Вы находитесь на странице: 1из 13

La comunidad como ilusión y proceso: acontecimiento, colectividad y

subversión

Pablo Klimpel Frugone i

“Los filósofos (estudiantes-académicos ii ) no han hecho más que interpretar de diversos


modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”
Tesis 11 de Marx sobre “Feuerbach” (1888)

“Hay un piso de arriba en esta casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive
gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal”
Julio Cortazar “Manual de instrucciones” (1995, 2004 Pág.:10)

Resumen:

Este trabajo se propone analizar la concepción de comunidad y sus interrelaciones


subyacentes, diferenciando tres dimensiones relativas al sujeto (Agacino 2006), el
grupo (Foladori 2007, Anzieu, 1987) y la colectividad (Fernández 2005, Guattari
1996). Comprendiendo la “comunidad” en función de tres elementos tal como lo
define Mariane Krause (2001): pertenencia, interrelación y cultura común.
La comunidad se nos presenta como una “procesualidad”, un cuerpo en conformación
constante. Donde la identidad y la memoria colectiva conforman un tejido donde el sujeto
se define como parte de un colectivo histórico. Desde Gramsci (1983,2003) podemos
diferenciar tres momentos: La concepción del mundo como marco epistémico, la acción
como momento ético en la relación con el otro y la política como factor constituyente de la
acción en sociedad. Estos tres momentos engloban lo ideológico del proceso, donde la
ideología es “producción de subjetividad y sentido” (Guattari 1996). Demarcando una
organización de poder donde las “composiciones de clase” (Berardi 2007) existentes al
interior de la comunidad operan como factor donde lo “constituido y constituyente del
poder” (Negri y Hardt 2001) entran en tensión en post de la propia autonomía de los
sujetos.

Palabras clave: comunidad, colectividad, grupo, sujeto, proceso, identidad, ideología,


memoria colectiva, poder constituyente.

1. Sobre el concepto de comunidad y sus dimensiones:

Dentro de la “disciplina iii ” la comunidad, muchas de las veces se nos presenta


como un concepto “acabado”, “ideal” al cual nosotros iríamos a “intervenir” o
“trabajar” con ella ¿pero donde esta la comunidad? ¿Qué la conforma? Podemos
decir, que la comunidad, como tal –no existe- y esto pasa por distintas razones.
Rafael Agacino nos dice que el proceso paulatino de implementación de la
dictadura militar en Chile significo la construcción social de un nuevo referente: el sujeto
privado y con esto la individualización de la relaciones socialesiv. Lo particular de la
implementación de esta nueva fase capitalista, es que impuso una cultura capaz de
coordinar los valores sociales, produciendo una subjetividad diferenciadora de los procesos
sociales anteriores, en términos de que “obligo a que los sujetos políticos populares muten

1
en sujetos sociales, y éstos últimos, se reduzcan luego, a meras categorías sociales”
(Agacino, 2006, Pág.:6) que en definitiva terminaron destruyendo la vida comunitaria,
barrial y local que existía. Agacino nos dice que lo que define un sujeto social es su
vinculación y reconocimiento con el otro, el sentirse parte de una realidad común. Si
tomamos como ejemplo, el ser estudiantes, trabajadores o vecinos, podemos decir que el
que compartamos el mismo espacio o nos vistamos parecido, no indica mayor cosa, solo
indica una coincidencia circunstancial.
Por el contrario, el sujeto social se reconoce en los demás, lo convocan espacios
comunes y da el vuelco a un sujeto colectivo, diferenciando adherentes a su concepción de
mundo y antagonistas. El sujeto político se definiría en términos de que este reproduce
conscientemente una realidad o la transforma, afectando al conjunto de la sociedad.
Es útil diferenciar tres elementos como lo define Mariane Krause (2001):
pertenencia, interrelación y cultura común. En su tabla 1 define: (los paréntesis son
nuestros a modo explicativo):
Tabla 1
Elementos del concepto de comunidad y sus significados

Elementos Significado
Pertenencia Sentirse “parte de”, ( énfasis en la dimensión
subjetiva) “perteneciente a” (es lo que da el sentido
de “comunidad”) o “identificarse con” (esta es la
instancia que da el territorio subjetivo de
pertenencia con “proyectos” y “lugares” comunes)
Interrelación La existencia de contacto o comunicación (aun que
sea “virtual”) entre sus miembros y mutua
influencia (la relación con el otro, lo “ético” y la
coordinación de significados)
Cultura Común La existencia de significados compartidos (dado
por los aspectos simbólicos, valóricos y los
“códigos” de la “comunidad”)

