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De los ‘puntos marginales’ a los ‘mapas nocturnos’ (Alternativas en comunicación)

1988. Anuario ININCO, 1, 81-107

María Fernanda Madriz


Instituto de Investigaciones de la Comunicación-ININCO
Universidad Central de Venezuela

1. INTRODUCCION

¿Seguir hablando hoy de alternativas comunicacionales? ¿Retomar la interminable


discusión acerca de lo micro o lo macro, lo mediado o lo directo, los massmedia o los softmedia,
lo espontáneo o lo inducido, los teoricismos o los practicismos, y un sin fin de díadas más que
terminaron por hacer de la polémica el escenario de una "moda" que -como moda al fin- se
desvaneció dejando mucha tela a medio coser, algunos "trapos" en nuestros guardarropas
intelectuales y una sonrisa a ratos condescendiente y a ratos desinteresada frente a aquéllos que
insisten en el tema?.

Pensamos que cuando menos tres razones justifican el intento:

1. Las demandas que animaron las luchas por formas alternativas de comunicación continúan
teniendo hoy plena vigencia. A nivel planetario, la transnacionalización cultural conquista
espacios que amplían significativamente su poder ( en Venezuela, por ejemplo, en menos de
dos años el Estado ha concedido acceso directo al satélite para los canales privados de te-
levisión y ha autorizado la instalación de antenas parabólicas). A nivel regional, El modelo
mixto basado en la libertad de empresa se generaliza.Ya fuertemente arraigado en nuestro
país, Perú, Bolivia y México, sus formas de propiedad, control, financiamiento y uso se
consolidan en el Cono Sur luego del paso de los regímenes autoritarios a los sistemas de
democracia representativa. Entretanto, los sectores populares continúan reproduciendo y re-
sistiendo, burlando el silencio a su manera -a veces conciliadora,a veces irreverente- y el pro-
yecto de formas societarias plurales, sonoras y libres para América Latina, espera aún su
oportunidad.
2. Un universo heterogéno de organizaciones e instituciones oficiales, oficiosas, académicas,
políticas y religiosas continúan impulsando y/o apoyando experiencias en el campo de las
alternativas comunicacionales, independientemente de que las formulaciones teóricas sobre el
tema se hayan quedado "truncas" y resulten inútiles para el enriquecimiento de la praxis social.
3. Más allá del carácter fragmentario, contradictorio y por momentos ingenuo del pensamiento
latinoamericano sobre el tema, en un lapso de diez años la investigación sobre alternativas
produjo un volúmen significativo de materiales que esperan aún por un proceso de
sistematización, evaluación y superación crítica (para este estudio, se consultaron y analizaron
más de 250 artículos -los disponibles en centros de documentación y bibliotecas del área
metropolitana de Caracas- que, partiendo de la circulación limitada que los resultados de la
investigación tienen entre nuestros países, debe representar cerca del 50% de lo efectivamente
producido).
Este trabajo es un intento por iniciar esa sistematización. Nos proponemos: 1) Ubicar los
distintos referentes -tanto en el campo de las experiencias prácticas como en el de las teorías-
desde donde surgen los múltiples modelos de "lo alternativo". Esto, con la idea de no sólo
denunciar sino en lo posible comprender y explicar el carácter heterogéneo que le es propio.
2) A partir de lo anterior, puntualizar los rasgos fundamentales de cada modelo y ubicar a
los autores en relación a ellos.3) Presentar las líneas de investigación que, como espacios fe-
cundos, continúan abiertas.

2. "ALTERNATIVAS" Y MODELO DE DESARROLLO

Es en Europa, los Estados Unidos y Canadá donde, con el apoyo de la UNESCO y otros
organismos internacionales, se plantea por primera vez el uso de los medios masivos
radioeléctricos en proyectos de educación de adultos y capacitación agrícola. Desde un
principio, los programas se diseñaron en base a la teoría del "two steps flow" o flujo en dos etapas,
que postula la mediación de formas de comunicación interpersonal entre los mensajes masivos
y los receptores. Las experiencias se inician con la radio, ampliándose luego al uso de la televisión.
En tal sentido, informa Jesús María Aguirre:
"la noción de educación de adultos a través de grupos de oyentes de radio comenzó
probablemente en Gran Bretaña en 1928 (...) En forma similar, los grupos de
oyentes aparecieron en Canadá en 1941 como un experimento de educación de
adultos en los estratos humildes en los días de la protesta agrícola por la depresión
(...) En 1954 Francia vio la iniciación de un programa de <teleclub> entre sus
agricultores [e] Italia vió también en 1955 la introducción de una <teleecuela>
auspiciada por la UNESCO"1.

En la década de los 50 e inicios de los 60, los planes de expansión transnacional de los
EE.UU en Latinoamérica, conducen a la formulación de la teoría del subdesarrollo y de la
necesidad de la modernización acelarada de las estructuras económicas y culturales de los
países de la región. En este marco, se inician en el subcontinente un conjunto de programas de
difusión de innovaciones agrícolas, control de la natalidad y alfabetización de adultos que
responden, básicamente, al mismo modelo del "two steps flow".

Las consecuencias nefastas que en lo económico, social y cultural tuvo el difusionismo en


América Latina son harto conocidas y por consiguiente no insistiremos en ellas. Nos interesa
destacar tres aspectos que consideramos fundamentales:

1. La idea de lo grupal como escala y espacio privilegiado para propiciar cambios en las fo-
rmas de representación, comprensión y acción de los sectores populares (en este caso
tendientes a favorecer procesos de dominación) estaba ya presente en el difusionismo
2. La idea del aprovechamiento de los medios y procesos de comunicación\información
-masivos o no- para generar y reforzar opciones político-ideológicas en el trabajo militante
(en este caso, de reproducción y afianzamiento del status quo) también estaba presente en la
difusión de innovaciones.
3. Es desde el fracaso de los programas de modernización, de la denuncia del papel que venían
jugando en los procesos de aculturación y manipulación ideológica y de la crítica al modelo
verticalista que llevaban implícitos, desde donde se gesta una de las lineas de

1
Aguirre, Jesús María, Comunicación horizontal, p. 11.
2
experimentación social y producción teórica fundamentales en el campo de las
"alternativas".

