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46 INTRODUCEISN A LOS ESTUDIOS CULTURALES, funcién de sus compromisos s, también logran consti- redes de intercambios cullurales. Este sera ol papel de la revista Past and Pri lel History Workshop entre los bis- Loriadores sociales (Brantlinger, 1990), Estos dltimos valoran ralidad, del legado de tas cultaras no eseritas em Ta tarea del esto con parte de las orientaciones de los estudlios respecto de las culturas populares. Los herejes y mat supieron apoyarse et los medios de co y des de aliados al valerse de su condi isagra entre el campo politico y el académico, af creat una revista que conb ifundit un nuevo corpus de autores y temas de estu- vai sobre la base de crear polytechnies—, mediante la pues! y70, deta Open University. Esta doble red p 2. Los aitos Birmingham (1964-1980): la primavera de los estudios culturales ingham os donde nace, on. Centre for Contemporary Cultural Stadies (CCCS)., del centro nunca estuvo exenta de tensiones y dle- tes (Grossberg, en Blundell, 1993). ¥ no todo lo que se pu- blicé en sus working papers merece pasar a la posteridad, Momificar quince anos en una decena de patronimices y de libros canonizables serfa olvider el desorden, la pasién y Ta 19 a los «estados que igencia emprosarial de los sucesivos 4 en su capacidad de maniobra a preo- contre Tas distintas ini cupaciones y referencias hetorogéneas. Desde el marxismo Jogfa, los miembros de! centro han iceidn por lo que el estadlishner universitario consideraba entonees, en el mejor de los casos, ‘como an pintoresco vanguardismo, y en el peor como el copie de los inteleciuales». ste interés por la renovaci6n de Jas herramientas del pensamiento critico jamais vird a la oto- 48 INTHODUCCION 4 198 ESHUDIOS eLLTURALIS doxia centro fue un caldo de cultive de importaciones tes cas, de chapuzas innovadoras sobre cuestiones hasta enlon. £8 consideradas indignas del trabajo académico. Frecien lemente pretenciosa, Ia nocién de laboratorio adgiiere toda su pertinencia en el CCCS, Durante mas de quince afios, uns extraiia combinaciéin de compromiso social y politico y de ambieién intelectual prodiajo una impresionante masa de tr alos. La invenelén de los estudios eulturales ELcces La puesta en marcha del CCS se hard lentamente, Ex- prosado por Hoggart en una conferencia de 1964, el proyect» del centro es claro, Reivindica explicitamente el legado dc Leavis. Quiew utilizar métodos y horramientas de a ert texiual yTiteraia mediante el desplavamaiento de la spicaeicn dd las obras clisias ylepiimas hacia los preductos de Ia eal- tra de mass, hacia el niverso de las practices eulturaes po plates, Anngue, ese a estar asociado a wna vniversidad, éenteo quedar:marcado dese sus eomienzos por la margin lidad institucional en que vivié la generacién de los padres Jundadores. Los recursos financieros del equipo son ta limi taios que Hoggart tiene que solicitar el mecenazzo do ta ei torial Penguin para algunas inversiones y la eontatacin de Stuart Hall, que Fe suceder en 1968. El reto también reside en logear la aceptacida de los soe tores priximos a la universiad, Los socislogos desconfian de estos revi Ilezados que cazan furtivamente en su tei rio, Los especialsis en estudios litrarios no son menos re celos0s respecto de una iniiaiva que a su juicio extravia sabiduria por caminos subalternos. El primer desaf al qu se enfrenta Hoggart os olde legitimar acadSmmieamente unt rama original dedicada & a cult, el de ansaestrar a cole deseonfiados. Una de sus tetas consists en que formaran tas AROS BIRMINGHAM 14 PRIMAVERA Fo] “9 parte de os tbunaesacadémcos del departamento de est Mf clas Ton eolegas ani radios, wees ls # quo se tenfan por més severos, con el fin de acreditar ante sus F enotoges of ngor de Ia formacin. Por consguient, en el 1 feos ab stenscs donde by ae sar espe # ae dot conto un vee sera Tas tops de su spam ee eee fear ater ee Contin wivero de fo que puede amare, despa des utes fundadre, a segunda pencracion de os et {thon altantes: Chrlote Bransdon, Phil Colen, Cas Crit | hos Simn in, Pa Gato. Dek Hebuige, Dury Nes ¥ Sin Tony Tefen, Andrew Lowe, Angele Metobbie, thd Moteyy Pal Wilt por cars ios ms eoncios- a ute notadeda eenfica del CCCS chee con! i cogon imation anloe, a a eis & arth (le 1972, de working papers (articulos multicopiados que, 1 torn vel rvian aoa) Pats deta one ak Ipege teunida en libros que condensan lo mejor de la produc. Wiel ei, Fan eee. scm en el CCCS partté en primer lar del uso de aon to Hoggan y dela Seba lleva tnt tdes nt vivid dimensions dela ctiianidad dela tte tee hie anplarmioccidco tron ly Bre finds stocinogata (ase, 199), Pore ua das a Puc del ade Hoggat es la de tabla dea Jpnclobes on cl