70] .
dora posible una grapadora mecánica de autosutura [60] ; Por su parte, el tratamiento con factor VII recombi-
• las lobectomías o neumonectomía de hemostasia están nante activado (rFVIIa, Novoseven) se ha desarrollado
indicadas en casos excepcionales y se reservan a los inicialmente para el tratamiento de las hemofilias que pre-
heridos que presenten lesiones vasculobronquiales gra- sentan un síndrome hemorrágico. Actúa de forma dirigida
ves [63] ;
• el taponamiento intratorácico tiene una eficacia muy
limitada [60] . Aún tendría algunas indicaciones infre-
cuentes para los casos en los que el paciente presente
una gran herida torácica abierta (en la mayoría de los
casos, se trata de heridas por arma de fuego) [64] , así
como en aquéllos en los que el paciente ya tenía en el
momento de la toracotomía una coagulopatía avanzada
con hemorragias intercostales múltiples [65] ;
• la reparación de los grandes vasos se realiza según las
reglas de la cirugía vascular (sutura directa o interposi-
ción de un injerto) dependiendo del tipo de extensión
de las lesiones [66] .
A
Figura 9. Bitoracotomía (A, B).
al nivel de los sitios hemorrágicos al unirse al factor tisular, Utilización de un material protésico
activa el factor X en la superficie de las plaquetas activa- para realizar una laparostomía
das localmente y provoca la formación de trombina. La
administración de FVIIa fuera de sus indicaciones aproba- Burch [1] ha descrito la utilización de una, e incluso de
das y en un contexto traumático se ha empleado de forma dos bolsas de irrigación urinaria de 3 l estériles suturadas
excepcional y, actualmente, está sometida en Francia a a los bordes de la incisión (lo que aumenta la capacidad
limitaciones estrictas debido a su precio muy elevado y a abdominal a la vez que protege las vísceras), asociadas a un
la ausencia de evidencia en cuanto a su posología óptima, sistema de drenaje bajo la película plástica para absorber
por lo que en la actualidad es un tratamiento de segunda las secreciones y la sangre [72] . Este dispositivo, deno-
línea [71] . minado «bolsa de Bogotá», se describió inicialmente en
Colombia, en heridos por arma de fuego que presentaban
a menudo una pérdida de sustancia parietal que impedía
el cierre. Esta técnica se mejoró considerablemente por el
Cierre de la laparotomía de control sistema de vacuum pack descrito por Barker [73] . Este dispo-
sitivo en «sándwich» consta, de la profundidad hacia la
lesional superficie (Fig. 10) de:
La intervención se termina siempre con una irrigación • una gran lámina de poliuretano multiperforada que
abundante con suero lo más caliente posible, que per- se introduce en la cavidad abdominal a lo largo de la
mite lavar la cavidad peritoneal y calentar al herido. El pared, recubriendo todas las vísceras abdominales;
recuento de las compresas y de los campos debe ser extre- • un colchón de varias compresas situadas por encima
madamente minucioso y, cuando se dejen compresas en hasta que queden a ras de la pared y en cuyo interior
el abdomen, esto debe indicarse claramente al personal de se coloca un sistema aspirativo de tipo dren torácico o
enfermería del quirófano y queda reflejado en la lista de redón de gran calibre que saldrá por uno de los bordes
comprobación. El cierre parietal debe ser rápido y sin ten- de la incisión;
sión. Se debe tener en cuenta el aumento del volumen • una lámina adhesiva que sobrepasa ampliamente los
intraabdominal, incrementado por el edema intestinal bordes de la incisión.
y/o las compresas de un posible taponamiento, y hay que Se crea un vacío en los drenajes, generalmente a
evitar totalmente una compresión intestinal excesiva para –80/–100 mmHg. En poco tiempo, el sistema adquiere
que no aparezca un síndrome compartimental abdomi- rigidez, de forma parecida a un colchón inmovilizador
nal. En este contexto, el cierre del plano aponeurótico es de vacío. Todos estos elementos que constituyen este dis-
perjudicial e inútil. Se han descrito distintas técnicas que positivo se comercializan actualmente con el nombre de
tienen en cuenta estos requisitos. Vacuum Assisted Closure (VAC) [74] , pero el principio del
dispositivo puede reproducirse perfectamente utilizando
el material disponible en cualquier quirófano [75] .
