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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Instituto Pedagógico de Caracas


Departamento de Historia y Geografía
Cátedra: Historia Regional de Venezuela
Sección: 001

ENSAYO DE LOCALIDAD

“CARICUAO, LA PARROQUIA JOVEN EN CUATRO TIEMPOS”

Profesor: Realizado por:

Alexander, Torres Delgado, C.I 18.223.246

Julio, 2018
INTRODUCCION

Como una manera de rescatar la memoria del colectivo, se centra la


finalidad del estudio de la Historia Regional y Local, asignatura que, a modo
personal, me parece fundamental para aquellas personas, no solo
profesionales (docentes, licenciados, historiadores, cronistas, entre otros),
sino también para el público en general que desee abordar y conocer sobre
la localidad en la que habita y se desenvuelve.

Analizar una comunidad que habita un entorno geográfico


determinado nos permite situarnos en los diversos contextos y procesos
históricos por los que ha pasado este lugar, tomando en cuenta la dinámica
que se ha desarrollado en el tiempo dentro de la relación espacio-hombre. Y
es precisamente con este objetivo, que realizo este ensayo, en el que plasmo
la evolución de una localidad que ha pasado por varias etapas dentro de la
ciudad de Caracas. El presente ensayo tiene como objetivo conocer la
dinámica espacial de la parroquia Caricuao en tres tiempos, así como
elementos-ambientales que se observan en la actualidad y explicar la
dinámica geohistórica y socio cultural de esta comunidad. Por otra parte, el
espacio social de la ciudad de Caracas se considera “El Centro” de
Venezuela, siendo un espacio de inversión y de dirigencias políticas,
económicas e ideológicas del ámbito venezolano, trayendo consigo el
desplazamiento de los grupos sociales en búsqueda de nuevas fuentes de
ingreso; de allí que la parroquia de Caricuao se funda como una “ciudad
satélite” en respuesta al crecimiento poblacional.

Además de ser una importante zona residencial en la ciudad, Caricuao


es una de las parroquias más verdes de Caracas, por lo que se le considera
el segundo pulmón vegetal después del Cerro Waraira Repano y hasta el
momento es la primera y única parroquia ecológica de Venezuela.
Primer tiempo, “El Antes” La resistencia indígena.

Caricuao, toponimia heredada de la riqueza cultural de los


Toromaimas, etnia que poblaba estas montañas, se empalma como espacio
urbanístico a la historia reciente de la ciudad de Santiago de León de
Caracas, la parroquia, con casi 25 Km2, limita al norte con la parroquia
Antímano, al sur con la parroquia Macarao, al este con la parroquia la Vega y
al oeste nuevamente con Macarao. Se decreta como parroquia un 11 de
diciembre de 1973 y entra en vigencia 08 de abril de 1974. Los habitantes
originarios de la parroquia fueron indígenas como bien he mencionado antes,
de la tribu los Toromaimas, pertenecientes a la familia lingüística Caribe. Los
primeros registros verificables sobre Caricuao se remontan al siglo XVI
cuando el conquistador mestizo Francisco Fajardo, explora el territorio en su
búsqueda por llegar nuevamente a la costa. Este es el primer contacto entre
europeos e indígenas de la tribu Toromaimas.

Pero es otro conquistador, Diego de Losada, quien bautiza el lugar


con el nombre de “El valle de Juan Jorge”, en alusión a uno de los
acompañantes del conquistador, quien le ofrece el valle como pago por sus
servicios, durante la exploración y descubrimiento de nuevos territorios. Sin
embargo, durante ese tiempo también se le llamó “Los pueblos del cacique
Caricuao” o “El valle de los Toromaimas”. Durante la colonización hubo
enfrentamientos entre los europeos y las tropas dirigidas por Guaicaipuro. A
su muerte, otros caciques siguieron la lucha, entre ellos Caricuao, a quien la
parroquia debe su nombre.

Así vemos, cómo en la evolución de ese espacio tiempo, se estudia


las relaciones de los pueblos toromaimas con este primigenio lugar, Caricuao
es una voz caribe, aunque hay toda una polisemia en ella, es decir, una gran
riqueza de sentidos. Acepciones como caricua (cerro), curucay (una planta
para pintar), Guaricuao (cacique del río Turmero), caricuar (quebrada). Pero
dejemos, por un momento a Caricuao como una voz toromaima, tal vez
caribe, con su significado de “Quebrada del Caribe”, y hagámosle honor a
esa cosmogonía, para salir al encuentro de lo local con lo regional y con la
Matria, con esa historia que está más allá de la costa, pero traída a Caricuao
por caribes y por mestizos como Fajardo, quien llegó a Caricuao antes de
Losada.

