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Categoría:Dioses de la mitología griega

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Artículos en la categoría «Dioses de la mitología griega»


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A C (cont.) H (cont.)

• Adonis • Crónida • Horas


• Agatodemon • Curetes
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• Aidos D
• Aquelois • Ilitía
• Ariadna • Despoina
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• Arne (mitología)
• Ártemis Pérsica • Megera
• Asclepio • Melicertes
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• Auxo • Enotropeas
• Eolo • Nesoi
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• Helíades • Quíone
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• Himeneo
• Selene
• Hímero • Serapis

• Trofonio

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Categorías: Mitología griega | Deidades europeas | Antigua religión griega

Categoría:Dioses ctónicos
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El artículo principal de esta categoría es Ctónico.

Artículos en la categoría «Dioses ctónicos»


Esta categoría incluye las siguientes 16 páginas:

• Ctónico E P (cont.)

A • Erinias • Perséfone

• Alecto H S
• Átropos
• Hades • Seth
C
L T
• Cibeles
• Cloto • Láquesis • Tisífone

D M Y
• Deméter • Megera • Yaco
• Moiras

• Palicos

Ctónico
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En mitología y religión, y en particular en la griega, el término ctónico (del griego


antiguo χθόνιος khthónios, ‘perteneciente a la tierra’, ‘de tierra’) designa o hace
referencia a los dioses o espíritus del inframundo, por oposición a las deidades celestes. A
veces también se los denomina telúricos (del latín tellus).
La palabra griega χθών khthốn es una de las varias que se usan para ‘tierra’ y se refiere
típicamente al interior del suelo más que a la superficie de la tierra (como hace γαιη gaie
o γε ge) o a la tierra como territorio (como hace χορα khora). Evoca al mismo tiempo la
abundancia y la tumba.

Las divinidades ctónicas pertenecen a un viejo sustrato mediterráneo, identificado más


obviamente con Anatolia. Los ciclos de la naturaleza, los de la vida y la supervivencia
tras la muerte están en el centro de las preocupaciones que traducen.

La arqueología revela especialmente en los lugares de posibles santuarios y en las tumbas


de la época neolítica y de la Edad de Bronce los ídolos actualmente calificados de
Grandes Madres o Madres-Tierra, supuestamente relacionados con los cultos a la
fecundidad y la fertilidad. La relación de estos objetos con los de otros sitios
(notablemente Anatolia) sugiere que esta antigua religión mediterránea asociaba esta
diosa con un toro o un cordero, tema que permanecerá largamente en la región.

En Creta, el supuesto culto a esta Gran Diosa se transforma durante el II milenio a. C. a


medida que aparecen nuevos actores: diversos animales, plantas, etcétera. Toda una
muchedumbre de demonios guía a los dioses, tales como los Curetes o los Dáctilos, que
se expanden en esta época y tendrán numerosos descendientes en la mitología griega
(quimeras, gorgonas, sirenas, etcétera). La misma Diosa Madre se duplica sin duda como
madre e hija, como será más tarde el caso de sus herederas Deméter y Perséfone.

El santuario de los Grandes Dioses de Samotracia albergaba un culto mistérico dedicado


a un panteón de divinidades ctónicas de las que la más importante era la Gran Madre.

En Acragas (actual Agrigento) hay un templo dedicado a las divinidades ctónicas.

Contenido
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• 1 Ctónicos y olímpicos
o 1.1 Tipo de culto frente a función
o 1.2 Entre ambos
• 2 Referencias en psicología
• 3 Véase también
• 4 Notas

• 5 Enlaces externos

[editar] Ctónicos y olímpicos


Mientras otros términos como «deidad terrestre» suelen tener implicaciones más
dramáticas, los términos khthonie y khthonios tienen un significado más técnico y preciso
en griego, refiriéndose ante todo a la forma en que se ofrecían sacrificios al dios en
cuestión.

Algunos cultos ctónicos practicaban el sacrificio ritual, que a menudo se realizaba de


noche. Cuando el sacrificio era una criatura viva, el animal se ponía en un bothros
(βοθρος, ‘pozo’) o megaron (μεγαρον, ‘cámara hundida’). En otros cultos, por el
contrario, la víctima era sacrificada sobre un bomos (βομος, ‘altar’) elevado. Las ofrendas
eran normalmente quemadas íntegramente o enterradas en vez de ser cocinadas y
repartidas entre los devotos.

No todos los cultos ctónicos eran griegos, ni todos ellos practicaba el sacrificio ritual:
algunos realizaban sacrificios en efigies o quemaban ofrendas vegetales.

[editar] Tipo de culto frente a función

Aunque las deidades ctónicas tenían una relación general con la fertilidad, no tenían un
monopolio sobre ésta, ni eran los dioses olímpicos totalmente indiferentes a la
prosperidad de la tierra. Así, aunque tanto Deméter como Perséfone cuidaban varios
aspectos de la fertilidad de la tierra, la primera tenía un culto típicamente olímpico
mientras que el de la segunda era ctónico.

Para mayor confusión, Deméter era adorada junto a Perséfone con idénticos ritos, e
incluso ésta era ocasionalmente clasificada como una olímpica en la poesía y los mitos.
Se ha sugerido que la absorción de algunos cultos anteriores en el nuevo panteón, frente a
los que se resistían a ser asimilados, hizo que los mitos más reciente parecieran confusos.

[editar] Entre ambos

Las categorías olímpica y ctónica no eran sin embargo totalmente estrictas. Algunos
dioses olímpicos, como Hermes y Zeus, también recibían sacrificios y diezmos en
algunos lugares. Los héroes deificados Heracles y Asclepio podían ser adorados como
dioses o como héroes ctónicos, dependiendo del sitio y la época de origen del mito.

Más aún, algunas pocas deidades no son fácilmente clasificables bajo estos términos. A
Hécate, por ejemplo, era costumbre ofrecerle cachorros en las encrucijadas, lo que con
toda seguridad no era un sacrificio olímpico, pero tampoco una ofrenda típica a Perséfone
o los héroes. Debido a sus funciones en el inframundo, Hécate es sin embargo clasificada
generalmente como ctónica.

[editar] Referencias en psicología


En la psicología jungiana, el término «ctónico» se usó a menudo para describir el espíritu
de la naturaleza interior, los impulsos terrestres inconscientes del sí-mismo, las
profundidades materiales de uno, pero no necesariamente con connotaciones negativas.
Por ejemplo: «la envidia, la lujuria, la sensualidad, la mentira y todos los vicios
conocidos son el aspecto negativo y “oscuro” del inconsciente, que puede manifestarse de
dos formas. En el sentido positivo, aparece como un “espíritu de la naturaleza”, animando
creativamente al Hombre, las cosas y el mundo. Es el “espíritu ctónico” que ha sido
mencionado tan frecuentemente en este capítulo. En el sentido negativo, el inconsciente
(ese mismo espíritu) se manifiesta como un espíritu de maldad, como un instinto
destructor.»1

[editar] Véase también


• Deidad de vida, muerte y resurrección
• Mitología griega

[editar] Notas

Alecto
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Para el usurpador romano de finales del siglo III, véase Alecto (emperador).