En efecto, muchos promotores agrícolas, grupos cristianos de base e investigadores que


posteriormente se sumarían al marco de "lo alternativo", iniciaron sus trabajos dentro de
programas del extensionismo oficial e institucional. La participación activa en proyectos de acción
comunitaria, condujo a muchos de ellos a una redefinición de su papel como agentes y del
propio modelo que subyacía a las experiencias. Sobre el terreno, pudieron constatar: a) Las
reales condiciones de existencia de los sectores populares, hecho que radicalizó en muchos lo que
en un principio fue sólo una ambigua "sensibilidad social". b) El fracaso de un modelo de
desarrollo que no se correspondía con la realidad latinoamericana y que no tomaba en cuenta las
necesidades de los grupos, c) La riqueza y complejidad de un universo de formas de saber, sentir y
actuar, propios de los sectores populares que desbordaban la idea de "lo supersticioso" "lo igno-
rante" y "lo inúltil" y, d) La dificultad para "comunicarse" a partir de formas en mayor o menor
grado autoritarias.
En un primer momento, estas constataciones conducen a una reformulación parcial del
modelo propiamente difusionista, dando origen al conjunto de experiencias que algunos autores
han denominado "uso alternativo de medios", otros "comunicación grupal" y algunos otros
"comunicación participatoria" (es importante señalar que estas dos últimas denominaciones se
utilizan también para aludir experiencias más cercanas al próximo modelo que analizaremos ) y
que se caracterizarían por:

"un uso educativo predominante, la búsqueda de una adaptación de la extensión a


las necesidades reales de las comunidades; la búsqueda de un lenjuaje sencillo y efi-
caz; el intento de iniciar una relación de feed-back que permitiera ir reorientando el
programa y acercándose al público." 2

En esta línea de pensamiento podríamos ubicar los primeros escritos de Peter Schenkel
cuando señala:

"Entre los aspectos fundamentales de este paradigma (...) cabe señalar la exigencia
implícita que demanda que la comunicación sea participativa (...) en el sentido de
que el individuo tenga una participación directa en la preparación y emisión de los
mensajes dirigidos a él, así como en la retroalimentación inmanente al proceso de
comunicación (...) el paradigma hace necesario valorizar los medios menos
sofisticados, más al nivel sociocultural de los estratos menos privilegiados e incluso
a la comunicación interpersonal que en todo proceso de modernizaicón juega un
papel decisivo." 3

Podríamos sintetizar las características de este primer universo de prácticas y formulaciones


2
Capriles, Oswaldo, "¿Política de comunicación o comunicación alternativa?", ININCO, p. 53.

3
Schenkel, Peter, Comunicación grupal, algunas consideraciones básicas, p. 4-5
3
teóricas en los términos sigientes:

1. Enfasis en lo grupal.
2. Enfasis en la participación, pero limitada aún a lo propiamente comunicativo.
3. Prácticas inducidas por promotores individuales o colectivos en las comunidades.
4. Preocupación por las condiciones reales de existencia de los sectores populares que, sin
embargo, no presupone todavía un cuestionamiento global al sistema dominante.
5. Enfasis en la utilización de códigos, técnicas y medios "pobres".
6. Lo comunicacional supeditado al desarrollo econòmico y social.

3. "ALTERNATIVAS" Y EDUCACION.

La influencia del pensamiento de Paulo Freire en el campo de las "alternativas" no se


compara con la de ningún otro autor, excepción hecha tal vez de Jesús Martín Barbero. Hacia fines
de los 60 y durante toda la década del 70, el "freirismo" moviliza un arsenal de reflexiones teóricas
y prácticas educativo-comunicacionales que constituyen, probablemente, más de la mitad de la
historia de "lo alternativo" en América Latina. A efectos de nuestro análisis, nos interesa enfatizar
aquellos puntos de la pedagogía de la liberación que sirvieron de nutrimento e hicieron posible su
uso en el ámbito de las comunicaciones:
1. Crítica y desmontaje del modelo extensionista en términos de su verticalidad:

"El primer equívoco gnoseológico de la extensión está en que, si hay algo dinámico
en la práctica sugerida en tal concepto, ese algo se reduce a pura acción de extender
(el extender en sí mismo), donde, también, el contenido extendido se torna estático.
De esta forma, el sujeto que extiende es,en cuanto actor, activo, frente a los
'espectadores', en quienes deposita el contenido que extiende." (p. 26).4

2 Recuperación del sujeto en el proceso de "conocer":

"Conocer es tarea de sujetos, no de objetos. Y es como sujeto, y solamente en


cuanto sujeto, que el hombre puede realmente conocer." (...) "Por esto mismo es
que, en el proceso de aprendizaje, solo aprende verdaderamente aquél que se
apropia de lo aprendido, transformándolo en aprehendido, con lo que puede, por eso
mismo, reinventarlo, aquél que es capaz de aplicar lo aprendido-aprehendido a
situaciones existenciales concretas."5

3. La formulación del modelo dialógico:

"...ser dialógico es no invadir, es no manipular,es no imponer consignas. Ser


dialógico es empeñarse en la transformación constante de la realidad. Esta es la ra-
4
Freire, Paulo, ¿Extensión o comunicación?, p. 26

5
Idem., p. 28
4
zón por la cual, siendo el diálogo contenido de la propia existencia humana, no
puede contener relaciones en las cuales algunos hombres sean transformados en se-
res para otro, por hombres que son falsos seres para sí. El diálogo no puede iniciar
una relación antagónica.6

4. La comunicación como fundamento de lo sociocultural y del "conocer":

"La estructura vertical del mundo social y humano no existiría como tal si no fuera
un mundo de comunicaciones, fuera del cual, sería imposible el conocimiento hu-
mano." (...) "La intersubjetividad, o la intercomunicación, es la característica
primordial de este mundo cultural e histórico." (...) "El sujeto pensante no puede
pensar solo, no puede pensar sin la coparticipación de otros sujetos, en el acto de
pensar, sobre el objeto. No hay un pienso sino un pensamos. Es el pensamos que
establece el pienso, y no al contrario." (...) "Esta coparticipación de los sujetos en el
acto de pensar, se da en la comunicación. El objeto, por esto mismo, no es la in-
cidencia final del pensamiento de un sujeto, sino el mediatizador de la
comunicación."7

5. La problematización como esencia del "conocer":

"Si la educación es la relación, entre sujetos cognoscentes mediatizados por el


objeto cognoscible, en la cual el sujeto reconstruye, permanentemente, su acto de
conocer, ella es necesariamente un quehacer problematizador." (...) "Lo que importa
fundamentalmente a la educación como una situación gnoseológica, es la problema-
tización del mundo del trabajo,de las obras, de los productos, de las ideas, de las
convicciones, de las aspiraciones, de los mitos, del arte, de la ciencia, el mundo de
la cultura y de la historia, que resultando de las relaciones hombre-mundo,
condiciona a los propios hombres, sus creadores." (...) "la problematización implica
un retorno, crítico, a la acción. Parte de ella y a ella vuelve."8

Las ideas de Freire producen en Brasil cambios profundos en las formas de acción peda-
gógica a nivel popular en este país.Luego de las primeras ediciones de sus obras en castellano
(1966), su influencia se generaliza a todo el continente y ya en los setenta comienzan a aparecer los
primeros artículos sobre "comunicación participatoria", "comunicación horizontal", comu-
nicación liberadora", "comunicación popular" y "comunicación de base" que se fundamentan
en el "freirismo".

