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UNIVERSIDAD DE NARIÑO - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE

PALMIRA
MAESTRIA EN CIENCIAS AGRARIAS CON ENFASIS EN SUELOS

EXAMEN FINAL DE FERTILIDAD Y QUIMICA DE SUELOS

"EL ANALISIS QUÍMICO DEL SUELO PARA EVALUAR SU FERTILIDAD"

SAN JUAN DE PASTO


JUNIO, 2003
UNIVERSIDAD DE NARIÑO - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE
PALMIRA
MAESTRIA EN CIENCIAS AGRARIAS CON ENFASIS EN SUELOS
EXAMEN FINAL DE FERTILIDAD Y QUIMICA DE SUELOS

"EL ANALISIS QUÍMICO DEL SUELO PARA EVALUAR SU FERTILIDAD"

Profesor: ALVARO GARCÍA O, I.A., PhD.

Alumnos: PRIMERA PROMOCION


UNIVERSIDAD DE NARIÑO

SAN JUAN DE PASTO


JUNIO, 2003
DIAGNOSTICO QUIMICO DE LA FERTILIDAD DEL SUELO

INTRODUCCION

Hay varias formas de medir la capacidad real de un suelo para suministrar a las
plantas los nutrientes esenciales en cantidad adecuada y en el momento oportuno.
La más común e importante es la de realizar un análisis físico y químico de suelos,
la cual puede ser complementada por un análisis foliar, aguas para riego y por el
estudio detallado de los síntomas visuales cuando las deficiencias son muy
extremas. Pero el análisis químico de un suelo no solamente es útil para
caracterizarlo, también sirve para agrupar los suelos en clases y hacer sugerencias
sobre necesidades de cal y de fertilizantes, predecir las posibilidades de lograr
resultados económicamente aceptables mediante la práctica de fertilización, ayudar
a evaluar la productividad del suelo, determinar las condiciones específicas del
suelo que pueden ser mejoradas mediante la adición de fertilizantes y enmiendas y
ayudar a programar proyectos relacionados con agricultura sostenible (Lora, 1977;
Marín, 1986).

El análisis químico de suelos es un componente importante en todo plan que


pretenda aumentar la productividad del campo; y se constituye en la herramienta
básica de los planes de mantenimiento y recuperación de la fertilidad. La
cuantificación de los componentes extraíbles o lábiles; es el objetivo fundamental de
estos análisis: la mayor parte de estos elementos se determinan después de un
proceso de extracción que de una manera selectiva libera una fracción del contenido
de estos elementos en el suelo; esta fracción debe ser biológicamente activa; es
decir, producir un efecto medible al utilizar una o varias plantas indicadoras.

El uso del análisis de suelos como herramienta para el diagnóstico de la fertilidad


del suelo se debe basar en primera instancia en un muestreo adecuado en función
de la especie a cultivar y representativo de las condiciones del suelo. La
interpretación de los resultados analíticos, el diagnóstico y la recomendación son las
etapas más criticas en el proceso. La primera requiere un conocimiento preciso de
procesos y fenómenos que se pueden presentar en un suelo de acuerdo a sus
características químicas y mineralógicas las cuales pueden determinar y afectar las
propiedades físicas y biológicas del suelo. Es preciso integrar racionalmente los
agentes causales o procesos que condicionan la disponibilidad de los diferentes
nutrimentos en un momento dado con las recomendaciones a efectuar, de modo
que los fertilizantes y las enmiendas cumplan con el propósito de su aplicación o
sea nutrir apropiadamente a las plantas sin que ello afecte adversamente el
ecosistema (García, 2001).

1. FACTORES A CONSIDERAR PARA EL USO DEL ANALISIS DE SUELOS

1.1 ETAPA DE MUESTREO

El muestreo es la etapa más débil en el uso del análisis para el diagnóstico de la


fertilidad del suelo; en él se cometen errores comunes que normalmente se
atribuyen al laboratorio. Es corriente encontrar que las personas encargadas de
hacerlo no tienen ninguna capacitación ni reciben instrucciones adecuadas para ello
(García, 2001). Los resultados obtenidos en el análisis no pueden ser mejores que
la muestra (Salinas y García, 1985).

Durante el muestreo se pueden apreciar detalles importantes en el aspecto del


suelo tanto en la superficie como en las capas inferiores del perfil. Es esencial tener
presente que lo observado en el campo puede correlacionar con los resultados de
laboratorio en forma fácil de detectar o por medio de procesos en marcha (como
acidificación, alcalinización, salinización, lavado, reducción, oxidación, etc.), los
cuales se deben deducir de la información analítica. El conocimiento preciso y
específico de cada sitio del terreno permite predecir, parcial o totalmente, lo que va
a suceder como consecuencia de la fertilización y demás prácticas de manejo
(García, 2001).