En la mitología griega, Alecto (en griego antiguo Ἀληκτώ, ‘implacable’) es una de las
Erinias (o Furias de la mitología romana), hermana de Tisífone (la vengadora del
asesinato) y de Megera (la celosa).

Según Hesíodo, era hija de Gea (la Tierra) fertilizada por la sangre derramada por Urano
(el Cielo) cuando fue castrado por Cronos.

Alecto es la Erinia encargada de castigar los delitos morales (tales como la cólera, la ira,
la soberbia, etcétera), sobre todo si son delitos contra los mismos hombres. Su función es
muy parecida a la de Némesis, con la diferencia que esta última castiga los delitos
morales contra los dioses.

Véase también [editar]


• Anexo:Genealogías de la mitología griega

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Alecto"

Átropos
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Para otros usos de este término, véase Átropo.

Bajorrelieve de Atropos cortando la hebra de la vida.

En la mitología griega Átropos (en griego Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’), a veces


llamada Aisa, era la mayor de las tres de las Moiras, quien elegía el mecanismo de la
muerte y terminaba con la vida de cada mortal cortando su hebra con sus «aborrecibles
tijeras». Trabajaba junto con Cloto, quien hilaba la hebra, y Láquesis, quien medía su
longitud. Las tres eran hijas de Zeus y Temis, diosa del orden, o de Nix, la de la noche.
No está claro si Zeus era superior a las Moiras o si estaba sujeto a ellas igual que los
mortales. Su equivalente en la mitología romana era Morta (‘Muerte’)

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81tropos"

Cibeles
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Para otros usos de este término, véase Cibeles (desambiguación).
Cibeles, con el Palacio de Linares al fondo (Madrid, España).

Originalmente una diosa frigia, Cibeles (en griego antiguo Κυβέλη Kybélê, nombre al
que a veces se da la etimología de «la del pelo» si se considera griego en lugar de frigio)
era la diosa de la Madre Tierra que fue adorada en Anatolia desde el neolítico. Como la
Gea o su equivalente minoica Rea, Cibeles era la personificación de la fértil tierra, una
diosa de las cavernas y las montañas, murallas y fortalezas, de la Naturaleza y los
animales (especialmente leones y abejas). Su equivalente romana era Magna Mater, la
Gran Madre. Su título «Señora de los Animales», que también ostentaba la Gran Madre
minoica, revela sus arcaicas raíces paleolíticas. Es una deidad de vida, muerte y
resurrección. Su consorte, cuyo culto fue introducido más tarde, era su hijo Atis.

Fue esposa del titán Crono y progenitora de los dioses olímpicos. Se la representa con
una corona con forma de muralla y siempre acompañada de leones.

Esta diosa es representada en la mitología sobre un carro que simboliza la superioridad de


la madre Naturaleza, a la que incluso se subordinan los poderosos leones que tiran del
carro. La leyenda los relaciona con una singular pareja mitológica, Hipómenes
(Melanión, en otras versiones) y Atalanta, que compitieron en una carrera de velocidad.
La astucia de Hipómenes -inspirado por la diosa del amor, ya que el premio era la mano
de Atalanta- hizo caer al suelo unas manzanas de oro que atrajeron la atención de
Atalanta y la distrajeron de la carrera, que perdió. El mito concluye con la unión impía de
los amantes dentro de un recinto sagrado de Zeus, quien, irritado, los convirtió en leones.
Más tarde Cibeles, compadecida, los habría uncido a su carro.

Adicionalmente, para iniciar el culto como sacerdote de Cibeles, éstos eran castrados
como una contribución a la madre tierra; además hacían un sacrificio matando toros y
bebiendo su sangre.

Actualmente es usada por los seguidores del Real Madrid C.F cuando su equipo logra
algún título de los que disputan ambas secciones y ha sido lugar de celebración de los
más gloriosos momentos del equipo

Cloto
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En la mitología griega, Cloto (en griego Κλωτηω Klōthō, de klōthein, «hilar») es la más
joven de las tres Moiras, hijas de Zeus y Temis que presidían el destino del hombre, pero
una de las diosas griegas más antiguas. Su posición era la primera de los Tres Destinos,
pues era Cloto quien hilaba las hebras de la vida con su rueca.

También se creía que era la hija de Nix (la Noche), para indicar la oscuridad del destino
humano. Su equivalente en la mitología romana era Nona.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Cloto"

Deméter
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Para otros usos de este término, véase Deméter (desambiguación).

Demeter

Ceres (mitología romana)

[[Archivo:
Deméter.

|230px]]

Cultura Antigua Grecia

Morada Monte Olimpo

Función Diosa de la agricultura y las estaciones

Enemigos Hades

Parentesco

Padres Crono y Rea

Consortes Zeus

Hijos Perséfone

Hermanos Hestia, Hera, Poseidón, Hades, Zeus

Deméter o Demetra (en griego antiguo Δημήτηρ o Δημητρα, ‘diosa madre’ o quizás
‘madre distribuidora’, quizá del sustantivo indoeuropeo *dheghom *mater) es la diosa
griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la
vida y la muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada. Se la venera como la
«portadora de las estaciones» en un himno homérico, un sutil signo de que era adorada
mucho antes de la llegada de los olímpicos. El himno homérico a Deméter ha sido datado
sobre el siglo VII a. C.1 Junto a su hija Perséfone eran los personajes centrales de los
misterios eleusinos que también precedieron al panteón olímpico.

En la mitología romana se asociaba a Deméter con Ceres. Cuando se le dio a Deméter


una genealogía, se dijo que era hija de Crono y Rea, y por tanto hermana mayor de Zeus.
A sus sacerdotisas se les daba el título de Melisas.

Es fácil confundir a Deméter con Gea o Rea, y con Cibeles. Los epítetos de la diosa
revelan lo amplio de sus funciones en la vida griega. Deméter y Core (‘la doncella’)
solían ser invocadas como to theo (‘las dos diosas’), y así aparecen en las inscripciones
en lineal B del Pilos micénico en tiempos pre-helénicos. Es bastante probable que
existiese una relación con los cultos a diosas de la Creta minoica.

Según el retórico ateniense Isócrates, los mayores dones que Deméter daba a los
atenienses eran el grano, que hacía al hombre diferente de los animales salvajes, y los
misterios eleusinos, que le daban mayores esperanzas en esta vida y en la otra.2

Contenido
[ocultar]

• 1 Títulos y funciones
• 2 Deméter y Poseidón
• 3 Relación de Deméter con Perséfone
• 4 Estancia de Deméter en Eleusis
• 5 Representaciones y miscelánea
• 6 Notas
• 7 Bibliografía

• 8 Enlaces externos

[editar] Títulos y funciones

Estatua romana de Deméter (s. III, Prado, Madrid).

