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La violencia domestica y sus consecuencias psicológicas.

La violencia doméstica es un abuso de poder perpetrado


principalmente (pero no solamente), por los hombres hacia las
mujeres, tanto durante la relación como luego de la separación. Se
produce cuando un miembro de la pareja intenta física o
psicológicamente dominar y controlar al otro. La violencia doméstica
tiene una cantidad de formas, siendo las formas más comunes la
violencia física y sexual, amenazas, intimidación, abuso emocional y
social, así como la privación económica. Ha pasado una década desde
que Amnistía Internacional dijera que la violencia contra las mujeres
es “el mayor escándalo para los derechos humanos de nuestros
tiempos” y desde entonces la situación solo ha empeorado. Las cifras
sobre mujeres maltratadas ha aumentando considerablemente,
aunque por otra parte, las sociedades tienden a estar cada vez más
sensibles hacia la violencia doméstica: es mayor el lugar que ha
ocupado desde entonces en los medios, se han modificado leyes a su
favor, hay servicios especializados a los que se puede concurrir y se
estudia el problema desde diversos enfoques y disciplinas. Trabajos
recientes centrados en la situación de las mujeres abusadas afirman
que trae consecuencias y efectos psicológicos graves para la
integridad de la persona siendo muchas veces causa directa de
discapacidad y enfermedad. Podemos decir que las mujeres que
padecen violencia de pareja son mucho más susceptibles a los
trastornos de salud mental. Esto ocurre porque este tipo de violencia
produce mucho miedo y ansiedad en las víctimas y tiende a ser más
perjudicial psicológicamente que otros tipos de violencia, porque el
abuso de poder en el contexto de una relación familiar deja efectos
emocionales profundos. Tiene una capacidad muy grande para atacar
a la identidad de las personas maltratadas y por esta misma razón es
muy frecuente que la desolación, la baja autoestima y la
desvalorización que trae consigo terminen en ideas suicidas. Las
mujeres que han sido maltratadas por sus parejas tienen casi cuatro
veces más probabilidades de tener ideas de suicidio en comparación
con las mujeres no maltratadas. Asimismo las mujeres que
recientemente han sido objeto de malos tratos tienen más
probabilidades de presentar trastornos de ansiedad o depresión. Los
altos niveles de estrés crónico pueden dar lugar a condiciones de
salud mental graves como el Trastorno por Estrés Postraumático. Por
otro lado los efectos negativos de la violencia en el hogar y el
maltrato físico y emocional de la madre pueden traer, también, un
enorme peligro para los niños. Estos niños no sólo tienden a sufrir de
dificultades de desarrollo, también son más propensos a ser víctimas
o victimarios de la violencia durante la adolescencia y su adultez, ya
que han aprendido e interiorizado los roles conflictivos de la dinámica
familiar. Asimismo, pueden aparecer factores relacionados con la
depresión, el suicidio, el abuso de sustancias y el abandono de los
estudios en la etapa de la adolescencia. Como puede verse, es un
problema muy grave ya que hay muchos riesgos para la salud de las
mujeres maltratadas y sus hijos. Por si nos cabe alguna duda las
estadísticas son contundentes: en Argentina cada cuatro días muere
una mujer por causa de la violencia en el hogar. Para ayudar a las
mujeres maltratadas a superar los problemas que se enfrentan
debido a la violencia en sus relaciones, debemos ser conscientes de
todas las áreas del problema, y que la espiral que se establece en la
dinámica de la pareja resulta muchas veces difícil de vencer. La
mujer, inestable emocionalmente y con su autoestima muy
comprometida, tiende a justificar y a creer en las demostraciones de
arrepentimiento de su pareja golpeadora, puede incluso querer culpar
al alcohol o las drogas o a culparse ella misma y es por eso que,
entre el temor y la vergüenza, pasan años hasta que se decide a
denunciar.
Javier Alvarez
Lic. en psicología.
licjavalv@gmail.com

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