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Esther Díaz VERDAD E HISTORICIDAD.

(editora) EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y SUS FRACTURAS

Rubén H. Pardo

LA POSCIENCIA
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
EN LAS POSTRIMERíAS l. EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO: DOBLE SENTIDO Y DOBLE ORIGEN
DE LA MODERNIDAD

Siempre -en cualquier sociedad de cualquier época- el saber, el discur-


so, la teoría y, en general, todo aquello que se podría considerar el
ámbito de la "verdad", ha cumplido una función esencial. El mundo de
la vida -la esfera de la cotidianidad- así como las prácticas sociales
Susana de Luque propias de toda comunidad se ven atravesados de modo inexorable en
su constitución por el conocimiento. Desde las culturas más primitivas
Esther Díaz y simples -basadas en castas o en órdenes sociales jerárquicos muy
cerrados y estables- hasta nuestra actual e hipercompl~ja sociedad
Mónica Giardina -pretendidamente democrática y global- verdad y poder han sido con-
Antonio Gutiérrez ceptos destinados a cruzarse, a confundirse, a transferirse uno al otro
múltiples significados. Para mencionar tan sólo un ~jemplo, tanto el
María Cristina Gracia conocimiento sobre el régimen de las inundaciones del Nilo -atesorado
por los sacerdotes del antiguo Egipto- como el más contemporáneo
Eduardo Laso control teórico y técnico sobre los secretos de la partición del átomo han
Enrique Moralejo sido posesiones socialmente determinantes en sus respectivas épocas.
La implicación necesaria entre saber y vida o la recién mentada entre
Rubén H. Pardo verdad y poder es obvia. Sin embargo, esta "obviedad" potencia su
significado en el mundo actual. ¿Por qué? Sencillamente porque en una
Silvia Rivera sociedad como la actual, caracterizada por la complejidad y el riesgo,
Juan Sarnaja la propiedad de la información y del conocimiento se ha convertido en
recurso esencial. 1 No comprender esto o, lo que es peor, restarle impor-
tancia equivale a desconocer el horizonte mismo bajo el cual se desa-

1. La importancia de la información como recurso esencial en nuestras sociedades actua-


les es señalada por muchísimos autores: A. Giddens. M. Castells o P. Drucker, entre otros.
A tales efectos puede consultarse P. Drucker, La sociedad poscapilalista, Buenos Aires.
Sudamericana. 1998, cap. L
( 37 J
JI-
38 Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 39

rrolla todo nuestro quehacer, se trate de actividades profesionales o de una mera recolección de datos o una descripción de hechos, por más
prácticas cotidianas. detallada que sea, no constituye por sí misma conocimiento cientí-
Todo aquel que lleve a cabo una actividad -sea ésta teórica o práctica- fico. La ciencia es un saber que busca leyes mediante las cuales poder
requiere siempre, para un desempeño adecuado, una mínima compren-· describir y explicar la realidad. Por ello, si se trata de ciencia, se debe
sión del contexto social "desde" el cual la realiza. Ahora bien, la com- encontrar y formular relaciones constantes entre los fenómenos, y
prensión de la realidad que nos toca vivir en este comienzo de siglo es son justamente las leyes las proposiciones universales que expresan
imposible e irrealizable si no se tiene en cuenta la función y el significado esas conexiones regulares que permiten, por un lado, explicar y, por
que en su constitución ejerce el discurso científico. Reflexionar sobre el otro, predecir hechos particulares. La ciencia es, así, esencialmen-
nuestro mundo -hoy- es principalmente reflexionar sobre la ciencia y la te explicativa, y "explicar" no será otra cosa que dar cuenta de hechos
tecnología; por lo tanto, la pregunta por la estructura del orden social mediante leyes, "subsumir" lo particular en lo general, a los fines de
actual es -en gran parte- la pregunta por la ciencia y por la técnica. 2 lograr-mediante ese saber- un control tal sobre el fenómeno que nos
Ahora bien, dado que -como ya se ha dicho- es imposible eludir la permita "predecirlo", vale decir, dominarlo.
primera demanda, y dado que ésta nos transporta inmediatamente - Carácter crítico (o criticidad). Además de ser un conocimiento legalis-
hacia un segundo interrogante, no cabe ya demorarlo o acallarlo más: ta, es decir, que busca explicar y predecir fenómenos mediante leyes,
¿qué se entiende por ciencia? o, dicho en otros términos, ¿qué caracte- la ciencia es -sobre todo- un saber critico. ¿Qué significa aquí 'criti-
rísticas posee eso que llamamos "conocimiento científico"? co'? Este rasgo esencial al que nos estamos refiriendo alude a su
El concepto de ciencia fue un descubrimiento fundamental del espí- carácter problemático y cuestionador: el pensamiento científico es
ritu griego y dio migen a nuestra cultura occidental. Así. antes de co- -básicamente y por sobre todas las cosas- un pensar interrogante y,
menzar con cualquier tipo de caracterización, cabe, desde un principio, por ello, su tarea más propia es la del preguntar. La ciencia o, mejor
reconocerla como el alfa y omega de nuestra civilización. Sin embargo, aún, la tarea de la ciencia, presupone una primacía de la pregunta,
no son los mismos los supuestos teóricos sobre los que reposa la idea una apertura del hombre a lo no sabido, una racionalidad estructu-
actual de ciencia que los que se forjaron -por ejemplo- en la antigüedad rada en forma de una lógica de pregunta-respuesta. 3
clásica. Esta diferencia tiene su explicación en que cada época histórica Ahora bien, si "ciencia" -como veníamos diciendo- supone "pregun-
posee una concepción del saber basada en los criterios que ésta su pone ta" o "cuestionamiento" y éstos, la existencia de algún "problema" o de
de lo que es conocimiento en sentido estricto. Para dar sólo un ejemplo al menos "algo cuestionable'', es posible concluir, entonces, que la
-dado que este tema será tratado en el próximo punto- hoy considera- actitud propia del que hace ciencia es la "actitud crítica". Esto es, la de
mos "lo científico" como el modelo casi excluyente de todo saber que se aquel que antepone la duda, el examen, el "preguntar crítico", al dogma,
precie de tal. Mas -como luego se verá- no siempre fue así, puesto que a la doctrina incuestionable. Por lo tanto, nada más lejos del quehacer
lo que nosotros entendemos actualmente por conocimiento científico científico que la dogmática, dado que ésta se caracteriza por sustraer
tiene su origen más reciente en la modernidad. su principio ("dogma") a todo posible pensar cuestionante. Por ello, los
¿En qué consiste el saber propio de la ciencia? ¿Qué características griegos consideraban la "opinión" (doxa) como el principal obstáculo
ha de tener el conocimiento científico? Obviamente, no todo conocimien- para el desarrnllo del saber (episteme). Es justamente el poder de la
to es científico. La cientificidad es una categoría que depende de ciertos opinión el que reprime el preguntar, al ocultar-en virtud de su tenden-
requisitos que suelen centrarse en estas características: cia expansionista- el reconocimiento de que en realidad no se sabe.
- Saber.ftmdamentado (lógica y empíricamente). En estrecha relación
- Capacidad descriptiva, explicativa y predictiva (mediante leyes). 'Des- con lo anterior, puede agregarse ahora que la ciencia requiere siem-
cribir' es enunciar las notas distintivas de un objeto. Sin embargo, pre -para ser considerada tal- la fundamentación de sus afirmacio-

