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PALMIRA
MAESTRIA EN CIENCIAS AGRARIAS CON ENFASIS EN SUELOS
INTRODUCCION
Hay varias formas de medir la capacidad real de un suelo para suministrar a las
plantas los nutrientes esenciales en cantidad adecuada y en el momento oportuno.
La más común e importante es la de realizar un análisis físico y químico de suelos,
la cual puede ser complementada por un análisis foliar, aguas para riego y por el
estudio detallado de los síntomas visuales cuando las deficiencias son muy
extremas. Pero el análisis químico de un suelo no solamente es útil para
caracterizarlo, también sirve para agrupar los suelos en clases y hacer sugerencias
sobre necesidades de cal y de fertilizantes, predecir las posibilidades de lograr
resultados económicamente aceptables mediante la práctica de fertilización, ayudar
a evaluar la productividad del suelo, determinar las condiciones específicas del
suelo que pueden ser mejoradas mediante la adición de fertilizantes y enmiendas y
ayudar a programar proyectos relacionados con agricultura sostenible (Lora, 1977;
Marín, 1986).
El esquema de Sposito permite distinguir entre los cationes retenidos por la carga
superficial disociada, que corresponde a los iónes convencionalmente denominados
intercambiables, y aquellos cationes retenidos por fuerzas adicionales o enlaces
complejos sobre las superficies o dentro de ellas. Los primeros se encuentran
radicados en la doble capa difusa neutralizando directamente las cargas negativas
superficiales, son retenidos exclusivamente por fuerzas de atracción electrostáticas
(coulombicas) y pueden ser desplazados por medio de los cationes de cualquier
electrolito que se aplique al suelo (García, 2001).
Los cationes remanentes adsorbidos no son cationes inactivos sino que pueden
contribuir al estado nutricional del suelo y, de manera significante, a tipificar muchas
de las características morfológicas de un suelo en los niveles más altos de
clasificación. En suelos arcillosos el potencial eléctrico de las partículas de arcilla
relativo a la solución del suelo, el cual proviene de las cargas negativas
superficiales, controla decisivamente sus propiedades físicas y mecánicas (García,
2001).
1.3 ETAPA DE INTERPRETACION Y DIAGNOSTICO
De acuerdo con la ley del mínimo, el crecimiento de una planta está limitado por el
nutrimento que está en menores proporciones y el sería el único que limitaría la
producción. La aplicación de esta ley es limitada pues en el caso de que varios
factores limiten la producción, el aumento en cualquiera de ellos puede llegar a
crear nuevos aumentos de producción. Según la ley de los incrementos
decrecientes la adición de cantidades sucesivas de un nutrimento el mayor
incremento en producción se obtendría con la primera cantidad aplicada. Con
aplicaciones sucesivas de cantidades iguales del nutrimento los incrementos de
producción serán cada vez menores. El concepto de porcentaje de suficiencia
equivale a la producción relativa o rendimiento relativo, el cual se calcula dividiendo
la producción obtenida sin la adición del nutrimento por la producción obtenida
cuando se ha adicionado éste. (León, 1994).
En los suelos salinos se pueden producir varios tipos de rectos causados por el
exceso de sales que pueden afectar la fertilidad de los suelos : 1) haciendo más
negativo el potencial osmótico del agua del suelo lo cual dificulta su absorción y la
de los iónes que en ella se encuentran disueltos. 2) Causando toxicidades a las
plantas por la presencia de excesos de iónes como Na, Cl, Mg, SO4, B. 3)
Promoviendo la inducción de desbalances nutricionales; o 4) Afectando a los
cultivos a través de efectos combinados de las anteriores causas (García 2002).
Los suelos alcalinos, y los sódicos en particular, se pueden considerar como de baja
fertilidad debido a que varios nutrimentos esenciales para las plantas están poco
disponibles en condiciones de alcalinidad (García 2002).
Como consecuencia de los procesos de lavado de los suelos ácidos, los contenidos
y saturaciones de bases como Ca, Mg, y K se tornan bajas, representando y
manifestando deficiencia para los cultivos (González 2002).
Los suelos ácidos con pH que fluctúa entre 4,2 y 5,5 son típicamente importantes en
la concentración de elementos como aluminio el cual representa un factor limitante
para la movilidad de los elementos como el fósforo, en virtud de que estos se
combinan formando fosfatos de aluminio el cual presenta baja solubilidad,
determinando así baja disponibilidad para la planta del compuesto fosfatado
(González 2002).