mamonsrusmo des doscapion 9 de frei um extinn amet ceptde tent do so fuel The Uses of Litera, rays ae ace pia ue deerme Outten ester Muchas com consciences el noremente Ja movil tal enpaia, de un biensinr material eltvo pero erccent, ‘Ml impaca into dl autor de le ovsion en In so- ahead obra gsr 1973), 0 INTRODUCCION A LDS ESTUDIOS CULTURAL Stuart Hall ‘De origen jamaicano, Stuart Hall nace en 1932 e tune familia que define como emiddle class». Su padre ‘es empleado de la United Fruit: «ira el primer jamaica no en haber ascendido a todos los puestos que ha de sempejiado». Hall insisic en ia importancia de la expe: ieneia del colonizado, de la reaccién ante Ia postur paternalista de los britdnicos respecto de su familia du rante La constitucién de su ideatidad. Abandona Fama ‘eaen 1951 para cursar estudios en Inglaterra. En Ox ford, donde estadia letras, se relaciona tanto com Tos imilitantes nacionalistas de naciones colonizadas com con los ciretlos de In izquierda marxista, aungue sin afi liarse af Partido Comunista. En 1957 obiiene una plaza ciocente en una escuel secundaria de Brixton, entre alumnos de sectores po- pulares, donde desarrolla un proyecto pedagdgico que intenta tener en cucata Ie realidad de sus prieticas cul- turales, Se instala ontonees definitivamente en Gran Bre: taila, En 5961 ompieza a ensefiar medios y cine en el Chelsea College de In Universidad de Londres. En 1964 eseride, en calaboraeién con Paddy Whanne!, su primer libro, The Popular Arts, que trata, especialmente, de jazz. Ese mismo aio, Hoggart lo llama para que Te ay de en la fundacidn del centro de Birmingham, de cay direccidn se hard eaigo. Hoggart Ulegard a decir: «Yo n0 soy un te6tice. Stuart Hall es un tedrien. Habitual ¢ ins futivamente es un sutil manipulador de teorfas, de for _ma que os complementibamos perfectamente>. Coordinador de Ia mayosta de los grandes trabajos coleetivos del centro, Hall ha desempefiado un pape! considerable de empresario cientflico ¢ intelectual on Birmingham. A diferencia de los restantes padres fun idadores, Hall no es tanto el autor de alganos libros de referencia como el de una gran masa de articulos. Abor 18 A808 BHEMINGHIANE LA PRIMAVERA [ol dlan una gran diversidad de temas: desde la seccién de «colilleoss del diario alas fotografias de prensa pasan- dlo por el movirniento punk, Pero una parte signifieativa ‘dela produvcidn cientifica de Hall ene forma de taba- ji sobre conceptos:reflexién sobre la eventual prociue- tividad de los lezados det marxismo, debates sobre las apostaciones y Tos resgos de las teorfas que s¢ foman prestadas del posmodemismo o de la deconsizuceién, No siempeees lil disociaren ss textos mis inente potticos el componente puramente cientiico, en la medica en que, como intelectual, se hz manifestido repetidamenteen contra de este tipo de diferenciacin, v cen que su gran capacidad para comprender his evolucio~ nes politica le permite encontrar cl punto de apoyo ade couado para teplantear temas de investigaci6n, cincorpo- rar naevas matesiasy cuestionamientos. Bn 1979, Sivart all se incorpors a ia Open University Mny solictado a To largo de quince aitos para pro- stunciar conferenciss en cualquier cologuio importante sobre estuios culturales, Hall, en ocasiones, pudo en- cettarse en ums postura de testigo peivilegiado euya mi sin consistia en recordar Ios grandes retosy Tos Verda Aeros problemas. Pese a que la fuerza innovadora de sus recientes coatsibuciones se desvanece, baba sido, a la vex, el empresitio y el universitario més preocupado por sistematizar la teorfa en el seno de los estudios lurales. Morley y Kuang-Hsing Chen (1996) ofrecen una ‘exhaustiva bibliogralfa de los trabajos de Hall y una en trovista biogrifica, st 2 INTRODUCCION A LOS ESTUDIOS CULEIRAH [RECONSIDERACION DE LAS SOCIABILIDADES Y DE LAS CULTURAS POPULARES 484 AMO HIEDINGIAME: 14 PREMAVERA [ou] 3 iecanisnns de conto soe que contribafan a la reproduc sli del grupo obzer, Le escolarizacién més prolongad de Imrie de fos jvenes de sectores populates afecta asus rfe- ives eulturaics, redefine el imbito de posbiidades on el ‘qu iene eabida sus proyectos profesonales, De forma mis Blob el mundo obeero est sajeto e méltples cambios que scan un debate sobre el obrero de la abundancia» (Gold Awaji y Lockwood, 1968), trasunto de las discustones france sis co entonces sobre la «nueva clase obreri, La crisis, [a tevinlistalizacion masiva de los alos ochent, sigaifcact sino ga traumatism socal e denttario, Las jovenessabou- Jun cepresentan uno de los imbitos en fos que Ios investiga jhves del CCCS han resultado ser los mas productive, ios ds inventivos, os mds dentificados eo las ndmieas sein, fruistge 197, ‘Augie esos tabajos a siempre estin cxentos