En tal sentido, así quedó definido el modelo en el Primer Seminario Latinoamericano de


Comunicación Participatoria:

6
Idem., p. 46.

7
Idem., p. 74-75

8
Idem., p. 96
5
"...se conceptuó la comunicación participatoria como el proceso social mediante el
cual, protagonistas con intereses no antagónicos construyen en común discursos que
pueden ser utilizados como instrumentos de lucha para la modificación real de sus
condiciones de existencia, para el cambio de las estructuras de poder económico,
político, social y cultural dominante, y para la inversión de las formas de
comunicación vigentes. La comunicación participatoria que comprende también el
concepto de reidentificación cultural, por lo tanto, es una pedagogía popular, un
proceso educativo que parte del análisis de la realidad, rechaza la ideología de las
clases dominantes y moviliza a las clases populares hacia una acción concertada de
cambio social."9

En términos similares es definido por Luiz Gonzaga Motta cuando señala:

"La llamada comunicación popular está constituída por experiencias aisladas de


comunicación y educación de base, cuyo fin principal es organizar y movilizar a pe-
queños grupos, de modo tal que creen sus propios canales de expresión y
manifiesten sus incorfomidades y reinvindicaciones, lo que no ocurría a través de
los medios convencionales." (...) Son fundamentalmente experiencias de comun-
icación antiautoritarias, implican la participación solidaria de cada una de las
personas en los grupos que se van creando. Contienen implícita o explícitamente
denuncias contra la sociedad deshumanizada y anuncian una sociedad mejor." (...)
"La comunicación popular estimula (al contrario de la comunicación convencional)
la participación colectiva, promoviendo un proceso de autoeducación, un proceso
pedagógico en el que los grupos populares sean el sujeto y el objeto de su propio
conocimiento en la construcción de una nueva sociedad."10

Otro tanto hace Mario Kaplún al proponer que:

"...para el movimiento de base la comunicación no constituye un fin en sí, sino un


instrumento necesario al servicio de la organización y la educación populares. Son
organizaciones (..) que crean esos medios de expresión e información y se valen de
ellos como propulsores de la participación y la movilización, generadores de un
mayor nivel de conciencia, canales comunicativos para el intercambio y el análisis
de experiencias, y animadores de la acción colectiva." (...) "El movimiento popular,
pues, no 'hace comunicación' por la comunicación misma. La practica en el marco
de un proceso transformador en el cual el componente comunicacional se entraba y
fusiona con el pedagógico y con el organizativo."11

9
Primer Seminario Latinoamericano de Comunicación Participatoria, Informe Provisional, p. 3

10
Gonzaga Motta, Liuz, "La comunicación popular: Contradicciones y desafíos",
en: CHASQUI, No. 8, p. 13.

11
Kaplún, Mario, "La comunicación popular: ¿Alternativa válida?", en: CHASQUI, No. 7, p. 41
6
En la misma línea se ubican autores como Joao Pinto Bosco ("La comunicación
participativa (en cuanto acto y proceso) debe ser un instrumento en manos de las clases explotadas ,
para el éxito de su lucha liberadora." (...) "El proceso de comunicación participativa es de hecho
una pedagogía popular: un proceso educativo que parte del análisis de la realidad, extroyecta la
ideología de las clases dominantes y moviliza a las clases populares hacia una acción concretada de
cambio social."12); Francisco Gutiérrez: ("La comunicación alternativa es 'dar la palabra' a las
mayorías desposeídas para que puedan 'pronunciar' su mundo y su realidad, supone un cambio es-
tructural de contenido político de gran envergadura que debe ser visto como una verdadera revolu-
ción."13) y José Martínez Terrero ( "Se pretende poner la tecnología comunicacional en manos del
pueblo y a su servicio. de forma que el mismo pueblo oprimido diga su verdadera voz, se exprese
y,creativamente, sea emisor y receptor." (...) Para que sea auténticamente dialógica,los dialogantes
emisores y receptores deben vivir la misma realidad popular de los barrios,del campo con sus
dificultades y explotación." (...) Así será la comunicación concientizadora y educativa."14

¿Cuáles son los elementos que unifican las definiciones anteriores y a la vez fundan un
modelo distinto al que deriva del las prácticas de extensión?.A nuestro juicio, los más resaltantes
serían los siguientes:

1. Lo participativo se radicaliza y deviene en "lo dialógico" en el sentido estricto de la palabra:


relaciones no mediadas, reversibilidad plena de los polos emisión-recepción, ausencia de formas
implícitas o explícitas de coerción entre los miembros del grupo y utilización de códigos
plenamente compartidos.
2. Lo grupal pasa a ser condición indispensable del modelo, en la medida en que a) nace en el
campo de la pedagogía donde lo "micro" es sin duda la escala más pertinente y b) Sólo en
ámbitos "micro" se generan condiciones favorables para una "dialogicidad" en los términos ex-
puestos.
3. El carácter de práctica inducida y no espontánea se acentúa, ya que se parte de la necesidad
de enseñar a los sectores populares a que problematicen y aprehendan las causas y efectos de
sus condiciones reales de vida.
4. En la media en que se asume como un modelo de concientización, implica y tiende hacia la
transformación global del sistema dominante y ya no sólo de la circulación y producción
del sentido social.

Las repercusiones que las experiencias más fecundas vinculadas a este pensamiento han
tenido en el desarrollo del movimiento popular latinoamericano,están aún por evaluarse en su real
dimensión. Ello no puede llevarnos, sin embargo, a obviar que a nombre de algunos de estos prin-
cipios se cometieron excesos tanto teóricos como prácticos, que llevaron la reflexión sobre las
"alternativas" a callejones infértiles de donde aún hoy no ha conseguido salir.
12
Pinto Bosco, Joao, La comunicación participatoria como pedagogía del cambio, p. 69.

13
Gutierrez, Francisco, "Las radios comunitarias, una experiencia de comunicación
alternativa", en: Nueva Sociedad, No. 71, p. 88.

14
Martínez Terrero, José, "Comunicación alternativa grupal en América Latina", en:
COMUNICACION, p. 38.
7
A partir de las mejores intuiciones de Freire se construyeron "recetarios" que por momentos
"evaluaban" las experiencias en proceso para determinar su grado de "alternatividad", y por
momentos "maqueteaban" el perfil de las nuevas experiencias, al punto de borrar de ellas todo
rasgo que no encajara en los altísimos niveles de exigencia ética, epistemológica y utópica de la
pedagogía de la liberación... a veces, ni siquiera los propios sectores populares, en sus
contradictorias pero ricas formas de producción, conservación y recreación de sentido, conseguían
satisfacer el apetito voraz de un modelo que, en algunos, se volvió una armadura cargada de
buenas intenciones.

4. "ALTERNATIVAS" Y MILITANCIA POLITICA

Tres ideas fundan los planteamientos hechos por el marxismo ortodoxo en torno a los
problemas de la comunicación y la cultura. La primera alude al carácter superestructural -y por
consiguiente secundario- de estos procesos. La segunda se refiere al papel de "las vanguardias" y
a la tipificación de "las masas";la tercera, a la función movilizadora, agitadora y organizadora
de la prensa en los procesos revolucionarios, formulada por Lenin en el ¿Qué Hacer?.

En relación al primer punto, es sabido que estas concepciones dieron pie para concebir la
estrategia revolucionaria como una lucha por la toma del poder político y la abolición de la
propiedad privada de los medios de producción: los cambios a nivel infraestructural, condu-
cirían inexorablemente a los cambios en lo superestructural.

