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Como Fabricar Incienso

Hace por lo menos 5.000 años que el incienso arde sin llama en los altares de los magos. Antiguamente se
quemaba para disimular el olor del animal sacrificado, para dirigir oraciones a los dioses, y para crear un
ambiente propicio para el encuentro del hombre con la Divinidad. 

Actualmente, cuando la época en que los magos de Occidente sacrificaban animales está ya muy lejana, se
utiliza incienso por diversas razones. Se quema al hacer magia con el fin de estimular la conciencia ritual, es
decir, el estado de ánimo preciso para despertar y dirigir la energía personal. Este estado de ánimo también
se alcanza mediante la utilización de instrumentos mágicos, permaneciendo en pie ante el altar encantado
donde arden las velas, entonando cánticos y pronunciando palabras simbólicas. 

Cuando el incienso se quema con anterioridad a las operaciones mágicas, su humo perfumado purifica
también el altar y el área circundante, alejando las vibraciones perturbadoras y negativas. Aunque tal
purificación generalmente no es necesaria, ayuda a tener el estado anímico adecuado para alcanzar el éxito
en las operaciones mágicas. 

Se queman inciensos con formulaciones especiales con el fin de atraer ciertas energías específicas hasta el
mago y ayudarlo/la a cargar su poder personal con el objetivo del rito, para producir finalmente el cambio
necesario. 

La utilización de inciensos no debe limitarse exclusivamente a los ritos. Ahora bien, no utilice inciensos
curativos simplemente por su perfume o como ambientadores del hogar. El hecho de quemar inciensos que
han sido elaborados mágicamente y cargados de poder, cuando no se necesita hacerlo, constituye un gasto
inútil de energía. Si desea quemar un incienso que tenga un olor agradable, prepare una mezcla para uso
doméstico. 

Los Materiales 

Para la elaboración de los inciensos se utiliza una gran variedad de hojas, flores, raíces, cortezas, maderas,
resinas, gomas y aceites. También es posible añadir piedras semipreciosas a fin de que éstas comuniquen
sus energías a la mezcla, es algo muy parecido a lo que sucedía cuando los antiguos pueblos de la región
comprendida entre México y Nicaragua quemaban esmeraldas en el fuego. 

De los cientos de posibles ingredientes de los inciensos, tal vez haya catorce que se utilizan con más
frecuencia. Tenga a mano reservas de las siguientes hierbas si planea preparar varios inciensos: 

Olíbano - Mirra - Benjuí - Copal - Pétalos de Rosa - Laurel - Cinamomo 

Agujas o Resinas de Pino - Enebro - Sándalo - Cedro - Tomillo - Albahaca - Romero 

Tenga presente que muchas plantas (si no todas) huelen de forma diferente al ser quemadas. Los aromas
dulces se vuelven acres rápidamente. 

Si quiere, tome una gran cantidad de substancias vegetales secas y finamente trituradas (flores, hojas,
cortezas, raíces) y eche una pequeña cantidad de cada hierba sobre un bloque de carbón de leña ardiendo;
luego determine si el olor es o no agradable. Puede tomar nota del olor de cada planta o hierba en un
cuaderno especial reservado para tal fin o en fichas. También anote las sensaciones psíquicas o de otro tipo
que siente cuando se quema cada una de las hierbas. De este modo adquirirá unos conocimientos muy
completos sobre los elementos que componen los diferentes inciensos y ello supondrá una gran ayuda en la
magia de las hierbas. 

Recuerde que, por muy sorprendente que parezca, el olor no es un factor que deba tener en cuenta en los
inciensos mágicos, excepto en sentido muy general: los aromas dulces suelen utilizarse para objetivos
mágicos positivos, en tanto que los olores fétidos se usan en los ritos de destierro. 

En los establecimientos comerciales que proporcionan material ocultista hay existencias de incienso para ser
utilizado en actividades mágicas. Por no mucho dinero es posible adquirir muchas mezclas raras. 

Si bien estas fórmulas son efectivas desde el punto de vista mágico, tal vez usted desee elaborar las suyas
propias. 

Dos Tipos de Incienso 

Se puede decir que el incienso es un elemento necesario para todo aquel que practica el arte de la magia,
pero su composición suele estar rodeada de mucho misterio. Afortunadamente, con un poco de práctica
resulta sorprendentemente fácil fabricar incienso. 