de uns lito fascinacin por su objeto, dos elementos, al menos, ha- fe que su lecturs sea estimlante pese a que tratan de fend- evn que, nuevos para entonces,sélo paeceran jutitier, filosesivo la nostalgia de los quincuagenaros, Unaprimers fuerza procede de capacided de estos textos 1 resttui aténticosiroz0s de vida alimentos por la ob, TWrvicidn, una preoeepacién por el etalie que raza veces de jenn exotismo socal (Willis, 1978), Esta calidad es apre= le ca fos estudos de Hebdige sobre la eotianidad de los is ode los mads (1979), sob el valor simbelico sue ésos Inhuyen al scooter italiano (1988), 0 inuciosa atencién Wt ae Corrigan descr y comprende lo que puede ser la sida ordiara de os aoleseentesobligados a permanever ciudad ssn hacer nada» (en Kal y Jefferson, 1983). ‘Higlerés do estos aniisistambigs obedece a sy densidad is. tbutaria de los andiss de Beckcr (1963) sobre lo vnc. Numerosos textos se ian en la manera en que las nidades sociales fntervienen en las suboulturss para esti ni los comportamientes ya sus autores El carter mat i dopende de sus componentes objetivo (pelo ln, per sino de la atuacin de as insttuciones Tpesias, meds, serie 4 ITRODUCCTON 4 308 ESTUDIOS CULTURAL «- peticién, sin grandes altersciones, de los roles pateamos por parte de los hijos. EI auge del habitat clectivo y ke Jaescolarizavion, los cambios del entorno mediatico, i trodueen una ruptura en Ia socializaciée de las gen: del mando popular —para sue la tera y sus produetos fan de atenderante todo las ne- + stvidades de Ia comunidad aldeana— frente al auge de una F eonomia monetarizada, de peribir las fricciones ent las re | resentaciones tradicionales Ue la sociabilidad y las exigen- slis (de puntualcad, por ejemplo) de una diseiplina de pro thccién cn la naciente industria. Uno de los resultados mis toncluyentes de esta iniiativa es Whigs ancl Hunters (1975), thonde Thompson se esfuerza en elucidar lo que a primera vis- Fu parece ser In inexplicable ferocidd de una ley de 1723 que Ieprime la caza furtiva, El estudio exhaustivo de los archivos Jlciates permite revive un mundo de cazadores y peseado- es utivos, espigadores, guardas forestales y grandes arist6- suns cazadores. Demuesira emo la ea7a furtive, el sabotaje to las pisciculturas de Tos poderosos 0 las robos de madera pcden intrprotarse com tn registro de quejas, una forzna de pecién popular. Contrapone con hechos la representacisn del o I ammonbeciGn A Las EsTUNIOS CULUEALES ‘munidad tiene unos modestos derechos a sw privatizacién través de uns evolucién junidica que slo reconoce los «lene chos exclusivos del propietario. ‘Se comprende entonees cusl es, nis allé de las desiguales Sjguras del mod del Soho de 1964 0 del furtive de Windsor de 1714, lacoherencia de estos trabajos. Se ava, siempre, de abor dar 1p social por abajo, de observar la cotidianidad de los sec: {ores populares, Los estudios cultarales naven del rechazo de! legitimismo, de las jerarquias ucadémicas le los objetos.no- ples ¢ innobles, Se fijan en Ia aparente trivialidad de la publ dad de las emisiones de entretenimiento, de las modas indu mentarigs, El estudio del propio mando popular se detiene mucho menos en las heroieas figuras de los dirigentes que en la cotidiana sociabilidad de los grupos o en cl detalle de fos decorados, prieticas y costumbres. Esa prodisposieién implica favorecer métodos de invest _anei6n susceplibles de conocer de cerca estas vidss ordinarias stnogratia, historia oral, investigaciG de Ios escritos que ense- fan lo popular (archives judiciles, industiales, purtoquiales) y ao sé la gesta de los poderasos. Por itis, y por eacima de todo, estos trabajos dependen de Io que Passeron Ilama —sin alladir nada que sea despectivo— un andlisis «ideolégico» 0 ‘extemno de la cultura. No se proponen solamente cartogralia Jas eulturas, percibir su coherencia, o demostrar que In manera de frecuentar el pub, asitir al partido de futbo! 0 pantcipar en las ferias puede consttuir un conjunto de preticas eoherentes. Las actividades culturales de las clases populares se analizan ‘para preguntarse por «las funciones que asumen en relacién ‘con fa dominacion socialy (Grignon y Passeron, 1989, pig. 29). ‘Aunque Ja caltura es el meollo de la iniciativa, no es sino el punto de patida de un euestionamiento sobre sus ret0s ideas. sicos y politicos. ;Cémo se dotan las clases populares de siste- ‘mas de valores y de universos de sentido? {Cusl es su conte ‘bucidn a la constitucién de una identidad coleetiva? ;Cmo se articulan dentro dc las identidades eolectivas de los gropos do- ‘minados les dimensiones de a resistencia y de una aceptacion, ‘esignada o malteecha, de la subordinacioa’” 1 4NOS IRIN 8: A HRIMAYTRA Jo ot jones de la tearia