En diversos contextos, se invoca Deméter con diversos epítetos:


• Anesidora (Ανησιδωρα, ‘dadora de dones’ de la tierra), como Deméter.3
• Anfictíone (de αμφικτιονία, 'fundación conjunta') en referencia al primer lugar de
reunión de la Liga del Peloponeso en la ciudad tesalia de Antela, que pasó a
alternarse a partir del siglo VII a. C. con el santuario de Delfos.
• Cabiria (Καβειραιη), un nombre pre-helénico de significado incierto.
• Cidaria (Κιδαριη).4
• Cloe (Χλοη, ‘el brote verde’), por sus poderes de fertilidad y eterna juventud.5
• Ctonia (Χθονια, ‘de la tierra’).6
• Erinia (Ερινυς, ‘implacable’).7
• Lusia (Λουσιη, ‘baño’).8
• Maloforos (Μαλοφορος, ‘portadora de manzanas’ o ‘portadora de ovejas’).9
• Potnia (Πωτνια, ‘señora’) en el Himno homérico a Deméter.
• Termasia (Θερμασια, ‘calidez’).10
• Tesmófora (Θεσμοφορος, ‘dadora de hábitos’ o incluso ‘legisladora’), un papel
que la enlaza a la aún más antigua diosa Temis. Este título estaba conectado con
las Tesmoforias, una fiesta ateniense de rituales secretos exclusivamente
femeninos relacionados con las costumbres nupciales.

Teócrito recordaba un papel más antiguo de Deméter:

Para los griegos Deméter siendo una diosa de la amapola


Portando gavillas y amapolas en ambas manos.11

En una estatuilla de arcilla de Gazi,12 la diosa de la amapola minoica lleva las cápsulas de
semilla, fuente de nutrición y narcosis, en su diadema. Kerényi señala que «parece
probable que la Gran Diosa Madre, que llevaba los nombres de Rea y Deméter, trajese la
amapola consigo de su culto cretense a Eleusis, y es seguro que la esfera religiosa
cretense el opio se preparaba a partir de amapolas».13

En honor a Deméter de Misia se celebraba una fiesta en Pellene, Arcadia.14 Pausanias


visitó el santuario de Deméter en Misia en su viaje de Micenas a Argos, pero todo lo que
pudo sonsacar para explicar el arcaico nombre fue un mito de un misio epónimo que
veneraba a Deméter.

Los lugares de culto a Deméter más importantes no se concentraban en ninguna región


concreta del mundo griego: Eleusis, en Sicilia, Hermíone, en Creta, Megara, Celeae,
Lerna, Aegila, Muniquia, Corinto, Delos, Priene, Acragas, Iasos, Pérgamo, Selino, Tegea,
Thorikos, Dion, Licosura, Mesembria, Enna y Samotracia.

Deméter enseñó a la humanidad las artes de la agricultura: sembrar semillas, arar,


recolectar, etcétera. Era especialmente popular entre las gentes del campo, en parte
porque eran los beneficiarios más directos de su ayuda, y en parte porque eran más
conservadores a la hora de mantener las viejas costumbres. De hecho Deméter era
fundamental en la antigua religión de Grecia. Reliquias propias de su culto, como cerdos
votivos de arcilla, se fabricaban ya en el Neolítico. En la época romana, aún se
sacrificaba una marrana a Ceres cuando había una muerte en la familia, para purificar la
casa.
[editar] Deméter y Poseidón
Los nombres de Deméter y Poseidón están relacionados en las primeras inscripciones en
lineal B halladas en Pilos, donde aparecen como PO-SE-DA-WO-NE y DA-MA-TE en el
contexto sagrado de echar a suertes. El elemento «DA» que aparece en ambos nombres
está aparentemente conectado con una raíz protoindoeuropea relacionada con la
distribución de tierras y honores (compárese con el latín dare, ‘dar’). Poseidón (cuyo
nombre parece significar ‘consorte de la distribuidora’) persiguió una vez a Deméter, en
su forma original de diosa-yegua. Ella se resistió a Poseidón, pero no pudo ocultar su
origen divino entre los caballos del rey Oncos. Poseidón se transformó en semental y la
cubrió. Deméter se puso literalmente furiosa (Deméter Erinia) por este asalto, pero lavó
su ira en el río Ladón (Deméter Lusia). Le dio a Poseidón una hija Despoina, pero que
cuyo nombre no podía ser pronunciado fuera de los misterios eleusinos, y un corcel de
negras crines llamado Arión. En Arcadia se había adorado históricamente a Deméter
como una deidad con cabeza de caballo:

La segunda montaña, el monte Elaios, está a unos 30 estadios de Figalea y tiene una cueva
consagrada a Deméter Melania [‘Negra’]... los figaleos dicen que aprovecharon la cueva
consagrada a Deméter y pusieron una imagen de madera en ella. La imagen fue tallada de la
siguiente forma: estaba sentada en una roca y era como una mujer en todo salvo en la cabeza.
Tenía la cabeza y el pelo de un caballo, y serpientes y otras bestias crecían de ella. Su quitón le
llegaba justo hasta los pies, y sostenía un delfín en una mano y una paloma en la otra. Por qué
hicieron el xoanon de esta forma debería estar claro para cualquier hombre inteligente versado en
la tradición. Dicen que la llamaron Negra porque la diosa llevaba ropas negras. Sin embargo, no
pueden recordar quién hizo este xoanon o cómo ardió, pero cuando quedó destruido los figaleos
no le dieron una nueva imagen a la diosa y desatendieron largamente sus fiestas y sacrificios,
hasta que finalmente la esterilidad cayó sobre el país.
Pausanias, Descripción de Grecia viii.42.1 y sig.

[editar] Relación de Deméter con Perséfone


Ceres (Deméter), alegoría de Agosto: detalle de un fresco de Cosimo Tura, Palazzo
Schifanoia, Ferrara, 1469-70.

El mito fundamental de Deméter, que constituye el corazón de los misterios eleusinos, es


su relación con Perséfone, su hija y ella misma de joven. En el panteón olímpico,
Perséfone fue consorte de Hades (Plutón para los romanos, dios de la riqueza del
inframundo). Perséfone se convirtió en diosa del inframundo cuando Hades la secuestró
en la tierra y le llevó con él. Perséfone había estado jugando con algunas ninfas (o
Leucipe) a quienes Deméter convirtió en sirenas como castigo por no haber intervenido.
La vida se paralizó mientras la deprimida Deméter (diosa de la tierra) buscaba a su hija
perdida (descansando en la piedra Agelasta). Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la
agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes para
rescatarla. Pero antes de liberarla, Hades le engañó para que comiese seis semillas de
granada, lo que le obligaba a volver seis meses cada año. Cuando Deméter y su hija
estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando
Perséfone volvía al inframundo, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril.

Estos seis meses son los de verano, pues en Grecia es cuando toda la vegetación muere
por el calor y la falta de lluvia. Por el contrario, el invierno traía abundantes lluvias y
temperaturas suaves, floreciendo la vida vegetal. Fue durante su viaje para rescatar a
Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos. En una versión
alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En otras versiones Perséfone no era engañada
para comer las semillas de granada sino que decidía comerlas por sí mismas. Algunas
versiones afirman que comió cuatro semillas en lugar de seis. En cualquier caso, el
resultado final es la ocurrencia del verano, la primavera, el otoño y el invierno.

[editar] Estancia de Deméter en Eleusis


Mientras Deméter buscaba a su hija Perséfone, habiendo tomado la forma de una mujer
anciana llamada Doso, recibió la hospitalaria bienvenida de Céleo, el rey de Eleusis en
Ática (y también de Fítalo). Céleo le pidió que cuidase de Demofonte y Triptólemo, los
hijos que había tenido con Metanira.