El triple proceso que define Krause marca una pauta para analizar la existencia en
un contexto dado de lo que llamamos “comunidad”. Aquí vale decir que los elementos por
Krause planteados en esta tabla, deben ser leídos en relación a los aspectos del sujeto ya
nombrados y los aspectos relativos a lo grupal y lo colectivo. A mi modo de ver sirven
como pauta de análisis, pero por si solos, carecen de un enfoque de articulación ético-
político en lo social-histórico.
Lo “grupal” es conformado por las aglomeraciones de personas en las cuales se
trabaja y que diferencian a un sujeto de un colectivo y que tal como nos dice Foladori “la
mayoría de las practicas comunitarias privilegian al grupo como el destino de sus
acciones” y “la identidad individual con los otros y con la comunidad redunda en la
identidad grupal” (2007, Pág.:407) esto pasa por que el grupo se nos muestra como una
instancia mediadora entre lo individual y lo colectivo, que funciona como trasfondo de la
vida asociativa de la “comunidad”.
La gente se junta en grupos, para realizar lo que no puede hacer por si misma,
v
Anzieu (1987) nos dice que el grupo es el lugar de la “conspiración” y lo que el grupo
otorga a cada sujeto es la capacidad de llevar a cabo sus deseos, fantasías y anhelos de
diverso tipo, con la esperanza de llevar sus aspiraciones a su “realización”. Anzieu nos dice
que por grupo se puede comprender cualquier tipo de asociación, organización, equipos de

2
trabajo, reuniones profesionales, etc. En la antigüedad señala Anzieu “solo existía ese
grado concreto de la realidad social, solo conocían al individuo o la ciudad” En este
sentido es relevante señalar que muchos grupos durante la historia han sido perseguidos por
diversos poderes, generando sospecha y preguntas como ¿por que deben juntarse fuera de la
evidencia de los demás? ¿Para que se aíslan? ¿Qué traman en secreto?, etc. Los grupos
siempre han generado sospecha por parte de los grandes poderes, por ejemplo en Chile en
la Dictadura Militar se instauro la detención por sospecha o la prohibición de asociación
ilícita, etc.; pero lo que me interesa rescatar es la importancia del grupo, como lugar de
trabajo intermedio entre lo individual y lo colectivo.
Hemos diferenciado las dimensiones relacionadas al sujeto y el grupo, pero lo
colectivo es una dimensión prioritaria en este proceso de la comunidad, el cual si no se
devela, se corre el riesgo de no comprender muchos de los procesos subyacentes, al cuerpo
en “conformación” que es la “comunidad”. Lo colectivo como dice Fernández (2005) esta
dado por las formas, las interacciones de los grupos a un nivel amplio. Estas formas pueden
reconocerse en las disposiciones de los espacios y la arquitecturavi.
Este aspecto colectivo de las “formas” esta dado por los lugares, los ambientes, las
atmósferas y las situaciones cuya comprensión no pasa por la mediación del lenguaje y los
enunciados necesariamente, si no por una comprensión de corte “estético”.
La importancia de esta dimensión estética pasa por lo que “Rolnikevii llama
“sensación” aquello que esta “más allá de la percepción y del sentimiento en nuestra
relación con el mundo” (Rolnike, 2001), esto es, lo que esta más allá de nuestro sentido de
referencia habitual y que aparece como un extrañamiento a la experiencia. Rolnike nos dice
que el desciframiento de este nuevo signo “no tiene que ver con interpretar o explicar” si
no “con inventar un sentido que lo haga visible y lo integre en el mapa de la existencia
vigente operando una transmutación”. Este nuevo signo, si no se lo interpreta o explica
inmediatamente buscando una explicación que se acomode a los parámetros y referencias
que tenemos del mundo, puede llevarnos a descubrir un nuevo sentido en nosotros y
develar aspectos más profundos de nuestra realidad, que quizás pasamos por alto. Desde
este punto de vista es que las crisis e implosiones son necesarias, ya que son puertas hacia
nuevos universos de sentido. Por esto la experiencia estética nos lleva a la experimentación
e innovación constante, como se nos muestra en la experiencia de la creación artística, por
ejemplo.
Hay que diferenciar los aspectos psicológicos y estéticos de la subjetividad. La
experiencia psicológica esta asociada a una experiencia individual, relacionada con la
memoria, la inteligencia, la percepción, los sentimientos y los procesos concientes. La
experiencia estética se caracteriza por la sensación afectiva que es pre-verbal y colectiva.
Rolnike incluso llega a decir que cuando “la práctica estética dejó de ser una dimensión
integrada en la vida colectiva (dentro del ámbito de lo popular y del folklore de los
pueblos, por ejemplo) para confinarse dentro de un campo especializado, surgieron en la
medicina de Occidente las prácticas clínicas volcadas en la subjetividad: la psiquiatría en
el siglo XVIII y el psicoanálisis en la transición del XIX al XXviii”.
Esta reducción de la subjetividad a la dimensión psicológica, eclipso la experiencia
estética, excluyendo con esto la participación del deseo personal y colectivo en la
transformación de la existencia de las personas. Incluso si tomamos dos conceptos que
vienen del griego para designar la “vida” nos conducen a las palabras “zoé, vida en sus
formas de organización” y “bios, vida como potencia de variación” (Rolnike, 2001)
Podemos ver que en la actualidad lo que esta trabado es la vida como -proceso de