1.2 ETAPA DE LABORATORIO


En el laboratorio se deben utilizar metodologías analíticas confiables seleccionadas
a la luz del conocimiento desarrollado en años recientes y bien calibradas. Así,
desde que Sposito (1981, citado por García, 2001) presentó en forma
esquematizada y formal su punto de vista sobre las interacciones iónicas, los
cationes intercambiables no se deben considerar simplemente como cationes
liberados del suelo por una solución salina. El punto de vista convencional de que
en un suelo húmedo los cationes intercambiables yacen en la solución del suelo o
cerca de las superficies cargadas negativamente en la superficie de las partículas
de suelo, de donde se les puede desplazar fácilmente usando cationes en
soluciones electrolíticas ha cambiado dramáticamente en los últimos 25 a 30 años,
en los cuales se ha encontrado que esa consideración simplista no es correcta
debido a que los cationes extractables de esta forma pueden provenir de diferentes
fuentes y solo una parte de ellos corresponde a los anteriormente denominados
intercambiables, o sea, provenientes de la doble capa difusa en donde son retenidos
por cargas superficiales.

El esquema de Sposito permite distinguir entre los cationes retenidos por la carga
superficial disociada, que corresponde a los iónes convencionalmente denominados
intercambiables, y aquellos cationes retenidos por fuerzas adicionales o enlaces
complejos sobre las superficies o dentro de ellas. Los primeros se encuentran
radicados en la doble capa difusa neutralizando directamente las cargas negativas
superficiales, son retenidos exclusivamente por fuerzas de atracción electrostáticas
(coulombicas) y pueden ser desplazados por medio de los cationes de cualquier
electrolito que se aplique al suelo (García, 2001).

Los cationes remanentes adsorbidos no son cationes inactivos sino que pueden
contribuir al estado nutricional del suelo y, de manera significante, a tipificar muchas
de las características morfológicas de un suelo en los niveles más altos de
clasificación. En suelos arcillosos el potencial eléctrico de las partículas de arcilla
relativo a la solución del suelo, el cual proviene de las cargas negativas
superficiales, controla decisivamente sus propiedades físicas y mecánicas (García,
2001).
1.3 ETAPA DE INTERPRETACION Y DIAGNOSTICO

Desde hace muchos años se ha procurado hacer la interpretación de los resultados


analíticos recurriendo a la comparación de sus valores con los niveles que se
encuentran en tablas producidas por el antiguo Programa de Suelos del ICA para
varios cultivos (ICA, 1992), y las cuales fueron el resultado de la actividad y
apreciación de sus investigadores durante muchos años. Para varios cultivos y con
base en los resultados de pruebas experimentales realizadas a lo largo y ancho del
país se calificaron los niveles encontrados en el suelo como bajos, medios o altos.
Las mismas tablas facilitan la recomendación de las dosis de fertilizantes a aplicar.
Este sistema, que ha facilitado la nutrición de los diferentes cultivos por varias
décadas, es realmente un sistema apreciativo que necesita refinamiento mediante la
aplicación del conocimiento que se tenga acerca de las condiciones particulares de
clima, suelo, relieve de la región y del nivel de tecnología que aplica el agricultor.

En muchas oportunidades se han detectado fallas e inconsistencias en su uso


apareciendo las recomendaciones en unos casos como insuficientes y en otros
como excesivas, o no se consiguen los resultados esperados. Ello se debe en
realidad al uso en forma simplista de dicho conocimiento. Existen consideraciones
de fondo sobre el uso del análisis de suelos y sobre la correlación de sus resultados
con las prácticas de fertilización y con las producciones esperadas (García, 2001).

Los suelos difieren entre si en una serie de características y propiedades y por lo


tanto pueden encontrarse variaciones en su composición mineralógica,
granulométrica, profundidad, contenido de nutrimentos, capacidad de retención de
agua, porosidad, etc., Es difícil muchas veces señalar como cada una de estas
variables va a afectar la productividad de los cultivos. Las investigaciones sobre las
relaciones suelo - planta son escasas en Colombia como para poder organizar la
información disponible, de manera que se puedan obtener correlaciones de la
productividad potencial con los parámetros del suelo (León, 1994).
La cantidad disponible de un nutrimento bajo una determinada condición, depende,
además de las formas en que éste se encuentra en el suelo, de la capacidad de
absorción del cultivo, del desarrollo del sistema radicular, del tiempo de crecimiento
y frecuentemente de las condiciones climáticas y de la disponibilidad de otros
nutrimentos (León, 1994).

