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A.

MANUAL DE CASOS PENALES

PARTE PRIMERA

VIGENCIA O APLICACIÓN ESPACIAL,


TEMPORAL Y PERSONAL DE LA LEY PENAL

El Derecho Penal positivo, compuesto por un conjunto de disposiciones de orden


general y especial, le da gran importancia al asunto de la aplicación de la ley penal,
porque entiende que éste es el ámbito en el cual se concretarán las consecuencias
sancionadoras para quien incurra en conductas prohibidas por la ley, satisfacién-
dose así la finalidad de prevenir delitos y faltas como medio protector de la per-
sona y de la sociedad.

La aplicación de la ley penal puede mirarse desde dos perspectivas: una específica,
cuando ante un hecho punible concreto opera determinado dispositivo legal; por
ejemplo: ante un homicidio simple, el art. 106º del Código Penal. Pero también
con una óptica más amplia o global, que vincula la actuación de las leyes penales
con respecto a su vigencia espacial, temporal y personal; esto es, en relación con
el territorio en el que tienen vigor, el tiempo en que rigen y las personas sobre las
que se imponen.

I. VIGENCIA ESPACIAL O TERRITORIAL DE LA LEY PENAL

I.1. PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD

En razón de los imperativos de la soberanía estatal, la ley penal peruana se


aplica a todos los hechos punibles acaecidos dentro del territorio de la Repú-
blica (art. 1º CP), en el cual nuestro Estado ejerce plena jurisdicción. Para
estos efectos, el concepto de territorio comprende el suelo, subsuelo, domi-
nio marítimo, y el espacio aéreo que los cubre (art. 54º de la Constitución).

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I.2. PRINCIPIO DE UBICUIDAD


Para determinar cuál es el lugar de comisión de un hecho punible, delito o falta,
y de ese modo conocer si nuestra legislación es aplicable o no, se recurre al
criterio de ubicuidad (art. 5º CP), que enseña que dicho lugar de comisión es
aquél donde el autor o partícipe actuó u omitió la obligación de actuar, o en el
que se producen sus efectos. No se trata, entonces, de prestar atención solo
al lugar donde se dio inicio a la ejecución del comportamiento o se manifestó
la voluntad de actuar, o considerar únicamente dónde se produjo el resultado;
pues si cualquiera de estos supuestos hubiese acaecido en el territorio de la
República, entonces, será aplicable nuestra legislación. Este es el sentido de la
ubicuidad o presencia en todas partes.

II. APLICACIÓN DE LA LEY PENAL PERUANA A HECHOS COMETIDOS O


ACAECIDOS FUERA DE LA REPÚBLICA

II.1. PRINCIPIO DE PROTECCIÓN ESTATAL O REAL (art. 2º, incisos 2 y 3 cp)


Cuando el hecho punible cometido en el extranjero ataca bienes jurídicos
colectivos nacionales, como la seguridad o tranquilidad públicas, o constituye
un caso de lavado de activos1, siempre que produzca sus efectos en el territo-
rio de la República o agravie al Estado y la defensa nacional así como el orden
constitucional o monetario, nuestra legislación penal es aplicable.

II.2. INFRACTOR FUNCIONARIO PÚBLICO (art. 2º, inciso 1 cp)


Según sostiene Hurtado Pozo2, la ley penal peruana es aplicable a todo fun-
cionario o servidor público que, faltando al deber especial que tiene para con
el Estado, delinque en el extranjero en el desempeño de su cargo.

II.3. PRINCIPIOS DE PERSONALIDAD ACTIVA Y PASIVA (art. 2º, inciso 4 cp)


Bajo ciertas condiciones, como son: a) que el delito sea susceptible de
extradición según nuestra legislación3; b) que también sea punible donde
se cometió; y, c) que el agente ingrese a nuestro territorio de cualquier

1 En el texto original del CP no se hacía referencia al delito de lavado de activos (Ley Nº 27765); su inclu-
sión responde a las estipulaciones del Decreto Legislativo Nº 982, de 22 de julio de 2007, lo que trastoca
la sistemática empleada, pues de la técnica consistente en referir bienes jurídicos afectados se pasa al
señalamiento de un ilícito específico.
2 HURTADO POZO, José, Manual de Derecho Penal. Parte general, T. I, 3ª ed., Grijley, Lima 2005, p. 283.
3 Vid. Art. 513º y siguientes del Código Procesal Penal del 2004 (CPP) y D.S. 016-2006-JUS.

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manera; a los hechos punibles perpetrados en el extranjero por un peruano


(personalidad activa) o contra un nacional (personalidad pasiva), les son
aplicables la ley penal peruana.