Como regalo a Céleo por su hospitalidad, Deméter planeó convertir a Demofonte en un


dios, cubriéndolo y ungiéndolo con ambrosía, respirando suavemente sobre él mientras le
sostenía entre sus brazos y su pecho, y haciéndole inmortal quemándolo sobre carbones al
rojo vivo en la chimenea del hogar familiar cada noche, a espaldas de sus padres.

Deméter no pudo completar el ritual porque Metanira sorprendió una noche a su hijo en
el fuego y chilló asustada, lo que enfureció a Deméter, quien lamentó que los estúpidos
mortales no entendiesen el concepto y el ritual.

En lugar de hacer inmortal a Demofonte, Deméter decidió enseñar a Triptólemo el arte de


la agricultura y, a través de él, el resto de Grecia aprendió a plantar y segar cultivos.
Triptólemo cruzó el país volando en un carro alado mientras Deméter y Perséfone
cuidaban de él, ayudándole a completar su misión de educar a Grecia entera en el arte de
la agricultura.

Más tarde, Triptólemo enseñó a Linco, rey de Escitia, las artes de la agricultura, pero éste
rehusó enseñarlas a sus súbditos, y trató de matar a Triptólemo. Deméter le transformó en
un lince.

Algunos investigadores creen que la historia de Demofonte está basada en una leyenda
popular prototípica anterior.15

[editar] Representaciones y miscelánea


Se solía retratar a Deméter subida a un carro, y asociada con frecuencia a imágenes de la
cosecha, incluyendo flores, fruta y grano. A veces se la pintaba también con Perséfone.

Normalmente no se retrata a Deméter con un consorte. La excepción es Yasón, el joven


de Creta que yació en un campo arado, y fue sacrificado más tarde. Según la mitografía
Olímpica, un celoso Zeus lo fulminó con un rayo, pero que el mito sitúe los hechos en
Creta es un indicio de que los helenos sabían que este suceso le ocurrió a una Deméter
más antigua.

Deméter puso a Aetón, el dios de la hambruna, en las tripas de Erisicton, haciendo que
estuviese permanentemente hambriento, como castigo por cortar árboles en una arboleda
sagrada.

Era y es célebre la estatua en mármol de esta diosa que se hallaba en la ciudad de Cnido y
que actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres.
Erinias
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Clitemnestra intentado despertar a las Erinias mientras su hijo es purificado por Apolo.
Crátera apulia de figuras rojas, 480–470 a. C., Museo del Louvre (Cp 710).

En la mitología griega, las Erinias (en griego antiguo Έρινύες Erinúes, de ἐρίνειν
erínein, ‘perseguir’) eran personificaciones femeninas de la venganza, que perseguían a
los culpables de ciertos crímenes. También se les llamaba Euménides (en griego antiguo
Εύμενίδες, ‘benévolas’), antífrasis usada para evitar su ira cuando se pronunciaba su
verdadero nombre. Según la tradición, este nombre se habría utilizado por primera vez
tras la absolución de Orestes por el Areópago (que se describe más adelante), y luego se
usó para aludir al lado bueno de las Erinias.

En Atenas se usaba también eufemísticamente la perífrasis σεμναί θεαί semnai theai,


‘venerables diosas’. También se aludía a ellas como χθόνιαι θεαί chthóniai theaí, ‘diosas
ctónicas’, y se les aplicaba el epíteto Praxídiceas (Πραξιδικαι), ‘ejecutoras de las leyes’.
Por último, en la mitología romana se les conoce como Furias (en latín Furiæ o Diræ,
‘terribles’).

Contenido
[ocultar]

• 1 Ascendencia
• 2 Papel
• 3 Tragedia de Esquilo
• 4 Culto
• 5 Las Erinias en la cultura contemporánea
• 6 Notas
• 7 Fuentes
• 8 Bibliografía
• 9 Véase también

• 10 Enlaces externos

Ascendencia [editar]
Según Hesíodo, las Erinias son hijas de la sangre derramada por Urano sobre Gea cuando
su hijo Crono le castró, siendo pues divinidades ctónicas.

Su número suele permanecer indeterminado, aunque Virgilio, inspirándose


probablemente en una fuente alejandrina, nombraba tres:

• Alecto (Άληκτώ, ‘implacable’), que castiga los delitos morales.


• Megera (Μεγαιρα, ‘seductora’), que castiga los delitos de infidelidad.
• Tisífone (Τισιφονη, ‘vengadora del asesinato’), que castiga los delitos de sangre.

Epiménides las hacía hermanas de las Moiras, hijas de Crono y Eurínome; Esquilo, hijas
de Nix, la Noche; y Sófocles, hijas de Gea y Skotos, las Tinieblas. En la tradición órfica,
eran hijas de Hades y Perséfone (este compromiso con el mundo infernal aparece también
en la Ilíada).

Papel [editar]
Las Erinias son fuerzas primitivas anteriores a los dioses olímpicos, por lo que no se
someten a la autoridad de Zeus. Moraban en el Érebo (o en el Tártaro según la tradición),
el inframundo, del que sólo volvían a la Tierra para castigar a los criminales vivos,
sometiendo mientras a torturas sin fin a los eternamente condenados. A pesar de su
ascendencia divina, los dioses del Olimpo muestran una profunda repulsión hacia estos
seres que no toleran. Por su parte, los mortales las temen y huyen de ellas. Es esta
marginación y la necesidad de reconocimiento que implica lo que, en la obra de Esquilo,
llevará a las Erinias a aceptar el veredicto de Atenea, a pesar de su inagotable sed de
venganza.

Cuando una maldición ritual en la Ilíada1 invoca a «vosotros, que en lo profundo


castigáis a los muertos que fueron perjuros», «las Erinias son simplemente una
encarnación del acto de automaldición que conlleva el juramento», según Burkert.2 Son
las encargadas de castigar los crímenes durante la vida de sus autores, y no más tarde. No
obstante, siendo su campo de acción ilimitado, si el autor del crimen muere, lo
perseguirán hasta el inframundo. Justas pero sin piedad, ningún rezo ni sacrificio puede
conmoverlas ni impedir que lleven a cabo su tarea. Rechazan las circunstancias
atenuantes y castigan todas las ofensas contra la sociedad y la naturaleza como el
perjurio, la violación de los ritos de hospitalidad y sobre todo los crímenes o asesinatos
contra la familia. En épocas antiguas se creía que los seres humanos no podían ni debían
castigar tan horribles crímenes, correspondiendo a las Erinias perseguir al desterrado
asesino del fallecido en venganza, hostigándole hasta hacerle enloquecer (de ahí su
nombre latino, derivado de «furor»). La tortura sólo cesaba si el criminal encontraba a
alguien que le purificase de sus crímenes. Némesis representa un concepto similar, y su
función se solapa con la de las Erinias, con la diferencia de que aquélla castigaba las
faltas cometidas contra los dioses. La diosa Niké tenía originalmente un papel parecido,
como portadora de una victoria justa. Castigaban el hibris o exceso. Prohibían a los
adivinos revelar fielmente el futuro para que este conocimiento no acercara al hombre a
los dioses.

Se representa a estas hórridas deidades vengadoras como genios femeninos con


serpientes enroscadas en sus cabezas entre el pelo, portando látigos y antorchas, y con
sangre manando en lugar de lágrimas en los ojos. También se decía que tenían grandes
alas de murciélago o pájaro, o el cuerpo de un perro.

