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OTRO

En México, un país en el que la violencia se encuentra a la vuelta de la esquina

y la inseguridad está presente en cualquier rincón del país, y absolutamente todos son

vulnerables a sufrir un acto violento, especialmente aquellos que viven situación de

pobreza; ¿acaso tiene sentido dotar a un país en el que según la CEPAL a finales de

2020 la pobreza es de un 67%, un producto que solo un tercio del país puede comprar

legalmente? ¿Ese tercio de la ciudadanía estaría comprando seguridad, o solo una

ilusión de ella?

Desde luego que un ciudadano promedio en México no se puede permitir la

compra de un arma de fuego, ni debería, ya que no tendría el suficiente entrenamiento

para estar capacitado (mental y mecánicamente) de usar un arma de fuego, dejando

nuestra seguridad en las manos de la policía. Mantener a salvo a la población, es una

tarea que la armada, la policía, y las distintas organizaciones gubernamentales deben

de apoyar de manera incondicional, pero cuando se trata del crimen cotidiano, la policía

nota una falta de especialización de agentes dirigidos a asaltos a mano armada, robo, o

la violación de una propiedad privada; por lo que la policía en la mayoría de los casos

no puede hacer nada al respecto. Si bien el contraargumento de la ineficacia policial a

favor de la legalización de las armas de fuego pudiese hacer frente a algún delito, esto

no elimina la causa de este, por lo que generar una cultura de prevención basada en la

educación es la opción más viable y funcional para el postdesarrollo del país, y evita la

imprudencia de dotar de la posibilidad de la posesión de un arma de fuego a cualquier

ciudadano en la nación, que probablemente se encuentre en un entorno de pobreza

cercano a un rubro de violencia; y de esta forma generar un estereotipo de inseguridad


hacia ciudadanos de clase social baja. De otra forma, si la justificación de la

legalización de las armas para todo el público queda verificada por la ineficacia policial,

¿que eso no generaría que la justicia se deslindara de promover una cultura de

seguridad debido a lac ilusión de eficacia otorgada por un arma de fuego, y así mismo

hacer que un arma misma sea la responsable de un estanque en el rubro de la

seguridad en México? Por ello, la salida al problema de la violencia es erradicar ese

terrible porcentaje de pobreza, y junto con un programa de prevención y de

reestructuración educativa, que a diferencia de un arma de fuego no dota de una ilusión

de seguridad, si no que genera un aumento económico y cultural.

Es evidente que, la forma en la que se erradica un problema, en este caso el de

la seguridad, es promover una cultura preventiva capaz de hacernos analizar sobre la

violencia en todas sus manifestaciones, así como en la forma en la que nosotros

estamos siendo formados, y de esta manera lograr una nación en la que el futuro de

esta quede en manos de ciudadanos con una buena formación educativa, y no en una

en la que la educación no sea el principal promotor de seguridad en México.


Llanos Reynoso, Luis Felipe, Rivas, Luis Arturo, Lambarry, Fernando, &

Trujillo, Mara M.. (2017). La eficacia de la policía en México: un enfoque

cualitativo. Polis, 13(2), 107-138.

Recuperado en 12 de febrero de 2021, de

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-

23332017000200107&lng=es&tlng=es.

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