Sobre el segundo punto, en un trabajo anterior analizamos el concepto "partido-masa" en el


caso venezolano y, basándonos en citas textuales de varios dirigentes del PCV durante la década
del 60, construímos el siguiente collage:

"...el PCV oscila entre una mitificación de la multitud a nivel abstracto y una
subestimación de su potencialidad a nivel concreto. En este orden de ideas,
<...las masas son las que realizan la historia>, a pesar de que sus formas naturales de
organización, si bien <...a medida que avanza el proceso revolucionario adquieren
mayor conciencia y se politizan, nunca llegan a sustituir a las organizaciones
políticas>. Sobre estas bases, se construye el mito de su dualidad: sienten, y por lo
tanto hay que <...observar el estado anímico de las masas>, que a veces <...trepidan
de entusiasmo> y a veces <...se cansan y se vuelven apáticas>; pero carecen de
lucidez y por lo tanto hay que <...ganarlas para las ideas redentoras del marxismo>.
Son indispensables, y por lo tanto <...hay que vencer en esta contienda por el do-
minio de las masas>; pero no están en condiciones de organizarse por sí mismas,
y por lo tanto <...hay que observarlas y estudiar sus problemas para tratar de diri-
girlas hacia verdaderas organizaciones>. Luchan, y por lo tanto <... ninguna
revolución se ha hecho sin la participación de las masas>; pero son inestables y por
lo tanto <...hay que impedir que permanezcan a la expectativa o que caigan en una
actitud de indiferencia o escepticismo acerca de lo que pueda suceder>."15

15
Madriz, María Fernanda y Gloria Martín, A la izquierda de la cultura: Venezuela, proceso
década 60,p. 190-91.
8
Sobre el tercer aspecto, veamos lo que dice Lenin:

"A nuestro juicio, el punto de partida para la actividad, el primer paso práctico hacia
la creación de la organización que deseamos (...) debe ser la creación de un pe-
riódico político para toda Rusia. Antes que nada, necesitamos un periódico; sin él
no será posible realizar de manera sistemática una labor de propaganda y agitación
múltiple..." (...) "El papel del periódico no se limita sin embargo a difundir ideas,a
educar políticamente y a ganar aliados políticos. El periódico no es sólo un
propagandista y un agitador colectivo, sino también un organizador..."16

A partir de estas ideas, la izquierda latinoamericana en la década del 60 formuló modelos


de "alternativas" tanto para la lucha desde la oposición como para las políticas desde el poder.

Desde la oposición, educar, agitar y organizar a las "masas", fue la consigna de los
movimientos insurreccionales que se generalizaron en el subcontinente en este período histórico.
En tal sentido, "...la propia izquierda contestataria se ocupó de enseñorear con frecuencia a los
medios propios de la agitación -cine de denuncia, agitación o protesta, prensa revolucionaria, radio
clandestina- como la alternativa: medios pobres, estética de la violencia, carácter portátil,
espontáneo, búsqueda de participación del espectador, rescate de una cultura popular y desesperada
pesquisa en pro de un lenguaje 'propio' para la revolución."17

Las características fundamentales del modelo serían entonces:

1. Concepción instrumentalista de lo comunicacional\ cultural.


2. Enfasis en lo inmediata y explícitamente político.
3. Enfasis en el contenido de lo que se pone a circu lar.
4. Concepción paternalista hacia los sectores populares que debían ser "educados" y
"concientizados" por la "vanguardia". En este caso, "vanguardia" es sinónimo de "partido".
5. Estructura vertical y difusiva del modelo.
6. Lo comunicacional se supedita a lo político-militante.

Como estrategia desde el poder, el modelo "alternativo" respondía a las siguientes


pautas:

1. En tanto que el Estado\partido representaba los intereses del proletariado, propiedad estatizada
de los medios de difusión masiva.
2. En la medida en que había que enfrentar las tendencias contrarrevolucionarias, control total del
poder de emitir por parte del Estado.
3. En la medida en que había que "educar a las masas", énfasis en el contenido de los mensajes y
subestimación de los problemas de producción, codificación y recepción de los mismos.

16
Lenin, V. I., Acerca de la prensa y la literatura, pp. 45 y 47.

17
Capriles, Oswaldo, op. cit., p. 52.
9
4. Lo comunicacional se supedita, entonces, a lo económico y lo político.
5. En síntesis, imposición de un modelo estatista de corte autoritario, "adoctrinador" y
vertical.

A partir de la década de los 70, la derrota política de la mayoría de los movimientos


insurreccionales en América Latina,las deserciones y denuncias acerca de la censura imperante en
los países del bloque socialista y la evaluación de experiencias como las del Chile de Allende y el
Perú de Velasco Alvarado, conducen a una reformulación importante de esta tendencia, tanto en
el proyecto de las "alternativas" para la oposición, como en el proyecto de las "alternativas"
desde el poder.

En el primer caso, ("alternativas" desde la oposición), algunas de las ideas de Antonio


Gramsci juegan un papel definitivo y entroncan esta línea de pensamiento con el problema de las
culturas populares; el análisis de los modelos de "alternativas" que derivan de este encuentro lo
dejaremos para el final del trabajo. En el segundo caso ("alternativas" desde el poder) las ideas se
funden con las luchas por la democratización de las comunicaciones y lo analizaremos a
continuación.

5. "ALTERNATIVAS" Y DEMOCRATIZACION DE LAS COMUNICACIONES.

En 1963, Antonio Pasquali publica en Venezuela Comunicación y cultura de masas.


Desde una perspectiva filosófico-antropológica, Pasquali deslinda los procesos de comunicación e
información, al definirlos en los términos siguientes:

"Por comunicación o relación comunicacional entendemos aquélla que produce (y


supone a la vez) una interacción biunívoca del tipo del consaber, lo cual sólo es
posible cuando entre los dos polos de la estructura relacional (Transmisor-Receptor)
rige una ley de bivalencia: todo transmisor puede ser receptor, todo receptor puede
ser transmisor" (...) "Proponemos reservar el término de información tanto al
proceso de vehiculación unilateral del saber entre un transmisor institucionalizado y
un receptor-masa, como a sus contenidos (...) [queda así definida] "... la diferencia
entre 'comunicación' como diálogo e 'información' como alocución."18

Comenzaba a formarse en Latinoamérica un pensamiento crítico que rompería con la


"mass communication researh", sentando las bases teóricas y epistemológicas de la Socio-
política de las comunicaciones en el subcontinente. Hacia fines de la década del 60 y principios
del 70, investigadores como Marta Colomina y Eduardo Santoro, Eliseo Veron y Armand
Mattelart, Peter Schenkel, Mario Kaplun, Oswaldo Capriles, Jesús Martín Barbero y muchos otros,
inician los diagnósticos del sistema de medios de difusión masiva en los países de la región; el
relevamiento de medios, el desmontaje de la estructura de propiedad y el análisis ideológico de los
mensajes, ponen al descubierto la lógica del aparato masivo y su papel en la reproducción
simbólica de las formas de dominación.