1.3.1 Curvas de respuesta. Las curvas de respuesta son de importancia


fundamental en los estudios de fertilidad de suelos y hay varias maneras de
obtenerlas, siendo la más simple aquella en la cual se establece como varía la
producción de un cultivo con la adición creciente de un nutrimento en el suelo. Una
curva de respuesta completa debe pasar por los estados de aumento, suficiencia y
efecto depresivo, representando cantidades de nutrimento en el suelo, bajas,
suficientes y excesivas, respectivamente. También se pueden obtener relaciones
entre diversos niveles de nutrimentos aplicados y la producción, las cuales se
expresan matemáticamente a través de funciones de respuesta (León, 1994).

De acuerdo con la ley del mínimo, el crecimiento de una planta está limitado por el
nutrimento que está en menores proporciones y el sería el único que limitaría la
producción. La aplicación de esta ley es limitada pues en el caso de que varios
factores limiten la producción, el aumento en cualquiera de ellos puede llegar a
crear nuevos aumentos de producción. Según la ley de los incrementos
decrecientes la adición de cantidades sucesivas de un nutrimento el mayor
incremento en producción se obtendría con la primera cantidad aplicada. Con
aplicaciones sucesivas de cantidades iguales del nutrimento los incrementos de
producción serán cada vez menores. El concepto de porcentaje de suficiencia
equivale a la producción relativa o rendimiento relativo, el cual se calcula dividiendo
la producción obtenida sin la adición del nutrimento por la producción obtenida
cuando se ha adicionado éste. (León, 1994).

1.3.2 Movilidad de los nutrimentos. La movilidad de los nutrimentos no solo tiene


implicaciones directas en el mecanismo de absorción de las plantas sino en las
prácticas de fertilización. Si se considera que las raíces ocupan un 1% del volumen
del suelo que las rodea, es fácil concluir en el caso de nutrimentos de baja
movilidad, que la absorción por las plantas será más difícil y que dependerá más de
los mecanismos de difusión como en el caso del fósforo y el potasio (León, 1994).

1.3.3 Interacciones de los factores de producción. La fertilización no es una


práctica que se pueda considerar aisladamente. Ella se debe considerar con
variedades más productivas, el manejo más eficiente del suelo, etc. Pueden ocurrir
interacciones positivas o negativas para los nutrimentos aplicados (León, 1994).

2. DIAGNOSTICO DE LA FERTILIDAD DEL SUELO

2.1 DIAGNOSTICO DE LA FERTILIDAD EN SUELOS ALCALINOS

En los suelos salinos se pueden producir varios tipos de rectos causados por el
exceso de sales que pueden afectar la fertilidad de los suelos : 1) haciendo más
negativo el potencial osmótico del agua del suelo lo cual dificulta su absorción y la
de los iónes que en ella se encuentran disueltos. 2) Causando toxicidades a las
plantas por la presencia de excesos de iónes como Na, Cl, Mg, SO4, B. 3)
Promoviendo la inducción de desbalances nutricionales; o 4) Afectando a los
cultivos a través de efectos combinados de las anteriores causas (García 2002).

Los suelos alcalinos, y los sódicos en particular, se pueden considerar como de baja
fertilidad debido a que varios nutrimentos esenciales para las plantas están poco
disponibles en condiciones de alcalinidad (García 2002).

2.2 DIAGNOSTICO DE LA FERTILIDAD EN SUELOS ACIDOS

Como consecuencia de los procesos de lavado de los suelos ácidos, los contenidos
y saturaciones de bases como Ca, Mg, y K se tornan bajas, representando y
manifestando deficiencia para los cultivos (González 2002).

Por su parte, el aluminio, hierro o manganeso, que han alcanzado un nivel


importante en la saturación del suelo, pueden provocar un efecto tóxico sobre
las plantas, representado por la disminución del crecimiento de la parte aérea de la
planta, la reducción de la elongación y volumen explorado por las raíces así como el
engrosamiento de las mismas (González 2002).

Los suelos ácidos con pH que fluctúa entre 4,2 y 5,5 son típicamente importantes en
la concentración de elementos como aluminio el cual representa un factor limitante
para la movilidad de los elementos como el fósforo, en virtud de que estos se
combinan formando fosfatos de aluminio el cual presenta baja solubilidad,
determinando así baja disponibilidad para la planta del compuesto fosfatado
(González 2002).

