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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA


DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHOS HUMANOS
DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

EL ESTATUTO DE ROMA

Participante:
Abg. Wilder Ramos

Facilitador:

Prof. Esp. Nicolás Daniel Castro

Valle de la Pascua, Junio de 2020


Los antecedentes del Estatuto de Roma se remontan a un periodo de
más de un siglo, pues las naciones a lo largo de este tiempo trataron de
estatuir un órgano judicial para castigar crímenes graves cometidos en los
países a nivel internacional contra la población. Sin embargo, es propiamente
a partir de 1872, cuando Gustav Moynier, - quien fue fundador y Presidente
del Comité Internacional de la Cruz Roja-, hizo la propuesta de la creación de
una corte perdurable en el tiempo para conocer los crímenes de guerra entre
el Segundo Imperio Francés y el Reino de Prusia. Esta propuesta no logró su
cometido, y no se constituyó este órgano.
Ahora bien, otro intento sólido se produjo luego de culminación de la
Primera Guerra Mundial, momento en el que se firmó el Tratado de Versalles
(Francia) en el año 1919, pero sólo la propuesta de crear una corte
internacional para un fin especifico de conocer y decidir los delitos cometidos
por el Emperador Alemán y a los crímenes de guerra realizados por los
Alemanes. Pero, esta corte nunca se materializó.
Por otra parte, lo más parecido a un órgano judicial internacional en
materia penal, fue lo ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial,
cuando los aliados vencedores del Eje Roma-Berlín-Tokio, decidieron crear a
los Tribunales de Nuremberg y Tokio para juzgar a los criminales de guerra
que habían cometido las potencias del Eje. No obstante, no se trató de unos
Tribunales permanentes.
Posteriormente, en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 11
de diciembre de 1948 se aprobó la Convención sobre la Prevención y el
Castigo del Crimen de Genocidio, la cual establece que los crímenes de
guerra debían ser conocidos por Tribunales Internacionales con jurisdicción
para ello y pidieron a la Comisión de Derecho Internacional estudiar la
posibilidad de crear un Tribunal Internacional para conocer de los delitos de
genocidio. Esta Comisión realizó un informe y una propuesta para inicios de
los años 50, no obstante la Guerra Fría entre EEUU y Rusia impidió que se
avanzara en este sentido, y por ello la Asamblea General de la ONU
abandonó este trabajo hasta tanto se discutieran aspectos de la legislación
en lo que respecta a los crímenes de agresión y un código de crímenes
internacionales.
Luego, en junio de 1989, Trinidad y Tobago trajo de nuevo la idea de un
Tribunal Penal Internacional a la Asamblea General de la ONU, movida por el
tráfico de drogas que afecta a su país. En tal sentido, la ONU volvió a pedirle
a la Comisión de Derecho Internacional a continuar con su trabajo y redactar
el borrador del estatuto de esta Corte Penal.
Tiempo después, entre 1991 y 1995 tuvo lugar la guerra de Croacia, y
también entre 6 de abril de 1992 al 14 de diciembre de 1995, tuvo lugar la
guerra de Bosnia, y fue un conflicto internacional que se desarrolló en la
actual Bosnia y Herzegovina, y en la se cometieron delitos de lesa
humanidad.
Fue entonces que, ante estos crímenes de guerra el Consejo de
Seguridad de la ONU estableció tribunales ad hoc temporales para juzgar a
los individuos responsables de la comisión de estas atrocidades, resaltando
de esta manera la necesidad de establecer una corte penal internacional
permanente para dar respuesta en estos casos.
En este orden de ideas, la Comisión de Derecho Internacional envió un
proyecto de estatuto de la Corte Penal Internacional al pleno de la Asamblea
General de la ONU y sugirió se realizara una Conferencia de
Plenipotenciarios para negociar el tratado para que se promulgara el
estatuto. Es por ello que, la Asamblea General nombró un comité para que
revisara detalladamente el proyecto de estatuto, comité que se reunió en dos
oportunidades durante el año 1995. Después del informe de este Comité, la
Asamblea General creó otro Comité llamado Preparatorio para preparar el
borrador consolidado. Este último Comité entre 1996 y 1998 sesionó en seis
oportunidades en la sede de New York, EEUU de la ONU