Solían ser comparadas con las Gorgonas, las Grayas y las Arpías debido a su espantosa y
oscura apariencia y al poco contacto que mantenían con los dioses olímpicos. Atormentan
a los que hacen el mal, persiguiéndolos incansablemente sobre la Tierra hasta volverlos
locos. En un sentido más amplio, la Erinias representan la rectitud de las cosas dentro del
orden establecido, protectoras del cosmos frente al caos. En la Ilíada privan de la palabra
a Janto, el caballo de Aquiles, por culpar a los dioses de la muerte de Patroclo y privan de
descendencia a Fénix. El filósofo Heráclito decía que si Helios decidía cambiar el curso
del Sol a través del cielo, ellas le impedirían hacerlo.

Un mito cuenta que Tisífone se enamoró de Citerón, y terminó provocando su muerte por
mordedura de serpiente, concretamente de una de su cabeza.

Tragedia de Esquilo [editar]

Orestes perseguido por las Furias, cuadro de William-Adolphe Bouguereau (1862;


Museo Chrysler de Norfolk, Estados Unidos).

En las Euménides, tragedia de Esquilo, la tercera parte de la Orestíada, las Erinias


persiguen a Orestes. Éste había matado a su madre, Clitemnestra, en venganza por el
asesinato de su padre, Agamenón. En su primera representación, esta tragedia provoca
verdadero terror entre los espectadores. Las Erinias componen el coro. Las
representaciones que nos han llegado las muestran sosteniendo látigos y antorchas, y a
veces también rodeadas de serpientes.

Lo único que interesa a la Erinias es el acto cometido por Orestes, sin juzgarlo ni
considerar circunstancias atenuantes. El propio Apolo debe oponerse a su venganza
implacable, concediéndole protección a Orestes, a quien había incitado a vengarse del
asesino de su padre, que resultó ser Clitemnestra. Las Erinias, nos cuenta Esquilo,
persiguen a Orestes hasta Delfos, el más importante santuario de Apolo. No le liberan
hasta que los dioses les convencen para que acepte el veredicto del tribunal de Atenas, el
Areópago.

Allí, Atenea interviene como patrona de la ciudad y equilibra el sufragio. Orestes es


absuelto, pero debe traer de la Táuride una estatua consagrada a Artemisa. Las Erinias
son acogidas entonces en Atenas bajo la forma más clemente de Euménides (‘benévolas’)
o Semnai Theai (‘venerables diosas’).

A pesar de ello las Erinias persiguen a Alcmeón, que había matado a su madre. Como
Orestes, Apolo le había incitado a vengar a su padre. Alcmeón es perseguido por las
Erinias a través de Grecia, hasta que halla refugio en una tierra que no existía aún en el
momento del asesinato de su padre, escapando así al poder de su perseguidoras.

Culto [editar]
Se les sacrificaban ovejas negras y libaciones de νηφάλια nêphalia, mezcla de miel y
agua.

Hay en Arcadia un lugar que posee dos santuarios consagrados a las Erinias. En uno de
ellos llevan el nombre de Μανίαι (Maniai, ‘las que vuelven loco’). Fue en este lugar
donde, vestidas de negro, sitiaron a Orestes por primera vez. No lejos de allí, cuenta
Pausanias, se encuentra otro santuario donde su culto se asocia al de las Cárites (‘diosas
del perdón’). En este lugar, vestidas de blanco, purificaron a Orestes y éste tras su
curación ofreció un sacrificio expiatorio a las Maniai.

Las Erinias en la cultura contemporánea [editar]


• En La divina comedia de Dante, se muestra a las Erinias a las puertas de la ciudad
de Dite, que es el punto de entrada al sexto círculo inferior del Infierno.
• También aparecen en la tragedia de Leconte de Lisle, Las Erinias (Les Érinnyes,
1872), con música de acompañamiento compuesta por Massenet.
• En la Electra de Jean Giraudoux son representadas por tres jóvenes muchachas
cínicas y malévolas que crecen muy rápidamente (llegando a adultas en pocos
días), llamadas las Tres Euménides. Cantan canciones infantiles satíricas sobre los
personajes de la obra y persiguen a Orestes hasta hacerle perder la razón.
• La obra de Jean-Paul Sartre, Las moscas (Les Mouches, 1943), usa una
reelaboración de la Orestíada (con las moscas del título siendo las Furias) en una
perspectiva moderna contra la religión [1].
• El primer cuento corto de "El Ahorcado: Cuentos de Espanto" de Orson Scott
Card, lleva por títuloEuménides en el Lavabo del Cuarto Piso (Eumenides in the
Fourth Floor Lavatory, 1992).

Notas [editar]
1. ↑ Homero, Ilíada iii.278 y sig.; xix.260 y sig.
2. ↑ Burkert (1985) p.198.

Fuentes [editar]
• Apolodoro, Biblioteca i.1.4
• Cicerón, De la naturaleza de los dioses iii.46
• Esquilo, Euménides; Prometeo encadenado 516; Agamenón y los siete contra
Tebas
• Eurípides, Orestes
• Hesíodo, Teogonía 185; Los trabajos y los días 803
• Homero, Ilíada ix.455-457, xv.170, xix.256, xxi.380
• Nono, Dionisíacas x.97
• Ovidio, Las metamorfosis vi.430-431, viii.482, ix.410, x.46
• Pausanias viii.34
• Sófocles, Edipo en Colono
• Virgilio, Eneida vi.250, xii.844 y sig.

Bibliografía [editar]
• Harry Thurston Peck, Harpers Dictionary of Classical Antiquities, 1898

Véase también [editar]


• Moiras
• Lilit
• Manía
• Orestes
• Dioses ctónicos

Láquesis
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Láquesis (Λάχεσις, "la que tira la suerte"; del griego λαγχάνω, obtener por suerte, o por
regalo de los dioses) es, en la mitología griega, la segunda de las tres moiras. Determina
el futuro de las personas.

Es ella quien decide la longitud del hilo de cada una de las vidas humanas y, por tanto, la
duración de la vida correspondiente a cada persona.

Representación [editar]
Láquesis es representada como una matrona desenrollando una tira de papel en la que
está escrito el destino de los humanos; otras representaciones la muestran como una
mujer vieja, coja y fea

En la mitología romana corresponde a Décima.

Véase también [editar]


• (120) Laquesis, un asteroide.

Megera
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Megera (idioma griego: Μεγαιρα, significado: «La de los celos» o «La celosa»). Según
la mitología griega es una de las tres Erinias, diosas infernales del castigo y la venganza
divina. Se considera que Megera es la más terrible de las tres Erinias, pues es ella es la
encargada de castigar todos aquellos delitos que se cometen contra la institución del
matrimonio, especialmente los de la Infidelidad.

Algunos suelen confundir a Megera con Megara, son dos personajes completamente
diferentes; la segunda es una mujer mortal.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Megera"

Moiras
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El Triunfo de la Muerte o Los 3 Destinos. Tapiz flamenco (c. 1510-1520).