El derecho indiano siempre consideró que estos pastos y ejidos eran


propiedad de sus habitantes originarios, aborígenes, y así se mantuvo
durante la conquista-colonia. En los tiempos del gobernador Diego de Osorio,
se iniciaron las primeras delimitaciones ejidales de Caracas, incluyendo al
valle de Juan Jorge o Caricuao, por todo ello, hoy nosotros reivindicamos ese
derecho originario aborigen a la hora de adjudicar títulos de propiedad de la
tierra, o de hacer de ella un uso común, sin necesidad de indemnización o de
expropiación por causa de utilidad pública. Temas como la fundación,
refundación o reedificación de Caracas; la cosmovisión indígena; el problema
de la tierra; y el aporte de las comunidades parroquiales a esa gran historia o
Historia Matria de Caracas, están en una mesa de discusión social, más allá
de la historia tradicional, porque abarca muchísimos ámbitos, es
contemporánea, es de hoy y, sobre todo, es muy futura, pues la
reconstrucción de las historias locales, a partir de sus protagonistas, nos
permite otear el futuro. Y ese futuro está en las comunidades.

Cuando Losada pasa por Caricuao, viene de librar un cruento combate


contra toda una confederación de tribus: toromaimas, teques, caracas,
tarmas y mariches. Hay muchos puntos en estas citas que podrían servir
para intentar una revisión de viejos paradigmas historiográficos, pero
únicamente nos limitaremos a los que se vinculan con el eje del ensayo. El
primero de ellos es la insistencia en el carácter de pueblo de estas naciones
indígenas. Antes de que Losada llegara a Caricuao, habría librado una serie
de batallas, de encuentros, de escaramuzas y de verdaderas emboscadas
tendidas por estas federaciones de pueblos indígenas. En su avance final
hacia el valle de San Francisco había bajado por el río San Pedro, en donde
se produce una gran batalla, no dejó de ser hostilizado a través de todo su
avance por los valles de Carabobo y de Aragua. Principalmente los arbacos
le tendieron emboscadas y se enfrentaban en breves escaramuzas
practicando el arte de la guerra de guerrillas, ocasionándole bajas,
especialmente los heridos difíciles de transportar.

Controlada la resistencia indígena en estos vastos territorios, la


dinámica de la colonización dentro de Venezuela le da paso a la estructura
de producción agrícola, se forman haciendas donde se cultivan los alimentos
exóticos para la metrópoli de Madrid. El país pasa a un esquema feudal. En
Caricuao, se constituyen haciendas para la producción del cacao, el café, la
caña de azúcar y las hortalizas. Ya para el siglo XIX, los vestigios del pasado
indígena, sólo quedan en la memoria de muy pocas personas, descendientes
de aquellas tribus indígenas, que otrora habitaban y controlaban la zona.

Segundo tiempo, “El durante” La transición

Con la llegada del general Guzmán Blanco al poder a mediados del


siglo XIX, ocurren una serie de cambios vertiginosos, uno de ellos es la
llegada del ferrocarril. En Antímano y Macarao, se construyen estaciones del
ferrocarril que conecta a Caracas con el interior del país. Este hecho, motiva
la concentración de personas en las zonas adyacentes a las estaciones del
ferrocarril y se activa el comercio. Habría que hablar, antes que nada, del
tiempo de la transición entre el modelo colonial y el capitalista. Se trata del
modelo agroexportador signado por el dominio de la hacienda y del
ferrocarril. En Caracas, durante todo el siglo XIX, y hasta bien entrado el
siglo XX, puede observarse con nitidez el predominio de las haciendas,
incluyendo los alrededores, en donde se ubica Caricuao. A finales del siglo
XIX ya podemos hablar del tiempo del ferrocarril, del trapiche, del tranvía, de
las bestias de carga y de las líneas férreas orientadas hacia los puertos,
hacia el llamado comercio de cabotaje. Todavía hoy en Caricuao, en
particular en La Majada, observamos estos restos de haciendas, conocidos
como relictus, tales como los trapiches, las casas de hacienda, a lo que
agregaríamos las líneas del ferrocarril que iba hacia Valencia. Caricuao, que
se ubicada geográficamente entre las zonas de Antímano y Macarao,
empieza a experimentar el primer cambio demográfico en 300 años, debido a
la llegada del ferrocarril. Los extranjeros son atraídos a las fértiles tierras por
su ubicación estratégicamente cercana a la vía férrea, que brinda mayor
facilidad para transportar los cultivos.