II.4. PRINCIPIO UNIVERSAL O DE JUSTICIA GLOBAL (art. 2º, inciso 5 cp)


Determinados delitos o crímenes internacionales como el genocidio, la tortura o
la trata de personas, habilita a cualquier Estado a encausar y sancionar a sus auto-
res, sin tomar en consideración la nacionalidad del agente o el lugar de comisión
del ilícito. Nuestro CP se afilia a esta posición cuando establece que, aun cuando
el delito no se haya cometido en la República, el Perú está obligado a aplicar su ley
punitiva conforme a los tratados internacionales. De esta manera se busca con-
trarrestar la impunidad, oponiéndole un mecanismo de persecución mundial.

II.5. PRINCIPIO DE DERECHO PENAL POR REPRESENTACIÓN O COMPETENCIA


DE REEMPLAZO O DESUSTITUCIÓN (art. 3º CP)4
En circunstancias de una extradición pasiva5 en la que el Perú no entrega al
extraditable a la autoridad extranjera que lo requiere, es posible que a dicho
caso se aplique nuestra legislación nacional.

II.6. EXCEPCIONES A LA APLICACIÓN EXTRATERRITORIAL DE LA LEY PENAL


PERUANA (art. 4º CP)
Los principios de defensa estatal, de personalidad activa y pasiva, y de justicia
universal, no serán aplicables: a) cuando la acción penal se ha extinguido, con-
forme a una u otra legislación concernida; b) cuando se trate de delitos políticos
o conexos con ellos; y, c) cuando el agente haya sido absuelto en el extranjero o el
condenado haya cumplido la pena o ésta se halle prescrita o remitida, haciéndose
la salvedad de que si no la ha cumplido totalmente, el proceso podrá renovarse
ante los tribunales peruanos, pero se computará la parte de la pena cumplida.

II.7. EL CASO DE LAS NAVES Y AERONAVES (art. 1º, incisos 1 y 2 CP)


Para determinar la aplicación de la ley penal en el caso de naves y aeronaves,
se sigue el principio del pabellón o de la bandera a la que pertenecen, o el del

4 HURTADO POZO, José, op. cit., P. 272.


5 Vid. Art. 516º y siguientes del CPP.

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país de matrícula. En razón de las particularidades que aquellas ofrecen, nues-


tra legislación se aplicará a todo hecho punible cometido en naves o aeronaves
nacionales públicas, entendidas como las militares o de guerra y las dedicadas
en exclusividad al servicio del poder público, como las de correo, aduanas y
policía6, sea cual fuere el lugar donde se encuentren. También se aplicará a los
delitos ocurridos en naves y aeronaves nacionales privadas que se hallen en
alta mar o en un espacio aéreo donde ningún Estado ejerza soberanía; esto
quiere decir que, si un delito es cometido en una nave extranjera privada en el
dominio marítimo peruano, tendrá vigor nuestra ley, circunstancia que sufre
cierta modulación cuando se trata de aeronaves extranjeras que surcan nues-
tro espacio aéreo, pues resulta aplicable la legislación penal peruana solo en la
medida en que el ilícito afecte la seguridad o el orden público del Perú, o cause
perjuicio a personas o bienes en nuestro territorio7.

III. VIGENCIA TEMPORAL DE LA LEY PENAL

III.1. MOMENTO DE LA COMISIÓN DEL HECHO PUNIBLE (art. 9º CP)


Para los fines de aplicación de la ley punitiva, se considera que el momento de
comisión del delito es aquél en el cual el autor o partícipe ha actuado u omitido
la obligación de actuar, independientemente del momento en que se produzca
el resultado. Este planteamiento deriva directamente de las previsiones consti-
tucionales (art. 2º , inciso 24, literal d) y del Título Preliminar del CP (art. II) que
acuñan el principio de legalidad penal, en el sentido de que nadie será proce-
sado o sancionado por acto u omisión que al momento de cometerse no esté
previamente calificado en la ley como infracción o hecho punible.8

III.2. EL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY PENAL (art. 6º CP)


Por regir el axioma de que no existe delito sin ley, resulta evidente también
que cualquier dispositivo penal será aplicable solo a comportamientos o
conductas que se susciten a partir de su vigencia, quedando completamente
excluidas de esta aplicación situaciones previas o acaecidas en un período
anterior. Así lo estatuye la Carta Política, cuando indica que ninguna ley

6 HURTADO POZO, José, op. cit., p. 255.


7 Ibídem, p. 254.
8 HUERTA BARRÓN, Godofredo Miguel, Temas de Derecho Penal general, Lima: Academia de la Magistra-
tura, 2004, p. 10.

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tiene fuerza ni efectos retroactivos (art. 103º), lo que es confirmado por


el CP (art. 6º), que indica que la ley penal aplicable es la vigente en el
momento de la comisión del hecho punible.