Dowvaciowes ¥ RESISTENCIAS Desde el momento en que se pionsa en el tema de [a cule (ura dentro de una problemmitica del poder, xesulta necesario un conjunto de interrogantes tedricos y de conceptes. Cuatro Ue ellos ocupan un lugar estrueturante, En primer lugar, Ja nocién dle ideologtis; forma parte del legudo marxista en el que bebe fa mayoria de Ios investiga llores de esta corriente, Pensar en Tos contenidos ideoligicos tle una cultura no es més que eomprender, en un contexto de- (erminado, en qué medida los sistemas de valores, ls repre- fentaciones que contienen, intervienen para estiniular pro- sess de resistencia o de aceptaci6n del stain quo, en que Inedida diseursos y simbolos le otorgan a los grupos popula- ros una conciencis de su identidad y de su fuerza, o participan del registro «alienante» de la aquiescencia a fas ideas domi- sates Lareferencia a Ia ideotogia conduce a ia tematica de Ia he- mnonia, formulada por el tedrico marxist i Gramsci en los aftos reinta, Aungue comparte In idea de que «las ideas dominantes son las ideas de la clase daminante», Gramsci también se dirige a Jas mediaciones a través de las toe forcionan esta autoridad y esta jerarquia © incorpara el pel de las ideas y ce las ereencias como soporte de alianzas fete grupos sociales. La hegemonfa es fundamentalmente lua construccisn del pader a través de la conformidad de los, ominados con las valores del orden social, con la produccién una «voluntad general consensual. Se comprende enton= a aleneiGa que Ia nocidn gramsciana susie prestar a os smedios de comunieacién. Tan Connell demuestea asf e6mo las rutinas del periodismo televisual leyan a poner de relieve cl punto de vista patronal en la presentacin del debate sobre po- Utica salarial fen Hall y otros, 1980). La frecuente utlizaci6n de! sérmino «resistencia», condu- te a una tercera referencia conceptual y pone en entredicho la pacio de debate que un concepto acotado. Por un lal, Kejos ck Ser unas consamidoras pasivas, ueasidiotas cultural, po ut lizat fa expresién del antropélogo Clifford Geertz (1973), lw clases populares ponen en juego un repertorio de obsticule la dominaci6n, Se trata del eonflicto social, pero tambicn dr esa indiferencia prictica ante el discurso, que Hoggart le ‘minabs «consumo indolente». También podria trtarse ce he efectos de la burla, de la mala conciencia, del acondicioa Imiento de microespacivs aulénomos o festivos (S. Cohen + “Taylor, 1976). El problema que subyace en la nocidn de rei tencia os el que plantea, en el imbito de los movimientas sa tiles, I pregunta de las armas de los débiles (Neveu, 20020 {S6lo son débiles armas? Atestigean un potencial de accion fautdmomo. Pero jacaso no estén condenadas a una postury imeramente defensiva, a éxitos parciales y provistonales, aor cilar enize el gal det honor o el corte de mangas, sin poxier invert las relaciones de fuerzas? Febdige expres esta ambi valencia cuando advierte de gue las subculturas no son sti simple afirmaci6n ni rechazo, ni “explotacién comescial ti “auténtica revuelt” []-Se rata, ala vez, de una declare de independencia, cle alteridad, de intencicn de cambio, de cchazo del anonimato y de estas subordinado, Bs una insubur dinaci6a, Y so trata, al mismo tiempo, dela conlirmacin te! hheeho mismo de la privacién de poder, de la eelebracign de ly impotencia» (1988, pig. 35). Por dtimo, entre lineas, se petfila Ja problematica do la identidad, A medida que la dindmica de los trabajos supetpon ‘sabre Jas clases sociales variables tales como generaciGn, 26 eco, etnicidad 0 sexualidad, pasa a ocupar un lugar est 0 tado.un euestionamiento sobre cl os coleetivas, una ereciente atencisa a la forma en que los iv sividuos estructuran subjetivamente su identidad. toMavEnts [ol o Lactonta come onisto Di qavoeraciSn: elvlige sefiala en Hiding é the Light: «Muchos de los Imintos ele referencia erficos y tedricos que proporcionan Ia trleniteidn bisica do este libro son franceses. Algunos son {tlinness 0 alemanes. Muy pocos son ideutiicables eomo bri {hives ual que oteos muchos ciplomados en artes y ciencias ruwvinles, eeolarizadas a finales de los afos sesenta y durante lus os sotenta, he intentado hur de 1a tradicién inglesa, en- ‘otra en propio lugar en ota parte...» (1988, pag. 11). Este ‘itud entonces es Ia regia, Los prineros working papers son. sopnntes de divulgscidn de autéres continentales no uadueie ilps en el Reino Unido, Ta atraccién por las (eorias continentales es una forma de rvecidn ante las orientaciones ominantes de las ciencias sos plas anglsfonas, cuya erftica habia sido desarrollada en Es- lads Unidos por Weight Mills (1958), Pese a sus virtudes ‘hjetivadoras, Ta investigacién «administrativa» © aplicada, ‘sada en financiaciones