3
diferenciación-, de devenir, de multiplicidad, siempre nueva y singular. Siendo lo
patológico, la interrupción de este proceso de diferenciación y creación, donde el sujeto
queda anclado y cristalizado a referentes hegemónicos, donde la participación es excluida
en post de un mundo ya pre-fabricado e individualizado, ajeno a toda experiencia colectiva
de construcción con el otro, (sobre esto volveré en el punto 4).
Si bien el lenguaje es un espacio importante, ya que significa y construye realidad;
como bien lo han mostrado los militantes anclados en el giro lingüístico y la construcción
discursiva, (como los socioconstruccionistas) no toda la realidad es una fabricación en el
lenguaje desde el momento en que imperan otros sentidos en la construcción de mundo,
como la estética por ejemplo.
Fernándezix bien nos dice que el lenguaje es un sistema de ordenamiento del mundo,
que asigna categorías a un mundo que “de antemano no las tiene”, como bien dice Deleuze
(1969, 1989) “el lenguaje es quien fija los limites”. Los enunciados no tienen la capacidad
de abarcar la totalidad de la interrelación que transita en el espacio colectivo de la
comunidad, por que ¿Cómo comprendemos ese aspecto sincrético de lo no dicho, lo tácito e
implícito en el "gesto mismo"? Guattari (2000)x usa el concepto "universos incorporales"
para dar cuenta de todo este trasfondo de discursos, ideas y afecciones que circulan de
manera tacita y virtual entre nosotros y que son el trasfondo “afectivo” y “pre-verbal” de la
comunidad. Este es un plano no racional, al cual podemos acceder a través de la
sensibilidad de las formas y las disposiciones en el lugar tal como nos dice Fernández, pero
también a través los gestos del cuerpo y el movimiento.

2. La comunidad como ilusión y proceso:

La identidad y la memoria colectiva, se nos presentan como funciones importantes


de este proceso, pero también hay que diferenciar la dimensión ideológica que opera al
interior de lo que llamamos “comunidad”.
La identidad comúnmente se la suele entender desde una referencia fija, estable,
como si esta constituyera un “algo” que existe desde el principio, como una esencia que se
“encarna”, pero me parece mas útil y menos determinista, comprenderla como un “territorio
existencial” un lugar de apropiación subjetiva, que se habita y transforma. Como explica
Guattari (1996) “territorios existenciales que integren el yo, el cuerpo, el espacio
transicional, el espacio ambiental, la etnia, los ancestros; hay una aglomeración no
discursiva que hace que uno se integre a la existencia a través de todo tipo de dimensiones
y de intensidadesxi” identidad que puede extrapolarse a la experiencia del sujeto como al de
una colectividad o grupo. Nuestra identidad es parcial, por que si trazamos un diagrama de
nuestra vida con todos los roles que somos –en un día- no encontramos ningún “yo” o
identidad fija que nos constituya, si no una polifonía subjetiva que se produce
constantemente, en la que siempre emergen nuevas posibilidades dentro de esta
“procesualidad” que “devenimos”.
Esta forma de producción “polisemica”, la encontramos en el cuerpo de la
comunidad como proceso y creo que en la comunidad se dan los mas múltiples niveles de
relación, lo que nos invita a renunciar a las formas centralistas de comprensión. El concepto
de rizomaxii de Deleuze y Guattari, es un concepto que permite asociar componentes
diversos, sin un centro especifico, sino que es capaz de dar cuenta del movimiento y el
acontecimiento que constantemente esta produciendo realidad(es) y sentido(s), por que lo
propio del acontecimiento es su inmediatez, de ir siempre en los dos sentidos a la vez,

4
pasado y futuro esquivando el presente. Esto constituye como dice Deleuze (1969, 1989,
Pág.:12) “La paradoja (que) es primeramente lo que destruye al buen sentido como sentido
único, pero luego es lo que destruye al sentido común como asignación de identidades
fijas”. De esta paradoja y de la imposibilidad de “fijar” y establecer un sentido único a la
realidad, los sujetos y los contextos, es de donde se desprende la crítica a los conceptos que
atribuyen una realidad universal a los fenómenos de la realidad social. Lo que marca la
imposibilidad de medir la “realidad” en términos estables y totalitarios, ya que menoscaba
la multiplicidad y la diferencia de los procesos que se imponen como una materia salvaje
que no se deja “domesticar” ni “disciplinar”.
Esto muestra la pertinencia de conceptos tales como el de rizoma y el de
cartografía social, por sobre el de diagnosticoxiii social, por ejemplo, ya que son conceptos
capaces de abarcar el movimiento y el devenir de la realidad, en función de trazos y líneas,
de la cual nuestras apreciaciones son siempre construcciones relativas, y que debieran
constituirse como acciones e intervenciones capaces de configurar lo “impensado”: la
novedad, lo posible.
En función de esto Guattari habla de los “efectos diagramáticos” de nuestras
practicas. Con lo de efectos diagramáticos, me refiero a los efectos –no esperados- a
aquellos efectos que se producen más allá de nuestros supuestos y que son difícilmente
cuantificables.
Hace un tiempo Domingo Asún, nos contaba en una clase que en los años 60-70
habían diseñado una escuela de formación para mujeres campesinas respecto a su rol
histórico y social, como un intento de cuestionar el determinismo y la opresión al que se
veían sometidas. Como resultado de esto muchas mujeres emprendieron rumbos de
independencia laboral, personal, familiar, etc. Tuvo un efecto positivo, pero no se tuvo en
cuenta que se genero una fuerte inmigración del campo a la ciudad y muchas de las
mujeres, (no todas), no encontraron trabajos y cayeron en situaciones de pobreza al no
contar con redes de apoyo, como las que tenían en su ciudad de origen. El proyecto de
intervención claro que dio resultados de acuerdo a los objetivos que se propuso, pero no fue
provisorio sobre este tipo de efectos y esto es parte de los efectos diagramáticos, ese factor
que se nos escapa y que se articula “por si mismo”, sin que nosotros podamos intervenir.
Y es esto, lo que a mi modo de ver caracteriza justamente a la comunidad su
“parcialidad” su incapacidad de articularla como un concepto universal, si no que
justamente su “común-unidad” esta en función de las parcialidades, velocidades, estratos y
flujos de diverso tipo que la constituyen como un cuerpo a-centrado. Podríamos hacer la
analogía con una especie de ameba translucida que muta a cada instante en el movimiento
de sus múltiples tentáculos de la cual su convergencia esta en función de las diferencias que
la constituyen como colectivo humano, su “ser paradójico” e incompleto como totalidad
hegemónica.

