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Cristo en Mi

Juan 3:30-36

En el caminar cristiano nuestro anhelo es ser cada día mejores, poder avanzar y tener cambios trascendentales
en todo lo que somos, a la verdad creo que una de las mayores cargas que tienen los creyentes es querer avanzar
y no poder hacerlo.

Muchos se dan látigo a diario por no poder soltar tantas cosas que los dañan y que no les dejan crecer, al ver que
su vida no avanza se frustran y esto conlleva a querer soltar la toalla, a pensar y creer que la vida cristiana no es
para ellos, o por otra parte pensar que eso es muy difícil y que nunca podrán cambiar.

¿Alguien se ha sentido así?

Creo que esto ha sucedido porque hemos tomado el camino incorrecto, ¿Por qué el camino incorrecto? Porque
hemos aprendido que debemos menguar para que Cristo crezca, y al ver el texto que acabamos de leer y por
alguien que Dios uso pude ver que ese no es el orden, el consejo que el mismo juan el bautista nos da es el
siguiente, QUE EL CREZCA Y QUE YO MENGUE.

Es decir que lo primero que debe suceder es que Cristo debe crecer en mí, y en ese orden de ideas allí es donde
verdaderamente yo comienzo a menguar, necesitamos de la vida de Cristo en nosotros para poder menguar, si
queremos menguar sin que Cristo crezca eso es solo esfuerzo humano, de allí es que proviene la frustración de
no ver cambios grandes y visibles en nosotros, ahora no estoy diciendo que todo este mal, ya que en áreas de
nuestra vida si hemos tenido cambios, pero hay otras áreas que no se han podido mejorar, eso me deja ver que
en esas áreas Cristo no ha crecido en tu vida.

Explicar vs 31-36

Hechos 9:3-17

Lo que noto en estos textos es algo muy especial ya que Saulo no tuvo que hacer algo sobrenatural para ser
lleno de Espíritu Santo, lo único que este hombre hace es obedecer a la voz que le hablo, él debía ser lleno para
poder ser transformado para cumplir el propósito de Dios en su vida.

El asesino, el perseguidor de la iglesia, el enemigo de los creyentes, necesito de la vida de Cristo en su vida para
poder cambiar, no le sirvió todo lo que sabía de la ley, no le sirvió haber estudiado con el profesor más
eminente, no le sirvió saber varios idiomas, no le basto ser romano, eso no le sirvió para ser diferente, lo único
que le sirvió fue tener ese encuentro con el señor, y obedecer a lo que se le mando.

Este mismo hombre, Pablo unos años después de estar en el Señor se atreve a decir esto.
Gálatas 2:20
NO VIVO YO, CRISTO VIVE EN MI. Es decir, el día que me lo encontré, el día que el llego a mí, el día que
entendí que lo primero que necesitaba era dejar que el creciera en mí, desde ese día mi yo y mi vida empezaron
a menguar, en otras palabras, preferí que el importante fuera El. Entendí que para avanzar en este camino
necesitaba soltar todo lo que yo soy, para que el pudiese manifestar con toda libertad, es por eso que puedo
decir Cristo vive en mí.

Isaías 6:1-7
Fíjese, Isaías ya era un hombre que escuchaba la voz de Dios, pues ya había recibido varios mensajes sobre el
pueblo de Israel, pero aun su vida no había cambiado totalmente, pero en el momento que viene el toque divino,
allí es donde vino el cambio y pudo reconocer su pecado, necesitamos de Cristo para poder abandonar el
pecado, con el mero esfuerzo humano nunca podremos abandonar el pecado.

NO PODEMOS SEGUIR PENSANDO Y DICIENDO, PRIMERO CAMBIO Y LUEGO SI SIGO AL


SEÑOR, ASI NO ES, PRIMERO LO RECIBO Y DEJO QUE EL CREZCA Y HAY SI VAN A VENIR
LOS CAMBIOS.

1 Samuel 10: 1-7


Que texto tan tremendo, Saúl es escogido para ser el rey de Israel, Samuel le cuenta todo lo que esta
sucediendo, y le dice lo que va a suceder, es hermoso ver como este hombre es mudado en otro hombre cuando
el Espíritu Santo vino sobre El, necesitamos más de la vida del Espíritu en nosotros que de esfuerzos naturales
que no dan resultado.

Para ser transformados es necesario que haya un deseo de cambio, si no quieres ser cambiado por más que el
Señor quiera cambiarte va a ser muy complicado, ya que es una acción conjunta, yo me dispongo y el comienza
el trabajo, allí es donde comienza una negación a mí mismo.

Lucas 9:23
Niéguese, negarse es reconocer que por más esfuerzo natural que haga no poder cambiar mi vida conforme Dios
quiere, el negarse requiere de una acción, la acción de doblegar mi yo.
Menguar se refiere a la disminución, al aminorar algo a alguien, en este caso nosotros, es decir que empezamos
a opacarnos para que otro brille, que el importante sea quien Brille en nosotros y a través nuestro.

Está en nuestras manos permitir y pedir que Cristo crezca en nosotros, es toda una experiencia
espectacular y sobrenatural ver los cambios que puede tener mi vida al permitir que Cristo sea quien
gobierne todo lo que soy.

Lo que le estoy diciendo es que de hoy en adelante el mayor esfuerzo que debemos hacer no es en querer
cambiar naturalmente, sino que todo el esfuerzo debe ser en que Cristo crezca, al el Crecer todo va
cambiando en mi interior, y se manifestara al exterior.

Mil Bendiciones.

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