contractuales y en el tratamiento tative de datos, no ¢s nada propicia a enloques cualia ws nial sometimiento a pruca de cuestionamientas critivos innovadores, En cuanto al funcionalismo, entonces todopo- theraxo, las enormes maquinarias te6cicas de Talcott Parsons lnvinan los «terrenos», disuelven, precisamente, In cuestiGa, Uel poder y de la dominacién. La mayoria de los usos de esta ‘eorfa postulaa un mundo en el quc todo, empezando por la ddesigualdad, es funcional, como el escapism, esa bisqueda ide evasion que serfa el principio impreciso de numerosas preticas eulturales, ‘La biisgueda de mucvas herramientas te6ricas también de- pend de los retos a los que se enfrentun fos investigadores. [Las estudlios culturales proceden de ua desplazanmiento funda- tional que pone al servicio de la cultura peofana las herra- mientas tedricas que provienen cle os estudios literarios. Aho- ta ign, aungue los cuadeos de preguntas fecundas para cl unilisis de Diekeas todavia pueden aclarar textos menos ¢a- nnicos, su rentabilidad resulta mas dudosa cuando se trata de 6 INTRODULEISN 4 LOS ESTUDIOS CUNURAL AS intezesarse por los mods 0 por los campamentos scouls A tide entonces, hacer la compra te6rica cn Lonjas de investiga 9 mis criticas, ya sean de Europa continental 0 de Los oo sitores norteamericanos a la sociologéa oficial, no parece que esté desprovisto de caherenciu El Ambito de la sociologta es un buen ejemplo. Aunque Hall evoca la tarea colectiva de lectura critica de Weber, qi da claro, no obstante, que, identificada con et funcionalismo, esta disciplina no es la fuente de inspiracién del equipo, dis- tancia que entonees no puede sino aumentar la falta de interés que tiene la Asociacién Briiniea de Sociologfa por ia cultura. Poro el mbito de las subculturas, la ateacién prestada a Ja esviaci6n, [a pregeupacidn por observar tan de eerea como sea posible las interaceiones sociules en la cotidianidad s tarda ef interés del grupo por fe aportacicn del interaccionismo, simb6lico, ei prejuicio etnogréticn de la escuela de Chicago. ‘Becker (1963) pronto se convertirs en una referencia de culto ‘Su condicign de observacién de la calle también convert ia Street Comer Society de Whyte (1943) en un punto de apoyo. Estas incursiones hacia Jas iniiativas socioldgicas més ade- ceuadas para captat la trama de las expetieneias vividas se siguen identificando con el interés por el planteamiento bio stifico, Este estructura fos grandes libros de Hoggaxt (1957, 1991), se expresa on otros lugares de forma més programética, (Criteher, en Fall y Jefferson, 1975), La noci6a de «marxismo saciologizadon expresaria bas ante bien las I6gicas de importacién conceptual del CCCS. Sugier® un itierario que sociologiza un planteamiento de eri= tica liveraia através de un marxismo eritico, Ya se ha visto.on qué medida el interés dispensad a Althusser y Gramsci res- pondia a a voluntad de prestar mas atencién ata densidad y a 1a complejidad de las mediaciones y las inieracciones entre ‘cultura y cambio social. La atracei6n que ojerce et estructuralismo, la creciente importancia de Jos medios entre los temas de los estudios ccllrales explican, en élkima instancia, a considerable tas- cendencia adquirida por otras importaciones francesas, hasta Hos AROS MIRIAINGHANE LA PRIMAVERA (00) Supecar el marxismo.. eon el marxismo? La teoria marxist, tal y como pudo ser divulgada por el movimiento comunista, plantea ts primacia de las raestructuras econémicas cuyas superestructuras (sis temas potiticos, derecho, creacién cultural) no son sino sus productos. Raras veces tomada en cuenta con preci si6n, la diversidad de las superestructaras de una soci dad, de una a otra «formacién socialy, no es mais que un mero «reflejo> de las relaciones de clase y de produc- cién. La propia contribucién de fa cultura a Ja estabili- «fad (0 no) de un modelo de sociedad, su posible margen se autonomia son, por lo tanto, reciazados. Esta visiin, mecanicista, Nace que cualquier rele sin resulte superftua, toda vez que laexplicucidn de las cultaras se da por adelantado, Tampoco cuestiona mu- cho mas las modalidades coneretas © las mediaciones través de las cuales la infracstructura econdmica puede tropezar con la inercia 0 con la resistencia dle creencias © de comportamientos, nt kas miitiples articulaciones cere ambos niveles. La incomodidad teOtica, tempra- haniente expresada por Thompson o Williams —dos in- vestigadores pidximos al marxismo y conscientes, a ka ver, porel hacho de sus investigaciones, de ls callejo- nes sin salida de este marco de andlisis—, orienta sus bjetivos y sus préstamos te6ricos. Por eso es por lo que Williams convierte estas cues- LGones en el zécalo de su proyecto ce «matecialismo