En la magia se utilizan dos tipos de incienso: El combustible y el incombustible. El primero contiene nitrato de
potasio (salitre), que facilita la combustión, en tanto que el incombustible no contiene este elemento. Por tanto,
se pueden quemar pastillas, conos, palitos y otras figuras de incienso combustible, mientras que el
incombustible ha de ser vertido sobre bloques de carbón de leña al rojo para que desprenda su aroma. 

El 95% del incienso utilizado en actividades mágicas es de la clase incombustible, puro o granulado. ¿Por
qué? Tal vez, debido a que es más fácil de elaborar. Los magos que trabajamos con hierbas somos gente
muy práctica. 

Además, en algunos hechizos es necesario que se formen unas nubes de humo onduladas y como los conos,
palitos y bloques de incienso arden a un ritmo constante, no es posible producir tales efectos al utilizarlos. 

Las ventajas del incienso combustible a veces pesan más que los inconvenientes, todo depende de las
circunstancias. ¿Acaso ha de celebrar una ceremonia inesperada y quemar un incienso que atraiga dinero?
Entonces, saque el incensario, un bloque de carbón de leña y el incienso, encienda el carbón de leña,
colóquelo en el incensario y espolvoree incienso sobre el mismo. También puede sacar un cono de un
incienso que proporcione dinero, encenderlo, colocarlo en el incensario y proseguir la ceremonia. 

No todos los magos son partidarios del mismo incienso. 

He aquí una serie de instrucciones para la elaboración de las dos clases de incienso. 

Incienso Incombustible 

Asegúrese de que time todos los ingredientes necesarios. 

Todos los ingredientes han de estar finamente triturados. Es preferible pulverizarlos. Para ello puede utilizar
un mortero o una trituradora eléctrica. No es fácil reducir algunas resinas a polvo, pero con algo de práctica
descubrirá como hacerlo. 
Cuando todo esté dispuesto, mezcle con sus manos las resinas y las gomas en un gran recipiente de madera
o cerámica. Mientras mezcla esas substancias aromáticas, combine también sus energías. Visualice su poder
personal, véalo vibrar con su objetivo mágico, salir de sus manos y entrar en el incienso. Esto es lo que hace
que el incienso casero sea más efectivo que sus equivalentes comerciales. 

A continuación, agregue a la mezcla las hojas, cortezas, flores y raíces pulverizadas. Mientras las mezcla,
continúe visualizando o concéntrese en el objetivo del incienso. 

Ahora añada los aceites o líquidos (vino, miel etc.) que estén incluidos en la receta. Suele bastar con añadir
unas gotas. Con relación a los aceites he de señalar que si la receta se compone de una cantidad suficiente
de ingredientes secos puede sustituir alguna hierba que le falte por un aceite del aroma de dicha hierba.
Únicamente asegúrese de que el aceite es un aceite esencial, pues al arder los aceites sintéticos huelen a
plástico quemado. 

Una vez que se han mezclado perfectamente todos los ingredientes, ya se ha elaborado totalmente el
incienso. Cárguelo de poder y habrá terminado. Debe conservarlo en un tarro cerrado herméticamente. Ponga
una etiqueta en la que aparezca el nombre del incienso y la fecha de su elaboración. Ya está preparado.
Puede utilizarlo cuando sea preciso. 

Incienso Combustible 

La elaboración de los inciensos combustibles (en forma de conos, pastillas y palitos) es bastante complicada,
pero muchos son de la opinión que merece la pena trabajar un poco más. 

Para ser sincera, he de decir que no es sencillo. Algunos ingredientes son difíciles de obtener, el
procedimiento que debe seguir suele ser completo y decepcionante, y algunos llegan a preguntarse si el
incienso combustible es tan efectivo desde el punto de vista mágico como su equivalente incombustible. La
causa por la que dudo sobre su fabricación es que contiene nitrato de potasio. Esta substancia se relaciona
mágicamente con Marte, y me parece que el nitrato de potasio puede comunicar una agresividad innecesaria
al incienso. Pero, posteriormente caí en la cuenta de que los bloques de carbón de leña que se utiliza para
quemar el incienso incombustible también contienen salitre. Sin embargo, sigo prefiriendo el incienso puro. 

El ingrediente básico de todos los inciensos moldeados es la goma de tragacanto. El tragacanto puede
conseguirse en algunas herboristerías; (en determinada época del pasado era posible su adquisición en todas
las farmacias.) Es bastante caro, pero una cantidad pequeña le durará muchos meses. 

