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La parábola del hijo pródigo.

Esta noche, hemos preparado un evangelio muy bonito que nos habla de un padre
misericordioso. En este, Jesucristo nos describe de una forma maravillosa el camino a
la conversión y el proceso de la penitencia, a través de un joven que se deja seducir
por esta aparente felicidad que le ofrece el mundo. Yo solo espero que de alguna
forma puedas ver como este joven se manifiesta en tu vida, que sientas una conexión
con este personaje de tal forma que si todavía no has experimentado la misericordia
de Dios en tu vida, lo puedas hacer. Que puedas comprender, darte cuenta, que lo que
te hace falta para sentirte plenamente feliz ya lo tienes, pero que quizás, dentro de tu
soberbia aun no lo logras ver.

En esta parábola aparece la realidad del pecado: Ante un padre tan bueno, uno de sus
hijos le abandona y el otro le obedece con interés. Uno busca una libertad sin
obediencia y el otro obedece sin libertad, sin amor.

Este hijo pródigo, que es el menor, a pesar de que lo tenía todo: el amor de su padre,
bienestar, comodidad...para él esto era contrario a su libertad. Su corazón deseaba una
libertad falsa que es la que ofrece el mundo. Una libertad que te ofrece felicidad fácil
porque para ser verdaderamente feliz hay que recorrer un camino muy dificil que
muchas veces nos hará sufrir y nosotros no queremos sufrir, pero no nos damos
cuenta que esa no es una felicidad absoluta, entendemos que sufrimos menos cuando
le damos a nuestro cuerpo lo que nos pide, cuando cedemos ante nuestro
egocentrismo, nuestro egoismo, nuestro orgullo, cuando nos volvemos . Que
viviremos un sufrimiento eterno generado por el vacío en nuestro corazón que
creemos que llenaremos con momenticos de felicidad. En lugar de apoyarnos en Dios
para que nos ayude a eliminar de nuestra vida esos pecados que nos hacen sufrir y de
esta forma alcanzar la verdadera felicidad.

Dice la parábola, ‘’Malgasto alli su fortuna’’ El hombre cuando peca pasa de la


condición de hijo de Dios a ser esclavo de Satanás; de gozar de la libertad propia de
los hijos de Dios a estar encadenado por el pecado. Quebranta los mandamientos de
Dios haciendo mal uso de su libertad y se encuentra que ha perdido la libertad.

Luego dice: ‘’Después de gastarlo todo, hubo una gran hambre en aquella región
y él empezó a sentir necesidad.’’ . ‘’Empezó a sentir necesidad’’…. Esta necesidad
hace referencia a las consecuencias del pecado. Esta necesidad que siente este hijo
menor es el vacío que siente el hombre cuando quiere buscar la felicidad en sus
propias fuerzas, luego de que se ha dado cuenta de que ha pecado, se siente
miserable. y también vemos como este hijo recurre a la servidumbre para poder
sobrevivir y como esto representa a la esclavitud a la cual nos sometemos cuando
pecamos.
Sin embargo, vemos una actitud cambiante en este hijo menor, y es el arrepentimiento
‘’Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado hijo
tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros’’ … Aquí vemos como entra en
humildad al reconocer su pecado y no lo justifica. Hace un examen de conciencia
cuando se pone a ver la vida tan vacia que esta llevando y donde estaría si no se
hubiese ido, el mismo que estamos invitados a hacer antes del sacramento de la
confesión.

Vemos como hasta ahora se ha descrito el camino a la salvación.


La reflexión sobre los bienes perdidos, el reconocimiento de su pecado, el
arrepentimiento, la decisión de declararse culpable ante su padre y de emprender el
camino de retorno, forman parte del proceso de la conversión.

Pero ahora entra este otro personaje. El padre misericordioso. Este padre que con
alegría en su corazón dice ‘’Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto
y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado’’ Con estas palabras el
padre interrumpe al hijo cuando este le dice ‘’ Ya no merezco ser llamado hijo
tuyo’’ Y es que a este padre solo le interesa que su hijo este bien.
Jesucristo no describe en esta parábola a un padre molesto que castiga a su hijo por su
desobediencia, sino a un padre que lo único que quiere es abrazarlo y llenarlo de
besos.
El Papa Francisco en su catequesis sobre el hijo prodigo dice que es un padre que sale
todos los días a ver por el camino cuando va a regresar su hijo y que nunca pierde la
esperanza.

 Pero por qué, a pesar de las tantas formas que el Señor se manifiesta para
hacernos entender que El nos perdona, muchas veces dudamos de que esto sea
posible? Muchas veces sentimos que hemos cometido algo que no merece
perdón de Dios.
Esta parábola me hizo recordar la actitud que tuvieron Judas y Pedro. Ambos
traicionaron a Jesucristo, sin embargo Pedro lloró todo lo que tenia que llorar,
reconoció su pecado, pidió perdón a Dios… Mas yo también te digo, que tú
eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia y se puso a predicar el
Evangelio. Pero, Judas, dentro de su soberbia, no podia contemplar que Jesucristo
puede perdonar sus pecados. No pudo tragarse su orgullo y se suicidó. ……….Pero
por que el Señor quiere decirte esto a traves de esta parábola?… El sabe que dentro
de nuestra soberbia muchas veces nos sentimos que quiza no vale la pena, que
seguimos cometiendo los mismos pecados, que ya Dios no nos va a perdonar o que
no merecemos su perdon. Dios quiere que sepas que no importa lo que hayas hecho,
no importa cuanto te alejes de El, si asi lo deseas El siempre te mostrara el camino de
una forma incondicional. Cada día es una oportunidad que Dios te da para volver a
El, aunque pequemos constantemente. Que muchas veces Dios permite que te alejes
de El para que tu mismo te des cuenta de lo que estas perdiendo, porque El entiende,
que cada cosa que permite en tu vida debe de pasar para que tu te conviertas así como
el hijo menor tuvo que pasar una servidumbre terrible, asi mismo pone el Señor
situaciones concretas en tu vida para que dejes de buscar la felicidad en tus fuerzas.

Pero en esta parabola existe otro hermano. El tambien tiene la necesidad de sentir esta
misericordia de Dios. El siempre a estado en casa y ha hecho todo cuanto su padre le
ha dicho. Sin embargo, dice sin amor en sus palabras «Hace tantos años que te
sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes… ¡Y ahora que
ese hijo tuyo ha vuelto… !» Nunca le dice Padre y nunca se refiere al menor como
su hermano. Este hermano entiende que debe recibir un premio por su obediencia y
en lugar de alegrarse porque su hermano ha vuelto, lo desprecia, porque le han dado a
este lo que el quería. Este hermano mayor es infeliz porque hace las cosas solo por
cumplirlas. Yo estoy segura que muchas veces nosotros nos hemos sentido así, como
que no estamos a gusto cuando venimos a la iglesia, a la comunidad o al coro porque
se nos olvida la verdadera razón por la que venimos en primer lugar. Se nos olvida
que estábamos buscando a Dios y comenzamos a venir por las razones equivocadas.
Y empezamos a sentir este vacío, de que nos falta algo, y creemos que lo que nos
falta es este premio que recibíamos de alguna forma sin darnos cuenta que cuando
seguimos a Dios desinteresadamente, lo demás viene por añadidura.

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