cul- tural»: «Lo que sucle confundirse cor la nocién marxis tuadicional de prexluceién econémica es In prodoeeiin directa de to “poltico”, cuando (oda clase gobernante ddodica una parte signiticativa de produccién matcrial a Ja instauracién de un orden politico, Tanto el orden so- cial y politico que sostiene un mercado capitalista como las luchas sociales y politicas que esle tiltimo engendra son, necesariamente, produccién material. Desde los eas- 6s Paso MRM LA eae, HS fof Liles, Palacios e iglesias hasta las pe isiones, hospitates y conn desde el armameato hélcw have prensa pono toda clase gobemnante, de distinins maneras, pain Rte Materiatmente produce un ondon social y politico, Estas actividades jamais son Superestructurales {oJ La complejidad de este prowser puede detectarse cr jeatliente en Ins sociedades capitahstoe avanzada, Sn es due no resuta pertinemto sear “produccisn® ¢ piimlusttia” cx ta produccisin tamicen material, de “de fonsa", de “ley y orden”, de _Dienestar, de “opinign pai. blica” y de “entrotenimiento”. a} fracasar en ta apre hension del carécter aiaterial de le Produccién de un oxlen social ¥ politico, ci materiativen selective Cy, Boe on decir, burzuss) tampoco ha loprade compre; der, y esto de forma todavia me Patente, el earicter ma: Tey 2 Produccisn de un oniea cuitaie (Williams, ones de padter no son el eatop obienide de aatemano ile lus relociones econdiieas. Gramsci se toma en serio {Geouta de Marx sobre wl deofogia como fxceza ma bs talents refiexionar tama sce | eapacidad de Neneia de los dortinados com soins fa manera on 1M un sentido comin» difunaides Por las Elites contyi- hue su conformidad eon of onto: Social, Mis alld de herons tbsteatas, Gramsci desanevi Sus intuiciy. Ira Seti le andlisis de camper Sobre ei papel ds tn literatura popatir de fotleun como hertamienta de dic sin de uns idcolagia, sobre las resistencias y fa ante. Nomia de una «soe En cuanto alos prtstamos tesriews, hyn pasado por Jestoras de Marx propuestas por Louis Re thse. por su tcorizacgn del papel expecition de los javatstes tdeoldgicos de Lstados comm I, eseucia y fos melas, por su bisqueda de vincaine entre marxis- 7 Kagttacturalismo y psiconnilisis (Spunke oy Morley ¥ Kuang-Hsing Chen, 1996), Ne redescubrimiento de un marxismo heterodoxe ambien explica e recurso alu escuele ie Frankfurt (so. bre todo Walter Benjamin, la atencicy restada af so- Polinalisla Mijat Bain, e las woes smarnistas de Thompson despotsica contra lo que denomains aci6n de la linet Parts Londres Barthes seri “t que paricipan enionces en In caventura s ana i revista Communications te Momento vanguurdista de la importa. on el olvido enaptéstitas anterionen y mis ina isibles (Sartre y su visién def literatura) por parte de rag, Me cuyO texsicorio iniciad te Ho la eritica tte aia, Papel de los intciectusles y sus rola. SIGNS Con las clases populares, sobre la desiguat capa ida de los grupos socials para dotane ne portavoces Re le den forma voherente sus creencian yy pircion wi a Bensamiento de Grarsci sent abjein es numero- Ape Gessrrollos y comentarios (Laciau, att y Moutfe, 1985), sobre todo porque destncs que tas eel dikta de andtisis Ftmico Sereen (Robins, 1 Ihctuso a plane 68 INIRODUCCION 4 £08 ESTUDIOS CULTURALES Hipoteeas y aciertos UN DISTANCIAMIENTO COSTOSO PARA A SOCIOLOGI El hecho de poner de relieve las uportacionesy ls cont buciones del CCCS no impie sefalar algunas debilidades Son visibles através del hagaje svioldgico de muchos te Jos investigadores del CCCS, St eseana consistencia tiene ex plicacioes lgieas. Auague es estimulantes uss de is ap tacionos dea escucla de Chicago por parte de Cohen 6 te Helaigedestieman la regi, auch dels investigadones pea codentcs dels humanidads, ns que dels eieneis soil estin eseasamente ailiarizados con la socfologt, inci eta caltara, laguna que pantea algunos inconvenient v1 una empresa intelectual que no obstante hace buenas mga con una sociologa de la eultura? El mol del debate no esta z ortodoxia disciplinar, sino en los efor ocimiento de los sfundamentale Seanpsuinoce tes retin du de eects sels ‘ El reto epistemoligico planteado por el estudio de ta popula eso aca Senpo. Hoggan Tome, Sid fan sa psec sacle nada ana Cie imi espn compro sin dns porusucomplecenca sca. por nes fete Bing hn esipao debe ag dt rb y dt pont. Cros ani do fed Sets Wendl Stet naga Yee soe eet i bony estar del gape y des fortes Aung Seno fe amigdead de subclass oes Ska tetidecsenclesnah avctanch ellos js. be ec el pnp selva se encuntsn os tem peptic ny cpetalentcen aici fe taco del uschumo de yest a Que tanbign pase inexproanc caro bus ean tl nad scope de poe on aed es cele, Dexia esti sprit a he tac obec he prop costsioner de hee 108 ANOS BIRMINGHAM: C9 PhasaveRA fo] hes analizadlas, pero también signiticw entrover Dretativos que se sistematizacin mis tarde Un punto de vista soviolsgico mis claborado permite con- sider la crcacin cuttural como un espaciu de competicin » imerclependencia entre praduetores, de lo que da cuenta, vn Konereto, la noeién de campo, Kin sit detecto, tendemios a so fyevalorar la visiGn de una produccién cultural convo resp {a explicita alas expectativay,claras por st parte, de eleces tke grupos de consumidores. Esta especial laguna puede rela vionarse con el hech» de que las importaciones flancesas ne exgloban sino modestamnente las aportaciones de Bouton {sia profongada ignoraneia vbedece on parte wana percepeicn Imitinica de Bourdieu como vtndlogo y socidogo de fu edace, isi en detrimento de sus trabajos sobre la vlluta o law closen hwpulares. Nicholas Garham y Raymond Williams destace, in el costa le este desencucntro: El valor potenciat del tha, tie de Bounticu en este momento espectfico por el yuc atre Viesan los medios y los estudio culturales brtinicos renide on st hecho de que, en wn movimiento de critica, on vl sentichy hurista clésteo, confconta y superu dialécicammente posicin fis puciales y opuestas. Dessrrolla una tearia de i sjos inter- Iniento ms explicitos y coheventes} que se basa, lin investigaeidn histiriea conezeta y en el usw de law eldsjeas Menicss deta soviologta empitica, com el aniisi estadistion i datos de encuestas. Desarraia coajuntameate serach icisno, especialmente del esructuriismo marxistay de lax ‘oncomitantes al formalismo» (1980, pig, 210), ala vez, en HHORRARSE LA ECONOsHA? Funamentalments, ol pees origin de tis estudios cule ty eee a su iit de inten por la hates) poe nt 13 eomsiderueisn rflexiva de lox lenades neon ra csv 0 " Legitimismo, populismo y miserabilismo En un trabajo que pretend ser, a la vez, prolonga ign y ecitica de la sociologia de la cultura desarroltada por Bourdien, Grignon y Passeron explicitan las dif cultades especificas que plantea el andlisis de las cul- turas populares, estudiadas, casi siempre, por autores ‘uya posicién de intelectuales les separa de los mundos populares ‘La dificultad mas evidente reside en el riesgo de una forma de condescendencia, el wlegitimismor, que lieva a observadores «doctos» y «cultos» a restringir ia nocién de cultura: «gran» literatura, mésica «clisica, obras expuestas en os museos. Este sesgo Heva a plantearse la telaciéa de las clases populares con fa cultura deste la perspectiva de ks carencia, del menos, de ja in-cultura, toda ver que estén menos familiarizadas con la cultura legitima, es docir, socialmente consagrads. Una ruptara necesatia consiste entonces en astimit un relativisme ‘que no eomsiste tanto en fingit que vale ted sino en considerar que los tniversos de las prieticas y consi ‘mos culturales populares merecen Ia misma atencidn, el mismo respeto que los de un académico, que pueden en- ‘cerrarsigniticaclos subjetivos igual de intensos y engen- ‘iar un sistema simbélico, también valioso y coherent. sta ruptura con el Iegitimismo plantea dificultades epistemoldgieas jgualmente importantes. Surge entonces la amenaza de dos posibilidudes de anilisis. EL riseta- bilismo puede enfocarse como una forma de reconsi- derncién del rechazo Jegitimista. Eventuzimente obscr- vada con atencién y simpatfa, fe cultura popular, sin embargo, todavia signe siendo pervibida coro ua modo lacrimoso o rector. Sole puede ser clominada, ineom- pleta 0 patética, o earacterizanse por la catencia, la po- breza 0 la ingennidad. Su trgico destino es el de no RODUCCISN A Los ESTUDIOS CULTURALESS poder acceder al estatus de culture completa, con sna Log AROS iRaNNGstAMe LA ParatavitEA [oo] yyascula, El populismo sociol6yive es simétrico al mise- ribilismo. Consiste en celebrar y magnificar todas y eualesquiern prfcticas culturales populares revestidas sisteméticamente esta vez de un eplusa: de autentici- dad, de profundidad, de simplicidad, de virtud. Un acor deonista mediocre en un baile «popular» se envontrard de esta manera dotado de virtudes ercadoras que le se- sian regateadas a Horowitz si iterpretara a Musorgski. A ‘menudo, en su afin por sefialar bucnas intenciones, el miserabilismo oculta Ja realidad de la institucionaliza- cin social de jerarqufas sociales, frecventemente inte- riorizadas por los dominados (un Crichton no «wale» un Rushdie, nien la escuela, ni en las paginas de «culturo» de los peridédicos). Basado en el golpe de mano de wna inversi6n de las jerarquias cuiturales, el populismo no siempre es ajeno a la demagogia, Sus efectos respecto dc la revaluacién efectiva de 1as cultures populares son, a menudo, dudosos o ctfmeros. Desemboca en la par doja de que las preguntas