Todos estos esfuerzos hicieron posible que la Asamblea General de la
ONU convocara a la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las
Naciones Unidas sobre el Establecimiento de una Corte Penal Internacional
para finalizar y adoptar una convención sobre el establecimiento de este
órgano judicial. La Conferencia de Roma se llevó a cabo entre los días 15 de
junio y 17 de julio en la ciudad de Roma, Italia, contando con la participación
de 160 países en las negociaciones. Luego de concluir las cinco semanas de
negociaciones, 120 naciones votaron a favor de la adopción del Estatuto de
Roma de la CPI, siete naciones votando en contra (entre los que se
encuentran Estados Unidos, Israel, China, Irak y Qatar) y 21 estados se
abstuvieron. Finalmente, el 11 de abril de 2002, se lograron las 60
ratificaciones necesarias para que el Estatuto de Roma entrara en vigor, en
una ocasión en especial de depósito conjunto de varias naciones el tratado
entró en vigor el 1 de julio de 2002.
El Estatuto de Roma es en sí el instrumento constitutivo de la Corte Penal
Internacional (CPI), la cual existe para castigar los delitos cometidos por
individuos contemplados en el Estatuto, y que tienen que ver con genocidio o
crímenes de guerra, delitos de agresión y de lesa humanidad. Delitos que no
prescriben nunca y que son perseguidos por esta Corte con competencia
internacional.
Dentro de estos delitos se encuentran asesinato, exterminio, deportación
o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución
forzada, esterilización forzada, persecución por motivos políticos, religiosos,
ideológicos, raciales, étnicos u otros definidos expresamente, desaparición
forzada, secuestro o cualesquiera actos inhumanos que causen graves
sufrimientos o atenten contra la salud mental o física de quien los sufre,
siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque
generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de
dicho ataque.
El Estatuto de Roma contiene un preámbulo y trece partes. La parte I
trata del establecimiento de la corte, la parte II se refiere a la competencia, la
admisibilidad y el derecho aplicable, la parte III contiene los principios
generales de derecho penal, la parte IV contempla la composición y
administración de la corte, la parte V contiene aspectos de la investigación y
el enjuiciamiento, la parte VI todo lo que tiene que ver con el Juicio, la parte
VII establece las Penas, la parte VIII establece lo que corresponde a la
apelación y la revisión, la parte IX norma la cooperación internacional y la
asistencia judicial, la parte X, se refiere a la ejecución de la pena, la parte XI
desarrolla la Asamblea de los Estados Partes, la parte XII: refiere a los
asuntos de la financiación, y la parte XIII contempla las cláusulas finales.
Con relación al alcance de la Corte Penal Internacional, vale decir que
para que un Estado sea juzgado por este Órgano Jurisdiccional
Internacional, deben cumplirse algunos requisitos. Uno de ellos es que el
Estado consienta en ser parte del Estatuto de Roma al ratificarlo o aceptarlo.
Una vez es parte, acepta la jurisdicción de la Corte. Esta jurisdicción
automática representa un avance importante en el derecho internacional
porque en el pasado, en la mayoría de los casos, la aceptación de la
jurisdicción ha estado sujeta a consentimiento adicional del Estado. En el
caso de los crímenes de guerra, un Estado puede retirar su consentimiento
durante siete años. Sin embargo, esto no afecta la jurisdicción de la Corte
cuando el Consejo de Seguridad de la ONU se la ha otorgado.
Otra aspecto importante, es que la jurisdicción de la Corte no es
retroactiva, y por ende sólo es aplicable a crímenes cometidos luego de la
entrada en vigencia del Estatuto de Roma, y de la constitución formal de la
Corte.
Finalmente, la Corte Penal Internacional puede ejercer su jurisdicción en
un caso específico cuando el Estado en cuyo territorio se cometió el crimen o
el Estado cuya nacionalidad tiene el acusado, sean partes del Estatuto. Los
Estados no-parte también pueden aceptar la jurisdicción de la Corte con
base en casos aislados. Y además, la Corte tendrá así mismo jurisdicción
sobre los casos que le remita el Consejo de Seguridad de la ONU, así el
Estado implicado sea o no parte del Estatuto.

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