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FORMAS DE ESTADO

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 Comúnmente suelen confundirse formas de Estado y de gobierno, por eso es necesario


diferenciarlas, ya que estos dos términos significan cosas totalmente distintas. La palabra Estado
designa a la totalidad de la comunidad política, es decir al conjunto de personas e instituciones
que forman la sociedad jurídicamente organizada sobre un territorio determinado; en cambio la
palabra gobierno comprende solamente a la organización específica del poder constituido al
servicio del Estado.

 El gobierno es sólo uno de los elementos constitutivos del Estado. Es el conjunto de órganos
directivos del Estado o la institución o conjunto de instituciones por las cuales la sociedad realiza
y desarrolla aquellas reglas de conducta necesarias para hacer posible la vida de los hombres en
una condición social.

 Mientras las formas de Estado se refieren a la manera de ser fundamental de la totalidad del
cuerpo social jurídicamente organizado, las formas de gobierno tiene relación con la modalidad
adoptada por los órganos directivos que formulan, expresan y realizan la voluntad del Estado.

 El Estado es la comunidad política íntegramente considerada, constituyendo la persona colectiva


de la sociedad política en la función del Derecho y el sujeto activo de la soberanía. El gobierno,
es la organización específica del poder constituido en y por el Estado y al servicio del Estado.

 Tomando como criterio diferencial la participación del pueblo en las organizaciones y marcha de
la sociedad política, se distinguen dos formas de gobierno: democracia y autocracia.

 La primera consiste, según Kelsen, en que el orden jurídico es producido por aquellos sobre
quienes va a regir y supone, un alto grado de participación popular. La segunda se caracteriza
porque el orden estatal es creado por un señor único, contrapuesto a todos los súbditos que
excluye de toda participación activa.

 Por lo tanto, los Estados de tendencia democrática son aquellos en los que el pueblo participa de
algún modo en las tareas de interés general, mientras que Estados de tendencia autocrática, son
aquellos en los que se deniega tal participación popular.

 La democracia es una aspiración. El Estado totalmente democrático no existe. Sólo se producen


ciertas aproximaciones al orden utópico de la relación entre gobernantes y gobernados. Por lo
que entre mayor sea el grado de participación se le conceda al pueblo, más democrático es el
Estado.

 En el esquema democrático puro el pueblo es, sujeto y objeto del orden jurídico del Estado,
porque él dicta este orden jurídico por medio de representantes en la asamblea legislativa, y de
otro, está obligado a observarlo. O sea que la ley está formada por los mismos que a ella están
sometidos. Esta doble calidad popular es una de las características fundamentales del sistema
democrático puro. Por eso, la democracia es una forma de Estado o de sociedad en la que la
voluntad colectiva resulta engendrada por quienes están sujetos a él. Dado que la democracia
consiste en que el orden jurídico es producido y ejecutado por aquellos sobre quienes va a regir
no es entonces, mas que la concreción de la voluntad de los gobernados, se presenta el
problema de saber cual es esa voluntad o que debe entenderse como tal. La democracia
resuelve este problema mediante un arbitrio que o obstante sea parcialmente injusto, es sin
embargo el menos alejado de la justicia. Considera que la voluntad de la mayoría es la voluntad
del grupo, porque es la que mayor número de consentimientos individuales abarca. De esta
manera, para que la volunta sea general, no necesita ser unánime sino mayoritaria.

 Esta volunta se concreta mediante los diferentes métodos creados por el sistema democrático
para hacer factible la participación popular en las tareas oficiales del Estado. Tales métodos son
la iniciativa popular, el referéndum, el plebiscito, las elecciones y los partidos políticos.

 El hecho de que la voluntad de la mayoría pase por voluntad de la totalidad no significa que el
poder de la mayoría este exento de limitaciones. La primera limitación que soporta es el respeto
a la minoría, respeto que es un supuesto legal y moral del sistema democrático. De otro modo,
este implantaría la tiranía de la mitad mas uno sobre la mitad menos uno. Además no hay que
olvidar, que la entidad dentro de la cual se desarrolla la regla de la mayoría, ha surgido
precisamente para garantizar los derechos de los asociados.

 La democracia directa y democracia indirecta o representativa tiene una diferencia. La primera


se realiza cuando el pueblo ejerce el gobierno del Estado por sí mismo, en forma directa y sin
intermediarios. La segunda, cuando el pueblo confía la función gubernativa a determinadas
personas, quienes la desempeñan en nombre y representación de aquel. Nunca existió ni puede
existir una democracia directa. Es un imposible físico porque no ha y manera de que el pueblo
masivamente, tome en sus manos la conducción de sus destinos.

 Al hablar de democracia es preciso insistir en que se trata de un concepto bastante difuso. Cada
ideología política tiene su propia concepción de la democracia.

 Los teóricos fascistas llamaron democracia vertical a sus regímenes totalitarios. Hitler habló de
democracia a pesar de postular el gobierno de las "minorías selectas" y de sostener que la
mayoría es abogado de la estupidez. Las dictaduras latinoamericanas suelen justificar sus
aventuras con la invocación de la defensa de los principios de la "democracia occidental y
cristiana". Los regímenes marxistas llamaron democracias populares a sus sistemas autoritarios.

 No se necesita llamar al sistema "democracia participativa", puesto que la democracia o es


participativa o no es democracia.

 El proyecto democrático tiene hoy que afrontar dos nuevas y adicionales amenazas, acerca de
las cuales poco se ha dicho. Nos referimos a la cuestión demográfica y al desarrollo de los
medios masivos de comunicación. La explosión demográfica de los países pobres pone
dificultades al sistema democrático. El sistema democrático no logra ser eficaz para atener las
crecientes demandas sociales. Las masas, en esas condiciones, son muy sensibles a la prédica
redentorista, siguen fácilmente el señuelo demagógico y surge así el populismo, que es un
fenómeno de raíz económica y efectos políticos. Pero el populismo no resuelve nada. Cuando
llega al poder se convierte en víctima de su propia prédica demagógica e irresponsable. El
populismo es una desordenada movilización de masas. Es la antidemocracia, porque la
democracia es la participación consciente de los pueblos en las tareas públicas, mientras que el
populismo es la intervención emocional y arrebatada.

 Concibe entonces el contraste entre lo que ve y lo que tiene, entre la forma de vida de otros
niveles sociales y la suya. Hace comparaciones y empieza a considerar que la pobreza no es
inevitable. Se origina así un juicio de valor sobre la pobreza. La pobreza es sólo pobreza en tanto
no se tenga conciencia de ella, pero cuando es objeto de un juicio de valor, entonces ella cambia
y puede convertirse en rebeldía. La rebeldía está compuesta de dos ingredientes: pobreza e
insatisfacción.

 Esta ha sido la gran equivocación del socialismo clásico en América Latina, creer que porque se
es pobre, se es izquierdista.

 Los partidos son indispensables en el sistema democrático, pues es su función organizar a las
multitudes, recoger y dar forma a sus aspiraciones y presentarlas a consideración del poder
político. Son instrumentos de fiscalización y control de la función gubernativa, llamados a
mantener una permanente actitud crítica sobre los actos de gobierno. A ellos les está confiada
una de las más importantes responsabilidades que existen en el Estado democrático: ejercer la
oposición. A la oposición le corresponde vigilar la integridad de las libertades públicas, la
honradez de los actos de su gobierno y el acierto administrativo. Esa es la oposición, elemento
indispensable para el diálogo democrático.
 FORMAS DE ESTADO
  