Para fabricar pegamento de tragacanto, eche una cucharadita de la citada hierba, previamente molida en un
vaso de agua templada. Remuévalo hasta dispersar todas las partículas. Para facilitar esta operación, es
conveniente echarlo en un recipiente y batir la mezcla con un batidor de huevos. Se producirá algo de
espuma, pero es fácil quitarla o dejar que desaparezca. La goma de tragacanto es un material muy
absorbente; una onza absorbe un galón de agua en una semana. 

Deje que el tragacanto absorba el agua hasta que la mezcla se convierta en una pasta espesa de olor agrio.
La consistencia de la mezcla dependerá del tipo de incienso que desee obtener. Si desea fabricar palitos de
incienso (es el tipo de incienso más difícil de fabricar), la mezcla habrá de ser bastante fina. Para fabricar
pastillas o conos hay que elaborar una goma más espesa. Aquí es donde la práctica tiene mucho que decir.
Tras una sesión o dos usted, automáticamente, sabrá cuándo tiene la goma la consistencia idónea. 

Si no logra encontrar tragacanto, pruebe a usar goma arábiga en su lugar. Este material también absorbe el
agua. 

Cuando haya preparado el pegamento de tragacanto, cúbralo con un paño húmedo y guárdelo. Continuará
espesando, mientras esté en reposo. Si espesara demasiado, añada un poco de agua y remueva con
insistencia. 

A continuación ha de hacer la base del incienso. 

He aquí una fórmula estándar para la preparación de la base de un incienso: 

BASE DE UN CONO DE INCIENSO 

6 panes de Carbón de Leña triturado (que no sea auto inflamable) 


1 parte de Benjuí triturado 
2 partes de Sándalo triturado 
1 parte de raíz de Lirio (fija el perfume) 
6 gotas de aceite esencial (utilice el aceite de uno de los ingredientes del incienso) 
de 2 a 4 partes de una mezcla de incienso cargado de poder 

Mezcle bien los cuatro ingredientes. Añada las gotas de aceite esencial y mézclelo con los demás
ingredientes. Utilice las manos para ello. El objetivo es crear unos polvos con una textura muy fina. Si quiere,
puede pasar nuevamente la mezcla por la trituradora o el mortero, hasta que quede a su gusto. 

Añada de dos a cuatro panes del incienso ya preparado y cargado de poder (elaborado según las
instrucciones para la elaboración de inciensos incombustibles, que acabamos de citar). Mézclelo bien con las
manos. 

Luego, añada un diez por ciento de nitrato de potasio. Si ha preparado diez onzas de incienso, habrá de
añadir una onza de nitrato de potasio. Remuévalo hasta que el polvo blanco se haya mezclado por completo. 

No debe haber más de un diez por ciento de salitre. Si se añade más, el incienso se quemará demasiado
deprisa; si se añade menos de un diez por ciento, puede que el incienso no llegue a arder. 

No es difícil conseguir nitrato de potasio en los "drugstores", búsquelo allí, no suele estar en estanterías;
pídalo en la sección de farmacia. Si no tiene suerte, acuda a algún proveedor de productos químicos. 

A continuación, añada el pegamento de tragacanto, cucharadita a cucharadita. Mézclelo con los demás
ingredientes dentro de un recipiente, hasta que todos los ingredientes estén mojados. La textura ha de ser
espesa, semejante a una masa. Ahora bien, si espesara demasiado no podría adoptar una forma cónica y
tardaría muchísimo en secar. La mezcla ha de ser fácilmente moldeable y conservar la forma adquirida. 

Dé forma cónica a la mezcla sobre un papel encerado. Haga unos conos iguales a los que probablemente
usted ha comprado alguna vez. Si no le da esa forma, es probable que el incienso no arda bien. 

Cuando haya terminado de hacer el cono de incienso, déjelo de dos a siete días en un lugar caliente hasta
que se seque. La elaboración del incienso ha terminado. 

Si desea fabricar una pastilla de incienso, coloque la masa espesa sobre un papel encerado. Córtela con un
cuchillo en dados de una pulgada, como si estuviera cortando unos "brownies" pequeños. Sepárelos un poco
y déjelos secar. 