Cierre limitado al plano cutáneo, sin plano
profundo aponeurótico
Se debe realizar sistemáticamente en los heridos que Salida del quirófano
tengan un taponamiento, pues se reintervendrán para su
retirada y para el second look obligatorio. Un cierre clá- Desde el comienzo de la intervención y dependiendo
sico en dos planos está totalmente contraindicado en este de los hallazgos quirúrgicos, el cirujano y el anestesista
contexto, pues conlleva una pérdida de tiempo y, ade- deben definir el destino del paciente inmediatamente des-
más, provocaría lesiones tisulares inútiles causantes de pués del quirófano. Si uno de los sitios de hemorragia
una agravación de la acidosis y de la hemorragia. El cierre sólo es accesible a la embolización (necesidad de pinza-
en un plano es la solución más sencilla y la más rápida. miento del pedículo hepático, hematoma retroperitoneal
extenso, etc.), el herido debe trasladarse a la unidad de distensibilidad de la pared abdominal (cirugía abdomi-
radiología intervencionista, en el plazo más breve posible, nal, quemaduras extensas, decúbito prono), aumento
lo que implica que el radiólogo se prepare para la llegada del volumen digestivo intraluminal (íleo, gastroparesia),
del paciente mientras se realiza la laparotomía. En alrede- aumento del volumen intraabdominal (edema intestinal,
dor del 10% de los pacientes, la coagulopatía se agrava con hemoperitoneo, taponamiento), reanimación intensiva
una acidosis, una hipotermia grave y/o lesiones cerebrales (politransfusión, ventilación mecánica, hipotermia, aci-
irreversibles que provocan el fallecimiento. dosis) y factores intrínsecos y evolutivos (edad, obesidad,
En los otros casos, el paciente se traslada del quirófano a sobreinfección, persistencia de un shock hipovolémico).
la unidad de reanimación, donde se continuará la reposi-
ción vascular y se corregirán la acidosis y los trastornos de
Fisiopatología del síndrome compartimental
la coagulación. El calentamiento del paciente debe ser una
abdominal
preocupación primordial y se continúa con la perfusión
de solutos calientes, con el uso de una manta calefactora La elevación de la presión abdominal provoca una com-
de aire pulsado y también con métodos más activos [11] . presión directa de los órganos intraabdominales y una
isquemia hepática y mesentérica, que causa una hiperpre-
sión en la cava inferior con insuficiencia renal, isquemia
Reintervenciones y edema de las paredes intestinales, lo que aumenta aún
más la presión intraabdominal. Provoca una elevación
quirúrgicas de las cúpulas diafragmáticas y una hiperpresión intra-
torácica, causante a su vez de un síndrome de dificultad
Reintervención no programada respiratoria por una parte, y de una disminución de la
fracción de eyección cardíaca por otra, lo que contri-
En las seis primeras horas, la decisión de una reinterven- buye al síndrome de bajo gasto, a la insuficiencia renal
ción precoz es complicada. Interrumpir la reanimación y a la isquemia digestiva, en otro círculo vicioso que
expone a los riesgos de agravar la hipotermia y de sólo la descompresión abdominal puede romper. La hiper-
encontrarse en la misma situación de coagulopatía por tensión intracraneal, particularmente perjudicial en caso
alteración de los parámetros de la hemostasia, incontro- de traumatismo craneal, se ve favorecida también por
lable quirúrgicamente. Esta posibilidad no es excepcional, la hiperpresión abdominal, hasta el punto de que se ha
pues la reintervención precoz se produce en más del 10% propuesto la laparotomía de descompresión para tratar
de las LAPCL, y un tercio de los heridos en quienes se ha las hipertensiones intracraneales secundarias a un trau-
realizado una reintervención no programada fallecen en matismo craneal aislado. Esto da lugar a una afectación
el postoperatorio [1, 76] . Los signos de alerta son la persis- circulatoria que compromete la función y la viabili-
tencia de una inestabilidad hemodinámica, la transfusión dad de los órganos intraabdominales, con repercusiones
de más de dos concentrados de eritrocitos por hora o la principalmente sobre las funciones cardíaca, respiratoria,
transfusión de más de cinco concentrados de eritrocitos cerebral y renal (Fig. 11).