18
Pasquali, Antonio, Comunicación y cultura de masas, pp. 49 y 62.
10
A partir de 1971, el debate se generaliza en las reuniones intergubernamentales auspiciadas
fundamententalmente por la UNESCO. Las nociones de acceso, participación y autogestión se
transforman en el módulo conceptual que aproxima los debates sobre Políticas Nacionales de
Comunicación (San José, 1976) y "alternativas comunicacionales". Paralelamente, en 1973 la
Cumbre de Argel de los Países No Alineados sienta las bases de lo que posteriormente se conocería
como el Nuevo Orden Informativo Internacional.

En los distintos ámbitos -y con peculiaridades que trascienden los límites de este estudio
pero que sin duda introducen distinciones significativas-, lo que se pone en el tapete es el
cuestionamiento generalizado del modelo transnacional de comunicación\información y la lucha
por formas más democráticas de producción social del sentido a nivel planetario, regional, nacional
y aún local.

Así, lo propiamente comunicativo acapara el interés de investigadores y grupos de


trabajo. El encuentro -que por momentos llegó a ser "choque"- de esta corriente y la que venía
laborando y elaborando ideas desde lo educativo y lo político-militante, da origen a un complejo
mapa de proposiciones que, por encima de su heterogeneidad, comparten dos ideas que sirven de
fundamento a "lo alternativo":

1. Toda propuesta "alternativa" se define por su oposición a lo dominante,


independientemente de que "lo dominante" tiene distintas significaciones para unos y
otros.

2. Toda propuesta "alternativa" presupone el ejercicio de la participación,


independientemente de que "la participación" implica grados y cualidades distintas de un
autor a otro.

Trataremos de organizar los distintos modelos, determinando los puntos en los que ponen el
énfasis.

5.1 Modelo ético-utópico.

• Carácter teórico-abstracto de la propuesta.


• Enfasis en lo relacional.
• La participación queda definida en términos de lo dialógico.
• Lo dominante -y por consiguiente, frente a lo que el modelo se opone- trasciende el campo
de la comunicación y apunta hacia un proyecto de transformación global de la sociedad.
• Presupone una dimensión política no partidista.
• mplica la construcción del modelo al margen del sistema de medios de difusión masiva.

Acaso el autor más representativo de esta corriente sea Oswaldo Capriles. Su pensamiento
se emparenta con el de Paulo Freire, Antonio Pasquali, Jean Baudrillard, Anthony Wilden y Edgar
Morin. Veamos cómo, en sus propias palabras, la proposición queda definida:

El modelo nace como una ética de la interrelación, como la prefiguración de una


11
democracia primigenia, necesaria y anterior a aquélla que se manifestaría por la
toma de decisiones por todos y la asignación para todos de los bienes y beneficios
sociales: SERIA LA CONDITIO SINE QUA NON de todas las democracias
posibles..." (...) "Una comunicación alternativa (...) es necesariamente participati-
va,ya que éste es el carácter que la define más hondamente" (...) "Experimentos
micro o unidades de comunicación alternativa sin pretensión globalizante al nivel
macropolítico no constituyen verdaderos proyectos políticos de comunicación
alternativa y hasta pueden convertirse en coartadas del sistema aunque su
morfología relacional sea participatoria..." (...) "...en realidad no hay -o no debería
haber- verdadera comunicación alternativa sin un proyecto alternativo de
organzación social, (...)"...un proyecto político global (no partidista) que se
caracteriza por el objetivo global de la democratización real, y que comprende un
proyecto comunicacional-cultural participativo y un proyecto de toma de
decisiones democráticas."19

Dos objeciones fundamentales se le han hecho a las tendencias que se ubican en este grupo.
En primer término, el carácter paradigmático de la propuesta, la coloca en un nivel ideal
difícilmente alcanzable en la práctica, haciéndola poco operativa para los grupos que tra-
bajan en comunidades. En segundo término, el énfasis en la participación -entendida
como diálogo pleno- dejaría fuera del campo de "lo alternativo" a un universo
significativo de prácticas, ya que "... decir que la comunicación es participativa significa
con frecuencia una positivación cuantitativa de esa comunicación; lo que no nos permitiría
comprender el hecho de que, en ciertos modos de comunicación popular, la manera de
participación no es hablando, sino con el silencio precisamente..."20

19
Capriles, Oswaldo, op cit., pp. 53-55-61.

20
Martín Barbero, Jesús, "Comunicación popular y los modelos transnacionales", en: CHASQUI,
No. 8, p. 5.
12
5.2. Modelo de oposición a lo Transnacional. Lo mixto deducido desde las prácticas en
proceso.

• Surge como sistematización teórica de los rasgos de múltiples y heterogéneas experiencias,


incluyendo todo el espectro de escalas posibles (internacional, nacional, regional, comunitario)
• Enfasis en el discurso de oposición emitido.
• La participación queda definida en términos de la democratización de las comunicaciones.
• Lo dominante queda definido en términos del modelo transnacional de
comunicación\información.
• Implica una vocación de cambio de las estructuras de la sociedad.
• El contenidos de los mensajes como lo determinante.
• Lo marginal como etapa previa y necesaria de "lo alternativo".

Ubicamos en esta tendencia a autores como Fernando Reyes Matta, que enuncia las
características del modelo en los términos siguientes:

"Dentro de este concepto se ubica a todas las formas de comunicación que emergen
como respuesta al sistema dominante cuyos centros de poder se asientan en los paí-
ses capitalistas occidentales y cuya expresión es una permanente expansión de tipo
transnacional. Esto implica que, de una u otra forma, las experiencias de comun-
icación alternativa se inscriben en el proceso de liberación de los pueblos y en la
promoción de una democratización efectiva."21

Veamos, asímismo, algunas de las experiencias que Reyes Matta incluye en el campo de
"lo alternativo":

"La comunicacióan alternativa puede expresarse en diversos medios: Agencias


noticiosas de alcance nacional o internacional que tienen un tipo de información útil
al conocimiento, comprensión y dinámica del desarrollo participativo y solidario."
(...) "periódicos y revistas producidos dentro de las normas de tipo industrial(...) cu-
yos contenidos se ubican en la posición crítica al modelo de desarollo imperante
(...) Discos y cassettes portadores de música - y a veces textos- representativos de
una cultura contestataria (...) Grupos productores de cine alternativo, en el nivel
industrial tanto como el 16 mm y super ocho (...) Grupos de teatro que insertan su
temática dentro de la realidad social que les envuelve y son expresión de las
contradicciones de la sociedad afectada por el modelo transnacional (...) Grupos de
arte que sacan su capacidad de expresión estética del marco elitista, para salir al
encuentro de diversas experiencias en que 'el arte junto al pueblo'... [se expresa]."22

21
Reyes Matta, Fernando, "La comunicación transnacional y la respuesta alternativa", en:
Comunicación alternativa y cambio social, pp. 103.

22
Idem., p. 104-05.
13
En relación a posturas como ésta, Ruben Caletti señala como limitación fundamental al
amplitud del concepto, en la medida en que "...lo alternativo no se define claramente de acuerdo a
un conjunto de pautas características, ni tampoco -como tal vez se pretenda-, queda definido por su
potencialidad transformadora para cada posición o lugar. En principio, cae dentro de sus fronteras
todo lo que se oponga, diferencie o simplemente zafe en sus apariencias de las fórmulas
establecidas por el poder."23

5.3. Modelo de oposición a lo Transnacional. Lo micro:

Esta tendencia comparte con la anterior:


• Su oposición al modelo transnacional.
• El derivar su fundamento teórico de los rasgos comunes a un grupo de prácticas
• El implicar una vocación explícita de cambio de todas las estructuras del sistema.

Sin embargo, se distancia drásticamente, ya que concibe "lo alternativo" como procesos
que necesariamente se desarrollan al margen del sistema de medios de difusión masiva. Jorge
Richards representa con claridad esta opción:

"En pocas palabras, podríamos definir la comunicación alternativa como un


proyecto que postula oponerse al dominio avasallador de la comunicación
transnacional y que adquiere características definitivamente antagónicas a ésta." (.-
..)" Los rasgos principales de la comunicación alternativa serían entonces, en
términos muy generales, los siguientes: Propiedad de organizaciones sociales y de
editores colectivos. Producción artesanal de mensajes. Flujos horizontales
multidireccionales de comunicación. Acceso amplio de sectores sociales en el
proceso de emisión y transmisión de contenidos favorables al cambio. Formas de
financiamiento independientes de la publicidad comercial tradicional, y distribución
y circulación al margen de los circuitos comerciales establecidos."24

Esta inclinación hacia lo "micro" o "lo marginal" como espacio privilegiado para el
desarrolo de experiencias "alternativas", ha sido probablemente la opción criticada y defendida
por unos y otros con mayor apasionamiento. Simpson Gringber la descalifica señalando que "...no
basta con que un medio esté al margen de las redes de distribución de la gran prensa, sino que debe
ostentar una diferencia cualitativa respecto de ella; en tal sentido, lo alternativo se opone a lo
meramente complementario o marginal, pues implica, aunque en medida variable, un
cuestionamiento del status quo."25. Otro tanto hace Tulio Hernández cuando reclama "...en
oposición a polarizaciones ortodoxas, cuestionar la dicotomía medios de comunicación de masas-
23
Caletti, Ruben, "Reflexiones sobre teoría y cambio social", en: Comunicación y Cultura, No.
10, p. 177.

24
Richards, Jorge Andrés, "La prensa alternativa en Chile: El testimonio de sus
protagonistas", en: Comunicación alternativa y cambio social, pp. 267-68.

25
Simpson Grinberg, Máximo, "Comunicación alternativa: Dimensiones, límites, posibilidades",
en: Comunicación alternativa y cambio social, p. 115.
14
medios alternativos,que le atribuye a los primeros el rasgo de medios condenados al servicio del
poder y, a los segundos, la virtualidad de medios al servicio de las clases dominadas. Proposición
que al basarse en razonamientos de orden tecnológico niega la posibilidad de pensar en una
comunicación de masas de formas nuevas y, a la inversa, puede estimular un sistema de
complementariedad que haga de la experiencia micro una válvula de escape a la incomunicación
global de la sociedad."26

Juan Diaz Bordenave la defiende pues, en su opinión, los grupos que la ponen en práctica
"...son los que verdaderamente practican la democracia en nuestra sociedad y construyen reductos
de comunicación democrática (...) así la democratización de la comunicación debe comenzar (y
terminar) en el diálogo participativo del pequeño grupo local."27 . Otro tanto hace Mario
Kaplún señalando que "...si se parte de la premisa de que su papel ha de ser el de combatir a los
grandes medios masivos y modificar la relación de fuerza a nivel 'macro', ciertamente tal
pretensión equivale a caer en un romanticismo (...) Pero lo que hay que preguntarse es si éste es su
objeto y razón de ser (...) los medios populares no han nacido como respuesta directa e inmediata a
tales problemas ni en función de ellos (...) para evaluar la eficacia, la operatividad y la relevancia
de estos medios 'artesanales' [hay que preguntarse] por el grado en que contribuyen a comunicar a
las organizaciones de base, a cohesionarlas y orientar su acción..."28

5.4. Modelo de oposición a lo transnacional. La síntesis:

Dentro de los modelos que parten de la oposición a lo transnacional, la propuesta de


Diego Portales viene a representar una síntesis sugerente y totalizadora en el campo de "las
alternativas". Sus caracteristicas fundamentales serían:

• Proposición teórica que va más allá de la sistematización conceptual de los rasgos presentes
en las experiencias en proceso.
• Exigencia de un modelo que articule lo artesanal y lo industrial.
• En el mismo sentido, exigencia de un modelo que articule lo difusivo y lo horizontal.
• Concepción de "lo alternativo" no como un hecho sino como un proceso que implica
etapas que se superan tendiendo hacia formas cada vez más amplias de democratización.
• En tal sentido, es una óptica que presenta "alternativas" de oposición a lo dominante desde
lo clandestino, desde la generalización del movimiento y desde el poder.

En palabras del propio Portales, el modelo respondería a las siguientes pautas:

"La comunicación alternativa es un proyecto que se opone al predominio sin


contrapeso de la modalidad de comunicación transnacional. Esto es, por decirlo de
alguna manera, su impulso genético. Pero esta característica de oposición a algo no
alcanza a darle sus rasgos propios. Hay una tarea pendiente de definición positiva."
26
Hernández, Tulio, Comunicación alternativa: Concepto métrico o propuesta para la acción, p.
4.

27
Diaz Bordenave, Juan, "Democratización de la comunicación. Teoría y práctica", en: CHASQUI,
No. 1, p. 19.

28
Kaplún, Mario, op. cit., p. 41-42.
15
(...) "Tal modalidad de comunicación requiere para su establecimiento eficaz la
combinación de cambios políticos y comunicacionales." (...) El cambio del marco
político es una condición necesaria para la alteración del patrón de com-
unicación, pero no es una condición suficiente." (...) "Nuestra hipótesis es que la
comunicación alternativa es capaz de superar el cerco ideológico que le impone el
dominio transnacional a condición de que cumpla los siguientes requisitos:
primero, que sea capaz de articular los flujos de comunicación horizontal y
vertical; segundo, que logre articular las formas de producción artesanal e
industrial..."29

Acaso la crítica más significativa que se ha hecho a todos los modelos que parten de la
oposición a lo transnacional, sea la de Máximo Simpson Grinberg. Al respecto, el autor señala que
"..."...el carácter exclusivo y excluyente con que se ha manejado este enfoque por parte de muchos
investigadores, ha derivado en un empobrecimiento de las aproximaciones al fenómeno; y ello se
refiere, específicamente, a los límites de aplicabilidad del concepto de comunicación alternativa,
inherentes a su propia definición en torno a un único modelo. A partir de tal tesitura, se omiten del
análisis otros contextos político-sociales, en los que las vías alternativas han surgido como
respuesta a relaciones autoritarias de comunicación no necesaria o únicamente transnacionales. Así,
por razones ideológicas implícitas o explícitas, y por motivos políticos frecuentemente
coyunturales, se ha desechado el estudio crítico -salvo raras excepciones- de las experiencias
alternativas en los llamados regímenes de transición al socialismo..."30

5.5. Modelo Antiautoritario.

En un intento por superar varios de los límites que presentan las ópticas de "lo
alternativo" reseñadas hasta aquí, algunos autores optan por las siguientes redefiniciones de los
términos:

• La lógica frente a la cual se definen las "alternativas", se amplía del modelo transnacional a todo
modelo autoritario.
• La participación es entendida a partir de aquéllo con lo que los sectores mayoritarios pueden
identificarse y realizarse, independientemente de que cumplan en el proceso el papel de emiso-
res directos.
• El modelo parte de la posibilidad, presente y futura, del uso de todas las formas de emisión de
mensajes siempre y cuando éstos presupongan una perspectiva antihegemónica y democrática.

Varios autores, con matices que los distinguen, hablan desde esta opción. Tulio Hernández
pone el énfasis en el análisis de coyuntura, el carácter antiautoritario del mensaje, la
multiplicación de emisores y la oposición a las estructuras globales de la sociedad:

29
Portales, Diego, "Perspectivas de la comunicación alternativa en América Latina", en:
Comunicación alternativa y cambio social, p. 65-67.

30
Simpson Grinberg, Máximo, "Comunicación alternativa y democracia. Entre la vanguardia y la
teoría de la dependencia", en: Nueva Sociedad, No. 71, p. 36-37.
16
"...podríamos decir que la alternatividad de una experiencia,proceso o medio, sólo
podrá definirse,o mejor, conquistarse a través de una adecuada apreciación de la
coyuntura." (...) "Lo que varía no es sólo un asunto de grado (mayor o menor
flexibilidad de las libertades), sino las condiciones en las cuales el intercambio
permanente (núcleo de la propuesta de comunicación alternativa) puede producirse:
Y ese intercambio, lo dialógico, se alcanza no sólo cuando cada uno de los
miembros de un grupo u organización tenga la posibilidad utópica de ser contínua y
simultáneamente emisor y receptor, tiene que ver también con las circunstancias en
las cuales los miembros de un grupo, clase o sector, reciben o producen mensajes
movilizadores que el grupo puede asumir como suyo" (...) "Podríamos compartir
entonces, que lo alternativo se desplaza en medio de aquel conjunto de prácticas so-
ciales que, por diversas vías, enfrentan o se oponen a lo dominante en el sentido
político y cultural del término, siempre que lo dominante sea sinómino de autorita-
rio, exclusivista y discriminador..." "... aludiendo a la relación entre prácticas
concretas y proyecto político-cultural (y por tanto macrocomunicacional), creemos
firmemente en la necesidad de su integración. Pero no por la vía de la inclusión de
los primeros al servicio de proyectos macrosociales ligados al Estado (como en el
caso de las políticas nacionales de comunicación) sino por el intento de atacar
también los aparatos dominantes de comunicación operando de esta manera fuera y
dentro de ellos."31

José Vidal Beneyto propone una visión de "lo alternativo" que implica la
multideterminación como pauta para su reconocimiento:

"...no hay posibilidad de pronunciarse, con carácter absoluto, sobre la condición


universalmente alternativa de ningún medio ni de ningún contenido; y, en segundo
término, que ambas concepciones acaban haciendo depender la validez y urgencia
de lo alternativo de la interrelación y mutuopertinencia entre las características del
medio, la natulareza del fin y las condiciones del contexto social en que se produce
e interviene la comunicación. La dimensión determinante de ese esquema tripolar
es, en todos los casos, el de su antagonismo con el sistema dominante."32

Por último, Máximo Simpson Grinberg, desde una posición que combina formas masivas
y no masivas de emisión, propone una doble determinación del concepto de "alternativas": el
contexto histórico-social y la cualidad de los contenidos:

"Nos encontramos pues, ante el problema del contenido, aspecto que conceptuamos
esencial para la comprensión del fenómeno. Y al hablar de contenido nos referimos
explícitamente a cuatro aspectos fundamentales: a) los temas elegidos... b) la
jerarquización de las informaciones, c) su clasificación por secciones (o áreas de
31
Hernández, Tulio, op. cit., p. 4-6-7.

32
Vidal Beneyto, José, "Introducción", en: Alternativas populares a las comunicaciones de
masa, p. XXXVIII.
17
la realidad y, d) el lenguaje, el particular discurso del medio alternativo en un con-
texto determinado." (...) "la piedra de toque del carácter de un medio se cifra en su
contenido, lo que no significa desestimar otros factores..." "...sin discurso
alternativo no hay medio alternativo." "...diremos que es alternativo todo medio
que, en un contexto caracterizado por la existencia de sectores privilegiados que
detentan el poder político, económico y cultural -en las distintas situaciones posi-
bles, en el sistema de partido y economía estatizada (Cuba) hasta los regímenes
capitalistas de democracia parlamentaria y las dictaduras militares- implica una
opción frente al discurso dominante."33

6. "ALTERNATIVAS" Y CULTURAS POPULARES.

Ubicamos entre 1980 y 1983 la "época de oro" de la polémica sobre las "alternativas en
comunicación". Para este último año, las discusiones han entrado ya en una etapa de "posturas
tomadas" a favor o en contra de tal o cual modelo. Las organizaciones independientes, los pro-
yectos institucionales en proceso y los investigadores que se encuentran vinculados a experiencias
concretas, comienzan a denunciar el "giro teoricista" que ha tomado el movimiento y a
distanciarse de un "círculo vicioso que no alcanzaba a volverse círculo virtuoso"34

En la encrucijada, una línea de investigación se fortalece y gana cada día nuevos adeptos:
Las culturas populares, sus formas de sentir, saber, conocer y actuar, se perfilan como el
único camino fértil capaz de imprimir a las búsquedas de "otras" formas de comunicación
un nuevo aliento.

En realidad, la articulación entre lo popular y "lo alternativo" tiene historia vieja. La


intención estaba ya presente en los modelos vinculados a la izquierda ortodoxa. "Popular" y "pro-
letario" se toman como sinónimos y, desde una perspectiva de "adoctrinamiento" de las masas,
los sectores populares vienen a ser, como vimos con anterioridad, los receptores potenciales de
las "ideas redentoras del marxismo".

Las derrotas de los años 60 obligan a una revisión de estas posturas y, partiendo del
pensamiento de Gramsci, surge un primer grupo de proposiciones en el campo de "las
alternativas" vinculadas a lo popular. Tres ideas de Gramsci fundamentan esta perpestiva:

1. La concepción del folclor como conjunto heterogéneo de prácticas y saberes que remiten al
"sentido común" y que como "fósiles del pasado" deben superarse en la construcción de un
nuevo pensamiento.
2. La hegemonía como categoría que sustituye a la de dominación, y que postula la sociedad

33
Simpson Grinberg, Máximo, "Comunicación alternativa: Dimensiones, límites, posibilidades",
en: Comunicación alternativa y cambio social, p. 13-21-22.