También puede probar a hacer palitos de incienso. Añada más pegamento de tragacanto al incienso y a la
base. La mezcla debe estar mojada, pero ha de seguir siendo bastante espesa. El truco consiste en
determinar qué espesor ha de tener el incienso/tragacanto y en hallar los materiales idóneos. Los fabricantes
profesionales de incienso utilizan unas tablillas finas de bambú, que no son fáciles de conseguir. Así pues,
utilice en su lugar tablillas de madera o bambú de fabricación casera, o bien las pajas de una escoba, unas
ramitas muy finas, o esos largos pinchos de cocktail que puede adquirir en algunas tiendas de comestibles y
de productos alimenticios orientales. 

Introduzca los palitos en la mezcla, déjelos reposar en posición vertical y luego vuelva a sumergirlos. En
general, hay que sumergirlos varias veces; es un proceso muy difícil. Mas o menos como cuando hace velas. 

Cuando se haya acumulado en los palitos una cantidad suficiente de incienso, clávelos en un bloque de arcilla
o de otra substancia con objeto de que permanezcan en posición vertical. Deje que se sequen. 

Existe otra fórmula para la fabricación de palitos de incienso. Consiste en utilizar una masa mas espesa.
Coloque la masa sobre el papel encerado y aplástela dando palmaditas hasta que quede muy fina. Coloque el
palito sobre la masa y enrolle la masa en el palito. El incienso no debe tener un grosor superior al doble de lo
que mide el palito. Apriete la masa contra el palito hasta que se pegue al mismo y deje que se seque. 

Personalmente, opino que el incluir carbón de leña en esta receta es innecesario y de mal gusto. Le obliga a
lavarse las manos muchas veces durante el proceso. Si bien he de decir que el carbón de leña tradicional da
un olor peculiar al incienso. He aquí otra receta 

BASE DE UN CONO DE INCIENSO # 2 

6 partes de Sándalo en polvo (o Cedro, Pino, Enebro) 


2 partes de Benjuí en polvo (u Olíbano, Mirra, etc) 
1 parte de raíz de Lirio triturada 
6 gotas de aceite esencial (utilice alguno de los ingredientes del incienso en forma oleosa) 
de 3 a 5 panes de una mezcla de incienso cargado de poder 

Mezcle bien los tres primeros ingredientes. Agregue el aceite y mézclelo también. Luego añada de tres a cinco
partes del preparado de incienso, reducido a polvo. Péselo y añada un diez por ciento de nitrato de potasio. 

Mézclelo, agregue el pegamento de tragacanto. Una vez haya mezclado el pegamento con todos los
ingredientes dé forma a la masa siguiendo alguno de los métodos que acabamos de explicar. 

Reglas para la Elaboración del Incienso Combustible 

He aquí algunas normas que conviene seguir a la hora de preparar un incienso combustible. Debe seguirlas
cuando elabore la Base del Cono de Incienso # 2. Si no lo hace, el incienso no quemará bien. En este campo
hay menos posibilidades de experimentación que en el de los inciensos incombustibles. 
En primer lugar ¡nunca utilice más de un diez por ciento de salitre! 

También es conveniente añadir la proporción adecuada de las maderas pulverizadas (sándalo, áloe, cedro,
enebro y pino) y las gomorresinas (olíbano, mina, benjuí, copal), el doble de madera en polvo que de resina.
Si hay más materia resinosa, la mezcla no arderá. 

Naturalmente, usted tendrá que jugar con las proporciones dependiendo del tipo de incienso que vaya a
añadir a la base. Simplemente asegúrese de que el olíbano y substancias afines nunca constituyen más de un
tercio de la mezcla final y todo irá bien. 

Aunque esto no cubre todos los aspectos de la elaboración del incienso combustible (podrían llenar un libro),
posiblemente le dará una orientación suficiente para que usted pueda preparar sus propios inciensos. 

Experimente, pero tenga presentes las referidas normas. 