Los organismos responsables de la descomposición de la materia orgánica y de la


transformación de N. P y S, pueden estar presentes en menor proporción con la
subsiguiente menor actividad. La fijación simbiótica del nitrógeno por parte de las
leguminosas se reduce en forma importante en la medida que el pH disminuye
drásticamente en suelos ácidos. De otra parte, fenómenos tan importantes como la
descomposición de la materia orgánica, la mineralización, nitrificación, humificación,
están fuertemente influenciados por el pH del suelo y cuando las condiciones de
acidez del suelo son moderadas a extremas, las dinámicas de dichos procesos son
sustancialmente modificadas (González 2002).

3. PROBLEMÁTICA METODOLOGICA DE LABORATORIO

Todo procedimiento analítico para la cuantificación de especies químicas debe


realizarse con sujeción a las indicaciones establecidas en los procedimientos:
preparación y manejo de las muestras, calidad y cantidad de reactivos,
especificaciones de los instrumentos, ejecuciones de las operaciones requeridas.
No obstante para las determinaciones gravimétricas conviene enfatizar en los
siguientes aspectos (León, 1997).

3.1 GRAVIMETRIA
1) Procurar la mayor filtrabilidad del precipitado realizando las operaciones de
precipitación en las condiciones más favorables para la obtención de cristales de
gran tamaño 2) usar los medios filtrantes acordes a las necesidades analíticas y
requerimientos de la capacidad de carga, tamaño de partículas, resistencia
química y contenido de cenizas. 3) Lavar y secar el producto, atendiendo las
indicaciones que hacen referencia a las características de la solución de lavado,
a la temperatura y tiempo de secado (León, 1997).

3.2 VOLUMETRIA

En las determinaciones volumétricas si la solución titulante no proviene de u


estándar primario, debe valorarse con un estándar primario, con la cual se obtiene
una solución estandarizada o estándar secundario. Las volumetrías por retroceso se
deben emplear cuando el punto final se observa más nítidamente que en la forma
directa, o cuando el exceso del titulante garantiza la completitud de la reacción
(León, 1997).

Puesto que la dispersión luminosa depende mucho del tamaño de las partículas, las
determinaciones turbidimétricas precisan de condiciones de operación altamente
reproducibles: tiempos de mezcla, velocidad y tiempos de agitación, uso de
instrumentos de las mismas características y especificaciones (León, 1997).

En las volumetrías de precipitación deben operarse en condiciones que favorezcan


una alta nucleación y bajo crecimiento de cristales procurando así obtener un área
superficial grande de partículas (León, 1997).

En las valoraciones complexométricas debe presentarse especial a los siguientes


parámetros: el pH debe mantenerse constante mediante soluciones tampones, la
concentración de las sales debe ser bajo para facilitar el cambio de color del
indicador como también debe ser baja la concentración del indicador. Deben
evitarse temperaturas superiores a 50°C (León, 1997).
Cuando se valora ácidos o bases fuertes, en el punto de equivalencia se obtienen
soluciones neutras de pH 7; en el caso de electrolítos débiles el pH del punto de
equivalencia depende de la constante de disociación. Los ácidos polipróticos
disocian en tantas etapas como protones disociables posea, debido a las diversas
etapas involucradas en las valoraciones de estas especies químicas, para la
elección del indicador y para el calculo de sus cantidades o concentraciones es
menester discernir claramente, de donde parte y donde termina la valoración (León,
1997).

3.3 POTENCIOMETRIA

En las determinaciones potenciométricas para estimar las concentraciones de


especies en solución debe considerarse su aplicabilidad en soluciones diluidas pues
solo en este caso actividad y concentración son aproximadamente iguales. Debe
considerarse además que en la ecuación de Nernst, el potencial de la celda
dependerá del electrodo de referencia elegido (León, 1997).

La valoración potenciométrica es un método viable para cuantificar varios haluros en


solución, si se establecen claramente los puntos finales de cada uno de ellos en el
gráfico de potencial (León, 1997).

Antes de usar el electrodo de vidrio se le debe estandarizar. Para el efecto se usan


dos o mas soluciones amortiguadoras patrones, seleccionadas de tal manera que el
pH de estas establezca un intervalo dentro del que debe situarse el pH de la
solución problema (León, 1997).

