introducido por Al Bashir y que supuestamente penali- za la impudicia.” Esta nueva norma dice que cualquiera que “cometa un acto indecen- te, vista de manera contraria a la moralidad o hiera la sensi- bilidad pública será castigado con 40 latigazos”. Y un acto será contrario a la moralidad públi- ca “cuando así lo indique la reli- gión o las costumbres del país”. ¿Aprobaría Mahoma la actua- ción de su Gobierno? No sabemos qué pensaría el profeta sobre la situación de la mujer en Sudán. Mi denuncia pasa por el plano de la legali- dad, de la anticonstituciona- lidad de esta norma, no tanto por el costado religioso. “Antes de que Al Bashir to- mara el poder, las sudanesas teníamos derecho a votar y a ser votadas.” Hoy, cuando una mujer es encontrada culpable de haber cometido un hecho vergonzoso, la opinión pú-
“Repartí más de blica la considera una prosti-
tuta: “Sufren vejaciones, son apaleadas, se las incomunica, 500 invitaciones carecen de asistencia legal...”. Al maltrato físico se suma el convocando a mi psicológico, “que las estigma- tiza delante de sus familias y flagelación.” amigos”, dice. Las sudanesas detenidas por este motivo no reciben notificación sobre los cargos que se les imputan. “Pedí que se me aplicara la ley, sin privilegios, como a cual- jeresdeAfricayMedioOriente. como parte del uniforme. “Lo quier otra sudanesa y negué mi Pese a su carácter dogmático, que sucede en mi país no for- “Mi caso traspasó inmunidad, dimití.” Había que la ley rige para todas las suda- ma parte de nuestra cultura.” las fronteras y, para explicarle al mundo lo que está nesas por igual: para el 62 por “Soy musulmana, una bue- acallar las críticas, pasando en Sudán. ciento de musulmanas, el 22 na musulmana, y no he en- el Gobierno decidió ¿Volverá? por ciento de animistas y el 16 contrado una sola frase en el Salí de mi país para dar a por ciento de cristianas que Corán que hable de la ropa conmutar la conocer lo que allí sucede. residen en el país. “No es la re- femenina”, dice Lubna. flagelación por una Regresaré cuando las leyes ha- ligión lo que está en cuestión, El día de su arresto, otras pena de dos meses yan cambiado y las asociacio- sino la constitucionalidad de trece sudanesas corrieron la nes de mujeres que me apoyan las leyes y el respeto a los de- misma suerte. “Me sentí obli- de cárcel que luego (la francesa Ni putas ni sumi- rechos humanos.” Antes de la gada a denunciar la vulnera- sustituyó por una sas, que preside Fadela Amara, llegada de Al Bashir al poder ción de derechos que sopor- multa de US$200.” y la sudanesa No a la Opresión en 1989, la mujer formaba tamos –ataca Hussein–. Los de la Mujer) consideren que parte de las Fuerzas Armadas tribunales del Orden son tan mi voz tiene mayor utilidad en en Sudán y llevaba pantalones anticonstitucionales como el Sudán que en Europa.