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Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales

Curso de Ingreso 2021


Profesorado de Inglés
Módulo de Aproximación al Campo del Objeto de Estudio
Comisión 1
Estudiante: Voltolini Belén

Actividad 2
Trabajamos en la lectura del texto: EL APRENDIZAJE DEL IDIOMA INGLÉS COMO
LENGUA EXTRANJERA.
Realiza una síntesis del texto, recuperando las ideas más importantes sobre cada uno de los
temas que se desarrollan en el mismo. Podes tomar como referencia los títulos y subtítulos
del texto para organizar tu síntesis.
El artículo apunta a explicitar lo que implica enseñar y aprender una lengua extranjera, en
este caso el inglés, con la que por lo general sólo se tiene contacto en las instituciones
educativas obligatorias -donde está incluido en el currículo por ser tan extendido su uso en
el mundo-. Sin embargo, se considera que los estudiantes pueden alcanzar un alto grado de
desarrollo en el mismo, a pesar de que el ámbito de aprendizaje se reduce al espacio de
formación en el aula y no se da tanto en las actividades cotidianas fuera de la escuela.
El autor comienza por desarrollar, en primer lugar, la relación profesor-estudiante, siendo
ambos componentes fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua,
distinguiendo el rol que cumple cada uno en dicho proceso. Por un lado, el profesor cumple
el papel de guía, pues es quien dispone de las herramientas y estrategias necesarias para
acompañar al estudiante en su proceso de aprendizaje del inglés. Su función requiere de un
alto grado de capacitación no sólo en el idioma sino, especialmente, en el aspecto
metodológico de su enseñanza. Así, éste debe ser capaz de reconocer “los diferentes tipos
de estudiantes, sus formas de aprendizaje, sus problemas en el aprendizaje, etc.”
Básicamente, el objetivo del docente es garantizar las condiciones adecuadas para que el
estudiante se desempeñe y haga un uso correcto de la lengua de manera permanente en el
aula, poniendo especial atención en su parte comunicativa. Por ello, las pautas a seguir
involucran: 1) identificar el nivel de comprensión (de inglés) de los estudiantes; 2)
expresarse de manera clara y sencilla, reforzando visualmente las explicaciones y
correcciones; 3) promover el uso del idioma proporcionando fórmulas idiomáticas y
expresiones genéricas; y, finalmente 4) familiarizar a los estudiantes con expresiones de uso
común en el aula y animarlos a inferir el significado de las mismas considerando el contexto
en el que aparecen.
Por otro lado, el rol del estudiante -cuya importancia supera la del docente dado que a partir
de éste es posible evaluar el resultado del proceso de enseñanza- implica la participación
activa para un mejor desarrollo de su competencia en el idioma. Ambos roles deben
desarrollarse de manera armoniosa, relacionándose siempre de manera respetuosa y
responsable, procurando así progresos significativos en la competencia comunicativa del
idioma.
Respecto de la metodología, se puede decir que ha atravesado por diversos cambios, más,
en última instancia, se ha centrado la atención en el manejo práctico del inglés, atendiendo
al objetivo de mejorar la comunicación en el idioma. Así, al principio, métodos tales como el
“Grammar Translation Method” o el “Direct Method,” etc., aplicados al aprendizaje de la
gramática y la sintaxis del inglés han tenido gran relevancia. Sin embargo, debido al
fenómeno de la globalización, en la actualidad se requiere que un profesional no sólo pueda
leer y comprender un texto, sino que además sea capaz de interactuar en otro idioma. El
Método Comunicativo -la propuesta más novedosa- es el que apunta específicamente a
desarrollar este aspecto demandado por la sociedad actual. La finalidad del mismo es
“lograr que el estudiante tenga la capacidad de utilizar el idioma que está aprendiendo” y se
caracteriza por: la existencia de un “vacío de información” (que en un intercambio una
persona desconozca algo que la otra sabe), que el hablante sea capaz de identificar el
contexto en que habla y aplicar el uso de las formas adecuadas, y, mucho más importante,
que exista un proceso de evaluación y feedback. Las limitaciones de este método se
producen cuando el enfoque no está orientado a la acción, es decir, cuando el estudiante
cumple un rol más bien pasivo debido a que el docente tampoco tiene la competencia
necesaria en inglés. En este “enfoque orientado a la acción” el objetivo principal es que el
idioma pueda ser llevado a la práctica en un contexto real de comunicación, pues los
usuarios del idioma son, ante todo, agentes sociales. Otro aporte al método es el “enfoque
basado en tareas”. Se trata de asignar a los estudiantes tareas relativas a la cotidianeidad,
como puede ser, por ejemplo, pedir direcciones o ir a hacer las compras.
Más adelante, el autor desarrolla el tema de la “adquisición de un segundo idioma” y señala
que no es lo mismo aprender un idioma que adquirirlo. Esto último, hace referencia al
resultado final de un proceso de aprendizaje en el cual el estudiante logra manejar el
segundo idioma con la misma fluidez con que maneja su lengua materna.
Existen diversas teorías que investigan cómo es posible esta adquisición. Entre las más
importantes, está la Teoría de Krashen o “Teoría del Monitor”, que sostiene que en este
proceso se combinan dos sistemas: el “sistema de adquisición” y el “sistema de
aprendizaje”. La misma tiene su base en las siguientes hipótesis: 1) la distinción entre
ambos sistemas, donde la “adquisición” se da de forma subconsciente y el “aprendizaje” se
da de forma consciente; 2); el “orden natural de la adquisición”, el cual establece que los
estudiantes aprenderán las estructuras gramaticales de la segunda lengua en un orden
predecible; 3) la del “monitor”, según la cual el individuo corregirá y reflexionará sobre sus
propios errores en base a su proceso de aprendizaje; 4) la del “input comprensible”, la cual
plantea que el estudiante alcanzará la segunda lengua a partir de que la información que
recibe sea de un grado de dificultad mayor al que ya posee; y, por último 5) la del “filtro
afectivo”, la cual destaca la importancia del factor emocional, determinante a la hora de
valorar los procesos de aprendizaje y adquisición. Esto último se debe a que “el estado
emocional de los alumnos y sus actitudes actúan como un filtro” el cual permite la entrada
de información necesaria para la comprensión, o bien la impide o bloquea. Así, si este filtro
presenta altos valores (baja autoestima, ansiedad, etc.), el proceso resultará en fracaso; por
el contrario, si es bajo, aumentará las probabilidades de éxito del proceso de adquisición y
aprendizaje.

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