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Otra formula para hacer Sahumerios (Esta formula es de mi asistente Shantal) 

Materiales Necesarios: 
- Varillas de madera: Estas varillas se consiguen en locales donde vendan productos 
para la fabricación de velas y sahumerios. Una forma de lograr que las varillas de madera se quemen mejor
cuando los sahumerios se enciendan es que antes de utilizarlas las deben sumergir en un baño de nitrato de
potasio. Este producto debe diluirse con agua tibia en una proporción de 30 grs. por cada 1/2 litro de agua. 
- Esencias y colorantes para sahumerios: El colorante y el aromatizante deben diluirse en alcohol, ya que son
extremadamente concentrados. Existe una fórmula para hacer el preparado: 

25 cc de colorante más 50 cc de alcohol y 15 cc de la fragancia elegida. Si la fragancia es muy suave, se


puede agregar un poco más de producto que el que indica la fórmula. La forma correcta de aromatizar y
colorear los sahumerios es la siguientes: 

Primero esperar a que estén completamente secos, y luego sumergirlos en la preparación hasta que queden
bien embebidos. 
- Polvo blanqueador: este producto se aplica en los sahumerios terminados. La forma de colocarlo es
esparciéndolo con las yemas de los dedos por toda la varilla. Luego, retirar el excedente con pequeños
golpecitos. 
- Polvo de carbón: este es un polvo indispensable para todos aquellos que prefieran los sahumerios negros y
sirve también para oscurecer otros colores, este polvo favorece notablemente el quemado del sahumerio. 
- Fijador de fragancia: este producto se aplica en cantidades muy pequeñas y sirve para que el aroma de los
sahumerios perdure por mucho más tiempo. 
- Moldes para sahumerios: existen infinidad de pequeños moldes para crear las más diversas y divertidas
formas de sahumerios. 

- Sustancias químicas: Polvo aglutinante, se utiliza para que se unan perfectamente 


todos los ingredientes y sirve también para que el proceso de quemado sea mucho más lento y para disminuir
la cantidad de humo que despiden. 

- Nitrato de potasio: hace más fácil el encendido de los sahumerios. Se debe cuidar de 
mezclar bien con todos los ingredientes. 
- Polvo regulador del quemado: evita que el sahumerio despida humo negro. Además regula el buen
funcionamiento del proceso de quemado. 

- Polvo adhesivo. - Harina de madera. - Aceite mineral incoloro. El nitrito de potasio, el polvo aglutinante y el
polvo regulador del quemado deben ser tamizados antes de 
integrarlos a la preparación del polvo para los sahumerios, utilizando algunas malla metálica de tramado fino. 

Técnicas de Fabricación 

Existen tres formas de realizar sahumerios: una es la de las varillas por método de inmersión; otra es la de las
varillas "tipo milanesa" y la tercera es por medio del modelado o mediante la utilización de moldes. Tanto la
primera como la segunda son las técnicas utilizadas para realizar los sahumerios de forma tradicional (los de
varilla de madera). 

Materiales: 
-55g de harina de madera 
-6g de nitrato de potasio 
-550cc de agua 
-2 cucharaditas de aceite mineral incoloro 
-1 cucharada de polvo regulador del quemado 
-1/2 cucharada de polvo adhesivo 
-22g de polvo aglutinante 

Procedimiento: 
El primer paso es mezclar el polvo aglutinante con el nitrato de potasio, junto con el agua, en la siguiente
proporción 30g de nitrato por cada 1/2 litro de agua. 
Poner al fuego el resto del agua y cuando empiece a calentarse, echar la preparación anterior y revolver
constantemente hasta que haya pasado un minuto del primer hervor. 
A continuación, se agregará el aceite mineral incoloro, asegurándonos de que la preparación quede muy bien
mezclada. Si es necesario, se puede batir. 
Cuando la preparación ya esté en las condiciones necesarias para utilizada, la volcaremos en un recipiente
alto y angosto. 
Introducir la varilla y dejarla quieta durante unos segundos. 
Cuando saquemos la varilla del recipiente ... ¡habremos fabricado nuestro primer sahumerio! 

El aroma y el color de los sahumerios se incorporan una vez que están preparados (ver).

El Incienso y su Origen Bíblico

Así habló el Eterno a Moshé (Moisés):