34
La idea del juego de palabras corresponde a Edgar Morin, El Método. La naturaleza de la
naturaleza.
18
civil en sus dimensiones sociales y culturales, como el espacio donde se construye y conquista
el consenso.
3. La noción del intelectual orgánico como agente fundamental de soporte, recreación y difusión
de los principios de la filosofía de la praxis, y del partido político como el príncipe moderno,
vanguardia de la lucha por la construcción de una contrahegemonía capaz de disputarle el poder
a la hegemonía dominante.

En esta línea se ubican autores como G. Gimenez

"a) Esta forma de comunicación presupone una prolongada inmersión en el medio


subalterno, de modo que se produzca una permanente relación de ósmosis y una
fecundación recíproca entre los intelectuales y el pueblo. Esta inmersión se ve
facilitada por lo que algunos llaman 'conversión topográfica, es decir, el abandono
del habitat hegemónico y la radicación en el habitat del oprimido."(...) "c) Pero la
función del intelectual solidario con el pueblo no se agota en la tarea de 'prestar voz
a los que no tienen voz'. Implica sobre todo y principalmente su intervención
educadora y dirigente en el seno del mismo pueblo, contribuyendo activamente
a que las clases subalternas tomen conciencia crítica de sus propios horizontes
culturales." (...)"Esta conciencia crítica implica la posibilidad de un rechazo total o
parcial de ciertas formas culturales tradicionales -las formas folclóricas, por
ejemplo- pero ese eventual rechazo tendrá que ser fruto de una libre opción del
pueblo mismo y de una elaboración crítica, por parte del mismo, de nuevas
formas culturales."35

Máximo Simpson Grinberg es implacable en su crítica a estas posturas cuando señala:

"...este enfoque desestima, como vemos, toda praxis de carácter espontáneo que no
tienda conscientemente a un cambio radical bajo la égida de una organización polí-
tica encargada de diseñar y llevar a cabo la mencionada 'estrategia totalizadora'."
(...) "...se trata de una postura que aborda el proceso comunicacional desde una per-
spectiva instrumentalista: se trata (...) de crear canales de comunicación con las ma-
sas, pero no de promover una comunicación de las masas y para las masas, al
margen de todo aparato político y de todo control por parte del poder que se
intenta construir desde la cúpula vanguardista..."36

En efecto, esta perspectiva continuaba mirando -aunque dentro de un sistema de


pensamiento más complejo, como es el de Gramsci- a "lo popular" desde "lo político",
entendiendo por político "...lo inmediatamente politizado (...) como si lo popular fuera homogéneo
y no plural, y sus formas de lucha pudieran ser uniformes". La cita corresponde a Jesús Martín

35
Gimenez, Gilberto, "Notas para una teoría de la comunicación popular", en: COMUNICACION ,
nO. 35-36, pp. 78-79.

36
Simpson Grinberg, Máximo, "Comunicación alternativa y democrática..." en: Nueva Sociedad,
No. 71, p. 35.
19
Barbero, y nos da pie para entrar en el último modelo que contemplaremos en este trabajo; modelo
que al autoexigir un lugar que lo coloque "fuera" del campo de "lo alternativo", y tal vez
precisamente porque lo exige, nos coloca en una línea de pensamiento esperanzadora que,
con nueva fuerza, mantiene viva la lucha por "otras formas de comunicación".
Las ideas de Martín Barbero comienzan a circular por el subcontinente hacia 1980 y, desde
entonces, vienen "contaminado" el pensamiento de legos y doctos en materia de comunicación.
Más de veinte autores de los analizados cierran filas con algunas o todas las ideas del autor y, en la
medida en que es él el "padre de la criatura", lo tomaremos como punto de referencia en el análisis:

1. La primera ruptura epistemológica impulsada por Jesús Martín, es aquélla que propone
"mirar la comunicación, no desde la educación, o el desarrollo, o la política, o lo
"puramente comunicacional", sino desde el mundo de la cultura". Sólo como
expresión o modo de existencia de distintas matrices culturales, puede entenderse hoy la
comunicación popular".
2. Más que intentar formas inducidas de comunicación que parten del supuesto de un
conjunto de virtudes asignadas a lo popular, de lo que se trata es de indagar, comprender
y explicar la manera en que los sectores populares, en el ámbito de la vida cotidiana,
consumen, producen, reproducen, reelaboran, rechazan, asimilan, en síntesis, "viven"
la comunicación.
3. Entender lo popular como un universo heterogéneo y ambiguo, pero no por contener un
repertorio de prácticas, signos o bienes aislados y fragmentarios, sino por representar el
espacio de encuentro, antagónico\complementario de distintas matrices culturales que,
como testimonios "vivos" y no fosilizados de un proceso de formación histórica, nos hablan
del enfrentamiento y coexistencia de dos economías: la mercantil y la simbólica.
4. Proponer el ámbito de lo popular como la única perspectiva desde donde puede mirarse y
comprenderse la estructura policultural de las sociedades contemporáneas, ya que ella
sintetiza las principales líneas de movimiento:

• Entre lo popular y lo elitesco, en la medida en que representan campos antagónico\compleme-


mentarios y, sólo como tales, puede comprendérseles en perspectiva histórica.
• Entre lo popular y lo masivo: En la medida en que ya desde el siglo XIX los sectores do-
minantes proponen bienes culturales para el consumo de los sectores dominados, que se cons-
truyen no sólo por un proceso de "vulgarización" del patrimonio cultural elitesco, sino
que adquieren identidad en la mezcla de estos elementos "vulgarizados" y los signos, sím-
bolos, modos de representación , pensamiento y sentir propios de los sectores populares;
todo ello, en un proceso de apropiación\reacomodo\destrucción\resemantización que, en
cualquier caso, señala "la complejidad" como característica definitoria de "lo popular".
• Además de determinar el origen histórico -en términos de matrices culturales- de las formas de
comunicación popular, resulta indispensable indagar acerca de los "usos" que de todas ellas
hacen (en dinámicas de resistencia, impugnación y transfortmación, pero también de
resignación, sometimiento e incluso complicidad) los sectores populares.

En síntesis, se trata de partir de de lo vivido, más que de lo inducido; de la


complejización del pensamiento más que de su simplificación; de lo ignorado, más que de lo
sabido. En palabras del propio Barbero:

20
"A partir de allí, de la superación activa del maniqueismo aristocratizante o
populista, se pone al descubierto la necesidad de contar con algo así como un mapa
nocturno que nos permita a la vez asumir la pluralidad de que están hechos esos
usos y establecer articulaciones entre las operaciones -de repliegue, de rechazo, de
asimilación, de refuncionalización, de rediseño- las matrices -de clase, de territorio,
de etnia, de religión, de sexo, de edad-. los espacios -el habitat, la fábrica, el barrio,
la cárcel- y los medios -micro como la grabadora o la fotografía, meso como el
disco o el libro, macro como la prensa, la radio o la televisión-. Pero sin olvidar que
en todo caso será un mapa nocturno, esto es, cuya información remitirá siempre
más a lo que se intuye y a la experiencia que a lo que se ve."37

37
Martín Barbero, Jesús, Comunicación y culturas populares en Latinoamérica, p. 50.
21
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24

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