Antes de cada lectura el electrodo se enjuaga con agua destilada y se seca


suavemente con papel absorbente. Para la medida el electrodo se sumerge en la
solución y se permite por lo menos durante un minuto que el electrodo se equilibre
con esta. Debe agitarse la solución antes de registrar la lectura (León, 1997).
El electrodo se debe conservar húmedo. En caso contrario se seca por lo cual debe
sumergirse en agua varias horas antes de que responda correctamente (León,
1997).

3.4 ESPECTROFOTOMETRIA

Normalmente la determinación de especies químicas se realiza utilizando lo que se


conoce como técnicas instrumentales de análisis cuyo fundamento es la medición
de alguna propiedad fisicoquímica, que nos permita establecer una relación
funcional con la concentración a través de un proceso de calibración del sistema de
medición. Las técnicas instrumentales más usadas son la espectrofotometría de
absorción atómica y molecular (Ruiz, 1997).

El principio operativo que utilizan ambas técnicas tiene que ver con fenómenos de
interacción de la radiación con la materia; esta interacción produce ciertos efectos
que dependen de la energía de la radiación utilizada. El aparato de medición
compara la intensidad de la radiación antes y después de pasar por la muestra: y la
relaciona con la concentración de la especie absorbente (Ruiz, 1997).

La aplicación de una técnica de análisis por absorción atómica exige conocer sus
alcances, ventajas y limitaciones; en primer lugar presenta pocas interferencias las
cuales están plenamente identificadas y son fácilmente controlables, estas
interferencias son de diversa naturaleza; las más importantes son las siguientes:
Interferencias químicas, interferencias de la matriz, interferencias espectrales (Ruiz,
1997).

La espectrofotometría molecular utiliza la interacción de la radiación


electromagnética con la materia, pero es necesario que el sistema que interacciona
con la radiación sea una especie molecular; si la radiación utilizada está en la zona
visible del espectro electromagnético, es decir, 380 - 780 nm; hablamos de
colorimetría (Ruiz, 1997).
Para la mayoría de las determinaciones colorimétricas el sistema se comporta muy
bien a concentraciones bajas; pero a concentraciones relativamente altas se
producen desviaciones de la ley de Beer; este hecho se debe a fenómenos de
interacción que normalmente producen cambios en la estructura de la molécula
absorbente que inducen su descomposición (Ruiz, 1997).

El otro factor que siempre se controla es la concentración de hidrogeniones; pues es


muy común que el analito precipite en reacciones de intercambio con estos iónes,
las cuales limitan o imposibilitan en muchos casos la formación de la molécula
absorbente; por tanto, suele adicionarse un buffer que controle en forma muy
precisa el pH de la solución de muestra antes de adicionarse el reactivo coloreador
(Ruiz, 1997).

Puesto que la temperatura afecta las condiciones a las cuales se alcanza el


equilibrio, al modificar el valor de lo que se conoce como constante de equilibrio; y,
tiene un efecto muy pronunciado sobre la velocidad con que el sistema alcanza esta
condición; se hace necesario que las muestras estándares y blancos estén a una
misma temperatura (Ruiz, 1997).

Es también muy común que la radiación ambiental y la luz directa del sol, tenga en
algunos casos un efecto sobre el complejo coloreado, induciendo su
descomposición; pues puede suceder que la molécula se desestabilice al absorber
lo que podríamos llamar radiación de fondo, debido a reacciones fotoquímicas (Ruiz,
1997).

Entre las consideraciones más importantes que se deben tener en cuenta para la
aplicación de un método colorimétrico están: estabilidad del complejo formado;
reproducibilidad de los resultados bajo unas condiciones perfectamente definidas;
tiempos cortos de formación de la especie absorbente; y que el sistema obedezca a
la ley de Beer (Ruiz, 1997).

3.5 PRINCIPIOS QUIMICOS DE LOS EXTRACTANTES


El análisis químico de suelos tiene tres propósitos: 1) Agrupar los suelos en clases
en cuanto a su fertilidad. 2) Predecir la probabilidad de respuesta de un cultivo a la
aplicación de fertilizantes. 3) Recomendar una cantidad de fertilizante o enmienda
que debe sea aplica al suelo (Zapata, 1997).

Para lograr lo anterior, el extractante químico utilizado en el análisis deberá: 1)


Extraer todo o parte de la forma disponible del nutrimento en diferentes suelos. 2)
Medir con relativa precisión, exactitud y rapidez la cantidad extraída. 3)
Correlacionar la respuesta del cultivo con la cantidad extraída en diferentes suelos y
en varias condiciones (Zapata, 1997).