3. De lo instituido al poder constituyente: la dimensión “ideológica” de la


memoria y l@s sujetos.

En la comunidad como en todo proceso hay aspectos “cristalizados” y “fluidos”,


que engloban como dice Foladori (2007) una dimensión “institucional” o en palabras de
Negri (2001) un “poder constituido” y un “poder constituyentexiv” que es clave diferenciar
en el marco del trabajo que se este realizando, ya que nos hablara de los grados de
movilidad y apertura con lo que podemos contar en el trabajo mismo de “intervención”. El

5
poder constituido normalmente da cuenta de los sistemas jurídicos y constitucionales, las
normas y las instituciones que representan a la ciudadanía. Pero sobre todo, representa
aquello que es fijo por definición, que resiste el cambio, la movilidad y dentro de la
“comunidad” lo que funciona como régimen de verdad –de sentido imperante-. Hay que
saber diferenciar sistemas de valores o comportamientos que justamente se han convertido
en una “institución” con la que hay que lidiar y saber leer frente al poder constituyente que
cuestiona y moviliza el poder.
Como bien dice Ana Maria Fernández, toda sociedad es un sistema de
“interpretación del mundo”, construcción e invención de realidad consensuada, y es esto, lo
que justamente permite que lo que existe, se pueda transformar. Por esto “Las
transformaciones de sentido –lo instituyente- operan siempre con la resistencia de aquello
consagrado –lo instituido- que hasta tanto no sea trastocado funciona como régimen de
verdad.” (Fernández, 2007, Pág.:83)
Ahora bien, hay que diferenciar tres aspectos: Lo epistémico, lo ético y lo político
es decir lo “ideológicoxv”. Como sujetos debemos comprender que formamos parte de una
compleja red de equipamientos colectivos, (medios de comunicación, instituciones de todo
tipo, relaciones sociales, etc.) de los que somos agentes, reproductores y transformadores.
Por ejemplo, tenemos a la familia como la primera institución que a través de los sistemas
de enseñanza, nos introduce a las normas culturales vigentes.
Si tenemos en cuenta a Gramsci (1984, 2003) esto manifiesta una conducta
sometida y subordinada, sin espacios para la autonomía a menos que demos un giro
asumiendo la condición y el lugar que ocupa cada cual en la historia y desde ahí
convertirnos en protagonistas de esta.

Desde Gramsci podemos diferenciar tres momentos:

- La concepción del mundo como marco epistémico


- La acción como momento ético en la relación con el otro
- La política como factor constituyente de la acción en sociedad

Estos tres conceptos: concepción del mundo, acción y política, componen la


ideología ya que engloban un conjunto epistemológico, de cómo conocemos y nos
acercamos a la realidad social demarcando una ontología propia en la cosmovisión de
mundo. Si vamos más lejos aun, la ideología no funciona como un cúmulo de ideas,
representaciones o interiorizaciones abstractas del mundo en el sujeto y la sociedad, si no
que operan inmediatamente en la producción de sentido que define un mundo singular, por
lo tanto configuran un poderxvi
Este acento en la concepción de ideología -como producción de sentido- más que
marcos representacionales sobre el mundo, como el concepto de Moscovici de
“Representaciones sociales” por ejemplo, viene dado por la reflexión de autores como
Deleuze y Guattari, que nos dicen que incluso la ideología en cuanto tal –por si sola- no
existe, ya que la ideología siempre es producción de sentido, subjetividad y poder.
Subjetividad “esencialmente fabricada, modelada, recibida y consumida”
(Guattari, Rolnike, 2005 Pág.:39), desde esta óptica, no es posible separar la acción de la
representación, rechazando estos conceptos como falsos problemas, que nos atan a la
concepción de una naturaleza humana esencial y determinada. Para evitar esto, es que

6
contraponen al concepto de ideología, como lo es la concepción de procesos de
subjetivación y producción de subjetividad. Tal como lo hablamos anteriormente
Esta diferenciación es útil para comprender el concepto de ideología como una
fabricación, necesariamente -de sentido- en la subjetividad, donde opera y funciona toda la
sociedad y la “comunidad” como una expresión ideológica.
La memoria colectiva nos habla de las “reacciones en cadena”, Salazar (2002) dice
que de forma transversal atraviesan el cuerpo de esa comunidad como el conglomerado de
discursos que circulan, como recuerdos fraccionarios de los hechos que los conforman
como sujetos –con historia- dentro de un(os) imaginario(s) que los constituyen como
actores o receptores de esta, dependiendo del lado de la balanza en donde se encuentren,
personas habladas y señaladas por el discurso mediático o actores de su vida y propia
historia. Por lo que aquí el espectro de Marx, siempre vuelve y nos dice que la lucha de
clasesxvii esta presente en toda dimensión económica y social mediada por las relaciones de
poder en donde se baten los intereses de un sector por sobre otro y en esta lucha, se juega la
producción de una historia y la capacidad de reconocerse como un agente transformador en
miras de su propia emancipación social; esto en la medida que los sujetos se adueñen de su
proceso, lo signifiquen y le otorguen sentido de manera colectiva, siendo este un espacio
posible para la autonomía y el contrapoder como “una nueva formación social
alternativaxviii”.