2 . Ha sido Martin Heidegger-filósofo que es abordado por Mónica Giarclina en "Una visión 3. Este ti~ma de la primacía de la pregunta y del carácter dialógico de la racionalidad
crítica ele la ciencia y de la técnica a partir del problema del método". en este mismo constituye una de las afirmaciones principales de la hermenéutica filosófica. cuyo prin-
volumen- uno de los primeros pensadores que supo ver en la técnica el fenómeno central cipal representante es Hans-George Gadamer. Véase Verdad y método, Salamanca, Sígue-
de nuestra época. me. 1991. parte 111. of! ..2-
40 Conocimiento. investigación. progreso e historia ele la ciencia Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 41

nes. Y si bien -tal como luego se explicará- ésta es una condición que cotidiana- es necesario, además, formular enunciados precisos. Por
recorre la historia toda del conocimiento científico, en la actualidad ejemplo. no alcanza sólo con decir" en la década del 90 ha aumentado
debe especificarse que "justificar" o "fündamentar" -en ciencia- su- la desocupación" o "el cigarrillo hace mal a la salud". Es necesario
pone una referencia a dos dimensiones: una lógica y otra empírica. complementar esos enunciados con otros más precisos: ¿en qué
La primera está relacionada con la coherencia entre las proposicio- medida ha aumentado la desocupación? o ¿a qué órganos y cómo el
nes que conforman la teoría, de acuerdo con las reglas de la lógica, cigarrillo afecta la vida del hombre? Si bien siempre la ciencia ha
mientras que la segunda se agrega a la anterior para las ciencias que aspirado a la precisión, en la actualidad -época de vertiginosos desa-
estudian los hechos (ciencias fácticas). e implica la necesidad de rrollos tecnológicos, de hiperinformación y de racionalización de to-
justificar sus enunciados mediante contrastación empírica. esto es, dos los aspectos de la vida- tal aspiración se ha transformado en
a través de una confrontación con la experiencia. requisito indispensable: la medida, la exactitud en la formulación de
- Carácter metódico. A nuestra actual comprensión de lo que es la relaciones entre los fenómenos estudiados y la posibilidad de expre-
ciencia, en tanto paradigma de verdadero conocimiento, le es inhe- sión de ese saber en un lenguaje preciso son componentes ineludi-
rente -tal como queda prefigurado ya en el punto anterior- la centra- bles de todo conocimiento que se precie de ser científico. Así, podría
lidad del concepto de método. Methodos es una palabra griega cuyo decirse que la ciencia tiende naturalmente -en la medida en que
significado alude a un "camino por medio del cual aproximarse a lo aspira a eliminar la ambigüedad y la vaguedad- a la búsqueda de un
que debe conocerse" y, en su sentido moderno (sobre todo desde lenguaje unívoco, esto es, aspira a la posibilidad de crear un lenguaje
Descartes), adquiere el sentido de un concepto unitario que, más allá ideal que elimine toda equivocidad, que sea plenamente exacto, que
de las peculiaridades del ámbito estudiado, implica la exclusión del tenga un único sentido posible. Aunque hay que aclarar que ese ideal
error mediante verificación y comprobación. Así, la tendencia funda- no puede ser efectivamente realizado más allá de los límites de un
mental del pensamiento científico moderno es la de identificar el lenguaje formal, como el de la lógica y el de la matemática.
saber, el conocimiento propiamente dicho, la ciencia, con lo compro- Pretensión de objetividad. Finalmente, suele afirmarse que el cono-
bable empíricamente y, por tanto, la verdad con la cerieza. Esto es lo cimiento científico es, o pretende ser, objetivo. Por objetividad debe
que posibilita, a partir del innegable avance de las ciencias naturales entenderse la capacidad del sujeto de elevarse por sobre todo condi-
desde el siglo XVII, la reducción de la verdad al método. Así, un cuerpo cionamiento histórico y subjetivo y de tomar la distancia suficiente
de conocimientos, para que hoy sea considerado como "científico", respecto del objeto a conocer, como para adoptar el punto de vista de
debe seguir, necesariamente, cierto procedimiento, ciertos pasos. Si un observador neutral. Ser objetivo significará, pues, evitar -en el
una investigación -cualquiera que ésta sea- omite o elude alguno de conocimiento mismo- toda influencia derivada del que conoce, y-por
ellos (los cuales son establecidos por la comunidad científica), pierde lo tanto- implica la absoluta prescindibilidad del sujeto en el proceso
inmediatamente su pretensión de cientificidad. cognoscitivo mismo. Desde ya, en tomo de este concepto se erigen las
- Sistemaiicidad. Otra característica no menos importante está referi- discusiones más profundas en cuanto a su posibilidad y aun en
da a la sistematicidad del conocimiento científico, es decir, a que éste cuanto a su sentido. Pero de esta cuestión cabrá ocuparse más ade-
es un cuerpo de proposiciones relacionadas entre sí lógicamente. Se lante, cuando, desde Friedrich Nietzsche, se plantee la crítica del
denomina "sistema" a un conjunto ordenado de elementos, y-por lo pensamiento moderno y el redescubrimiento de la historiciq.ad. Por
tanto- el carácter sistemático de la ciencia alude a una unidad armó- ello, por ahora, deberemos conformamos con sostener que el cono-
nica, consistente, no contradictoria del saber, en virtud de la cual cimiento científico es un saber que "aspira" a la objetividad.
nuevos conocimientos se integran a los ya establecidos.
- Comunicable mediante w1 lenguqje preciso. Ya se hizo mención de la En síntesis, la ciencia. según la visión más usual que en la actualidad
necesidad de fundamentación como requisito esencial de todo saber se tiene de ella, es un cuerpo de conocimientos al que le son esenciales
que se pretenda científico. La ciencia formula constantemente enun- las siguientes características:
ciados que deben responder a esta demanda, vale decir, hipótesis que
deben cumplir con requisitos lógicos y empírico-metodológicos. Sin - capacidad descriptiva, explicativa y predictiva (mediante leyes);
embargo, muy a menudo -tanto en ciencia como también en la vida - carácter crítico;
Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 43

42 Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia Sin embargo, el término 'ciencia' alberga también un sentido más
amplio, de mayor extensión. Es el que nos permite hablar, por ejemplo,
- fundamentación (lógica y empírica); de "ciencia antigua" o de "ciencia medieval". Se trata, en este caso, del
- carácter metódico; saber que una época considera sólido. Vale decir, qué es ciencia es una
- sistematicidad; pregunta cuya respuesta varia históricamente, porque la comunidad
- comunicabilidad mediante un lenguaje preciso, y científica de cada época -de acuerdo con las prácticas sociales y con el
- pretensión de objetividad. modo como esa comunidad comprende la realidad- forja un sentido
determinado de "ciencia". Como se ha dicho anteriormente, no siempre
Sin embargo, sería lícito ahora preguntar: ¿siempre se ha entendido se concibió el conocimiento científico tal como hoy lo pensamos. Si a un
"esto" por ciencia? Y, de no ser así, ¿cuándo tiene su origen ese modo griego del siglo v antes de Cristo le explicáramos a qué denominamos
de comprender el conocimiento científico que acabamos de describir? La hoy "ciencia", seguramente no lo identificaría con el término episteme
respuesta a la primera pregunta es, obviamente, no; puesto que -como (palabra que suele ser traducida por "ciencia"). Más bien diría: eso en
se apuntó anteriormente- cada época ha pensado la ciencia de una todo caso es "saber empírico", "conocimiento técnico", pero no "ciencia"
manera propia y particular, en relación con una forma -también propia (episteme).
y particular- de concebir la realidad y la racionalidad. Mientras que Es por ello que -desde este sentido amplio e histórico de ciencia-
habrá que responder a la segunda demanda lo siguiente: nuestra actual · puede hablarse de tres grandes modelos epocales o paradigmas, en
idea de ciencia tiene un doble origen, uno remoto, la filosofía griega, y cuanto al modo de comprender el conocimiento científico (en tanto saber
otro reciente, el conocimiento tal como lo entiende la modernidad. Pero sólidamente fundamentado):
esta temática nos lleva al próximo apartado de este trabajo.
un paradigma premoderno, que abarca la antigüedad y la Edad Media
(desde el siglo VI antes de Cristo hasta el siglo xv);
1. 1. "Ciencia" en sentido amplio: un concepto epocal4 - un paradigma moderno, surgido a partir de la revolución científica de
los siglos XVI y XVII y que se extiende hasta la primera mitad del siglo
Ha quedado suficientemente aclarado ya lo que "hoy" entendemos xx,y
por ciencia, a saber, un tipo de conocimiento que debe cumplir con - un paradigma actual -por algunos llamado "posmoderno", por otros
ciertos requisitos: capacidad descriptiva, explicativa y predictiva me- "tardomoderno"- que se constituye fundamentalmente en este últi-
diante leyes, carácter crítico, fundamentación lógica y empírica, carác- mo siglo (el XX) y que, si bien no difiere totalmente del de la moder-
ter metódico, sistematicidad, comunicabilidad mediante un lenguaje nidad, guarda respecto de él muchas e importantes diferencias.
preciso y pretensión de objetividad. Ahora bien, vamos a denominar a
esto el sentido acotado o restringido de ciencia, dado que la cientificidad Comprender cabalmente el significado de tal distinción y las diferen-
se reduce a su significado moderno; vale decir, supone restringir el cias esenciales de estas perspectivas históricas, en cuanto a la concep-
alcance del adjetivo 'científico' a aquello que efectivamente nuestra época ción científica del mundo, es de suma importancia y constituye uno de
todavía considera como tal. Así, siguiendo este criterio, no seria lícito, los objetivos fundamentales de este libro. Y si bien tal cometido quizá
en términos estrictos, conceder a las ideas antiguas -como las que sólo pueda ser alcanzado al cabo de la lectura total del mismo: resulta
componen la fisica de Aristóteles o de Ptolomeo- el atributo de la cien- pertinente comenzar aquí a esbozar algunos de los rasgos más propios
tificidad, pues, medidas desde los parámetros epistemológicos y meto- y significativos de esos tres grandes modelos ep.ocales de ciencia.
dológicos actuales, podrían ser consideradas más como productos de la
fantasía y de la dogmática que como resultado de una actividad plena- Paradigma premoderno. Dentro de lo que aquí se denomina "premo-
mente científica. dernidad" se encuentran dos períodos bien diferenciables pero que, en
sus fundamentos, comparten ciertas características, a saber: la anti-
güedad clásica (centrada sobre todo en el pensamiento griego de los
siglos VI al IV antes de Cristo) y la Edad Media (siglos val xv).
4. Esla ctislinción entre "ciencia en sentido restringido" y "ciencia en sentido amplio" fue
tomada del trabajo ele Esther Diaz, Metodología de las ciencias sociales. Buenos Aires.
Riblos. 1907. cap . L
44 Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 45