en el postoperatorio, la disminución del hematocrito, una
acidosis refractaria y la aparición de signos de hiperpre-
sión intraabdominal. La realización de una tomografía Diagnóstico del síndrome compartimental abdominal
computarizada (TC) con contrate muestra en la mayo- Signos clínicos. Los primeros síntomas clínicos del
ría de los casos un foco de hemorragia activa que será síndrome compartimental abdominal son:
accesible a la embolización. La aparición de un síndrome • una tensión abdominal clínica, que puede
compartimental abdominal puede ser extremadamente acompañarse de fugas al nivel de la incisión;
precoz, sobre todo en los pacientes en quienes no se ha • la agravación o la aparición de oliguria;
realizado una laparotomía aspirativa (VAC). Se debe sospe- • hipercapnia;
char sistemáticamente y obliga a realizar una laparotomía • disminución del gasto cardíaco;
de descompresión de urgencia. • aumento de la presión de ventilación pulmonar;
• acidosis.
Síndrome compartimental abdominal Presión intravesical (PiV). La prueba diagnóstica de
referencia es la medición de la PiV. Esta medición se realiza
Etiología del síndrome compartimental abdominal
con un manómetro conectado a la sonda urinaria después
El síndrome compartimental abdominal se produce en de haber instilado previamente en la vejiga 25 ml de suero.
cerca del 15% [77] de las LAPCL. Se ha descrito previamente Hay que interpretarla en función del contexto, porque
en muchos contextos, tanto quirúrgicos (cirugía aórtica, existen variaciones individuales en función de la disten-
trasplante hepático) como en la reanimación por hipoter- sibilidad vesical, de la sedación del herido, de la presencia
mia o después de una pancreatitis aguda grave. Gracias a de obesidad o de hipovolemia. En los pacientes en quie-
una mejor comprensión de los mecanismos fisiopatológi- nes la medición de la PiV es imposible debido a una lesión
cos, se ha convertido en un síndrome de pleno derecho, vesical traumática o a un hematoma retroperitoneal muy
cuyo tratamiento fue objeto en 2006 de un consenso de voluminoso, es posible medir la presión intragástrica,
expertos, actualizado recientemente [78] . pero esta medición está menos estandarizada. Existe un
En los traumatismos graves abdominales, varios consenso que define el síndrome compartimental abdo-
mecanismos pueden explicar la aparición de esta situa- minal como una hipertensión intraabdominal mayor de
ción [79, 80] : 20 mmHg (normal, inferior a 12 mmHg) asociada a una
• edema intestinal importante por lesión de isquemia- disfunción orgánica.
reperfusión;
• cierre a tensión sobre un taponamiento o hematoma
retroperitoneal; Tratamiento del síndrome compartimental
• hemoperitoneo y/o bilioperitoneo importantes. abdominal
El síndrome compartimental abdominal puede apare- Desde la aparición de los primeros signos, conviene ins-
cer muy precozmente, pero en la mayoría de los casos taurar una estrategia (primero médica) dirigida a corregir
lo hace en las 36 primeras horas después de la laparo- ciertos síntomas: colocación de una sonda nasogástrica,
tomía inicial [81] . En una revisión sistemática reciente, utilización de neostigmina para evitar la estasis, equi-
Holodinsky [82] et al han descrito 25 factores de riesgo libración de los aportes hidroelectrolíticos y evitar la
asociados con la hiperpresión intraperitoneal y 16 con hipervolemia. Si el paciente no mejora, la cirugía de
el síndrome compartimental abdominal, que se pue- descompresión debe organizarse lo antes posible, con rea-
den agrupar del siguiente modo: disminución de la lización de una laparostomía [81] (Fig. 10).
