Nº 23 MARZO 2011 CON EL ASESORAMIENTO DEL COLEGIO OFICIAL DE FARMACÉUTICOS DE MADRID

MENSUAL

Combate el anisakis
Sin renunciar
al pescado

Infantil
Exceso de peso,
déficit de salud Tos, moqueo,
estornudos…
¿Alergia
Piel grasa o resfriado?
Sácale partido

¡Controla tu tensión!
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La clave está en la alimentación

 reportaje

Controla tu
Empieza en la mesa
Menú ideal
Alto sabor, baja tensión
Cualquier dieta debe ser pautada por un especialista, quien
indicará la forma correcta de alimentarse dependiendo de
las características de cada paciente. De manera general, te
recomendamos esté menú, siempre bajo de sal
y acompañado de agua.
Desayuno
Zumo de dos naranjas. Café con leche o té.
Dos tostadas de pan integral con mermelada.
Media mañana
Café o infusión. Un plátano.
Comida
Ensalada mixta. Pasta cocida con tomate,
orégano, albahaca y atún natural.
Merienda
Yogur desnatado con tres nueces. Tostada de
pan integral con fiambre de pavo bajo en sal.
Cena
Brécol cocido con patata y aceite de oliva.
Una manzana.
tensión
La hipertensión, un problema de salud que puede provocar graves consecuencias, se
puede controlar, e incluso reducir, gracias a una dieta adecuada y fácil de llevar para todo
el mundo. n Carmen Reija. Farmacéutica Colegiada
D
esde mediados del pasado
siglo hasta nuestros días, las
enfermedades cardiovascu-
lares han constituido la primera cau-
sa de muerte en países del primer
mundo, incluso por delante de los
accidentes de circulación o el cáncer.
Su elevada mortalidad ha inducido a
la realización de estudios epidemio-
lógicos que permiten establecer una
serie de factores de riesgo cardiovas-
cular responsbles de la aparición de
ciertas enfermedades graves, como
son la angina de pecho, el infarto de
miocardio, la insuficiencia cardiaca o
el ictus.
En estudios realizados en este cam-
po, se han observado tres factores
de alto riesgo presentes en casi
todos los casos analizados: el ta-
baquismo, la hipercolesterolemia
(exceso de “grasas en sangre”) y la
hipertensión arterial. Todos ellos son
modificables y su control permitiría
reducir el número de muertos por
varias patologías relacionadas. En
este reportaje analizamos la hiper-
tensión arterial, factor clave y prime-
ra causa de insuficiencia cardiaca y
renal en nuestro país.
Factor de riesgo principal
La hipertensión arterial es un grave
problema de salud de la población,
ya que demasiadas personas la pa-
decen debido, sobre todo, a un estilo
de vida poco saludable en
el que el sedentarismo y
los alimentos ricos en grasas y sal es-
tán demasiado presentes.
La tensión arterial deseable osci-
la entre 130/85 mmHg, en función
del sexo (las mujeres tienen niveles
menores) y la edad (aumenta con el
paso de los años); sin embargo, una
gran parte de la población no pre-
senta estas cifras ideales,dando lugar
a hipertensión (por encima de los va-
lores adecuados) o a hipotensión (por
debajo).
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) considera que existe hiperten-
sión arterial cuando, al realizar tres
medidas distintas en un día en repo-
so y en condiciones adecuadas, supe-
ran los valores 140/90 mmHg.
En la literatura médica, se ha habla-
do de una “agrupación familiar de la
hipertensión arterial”, ya que se ha
comprobado que la prevalencia de
la hipertensión es superior entre los
familiares de hipertensos. Esta situa-
ción hace pensar en la existencia de
factores genéticos relacionados con
ella. Pero a esta enfermedad también
están ligados factores ambientales
como el estrés o el manejo personal
de las emociones, así como el carác-
ter del paciente, siendo mayor la pre-
valencia en personas ansiosas, per-
feccionistas o agresivas.
Por supuesto, no se pueden pasar por
alto los factores dietéticos, ya que in-
fluyen directamente en la presión ar-
terial. Se ha demostrado que el sobre-
peso, la ingesta excesiva de sal >>>
MI FARMACÉUTICO MARZO 2011 15
 Reportaje
Dieta e hipertensión
Cambia tu vida
¡A mejor!
Es fácil hablar de seguir un
dieta equilibrada, evitar la
sal, dejar de fumar, realizar
ejercicio… pero, a la hora de
llevarlo a la práctica, no resul-
ta sencillo. Sin embargo, los
pacientes con hipertensión
deben poner voluntad para
conseguirlo porque es, ni más
ni menos, su salud la que está
en juego. Con el simple hecho
de sustituir unos alimentos
por otros, cambiar la forma de
cocinarlos o realizar ejercicio
físico, se pueden conseguir
grandes resultados. Apunta:
◗ Es recomendable sustituir
la ingesta de alimentos ricos
en grasas y precocinados, por
verduras, frutas y legumbres.
◗ Se debe reducir el consu-
mo de sal. Los especialistas
recomiendan no superar entre
los cuatro y seis gramos al
día y suprimir de la dieta
alimentos como embutidos,
conservas, quesos..., cuyo
contenido en sal es muy
elevado.
◗ Puedes sustituir el salero
por especias y hierbas aro-
máticas como el orégano y la
albahaca, que dan muy buen
sabor a los platos y favorecen
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la eliminación de agua.
◗ Incluye el ajo en tus
menú (sin que sea de una for-
ma excesiva), ya que favorece
la reducción de los niveles de
colesterol, triglicéridos y la
tensión arterial.
◗ Aumenta el consumo de
alimentos ricos en potasio
como son los frutos secos,
las legumbres o los cereales,
siempre dentro de una dieta
equilibrada, y en cantidades
adecuadas.
◗ Aprovecha la caracterís-
tica del calcio como protector
frente a la hipertensión.
◗ Bebé la cantidad de agua
adecuada para favorecer la
diuresis y reducir la sobre-
carga en el riñón. Elige agua
mineral con bajo contenido en
sodio.
◗ Deja de fumar y evita
el consumo de bebidas con
alcohol.
◗ Vive sin estrés intentan-
do adoptar mecanismos de
relajación.
◗ Realiza ejercicio físico
diario.
◗ Elimina, bajo prescripción
facultativa, el consumo de
fármacos que aumentan la
tensión.
◗ Si padeces sobrepeso,
adelgaza siguiendo una
dieta prescrita por un
especialista.

