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CONTEXTO HISTÓRICO-POLÍTICO DE LA FILOSOFÍA DE PLATÓN

Los Sofistas, Sócrates y la primera parte de la vida de Platón, discípulo del


anterior, comparten un mismo contexto político, social y cultural: la Atenas
de la segunda mitad del siglo V a.C. Por tanto, el pensamiento de estos
filósofos surge en el siglo de Pericles, reformador radical de la democracia
ateniense, surgida tras el triunfo en las Guerras Médicas contra los persas
(580-479) y que se transforma hasta su derrota en las Guerras del
Peloponeso contra Esparta (431-404). Entre el triunfo y la derrota, Atenas se
convierte en crisol de nuevas formas de organización política, cambios
sociales, ideas y valores que se extiende por toda Grecia.

Lo intereses intelectuales de la Atena del siglo V están domindados por


temas de carácter político y social. La democracia vive en el ágora y es,
esencialmente, el gobierno de la palabra. Allí se discutían las medidas
importantes que afectaban a los ciudadanos (no todos eran ciudadanos) y
que después pasaban a la asamblea. Los cambios político-sociales sufridos
por la polis ( las reformas constitucionales) derivan la atención, que hasta
ese momento la filosofía había puesto sobre los temas cosmológicos, hacia
los temas de carácter antropológico (ética, política). La pregunta por los
fundamentos de la política y el derecho era inevitable en el contexto de la
democracia ateniense.

Solón y Clístenes ya habían llevado a cabo anteriormente reformas


constitucionales que intentaban impedir el dominio político de la nobleza,
convirtiendo al demos o municipio territorial en la unidad básica de
participación política, y designando funcionarios mediante la combinación
de elección y suerte. Si a esto se le suma el triunfo sobre los todopoderosos
persas, que les lleva a pensar en la superioridad de la areté ateniense, el
resultado será la consagración de un modelo social que intenta hacer
compatibles los valores tradicionales de la aristocracia (valor, fama, éxito)
con la participación libre de los ciudadanos en las tareas de gobierno de la
polis.

Con Pericles la polis vivió una época de esplendor político, económico y


militar, equilibrando los intereses demócratas y aritócratas. Se radicalizó el
principio de isonomía y los que de él derivan, dando entrada en las tareas
de gobierno a colectivos antes excluidos, e incluso retribuyendo
económicamente a los que desempeñaban un cargo público.

Que todos los ciudadanos pudieran participar en la asamblea fue un hecho


decisivo, pues en esta se trataban los asuntos fundamentales. Ahora se
discutían las leyes que convenìan a la mayoría. Todo esto requería un
dominio en el uso público de la palabra y, por tanto, el saber se convierte en
una fuerza social puesto que puede influir en las opiniones de los demás. Se
hace necesaria la instrucción y educación del ciudadano. A esta demanda
respondieron inicialmente los sofistas, contribuyendo a formar un concepto
de hombre y ciudadano acorde con las necesidades de una nueva clase
frente a la aristocracia tradicional.
Sin embargo, este período de esplendor de la democracia ateniense,
empezará a derrumbarse, entre otras cosas por las consecuencias negativas
de las políticas expansionistas y dominadoras de Atenas sobre otras polis, lo
que le acarrearía la enemistad de Esparta y el inicio de las Guerras del
Peloponeso. Tras la muerte de Pericles el gobierno quedaría en manos de
los llamados demagogos, políticos educados por los sofistas (entre otros,
Alcibíades, amigo de Sócrates), y a los que se responsabilizaría de la
decadencia ateniense, puesto que promovieron el egoísmo y la
irracionalidad de la masa que tomaba la decisiones en la asamblea.

A la derrota de Atenas le sigue la implantación de un gobierno proespartano


conocido como el gobierno de los Treinta, entre los que hay parientes de
Platón, y que pronto se hará impopular. En este contexto de escepticismo,
conflicto y decadencia , que tiene su correlato filosófico en el desarrollo de
la segunda sofística, debe entenderse la condena y muerte de Sócrates,
acusado de sofista, impío y corruptor de la juventud ateniense. A estos
tiempos turbulentos se refiere Platón en su Carta VII. El conflicto entre
Esparta y Atenas, ademá de un contienda bélica, podía entenderse como
una lucha entre dos formas de entender la vida y la sociedad: democracia
contra aristocracia, igualdad frente a jerarquía. La aristocracia ateniense no
escondía sus simpatías por el orden, la educación y la eficacia espartanas.
En este clima transcurre la juventud de Platón.

Platón (428-347 a. C) nace en un familia aristocrática, descendiente de


antiguos reyes y del reformador político Solón, con grandes intereses
políticos y esa influencia fue notable en su vida y obra. Entre los hechos a
tener en cuenta en su formación cabe destacarse:

. Los cambios políticos que se viven en Atenas en el último cuarto del siglo
V, consecuencia de la guerra del Peloponeso.

. La contradicciones internas del sistema democrático, que enfrentan dos


modos de vida y que tiene entre sus consecuencias, la condena y muerte de
Sócrates.

. el enfrentamiento intelectual entre los sofistas y Sócrates, y el modelo


aristocrático a la hora de plantear la bases de la justicia en la polis y el
modelo educativo de los ciudadanos.

Como hechos concretos influyentes en su vida podemos destacar los


siguientes:

. La derrota de Atenas cuando Platón tiene 24 años. El gobierno


proespartano de los Treinta tiranos incluía parientes de Platón, los cuales
quisieron involucrar sin éxito a Sócrates en un detención ilegal. Fue un
gobierno incapaz de establecer el orden y actuar justamente.

. El restablecimiento de la democracia en el 403 marcado por la condena y


ejecución de Sócrates, a quien Platón consideraba el hombre más justo de
Atenas. La práctica política democrática era considerada como una injusticia
moral, propia de las corrientes demagógicas propiciadas por los sofistas.

La muerte de Sócrates fue el detonante de la vida y filosofía de Platón.


Desde entonces, su objetivo fue buscar las bases necesarias para crear un
Estado justo, lo cual sólo sería posible por medio de una educación de los
ciudadanos totalmente diferente a la de los sofistas. La fundación de la
Academia será la concreción de ese ideal. Allí se estudiará astronomía,
matemáticas, música y filosofía para formar hombres justos para la política.
Este programa de educación de los ciudadanos, y los futuros gobernantes,
acabará con el convencionalismo y el relativismo de los sofistas. Platón
seguirá el planteamiento socrático contra los sofistas: hay que educar para
la verdad, pues los valores morales son universales. El descubrimiento de la
verdad prepara para la acción, la única manera de que el individuo sea justo
y la polis también.

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