Aumento de la PIC Disminución de la perfusión de la mucosa intestinal Figura 11. Consecuencias fisiopatoló-
Disminución de la PPC Aumento del edema intestinal gicas de la hiperpresión intraabdominal.
Disminución del flujo sanguíneo Íleo paralítico
cerebral HTIC Elevación del diafragma Isquemia PIC: presión intracraneal; PPC: presión
de perfusión cerebral; HTIC: hipertensión
Aumento de la PIT
Aumento de la PP Disminución de la perfusión parietal intracraneal; PIT: presión intratorácica;
Posible SDRA secundario y disminución de su distensibilidad PP: presión pleural; SDRA: síndrome de
dificultad respiratoria del adulto; RVS:
resistencias vasculares sistémicas.
Duda sobre una lesión secundaria la vitalidad de la vesícula biliar debe controlarse siste-
o no detectada en la primera laparotomía máticamente, sobre todo si ha habido una embolización
hepática, porque se puede producir una necrosis isqué-
Ante la gravedad del cuadro, la urgencia del procedi- mica de la vesícula. La retirada del taponamiento suele
miento hemostático y la inestabilidad del paciente han ser sencilla, extrayendo las compresas una a una mientras
podido contribuir a pasar por alto ciertas lesiones. Las se realiza una irrigación de suero caliente. En la mayoría
afectaciones ignoradas en la mayoría de los casos son de los casos, ya no existe hemorragia activa, pero suele
la lesión duodenal (sobre todo si es posterior), las lesio- observarse la salida de bilis al nivel del foco de fractura,
nes pancreáticas y renales, o la perforación digestiva que se debe drenar ampliamente con una lámina mul-
secundaria a la isquemia del mesenterio o del mesocolon titubulada. Si reaparece la hemorragia, conviene pinzar
(hematoma mesentérico voluminoso, isquemia iatrogé- el pedículo para buscar el origen e intentar localizar pru-
nica después de un procedimiento de hemostasia durante dentemente un punto hemorrágico en la zona de sección
la primera laparotomía). También en estos casos, la indi- hepática. Si la hemorragia persiste pese al pinzamiento, es
cación de una reintervención precoz debe sopesarse con la muy probable que sea de origen venoso suprahepático y la
recuperación de un estado clínico y de las pruebas de labo- solución más sensata es realizar un nuevo taponamiento.
ratorio globalmente más satisfactorio que permita una
reexploración y una posible reparación de las lesiones en
Verificación
las condiciones más favorables.
de todas las estructuras de la cavidad
peritoneal
Reintervención programada
Esta reintervención debe permitir un auténtico second
Se realiza en un paciente perfectamente «enmarcado», look de todos los órganos intraperitoneales. En el contexto
tanto desde el punto de vista de la reanimación, como de de una hemorragia voluminosa inicial, el tratamiento
las pruebas de imagen, que se ha transferido a un centro prioritario de las hemorragias ha podido motivar que se
especializado si es preciso. Desde el punto de vista de las ignoren ciertas lesiones mínimas digestivas, que se podrán
pruebas de laboratorio, el paciente debe haber recuperado reparar en este momento. También pueden haberse
una capacidad de hemostasia correcta y no debe presentar desarrollado otras lesiones isquémicas entre las dos lapa-
acidosis. La TC corporal total con contraste es indispensa- rotomías, favorecidas por el shock hipovolémico y la
ble, porque es la única prueba que permite una evaluación coagulopatía: isquemia o necrosis de la vesícula biliar tras
completa tanto cerebral como toracoabdominal y de los la embolización de la arteria hepática derecha, necrosis
miembros. En realidad, sólo dos tercios de los pacientes se del colon o del intestino delgado o por hematoma de
someten a esta cirugía «programada» [83] . Los otros heri- los mesos, pancreatitis traumática, etcétera. Su repara-
dos fallecen o han presentado un cuadro que justifica una ción se realiza de forma individualizada según las normas
reintervención precoz [76, 84] . El plazo es de 24-36 horas de la cirugía digestiva sistematizada, teniendo en cuenta
en promedio después de la laparotomía inicial. Si en el los datos clínicos y de las pruebas de laboratorio del
procedimiento inicial se realizaron grapados o ligaduras paciente. La colecistectomía sólo se realiza si existe un
someras del tubo digestivo, la reintervención debe efec- aspecto verdoso o negruzco (a menudo secundario a una
tuarse en principio en un plazo de 48 horas, pero algunos embolización hepática derecha) o para colocar un dre-
pacientes se reintervienen 4-7 días después de un tapona- naje transcístico en caso de lesión traumática del pedículo
miento hepático aislado, sin un aumento de las tasas de hepático.