Al comienzo del siglo XX, en el gobierno del General Juan Vicente


Gómez se ensancha la carretera hasta Caricuao, que aún no formaba parte
de la ciudad de Caracas por lo que se mantiene la dinámica económica bajo
el esquema de producción agrícola donde destaca la Hacienda Caricuao.
Durante las primeras tres décadas del siglo XX, Caricuao sigue siendo un
lugar de sembradíos, el sitio de veraneo de familias acaudaladas de Caracas
como los Palacios, los Ibarra, los Matos y de extranjeros. Con el auge del
petróleo y la muerte del general Gómez, empieza la transformación del país.
Esa Venezuela rural de los campos de cacao y café, empieza a desaparecer
rápidamente, las demandas de los productos agrícolas disminuyen a nivel
internacional. Esto hace que muchas haciendas, ya no se puedan mantener.
Las oportunidades de empleo, ahora están en las compañías petroleras del
estado Zulia y en la capital del país, Caracas.

Con el auge del petróleo y la muerte del general Gómez, empieza la


transformación del país. Esa Venezuela rural de los campos de cacao y café,
empieza a desaparecer rápidamente, las demandas de los productos
agrícolas disminuyen a nivel internacional. Esto hace que muchas haciendas,
ya no se puedan mantener. Las oportunidades de empleo, ahora están en las
compañías petroleras del estado Zulia y en la capital del país, Caracas. Pero
a partir de la década de los cincuenta, del siglo XX, el boom petrolero va
disolviendo violentamente estas relaciones de producción, para sustituirlas
por el concreto, el asfalto, el automóvil y el cinturón industrial que corre
paralelo a la carretera vieja a Los Teques. Al mismo tiempo tropezamos con
el otro lado de la contradicción: el desarrollo de un largo cinturón de barrios
ubicados muy cerca de las industrias del sector, pero ocupando los peores
terrenos, en las vertientes, a orillas de las quebradas y, sobre todo, en los
cerros que circundan al valle. El tiempo del “boom petrolero” va pasando ante
nuestra vista como en una secuencia de largo, de muy largo metraje, en
donde la evolución histórica del uso del espacio revela un acentuado
desequilibrio hombre naturaleza; una fase idílica de haciendas ligadas a un
modelo agroexportador un urbanismo acelerado durante gran parte de la IV
República; una ciudad dormitorio al servicio de la gran ciudad.

El auge hidrocarburífero que en Caricuao se presenta en la forma de


unidades de desarrollo y de industrias, fue determinante en el crecimiento de
la construcción y en el cambio definitivo hacia el modelo desarrollista
neoliberal mercantil, en donde la gran planificación brilló por su ausencia, al
igual que las políticas paisajistas, ambientales, conservacionistas y, sobre
todo, de participación comunal. Un modelo excluyente que profundizó la
brecha entre la riqueza y la pobreza, entre el “barrio” y la “urbanización”,
entre el sueldo y el salario, entre la minoría incluida y la gran mayoría
excluida, entre el empleado y el gran ejército industrial de reserva al servicio
del capital.

Caricuao trata de convertirse en la expresión de los procesos


democráticos, su desarrollo como urbe tiene las virtudes y defectos de las
diversas concepciones de planeamiento que han existido en el discurso
democrático. Caricuao ha servido como amortiguador de los procesos
migratorios internos y externos dirigidos hacia Caracas, en la década de los
’50 y ’70 de modo que hoy presenta los signos generales que caracterizan a
la capital, además de especificidad propias que señalan el perfil del
caricuaense. El planteamiento teórico de nuestra urbe tiene su origen en el
fracaso del modelo teórico de las Ciudades Jardines de Ebenezer Haward
(1850 – 1928) que les permitió a los llamados urbanistas Realistas convertirla
en una nueva versión llamada “Ciudad Dormitorio”, la misma no tenía otro
propósito que alojar a los trabajadores lejos de los centros industriales y de la
Metrópolis para que descansaren sin la molestia de la Ciudad Satélite a la
Parroquia Moderna.

Paradójicamente El obrero se vio obligado a construir en El Onoto o


en Guayaquilito porque, mientras construía moles de concreto, no tenía
dónde pasar la noche junto con su familia. El otro drama es el de la gente
que viene del campo andino, del campo oriental, del campo llanero, atraído
por este “boom” engañoso y depredador. Su destino, no hay dudas, también
tenía que ser el barrio y el cerro, para tratar de alcanzar un pedazo de loma
en donde establecer un conuco y un rancho.

A Caracas llega gente de diferentes regiones del país. Pero,


internamente, llega a Caricuao gente proveniente de los Valles del Tuy, de
Sarria, de Petare; y del interior vienen de Yaracuy, de Guayana, de Los
Andes y de Oriente. Las inversiones extranjeras en petróleo y, a partir de
ellas, la renta petrolera, se transfieren hacia el sector de la construcción; con
lo cual fue posible la compra de las antiguas haciendas por parte del Banco
Obrero y la construcción, posterior, de las unidades vecinales y de desarrollo.
La venta de haciendas al Banco Obrero forma parte del proceso histórico de
desarrollo transicional entre la Venezuela rural y la Venezuela petrolera, esto
significó la sustitución de los terrenos agrícolas por moles de concreto,
acompañadas de cinturones de asfalto que también venían a sustituir a las
vías férreas. Esta década de 1940 coincide con la etapa de construcción de
viviendas de tipo vertical que, en el caso de Caricuao, deberá esperar la
caída de la dictadura perezjimenista, para incorporarse a este boom
petrolero.

El Banco Obrero cedió parte de la hacienda Santa Cruz a la


gobernación del antiguo D.F. para la construcción P.R.M (Parque recreativo
metropolitano) del Zoológico de Caricuao, conocido anteriormente como
Parque Zamural. El resto de la superficie se dedicó a construir lo que es hoy
la urbanización La Hacienda y sus sectores UD5, UD6 y la urbanización José
Antonio Páez, o UD4.

El desarrollo del Proyecto "Gran Urbanización de Venezuela" consistía


en una Urbanización residencial (unifamiliar y multifamiliar) con una pequeña
zona industrial y comercial, pero con una amplia zona de reserva del
gobierno, así como también las zonas militares y zonas verdes circundantes.
Este proyecto incluía de manera importante la protección de las áreas verdes
que bordeaba a todo el conjunto, dicho proyecto no cristalizó. Después de
este primer proyecto, aparece un segundo proyecto denominado
"Urbanización Terrazas de Caricuao" cuyo plan consistía en un desarrollo
habitacional de baja densidad, localizado a las faldas de la montaña, estas
terrazas se construyen en 1961, siendo el primer desarrollo habitacional de la
zona. El 25 de julio de 1967 el terremoto ocurrido en Caracas demostró que
la arquitectura de los primeros edificios construidos en Caricuao, aun siendo
de carácter experimental, podrían soportar ciertas magnitudes de temblores.

Esta imagen de rapidez nos señala la parroquia moderna,


simbolizada también por los grandes conglomerados de edificios y el empuje
de vecinos y extraños para seguir poblando sus periferias. Los centros
comerciales sustituyeron a la plaza como sitio de encuentro y concentración
(así nos los planificaron, beneficio comercial antes que nada) los siete (7)
polideportivos (Luis Aparicio, Bravo de Apure, El Llanecito, Festival 66,
Centro de Atención Comunitaria Aquiles Nazoa, Alejandro Carrasquel, La
Gran Parada) y más de un centenar de canchas, representa una
infraestructura deportiva envidiable para muchos lugares del país; sin
embargo, la falta de una política integral deportiva por parte del Estado,
impide la concreción de la corresponsabilidad ciudadana para gerencial y
direccionalizar eficaz y eficientemente todas estas estructuras; por el
contrario, solamente dos (2) polideportivos de estos funcionan en
condiciones básicas gracias a quienes gerencia (son caricuanses); nota
especial merece que en cualquier esquina de un bloque figura como el Gran
Lumbumba puede darle a cualquier ciudadano su visión sobre el deporte en
Venezuela, o los Campeones mundiales de Béisbol de un Solo Brazo (Los
Bandidos), pueden darnos ejemplo de constancia y voluntad de trabajo; por
otro lado los cinco (5) centros hospitalarios más importantes de la parroquia
(Seguro Social, Materno Infantil de Caricuao, el ambulatorio Pedro Iturbe, la
Gran Parada y el Instituto Nacional de Geriatría) son un ejemplo más de la
crisis de salud en Venezuela, y es que “El Niágara en Bicicleta” de Juan Luis
Guerra, por su creatividad y pertinencia pareciera escrito por un
Caricuaense.

Tercer tiempo, “El después” ¡Se acabaron las excusas!

Durante la gestión presidencial del Dr. Rafael Caldera (1969-1974), se


termina de conformar la que es en la actualidad una de las parroquias más
grandes de Caracas y es, además, donde se edifican las urbanizaciones,
UD-3, José Antonio Páez, El Yagual, Carabobo, Mucuritas, Curpa, Vuelvan
Caras (UD-4), UD-5 y UD-6.

Las principales zonas de la parroquia, son las urbanizaciones


Caricuao, La Hacienda y Ruiz Pineda, estas a su vez se dividen en
urbanizaciones que llevan el nombre de Unidades de Desarrollo, mejor
conocidas como UD (UD1, UD2, UD3, UD4, UD5, UD6 y UD7). Fueron
construidas para satisfacer todas las necesidades básicas de sus residentes
y cuentan con parques, plazas, canchas deportivas, iglesias, colegios
públicos y privados, polideportivos, supermercados y pequeños centros
comerciales. Además de las Unidades de Desarrollo, en el año 1972 se
inauguró la urbanización García Carballo que se denominó Unidad en
Pendiente Tres, mejor conocida con sus siglas UP3 que cuenta con 2
edificios pequeños y 754 casas planificadas. Al paso de los años los terrenos
alrededor de la UP3 fueron invadidos, creando así con viviendas no
planificadas el "Barrio el Onoto", terrenos que ya venían siendo ocupados,
por aquella clase obrera que trabajaban en la construcción de los grandes
edificios.

Una de las obras más significativas para la parroquia Caricuao fue la


construcción del metro de caracas, que viene a ser una delas obras que tiene
impacto significativo en la vida del parroquiano; es en la década de los 80
cuando Caricuao entra en un ciclo de expansión sumamente desarrollado
con la construcción de la Línea 2 del sistema Metro de Caracas para el año
1983.

Es a raíz de la instauración de las estaciones Ruiz Pineda, Caricuao y


Zoológico cuando el paisaje geográfico de Caricuao cambia drásticamente y
a partir de este momento se inicia la construcción de centros comerciales,
farmacias, supermercados, bancos, centros médicos privados, gimnasios,
librerías y todo tipo de tiendas que cambian el paisaje de un Caricuao rural a
un Caricuao completamente urbano, esto sin dejar atrás la gran cantidad de
zonas verdes que caracterizan la zona, y que terminan de integrar esta
parroquia a la Gran Caracas. cambió una justificación célebre “llegué tarde
porque vivo en Caricuao” razón por la cual, no contrataban a nadie que
viviera en la parroquia, pero además como espacio cívico, el boulevard
creado por el Metro viene a redimensionar el sitio de encuentro de la
población, el acercamiento, la ceremonia humana que alguna vez vimos en
las grandes plazas frente de la iglesia donde niños, jóvenes y adultos se
confunden y ejercen su derecho a comunicarse vuelve a renacer, pero como
somos un satélite fundido con la gran Metrópolis compartimos sus males y
sus trances.

Cuarto tiempo, “El ahora” La parroquia ecológica y cultural.

La explosión salvaje para ocupar cualquier espacio público,


crecimiento de los barrios, los comerciantes inescrupulosos y buhonería
irresponsable, los marchantes del cártel de la droga, las bandas, los partidos
políticos, los borrachines y los remates de caballo; ambas realidades
subsisten y dislocan el mapa que previamente planificadores promovieron
para nosotras y nosotros. Nosotros y nosotras nacimos en este Satélite
Urbano y nos negamos a ser olvidados como patria, quizás por eso andamos
buscando transformar las bonitas palabras, en hermosas realidades y que de
una vez por todas, el plan de desarrollo urbano local comience a concretarse
en la remodelación total de la Redoma de Ruíz Pineda y la aplicación
urgente de los programas de rehabilitación urbanística para retocar y rehacer
lo que llamaron «la ciudad dormitorio» y terminen por dar paso a una mejor
calidad de vida para los caricuanses.

La Parroquia. Rituales y símbolos de la memoria cultural, A nuestros


planificadores, arquitectos, políticos y empresarios no se les olvidó casi
ningún servicio público, pero en sus cálculos éramos un número anónimo,
cantidad asignada en cada edificio, cifras y ... ¿la Cultura de esos pobladores
dónde la dejaron? Los servicios culturales de nuestra parroquia se pueden
verificar en una simple descripción o recorrido por la infraestructura de
servicios culturales con que contamos. Caricuao, con casi el 10% de la
población del Municipio Libertador según censo de 1990 estando sólo por
debajo de las parroquias Sucre y El Valle, sin embargo no tiene una sola sala
de teatro de las 9 salas que activa que hay en el municipio, todas colocadas
hacia el casco central, una en San Juan, otra en La Vega y una en el
Paraíso, no contamos con ningún museo de los 18 que existen en el
municipio, una sola Biblioteca Pública, no hay cine, ni sala de concierto o
espectáculo, contamos con un anfiteatro abierto donde su utilización se hace
engorrosa mucha veces, una Casa de la Juventud o Casa de la Gente o
CEMAI o Centro Bolivariano. La Diáspora de nuestra memoria viene de todo
los rincones del país y aún más lejos de otros países, a pesar de ser una
parroquia relativamente joven, somos un compendio de creencias y valores
que nos acompañan desde nuestro sitio de origen, experiencias particulares
del pasado y el presente, que signan nuestra manera de ser, incluyendo
costumbres familiares que dan cuentan de nuestra herencia genética e
histórica y se filtran en el cuerpo de tradiciones que deben ser consideradas
la encarnación viva de nuestro pasado; de esta manera, hay partos en la
parroquia que se han convertido en espacios simbólicos. Entre ellos, la Plaza
Gardel-Deyon, convocada y materializada desde la comunidad por el Círculo
Gardeliano de Caricuao, que todos los 24 de junio cumple la ceremonia en
homenaje a Carlos Gardel y Rafael Deyon (intérprete venezolano). El Buzón
en las Terrazas Zona “A” que se presenta como enclave ritual de la Cruz de
Mayo y la Celebración de San Juan o la Plaza Mahatma Ghandi, en la que
anualmente la Embajada de la India coloca una ofrenda floral; y por allí
vamos, a todo lo largo y ancho de nuestra parroquia, entre fiestas
tradicionales y monumentos, como la Plaza del Indio Caricuao, que
representa una vez más la historia de olvido e ignorancia que acompañan a
nuestros artistas y monumentos.

Sin embargo, la etiqueta de Parroquia Cultural de Caracas, nos la


ganamos con resistencia, con la cultura germinando desde el asfalto, en
pasillos y apartamentos, en nuestros barrios; la cultura es el hilo conductor
que está construyendo nuestro ser venezolano y universal, nuestro acervo. A
lo largo de casi toda la historia de Caricuao como parroquia, han surgido
innumerables grupos culturales; los esfuerzos han sido múltiples en función
de la faceta del conocimiento artístico-cultural. Constituye parte de nuestra
cotidianidad la convivencia con el teatro, la danza, las artes plásticas y
demás expresiones culturales. Dentro y fuera de las escuelas, nuestras niñas
y niños se encuentran rápidamente participando dentro de un taller de
literatura infantil, en los Juegos Ecológico del Parque Zoológico o con los
juegos cooperativos del Proyecto Infantil Travesuras.

Al caer la noche, junto a la estación del Metro Zoológico, el parque


Nuevas Generaciones Urbanas, tiende sistemáticamente a transformarse en
tribuna para Sin Sospechas, Onice, Perversuus Su, Yambeque, Sinsaye,
Rumba Gaitera, Don Kumalo, Sur Martires (donde mi prima Leonela Delgado
es la vocalista de esta banda de reggae, valga la promoción) entre otros
grupos musicales. Se transforma en sala de cine a cielo abierto, con el Cine
Club Cara en Contra, en tarima para la danza de grupos como la Escuela de
Arte Tradicionales Jaumi Baute Lucena y Danza Tricolor de Venezuela. Los
cuentacuentos han alimentado la imaginación de pequeños y grandes
oyentes en el boulevard o en cualquier esquina de esta urbe, lo que da
cuenta de un verdadero movimiento cultural dentro de Caricuao. Decimos
que hay movimiento en un contexto social donde existe cualquier forma de
organización.

Nuestra vena ecológica, gracias al esfuerzo de un numeroso grupo de


vecinos nativos de sus entrañas, que se organizaron para preservar la
belleza del paisaje natural que queda de antaño y a su vez, frenar el auge de
las invasiones con actividades de diversa índole cultural y campañas de
difusión informativa, que inciten a los entes oficiales competentes a favorecer
su urbanismo con un matiz más humano. Finalmente, El 8 de septiembre de
2009, Caricuao fue nombrada como la primera y hasta el momento, única
parroquia ecológica de Venezuela gracias a su gran cantidad de zonas
verdes, así como a los cuatro parques nacionales que se encuentran dentro
de sus límites.

Nuestras montañas esconden nuestra historia detrás de la figura de


Parques Recreacionales Metropolitanos a Campo Abierto, que surge de la
necesidad de garantizar el equilibrio que debe existir entre el espacio
construido y el área natural dentro de la ciudad y así servir de soporte a la
recreación, al contacto necesario de los seres humanos con la naturaleza;
desde el punto estético, desempeñan una función paisajista, que nos ofrece
belleza y frescura al entorno, elevando significativamente la calidad de vida
de cada citadino. Caracas, la ciudad al pie del sultán, ha sostenido un
crecimiento no planificado, el cual se expresa en cifras promedio que señalan
al 70% de la capital como zonas no controladas; dicho de otra forma,
Caracas se encuentra rodeada de urbanismo irracional, mientras que la
distribución de este rincón digno de nuestra América, llamado Caricuao,
encuentra en los Parques Recreacionales Metropolitanos a Campo Abierto y
sus áreas verdes el 69% de su superficie total, las áreas no controladas sólo
representan 9%, mientras que lo construido por el Inavi y el antiguo Banco
Obrero alcanza el 14% de lo que aquí existe; 8% restante de la superficie de
Caricuao se expresa en otros usos.
CONCLUSION

En las últimas décadas se han producido profundas transformaciones


en la organización territorial de la parroquia Caricuao, generadas por la
dinámica social, política y económica del país. La comunidad de Caricuao
manifiesta su preocupación por las situaciones ambientales que actualmente
vive; sin embargo, busca soluciones a través de su organización en Consejos
Comunales, de allí que ha logrado mejorar sus condiciones de vida como,
por ejemplo, reestructuración de las fachadas de los edificios y casas,
asfaltado en las calles y avenidas. Para finalizar, es importante destacar que
la parroquia Caricuao tiene una visión ecológica profunda considerada,
incluso, una “parroquia ecológica” con la unidad parque-urbanismo, es decir,
zonas de áreas verdes rodeadas de edificaciones.

La representación del Caricuao de hoy nos muestra un espacio con un


fuerte potencial y visión ecologista que se proyecta como un eje de desarrollo
verdaderamente sustentable. A nivel personal, la escogencia de esta zona
fue más como parroquiano que, por asignación, sin embargo, pienso que
pudo ser el destino, sus hilos mágicos que me retornaron al espacio de mis
pasadas vivencias juveniles. Es grato entonces, hacerles memoria a sus
encantos Su nombre es Caricuao, en honor al valeroso Cacique, símbolo de
perseverancia, quien, a la muerte de Guaicaipuro, asumió el liderazgo junto a
Tiuna para combatir al ejército español. Murió sin considerar la opción de
rendirse, vencer o morir, sin término medios.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

González Guillén, Luis. (1987) Caricuao. La otra cara del urbanismo.


Biblioteca Aquiles Nazoa. Caricuao. Archivos de la BAN. (Material Inédito).

Hurtado, Freddys. (2001). “Selección de artículos”. El Tiempo de


Caricuao. Desde octubre de 1999 hasta junio de 2001.

Maneiro, Manuel y Jesús Niño. (1997) Áreas verdes de Caricuao. Su


importancia y trascendencia vital. Facultad de Humanidades y Educación;
Escuela de Geografía. UCV. Trabajo de Grado. Caracas

Ceballos, B. (2008). La formación del espacio venezolano. Caracas:


FEDUPEL.

Villalba, F. (2010). El libro de Caricuao. Caracas: Fondo Editorial


Ipasme

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