Del primero de ellos-el "mundo giiego"-cabe decir, antes que nada, que "ciencia". Es la que tiene lugar entre doxa y episteme. 7 Ésta no es otra
es fundacional; vale decir, que da origen, que funda la cultura occidental que la diferenciación entre la mera "opinión" y el "saber científico" (véase
y da inicio al proyecto racionalista -y luego ilustrado- que recorre las venas cuadro p. 44).
de toda nuestra tradición. Y que llega de algún modo, incluso, hasta En consecuencia, en el ámbito del lagos los griegos distinguían entre
nuestros días. Aquí el concepto clave es el de lagos. ¿Qué entendían los el saber cotidiano y vulgar -un saber no sólo no fundamentado sino que
griegos por lagos? Responder esta pregunta requeriría un artículo aparte. tiende a evitar su examen, vale decir, acrítico-y el saber de la "ciencia",
si no un libro entero. Pero. sin embargo, a los fines de nuestro tema, es como conocimiento fundamentado y crítico. El término episteme -de
posible bosquejar una respuesta. El significado que los griegos daban al acuerdo con el concepto antiguo del saber- refiere a la pura racionali-
concepto lagos era básicamente el de "discurso explicativo y demostrati- dad, y es por eso que en ella se incluye también la filosofía.
vo", que se contraponía y se complementaba5 con ese otro tipo particular Frente a este modo de comprender la realidad y el conocimiento
de discurso que se narraba sin necesidad alguna de demostración. Se trata -centrado en los conceptos de lagos y de episteme-el mundo de la Edad
del mythos (mito). cuya "verdad" no residía en la verificación. Tanto el Media aporta a nuestra tradición, básicamente, todo lo derivado de la_
término lagos como mythos aludían a "palabra", a "lenguaje", sólo que, concepción cristiana de la vida. Por ~jemplo, la subordinación de la
mientras el segundo poseía el sentido de una palabra que se esparce sin razón a la fe. 8 O lo que es aún más importante, la comprensión del
que sea necesario determinar su origen ni confirmarla, el lagos -al igual mundo en términos de un orden divino. De este modo, la prioridad dada
que la ciencia- descansa en la fundamentación. al sentimiento religioso y a la fo por sobre las evidencias de la raciona-
Así, en esta contraposición entre mito y logos -propia de la antigüe- lidad lógica y epistémica se funda no tanto en un rapto de oscurantismo
dad clásica- podemos encontrar la primera manifestación del concepto o de irracionalidad sino más bien en que el orden a partir del cual es
de ciencia: el saber científico pertenece al lagos, en tanto es -esencial- "leída" o interpretada la realidad es esencialmente "divino" y no "racio-
mente- discurso demostrativo, racionalidad fundada en principios "ló- nal". Vale decir, si se parte del supuesto o del a priori de una naturaleza
gicos";6 y-tal como se afirmó antes- en ella reside también el que quizá cuyo sentido eminente es el de ser "huella o signo de Dios" y de la idea
sea el gesto más propio y originario de nuestra cultura: la exaltación de de un universo ordenado jerárquicamente en clave teológica es absolu-
una forma de lenguaje y de racionalidad-la científica- sobre la base.de tamente entendible que se antepongan las exigencias de la fe a los
la creencia en la plena racionalidad de la realidad. reclamos de la razón.
Pero existe aún otra oposición a partir de la cual es posible rastrear Sin embargo, en la base de todas estas diferencias entre la concep-
con mayor precisión el origen remoto de nuestro actual concepto de ción griega y la cristiano-medieval existe un suelo común, un conjunto
de características compartidas, que son las que hacen posible y perti-
nente hablar -enlazando a ambas- de un paradigma premoderno, ¿por
DOXA (opinión) EPIS1EME (saber) qué? Porque teniendo presente esa gran revolución científica de los
siglos XVI y XVII que va a dar lugar al nacimiento de una nueva época, la
Es un saber no fundamentado Es un saber fundamentado modernidad, es claro que, frente a ella. el mundo antiguo y el medieval
Se obtiene espontáneamente Requiere esfuerzo y reflexión -a pesar de los principios divergentes que los rigen- constituyen una
Es asistemático Es sistemático unidad. ¿Cuáles serían, entonces, los fundamentos de la misma? Aquí,
Se mueve en el ámbito de la Pretende instalarse en la verdad
verosimilitud
aunque desde ya de un modo muy simplificador y esquemáÜco, cabe
Es acrítico Es critico señalar, por ~jemplo, los siguientes:

7. El termino episteme. que suele ser traducido corno "ciencia", da lugar a tocia una serie
)
5. Respecto ele la complementación entre milo y logos. vease R-G. Gadamer. Milo y razón. ele conceptos relacionados con lo científico. por ejemplo "epistemología". vale decir, algo
Barcelona. Paidós. 1997, cap 2. así corno "teoría del conocimiento científico".
6 . Es obvia. pero cabe sin embargo resaltarla. la relación etimológica entre "logos" y 8. Siempre. en caso de conflicto entre una "verdad ele razón" y una "verdad ele fe". se
"lógica". consideraba como un deber -obviamente- a esta última en detrimento de la primera.
46 Conocimiento. investigación. progreso e historia de Ja ciencia Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 47