4. Comunidad, acontecimiento y subversión: constituyendo un nuevo sujeto

Ahora que hemos definido a grandes rasgos algunos conceptos relativos a la noción
de “comunidad”, podemos decir ¿Qué es lo subversivo de la comunidad? ¿Qué es lo que la
hace participe de su potencia emancipadora?, ¿Qué comunidad nos interesa construir? Aquí
claramente hemos definido la comunidad desde su emergencia en relación con los sujetos
sociales y políticos, es decir –desde su fuerza colectiva de transformación- desde mi visión
no es posible pensar la comunidad sin este componente revolucionario, o los sujetos son
colectivos y se reconocen en el otro y desde aquí son capaces de hacerse cargo de su
historia y transformar su realidad, o no es comunidadxix.
Anteriormente decía que la comunidad justamente se definía por su falta de
“homogeneidad” y universalidad, entonces alguien puede pensar ¿Cómo es posible
entonces que se conforme un sujeto colectivo con voluntad política? Y bien, esto es
reconocer que muchos de nuestros vínculos, son parciales y que si bien, puede haber
resistencia en conjunto, eso no quita que existan diferencias, lo que conforma la “unión” es
un “espíritu común” no una “uniformidad”. Y es aquí donde siempre hay fisuras, lo que
hace que un movimiento se pueda cuestionar, preguntar sobre lo que hace y no sea una
dictadura o una practica autoritaria.
Anteriormente hablábamos del poder constituyente y de la creatividad, de la
capacidad de diferenciación que había sido trabada por este sistema de reproducción
capitalista que “estandariza la vida” y el ámbito afectivo. Aquí se encuentra el elemento
subversivo y conciliadorxxde la comunidad, la capacidad de devolvernos la participación en
la construcción colectiva del mundo. Rolnike (2001), asertivamente nos dice que esto tiene
que ver con la experiencia de participar de la construcción de la existencia, lo contrario a
disociarse de las sensaciones y la desactivación de la ensoñación, activar la fuerza de los
sueños, la fantasías y la capacidad de crear, problematizar y transformar la realidad con

7
otros y otras; lo que hace que la vida tenga sentido y valga la pena vivirla. Podríamos decir
que esto evidencia un rasgo de “verdadera salud”.
Junto con esto, la experiencia de la comunidad, no puede estar desvinculada de la
comprensión erótica del otro y de la empatía que esto constituye, lo que da el fundamento
práctico de la ética y el reconocimiento de la alteridad. Como menciona Franco Berardi
(2007) “el fundamento de la ética no esta en las normas universales de la razón practica,
si no en la percepción del cuerpo del otro, como continuación sensible de mi cuerpo”. La
experiencia de esta corporeidad colectiva, no esta exenta de un sentido casi “tribal y
dionisiaco”, lo que trae consigo la constitución de nuevos mitos de referencia, otras formas
de vivenciar la relación con el tiempo y el espacio e incluso la democracia como ejercicio
directo, muy distinta a la democracia representativa del voto y las urnas.
Por esto en la comunidad esta el germen del contrapoder, como dicen y muestran
los Zapatistasxxi, la autonomía como política radical y el autogobierno -como estrategia-
engloban lo económico, lo político, lo cultural y lo militar; por lo tanto la comunidad es
capaz de recrear la vida y los valores desde una vivencia de conjunto, la comunidad es
reconocida como identidad. Y aquí, la comunidad se establece como una heterogénesis, es
decir “una apertura hacia procesos irreversibles de diferenciación, necesarios,
singualirizantes” del modo de ser de la “homogenesis capitalista” (Guattari, 1996, Pág.:
73).
Para finalizar, considero que si la comunidad lograse advenir en un movimiento
político hay que tener cuidado con no significar y caracterizarlo en función de sus faltas,
logros o derrotas. Estos debieran ser considerados como a punto de producir y crear “por
una maquina de experimentaciónxxii” constante. Esto es verlos netamente desde una óptica
funcional, no de lo que son o podrían ser, si no de lo que hacen, como se conectan y
desterritorializan o son capturados, los efectos que producen como movimiento en la
sociedad.
Esta objeción puede parecer algo abstracta o netamente retórica, pero es un acto de
“des-edipizaciónxxiii” de los movimientos sociales, dejar de significarlos en torno al espacio
de la ley civil o un referente totalitario que este a la base de su comprensión como
movimiento social. Esto es concebirlos desde una perspectiva ética, que se contrapone a
verlos como sujetos de derecho, ya que la ética hace posible el reconocimiento del otro y la
alteridad –desde la pura relación- el concebir a las personas, grupos o colectivos como –
sujetos de derecho- los convoca a un espacio donde la legalidad, la norma y el estado, los
significan como principal protagonista, no haciendo posible el espacio para la insurrección
y una conformación social alternativa a la “establecida”.
El que los movimientos sociales tengan como antagonista directo al poder
establecido guarda un problema que tiene que ver con su accionar y metas, en los que
fácilmente su potencia puede caer y ser atrapada por el poder constituido. Este problema es
una vieja idea del marxismo clásico de principios del siglo veinte y finales del siglo
diecinueve que aun esta presente, es la vieja idea marxista de tomarse “el poder” la noción
de “dictadura del proletariado”, la identidad del “triunfo” del movimiento social, pareciera
que estuviera dada con su logro y toma final del poder. Pero la historia nos ha mostrado,
que esto no es más, que solo el principio.
Los movimientos sociales y populares, no tienen para que considerar sus logros en
relación a sus faltas y metas por conseguir, por el contrario, este acto de “des-edipización”
es considerarlos como pura potencia maquinica, capaces de agenciarse con múltiples
instancias de asociación transversal, dejar de significarlos en relación a lo universal y lo

8
hegemónico. Hacer esto es sacarle todos los clavos, las cruces y coronas de espinas,
producto de una historia “paranoica-despótica” a los movimientos sociales y populares,
dejar el sufrimiento y la agonía de la falta, los fracasos de lo que no son y de lo que podrían
ser. Hacer esto es construir un plano de inmanencia donde el poder constituyente es pura
fuerza creativa –maquinas deseantes- que se agencian en el presente, no en el futuro o en
una promesa de un porvenir mejor de lo que esta por llegar. Los sujetos no tienen por que
tomarse el poder o “empoderarsexxiv”, ya lo tienen como dice el Sub-Comandante Marcos,
es hora que lo ejerzan.
Finalmente esto nos trae un tema no menor: ¿Qué hacemos con el Estado? ¿Cómo
nos organizamos como sociedad? Para Lenin, el contrapoder era la muestra de un poder
proletario que se sublevaba contra la burguesía y este solo podía existir durante un periodo
insurreccional de transición hacia un nuevo Estado. Negri y los autonomistas nos hablan de
un contrapoder –constituyente, permanente- quizás actualizando el proyecto de la
revolución permanente (en permanencia) de Trostky. Los anarkistas nos recuerdan, que
todo Estado, de por si es un problema y tienen razón, la historia no lo ha resuelto.
Sin embargo, debemos pensar sobre situaciones concretas y hasta el momento todo
esta por verse y la practica, nos ira dando la perspectiva. Volviendo a la propuesta de
pensar “a la comunidad” esto básicamente, es por una perspectiva estratégica de
construcción de organización, fuerza social y poder popular, que vemos como necesaria
para este periodo. El reto de hoy para recuperar un proyecto político de base, es la
existencia de un contrapoder paralelo al Estado, que redefina el rol de la democracia y la
participación de las personas en la toma de decisiones y desde esta perspectiva la
construcción de comunidad, es una tarea prioritaria.
La existencia de una comunidad o conjunto social organizado es lo que nos permite
redefinir del sistema político, por parte de procesos de democracia de base o directa, que
pongan en juego nuevas formas de relación con el espacio, el lugar, el territorio, los
valores, la apropiación y uso, dentro de la vida colectiva. Donde existan formas de
reproducción cultural, económica, políticas (la gestión de la vivienda, salud, educación,
alimentación, etc.) y militares propias, lo demás se vera con el tiempo. Por tanto parafrasear
la antigua consigna de las guerrillas de liberación de Centro y Latino América “Patria o
Muerte” se hace un imperativo, que bajo nuevas formas, debe ser repensado y actualizado
dentro de un proyecto político global y local, de acuerdo a las condiciones de nuestro
tiempo.

Bibliografía

• Agacino, Rafael (2006) “Hegemonía y contra hegemonía en una contrarrevolución


neoliberal madura. La izquierda desconfiada en el Chile post-Pinochet”. CLACSO
• Anzieu, Didier (1987) “El grupo y el inconsciente” Ed.sigloXXI .B.A.
• Berardi, Franco (2007) “Generación post-alfa: patologías e imaginarios en el
semiocapitalismo” Editorial Tinta Limón Ediciones, Argentina.
• Cortazar, (1962), (1995), (2004) “Historia de cronopios y famas” “Un tal Lucas”
Buenos Aires: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara.
• Deleuze (1989)[1969] “La lógica del sentido” editorial Paidos, Argentina

9
• Fernández, Ana Maria “Las lógicas colectivas: Imaginarios, cuerpos y
multiplicidades” Buenos Aires: Biblos, (2007).
• Foladori, Horacio (2007) ¿Existe la psicología comunitaria? en “Trayectos de la
psicología comunitaria en Chile: Practicas y conceptos”. J.Alfaro y H.Berroeta.
Universidad de Valparaíso editores, Chile (2007)
• Gramsci, Antonio (1984) (2003). “El materialismo Histórico y la filosofía de
Benedetto Croce”. Primera edición, tercera re-impresión. Buenos Aires. Buena
visión.
• Guattari:(1996) “Caosmosis” Ediciones manantiales. Buenos Aires, Argentina.
• Guattari: (2000) “Cartografías Esquizoanaliticas”, Ediciones Manantial, Buenos
Aires, Argentina.
• Guattari, Rolnike (2005) “Micro política. Cartografías del deseo” Editorial
Traficantes de sueños, España.
• Guattari, Deleuze, (2004) “Mil mesetas: Capitalismo y Esquizofrenia”, Editorial
Pre-textos, Sexta edición, España,
• Hardt, Michael y Negri, Toni (2001) “La multitud contra el Imperio” Contretemps
No. 2, septiembre, (2001)
• Krause, Mariane J (2001) “Hacia una redefinición del concepto de comunidad:
Cuatro ejes para un análisis critico y una propuesta” Revista de psicología de la
Universidad de Chile, volumen X,
• Rolnike: (2001) “El arte ¿cura?” Publicado por MAC BA, España. Texto PDF
• Zibechi, Raúl (1995). “Cuando bajan los arroyos: Los desafíos del zapatismo”
Editorial piedra Libre,

WEB:
• http://www.construmatica.com/construblog/2007/06/27/AP_Conversacion_c
on_Juan_Luis_Martinez_Felix_Guattari/
• Berardi, Franco (2007) “La felicidad es subversiva”. Entrevista echa por
Verónica Cargo, publicada en el diario PAGINA 12, el día 12 de noviembre
de 2007. http://www.194.109.209.222/tintalimonediciones/spip.php?
rubrique14
• Salazar, Gabriel (2000). “Memoria Hermenéutica y Movimiento de la “baja
sociedad civil” (Chile sobre el 2000). Universidad de Chile, Curso de
Formación General: Memoria Social: historia social, conflictos en Chile. En
www.cfj.uchile.cl.
• Deleuze, Cursos de “El AntiEdipo y Mil Mesetas”: “Las concepciones del
enunciado” 04/06/1973. Texto formato Pdf, disponible en
www.webdelueze.com.
• Montero, Maritza (2001) “Ética y Política en Psicología: Las Dimensiones
no reconocidas” en revista Athenea Digital. numero 0: 1 -10. pp. 1-10 Abril
(Abril 2001)
http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital
• Fernández, Christlieb, Pablo (2005) “Los dos lenguajes de las dos
psicologías de lo social” Athenea Digital - num. 8: (otoño 2005)
http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital

10
• Marx (1888) Tesis sobre Feuerbach. http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-
eng/oe1/mrxoe101.htm

11
i
A la fecha, estudiante Psicología universidad ARCIS; participa del “Movimiento de Trabajadores Clotario Blest”, contacto
y comentarios a pklimpel@gmail.com . Esta ponencia originalmente fue presentada en el “IX Congreso de psicología
comunitaria” de concepción año 2008 en el mes de octubre, en la mesa “Aportes a la psicología social comunitaria desde
el trabajo político social: Notas para una deconstrucción del sentido gubernamental de la “intervención”. Junto con los
trabajos de Víctor Fernández A. y Daniela Castillo P. Mesa que también fue presentada en el “Primer encuentro Nacional
de comunitarios: aprendizajes para la sustentabilidad de redes sociales y comunitarias” Valparaíso, Noviembre 2008. Esta
es parte de un trabajo de reflexión colectiva, por lo que es importante leerla en conjunto con los trabajos de mis compañeros
de mesa. Ahora presento este trabajo en la: II Jornadas de Estudiantes de Pre-grado en Humanidades y Ciencias Sociales
2009:"(In) Dependencias en América Latina. Tensiones, rupturas y continuidades".
ii
Lo de “estudiantes, académicos” es un énfasis mío.
iii
En este caso la Psicología (social) comunitaria.
iv
Aquí no me es posible profundizar en esto, ya que requeriría un análisis de tipo sociológico y cultural, mas profundo y
para esto, esta el trabajo: De Víctor Fernández Aguilera (2008) Construyendo una nueva cultura: Subjetividad colectiva y
estructuras organizativas autónomas. De de esta misma mesa.
v
La referencia a Anzieu esta hecha en base a los textos de referencia: Anzieu, Didier “El grupo y el inconsciente”
Ed.sigloXXI...B.A. 1987 Cáp.: 3 y 10.
vi
(la conformación de las sillas y los cubiertos en una mesa por ejemplo)
vii
Este párrafo entre comillas es originalmente, lo escribí como parte de la fundamentación del seminario “Políticas de la
diferencia en salud mental”, llevado a cabo en la universidad ARCIS Valparaíso, en agosto del 2008.
viii
Ídem.
ix
“el lenguaje es un sistema de ordenamiento del mundo, puesto que establece distinciones, clasificaciones, antinomias,
jerarquías y secuencias en un mundo que no las tiene de suyo sino hasta que aparecen las palabras que lo van nombrando,
y por ende, lo que no se ajusta a las categorizaciones del lenguaje, queda fuera de la racionalidad que es lógica,
secuencial, inteligente y argumentativa” Fernández, Christlieb, Pablo (2005) “Los dos lenguajes de las dos psicologías de
lo social” Athenea Digital - num. 8: (otoño 2005)
x
Si se quiere profundizar en este concepto, se puede revisar el texto de Guattari: “Cartografías Esquizoanaliticas”,
Ediciones Manantial, Buenos Aires, Argentina, 2000. Capitulo 1 “Las cartografías analíticas”.
xi
Conversación con Juan Luís Martínez y Félix Guattari (1991) en el sitio web:
http://www.construmatica.com/construblog/2007/06/27/AP_Conversacion_con_Juan_Luis_Martinez_Felix_Guattari/
También revisar el libro de Guattari: “Caosmosis”, Cáp.:1 “Acerca de la producción de subjetividad”. Buenos Aires,
Argentina. (1996).
xii
En relación al concepto de Rizoma podemos citar: “contrariamente a los calcos, el rizoma esta relacionado con un mapa
que debe ser producido, construido, siempre desmontable, conectable, alterable, modificable, con múltiples entradas y
salidas, con sus líneas de fuga.”. Cáp. : I “introducción: Rizoma” Pág.: 26. Deleuze y Guattari “Mil mesetas: Capitalismo y
Esquizofrenia”, Editorial Pre-textos, Sexta edición, España, 2004.
xiii
Concepto heredero de la medicina y su afán taxonómico.
xiv
Aquí se me puede criticar el hecho de equiparar términos como el de “poder constituido” ”poder constituyente” con
conceptos como “institución” “instituido” e “instituyente” y se puede refutar que si bien apelan a nociones acerca de lo fijo
y lo móvil a cierto nivel, se relacionan con contextos y dimensiones diferentes. Es cierto, pero el acento que pongo en
relación a lo instituyente como poder constituyente va de la mano a la articulación cuestionadora por parte de un
movimiento social, del cual quiero hacer énfasis y considero que no es contraproducente ni erróneo.
xv
Este punto es desarrollado en profundidad, por ejemplo, en el texto de Montero, Maritza (2001) “Ética y Política en
Psicología: Las Dimensiones no reconocidas” en revista Athenea Digital. numero 0: 1 -10. pp. 1-10 (Abril 2001)
xvi
El poder entendido: como relación de fuerza.
xvii
Hablar de lucha de clases, nos trae por referencia el estatuto del concepto de clase hoy. En este tiempo no podemos
reducir el campo social y el sujeto de la lucha de clases a un par binario de relación. A mi modo de ver, mientras existan
explotados y oprimidos, existirá el germen de la rebelión y la lucha de clases, sin importar los cambios y la reestructuración
capitalista y el impacto de esto en la cultura, lo social-subjetivo y lo económico. Sin embargo lo que vemos hoy en día, es
que el concepto de clase que asignaba la existencia de un sujeto universal ya no va mas, pero eso no quita que el concepto
de clase hoy, no pueda re-articularse. Berardi ha hecho un interesante aporte en esta dirección asignando el concepto de
“composición de clase”. Este nos dice: “el concepto de clase social, no tiene consistencia ontologica, si no que debe ser
visto como un concepto vectorial. La clase social es proyección de imaginaciones y proyectos, efecto de una intención
política y de una sedimentación de culturas”. El concepto de composición de clase, tiene el valor de atribuir una dimensión
de “movimiento y mutación” capaz de hacer pasar diferentes aspectos como la sexualidad-genero, el trabajo, lo étnico, etc.,
de forma transversal. Por esto el concepto de “composición de clase” permite “no la constitución de un sujeto, no la
identificación de los seres humanos con un figura social fija, si no el cambio continuo de las relaciones sociales, la
identificación y la desidentificación sexual y el rechazo al trabajo” Berardi, Franco “¿Qué significa autonomía hoy?”
Pág.: 58-59. “Generación post-alfa: patologías e imaginarios en el semiocapitalismo” Editorial Tinta Limón Ediciones,
Argentina. 2007
xviii
El concepto de contrapoder engloba tres elementos: resistencia, insurrección y poder constituyente. Mientras la
resistencia son las formas de contraponerse a los bloques Institucionales dominantes, “una insurrección es un acto de
revuelta colectiva”, y el poder constituyente en palabras de Hardt y Negri “hace referencia a las formas sociales y
colectivas de comportamiento que son la fuente desde donde los sistemas constitucionales y políticos recogen su poder”
Michael Hardt y Toni Negri (2001) “La multitud contra el Imperio” Revista Contretemps. No. 2, septiembre, 153-166
-Texto PDF
xix
Puede sonar determinista decir esto, pero esto no quita que hayan diversos grados y formas de habitar y constituir la
comunidad, con esto, no estoy avalando un proceso homogéneo ni universal. Solo hago un énfasis –como tantos otros- Esto
es solo una apreciación y aproximación, no espera ser algo definitivo
xx
Conciliación entendida en el sentido Marxista de superar la alienación, enajenación y la división social del trabajo
xxi
La referencia al EZLN en relación a la autonomía como estrategia y la comunidad como identidad, las saco del libro de
Raúl Zibechi (1995) “Cuando bajan los arroyos: Los desafíos del zapatismo” Editorial piedra Libre.
xxii
Cursos de .Deleuze “El AntiEdipo y Mil Mesetas”, “Las concepciones del enunciado” 04/06/1973. Texto formato Pdf,
disponible en www.webdelueze.com.
xxiii
Aquí el concepto de “des-edipización” es una parodia al psicoanálisis en el sentido de aislarse del orden del significante
o de un referente externo –como la ley-
xxiv
(el famoso, mesiánico y reaccionario concepto de “empowerment”)

Esta obra está bajo una licencia de Reconocimiento-No comercial-Sin


obras derivadas 2.0 Chile de Creative Commons.

Вам также может понравиться