¡Toma nota!
La sal (cloruro sódico)
tiene varios mecanismos de
acción conocidos, entre los que
destaca su acción al retener líquidos.
Esto influye decisivamente en
el aumento de la tensión arterial,
ya que ésta depende de la relación
entre el volumen extracelular
y la capacidad del
compartimento en que
está contenido.
Los medicamentos
necesarios
El tratamiento farmacológico debe
tomarse siempre bajo estricta super-
visión médica, estando la automedica-
ción absolutamente prohibida. El ob-
jetivo de la terapia es alcanzar valores
de presión arterial menores de 140/90
mmHg. El control será aún más estric-
to en pacientes con otras patologías
asociadas (diabetes, enfermedad renal,
antecedente de accidente cardiaco...).
La medicación resulta muy eficaz,
pero debe ser específicia según
cada caso. Aún así, los fármacos se
pueden resumir en seis grupos fun-
damentales: diuréticos, antagonistas
del calcio, bloqueantes alfa y beta-
adrenérgicos, inhibidores de la enzima
de conversión (IECA) y antagonistas de
la angiotensina (ARA II). Dependiendo
del paciente, pueden utilizarse como
monoterapia, aunque lo más frecuente
>>> y/o cafeína se relacionan negati-
vamente con la presión arterial.
Sin síntomas aparentes
Esta patología no presenta síntomas
en sus inicios, lo que es un problema
más, ya que conlleva que en muchas
ocasiones no se detecte la enfer-
medad hasta que no tiene una
consecuencia grave como pueden
ser mareos, dolor de cabeza y pecho,
pérdida de visión, inestabilidad al
realizar movimientos habituales, acú-
fenos, etcétera. Además, el hecho de
que el paciente no sienta malestar es
contraproducente porque conlleva
que no se preocupen por la enferme-
dad y, por tanto, no tengan concien-
cia de que deben cambiar sus hábitos
de vida y llevar un tratamiento farma-
cológico.
Cuando no se pone remedio a la hi-
pertensión, puede dar lugar lesiones
irreversibles en el sistema vascular y,
sobre todo, en los denominados ór-
ganos “diana”: corazón, cerebro y riño-
nes; los cuales debería cuidarse para
es que se administren asociados para
mejorar su efectividad.
Será el médico el que indique el fár-
maco más adecuado, pudiendo ocurrir
que al principio del tratamiento le
prescriba uno, y al cabo de un tiempo
(tras comprobar la evolución del enfer-
mo) se modifique tanto la dosis hasta
el grupo farmacológico.
evitar posibles complicaciones, entre
las que se encuentran accidentes ce-
rebrovasculares, insuficiencia renal o
infarto de miocardio.
Tratamientos con soluciones
Para reducir la presión arterial y man-
tenerla en niveles adecuados, pode-
mos hablar de dos clases de trata-
mientos que se deben interrelacionar.
Hay que serguir una terapia farmaco-
lógica, la cual debe ir compañada por
la adopción de un nuevo estilo de
vida sano, en el que se sigan una se-
rie de normas dietéticas e higiénicas
que puedan minimizar incluso, en los
casos más leves, evitar la toma de me-
dicamentos.
El pronóstico de los pacientes con hi-
pertensión, correctamente tratados,
es bueno. Su calidad de vida es com-
parable con la de las personas que no
padecen esta patología, pero deben
concienciarse y controlar este probla-
ma desde el momento en que es diag-
nosticado, siguiendo siempre las pau-
tas establecidas por el especialista. ❒
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