"Harás un Altar sobre el que harás subir humo de incienso, de madera de acacia lo harás. De un codo de
largo y un codo de ancho; será cuadrado y de dos codos de alto; de él serán sus astas. Lo revestirás de oro
puro, su techo y sus muros alrededor, y sus astas, y le harás en derredor una corona de oro. Le harás dos
anillos de oro bajo la corona, en sus dos esquinas, a ambos costados; y serán encajes para las estacas que lo
transportan. Harás las estacas de madera de acacia y las revestirás de oro. Lo colocarás frente a la Partición
que está junto al Arca del Testimonio, delante de la Cubierta que está sobre el Testimonio, donde estableceré
Mis reuniones contigo. Sobre él Aarón hará subir el humo del incienso, todas las mañanas, cuando limpie las
lámparas hará subir el humo. Y cuando Aarón encienda las lámparas, a la tarde hará subir el humo, subirá el
humo del incienso de modo continuo ante El Eterno, por vuestras generaciones. No traerás sobre él incienso
extraño, ni ofrendas ígneas –olá- ni ofrendas vegetales –minjá-; ni podrás verter una libación sobre
él”." (Éxodo 30:1-9)

"El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Tomad para ti especias: bálsamo, onija y gálbano; especias e incienso
puro: éstos serán del mismo peso. Harás de ellos un compuesto de especias, artesanía de perfumista,
perfectamente mezclado, puro y sagrado. Molerás parte de él finamente y lo colocarás frente al Testimonio en
la Tienda de la Reunión, donde me reuniré contigo; será santo de santos para vosotros. La proporción del
incienso que harás, no la haréis para vosotros; será santo para ti, será para El Eterno. Todo el que haga algo
igual para olerlo, será tronchado de su pueblo»." (Éxodo 30:34-38)

El incienso que se ofrecía en el Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem,  estaba compuesto por
once ingredientes diferentes, de los que sólo cuatro de ellos son mencionados por su nombre en el versículo
de arriba. La identidad de las otras siete especias se transmitió a través de  la Tradición Oral. Como en el
caso de muchas otras áreas de estudio del Templo, la clasificación exacta de estos ingredientes ha sido
sujeto de seria investigación y estudio. Muchos de estos componentes son raros, y algunos pueden ser
obtenidos únicamente en tierras exóticas y lejanas.

El método o receta para preparar la ofrenda especial de incienso con estos ingredientes fue un secreto muy
bien guardado; pasó de  generación en generación dentro de una familia particular conocida como Avtinas.
Además de la identidad de las especias, las cantidades y la manera exacta en la que debían ser preparadas,
el clan protegió otro secreto importante: La identidad de una hierba conocida en hebreo como Maale Ashan,
literalmente "el que hace que el humo se eleve". Esta hierba tenía una cualidad que permitía que el humo del
incienso ascendiera hasta el cielo en columna recta. En nuestros tiempos, algunos han especulado que esta
especia proviene de la planta  Leptadenia Pyrotechnica, que contiene ácido nítrico.

Acerca de la Familia Avtinas

La familia Avtinas fue designada por el Sanedrín para proporcionar el incienso, y ellos eran exclusivamente
responsables de su producción, que se llevaba a cabo en una cámara especial denominada la Cámara de
Avtinas. Esta cámara estaba situada en el lado sur del Patio, sobre el "Portal de Agua".

El Midrash (Shir HaShirim Rabbah, 3:4) nos relata varias historias conmovedoras sobre la familia Avtinas, de
la gran dedicación que tenían por este oficio sagrado:

"La familia Avtinas era experta en la preparación de las especias para el incienso, y sabían cómo utilizar la
hierba Ma'aleh Ashan, que causaba que el humo subiera. Pero los rabinos les criticaron que ellos se negaran
a enseñar este secreto a otros, y les suspendió de su oficio. Los Sabios fueron a Alejandría en búsqueda de
artesanos especialistas en el tema, y estos intentaron duplicar el incienso de la familia Avtinas. Pero estos
artesanos eran expertos en las especias, y con ellos no lograron que el humo ascienda en una columna recta
como la familia Avtinas... el humo de su incienso se elevaba de manera difusa y dispersa.

Cuando los Sabios vieron esto, remarcaron que todo que lo que Dios creó, El lo creó sólo por Su propio honor,
como lo indica el versículo (Isaías 43):” A todo el que sea llamado por Mi Nombre, Yo Lo he creado por Mi
gloria, Yo lo formé, sí, Yo Lo creé”. Ellos devolvieron a la familia Avtinas a su tarea, y duplicaron sus sueldos".

"Pero los sabios les preguntaron: ¿”Cual es la razón por la que ustedes no comparten el secreto de su
profesión; por qué no quieren enseñar a otros”?