El método químico para evaluar la fertilidad del suelo es un método netamente


empírico. El mejor extractante utilizado por un determinado método será aquel que
mayor correlación tenga con la respuesta de la planta.

Es necesario que los reactivos usados para extraer los cationes disturben tan poco
como sea posible la condición natural del suelo ya que se debe minimizar cualquier
cambio en la función de los componentes del suelo si se quiere tener
determinaciones reales de su composición catiónica. No siempre se pueden evitar
los efectos de la concentración de sales sobre la carga eléctrica del suelo, porque
para efectos prácticos metodológicos se requiere una concentración de sales lo
suficientemente para desplazar eficientemente los cationes del suelo. En el caso de
los suelos con carga dependiente del pH se pueden evitar los efectos del pH de la
solución no se deben usar reactivos ácidos, alcalinos o amortiguados. En estos
suelos al alterar el pH del suelo se puede cambiar la carga de algunos materiales
susceptibles a ello, principalmente la materia orgánica y de los óxidos de hierro,
causando una redistribución de cationes entre los sitios de intercambio y de
adsorción. Adicionalmente, se sabe que la complejación y formación de iónes
pareados aumenta fuertemente al aumentar el pH (García, 2001).

3.5.1 Nitrogeno. Existen muchos métodos de determinación de nitrógeno en


suelos, algunos ensayados con éxito bajo condiciones homogéneas en un mismo
suelo, pero fallando cuando se consideran varios suelos en conjunto. Se considera
frecuentemente que la materia orgánica se mineraliza en un 2% por año. En el
pasado se determinaba N- total en los suelos, hoy se determina materia orgánica y
para fines prácticos se considera que el contenido de nitrógeno es igual a su
contenido dividido por 20. Un suelo con 3% de materia orgánica tendrá 0,15% de N
o 3 t de N en la capa arable. Una mineralización del 2% proveería 60 kg. de N por
año. Este raciocinio es muy simplista, y en la práctica no se ha demostrado su
aplicación (León, 1994).

3.5.2 Extracción de fósforo. Los extractantes utilizados para determinar el


contenido de fósforo en el suelo están formados por: agua, soluciones diluidas de
ácidos fuertes más un ion formador de complejos, soluciones diluidas de ácidos
débiles y soluciones alcalinas, con o sin ligandos formadores de complejos (Bray No
1, Bray No 2, Carolina del Norte, Troug, Acido cítrico, Egner, Morgan, Olsen, entre
otros, Zapata, 1997).

Los extractantes ácidos (H2SO4, HCL), extraen más P ligado al Ca y apenas las
partes más solubles del P ligado al Fe y Al. En suelos ricos en óxidos de Fe y Al el
producto final de la reacción de los fosfatos solubles de los abonamientos son los
fosfatos de Fe y Al. León y Arragoces (1987) y Chien y Hammond (1978), citados
por León (1994), manifiestan que el método Bray II, cuando se ha trabajado con
fertilizantes naturales tales como las rocas fosfóricas, disuelve los fosfatos
naturales, por usar un ácido fuerte (Cl 0,1N), sobrestimando los valores de P
disponible del suelo.

Otro de los problemas que presentan los extractores ácidos son los resultados muy
bajos en los suelos arcillosos que han sido abonados con P, en los cuales los
cultivos dan buenas producciones y responden muy poco a la fertilización fosfatada
(León, 1994).

El método analítico que más se utiliza para cuantificar el fósforo extraído por los
diferentes métodos, es el método del Azul de molibdeno con el ácido ascórbico
como reductor. Es un método con un coeficiente de extinción molar muy alto,
característica que le confiere un alto índice de detección. Murphy y Raley (1962,
citados por Zapata, 1997), hicieron un estudio sobre las condiciones analíticas de
este método y encontraron que el pH y otros iónes interfieren en el desarrollo de
color. Esta situación se debe tener en cuenta cuando se tome la alícuota de la
solución extractora en la cuantificación del fósforo. Con el método Bray la situación
es de cuidado, ya que el fluoruro es uno de los iónes que más interfiere en el
desarrollo del color (Zapata, 1997).

En la década del 50 Amer et al (1955, citado por Zapata, 1997), introdujeron el


método de la resina intercambiadora aniónica para extraer el fósforo del suelo. La
resina saturada con F- es la forma más usada. Su utilización se ha extendido porque
se ha observado que la tasa de retención de fósforo por la resina es independiente
de la naturaleza de ésta y sólo depende de la cantidad de fósforo presente en el
suelo. Esta metodología se fundamenta en la teoría de difusión (Moser et al., 1959.,
Cooke e Hislo, 1963., Zapata, 1988, citados por Zapata, 1997). Otras metodologías
consisten en la utilización de isotermas, el método Pi y el uso de 32 p.