En la mitología griega las Moiras (en griego antiguo Μοῖραι, ‘repartidoras’) eran
personificaciones del destino. Sus equivalentes en la mitología romana eran las Parcas o
Fata, y en la nórdica las Nornas. Vestidas con túnicas blancas, su número terminó
fijándose en tres.

La palabra griega moira (μοῖρα) significa literalmente ‘parte’ o ‘porción’, y por extensión
la porción de vida o destino de uno. Controlaban el metafórico hilo de la vida de cada
mortal desde el nacimiento hasta la muerte (y más allá).

Contenido
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• 1 Zeus y las Moiras


• 2 Mitología
• 3 Representación
• 4 Bibliografía
• 5 Notas
• 6 Véase también

• 7 Enlaces externos

[editar] Zeus y las Moiras


Incluso los dioses temían a las Moiras. Zeus también estaba sujeto a su poder, admitió
una vez la sacerdotisa pitia de Delfos. Hesíodo aludía a «las Moiras a quienes el sabio
Zeus dio los mayores honores»,1 aunque ninguna obra clásica aclara hasta qué extremo
exacto las vidas de los inmortales estaban afectadas por los caprichos de las propias
Moiras, y es de esperar que su relación con Zeus no fuese inmutable durante los siglos.

Un presunto epíteto Zeus Moiragetes, significando ‘Zeus Jefe de las Moiras’ fue inferido
por Pausanias de una inscripción que vio en el siglo II en Olimpia: «Cuando llegar al
punto de partida de las carreras de carros hay un altar con una inscripción al Dador de
Destino.»2 Esto es simplemente un apellido de Zeus, que conoce los asuntos de los
hombres, todo lo que el destino les da, y todo lo que no les está destinado.»3 En el
Templo de Zeus en Megara, Pausanias dedujo de los relieves esculpidos que vio «sobre la
cabeza de Zeus están las Horas y las Moiras, y todos pueden ver que es el único dios
obedecido por las Moiras.» Lo inferido por Pausanias no tiene apoyos en los cultos,
aunque advirtió que había un santuario de las Moiras en Olimpia,4 y también en Corinto5
y Esparta,6 y contiguo al santuario de Temis fuera de una puerta de Tebas.7

H. J. Rose escribe que Nix (la Noche) era también la madre de las Moiras,8 al igual que
de las Erinias, en la tradición órfica.

Cuando fueron tres,9 las Moiras eran:

• Cloto (Κλωθώ, ‘hilandera’) hilaba la hebra de vida desde su rueca hasta su huso.
Su equivalente romana era Nona (‘Novena’), que originalmente era una diosa
invocada en el noveno mes de gestación.
• Láquesis (Λάχεσις, ‘la que echa a suertes’) medía el hilo de la vida de cada
persona con su vara de medir. Su equivalente romana era Décima.
• Átropos (Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’, literalmente ‘que no gira’10 a
veces llamada Aisa) era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en la que
moría cada persona, y cuando su tiempo llegaba cortaba su hebra con «sus
detestables tijeras».11 Su equivalente romana era Morta (‘Muerte’).

[editar] Mitología

Las tres Moiras matando a los gigantes Agrio y Toante. Detalle de friso del Altar de
Pérgamo (Museo de Pérgamo, Berlín).

Se suponía que las Moiras se aparecían tres noches después del nacimiento de un niño
para determinar el curso de su vida. Los griegos afirmaban variadamente que eran las
hijas de Zeus y la titánide Temis (la ‘Institutriz’) o de seres primordiales como Nix (la
Noche), Caos o Ananké (la Necesidad).

En tiempos más antiguos fueron representados como solo unas pocas —quizá solo una—
diosas individuales. La Ilíada de Homero habla generalmente de la Moira, que hila la
hebra de la vida para los hombres en su nacimiento,12 Moera Krataia (‘poderosa
Moira’)13 o de varias Moiras.14 En la Odisea hay una referencia a las Klôthes o
hilanderas.15 En Delfos solo se reverenciaba a las Parcas del Nacimiento y la Muerte.16 En
Atenas, Afrodita, que tuvo una existencia anterior a la olímpica, era llamada Afrodita
Urania, la mayor de las Parcas según Pausanias.17

Un texto bilingüe eteocretense18 tiene la traducción griega Ομοσαι δαπερ Ενορκίοισι


(Omosai d-haper Enorkioisi, ‘pero puede jurar [estas] mismas cosas a las Guardianas de
Juramentos’). En eteocretense esto se escribe —S|TUPRMĒRIĒIA, donde MĒRIĒIA puede
aludir a las divinidades que los helenos conocían como las Moiras.

Versiones de las Moiras también existieron en los niveles mitológicos europeos más
antiguos. Es difícil separarlas de otras diosas hilanderas del destino indoeuropeas,
conocidas como Nornas en la mitología nórdicas, y la diosa báltica Laima y sus dos
hermanas. Algunos mitógrafos griegos fueron tan lejos como para afirmar que las Moiras
eran las hijas de Zeus, junto con bien Ananké (Necesidad) o, como Hesíodo señala en un
pasaje,19 Temis (la Justicia) o Nix (la Noche). Si darles un padre o no a las Moiras era un
síntoma de hasta dónde estaban dispuestos a llegar los mitógrafos griegos, para modificar
los antiguos mitos de forma que encajen con el orden patrilineal olímpico, la afirmación
no era ciertamente aceptable para Esquilo, Heródoto o Platón.

A pesar de su reputación, las Moiras podían ser adoradas como diosas. Las novias
atenienses les ofrecían mechones de pelo y las mujeres juraban por ellas. Pudieron haber
tenido su origen como diosas de los nacimientos, adquiriendo solo más tarde su
reputación como agentes del destino.

[editar] Representación
Se las representaba como tres mujeres de aspecto severo: Cloto, con una rueca; Láquesis,
con una pluma o un mundo y Átropos, con una balanza. La representación más
comúnmente usada era la de tres viejas hilanderas o unas melancólicas doncellas.
Shakespeare se inspiró en este mito para crear las tres brujas que aparecen en Macbeth,
cuya intervención es determinante en el destino del protagonista.

[editar] Bibliografía
• Blisniewski, T. (1992). Kinder der dunkelen Nacht: die Ikonographie der Parzen
vom späten Mittelalter bis zum späten XVIII. Jahrhundert. Colonia: Kleikamp
Druck. OCLC 464002957. Iconografía de las Parcas desde la alta Edad Media
hasta finales del siglo XVIII.
• Graves, R. (1955). The Greek myths. Baltimore: Penguin Books. OCLC 656544.
• Harrison, J. E. (1903). «VI. The Maiden-Trinities», Prolegomena to the study of
Greek religion. Cambridge: Cambridge University Press.
• Kerényi, K. (1951). The gods of the Greeks. Londres, Nueva York: Thames and
Hudson. OCLC 387233.
• Peck, H. T. (1898). Harper's dictionary of classical literature and antiquities.
Nueva York: Harper. OCLC 1451683.
• Rose, H. J. (1928). A handbook of Greek mythology. Londres: Methuen & Co..
OCLC 4142933.
• Ruck, C. A. P., Staples, D. (1994). The world of classical myth: gods and
goddesses, heroines and heroes. Durham: Carolina Academic Press. ISBN
9780890895757.
• Varios (1867). Smith, W. (ed.). «Moira», A Dictionary of Greek and Roman
biography and mythology. Boston: Little, Brown & Co, ii. 1109–1111. OCLC
68763679.

[editar] Notas
1. ↑ Hesíodo, Teogonía 901.
2. ↑ El griego es Moiragetes (Pausanias, v.15.5).
3. ↑ Pausanias, v.15.5.
4. ↑ Pausanias v.15.4.
5. ↑ Pausanias ii.4.7.
6. ↑ Pausanias iii.11.8.
7. ↑ «Hay un santuario de Temis con una imagen de mármol blanco; contiguo hay
un santuario de las Parcas, mientras el tercero es de Zeus del Mercado. Zeus está
hecho de piedra; las Moiras no tienen imágenes.» (Pausanias ix.25.4.)
8. ↑ Rose (1928) p. 24.
9. ↑ La expectativa de que eran tres se hizo fuerte en el siglo II: cuando Pausanias
visitó el templo de Apolo en Delfos, con Apolo y Zeus acompañados cada uno
por una Moira, señaló que «hay también imágenes de dos Moiras, pero en lugar
de la tercera a su lado aparecen Zeus Moiragetes y Apolo Moiragetes.»
10. ↑ Compárese con la antigua diosa Adrastea, la ‘ineludible’.
11. ↑ «Viene la ciega Furia con las detestables tijeras, / y corta la vida finamente
hilada.» John Milton, Lycidas l. 75.
12. ↑ Homero, Ilíada xxiv.209.
13. ↑ Homero, Ilíada xvi.334.
14. ↑ Homero, Ilíada xxiv.49.
15. ↑ Homero, Odisea vii.197.
16. ↑ Kerényi (1951) p. 32.
17. ↑ Pausanias x.24.4.
18. ↑ La inscripción, del Delfinion de Dreros, actualmente desaparecida, fue
publicada por: Henri van Effenterre (1946). escrito en París. «Inscriptions
archaïques crétois» (en francés). Bulletin de correspondance hellénique (70):
pp. 602–603. OCLC 290806160.
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/bch_0007-
4217_1946_num_70_1_2609.
19. ↑ Hesíodo, Teogonía 904.

[editar] Véase también


• Greas
• Hilado (mitología)
• Nornas
• Parcas

Palicos
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En las mitologías romana y (en menor medida) griega, los Palicos (en latín Palici o
Palaci; en griego antiguo Παλικοι Palikoi) eran dos gemelos, dioses ctónicos sicilianos
de los géiseres y las aguas termales, venerados como héroes. Eran hijos de Zeus y Talía
o, según otras versiones, de Hefesto y Etna o de Adranos.

En Palacia había un altar dedicado a ellos, donde la gente podía someterse a sí misma o a
otras personas a una prueba de fiabilidad mediante el juicio divino. Superarla significaba
que podía confiarse en un juramento.

Referencias [editar]
• Ovidio V, 406
• Virgilio IX, 585

Perséfone
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El regreso de Perséfone, por Frederic Leighton (1891).

En la mitología griega, Perséfone (en griego antiguo Περσεφόνη Persephónē ) era la


reina del Inframundo por ser esposa de Hades (quien la raptó), la Core (Κόρη, ‘hija’) o
joven doncella, hija de Deméter (ἡ Μητὴρ hê Mêtềr, ‘la madre’) y Zeus.

Perséfone es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica. En otros dialectos era


conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la llama
Persephoneia (Περσεφόνεια). Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a
través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante
dialéctica Proserpina.

De ahí que en la mitología romana fuese llamada Proserpina, y como tal llegase a
convertirse en un personaje emblemático del Renacimiento.

Contenido
[ocultar]

• 1 Visión general
• 2 Consortes y descendencia
• 3 Véase también
• 4 Referencias

• 5 Enlaces externos

[editar] Visión general


La figura de Perséfone es actualmente muy conocida. Su historia tiene un gran poder
emocional: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su
hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican
procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de
estación.

Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además la terrible
Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se
referían como «La Doncella». En la Odisea, cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a
ella como «Reina de Hierro».

Su mito central, aún con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de
los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que
prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo
subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada
(Kerényi 1960, 1967).

En estos misterios, aunque se desconoce el rito exacto, parece que los iniciados asistían a
una triple revelación: que Perséfone había tenido un hijo en el fuego, el Eón; una visión
beatífica de ella y una visión de una espiga de trigo con la promesa de una nueva vida.1

[editar] Consortes y descendencia


• Zeus
o Zagreo (véanse los misterios órficos)
o Yaco (padre desconocido, probablemente Zeus)
• Hades
• Adonis
• Hermes

[editar] Véase también


• Despoina
• Proserpina
• Hades
• Deméter
• Antesforia, fiesta en honor de Proserpina y Perséfone
• Misterios eleusinos

Seth
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Para otros usos de este término, véase Seth (desambiguación).
Para otros usos de este término, véase Set.

Seth, o Set, dios ctónico, deidad de la fuerza bruta, de lo tumultuoso, lo incontenible.


Señor del mal y las tinieblas, dios de la sequía y del desierto en la mitología egipcia. Seth
fue la divinidad patrona de las tormentas, la guerra y la violencia, también fue patrón de
la producción de los oasis (dinastía XIX).

Seth

• Nombre egipcio: Suty, Sutej (Setesh, Seteh). Nombre griego: Set (Seth).
Deidad griega: Tifón.

Contenido
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• 1 Iconografía
• 2 Mitología
o 2.1 Seth como dios protector
• 3 Epítomes
• 4 Culto
• 5 Nombres teóforos
• 6 Curiosidades
• 7 Referencias
• 8 Blibiografía

• 9 Enlaces externos
[editar] Iconografía

Ser animalesco cuadrúpedo que resiste toda clasificación zoológica, indicio de haberse
tornado extraño para los egipcios desde los primeros tiempos.1 Posee hocico curvado,
orejas rectangulares y cola levantada, o forma humana con cabeza animalesca. La
primera representación conocida se encuentra en la cabeza de maza del rey Horus
Escorpión, un monarca de la dinastía 0.

Se ha interpretado la bestia que representó a Seth de muchas formas, aunque no se ha


podido determinar con exactitud, aparece como cerdo, lebrel, asno, orix, cocodrilo,
hipopótamo, serpiente y pez, sus animales sagrados. También aparece como asno macho,
oryx, o una serpiente con cabeza de asno. A veces, portaba cetro uas y anj.

[editar] Mitología

Es un antiguo dios, originario de Nubt (Ombos), que posteriormente fue considerado


deidad del desierto, uno de los dos ambientes que constituyen Egipto, que recibió como
herencia de Geb. Venerado, temido y odiado por su cualidad de protector-destructor. Seth
desempeñó el papel de hermano envidioso, representante del mal, al integrarse en el mito
osiriaco, e incrementarse la devoción y popularidad al dios Osiris.

Durante el Imperio Nuevo se le consideró benévolo, siendo patrón de las armas, la guerra
y de la producción de los oasis, haciéndose popular porque podía sembrar la confusión y
la discordia entre los enemigos de Egipto.

Seth representado en la tumba del faraón Tutmosis III.


Seth representado en el cartucho del faraón Sethy I, en la Lista Real de Abidos.

[editar] Seth como dios protector

Seth fue asociado con las tormentas de arena, como dios del desierto, y protector de las
caravanas que surcaban el país de los faraones. Debido a la extrema hostilidad del clima
desértico, Seth era visto como extremadamente poderoso, por lo tanto como una deidad
principal.

Pese a ser considerado la antítesis de Osiris, muchas de sus acciones se deben más a su
anormal fuerza y carácter que a su maldad. El asesinato de su hermano fue motivado por
envidia, dado que en el reparto Seth recibe de Geb el terreno desértico, mientras que a
Osiris le hace señor del Egipto fértil. Fue exiliado al desierto por su sobrino Horus, hijo
de Osiris, en venganza por el asesinato de su padre.

Mientras que desde un principio se le acusa de ser el causante del robo del Sol y de traer
la oscuridad se le considera un ser protector del faraón al final de la dinastía II, y durante
la dinastía XV; a partir del Imperio Nuevo, también dios de la guerra y del ejército
(dinastía XIX), aunque por breve tiempo.

También es el encargado de proteger la barca solar de Ra (el dios egipcio que simboliza
al Sol), que desde la proa, combate diariamente a la temible serpiente Apofis.

[editar] Epítomes

La forma alternativa de pronunciar su nombre Setesh (stš), y más tarde Sutej (sutḫ),
designa su supremacía, donde sh-j significan "majestad". La exacta traducción de Seteh
es desconocida, pero usualmente se interpreta como "pilar de estabilidad", significado
asociado a la monarquía.

Seth, fue el "Señor del Bajo Egipto" en la época predinástica y en el periodo tinita. Una
de sus más comunes denominaciones era "grande en fuerza". También se le llamó
Nubety, que significa "El de la Ciudad del Oro", en referencia a Nubth (Kom Ombo).

[editar] Culto
Durante el periodo tinita fue objeto de veneración oficial, siendo un dios tan importante
como Horus en el reinado de Jasejemuy. En el periodo de dominación de los hicsos
(dinastía XV), es un dios nacional y se le identifica con Baal y la ciudad de Avaris. Fue
considerado abominable durante la dinastía XVII y parte de la XVIII, como reacción al
enemigo hicso. Los ramésidas rehabilitan al dios, temporalmente, pues son originarios de
la zona de culto a Seth, y se le asocia con los asuntos militares durante la dinastía XIX.
Durante el primer milenio a. C., vuelve a ser el cruel asesino del dios Osiris.

Como dios mayor, Seth era protector del Alto Egipto, donde era venerado,
principalmente en Nubth (Ombos; Kom Ombo), pero nunca gozó de culto por el pueblo
egipcio, salvo algunas épocas de las primeras dinastías. Tuvo santuarios en Avaris,
Abidos y Pi-Ramsés.

Uno de sus seguidores fue el gobernante hicso, Apopi I, el cual tomó a Sutej (Seth) como
único señor, sin servir a ningún otro dios que hubiera en el país, y construyó un templo en
su honor al lado de su palacio, en Avaris.

[editar] Nombres teóforos

Varios faraones llevaron su nombre, como Sethy I (padre de Ramsés II), Sethy II y
Sethnajt, durante el Imperio Nuevo.

Sutej o Suty (Seth)

en jeroglífico

[editar] Curiosidades
Actualmente los seguidores del Templo de Set adoran a un dios que lleva este nombre.

[editar] Referencias
1. ↑ Hans Bonet: 1952.

Referencias digitales

• Rosa Thode, El panteón egipcio, Seth en egiptologia.org

[editar] Blibiografía
• Marcelo Campagno, Antonio (2004), en Ediciones del Signo, Una Lectura
de la Contienda Entre Horus Y Seth. ISBN 987-1074-14-X [1]
Tisífone
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En la mitología griega, hay dos personajes llamados Tisífone (en griego Τισιφονη,
‘vengadora del asesinato’):

Tisífone, la Erinia [editar]


Tisífone era la Erinia encargada de castigar los delitos cometidos por asesinato:
parricidio, fratricidio y homicidio.

Un mito cuenta que Tisífone se enamoró de Citerón, y terminó provocando su muerte por
mordedura de serpiente, concretamente de una de su cabeza.

Tisífone, hija de Alcmeón [editar]


Tisífone era una hija de Alcmeón y Manto. Alcmeón dejó accidentalmente a sus hijos,
Tisífone y Anfíloco, con Creonte. La esposa de éste vendió a Tisífone como esclava,
envidiosa de su belleza, pero no se dio cuenta de que el comprador actuaba de parte de su
padre. Cuando Alcmeón regresó, rescató a su hija y recuperó a su hijo.

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Yaco
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Para el loro gris cuyo nombre común es «yaco», véase Psittacus erithacus.
Procesión de los misterios, placa votiva, mitad del siglo IV a. C. (Yaco aparece en la
parte baja, llevando dos antorchas).

En la mitología griega, Yaco o Iaco (en griego antiguo Ιακχος Iakkhos) es un epíteto de
Dioniso, particularmente asociado con los misterios de Eleusis, donde era considerado un
hijo de Zeus y Deméter. Yaco era el portador de la antorcha en la procesión desde
Eleusis, siendo a veces considerado como el heraldo del «divino hijo» de la Diosa, nacido
en el Inframundo, y a veces el propio hijo de ésta. Se le llamaba «la estrella que lleva la
luz de los misterios nocturnos», otorgándole posibles asociaciones con Sirio y Sothis.

La mención más famosa de Yaco es en Las ranas de Aristófanes, donde un coro de


mystae (‘los que saben callar’, es decir, los iniciados) le invocan como un bullicioso
bailarín en el prado, servido por las Cárites, que «lanzan antorchas» y es comparado con
una estrella que trae la luz a la oscuridad de los ritos.1

La identificación de Yaco con Dioniso se demuestra en una variedad de fuentes. En un


peán a Dioniso descubierto en Delfos, el dios es descrito como llamado Yaco en Eleusis,
a donde «lleva la salvación».2 En su obra Antígona Sófocles llama al dios de los
Misterios de Eleusis tanto Baco como Yaco.3

La palabra «Yaco» también aludía al grito ritual («¡Yaco, oh Yaco!») que acompañaba a
la fiesta. En Las bacantes de Eurípides, según la traducción de Philip Vellacott, las
bacantes gritan «para bailar, llamando al unísono al hijo de Zeus, “¡Yaco! ¡Bromio!”».
Bromio es otro epíteto de Dioniso.

El nombre «Yaco» también se daba a uno de los días de los Misterios: el 20 de


boedromion, cuando Yaco era tomado de su santuario en Atenas y acompañado en
solemne procesión hasta Eleusis.4

En la novela de Dion Fortune El toro alado, el protagonista invoca el nombre de Yaco


cuando no está seguro de cómo llamar a un determinado dios que desea convocar.

Notas [editar]
1. ↑ Harrison, p. 540.
2. ↑ Harrison, p. 541.
3. ↑ Harrison, p. 541-2.
4. ↑ Harrison, p. 542.

Bibliografía [editar]
• Harrison, Jane Ellen. 1991. Prolegomena to the Study of Greek Religion.
Princeton, Nueva Jersey: Princeton University Press.

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