complicaciones sépticas [85] .
Cierre parietal
Retirada del taponamiento perihepático En los pacientes que tienen un sistema de laparostomía
Esta reintervención debe prepararse cuidadosamente, de tipo vacuum pack, el cierre de la pared abdominal puede
sobre todo si existen afectaciones parenquimatosas gra- ser problemático. En estos pacientes, se produce en unos
ves. La vía de acceso debe ser suficiente y puede ser útil días una retracción importante de los músculos de la pared
colocar antes de la retirada del taponamiento unos lazos abdominal que dificulta el cierre muscular, e incluso lo
de control vasculares en el pedículo hepático e incluso, impide. Además, una vez evacuados todos los derrames,
de forma más excepcional, en la vena cava. Después de la suele persistir un cierto grado de hiperpresión abdomi-
aspiración de la sangre y de la retirada de los coágulos, nal relacionado con el edema intestinal y/o el hematoma
retroperitoneal. En los heridos que presentan una pérdida médica, CHU de Grenoble) y el Dr. Pierre Bouzat (servicio de anestesia
de sustancia parietal importante (traumatismo abierto, y reanimación, CHU de Grenoble).
quemadura), se puede realizar en un plazo de unos días un
injerto de piel mallado sobre el epiplón mayor extendido
por delante de las asas.
Para permitir un cierre parietal progresivo, se han pro-
Bibliografía
puesto varios procedimientos técnicos [74] , con realización
[1] Burch JM, Ortiz VB, Richardson RJ, Martin RR, Mattox KL,
de vacuum packs sucesivos cada vez más pequeños. En
Jordan Jr GL. Abbreviated laparotomy and planned reopera-
la práctica, sólo suele ser posible realizar un cierre cutá- tion for critically injured patients. Ann Surg 1992;215:476–83
neo exclusivo, sin cierre musculoaponeurótico, sabiendo [discussion 483–4].
que el herido desarrollará inevitablemente una eventra- [2] Hirshberg A, Walden R. Damage control for abdominal
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técnica interesante desarrollada desde hace varios años [3] Kluger Y, Soffer D, Klausner JM. Packing and abbreviated
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intervención [86–88] y se retira cuando la pared se aproxima. [4] Rotondo MF, Schwab CW, McGonigal MD, Phillips 3rd GR,
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reanimador y el radiólogo. Desde el punto de vista técnico, [7] Hogan MP, Boone DC. Trauma education and assessment.
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un tratamiento somero de las otras afectaciones viscera- [9] Gregory J, Flancbaum L, Townsend M, Cloutier CT, Jonasson
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segundo tiempo, cuando el paciente haya recuperado undergoing operations. J Trauma 1991;31:795–800.
unos parámetros hemodinámicos satisfactorios. Estas téc- [10] Sillesen M, Rasmussen LS, Jin G, Jepsen CH, Imam A,
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C. Arvieux (carvieux@chu-grenoble.fr).
Département de chirurgie digestive et de l’urgence, Centre hospitalier universitaire de Grenoble, BP 217, 38043 Grenoble cedex 9, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Barbois S, Overs C, Abba J, Létoublon C, Arvieux C. Laparotomía de
control lesional para el tratamiento de los traumatismos abdominales graves. Principios de técnicas y de tácticas quirúrgicas. EMC - Técnicas
quirúrgicas - Aparato digestivo 2017;33(3):1-15 [Artículo E – 40-095].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico