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EVALUACION PARCIAL 1
ETICA
Aunque mucho más que una lista de “lo que se debe hacer” y “lo que no se debe hacer”,
la Biblia nos da instrucciones detalladas sobre cómo debemos vivir. La Biblia es todo lo
que necesitamos para saber cómo vivir la vida cristiana.
Por ejemplo, la Biblia no declara claramente el uso de drogas ilegales. Pero basándonos
en los principios que hemos aprendido de la Biblia, podemos saber que esto no es
bueno. Por un lado, la Biblia nos dice que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo
y que debemos usarlo para glorificar a Dios (1 Corintios 6: 19-20). Para comprender lo
que estas drogas le hacen a nuestro cuerpo y el daño que causan a varios órganos,
sabemos que al usarlas destruiremos el templo del Espíritu Santo. Esto ciertamente no
respeta a Dios. La Biblia también dice que debemos obedecer la autoridad que Dios
mismo pone sobre nosotros (Romanos 13: 1). Debido a que estas drogas son ilegales, al
usarlas, no nos rendimos a las autoridades, sino que nos rebelamos contra ellas.
¿Significa esto que, si se legalizan estas drogas ilegales, entonces se pueden usar? No es
sin violar el primer principio.
Aunque la Palabra de Dios no trata toda situación que podamos enfrentar en nuestras
vidas, es suficiente para vivir una vida cristiana. En la mayoría de los casos, podemos
simplemente ver lo que dice la Biblia y seguir el camino apropiado basado en ello. En los
casos donde la Escritura no nos da instrucciones explícitas para una situación dada,
necesitamos encontrar principios que puedan ser aplicados a la situación. Debemos orar
sobre Su Palabra y abrirnos a Su Espíritu. El Espíritu nos enseñará y nos guiará a través de
la Biblia para encontrar el principio sobre el cual necesitamos afirmarnos para poder
andar y vivir tal como lo debería hacer un cristiano.
Ante esto nos previene a aquellos falsos guías, que desenmascarados y juzgados. El simple
hecho de efectuar actos asombrosos no constituye una señal de divina autenticación. El
juicio que en aquel día se producirá determinará quién entrará en el reino de los cielos.
Porque la palabra será real, “nunca os conocí”.