iniciales (,qué es ana cultura ‘poplars? En que se diferencia de una cultura doti- hanle legitima?) se quedan sin objeto y sin respuesta. Bourdieu, 1979; Grignon y Passeron, 1989) on dlente en Thompson y apreciable en Williams. Aparte de Gil- roy, ¢s menor el impacto en el seno de la generacicn formada por el CCCS, Para ‘Thompson (1978), por ote parte, se trata ‘menos de un silencio sobre la historia que de los efectos del singular materialismo de Althusser, poco atento a las tensio- nes internas de una sociedad, a la team de Tas resistencias y del funcionamiento material de lo sovial. Desde entonces declara que «el pensamiento histérico carece de valor no soto cientifieamente sino también politicamente. El escaso interés. por las aportaciones de la economia, se cconstiiuye otra debilidad que no puede sino hipotecar el pro- recto de materialism cultural que integra ta dimensiGn de ly produecidn y de la circulacién de los bienes culturales, Aun- n INTRODUCCION A Los sstuvS CuLLUNALE® «que poco preparado para esta apertura debido a la formmacién recibida en Tos eursos de Leavis durante los aos tcinta, Wik Hams seré uno de los dives en intentar de Forma consecuen- te esta intogracién de la dimension econdmica de la cultura y de los medios. La importancia que ene las estadisticas c&0- nnimieas o la referencia alos trabajos de los economistas tan- to en Communications (1960) —probablemente ts primers sintesis del tema publisada en Europa— como ep sus poste- riores libros sobre televisién (1974) asf parecen indicarlo Texte descvido econémico seré objeto, esporidienmentc, dena confrontaci6n intelccial entre Ios estudios cuturales y tuna comrente de invesigadore, ritnicus pero tambign fran- tess ¢ ialianos, para quianes tn enfoque interdseiplinar Ge Ja cultura no puede pasar por alto su seconoméa politica». 5 cerecivn, en 1979, ce Media, Culture and Society, primera te vista britinica dedieada a estas euestiones, permite inicia pronto el debate. Lanzada por unos investigadores de T.eiees {ery del Polytechnie of Central London, y no por el equipo ce Birmingham, enizars peri6dicamente la espad con los pat aos de 10s estudios ealturales. Gamham sibraya, en conere to, queel egitime rechazo de! szeduecionism econs poode jusifcar el defect inverso. a «autonomizacisn idea Tista del nivel ideoligico» leva a considerar os bienes cults rales como simples portadores de mensajex y a descuidar is cexistencia y/o! funcionamiento de ls incisrias culturales mundo social organizaulo de sus productoves (Gambam, 1979, 1983). MATERIALISNO CULTURAL Y TROPESMO TEXTCAL La viveza de la eritica de Garnfam no pretende descalifi ccar los estudios culturales, y menos aiin incitar a una opeicin de métoxio binario entre economia de bienes culturales y ani lisis de sas significados. Mas bien indica una serie de tensiv nes que recorren Ta aventura de los estudios culturales deste sans arfoenes, Estas eontradieciones se aprecian en fa relacin con Marx 1 con el marxisino, que eonstituye —con la excepeisn de Hog: part-—una referencia combina os padres fundadores y ala ge heracién de Birmingham. La forma dominamie de apolar 3 Marx o a sus intérpretes se debe a una doble y curiosa ocul- faci. Los textos del Mar histortador-socistogo (EI J8 bra mari, Las luchas de clases) y los lel Marx econornista sn Cojeto de un uso poco intensive. £1 Marx y el marxismo apte- Giados en el CCCS son ms hion ios que ran a Ta los, il analsis de is ideoloytas, Ahora esta bien visto seals on Véstima la inspiracién marxisia le un pensamiento para deva- Inarlo, Peso, aunque no ocultan su pertenencia & una epistemte tnarnista, los grandes libres dePhompson siguen siendo cx (Ges de stimula tanto al investigador coma al ciudadano. ‘Tambign es verdad que el lector menos avisado halla en el corpus inicial de los estudios cultures watos que entronen Con la exégesis marxoldgica mas soporifera. La fuerza de tos wns bellas conribuctones de aqueios aos no pede ocultt kt frecuencia ce Ios textos que «revisitan» machaconamente 3 tal sveual ferico marksta, o incluyen tals o cuales plosas de los ‘oncepios de hegemonia o de articulaciOn. Hall en vewsiones se leva la palma, Pero apenas si tiene acompafiantes desu ni- ‘La posterior invasign de los estudios culturafes por pare tie una profiferacin de textos que, en esta ocasin, se exties= clon en comentarios sobre la nadesfu conceptual del «pose tleristaa» sugiere que la postura agus objetads obedece mds 9 tn abito intelectual, auna relacin con fa teowfa, que a lay sin- sularidades dc la de Marx “Tambich hay wa cierta tonsién entre et proyecto declare alo las predisposigiones de buena parte de sus promoiores Deirds de Ta idea de

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