3.5.3 Extraccion de bases. Las metodologías de laboratorio de uso más frecuente


en los laboratorios que analizan suelos en Colombia se basan en el uso del Acetato
de amonio, molar a pH 7,0 como extractante para la determinación de bases
intercambiables y la CIC. Esta solución es muy poco amortiguada y tiene la
capacidad de disolver algunos minerales presentes en suelos como zeolitas, calcita,
aragonita, etc., liberando sus iónes constituyentes a la solución en la cual son
cuantificados y, en la gran mayoría de los casos, reportados como intercambiables
después de corregir o no por solubles (García, 1986, 1988, citados por García, 2001
y 2002).

Si se acepta que hay disolución de minerales por acción de la solución extractora


entonces el catión determinado está compuesto por una fracción intercambiable, el
soluble y el proveniente de la disolución de minerales. La simple corrección por
solubles no garantiza que el resultante sea el intercambiable. Para obtener el catión
intercambiable, se hace necesario corregir también por los iónes provenientes de la
disolución de minerales lo cual es impráctico, demorado y costoso. La siguiente
ecuación representa la corrección necesaria (García, 2002):
Catión intercambiable = catión extractable - (catión soluble + catión disuelto)

Otro criterio que se puede utilizar para comprobar la existencia de procesos de


precipitación del calcio en el suelo y la formación de carbonatos, es la comparación
de la concentración del calcio en la fase intercambiable con el calcio de la fracción
soluble. Concentraciones muy bajas de calcio soluble en suelos con
concentraciones muy altas de Ca-intercambiable, indican la existencia de procesos
de precipitación de calcio y una baja disponibilidad de éste nutrimento para las
plantas al punto de que se pueden presentar deficiencias en varios cultivos (García,
2001 y 2002).

Esto se debe a que el producto de solubilidad del CaCO 3 es de apenas trazas, en


otras palabras la combinación del ion CO3 con el Ca en la solución del suelo, en
condiciones de una elevada evapotranspiración, produce la sobresaturación de
calcita en el sistema agua - suelo lo que da lugar a una rápida precipítación y
cristalización de calcita. Los precipitados de calcita se pueden mover con el agua
que percola y causar la reducción parcial o total de la geometría de los poros del
suelo y la formación de revestimientos, nódulos o concreciones de diverso tamaño.
Cuando se lleva al laboratorio una muestra que los contiene en cantidades
apreciables y no se les puede retirar mecánicamente antes de moler y tamizar, la
muestra se reduce su tamaño considerablemente y se facilita la acción de la
solución extractante sobre dichos materiales y, finalmente, se refleja en un resultado
analítico que sobreestima el Ca intercambiable (García, 2002).

3.5.3 Capacidad de intercambio cationico. La capacidad de intercambio


catiónico, CIC, es utilizada en los estudios de fertilidad de suelos para el cálculo de
la saturación de bases y para calcular la relación de estas en base a la saturación
(Zapata, 1997).

El fundamento químico de la extracción se fundamenta en que los cationes que


están balanceando las cargas de los coloides, sufren un intercambio
estequiométrico, reversible, y rápido con cationes de una solución que se ponga en
contacto con este (Bohn et al, 1993).

La solución extractora más empleada en la determinación de la CIC es acetato de


amonio 1M pH 7,0. Es una solución tamponada a un pH más alto que el pH de
muchos suelos agrícolas y con una concentración, también, más alta que la
concentración de la solución del suelo. Después de saturar con la solución de
amonio, se lava con alcohol el exceso de amonio (Zapata, 1997).

De lo anterior se puede observar que son tres las situaciones que cambian el
ambiente químico del suelo en la determinación de la CIC: 1) un pH mayor que el
del suelo. 2) una alta concentración y 3) un cambio de solvente, se pasa de agua a
alcohol. Tres situaciones que pueden influir en la magnitud de la CIC dependiendo
del tipo de carga del coloide (Zapata, 1997).

Cuando el suelo es de carga permanente, los cambios químicos que introduce la


determinación de la CIC, no tienen ningún efecto sobre las cargas. El valor de CIC
determinado es el real del suelo. Los suelos con carga variable se ven afectados por
la solución extractora. Este efecto es más pronunciado en los suelos con coloides
de carga variable de alta actividad. En estos suelos la CIC es sobrestimada porque
el pH de la solución, al ser mayor que el pH del suelo, desprotona la superficie
generando cargas negativas (Zapata, 1997).