Ellos respondieron: “Nuestros padres nos pasaron la tradición que algún día el Templo será destruido.
Nosotros no quisimos enseñar nuestro secreto, para que este no caiga en manos equivocadas, las manos de
idolatras; y un día, el incienso sagrado que presentamos ante Dios sea utilizado para la idolatría'. Cuando los
rabinos comprendieron que esta era la razón de su silencio, la familia Avtinas fue grandiosamente alabada".
También se sabe que ningún miembro de la familia Avtinas utilizaba perfume. Cuando uno de ellos contraía
matrimonio con una joven fuera de la familia, se hacía un acuerdo para que ella tampoco llevara perfume, así
nadie sospecharía que utilizaba el secreto del incienso sagrado para uso personal, como declara el versículo:
“Y estarás limpio delante del Dios de Israel” (Números, 32).

"Rabí Akiva relató: Shimon Ben Luga me contó que una vez (después de la destrucción del Templo), él y un
joven muchacho - descendiente de la familia Avtinas - juntaban hierbas en el campo. “Advertí que de repente
el chico se hecho a llorar, y luego reía. Le pregunté, ¿mi niño, por qué lloras? Y él me respondió: “Por el honor
de mi familia, que ha sido destituido”. “Y por qué reíste luego?” Él respondió: “Porque el honor más grande es
reservado y establecido para los justos en el mundo por venir. Y al final, el Santo Bendito Sea alegrará a sus
descendientes, que sea prontamente”. Le pregunté al chico: “qué vistes que te hizo recordar todo esto?” Y él
me respondió: “mientras recogíamos hierva, vi la planta de Ma’aleh Ashan”. “Muéstramela!”, exclamé. Pero él
me respondió: “tenemos una tradición de no mostrársela a ninguna persona”.

Unos días después, este niño falleció, sin haber revelado el secreto a nadie.

El Altar del Incienso: Su significado espiritual

El Altar del Incienso se encontraba en el centro del Santuario. Su localidad no es casual: representa el
equilibro entre el mundo material y el espiritual. De qué manera? Las especias representan al mundo material,
mientras que el humo, que subía en línea recta al cielo, el espiritual.

La Torá nos enseña que los extremos no son buenos. Dios no espera de nosotros que rechacemos toda
nuestra bendición material, sino que la utilicemos como un medio para cumplir mejor los preceptos Bíblicos,
para poder acercarnos a Dios y hacer buenas acciones, como por ejemplo, dar caridad. Así como un ser
humano no puede vivir únicamente del aire, por que su cuerpo requiere cuidados físicos como el alimento
para poder sobrevivir, tampoco su alma puede soportar una vida únicamente basada en el bienestar y placer
físico.

El Altar también representa el amor, la unión. Como estudiamos en los boletines anteriores, el incienso está
compuesto por once especias, de las cuales 10 de ellas tienen un aroma maravilloso, pero una de ellas, el
Galbano, huele terriblemente mal. Nuestros Sabios explican que el servicio del incienso es el preferido por
Dios (Midrash Tanjuma, Koraj; Ilcut Shimoni, Bamidbar 9:7), y que todos los días se hacia un sorteo entre los
Cohanim (sacerdotes) para saber quién tendría el privilegio de participar en este servicio.

Entonces, por qué Dios decidió que en su amado incienso debería incluirse una especia que huele tan mal?
No sería correr el riesgo de disminuir su valor, o desmejorar su aroma?

Enseñan nuestros sabios que, por lo contrario, el Gálbano no solo intensificaba el aroma, sino que además lo
mejoraba! Por qué? Porque esta especia representa nuestros defectos. Cada uno de nosotros por separado,
no tenemos suficiente méritos. A pesar de ser únicos y especiales, seguimos siendo gente chiquita.
Solamente cuando estamos unimos, cada uno con su pequeño o gran mérito, logramos que este mérito sea
uno fuerte y poderoso para abrir los portones de misericordia.

Por eso, en el Judaísmo, acostumbramos a rezar en Minián, un quórum de 10 hombres.

No hubo momento más elevado, más grandioso para el Pueblo de Israel, que aquel cuando recibieron la Torá,
y “El pueblo de Israel era como un solo hombre, con un solo corazón” (Rashi, Shmot (Éxodo) 19:2). Sobre
esto, el Rey David proclamo en los Salmos: “Hine Ma Tov u Ma Naim, Shevet Ajim Gam Iajad”. ¡Mirad cuán
bueno y cuán delicioso es cuando los hermanos están juntos en armonía! (Salmos, 133:1).

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