III.3. RETROACTIVIDAD BENIGNA DE LA LEY PENAL (arts. 6º y 7º CP)


Dada la enorme importancia de los derechos que pueden resultar afectados
por la aplicación de la ley penal —sobre todo el de la libertad personal—, tanto
el constituyente como el legislador han consagrado también la retroactividad
benigna de las disposiciones penales, estipulando, por ello: a) que la irretroac-
tividad admite excepción cuando favorece al reo; b) que cuando existe conflicto
en el tiempo de leyes penales se aplicará la más beneficiosa al reo, inclusive
cuando se está ante una ley penal intermedia; c) que si durante la ejecución
de la pena se dictase una ley más favorable al condenado, el juez sustituirá
aquella por la que corresponda, conforme a la nueva ley (art. 6º CP); y, d) que
cuando se produce la decriminalización o detipificación del hecho sancionado
—es decir cuando éste deja de ser punible—, la pena impuesta y sus efectos se
extinguen plenamente (art. 7º CP). Todo esto se complementa con la ultracti-
vidad o prosecución del vigor de la ley penal, bajo cuyo imperio se cometió el
delito, si la disposición que la deroga es más gravosa o perjudicial para el reo.

III.4. LAS LEYES PENALES TEMPORALES (art. 8º CP)


Se trata de leyes que están destinadas a regir por un tiempo determinado;
es decir, tienen un plazo preestablecido de vigencia, en razón de determina-
das circunstancias especiales que una vez superadas acarrearán que tales
leyes queden sin efecto. Varias interrogantes suscita esta particularidad;
entre otras, las siguientes: a) ¿Se aplica la ley temporal a hechos cometidos
durante su vigencia, pero descubiertos luego de vencido su plazo de vigor?;
b) ¿Concluida la vigencia de la ley temporal y restablecido el imperio de la
ley penal anterior más benigna, los hechos punibles cometidos durante la
vigencia de la ley temporal se regirán por ella?

Con el CP responderemos que la ley aplicable a ambos casos será la ley


temporal, aunque ya no estuviera en vigor, salvo disposición en contrario.
Una respuesta diversa podría promover o incentivar la comisión de los ilíci-
tos que se busca específicamente reprimir y estimular la impunidad, como
podría ocurrir si los interesados en delinquir esperaran los últimos días de
la vigencia de la ley temporal para cometer los ilícitos en la seguridad que al
poco tiempo sus actos ya no resultarían punibles.

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IV. VIGENCIA PERSONAL DE LA LEY PENAL

IV.1. EL PRINCIPIO DE IGUALDAD (art. 10º CP)


Nuestra ley penal se aplica con igualdad; es decir, se impone a todo aquél
que incurre en un hecho punible sin distinción de nacionalidad o condición.
No obstante, ciertas personas que desempeñan determinadas funciones
u ocupan cargos específicos, gozan de prerrogativas siempre que éstas se
encuentren taxativamente previstas en las leyes nacionales o tratados inter-
nacionales. Es el caso, por ejemplo, de los congresistas, que son inviolables
porque no les alcanza responsabilidad ante autoridad ni órgano jurisdiccional
alguno por las opiniones y votos que emitan en el ejercicio de sus funciones;
y, además, gozan de inmunidad pues no pueden ser procesados o presos sin
previa autorización del Congreso o de la Comisión Permanente, desde que
son elegidos hasta un mes después de haber cesado en sus funciones, salvo
por delito flagrante —en cuyo caso son puestos a disposición de los precita-
dos organismos dentro de las veinticuatro horas para que se autorice o no la
privación de la libertad y el enjuiciamiento (art. 93º de la Constitución).

Encontramos otro ejemplo en el privilegio del antejuicio del que goza un


conjunto de personas que ejercen altos cargos del Estado, como el pre-
sidente de la República, los congresistas, ministros de Estado, miembros
del Tribunal Constitucional, integrantes del Consejo Nacional de la Magis-
tratura, vocales y fiscales supremos, el Defensor del Pueblo y el Contralor
General, quienes para ser penalmente procesados en el Fuero Común por
la comisión de algún delito de función, previamente deberán ser acusados
ante el Congreso por la Comisión Permanente, correspondiendo al pleno
de representantes decidir la emisión o no de una resolución acusatoria de
contenido penal (arts. 99º y 100º de la Constitución).

En cuanto a las prerrogativas sustentadas en los tratados internacionales,


operan a favor de jefes de Estado y embajadores y ministros plenipotencia-
rios extranjeros. Así, en el Libro Tercero “Derecho Penal Internacional”, el
Código de Derecho Internacional Privado (Código Bustamante) de 1928, arts.
296º, 297º y 298º, se indica que si bien las leyes penales obligan a todos los
que residen en el territorio, están exentos de las leyes penales de cada Estado
contratante los jefes de los otros Estados que se encuentren en su territorio,
y que gozan de igual exención los representantes diplomáticos de los Estados
contratantes en cada uno de los demás, así como sus empleados extranjeros,
y las personas de la familia de los primeros que vivan en su compañía. Lo

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