La alta concentración de la solución causa un efecto salino sobre el coloide,


produciendo un aumento en la CIC del suelo y finalmente el lavado con alcohol
afecta, igualmente la CIC del suelo (Zapata, 1997).

La sobre estimación de la CIC del suelo trae como consecuencia que la saturación
de bases calculada no represente la situación real del suelo. Se tiene saturaciones
de bases muy bajas para pHs altos. Una forma de obviar este inconveniente se ha
buscado calculando la CICE, que se define como la suma de los catiónes básicos y
ácidos (Al+2, Ca+2, Mg+2, K+, Na+). En este caso, la saturación de bases calculada es
más alta y coincide mejor con el pH del suelo. En la determinación de la CICE, los
cationes básicos se extraen con acetato de amonio 1M pH 7 y el catión ácido con
KCl 1M. En algunas situaciones como se mencionó anteriormente, la soluciones
extractoras (acetato de amonio y KCl) remueven formas que no son
intercambiables, hecho que influiría en la determinación de la CICE,
sobrestimandola igualmente (Zapata, 1996, 1997).

3.5.4 Saturacion de bases. Si la extracción se encuentra afectada por el efecto de


la solución extractora sobre algunos minerales en el suelo sobrestimado la
concentración de los cationes básicos intercambiables, no es menos complicado el
cálculo de la saturación de bases de acuerdo a la fórmula (García, 2001 y 2002):

Saturación de bases = (suma de bases/CIC) 100

Y la saturación de cada catión individual:

Saturación catión + (catión Interc/CIC) 100

Algunos laboratorios hacen el cálculo usando la suma de bases corregida por


solubles (CIC e) como medida de la CIC, otros usan la CIC determinada o real (con
Acetato de amonio molar a pH 7,0 o con Acetato de sodio molar a pH 8,2), y se
presenta todo tipo de combinaciones con los cationes sin corregir, corregidos por
solubles.

En países como Venezuela se utiliza Acetato de sodio 1M a pH 8,2 por ser más
amortiguado y producir menos efectos sobre las muestras. En Australia y Francia se
usa el cloruro de amonio para suelos calcáreos, alcalinos y salinos (Tucker, 1985,
citado por García, 2002).

3.5.5 Elementos menores. Se han utilizado numerosas soluciones extractoras


para simular el poder extractante de las plantas. Tanto en agua, como los ácidos
débiles no extraen una cantidad suficiente como para reflejar el poder de
abastecimiento de los micronutrientos requeridos por las plantas. Los ácidos fuertes,
por el contrario, liberan cantidades excesivas de estos elementos (Viets y Lindsay,
1973, citados por León, 1994). Entre las soluciones ácidas que se utilizan en la
determinación de los contenidos disponibles de Cu, Zn, Mn y Fe se encuentran:
acetato de amonio, ácido clorhídrico, oxalato de amonio y ácido fosfórico, las cuales
son adecuadas para suelos ácidos, pero no para suelos calcáreos o neutros. Entre
los agentes quelatantes más utilizados están dithizona, EDTA, DTPA (León, 1994).

La solución extractora más utilizada para B es el agua caliente. También se utiliza


HCl y el oxalato de amonio ácido. La determinación de Mo es difícil, entre las
soluciones empleadas están el agua, el oxalato de amonio ácido y las resinas de
intercambio.

CONCLUSIONES

La interpretación del análisis de suelos lejos de ser una simple labor de


comparación con niveles críticos determinados o estimados para una especie en
particular involucra la consideración de muchos factores del suelo. La interpretación
del análisis no debe ser rígida sino dinámica y considerar todas las posibles
soluciones.

Los suelos alcalinos presentan dificultades para el manejo tanto en el campo como
en el laboratorio cuando se pretende diagnosticar sus condiciones de fertilidad. Las
metodologías de laboratorio adolecen de dificultades originadas en la baja
capacidad de amortiguación de las soluciones usadas, en la presencia de
precipitados de carbonatos de calcio y/o magnesio que hacen sobrestimar los
resultados, en el desconocimiento de la físico - química de los suelos y de las
propiedades y procesos que tienen lugar en ellos. Por ello es necesario evaluar
nuevas metodologías que permitan hacer un diagnóstico más acertado de la
fertilidad del suelo.

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