 I. Concepto
 El concepto de “formas de Estado” tiene una extensión de significado muy amplia,
lo que confiere al vocablo gran libertad de interpretación. Este concepto es
utilizado por algunos especialistas en Derecho Político para diferenciar la
distribución espacial de la actividad estatal de la distribución de tal actividad
entre los órganos que componen el Estado o “forma de gobierno”. Este significado
de “formas de Estado” refiere al grado de descentralización –y consiguiente
centralización– con base territorial, existente en un Estado. Así, se distingue:
Estado Unitario, Estado Federal y Estado Confederado. Otros autores usan el
concepto de “formas de Estado” en su acepción de “formas de gobierno”, vg.:
Estado Democrático, Estado Totalitario; Estado Republicano, Estado Monárquico.
Un tercer significado de “formas de Estado” hace referencia a los derechos del
individuo vis a vis el Estado y al papel que el Estado desempeña en la gestión
del orden social, en particular, del orden económico. Desde este enfoque se
distinguen: el Estado Liberal, el Estado Social y el Estado de Bienes
tar.
 En la teoría política contemporánea predominante en los países de tradición
democrático-liberal, las definiciones de “formas de estado”tienden a abarcar un
elenco de elementos que son indispensables para configurar un orden jurídico-
político, característico respecto de otros. Esta especificidad hace referencia a
una determinada forma histórica de organización del poder. La perspectiva que
se deriva de este enfoque es, por consiguiente, y en primerísimo lugar,
histórico-constitucional. El concepto de “forma”connota el concepto de
Constitución en su doble significado de “dar forma” a un orden político y de fijar
los límites de la acción del Estado. Bobbio señala el error de oponer el concepto
de “forma” al de “sustancia” o “contenido” –una distinción relativa– y, en
consecuencia, subraya la necesidad de no considerar al ordenamiento jurídico-
político como puramente “formal”. Se trata de “formas”, argumenta Bobbio, que
garantizan ciertos contenidos, cierto tipo de acción estatal. 1 
 Si la reducción del concepto de “formas de Estado” a sus referencias jurídicas
agota el aspecto semántico y sirve para describir gran parte de su historia, no
basta para delinear las transformaciones profundas, económicas, sociales y
culturales a las que cada forma histórica del Estado corresponde. Abordaremos
los conceptos de Estado Liberal, construido en el siglo XIX; Estado Social,
edificado en la primera mitad del siglo XX, y Estado de Bienestar, surgido
durante las tres décadas de pensamiento keynesiano que siguieron a la
Segunda Guerra Mundial, como tres variantes del Estado de Derecho o Estado
Constitucional. En esta clasificación, el peso relativo de tres elementos –Poder,
Derecho y Sociedad– permite una mejor comprensión a nivel histórico y por lo
tanto categorial, de las mutaciones ocurridas en la relación entre el Estado y la
sociedad civil.
 En la tradición del liberalismo, el concepto de “formas de Estado” hace referencia
al cómo o método de formación de las normas. En la tradición marxista, la
noción de “formas de Estado” connota el concepto de “superestructuras” con el
que se designa una determinada concepción del papel y la posición relativa de
las esferas de que está compuesto el mundo social. Desde el enfoque del
marxismo, la formas de Estado denotan modos de organización jurídico-política
del dominio de clase, correspondientes a distintas etapas de una economía
capitalista. Desde el enfoque del liberalismo, las formas de Estado establecen
límites y controles al poder político.
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 II. Tipología
 Según el criterio del peso relativo de los componentes Poder, Derecho y
Sociedad en la configuración de un orden jurídico político, se distingue:
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 A.   El Estado Liberal
 El Estado Liberal o Estado de Derecho hace referencia a un conjunto de elementos
que configuran un orden jurídico-político en el cual, con el fin de garantizar los
derechos de los ciudadanos, se somete la actuación de los poderes públicos y de
los ciudadanos a la Constitución y a la ley; se dividen las funciones del Estado y
se las encomienda a poderes separados, y por último, se reconocen
expresamente unos derechos y libertades de los ciudadanos con plenas
garantías jurídicas.
 El Estado Liberal nació como reacción al poder absoluto del príncipe, para dar
respuesta al interrogante quis custodiet custodes? El concepto jurídico-político
que sirve como antecedente inmediato del Estado Liberal es el de Estado
Patrimonial o Estado del Poder Absoluto que se consolida durante la Edad
Moderna en Europa Occidental (la sustantivación “absolutismo” aparece recién
en el siglo XVIII como consecuencia de la evolución del constitucionalismo). El
Estado Absolutista es una forma de Estado en la que el detentador del poder lo
ejerce sin dependencia o control por parte de otras instancias, superiores o
inferiores. Ello no significa que no tenga límites –la voluntad del monarca no es
ilimitada y esto diferencia a esta forma de Estado de la tiranía como régimen
político y del despotismo césaro-papista.
 La preocupación mayor del constitucionalismo liberal, surgido a caballo entre los
siglos XVII y XVIII, fue limitar la arbitrariedad de ese poder y someterlo al
Derecho. El Estado Liberal es un Estado Constitucional en el sentido garantista
del término, protector de los ciudadanos frente a los abusos del poder. Ese fue el
objetivo de los padres fundadores del liberalismo, desde Locke a Madison y
Hamilton, autores de los Federalist Papers y desde Montesquieu a Benjamín
Constant. Las ideas de Derecho y Estado están estrechamente ligadas y
sintetizan el proceso de estatalización del Derecho y juridificación del Estado
que acompaña la formación del Estado moderno.
 La noción de libertad, entendida como libertad individual respecto del Estado,
encuentra su punto de partida en el célebre discurso de Benjamín Constant
sobre “La Libertad de los antiguos comparada con la de los modernos”. Se trata
de la libertad de la que son manifestaciones concretas las libertades civiles y la
libertad política (no necesariamente extendida a todos los ciudadanos). Los
súbditos se transforman en ciudadanos provistos de derechos y de voz en una
organización política basada en la separación de funciones de los órganos de
poder y en el ejercicio de la autoridad sobre las personas conforme a
disposiciones conocidas y no retroactivas. El parlamentarismo y los partidos de
masa son elementos constitutivos del Estado Liberal que se construyó en
Occidente en el siglo XIX. Estado mínimo en su dimensión, y por consiguiente,
un Estado que “hace poco”, no distribuye bienes, no se preocupa por el
bienestar de los ciudadanos, la normativa referida a su organización, ejercicio y
límites de su poder, deja sin respuesta al problema del abuso de la libertad por
parte de los particulares y, en consecuencia, plantea el problema de las
desigualdades económicas que se producen al instituir la igualdad formal ante la
ley. La cuestión de fondo que recogió el constitucionalismo social fue cómo
imponer en Derecho la acción del poder estatal, estando excluidas las
intervenciones directas sobre la propiedad y la economía.
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 B.   El Estado Social
 El Estado Social encarna la idea del constitucionalismo social de que sólo puede
conseguirse un ejercicio eficaz de los derechos de los ciudadanos mediante la
garantía, por parte del Estado, de condiciones mínimas de existencia material
del individuo. Este nuevo enfoque del Estado comporta la reivindicación y tutela
de los grupos socioeconómicos más débiles y el desarrollo del pluralismo como
instrumento de expresión de las demandas sociales y de control sobre los
órganos de poder. La transformación del Estado Liberal en Estado Social que
tuvo lugar en las sociedades industrializadas del siglo XX, comporta un
desplazamiento del énfasis en la libertad jurídico-política como poder legalizado
de resistir al poder político, hacia la igualdad social. La época contemporánea es
la época de un progresivo avance del principio socialista de la igualdad a través
de la protesta obrera. Las diferencias económicas, sociales o políticas
comenzaron a ser percibidas como ilegítimas.
 El Estado Social es un Estado constitucional que incorpora nuevos derechos de
carácter social y garantías por parte del Estado para el cumplimiento de esos
derechos. Así, corresponde al Estado promover las condiciones para que la
libertad y la igualdad de los individuos sean reales y efectivas, remover los
obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de los
ciudadanos en la vida política, económica, social y cultural. El Estado Social es
un Estado democrático y es un Estado pluralista. La multiplicación de
asociaciones libres o centros de poder, como condición de la división del poder
estatal en sentido vertical y no sólo horizontal, es un elemento constitutivo de
esta forma estatal. A diferencia del Estado Liberal, el Estado Social incorpora la
Sociedad como requisito indispensable de la acción estatal, y lo hace a través
del doble expediente de la ampliación de la participación política (la doctrina
democrática) y el control vertical de los órganos de poder (el pluralismo).
 Como resultado de la organización del movimiento obrero y del surgimiento de
partidos obreros que pujan por la consolidación del llamado derecho del trabajo
en las sociedades industrializadas de Occidente, el Estado Liberal se transforma,
expande y diversifica su actividad para llenar el vacío de regulación y remediar
la injusta distribución de los recursos engendrada por el mercado. En el siglo
XIX, el avance del mercado coincidió con la agudización de fenómenos
patológicos (anomia, alienación, etc.). Los costos de la transición hacia la
moderna sociedad industrial recayeron casi exclusivamente sobre los obreros y
profundizaron la fractura social entre las clases integradas y las masas
proletarizadas. La condición obrera fue vivida por los trabajadores como una
degradación intolerable de la vida humana, y así fue descrita por los
observadores de la época.
 El Estado Social representó el pasaje del mercado auto-regulado al control social
de la economía. El Estado pasó a ser actor económico y garante de protección
social generalizada. La incorporación de normas referidas a la regulación del
orden económico y social en las constituciones desplazó la actividad económica
y la cuestión social del ámbito del derecho privado al campo de interés público.
Aunque el Estado Liberal no se haya vedado aplicar políticas proteccionistas que
se oponían al libre juego del mercado, ni la intervención sobre los precios, los
salarios, las inversiones o la ayuda a ciertos sectores, el Estado Social se
presenta como la solución al problema de un orden justo de autoridad sobre la
economía. El reconocimiento de derechos del individuo de carácter social, tales
como el derecho al trabajo, a la vivienda, a la seguridad social, etc., y la
relativización, en pro del interés general, de ciertos derechos económicos como
principios rectores de la política económica y social, establecen una nueva
ecuación entre Estado y sociedad civil. El Estado Social es la forma de Estado más
cercana a la sociedad civil ya que implica la adopción de un compromiso moral
colectivo para hacer frente a las necesidades básicas de los individuos en una
sociedad.
 El constitucionalismo social, tal como es recogido en las constituciones de
Querétero (1917) y de Weimar ( 1933) da “forma” y garantiza la tutela las
relaciones económicas para evitar abusos y lo hace a través de derechos
sociales, regulación de las actividades privadas y promoción de la participación
ciudadana.
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 C.   El Estado de Bienestar
 El Estado de Bienestar encuentra su punto de partida en las ideas keynesianas
dominantes durante los “gloriosos treinta” que siguieron a la Segunda Guerra
Mundial en Europa. En este nuevo enfoque del Estado Social, cabe al Estado la
responsabilidad de desarrollar una política económica que cree las condiciones
para el crecimiento y el empleo y una política de solidaridad para el reparto
justo de los esfuerzos y de los resultados del crecimiento. El Estado pasa a
desempeñar un rol central en la economía, de mantenimiento del equilibrio
económico general, búsqueda de compromiso entre los actores del proceso de
crecimiento económico y persecución de fines de justicia social. El crecimiento
económico de un período singular de la historia de las naciones industrializadas
dio margen a la transformación del Estado Social en Estado de Bienestar, cuyos
rasgos distintivos son: la prestación creciente de servicios públicos de interés
social como educación, vivienda, abasto, atención médica y asistencia social; un
sistema impositivo progresivo; la tutela de los derechos urbano, obrero, agrario;
la redistribución de la riqueza para garantizar a todos los ciudadanos un rédito
mínimo; la persecución del pleno empleo con el fin de garantizar a todos los
ciudadanos trabajo y, por lo tanto, fuente de rédito; la erogación a todos los
trabajadores de una pensión para asegurar un rédito de seguridad aun después
de la cesación de la relación de trabajo.
 La extensión de la intervención estatal ha sido relacionada con el tamaño del
Estado. Con frecuencia, el tamaño del Estado fue identificado como el factor
responsable de la crisis fiscal del Estado de Bienestar que tuvo lugar hacia
mediados de la década del 70. Sin embargo, el Estado Liberal no es
necesariamente un Estado que no hace nada, es una estructura estatal que
limita el poder arbitrario y, en consecuencia, no puede ser definida por su
tamaño. El aforismo “menos Estado, más mercado”, antes que el
redimensionamiento del estado –cuestión sobre la cual hoy existe un vasto
consenso en los sectores socialdemócratas– busca debilitar el poder estatal a
través de la desregulación social y económica, una estrategia que ha mostrado
ser socialmente injusta y económicamente dudosa en sus resultados. La
economía privada siempre se ha beneficiado de la iniciativa del sector público en
tanto éste es el mejor garante en ámbitos como las inversiones de
infraestructura, o el uso racional de los recursos. La crisis del Estado de
Bienestar europeo –y de las diversas formas de Estado asistencialista, que con
grados variables de pluralismo, surgieron en sociedades de América Latina como
variantes del Estado de Bienestar–, requiere de un Estado coordinador del
desarrollo económico y social. La cuestión que hoy se plantea no es si el Estado
debe administrar los servicios sociales, sino si tiene el derecho y los medios de
controlarlos. El debate sobre el papel de Estado en la sociedad y en la economía
está en curso. Una conclusión parece imponerse: la necesidad de reformular el
Estado de Bienestar en nuevos términos para evitar su desmantelamiento en las
naciones europeas. En América Latina, en cambio, la cuestión que se plantea en
gran parte de los países es la referida a cómo sentar las bases de un Estado que
encarne valores que el mercado no puede asegurar, como la justicia social, el
empleo o la seguridad. El imperativo ético-político de crear las condiciones
institucionales para proteger de las consecuencias de los procesos de ajuste
estructural de las economías a los indefensos, es una cuestión pendiente.

LAS FORMAS DE GOBIERNO

La expresión política de formas de gobierno (formes de Gouverment o Stattsform), alude a las diversas maneras de
organización de un Estado o el ejercicio del poder. Históricamente

Se confundieron Estado y Gobierno, revistiendo formas diversas como autocracia, la monarquía, la republica, la
democracia y la dictadura.

La sociología política estudia los diversos factores que caracterizan al Estado. Existe un orden o conjunto de
elementos materiales, sociales y que intervienen en la consideración de las instituciones políticas. La ciencia política
estudia la estructura o sistema de los órganos fundamentales del Estado, el proceso político y jurídico que los crea, y
además, define y caracteriza las relaciones que mantienen con los elementos del Estado.

El Estado aparece como una persona jurídica titular de derechos y obligaciones, de acción interna y de acción
internacional. Se nos muestra en otra fase, como una organización constituida por un conjunto de órganos. Existen
discrepancias entre los autores para fijar el concepto de gobierno y de formas de gobierno. Es necesario distinguir el
concepto de Estado, en su mas amplia acepción del concepto de gobierno. Desde luego, el Estado aparece como la
totalidad del orden jurídico sobre un territorio determinado, en la unidad de todos sus poderes y como titular del
derecho de soberanía.

La forma en general es la determinación, expresión o configuración externa de los actos políticos, entre otros
términos, es la disposición, estructura o modo como se manifiestan dichos actos. La forma política “es la
configuración del ejercicio y organización del poder político según su interpretación ideológica en su estructura
social”. El gobierno es la encarnación personal del Estado, que se manifiesta por la acción de los titulares de los
órganos. En general el gobierno se refiere al funcionamiento general del Estado o conjunto de titulares de todos los
poderes. En particular se concreta en los individuos y órganos que asumen la acción del Estado, ya sea el jefe del
Ejecutivo o a sus órganos auxiliares.

Debe distinguirse gobierno de forma de gobierno. Un gobierno como conjunto de los órganos estatales, puede
cambiar, sin que se altere, la forma de gobierno. Una revolución puede derrocar a un gobierno y asumir la misma
forma política.

DISTINCIÓN ENTRE FORMAS DE GOBIERNO Y FORMA DE ESTADO

Las formas de Gobierno y las formas de Estado responden a conceptos diferentes, aunque algunos autores tratan de
unificarlas bajo una denominación común.

“El concepto de forma , dice Xifra Heras, afecta a los distintos grados de la realidad, con todo su complejo
institucional e ideológico, configura el régimen político; si se afecta a la estructura de la organización política
determina la forma del Estado, y por ultimo, si se limita a tipificar las relaciones entre las instituciones políticas,
define el sistema de gobierno.”

Por lo que se refiere al gobierno lo consideramos en los diversos poderes y órganos encaminados a la ejecución de las
leyes, a realizar los atributos fundamentales del Estado.
El Estado representa el todo, su unidad y su organización a nociones o principios diversos del Gobierno. Este alude a
una parte del Estado, al que le corresponde la realización de sus fines. Entidad a la que se confiere la facultad de
dirección.

“La forma de gobierno, dice Bidart Campos, es la forma de uno de los elementos del Estado, la manera de organizar y
distribuir las estructuras y competencias de los órganos que componen el gobierno. Es el problema de quien ejerce el
poder, o de quienes son los repartidores del régimen político. En cambio, la forma de Estado ya no es la de uno de sus
elementos, sino de la institución misma, del propio Estado. Si el Estado es, en el orden de la realidad, un régimen
dentro del cual se realiza un reparto, la forma de Estado es la manera de realizar ese mismo reparto; atañe pues, al
problema de cómo se ejerce el poder. Así Groppali distingue las formas de gobierno como modos de formación de los
órganos del Estado, sus poderes y relaciones, y las formas de Estado como estructura del Estado y relación entre el
pueblo, el territorio y la soberanía.”

El gobierno, como conjunto de los poderes públicos o de las instituciones publicas, tiene a su cargo concretar los
principios jurídicos y convertirlos en actos particulares, “la soberanía se traduce en acto”, en una expresión feliz de
Orlando. Gobierno referido al órgano u órganos que asumen la dirección del Estado.

“Nosotros llamaremos formas de gobierno a la estructura que pueden adoptar, en un país, los órganos encargados
de ejercer las funciones soberanas y el mutuo enlace con que deben estar tratados y relacionados entre si,”

“En cambio, nosotros llamaremos formas de Estado, a las distintas formas que una nación puede adoptar, no por la
diversa estructura y engranaje de sus órganos soberanos, sino por lo que Ruiz del Castillo llama división o
desplazamiento de competencias.” Las formas de Estado hacen referencia a la estructura total y general de la
organización política de un país.

Matizando estos conceptos el profesor Groppali nos dice: “Las formas de gobierno, por consiguiente, consideran las
modos de formación de los órganos esenciales del Estado, sus poderes y sus relaciones, mientras que las formas de
Estado son dadas por la estructura de estos y se refieren a las relaciones que se establecen entre pueblo, territorio y
soberanía, según que se concentren y funden en un orden estatal único o estén descentralizadas en los varios ordenes
estatales de que resultan constituidas,”

Aunque mantienen estrechas vinculaciones, las formas de gobierno se pueden mostrar independientes de las formas
de Estado y obedecer a un desarrollo diverso.

CLASIFICACION DE LAS FORMAS DE GOBIERNO DE PLATON Y ARISTÓTELES

El ideal de las formas puras de gobierno es realizar el interés general, el bien publico o el bien común de una
sociedad. Aunque hayan existido formas monárquicas, hasta la fecha no se ha realizado ninguna forma de gobierno,
como la republicana, en la que los pueblos han encontrado sus mejores ideales.

Tradicionalmente la mejor de las formas puras de gobierno es la democracia o política, que mira con mayor
perfección al bien de la comunidad.

El problema relativo a las formas de gobierno y a las formas de Estado fue entrevisto en sus generalidades por el
pensamiento helénico, tanto en la descripción de las formas políticas existentes en aquella época, como en la
especulación que de las mismas se hizo por el pensamiento filosófico, en la obra histórica de Herodoto: Los nueve
libros de la Historia, como en Platón en su obra ejemplar La Republica. Las formas de Gobierno las clasifico en
monarquía, democracia y aristocracia.

Platón

Este filosofo bosqueja en su Republica las diversas formas de gobierno, que pasan, de las que considera las mas
perfectas como la aristocracia o gobierno de los filósofos, hasta aquellas en decadencia política en formas tales como
la timocracia, la oligarquía que surge cuando los propietarios asumen el poder político; y la democracia o gobierno de
las masas -sistema criticado por Platón -, hasta la tiranía. “Hasta que los filósofos sean reyes o los reyes y príncipes
de este mundo tengan el espíritu y el poder de la filosofía y hasta que la grandeza y sabiduría política se junten en uno
... las ciudades descansaran de sus males.”

Aristóteles

Mas hemos de detenernos en Aristóteles que sirviéndose del método inductivo hizo un sorprendente estudio de mas
de 158 constituciones al describirlas y enjuiciarlas en los principios comunes que las dominaban, y tomando en
cuenta la titularidad del poder. Aristóteles. La Política. 3 parte. La teoría del ciudadano y clasificación de las
Constituciones.

El filosofo Estagira emplea un doble criterio para clasificar las formas de Gobierno: de carácter numérico, según el
gobierno de la ciudad este en manos de una persona , de varias o de una multitud, de carácter cualitativo que atiende
al interés publico.

Aristóteles considera las formas de gobierno divididas en dos grupos:

1. Las formas puras o perfectas, destinadas a realizar el bien de la comunidad; y 2. Las formas puras o perfectas, que
practican rigurosamente justicia, son: a) La monarquía, que es el gobierno ejercido por una sola persona; b) La
aristocracia, que es el gobierno ejercido por una minoría selecta; y c) La democracia, que es el gobierno ejercido por
la multitud o mayoría de los ciudadanos. Aristóteles expresa: “Monarquía es aquel Estado en que el poder dirigido al
interés común no corresponde mas que a uno solo; aristocracia, aquel en que se confía a mas de uno y democracia,
aquel en que la multitud gobierna para la utilidad publica. Estas tres formas pueden degenerar: el reino en tiranía; la
aristocracia, en oligarquía; la democracia en demagogia.”

2. Las formas impuras, degeneradas o corrompidas, que solo toman en cuenta el interés de los gobernantes son
aquellas formas de gobierno que desvirtúan sus finalidades sirviendo intereses o propósitos particulares. El
gobernante olvida o pervierte su misión y hace del poder publico un instrumento de sus intereses egoístas.

Estas formas impuras son: a) La tiranía que no es otra cosa que la degeneración de la monarquía; b) La oligarquía o
forma corrompida de la aristocracia; y c) La demagogia que también se llama la oclocracia, que es una degeneración
de la democracia.

El pensamiento de Aristóteles fue mas lejos al considerar formas de gobiernos mixtas, que ya habían sido analizadas
por el pensamiento político de su época y que el se encargo de sistematizar.

A la clasificación de Aristóteles se le han hecho numerosas criticas señalando otras formas de gobierno en las que no
concurren los elementos que el define.

La preocupación se manifiesta en la determinación del numero de personas que deberá ejercer el poder. En la
monarquía el poder se concentra en una sola persona; en el régimen oligárquico en varias personas; y en la
democracia en el pueblo.

EL GOBIERNO MIXTO DE POLIBIO Y OTROS AUTORES

Polibio

La influencia de las instituciones políticas helénicas fue manifiesta, en el pensamiento romano.

Con su sentido de la realidad los romanos practicaron una forma de gobierno mixto. E l poder se dividía entre el
pueblo y el monarca o entre una aristocracia y el pueblo, en un proceso de cambios políticos en que la Constitución
pasara del reino de la tiranía, a la democracia y a la oclocracia y después a la monarquía, y de este modo continuar el
mismo desenvolvimiento.

El pensamiento de Aristóteles influyo notablemente en el pensamiento político de roma, señalándose que tanto
Polibio como Cicerón, admitieron la clasificación y los caracteres de las formas de gobierno mixto.

Polibio es el expositor del gobierno mixto o forma constitucional que combina el poder monárquico, el aristocrático y
el poder democrático, representados por el consulado, el senado y los comicios. El gobierno mixto que amalgama a
los demás es ideal y evita los perjuicios de las otras formas de gobierno.

En la teoria del gobierno mixto se esboza un regimen de coordinación de funciones, sin preeminencias de uno sobre
otro, coordinando sus actividades sobre la base de equilibrio y de igualdad.

Santo Tomas de Aquino

La teoría de la forma mixta de gobierno se manifiesta en el pensamiento político medieval en Santo Tomas (en su
Summa Theologica, libros II y III), en Suárez, en el Dante y en otras figuras importantes que se manifiesta en el ideal
de una organización con un jefe a la cabeza del Estado, guiado por la ley de la virtud. Estos regímenes aluden al
reino, la aristocracia, la oligarquía y la democracia amenazados por la sedición y las tiranías.

Maquiavelo

Por lo que se refiere a Maquiavelo, este, como expusimos anteriormente, reconoce una clasificación bipartita de las
formas de gobierno.

Las palabras iniciales del Príncipe se refieren a que todos los Estados o son Republicas o son Principados.

Montesquieu

En el capitulo primero del Espíritu de las Leyes, Montesquieu introduce modificaciones fundamentales a la teoría de
las formas de gobierno de Aristóteles, distinguiendo entre monarquia, despotismo y republica.

Afirma este autor: “Supongo tres definiciones o mejor dicho tres hechos, a saber: que el gobierno republicano es
aquel en que el pueblo, en cuerpo o solo parte de el, ejerce la potestad soberana; que el monárquico es aquel en que
gobierna uno solo, pero con arreglo a leyes fijas y establecidas; que a diferencia de este, el despótico es aquel en
que uno solo, sin ley ni regla, lo dirige todo a voluntad y capricho.”

“La republica en donde el pueblo en cuerpo, ejerce el poder soberano esta en manos de parte del pueblo, se tiene
una aristocracia.”

“En los Estados populares, es decir, en las republicas democráticas, se necesita el resorte de la virtud. La
moderación es el alma de los gobiernos aristocráticos; mas entiéndase que me refiero a la que esta fundada en la
virtud, no a la que nace de la cobardía o pereza del alma.” Y agrega: “En cambio en las monarquías la política
produce las mayores cosas con la menor virtud posible.”

Es interesante observar que el pensamiento político de Montesquieu que responde a la estructura de las formas
políticas de su tiempo, se ha calificado de divagaciones peregrinas.

Finalmente se cierra este ciclo histórico con las ideas de Rousseau, que distingue entre democracia, aristocracia y
monarquía, que se confunden en su ejercicio y las Kant sobre las formas de soberanía.

FORMAS DE GOBIERNO: LA MONARQUIA Y LA REPUBLICA

La clasificación que ha perdurado de las formas de gobierno reduce a estas en dos grupos: la monarquía y la
republica.

Tanto la republica como la monarquía revisten formas jurídicas muy diversas y responden en cada uno de sus tipos a
diferentes procesos políticos o a sus propias tradiciones.

P. Luis Izaga S. J. Nos dice: “Nosotros llamaremos formas de gobiernos ala estructura que pueden adoptar, en un
país, los órganos encargados de ejercer las funciones soberanas y el mutuo enlace con que deben estar trabados y
relacionados entre si.” Y agrega: “En consecuencia, no hay incompatibilidad en que una misma forma de Estado
adopte diversas formas de gobierno o viceversa. Un Estado unitario u otro federal, puede ser monárquico o
republicano, parlamentario o presidencial. Como una monarquía puede ser Estado unitario o federal.” Y comenta mas
adelante: “La corriente contraria esta formada por los que quitan valor trascendente a las formas de gobierno y se
avienen, si las circunstancias así lo aconsejan, a aceptar cualquiera estructura ya establecida aunque no se acomode a
sus preferencias ideales.

Es decir, en las actuales condiciones del mundo, el problema de las formas de gobierno he perdido la importancia de
otras épocas. Hoy se configuran los gobiernos mas siguiendo los senderos de las ideologías que subordinándose a las
formas de otras épocas. La política económica debe encontrar el cauce que le sea necesario, sin encerrarse en los
estrechos limites de una forma de gobierno. Contra este criterio se rebela el sistema de las luchas ideológicas.

LA MONARQUIA

La monarquía aparece como el gobierno de un solo individuo, que se llama el monarca, el rey, el príncipe o el
emperador. Estos dos últimos deben caracterizarse por separado.
La monarquía es hereditaria, tradicional, conservadora, de clases privilegiadas que comparten con el monarca sus
privilegios y consideraciones.

Tradicionalmente las monarquías se apoyan en la divinidad para justificarse y asegurar su estabilidad o permanencia.
Las monarquías del mundo moderno parecen buscar un consensus o apoyo popular. Entonces la monarquía aparece
como un principio unificador, como la unidad de una monarquía o de un imperio.

En las monarquías absolutas el rey es el único titular de la soberanía y la ejerce en nombre propio. Las teorías
patrimonialistas de la Edad Media invocaron los derechos “eternos e inviolables que Dios había dado a los reyes”. No
hay ningún orden jurídico que pueda limitar la voluntad real.

Las monarquías constitucionales son el resultado de las luchas populares para subordinar la acción del monarca a un
orden jurídico determinado. La Constitución es la norma suprema y en contra de ella no puede prevalecer ninguna
voluntad real. La monarquía constitucional pura entrega al monarca el ejercicio pleno del poder en los marcos que
determina la Constitución. En la monarquía parlamentaria el ejercicio del poder corresponde al parlamento en un
sistema de responsabilidad ministerial en el que el monarca se convierte en un símbolo de unión, sin el ejercicio
efectivo del poder.

El profesor Luis Sánchez Agesta expresa: “La monarquía es una curiosa institución de Occidente y muy
peculiarmente europea, ilógica quizá en sus fundamentos, pero con una profunda racionalidad histórica. Por ello es
necesario comprenderla en su historia, ya que su significado etimológico y clásico no tiene otro valor que contraponer
la persona “una” del monarca a la multitud de los súbditos. En realidad llamados “monarquía” con una sola palabra a
instituciones que tienen en la historia un carácter muy diverso. Nace en el Occidente europeo apoyada en la tradición
germánica de la realeza como caudillaje militar y símbolo del grupo, y a este fundamento se une una peculiar
interpretación de la concepción cristiana del poder, que se traduce desde la edad media en una consagración ritual de
la persona del rey. El monarca “ por la gracia de Dios”, tiene un carácter sagrado que refuerza la obediencia. El poder
se apoya en ese origen divino para satisfacer la necesidad histórica de establecer un poder superior e independiente.
El monarca es el representante de Dios, de quien deriva todo poder. La monarquía absoluta, en sus orígenes de la
Edad Moderna, casi diviniza la persona del monarca. La monarquía se funda así en la aceptación de una superioridad
mística (e históricamente mítica) del monarca, como eje de la organización jerárquica del poder en el Estado. En
cierto sentido puede decirse que la monarquía, encarnando en la persona del rey la unidad y superioridad del poder,
funda el Estado europeo en el transito de la Edad Media a la Edad Moderna.”

Las monarquías se dividen en electivas y hereditarias. Son estas ultimas las que privan en la actualidad, si bien con
las modificaciones que el proceso histórico ha impuesto en cada país.

En la monarquía absoluta, llamada también monarquía pura, la soberanía se deposita en el monarca, que la ejerce
limitadamente como ultima instancia de poder. Los tratadistas medievales y renacentistas se enfrascaron en una ardua
polémica sobre los limites que debería tener el poder del monarca.

La monarquía limitada supone que el poder del monarca debe estar subordinado a frenos jurídicos y constitucionales.
Esta forma de gobierno reviste diversas modalidades en la realidad de los estados que la practican o la han practicado.
La clasificación mas general las reduce a monarquías templadas, representativas, constitucionales o simbólicas.

La ultima forma de monarquía, como una forma de supervivencia histórica, es la monarquía constitucional que
concibe al monarca como un mero símbolo de unidad nacional y de reconocimiento a las tradiciones imperantes.

La monarquía es una forma de gobierno que tiende a desaparecer en los pocos países que aun la mantienen, aunque
recientemente se ha restablecido en España, al amparo de una importante transformación de tendencia democrática.

A partir del Estado monárquico absolutista.

Surgimiento del capitalismo y la ética protestante.

En 1688 la revolución inglesa da lugar a la limitación del poder real y a la creación del Parlamento.

La Revolución Francesa y la Independencia de Estados Unidos abren paso a nuevas ideas y al nacimiento del
constitucionalismo moderno. Entre las nuevas ideas estaban:

 derechos fundamentales

 limitación del poder real


 acceso de la burguesía al poder.

Estos procesos dieron paso a un nuevo tipo de Estado, el Estado Liberal, que se caracterizó por ser:

 estado gendarme: aquél cuyas funciones son mantener la paz pública, asegurar las fronteras y asumir
aquellas funciones que no eran encaradas por la actividad privada.

 estado de propietarios: Sólo pueden ejercer derechos políticos, es decir elegir y ser elegidos, aquellas
personas poseedoras de propiedades y una renta mínima anual.

 estado censitario: no reconocía derechos políticos a las mujeres, los no propietarios, los esclavos, los
americanos no blancos (orientales) y a los indígenas.

Es en este momento, fines del siglo XVIII que surge el movimiento del constitucionalismo moderno, que es de
carácter filosófico y político.

Luego de la Guerra de Secesión Americana (circa 1860) se produce la democratización del Estado Liberal.

Liego de la Primera Guerra Mundial y del Crack del año 1929 (23 y 24 de octubre), comienza la Gran Depresión.

La primera respuesta a ella es el Estado Benefactor, representado por el New Deal de Roosevelt.

La segunda respuesta fue el Estado Totalitario, surgido en Italia con Mussolini (1922) y Alemania con Hitler (1933).
En Italia tenía contenido nacional y en Alemania contenido racial.

Luego de la Segunda Guerra Mundial se generaliza el Estado Benefactor.

Más avanzado el siglo se da la Revolución Neoliberal, representada por Tatcher y Reagan que se caracteriza por sus
políticas de

 desregulación

 privatización

 flexibilización.

Todo ello da paso al surgimiento de la Democracia Liberal, caracterizada por:

 liberalismo económico

 democracia política.

Cada estado determina la forma concreta de gobierno que ha de adoptar. Tradicionalmente ha sido relevante la
monarquía, aunque la mayor parte de las que hoy sobreviven son de tipo constitucional, es decir, el monarca no ejerce
el poder, sino que se limita a representar a la nación y al pueblo, que detenta el poder real. Este mismo principio se
adopta en todas las formas republicanas de organización democrática, en las que el estado es representado por un jefe
de estado, mientras que un jefe de gobierno, elegido democráticamente, detenta la función ejecutiva. En algunas
repúblicas, estos dos papeles se identifican. En las democracias, tanto monárquicas como republicanas, el poder
pertenece al pueblo y se manifiesta en el imperio de la ley sobre todas las instituciones del estado.

En las dictaduras modernas, igual que en las antiguas, el poder no suele proceder de un acto sucesorio ni de un
proceso democrático, sino que, con frecuencia, es obtenido por la fuerza, y habitualmente también se pierde de la
misma forma. En el caso de los países totalitarios, el poder es detentado por una oligarquía identificada con un
partido único y, ocasionalmente, con un líder.

FORMAS DE ESTADO

El Estado: Origen y Evolución


Primeramente debemos empezar estudiando lo que es Estado.

Estado : Es un cuerpo de aparatos centralizado, burocrático, especializados en los mecanismos coercitivos y al


ejercicio de la violencia organizada, aunque, también realiza otras funciones políticas, ideológicas y económicas. Está
constituido por el aparato militar, administrativo, judicial y parlamentario.

También “Estado es el aparato permanente de poder público en cuyas estructuras se acumula el monopolio de la
violencia de toda sociedad nacional, sea esa sociedad grande o pequeña, poderosa o débil, rica o pobre.”

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Nelson Moreno Ceballos nos da la siguiente definición de Estado:

“Estado, en sentido pleno es, así, un conjunto complejo de aparatos estatales o no, instituciones privadas, agentes,
intelectuales orgánicos, normas, leyes, técnicas de poder, teorías, costumbres, ideología, mecanismos de dominación
que cumplen las funciones globales de organizar, justificar y mantener el sistema capitalista en su conjunto, tratando
de garantizar su permanencia histórica. Actúa garantizando el mantenimiento en primer lugar de las relaciones de
producción en sí mismas y las clases sociales sobre las que se sustenta; la propiedad privada y el orden de la sociedad
burguesa, haciendo posible la producción y la acumulación capitalista, al tiempo que opaca la dominación y
neutraliza o combate el cuestionamiento de los sectores explotados, a través de la mediación ideológica y la violencia.
El poder político así definido, no es sólo el conjunto de los aparatos públicos y sus funciones, aunque lo supone: no
está localizado en un asiento especial. Es el conjunto de las capacidades de los sectores dominantes de administrar la
sociedad e imponer su voluntad e intereses, que se da en el campo de una compleja lucha de clases.”

También se ha dicho que el Estado es: La forma más perfeccionada de la humanidad, es la estructura más organizada.

Otra definición de Estado decía que era el aparato burocrático encabezado por el gobierno.

Hostos en su definición de Estado establecía: El Estado es el titular abstracto y permanente del poder del cual los
gobernantes no son más que meros agentes de ejercicio esencialmente pasajero.

El Estado es una explicación del fenómeno social que es el poder.

Gracias a la aparición del Estado es que se produce la institucionalización del poder. Una de las más recientes
concesiones de estado dice que El Estado surgió en el siglo XVI con la cartografía, que establecía límites (esto es en
la época del Renacimiento)

Según Maquiavelo el Estado surge en el 1515 y decía que Estado viene de status, que significa estabilidad de
situación.

Para que exista el estado debe haber una serie de elementos o condiciones y éstos son:

 La Masa humana: Población o comunidad nacional.

 El asiento territorial.

 La coalición política.

Hay diversos tipos y formas de Estado.

Una forma de Estado se define o se determina:

 Por la composición del Bloque en el Poder y, especialmente, por su clase hegemónica.

 Por la relación de Bloque en el Poder y el Estado y/o otros centros de poder político o ideológico de la clase, es
decir:

 Por el papel del ejecutivo y del aparato legislativo en el conjunto de la dominación.


 Por el papel y las funciones de los partidos políticos en la unificación de la clase en la elaboración de su política
hegemónica.

 Por la forma de relación entre Estado y Sociedad Civil en el sistema de dominación política.

3. Por la relación política/economía que adopta el estado.

4. Por los mecanismos de dominación prevalecientes (consenso o represión) y el modo específico en que se expresan
ambos.

5. Por la naturaleza de la clase-apoyo que le sirve de base al Estado y el modo (pasivo o activo) como es incorporada.

 Por el modo en que se plantea la contradicción y se resuelve entre el Bloque dominante y el Bloque popular (o
equilibrio inestable de compromiso o pacto de dominación, o su ausencia).

 Todo esto expresa la correlación de clase entre el Bloque en el poder y de éste y el Bloque popular, que es preciso
caracterizar como parte constitutiva de la forma misma de Estado.

 Por la forma de gobierno.

Formas de Estado típicas con algunos de sus rasgos.

La forma democrático-burguesa de Estado. Designa un determinado sistema de relaciones políticas basado en la


libertad jurídica y los derechos civiles formales, el sufragio universal y la separación de poderes ejercido conforme a
límites legalmente establecidos. En el terreno político la “libertad cívica” se manifiesta en la posibilidad de
organizarse, desde el nivel sindical, hasta los partidos políticos y expresar “libremente” sus ideas. A pesar de todo lo
que de formal y restrictivo tiene la democracia burguesa ella es el fruto de las luchas obreras, y en gran medida se
mantiene merced a su constante vigilancia.

Expresa los signos de sus luchas, las demandas populares y es, en cierto modo, un límite al poder burgués.

Para que la burguesía pueda gobernar, explotar la fuerza de trabajo, obtener riquezas y disfrutar, con cierta paz y
seguridad de sus privilegios sociales, se ha visto obligada a ceder ciertos niveles de democracia. En condiciones
normales, al capitalismo le son imprescindible ciertos niveles de libertada incluso política, solo que la burguesía
siempre pretende que los mismos sean más formales que reales.

El recurso a la violencia física, militar o legal con fuente fundamental de dominio que de paso a las formas ilegítimas
de gobiernos, donde se rompa la regla del juego democrático, es siempre un recurso extremo, indicio inequívoco de
su debilidad.

Formas dictatoriales o autoritarias de Estado

A éstas formas de dominio político que privilegian el uso de la violencia, que suprime las libertades políticas y en las
cuales se ejerce el dominio sin límites legales, se le denomina “formas dictatoriales” de Estado. Quizás el término
no sea exacto, porque toda democracia burguesa es dictadura de clase, aunque haya libertad individual.

En todo caso ese es el término consagrado. Lo que debe quedar claro es que toda “forma dictatorial o autoritaria” de
Estado es transitoria, desde el punto de vista de la lógica del capital; es una emergencia que se ejerce siempre
apoyado en una situación que se postula como peligrosa para el mantenimiento de algunos de los valores universales
de la ideología burguesa (la paz, la religión, la nación, etc.)

Función del Estado.

Las funciones más generales y esenciales del Estado son las de organizar, justificar y mantener el sistema capitalista
en su conjunto y garantizar su permanencia histórica, que es el interés político de la clase capitalista como
totalidad.

Con ese fin cumple Las Funciones Particulares de garantizar la propiedad privada, mantener las relaciones de
producción y las clases sobre ella formadas, defender el “orden” de la sociedad burguesa y participar o crear, las
condiciones políticas, ideológicas y económicas, para la producción y la reproducción (acumulación) capitalista.
Y en el cumplimiento de esas funciones (generales y particulares), el Estado y efectúa una serie de Funciones y
Tareas Específicas.

Una de las tareas del Estado es contribuir a crear una identidad nacional.

Estado-Nación. La nación se funda sobre la base de una comunidad de territorio, población, lengua, de cultura,
costumbres y tradiciones, que se unifican en el mercado cuando surge el capitalismo y encuentra en la “formación del
Estado Soberano” burgués, su expresión política, en el patriotismo y el nacionalismo, su mediación ideológica más
general.

La nación es, conceptualmente hablando una ideología, una vivencia de un pueblo, de pertenencia a una colectividad
con un destino común; una sensación subjetiva de la necesidad de autogobierno, como expresión de la soberanía.

El Estado Nación es la estructura gubernamental más organizada y más compleja.

“Ni nación ni país quiere decir Estado. Tanto la nación como el país existen de manera natural, pero el Estado no; el
Estado es una organización política creada por una clase social con el fin de someter a su dominio a un aparte de la
sociedad y para poder someterlo fundan apoyándose en la fuerza y mantiene la fuerza a su servicio porque no le
ceden a nadie el control del Estado.”

Origen del Estado

La palabra Estado, que es relativamente reciente, aunque quiere decir lo mismo que significaba otra palabra para
calificar el hecho político llamado Estado. Esa palabra empezó a ser usada en los primeros años del siglo XVI, más
concretamente cuando comenzó a circular la obra El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, un florentino altamente
calificado para exponer el tema de la organización política de una sociedad dada, por ejemplo, la de Florencia, que en
esos años era una ciudad Estado. Maquiavelo había nacido allí y dedicó los mejores años de su vida a servirles a
Florencia o a importantes familias Florentinas y fue autor de varios libros, entre ellos un Tratado del arte militar, una
obra acerca de las funciones diplomáticas, otra sobre lo que había sido el gobierno de Roma, pero la más divulgada
fue El Príncipe, en la que resumió todos los conocimientos políticos que había acumulado a través de sus lecturas y
de sus actividades políticas. Fue él quien llamó Estado a la organización política de una sociedad. Los griegos no
habían usado esa palabra, que no conocían; para ellos lo que Maquiavelo llamó Estado era la polis, que en su lengua
significaba, ciudad, y no sabemos qué palabras les aplicaron los gobernantes y las poblaciones de las ciudades Estado
que se fundaron en la Mesopotamia a principios del III (tercer) milenio antes de nuestra Era así como no sabemos qué
nombres les aplicaron a sus Estados los aztecas que vivían en México o los indígenas de los Andes.

El Estado no apareció en la Historia como la organización política de una sociedad compleja, es decir, nacional, como
las que conocemos hoy, que en todos los casos son conglomerados urbanos de países o Estados grandes, medianos o
pequeños, sino que apareció como la organización política de una ciudad aquí, otra allá, otra acullá, pero en cada caso
se trataba de una organización diferente de acuerdo o en relación con las diferencias que sin duda había entre los que
las habitaban, lo que se explica porque en esos tiempos del III Milenio, no se tenía aún conciencia de países sino de
concentraciones humanas pequeñas que se iban formando a base de personas y familias que probablemente
abandonaban los lugares

donde venían para seguir algún señor poderoso dueño de esclavos, cuyo poder significaba para ellos protección.

Aquí viene bien explicar que en el estudio de los hechos históricos el conocimiento del tiempo en que ellos ocurrieron
es muy importante, sucede que en lo que llamamos sociedad occidental el tiempo histórico se mide de dos maneras
opuestas: a partir del nacimiento del Cristo contamos los siglos desde los primeros cien años de ese hecho: siglo I,
siglo II, siglo X, XV, XIX y XX, en que nos hallamos, pero cuando se trata de sucesos que tuvieron lugar antes del
nacimiento de Cristo, es decir, antes del siglo I tenemos que contar al revés y por conjuntos, no de cien años o siglos
sino de mil años o milenios.

Los estudios de sociedades antiguas que se vienen haciendo desde hace tiempo indican que las primeras ciudades
Estado se crearon ahí en los primeros siglos del III milenio lo que significa que eso ocurrió más allá de los dos mil
años antes del nacimiento de Cristo.

Esto es así porque a lo que sucedió antes del nacimiento de Cristo se le fija fecha contando de ese nacimiento hacia
atrás, pero a partir del último año y en consecuencia cuando se han contado noventa y nueve años antes de ese
nacimiento, o de la era Cristiana, como se dice también, el próximo año es el último de los primeros cien años antes
de Cristo.
A esos primeros les siguieron otros cien y cien más, que sumaron trescientos, y luego cien y otros cien con los cuales
se llegó a quinientos

años antes de Cristo, y transcurridos quinientos más, se llegó a los mil, o sea, al primer Milenio.

Pues bien, si las ciudades Estado aparecieron en los primeros tiempos del III Milenio, pudo ser que quedaran
establecidas en los años cien o doscientos de este III Milenio, o lo que es igual en el año 2800 antes del nacimiento de
Cristo, y como desde ese nacimiento hasta ahora se cuentan casi 1990 años, o diciéndolo en números redondos, 2000
años, tenemos que hace 4800 años que el Estado apareció en la historia.

Ahora bien,¿en qué lugar o lugares apareció el Estado?

Hasta donde ha llegado la investigación arqueológica lo que se ha descubierto como lugar de origen del Estado indica
que fue la Mesopotamia, palabra griega que significa zona o lugar entre ríos porque la región que lleva ese nombre
está entre los ríos Eúfrates y el Tigris.

Allí estaba la región de Babilonia cuya porción sur se llamaba Sumer y sus habitantes fueron los sumerios y la del
norte se llamaba Akkad, habitada por los acadios.

Babilonia era además el nombre de una ciudad, que figura en la historia religiosa con el nombre de Babel, el lugar
donde se construyó la torre de ese nombre y también los afamados jardines babilónicos.

Allí, en Mesopotamia, las ciudades Estado fueron varias como Ur, Lagash, Eridu, Umma, y todos esos Estados tenían
una característica social: estaban dirigidos por esclavistas, dato muy importante porque indica que el Estado apareció
en la Historia como producto de la existencia de una clase que dominaba a otra, en ese caso, a la de los esclavos.

Un autor soviético llamado N. G. Alexandrov, dice que “En diversos países y en distintas etapas de su desarrollo, el
Estado esclavista adopta diferentes formas. En los países del antiguo oriente (Egipto, Babilonio, Asiria, Persia, India,
China, etc.) presentaba la forma de la monarquía despótica. En las monarquías orientales el jefe del Estado se elevaba
a la categoría de un dios y su autoridad era indiscutible para todos los miembros de la sociedad. Esas monarquías se
caracterizaban por una considerable centralización del gobierno, sobre todos en cuanto a los asuntos guerreros y a las
finanzas, y por un aparato burocrático bastante complejo”

Pero las ciudades Estado no fueron siempre gobernadas por esclavistas que sometían a explotación a sus esclavos. Al
hablar de Maquiavelo dije que en la época en que escribió El Príncipe, en los primeros años del siglo XVI Florencia
era una ciudad Estado, y para esa época en Florencia no había ya esclavos, pero otro tanto hay que decir de Venecia y
de varias ciudades italianas.

En Venecia, por ejemplo, durante más de tres siglos los gobernantes era de tipo monárquico -los dux- y el poder se
heredaba exactamente como viene sucediendo en Inglaterra, en Holanda o en Suecia desde hace siglos.

El Estado esclavista perduró largamente. En una Historia de la Antigüedad dedicada a los países de Oriente, en su
edición de lengua española se dice “El Estado esclavista egipcio existió durante cerca de 2500 años; desde el final del
IV Milenio (esto es, desde muy cerca del III porque los años de antes de Cristo se cuentan de mayor a menor) hasta el
año 525 antes de nuestra era, en que fue conquistado por los persas” y se explica que “En la sociedad egipcia
hallábase extendida la esclavitud. Una parte de los esclavos estaba constituida por prisioneros de guerra (etíopes o
libios) que los reyes de Egipto traían de sus campañas. Un soberano de la IV dinastía se enorgullece, en sus
inscripciones, de haber hecho una vez 1100 prisioneros y otra 7000. Pero además de dichos cautivos, había también
esclavos egipcios; el esclavizamiento de hombres libres es mencionado en inscripciones que datan de fines de
Imperio Antiguo. También se sabe que los esclavos se compraban y se revendían.”

Más adelante explica que “En el apoyo del Imperio Antiguo, Egipto era un Estado despótico que defendía los
intereses de la nobleza esclavista. El Estado egipcio fue más potente y más centralizado que el Estado de Sargón en
Mesopotamia”

También dice que “El rey, más tarde llamado faraón de per áa, (que en egipcio significa la “gran casa”) gobernaba
como dueño absoluto; para reforzar su prestigio había sido divinizado y proclamado “gran dios”; un culto fastuoso
rodeaba a su persona y el derecho de besar su sandalia era considerado honor insigne. Los artistas, lo representaban
en medio de las divinidades, como igual a éstas.”

Debemos saber que en Mesopotamia se formaron varios Estados y algunos de ellos llegaron a ser importantes dentro
de los límites de ciudades Estado; debemos suponer que lo mismo sucedió en Egipto, sobre todo si a juzgar por las
muestras de poderío de algunos faraones, no puede haber duda de que en sus orígenes el Estado egipcio fue por lo
menos tan poderoso como el de Babilonia, aunque se sabe muy poco de los orígenes del Estado en Egipto.

La existencia del Estado es el resumen de todo lo que una sociedad ha acumulado en los siglos en que ha ido
desarrollando sus capacidades para enfrentar los problemas de la vida en común; acumulación en creación de
métodos de trabajo o hábitos destinados a producir alimentos, protección contra los climas radicales, sean fríos o
cálidos; un lenguaje, una manera de escribir ese lenguaje, armas para defenderse de otros hombres o de animales
feroces, casas en que guarecerse, remedios para los quebrantos de salud, manera de domesticar los animales,
conocimientos de las señales que comunican cambios en la Naturaleza; y los griegos, tan vez porque fundaron sus
Estados muchos siglos después que otros pueblos y por tanto pudieron acumular más conocimientos que aquellos que
formaron

sus Estados con anticipación, crearon los suyos con una riqueza de atributos que los colocó a la cabeza de todos los
que les precedieron.

Eso no quiere decir que todos los Estados griegos formaron Estados avanzados, pero el hecho de que lo hicieran los
atenienses convirtió al Estado de Atenas en un modelo sobre el cual acabarían formándose muchos siglos después los
más importantes de los países de Occidente, y de haber tenido Egipto alguna influencia en la creación del Estado
ateniense, Egipto figuraría hoy entre los países occidentales.

Debemos aclarar que las ciudades Estado no se limitaban territorialmente al tamaño que ocupaban sus casas, calles y
templos sino que los campos que las rodeaban eran parte de ellas.

De todos los Estados fundados en la antigüedad, y de manera especial los que se crearon en territorios europeos, el
que alcanzó a acumular más poder y tuvo más larga influencia política en la llamada civilización occidental fue
Roma, que alcanzó ese poder y esa influencia mediante el uso de grandes ejércitos y también porque las conquistas de
sus armas fueron seguidas de la aplicación y la enseñanza de su lengua -el latín- de sus leyes, de sus conceptos sobre
el Derecho y del estudio de las vías de transporte -carreteras y puentes-; y sin embargo, sobre la fundación de ese
Estado tan importante se sabe menos que sobre otros que fueron pasajeros, no sólo por el corto tiempo en que
ejercieron su poder sino, sobre todo, porque no dejaron huellas prolongadas en la historia política.

Los orígenes del Estado romano son oscuros. Hasta el momento no hay pruebas de que Rómulo y Remo hayan
siquiera existido y mucho menos de que tuvieran algo que ver con el origen de Roma y del Estado que llevó su
nombre.

Desarrollo y Evolución del Estado

La historia del Estado en el conjunto de los países europeos tiene una importancia excepcional porque con la
formación de los primeros Estados, en esos países o por lo menos en la mayoría de ellos, aparece un nuevo modo de
producción, lo que significa un nuevo tipo de organización social que a su vez provoca un nuevo tipo de Estado.

El nuevo modo de producción será el feudal y el nuevo tipo de Estado será el monárquico feudal que se inicia con los
reyes feudales cuyos gobiernos funcionaban a través de nobles terratenientes.

El feudalismo es un producto histórico de la crisis de la sociedad esclavista romana. En el Estado feudal la autoridad
suprema estaba en el rey, pero éste no podía ejercerla a plenitud porque la había delegado en varias personas.

En Francia, por ejemplo, llegó a haber siete grandes señoríos feudales que delegaban sus poderes en otros señores, y
ahí no terminaba, esa delegación porque con el paso de los siglos fue formándose una pirámide de vasallos que
comenzaba arriba con un solo vasallo, el de Dios, que era el rey, de quien fueron vasallos los señores de los grandes
señoríos, pero debajo de esos, que eran los vasallos del rey, hubo muchos otros vasallos, de manera que la sociedad
feudal se organizó en su parte superior a base de una pirámide de vasallos, nobles y éstos a su vez tenían como
vasallos suyos a los siervos de la gleba. En esa pirámide el que retenía la suma de las potestades reales era el llamado
señor jurisdiccional, que generalmente era un duque, un marqués o un conde.

Esas jefaturas pasaron a ser aplicadas a los señoríos con los nombres de condados, marquesados y ducados.

Este Estado tan disperso, como era el feudal, no desapareció tempranamente porque el mayor de los señoríos fue la
Iglesia; lo fue en número de hectáreas de tierras pero también en autoridad sobre la población de todas las clases y
captas sociales.
La debilidad del Estado feudal vino cuando el Estado tenía que llevar a cabo una campaña militar o política en la que
debía estar envuelta la Iglesia.

Luego se formó el Estado Visigodo cuya capital era Toledo, pero que iba a ser barrido por la invasión de los árabes
que llegaron a la península Ibérica.

Luego el Estado musulamán fue formándose al compás de las conquistas que iban haciendo los ejércitos árabes que
estaban formados por fanáticos religiosos.

Ya para los tiempos en que la Península Ibérica estaba dividida en veintinueve reinos de taifas nadie podía imaginarse
que algún día toda ella estaría ocupada por cinco reinos, y eso vino a suceder en el siglo XII. Los cinco reinos fueron
Castilla, León, Portugal, Navarra y Aragón, agregados al último los condados de Cataluña; pero tres siglos después
serían menos porque esos cinco quedarían reducidos a dos -España y Portugal- cuando como resultado del
matrimonio de la princesa de Asturias, heredera del reino de Castilla, con el heredero del reino de Aragón, quedarían
echadas las bases para que se creara un Estado que acabaría llamándose España, palabra que sería la castellanización
de Hispania, aplicada por los romanos a la península Ibérica.

Ya muchos años después, en los enormes territorios que lamamos hoy América los conquistadores españoles se
apoderaron violentamente de algunos, como las Antillas cuyos habitantes vivían agrupados en tribus, pero también de
otros como la región denominada ahora Mesoamérica en la que los mayas se habían organizado en ciudades Estado
varios siglos antes de que llegaran los españoles.

De acuerdo con la “información histórica relativa a Yucatán, cada Estado estaba gobernado por un halach uinic,
“hombre verdadero”, también llamado ahau “señor” que pertenecía a la clase noble y cuyo cargo era hereditario.

En esa época en México había tres estados que eran el Estado Inca, Estado Azteca, Estado Maya.

No se han hecho estudios comparativos entre etapas históricas de América, Europa, el Medio Oriente y el norte de
Africa y por eso no se tienen datos que indiquen a qué época de la historia babilónica o griega corresponden los
establecimientos de Estados Americanos como el azteca y el incaico. Por otra parte, Luis XIV heredó la corona real
de Francia y encarnó lo que es un “Estado absolutista.”

Luis XIV tuvo que gobernar como jefe de un Estado absolutista porque la de Francia era una sociedad conmovida por
el enfrentamiento de dos fuerzas que había en su seno: las feudales en estado de liquidación y las capitalistas en el de
formación.

Estados Unidos de América fue el nombre del primer Estado capitalista de la historia, nació sin el menor asomo de
influencias feudales; ellos eran gobernados por representantes que ellos elegían.

La Constitución es el plano del Estado. En ella se describe como funciona ese aparato de poder político llamado
Estado, tal como el funcionamiento de una maquinaria está descrito en el plano que la acompaña; los Estados Unidos
de América tenían su constitución.

La Constitución podía existir en cualquier Estado que se haya organizado después de 1789 porque antes de esa fecha
los Estados no elaboraban constituciones sino que funcionaban de manera mecánica siguiendo unas tradiciones dadas,
cada uno según lo habían determinado sus características y su historia, y en consecuencia, no se conocían
constituciones escritas antes de que se escribiera la de Estados Unidos.

En el primer Estado capitalista ya el poder no iba a estar representado por reyes, sino serían presidentes elegidos por
mayoría de votos de todos los ciudadanos cuyos votos tendrían igual valor.

Por otra parte, la declaración de independencia y con ella la creación de Estados que se formaron en los países del
Nuevo Mundo a partir de los primeros años del siglo XIX, inició una etapa histórica que tuvo su origen, directa e
indirectamente en la Revolución Francesa (1789) y de manera especial desde que al finalizar el siglo XVIII fue
creado el gobierno del Consulado, cuyo jefe natural debía ser, y fue, Napoleón Bonaparte.

En Brasil existía lo que se llamaba un Estado Imperial, el cual sobrevivió 19 años al imperio francés encabezado por
Napoleón III.

Más tarde, la Revolución Rusa requería de un tipo nuevo de Estado en el que todo debía ser creado, porque en la
historia humana no se conocía ninguna revolución que se pareciera a la rusa ni en conjunto ni en detalles.
Entonces se creó lo que es un Estado Socialista.

Luego en 1922, se creó el Estado Fascista, creado por Benito Mussolini, que fue encargado por el rey de Italia de
formar, y por tanto encabezar el gobierno de ese país. Mussolini describió con una sola palabra “totalitario”, al tipo
de gobierno que se proponía hacer el fascismo; el totalitarismo es considerado como una dictadura.

El fascismo es, realmente una concepción religiosa que concibe al hombre en una relación inmanente con una ley
superior, una voluntad objetiva, que trasciende al individuo particular y lo eleva a la calidad de miembro consciente
en una sociedad espiritual. Y es el Estado, más que la nación, el que crea y encarna esta sociedad espiritual.

Luego, en Alemania se creó el Estado Nazi, creado por Adolf Hitler, pero que no fue producto de una revolución que
lo llevara al poder, sino, tiene sus orígenes en las ideas sociales, económicas, y políticas.

El Fenómeno Nacista culminó en la creación del Estado más brutal, prácticamente demencial, que ha conocido la
humanidad, por lo menos desde que el capitalismo comenzó, en el siglo XVI, a conquistar el poder político
desplazando de él a los Estados Feudales. Luego de varios años el Estado Nazi fue derrotado.

Tanto el fascismo italiano como el nacionalismo alemán fueron, intrínsecamente, esfuerzos por suprimir todas las
diferencias de clase y de grupo dentro del propósito único del engrandecimiento imperialista.

A medida que vamos viendo el desarrollo de lo que es Estado, nos vamos dando cuenta como, Estado ha
evolucionado, con el pasar del tiempo, pero ésta evolución ha tomado siglos.

Podemos ver cómo, desde un inicio, cuando una nación estaba organizada, como debía ser constituía un Estado, aún
sin conocer en ese tiempo la palabra Estado, como vimos anteriormente.

Luego vimos que los Estados estaban gobernados por reyes, al pasar el tiempo, el Estado fue tomando otra forma y
fue cuando, luego, se redactó la constitución, que es la que describe cómo funciona el Estado.

Entonces fue cuando el poder ya dejaba de estar representado por reyes, aunque en algunos sitios, como es Inglaterra
se conserva, y entonces era representado por presidentes, que eran elegidos en sufragio universal y eran agentes que
poseían el poder de manera transitoria, y que el poder ya no era heredado, como era en el caso de los reinados.

El tema del Estado trajo muchos conflictos, y muchos filósofos dieron las concepciones que de él tenían. Como es el
caso de Aristóteles, que en su libro La Política, establece que Estado es una asociación y solo en vista de algún bien
las asociaciones se forman, puesto que lo único que a los hombres mueve es la esperanza de algo que les parece
bueno. Pero, para averiguar la naturaleza última de todo Estado hay que utilizar como método el remontarse al origen
de las cosas y examinar cuidadosamente su desarrollo.

La primer sociedad, el germen original de todo Estado, nace con la aproximación de dos seres que no pueden existir
uno sin otro: el hombre y la mujer. El deseo de reproducción los une, como une a los demás animales y a las plantas.
Por tanto la única razón válida para entender como los primeros seres humanos se aproximaron se explica solo en
función de una fuerza que sobrepasa sus voluntades.

Estado tiene siempre su origen en la naturaleza, lo mismo que las primeras sociedades; porque la naturaleza de toda
cosa es precisamente su fin; y así decimos que un ser es conforme a su naturaleza, sea hombre, caballo o familia,
cuando alcanza su completo desarrollo.

Platón propone, en su libro La República, la formación de un estado ideal en que los individuos ocupen los diferentes
puestos de acuerdo a sus talentos fundamentales.

La teoría del estado contenida en la República culmina en la concepción justicia. Maquiavelo establece en su libro El
Príncipe, los principales fundamentos de los Estados, ya sea nuevos o antiguos, son las buenas leyes y las buenas
armas, y no puede haber óptimas leyes sin armas idóneas. Establecía que el punto básico es mantenerse en el poder
apoyándose en las armas.

Hegel definía al Estado como un grupo que protege colectivamente su propiedad; sus únicas fuerzas esenciales son
una institución civil y militar aptas para este fin. En otras palabras, un Estado es el poder de facto, la expresión
-ciertamente- de la unidad nacional y una aspiración nacional por el autogobierno, pero fundamentalmente el poder
para hacer la voluntad nacional sea efectivo en el país y en el extranjero. La existencia de un Estado es compatible
con cualquier falta de uniformidad que no impida el gobierno unificado efectivo. La existencia de un Estado no
implica, sostenía, igualdad de derechos civiles ni uniformidad de la ley en todo el territorio nacional. Puede haber
clases privilegiadas y amplias diferencias de costumbre, cultura, lenguaje y religión.

Marx establecía la igualdad de clases, el surgimiento de la conciencia política y finalmente, el ascenso hacia el poder
político, de una clase trabajadora industrial.

El Estado ha estado evolucionando constantemente, como podemos ver en los pensamientos de los filósofos, y en
todo el desarrollo de lo que se le llama Estado.

Sobre el poder 2

Steven Lukes, profesor de teoría política de la Universidad de Oxford hizo una crítica penetrante a las teorías
tradicionales del poder. De esas concepciones, sugiere, nacen ideas ingenuas de la política, como la de Dahl. Lukes
plantea que las conclusiones de los pluralistas derivan de una visión chata del poder. Lo que sucede es que Weber y
Dahl han hecho, según Lukes, un análisis unidimensional del poder. Bajo su definición de que alguien tiene poder
sobre otro cuando puede imponerle sus intereses, Dahl ubica a los participantes en el proceso político y los
promotores de las decisiones que institucionalmente se adoptan. Así, podríamos tener un cuadro de éxitos y derrotas
visibles. El sitio del poder es la arena de las decisiones. Quien prevalece es el poderoso.

Pero ésta es apenas la primera tela de la cebolla. Lo que toca Dahl es apenas la cara visible del poder. Pero hay una
capa oculta, un proceso silencioso extraordinariamente importante. Tiene poder no solamente quien se beneficia por
las decisiones que se toman, sino también quien saca jugo a las decisiones que no se toman. Esta segunda cara del
poder es el poder de definir la agenda, el mando que permite decidir qué es lo que se puede decidir y, sobe todo,
quien logra decidier qué es lo que ni siquiera se discute. Tiene un inmenso poder quien logra que que ciertos asuntos
se resuelvan y, sobre todo quien es capaz de impedir que aquello que lo afecta sea excluido, incluso de cualquier
discusión. Por eso, para entender la estructura del poder habrá que estudiar, según Lukes, las decisiones y las no
decisiones.

Dos autores, Bachrach y Baratz creen que Lukes sigue quedándose corto. Si lo que nos importa cuando hablamos de
poder es entender quién controla a quién; quién puede en última limitar la libertad del otro, entonces tenemos que ir
más adentro. Es que además de la capacidad de controlar la agenda, el poder se expresa en su raíz en la capacidad de
definir los intereses de otros actores sociales. Quien detenta el poder logra que sus intereses particulares sean
percibidos como los intereses generales. Ideología lo llamaba Marx.

Por supuesto, el poder se ejerce cuando A participa en la adopción de decisiones que afectan a B. También se ejerce
el poder cuando A consagra sus energías a crear o reforzar aquellos valores sociales y políticos y prácticas
institucionales que limitan el alcance del proceso político a la consideración pública solamente de los problemas que
sean relativamente inocuos para A. En la medida en que A consigue hacerlo, se impide, para todos los efectos
prácticos, que B ponga sobre el tapete cualquier problema cuya resolución pueda perjudicar seriamente al conjunto de
preferencias de A. (Bachrach y Baratz, en Lukes, El poder, México, Siglo xxi, p. 11. )

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