LA COMPRENSIÓN CIENTÍFICA DEL MUNDO En síntesis, lo que aquí denominamos "paradigma premoderno de
ciencia" se sustenta en una comprensión del mundo muy dificil de
- Geocentrismo, se considera la tierra como centro del universo. entender para nosotros. Dado que, como se dijo al comienzo del capítulo,
- Orden jerárquico, se concibe el universo como una gran escala o "nuestra" idea actual de lo científico tiene su origen más reciente en la
jerarquía de elementos que van desde la suma perfección (el Dios modernidad.
cristiano o el "primer motor inmóvil" de Aristóteles) a lo más imper-
fecto (los cuatro elementos clásicos: tierra, agua, aire y fuego). Paradigma moderno. Frente al mundo premoderno, que se acaba de
- Orden teleológico, se piensa que todo en el universo tiende hacia un describir en sus aspectos más básicos y generales, la modernidad cons-
fin (télos}, llámese éste "Dios" para la religión, "idea de Bien" para tituye un lento pero inexorable proceso de desacralización o seculariza-
Platón o "primer motor" para Aristóteles. ción. En primer lugar, se comienza a producir una constante y cada vez
- Finitud del espacio, se cree en un universo cerrado y finito, vale decir, más compl~ja separación de esferas o ámbitos dentro de la cultura y de
con límites. 9 la sociedad. La más importante de ellas es la acontecida entre el orden
de lo religioso-eclesiástico y el de lo profano-mundano. Dicho en otros
términos, una de las diferenciaciones fundan tes de lo moderno es la que
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO se da -desde un punto de vista institucional- entre la Iglesia y el Estado
y -desde una óptica cultural- entre la religión y la ciencia. En segundo
- Una idea más amplia de "razón" y de "ciencia", dado que ni en la lugar, la modernidad entendida como proceso de secularización alude
antigüedad ni en el medioevo se identificó racionalidad (lagos) o co- a un giro profundo y esencial del pensamiento: el que va del teocentris-
nocimiento científico (episteme) con saber empírico y técnico, como mo medieval (preocupado por lo sagrado) a la centralidad de los proble-
comienza a suceder a partir de la modernidad. La ciencia como un mas práctico-mundanos (vale decir, "seculares"). Concretamente, el
saber referido exclusivamente a (y fundado en) la experiencia, tal núcleo de orientación de la cultura moderna ya no será lo divino sino
como hoy lo sostenemos, es un invento moderno. más bien la resolución de aquellos problemas práctico-teóricos origina-
- Del principio general anterior se puede derivar el siguiente: el saber dos por los cambios sociales que tuvieron lugar a partir de la aparición
empírico se tenía por conocimiento estricto, pero no supremo. Esto de la burguesía. Vale decir, se trata de un giro de lo teológico a lo
quiere decir que -tanto para los antiguos como para los medievales- mundano, de lo sagrado a lo profano, del tiempo de lo divino (no suscep-
si bien ese tipo de conocimiento (que nosotros hoy llamamos "ciencia" tible de medición alguna, dado que es la eternidad) al tiempo del mundo
y que ellos hubiesen llamado "saber empírico" o "técnica") era consi- (medible y divisible en siglos o saecula).
derado episteme, no representaba "el" conocimiento superior, puesto Ahora bien, a pesar de no ser éste el lugar donde se tratará la temática
que, justamente por su carácter empírico, siempre se lo consideró referida a los fundamentos filosóficos de la modernidad-que será desa-
inferior respecto de otros saberes. Para los griegos la filosofia primera rrollada en el próximo apartado-, cabe sin embargo formular ya la si-
o metafisica estaba por encima del conocimiento sensible o empírico, guiente pregunta: ¿cómo caracterizar ese largo y continuo proceso de
y ni qué hablar de la sofia o sabiduría. 10 secularización que llega de algún modo hasta nuestros días?; ¿cuáles
son las características de "lo moderno"? La esencia de la modernidad
está dada por el ideal de una racionalidad plena. Esto implica o conlleva
9. La comunidad de ideas en cuanto a la comprensión de Ja naturaleza -entre la antigüe-
las siguientes creencias:
dad y el medioevo- se manifiesta básicamente en que -dejando de lado la autoridad
indiscutible que ejercieron las Sagradas Escrituras en el segundo periodo- el "texto"
1) El mundo posee un orden racional-matemático. Galileo dice que "la
científico a partir del cual se concibió el orden del universo en ambas épocas fue el mismo,
a saber. la Física de Aristóteles. Y en buena medida también, su Metafrsica. Aunque cabe naturaleza está esc1ita en caracteres matemáticos", y ésa ha de ser
aclarar que la asimilación y aceptación de Ja filosofía aristotélica por parte del cristianismo su clave interpretativa acerca de la realidad. Los comienzos de la
fue lenta y muy conflictiva. Prohibiciones y discusiones teológicas mediante, sólo a partir modernidad constituyen un verdadero "renacimiento" del espüitu de
del siglo XIII la Iglesia "adopta" y "cristianiza" algunas ideas del filósoh la antigüedad clásica respecto de la Edad Media que, como se explicó
10. Aristóteles consideraba la sophíacomo una suma de "ciencia" y nous (intuición de las anteriormente, arraigaba su interpretación del mundo en el suelo de
verdades y principios primeros) .
lo teológico.
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2) Dado este punto de partida, la comprensión del orden natural a partir innovación en ciencia es, en sí mismo, bueno. Hoy, luego de varios
de un a priori racional-matemático, "lo moderno" se caracteriza tam- siglos de desarTollo de este paradigma científico, ya no resulta tan
bién por el surgimiento de una confianza absoluta en el poder de la claro -más allá de sus bondades incuestionables y de su imprescin-
razón: tanto en su poder cognoscitivo como práctico. Esto es, surge dibilidad- que todas las consecuencias de la investigación científica
una creciente certeza en la capacidad no sólo teórica -en cuanto a la sean positivas y, mucho menos, que éstas traigan aparejado un pro-
posibilidad de conocer mediante ella todos los recovecos y escondri- greso social universal. Por ello, hoy tampoco es indiscutible que el
jos de la realidad- sino, sobre todo, en su poder de dominio y trans- desarrollo de la ciencia deba ser absolutamente ilimitado. Aunque
formación de la naturaleza. Así, la razón moderna es, en sus inicios, cabe aclarar que tal cuestionamiento no significa-empero- obstacu-
determinación de los primeros principios que rigen el mundo (dicta lización ni freno .
.fines y valores), luego, deviene mero cálculo de medios (para alcanzar
un.fin dado) y, en su última transformación, se reduce a control prác- A partir de lo dicho sobre este ideal de racionalidad plena propio de
tico o manipulación (vale decir, técnica). la época moderna puede entenderse, entonces, cómo es que recién
3) El proyecto moderno de una racionalización plena de la realidad desde aquí nace esa idea -tan elemental para nosotros- de la ciencia
conlleva otros dos ideales: el de alcanzar un conocimiento universal y como conocimiento superior, de la ciencia como modelo de conocimien-
necesario del mundo y, a la vez, el de lograr laformulación de una ética to. Es así como, desde la modernidad-origen reciente de nuestra actual
de validez universal. Esto quiere decir que a la modernidad le es idea de conocimiento científico- "razón" y "verdad" son pensados casi
inherente una idea de conocimiento y de verdad muy "fuerte", dado como sinónimos de "razón científica" y de "verdad científica". Y es así
que en ella se confía en la posibilidad de determinar las leyes que como -desde entonces- la racionalidad es pensada como (y reducida a)
-desde siempre y necesariamente- han regido y regirán la naturaleza la racionalidad propia de la ciencia. Y sólo preguntar por la corrección
(esto se creía haber alcanzado ya en la física de Newton, cuyos prin- de tales definiciones nos instala sin más en la crisis del paradigma
cipios eran tenidos por verdades de ese tipo). 11 A esto se le añade la mode1no, crisis que -para algunos- da lugar incluso a un nuevo para-
creencia en la posibilidad de lograr algo parecido en el ámbito de la digma.
moral. Es pensable y realizable -siempre dentro de los ideales del
paradigma moderno- una ética fundada en la pura razón. Y ésta, en Paradigma actual (tardomoderno o posmoderno). Es indudable que
la medida en que sería puramente racional, es decir, dado que exclui- varios de los rasgos que acabamos de presentar como cimientos de la
ría la influencia de cualquier elemento sustantivo derivado de la modernidad han perdido ya, en nuestros años, su poder normativo o
tradición o la costumbre, tendría -entonces- la propiedad de la uni- -directamente- han caído en desuso porque no "creemos" más en ellos.
versalidad, esto es, podría ser considerada como válida para todo ser Sin embargo, no resulta tan claro que esto nos dé derecho a hablar de
racional. No otra cosa ha representado el proyecto kantiano de una un nuevo paradigma o de una "nueva época"; ¿estamos realmente vi-
ética formal del deber. 12 viendo una era que se ubica más allá de la modernidad?; ¿ésta puede
4) Finalmente, cabe agregar que otro de los ideales esenciales en los que considerarse verdaderamente como una etapa cerrada, consumada?;
se funda el programa moderno de una racionalidad plena es la creen- ¿o, en realidad, desde la segunda mitad del siglo xx-aproximadamente-
cia en el progreso social como consecuencia inexorable del desarrollo estamos transitando no por un nuevo paradigma sino más bien por un
de la ciencia. Esto supone que -por un lado- el progresivo despliegue pliegue de la modernidad misma? Estas discusiones en torno de la
Y avance del conocimiento científico se traslada a toda la sociedad, relación "modernidad-posmodernidad" vienen desarrollándose ya des-
dando lugar a un orden social mejor y másjusto. Y, además, conlleva de hace un par de décadas, y se han proclamado respuestas muy diver-
el supuesto -muy discutido en la actualidad- de que todo proceso de sas. Y no es este capítulo -desde ya- el lugar para explicarlas, ni mucho
menos evaluarlas. Sin embargo, sí es pertinente decir que considero que
no hay que interpretar el "pos" del concepto de "posmodernidad" como
1 1. Cabe aclarar que -ya desde Arislóteles- se denomina como "necesario" aquello que no
el señalamiento de un tiempo superador de Jo moderno sino como la
puede ser ele olra manera. aquello que se cree imposible ele ser pensado ele otro modo.
indicación de u· .:t crisis y la apertura de un tiempo que -más allá de si
12. Vease l. Kant. Fundamentación de la meiaJisica de las costumbres. Madrid. Espasa-
Calpe, 1983 está dentro o '.uera de la modernidad- mantiene una estrecha relación
51
verdad e historicidad. El conocimiento científico Y sus fracturas
50 Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia

vía de la revolución socialista- un orden social igualitario. Las socie-


con ella. 13 Por ello, tal vez, sea más apropiada -a los fines de evitar estas dades posmodernas son, como afirman algunos -en gran medida y en
ambigüedades- la utilización de la expresión "modernidad tardía", dado comparación con las modernas-, sociedades del desencanto.
que en ella queda suficientemente explícita la relación de copertenencia 3) Algunos cuestionamientos a la ciencia y al cientljicismo. Finalmente.
entre una y otra. la posmodernidad en cuanto proceso de fragmentación del sentido
Pero ¿qué se quiere decir cuando se habla de posmodernidad o de comporta la aparición de ciertas criticas tanto al desarrollo abso::i-
modernidad tardía? En principio, cabe señalar que, si hemos de com- tamente ilimitado de la ciencia cuanto a la desmesurada adorac10n
~l·"nne: la ~o~~rnidad como un proceso de secularización -cuyos per- a ésta, lo que da lugar a una reducción -tal como anteriormente se
file~ mas significativos la erigieron en un ambicioso proyecto de racio-
ha señalado- de la razón a mera racionalidad científica. Lo primero
nalidad plena-, ahora debemos ver en esta mencionada posmodernidad se funda en el descubrimiento del "reverso" de esa suerte de "mone-
o mo~ernidad tardía un proceso de .fragmentación del sentido que se da" que es el devenir de la investigación científica. Una de sus ca~~s
despliega en los siguientes puntos: -el anverso- estaría constituida por sus efectos liberadores y positi-
vos, mientras que en la otra se dibujarían los residuos indeseables
1) Caída de los ídeales de conocimiento de la modernidad. En nuestra -pero también inevitables-de tal desarrollo. La posmodernidad inau-
cultura actual -en tanto "posmoderna"- se cuestiona o directamente gura un tiempo en el cual se cierra ~l _supuesto in~uestionad~ d~ la
se rechaza la idea de verdad sostenida por la filosofía moderna. Se esencial bondad -de la cual se segmna la necesana falta de hmita-
dice "no hay verdades universales, necesarias ni definitivas sino más ción- del conocimiento científico. Los más románticos pretenden con
bien verdades provisorias y contingentes" o -lo que es lo mismo- "el cierta ingenuidad detener la irrefrenable tendencia a la innovación
s~ntido, en tanto sentido lingüístico, nunca es totalmente unívoco
que conlleva la ciencia actual. y los más "realistas" exigen ~ue se
smo que conlleva inexorablemente cierta equivocidad; de lo cual se piense, al menos, sobre los "fines" de la ciencia misma. Es decir, que
d~_duce ~ue toda comprensión de la realidad comporta cierta dimen-
se tenga en cuenta que el desarrollo de la investigación científica no
s10n de mterpretación, de perspectiva". En síntesis, es inherente a la debería ser considerado un "fin en sí mismo" sino un bien cuyo valor
posmodernidad -en contraste con lo moderno- una idea débil de principal ha de ser medido sobre la base de criterios de impacto
ve~~ad o -si se prefiere- cierto "relativismo" cognoscitivo.
2) Cntíca y rechazo de los ideales éticos y del progreso social inherentes social.
Respecto de la critica a la desmesura cientificista -que reduce la
a la modemídad. Otra manera de caracterizar la posmodernidad es racionalidad toda al proceder de la ciencia- la cultura posmoderna o
sostener que en ella adviene "el fin de las utopías, o de los grandes · tardomoderna esgrime, ante aquélla, la necesidad de ampliar la idea
relat_os. o de las ideologías", entre otros tópicos modernos. Vale decir, de razón y de verdad. Esto es, hay quienes afirman la existencia de
no solo se descree de las grandilocuentes construcciones teóricas del otras fo~as de racionalidad además de la científica y señalan la
pen~amiento moderno sino también de la posibilidad de acceder por
presencia de cierto tipo de "verdad" en discursos y expresiones extra-
med10 de ellas a un "progreso social". Si el proyecto filosófico de la 14
modernidad era un programa cultural orientado fundamentalmente científicas, por ejemplo, en el arte.
al futuro Y a lo nuevo, una de las tesis esenciales del credo tardomo- En resumen, frente al paradigma científico-filosófico de la moderni-
de~no rez~. "no hay futuro", "nada completamente nuevo es posible
dad, esta etapa de la posmodernidad -más allá de la problemática de su
baJO el sol . Por ello -a los oídos de la posmodernidad- el ideal kan- status independiente o no- representa una época signada_ P?r la frag-
tiano de la construcción de una ética universal, plenamente racional mentación, por la caída y por el desencanto. Y por ello, qmza, muchos
Y por~ lo tant~ válida para todos suena como lisa y llana ingenuidad pensadores critican y tachan de "conservadores" o de "reaccionarios" a
puenl. Del mismo modo que la esperanza marxista de alcanzar -por

14. Respecto de la "verdad" en el arte luego se verá la impo~tan~ia que Ni:tz~ch~ le da a


13. Son muchos los que ~oslienen esta idea. Entre ellos. una opinión muy relevante al esto; yen otro capítulo-"El problema de la centralidad en la ciencia yen la tecmca - puede
re_speclo es la dada por G1ddens en su análisis institucional de la modernidad . Véase A
G1clclens. Consecuencias de la modernidad. Madrid. Alianza, 1995. Sección 1. encontrarse también este tema.
52
Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia
Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 53

los que defienden a rajatabla los beneficios de la posmodernidad; dado


secularización a través del cual se constituye la ciencia moderna. Es el
que esto impl~caría la claudicación de los ideales sociales "progresistas"
proyecto de la modernidad, esbozado ~a por Galileo y Descartes, consu-
de la modermdad. Pero el debate en tomo de la reivindicación o crítica
del proyecto moderno no nos compete por el momento. is mado por la ciencia de Newton y la filosofía de Kant, y representado
socialmente por ese ascenso de la burguesía que da lugar luego a la
Revolución Francesa. Allí, en ese lapso que va desde los siglos XIV hasta
Para fii;alizar esta primera parte del trabajo -y sobre la base de lo
el XIX, se fue forjando un concepto de razón y una concepción del cono-
hasta aqm dicho- es conveniente tener presente y reafirmar los funda-
cimiento que caracterizan lo que hoy en día-de algún modo- aún enten-
mentos desde los cuales ha surgido nuestra actual idea de ciencia
demos por ciencia.
aquella desde la cual habíamos partido al comienzo. Lo que hoy enten~
demos c_o~o conocimiento científico -un saber explicativo mediante
La pregunta por las características de ese proyecto ha sido ya
leyes, cntico, fundamentado, metódico, sistemático, comunicable me- -aunque de manera muy breve- contestada. Así, se dijo que "lo moder-
no" se funda en un programa de racionalización plena de la realidad,
di~nte un lenguaje preciso y con pretensión de objetividad- posee un tanto en lo que hace a la realidad natural como a la social. También se
ongen_r~moto y un origen reciente. El primero no es otro que la antigüe-
ha explicado -quizá muy esquemáticamente- el despliegue de es~ pro-
dad cla~1ca, con s~ original proyecto racionalista y su concepto de logos
grama en una serie de creencias esenciales a la misma: orden rac10n_al-
Y de epzs~e~e. Alh nace la confianza en la racionalidad de la realidad y
matemático de la naturaleza, confianza absoluta en el poder de la razon,
en l_a pos1b.1h~ad de un conocimiento fundamentado de ella. El segundo
ideal de una ética y de un conocimiento universal y necesario y esperan-
esta constituido por la modernidad, porque en ésta comienza a tener
za de progreso social como consecuencia del desarrollo científico. Sin
lugar la ide.ntificación entre ciencia o episteme y conocimiento empírico,
embargo, no hemos dicho nada todavía acerca de los supuestos sobre
lo que denva luego en la conversión de la ciencia en técnica. Desde
los cuales se ha erigido el pensamiento científico moderno; vale d~cir, no
entonces ya no es posible pensar la ciencia si no es en relación con la
hemos sacado a luz aún sus cimientos, el suelo en el que echa rmces ese
t~cnica. Vale decir, la ciencia actual es -esencialmente- tecnología. Y, ambicioso proceso de desacralización y sistematización racional del
finalmente, nuestra actual idea de ciencia debe a la modernidad la
asimilación de la racionalidad a "razón matemática", esto es la conver- mundo. Por ello cabe ahora preguntar: ¿cuáles son los .fundamentos
sión del lagos griego en ratio calculante. ' filosóficos de la ciencia moderna? Responder este interrogante será ahora
·la tarea, para poder mostrar luego la clasificación de las ciencia~ que
Por todo ello, la exposición del siguiente punto -a saber, la clasifica-
ción tradicional de las ciencias y el tratamiento de la idea de verdad en tiene lugar durante el apogeo de tal paradigma, y -finalmente- senalar
y describir su ocaso.
relación con la historia-requerirá un rodeo previo: el que deberemos dar
¿Cuál es la característica fundamental de la ciencia moderna, aque-
por la explicitación de los fundamentos filosóficos de la modernidad.
lla que la diferencia claramente de la concepció.n científica_ medieval~'. 6
No la encontraremos -como suele pensarse- m en su caracter expen-
mental ni en la prioridad otorgada a los hechos, ni tampoco en la utili-
zación del número y la medida. ¿O es que acaso hemos de pensar que
2. EL PROYECTO FILOSÓFICO DE IA MODERNIDAD:
los medievales eran tan necios y estúpidos como para no recurrir a la
RAZóN, VERDAD Y OBJETIVIDAD
experiencia, no observar los hechos ni intentar la medición exacta? Es
cierto que quizá hoy, y desde la modernidad, estos tres elementos ocu-
2.1. Los.fundamentos.filosóficos de la ciencia moderna
pan un lugar de mayor privilegio en la ciencia del que oc1:1p~ban por
aquellos siglos. Pero entonces no encontraremos ni en lo facti~o como
. Desde los últimos siglos de la Edad Media, momento en el que co-
punto de partida, ni en la experimentación, ni en el uso de los numeras,
mienza a resultar insostenible toda posible conciliación entre una ver-
dad de fe y una verdad de razón, se inicia un largo pero firme proceso de

16. En esta caracterización ele la ciencia moderna seguimos el trntamiento que Heicle-
15. Nos referimos. entre otros. a autores como Jürgen Habermas. ggerleda al tema. Véase M. Heidegger. Lapreguntap01· lacosa. Buenos Aires. Alfa, 1975.
pp 63-97. _i9 -
55
Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas
54 Conocimiento, investigación, progreso e historia de la ciencia
18
pulación transformarla en recurso, en "material disponible" . Así, el
la llave ~ue nos abra la comprensión de la ciencia moderna. Para lograr- proyecto moderno de una racionalización total de la realidad deviene en
lo, habna que repreguntar en qué se funda la prioridad moderna dada
a los hechos, a la observación experimental y a la medición. En tal caso un programa de dominio tecnológico.
En segundo término -y tal como acaba de sugerirse- esto comporta,
la respuesta sería que la esencia del proyecto científico de la modernidad además, la conversión del hombre en sujeto de tal proceso y de la
se e~cuentra en el a priori matemático de su comprensión de la realidad. naturaleza en "objeto". 19 Éste es el esquema, la estructura del conoci-
¿Que qu~er~ ?ecir esto? Básicamente que aquello que fundamenta y
dota de sigmficado las características aludidas es que la ciencia moder- miento.
¿Qué significa, concretamente, esto? Que es el supuesto de la obje-
na se funda en una precomprensión del sentido de la realidad en térmi- tividad (vale decir, el de la distancia entre sujeto y o~jeto) el que sostiene
nos de "aquello que puede ser calculado y medido". Lo real será "lo la ambición de racionalidad plena que se expresa en la modernidad. La
calculable": Por esto bajo el paradigma científico de la modernidad ad- posibilidad de determinar racionalmente la e~tructura_de l'.3- realidad en
quieren mucha más relevancia -respecto del medioevo- las matemáti- leyes descansa en la suposición de esa capacidad del científico de seJ?~­
c.as;,,ia importancia de ellas se explica por el hecho de que "lo matemá- rarse del objeto a conocer. Esa "distancia" fue el anhelo de la Ilustrac10n
tico es la clave de lectura de la naturaleza. Si el orden del universo es moderna, y constituye la condición de posibilidad de su objetivo prin-
racional-matemático, se requerirá -necesariamente- de las matemáti- cipal -es decir- la determinación de "verdades fuertes" (universales y
cas par~ ~u comprensión. Vale decir, la necesidad de la medida y de las necesarias). Pues sólo puede pensarse en la viabilidad de un saber
matei:iaticas se funda en "lo matemático" de la ciencia moderna, y no absoluto acerca de la realidad a condición de que supongamos un sujeto
al reves. de conocimiento que -al modo de un observador neutral y externo- sea
Esta predeterminación conceptual de la realidad como "aquello que capaz de determinar lo observado sin estar implicado en la observa-
puede ser calculado y medido" es la que está en la base de la conocida ción.20 Así, la relación hombre-mundo u hombre-naturaleza pasa a ser
afirmación galileana "la naturaleza está escrita en caracteres matemá- pensada como la de un sujeto (hombre) que, desde su distancia objeti-
tico~"; constit~ye asimismo el supuesto nuclear -lo no dicho- que hace
vadora, se enfrenta a (y dispone de) un objeto (naturaleza) para su
?osi~le ~~ pnmera fo?11ulación de lo que luego será el principio de
mer~ia. 1 Este rompera de manera decisiva con la fisica de Aristóteles. control.
Por último, la razón moderna pretende extenderse también al ámbito
En sm~esis, el carácter empírico de la ciencia moderna sólo puede ser de la ética y la moral. Con esto simplemente se quiere decir que el
entendido a partir de un a priori, el de "lo matemático", en tanto suelo proyecto de razón propio de la modernidad conlleva -al principio- una
en el que arraiga y crece el proyecto de conocimiento y de razón de la idea de racionalidad ligada a la posibilidad de determinar las conductas
modernidad toda. éticamente buenas, en la medida en que se creía capaz de señalar los
Ahora bien, esa precomprensión de lo real en sentido matemático bienes (fines y valores) que deben guiar el obrar del hombre._ Pero ~sto
conlleva tanto una forma de relación con la naturaleza como una idea duró poco. ¿Por qué? Sencillamente, porque el proyecto filosofico-cien-
de razó1:1 Y de hombre. Éstos serían algo así como los elementos comple- tífico de la modernidad hizo devenir esa razón todopoderosa en mera
mentanos de ese fundamento que estamos indagando. En primer lugar, razón calculante, en un mero ejercicio de cálculo de los medios más
entonces, hay que agregar que a la ciencia moderna le es inherente una adecuados para alcanzar fines dados. Cuando esa racionalidad pierde
consideración de la naturaleza al modo de un objeto de cálculo. La physis
de la qu_e hablaban los griegos, el mundo en tanto "creación" propia de
lo~ m~diev~les:. se :onvierten ahora en objectum Esto es, en algo "pues-
to o arrojado alh, para un subjectum -el hombre- cuya función será 18. La naturaleza como material disponible o "fondo" (besland) en relación con el carácter
la de calcularla, para luego disponer de ella y mediante control y mani- esencialmente técnico de nuestra época es un tema abordado con mayor detalle en el
capítulo de este libro dedicado a Heidegger.
19. El "objeto" es lo puesto delante y el hombre, como "sujeto", lo que subyace.
20. Esta idea de un sujeto objetivo que adopta el punto de vista de un observa?~r neutral
17 · El mismo dice:_ "Concibo en mi mente un cuerpo arrojado sobre un plano horizontal, es la que está supuesta en la física de Newton. quien ha sistematizado Y -qu1za- llevado
ex:!u1do.todo obstaculo, res~Itará entonces que el movimiento del cuerpo sobre este plano a su consumación la física moderna.
sena uniforme y perpetuo s1 el plano se extendiera en el infinito"
56
Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia Verdad e historicidad. El conocimiento cientílico y sus fracturas 57

su pod_er .de determinación de los fines, se conforma con ser un puro


ria y formal, relacionada con la coherencia lógica, en el caso de los
procedimiento formal, vacío de contenido. Puede decirse que la razón
segi:indos su verdad será contingente y fáctica, dependiente de su ve-
moderna -al comienzo idealmente totalizan te- viene a terminar en mera
rificación empírica.
"técnica". A esto se apunta cuando se dice que la idea de razón en la que
Explicados los criterios, puede decirse ahora que las ciencias se
desemboca la modernidad es la de una razón instrumental. Se trata de
dividen en formales y .fácticas.
un p.roceso ~erfecta1:1ente entendible, si es que se tiene presente que el Las ciencias.formales son las matemáticas y la lógica, pues su objeto
sentido previo a partir del cual la modernidad comprende la realidad es
de estudio se caracteriza porque sólo tiene existencia ideal, no existe en
el d.e "lo .calculable". Pues entonces a nadie habrá de sorprender que la
la realidad espacio-temporal: tanto los signos del lenguaje matemático
rac10nahdad -tal como se concibe en esa época- no sea otra cosa que
"instrumento de cálculo". corno los del lógico no refieren a una realidad extralingüística sino que
son formales, vacíos de contenido. Cabe aclarar que estos oqjetos o
. É~t?s son -por lo tanto- los fundamentos filosóficos del paradigma signos formales pueden ser "interpretados" establecien?o corre~p?n­
cientifico que se ~enera a partir de la revolución de los siglos XVI y XVII
dencias con los hechos y, entonces, ser aplicados a la realidad empinca.
Y que perdura, mas o menos incólume, hasta las primeras décadas del
Obviamente, los enunciados de este tipo de ciencias son analíticos,
XX. Bajo el influjo de sus ideas comienza a engendrarse nuestro actual
dado que constituyen relaciones entre signos vacíos de contenido em-
concepto de ciencia y asimismo de uno de sus productos más acabados·
pírico, cuyo valor de verdad se determinará de un modo pur~mente
~.ª tecnologí~: Queda claro, entonces, que las consecuencias que arroj~ formal. El método es la demostración lógica: deducir un enunciado de
lo moderno sobre nuestro tiempo son muchas y muy relevantes. Sin otros por inferencias lógicas. 21 Y, finalmente, la verdad de las ciencias
embargo, no ~s éste el momento de tratarlas. Por el contrario, es preciso formales ha de ser necesaria. Es fmto de la coherencia del enunciado
ahora-:-ª lo_s fm:s. de dar las últimas pinceladas a esta suerte de pintura dado con el sistema de ideas admitido previamente: no contradicción
de la ciencia clas1ca- pasar a dos temáticas inescindibles de la misma: con las otras proposiciones e inferibilidad a partir de ellas.
la tradicional clasificación de las ciencias y el problema de la relación Por otra parte, están las ciencias.fácticas, que informan acerca de la
enb"e las "verdades científicas" y lo histórico.
realidad extralingüística, vale decir, tienen corno objeto de estudio entes
materiales (hechos, procesos) y se refieren a la realidad empírica. Sus
enunciados, al apuntar a esos hechos, son proposiciones sintéticas, y su
2.2. "Ciencia" y "progreso": la aparición de las ciencias sociales y la
método se basa en la contrastación empírica para constatar si estos enun-
clasificación de las ciencias
ciados son verdaderos o falsos; de ellos resulta siempre una verdad con-
tingente y fáctica (o, dicho de otro modo, ineludiblemente p~o_vi_s_oria).
Cuando se trata de clasificar las ciencias se acostumbra a tornar Dentro de las ciencias fácticas suele trazarse una subdivis10n entre
como referencia cuatro criterios: el objeto de estudio, los métodos, la dos tipos de ciencias: las naturales y las sociales. Tal distinción pretende
clase de enunciados y el tipo de verdad.
fundarse en diferencias en cuanto al objeto de estudio (la naturaleza o
Al hablar de objeto de estudio nos referirnos al sector o ámbito de la el hombre, respectivamente) y, sobre todo, acerca del tipo de conoci-
realidad estudiada (los seres vivos para la biología o el movimiento de los miento involucrado en ellas. Respecto de esto último, hay quienes des-
cu_erpos celestes para la astronomía, por dar sólo algunos ejemplos). Los califican la cientificidad de las ciencias sociales al argumentar que ellas
metodos se re~ac!onan con los distintos procedimientos, tanto para el
nunca pueden alcanzar metodológicamente la objetividad de las natu-
l~gro de cono~rmientos corno para su justificación y puesta a pmeba. El rales, dando por sentado que la "cientificidad" de un conocimiento que-
tipo de enunciados alude a la diferencia entre proposiciones analíticas
da acotada a la posible y rigurosa aplicación del método de las ciencias
vale decir, aquellas cuyo valor de verdad se determina formalmente co~
naturales y reduciendo verdad y racionalidad a método. Históricamente
independencia de lo empírico, y proposiciones sintéticas, a sabe;, las
que nos inform~n de ~lgún modo sobre sucesos o procesos fácticos y
cuya verdad esta relacionada con la experiencia. Finalmente, acerca del
criterio referido al tipo de verdad involucrado en estos enunciados di- 21. Un ejemplo claro estaría dado por la demostración ele un teorema. En ésta, la verdad
remos que mientras a los primeros les corresponde una verdad nec~sa- ele! mis~1 o se funda en un encadenamiento deductivo a partir de la supuesta verdad de
los axiomas
31-
tf
58 Conocimiento, investigación, progreso e historia de la ciencia Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas 59

el primer modo de considerar las ciencias sociales ha sido el positivista, taría, sin oponer o~jeción alguna, que el saber científico "es" un saber
que partía del supuesto naturalista de reducción de la realidad social a influido por la historia. ¿O acaso alguien podría negar la incidencia de
la natural y tenía como único criterio evaluativo la metodología de las cuestiones culturales, políticas, sociales o económicas en la producción
ciencias naturales. 22
misma del conocimiento, sea éste científico o no? Es obvio, y resulta
entendible para todos, que un científico desarrolla su quehacer y elabo-
Criterios Ciencias .formales
-- ra sus teorías en-o mejor aún- "desde" un contexto determinado, el cual
Ciencias.fácticas
es, siempre, un contexto histórico. Por dar sólo un ejemplo, no es lo
Objeto Entes ideales, signos vacíos, Entes empíricos (hechos, mismo hacer ciencia en este momento que hacerla en el siglo xv o XVI.
carentes de contenido procesos) Hoy, cualquiera puede afirmar que la tierra se mueve sin que eso le
empírico signifique correr riesgo alguno, mientras que el pobre Galileo sufrió por
Tipo de Analíticos Sintéticos ello una excomunión varias veces secular.
enunciado Sin embargo, aceptar esto no significa todavía nada. ¿Por qué? Por-
Tí.pode que en realidad la verdadera pregunta es otra, y podría sintetizarse del
Necesaria y a priori Contingente y a posteriori
verdad siguiente modo: ¿es el conocimiento científico "esencialmente" históri-
co? Dicho de modo distinto: ¿las verdades de la ciencia son verdades
Método D<;mostración lógica; Contrastación empírica "objetivas", vale decir, independientes, en cuanto a su validez, de la
fundamentación de un (observación y/o historia?; ¿o, por el contrario, todo conocimiento, incluso el científico,
enunciado a partir de su experimentación) se ve afectado de modo esencial (esto es, en lo que respecta a su valor
deducibilidad de otros
de verdad) por lo histórico? La diferencia entre el primer planteo y éste
Ejemplos Lógica y matemáticas es determinante: mientras nadie objetaría que el quehacer de la ciencia
Ciencias naturales y sociales
-como toda producción humana-tiene siempre lugar, de manera inexo-
rable, en un tiempo específico, la cuestión atinente a si esa relación
2.3. Facticidad y validación: la relación entre la ciencia y lo histórico ineludible entre el conocimiento y la historia "afecta" el valor de las
verdades científicas ya no es tan clara. Responder de modo negativo este
Se ha dejado deliberadamente para el final la presentación y el tra- interrogante implicada sostener que la verdad, en ciencia, es transhis-
tamiento de una de las problemáticas más importantes en lo que con- tórica (está por encima de lo histórico, es aislable de su influencia). Por
cierne a la constitución y a la crisis del pensamiento científico moderno. el contrario, toda respuesta positiva conlleva la tesis de que cualquier
Tanto es así que tal vez pueda decirse -con todo derecho- que en torno verdad, incluso en ciencia, sólo lo es en el marco de un contexto histórico
de ella se produjo la fractura de ese paradigma y el consiguiente pasaje determinado, esto es, dentro de una época o de un "paradigma" deter-
a lo que se denominó "modernidad tardía" o "posmodernidad". Se trata minado. 23
del tema de la relación entre las. "verdades científicas" y la historia. Como se acaba de decir, esta problemática divide aguas. Es evidente
Nadie, cabalmente, dudaría del status histórico de la ciencia; vale que el paradigma científico moderno nació y creció a la sombra de la
decir, cualquier epistemólogo-pertenezca a la corriente que fuere- acep- presunción de que sus verdades son universales y objetivas y, por tanto,
transhistóricas, válidas para cualquier época, con independencia de
todo condicionamiento fáctico. Sin embargo, el quiebre que la revolu-
22. De este modo se arriba a la proclamación de la "seudocientificidad" (o carácter "blan- ción científica del siglo xx produjo en cuanto al pretendido carácter
do") de las ciencias sociales, en comparación con la eminencia y "dureza" de las naturales. irrefutable y necesario de las leyes de la física newtoniana puso en jaque
Sin embargo, frente a ésta, se han levantado otras visiones -comprensivistas primero,
hermenéuticas después- que intentaron reivindicar una especificidad propia para las
humanidades sobre la base de las peculiaridades de su objeto de estudio (irreductible a
un mero conjunto de fenómenos empíricos) y desde el redescubrimiento de la dimensión 23 . Tanto en lo concerniente a este tipo ele concepciones-las que resaltan la importancia
histórica Y lingüística de todo proceso cognoscitivo. De cualquier modo, sea como fuere de lo histórico en el desarrollo de la ciencia- como en lo que tiene que ver con la utilización
no es éste el lugar para desarrollar los pormenores de tal discusión.. ' del concepto de "paradigma" en epistemología, remitimos a "Investigación básica, tecno-
logía y sociedad: Kuhn y Foucault" (de E. Díaz), en este mismo volumen.
32-
60 Conocimiento. investigación. progreso e historia de la ciencia Verdad e historicidad . El conocimiento científico y sus íracluras 61

tal presunción. 24 Incluso algunos pensadores del siglo XIX-como Nietzs- contexto de descubrimiento de una teoría sociopolítica como el marxis-
che-preanunciaron esa profunda crisis de certezas que acontecería casi mo, por dar sólo un ejemplo, deberá atender, entre otras cosas, a la
con el mismo fin de siglo. importancia de la revolución industrial; de la misma manera que el
De cualquier modo, si bien hoy ya nadie sostendría que las verdades investigador que examine el contexto de descubrimiento de la teoría
científicas vigentes son necesarias e inmutables, sin embargo, la cues- heliocéntrica de Galileo lo hará -a su vez- con los hechos sociales que
tión referida a la problemática relación entre ciencia e historia no ha precipitaron por aquel entonces el desmoronamiento del orden medieval
quedado saldada ni mucho menos. La epistemología más tradicional y la aparición de los primeros destellos del mundo moderno.
sigue defendiendo a capa y espada la conveniencia de no perder de vista En contraste con éste existiría otro contexto que no tendría que ver
la diferencia esencial que existiría entre el ámbito de la facticidad (lo con lo histórico sino con todos aquellos elementos que atañen a la
histórico) y el de la validación (la verdad). Por otra parte, los críticos de validación de una teoría. Aquí se abordan las cuestiones atinentes a la
la epistemología tradicional -esto es, nietzscheanos, hermeneutas, estructura lógica de las teorías y su posterior puesta a prueba. Es el
neomarxistas o posmodernos, entre otros- intentan reconstruir una contexto de justificación.
teoría de la racionalidad que recupere para sí la dimensión de la histo- En el contexto de justificación interesa lo concerniente a la "verdad",
ricidad.25 a la corrección de la hipótesis o idea de que se trate. De él queda deci-
didamente excluido todo elemento "externo", que haga al "afuera" de la
Contexto de descubrimiento y de justificación/historia externa e ciencia, vale decir, a lo histórico. Es por ello que otro par de conceptos,
interna. Hans Reichenbach, en su libro Experience and Prediction, in- . ,j mediante el cual se intenta también construir defensas para que no se
traduce una distinción conceptual que-desde entonces-constituye una j mezclen las cuestiones de validez con la facticidad, es el de "historia
referencia obligada para todos aquellos que intentan preservar una interna" e "historia externa".
delimitación clara y precisa entre facticidad y validez. Es la discrimina- ) Fue otro epistemólogo, Imre Lakatos, quien se refirió a esta temática
ción --en el interior de toda idea o teoría científica- entre dos contextos, proponiendo la existencia de dos historias de la ciencia. La externa narra
el de descubrimiento y el dejusiificación. En el primero importa el hallaz- el desarrollo de las ideas científicas en relación con las prácticas sociales
go, la producción, sea de una hipótesis o de una teoria; corresponde que las hicieron posibles, mientras la interna hace abstracción de la
-por tanto- al ámbito de la génesis histórica. Aquí entran en juego todas incidencia de lo social y relata simplemente el despliegue de la lógica
las circunstancias sociales, políticas o económicas que influyen o deter- misma de las ideas científicas. Así, mientras la historia interna sería una
minan la aparición o gestación de un descubrimiento. Así, a la pregunta suerte de "reconstrucción puramente racional" de la ciencia -y por ello
por el contexto de descubrimiento de una teoría le sigue indefectible- se vincula con lo que anteriormente se denominó "contexto de justifica-
mente una respuesta que apunta a la comprensión de la misma como ción"- la otra, la externa, daría cuenta del acontecer científico en rela-
efecto de ciertas causas que se encuentran en el horizonte histórico que ción con los avatares del contexto de descubrimiento.
la hizo posible. De este modo, quien se plantee la tarea de analizar el Facticidad -es decir- historicidad, por un lado; validación -o sea-
verdad, por otro. Esta jugada (la de salvaguardar la pureza objetiva de
las verdades científicas del influjo de lo histórico delimitando dos ám-
bitos de pertenencia absolutamente separables), si bien es muy cuestio-
24. Esta fractura se produjo, sobre todo, a partir de algunos desarrollos de la física nable, sigue dando aun hoy sus frutos. Quiero decir, todavía genera
cuántica, de la teoría de la relatividad y de Ja termodinámica, entre otros.
adhesiones y perdura su utilización por parte de aquellos que, en nom-
25. La hoja de ruta que se seguirá en este trabajo de aquí en adelante será Ja siguiente: en
bre de la defensa del espíritu de la ciencia y de la lucha contra el "rela-
primer lugar, y para completar el panorama del pensamiento moderno. presentar la argu-
mentación mediante la cual algunos epistemólogos pretenden salvaguardar-a su entender- tivismo irracionalista", pretenden salvaguardar la neutralidad y la ob-
la universalidad y objetividad del saber de la ciencia. delimitando las fronteras entre verdad jetividad del saber científico. Desde ya aclaro que este capítulo no se
e historia. y -en mi articulo "Nietzsche y el redescubrimiento de la historicidad". en este propone discutir -ni siquiera objetar- la importancia fundamental que
mismo volumen- ilustrar una de las primeras y más radicales criUcas a Jos fundamentos posee en la actualidad el conocimiento científico. Tampoco se sugiere
filosóficos de la modernidad, la del filósofo alemán Nietzsche. Es sobre todo a partir ele su
aquí -lejos estoy de ello- que todo sea reducible a una especie de fácil
obra cuando comienza el redescubrimiento ele la historicidad y los programas de ampliación
de la idea de razón que tuvieron y tienen todavía lugar en el pensamiento actual. y cómodo relativismo que afirme "toda interpretación es igual a otra" o
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G2 Conocimiento. investigación: prngreso e historia de la ciencia

"todo es relativo", "todo es posible". Al contrario. Cabe, en princ1p10,


reconocer que ese subjetivismo perezoso es una tentación dificil de
eludir cuando llega el momento -como en estos tiempos- en el que los
fundamentos y las certezas caen, y parece reinar la incertidumbre y la
contingencia más absolutas. Sin embargo, seguir sosteniendo que las
verdades científicas conforman un ámbito tajantemente distinguible y
aisláble de la realidad histórica, social y política sobre cuyo suelo se
erigen constituye una posición tan pueril y criticable como la anterior.
En síntesis, no se trata de "racionalismo" versus "irracionalismo" ni de
"universalismo" versus "relativismo". No se trata ni de "verdades plena-
mente objetivas" ni de que "cualquier idea vale lo mismo que otra".
En todo caso, partir del reconocimiento del carácter interpretativo y
-por ende- histórico de la racionalidad no soluciona totalmente las
cosas. Aunque es ya un paso. Es el que intenta dar Nietzsche, quien
desde las postrimerías del siglo XIX, por un lado, anuncia el arribo de una
época de crisis para las certidumbres modernas y, por otro, da el pun-
tapié inicial de un proceso de redescubrimiento de la historicidad y de
ampliación de la idea de razón, que llega y se extiende hasta nuestros
días. A través de su pensamiento se abordará, en otro capítulo, una
crítica de la modernidad, tanto en lo que respecta a sus ideales de
conocimiento como en lo relativo a su proyecto de razón y de ciencia.

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