3.1 GRAVIMETRIA
1) Procurar la mayor filtrabilidad del precipitado realizando las operaciones de
precipitación en las condiciones más favorables para la obtención de cristales de
gran tamaño 2) usar los medios filtrantes acordes a las necesidades analíticas y
requerimientos de la capacidad de carga, tamaño de partículas, resistencia
química y contenido de cenizas. 3) Lavar y secar el producto, atendiendo las
indicaciones que hacen referencia a las características de la solución de lavado,
a la temperatura y tiempo de secado (León, 1997).
3.2 VOLUMETRIA
Puesto que la dispersión luminosa depende mucho del tamaño de las partículas, las
determinaciones turbidimétricas precisan de condiciones de operación altamente
reproducibles: tiempos de mezcla, velocidad y tiempos de agitación, uso de
instrumentos de las mismas características y especificaciones (León, 1997).
3.3 POTENCIOMETRIA
3.4 ESPECTROFOTOMETRIA
El principio operativo que utilizan ambas técnicas tiene que ver con fenómenos de
interacción de la radiación con la materia; esta interacción produce ciertos efectos
que dependen de la energía de la radiación utilizada. El aparato de medición
compara la intensidad de la radiación antes y después de pasar por la muestra: y la
relaciona con la concentración de la especie absorbente (Ruiz, 1997).
La aplicación de una técnica de análisis por absorción atómica exige conocer sus
alcances, ventajas y limitaciones; en primer lugar presenta pocas interferencias las
cuales están plenamente identificadas y son fácilmente controlables, estas
interferencias son de diversa naturaleza; las más importantes son las siguientes:
Interferencias químicas, interferencias de la matriz, interferencias espectrales (Ruiz,
1997).
Es también muy común que la radiación ambiental y la luz directa del sol, tenga en
algunos casos un efecto sobre el complejo coloreado, induciendo su
descomposición; pues puede suceder que la molécula se desestabilice al absorber
lo que podríamos llamar radiación de fondo, debido a reacciones fotoquímicas (Ruiz,
1997).
Entre las consideraciones más importantes que se deben tener en cuenta para la
aplicación de un método colorimétrico están: estabilidad del complejo formado;
reproducibilidad de los resultados bajo unas condiciones perfectamente definidas;
tiempos cortos de formación de la especie absorbente; y que el sistema obedezca a
la ley de Beer (Ruiz, 1997).
Es necesario que los reactivos usados para extraer los cationes disturben tan poco
como sea posible la condición natural del suelo ya que se debe minimizar cualquier
cambio en la función de los componentes del suelo si se quiere tener
determinaciones reales de su composición catiónica. No siempre se pueden evitar
los efectos de la concentración de sales sobre la carga eléctrica del suelo, porque
para efectos prácticos metodológicos se requiere una concentración de sales lo
suficientemente para desplazar eficientemente los cationes del suelo. En el caso de
los suelos con carga dependiente del pH se pueden evitar los efectos del pH de la
solución no se deben usar reactivos ácidos, alcalinos o amortiguados. En estos
suelos al alterar el pH del suelo se puede cambiar la carga de algunos materiales
susceptibles a ello, principalmente la materia orgánica y de los óxidos de hierro,
causando una redistribución de cationes entre los sitios de intercambio y de
adsorción. Adicionalmente, se sabe que la complejación y formación de iónes
pareados aumenta fuertemente al aumentar el pH (García, 2001).
Los extractantes ácidos (H2SO4, HCL), extraen más P ligado al Ca y apenas las
partes más solubles del P ligado al Fe y Al. En suelos ricos en óxidos de Fe y Al el
producto final de la reacción de los fosfatos solubles de los abonamientos son los
fosfatos de Fe y Al. León y Arragoces (1987) y Chien y Hammond (1978), citados
por León (1994), manifiestan que el método Bray II, cuando se ha trabajado con
fertilizantes naturales tales como las rocas fosfóricas, disuelve los fosfatos
naturales, por usar un ácido fuerte (Cl 0,1N), sobrestimando los valores de P
disponible del suelo.
Otro de los problemas que presentan los extractores ácidos son los resultados muy
bajos en los suelos arcillosos que han sido abonados con P, en los cuales los
cultivos dan buenas producciones y responden muy poco a la fertilización fosfatada
(León, 1994).
El método analítico que más se utiliza para cuantificar el fósforo extraído por los
diferentes métodos, es el método del Azul de molibdeno con el ácido ascórbico
como reductor. Es un método con un coeficiente de extinción molar muy alto,
característica que le confiere un alto índice de detección. Murphy y Raley (1962,
citados por Zapata, 1997), hicieron un estudio sobre las condiciones analíticas de
este método y encontraron que el pH y otros iónes interfieren en el desarrollo de
color. Esta situación se debe tener en cuenta cuando se tome la alícuota de la
solución extractora en la cuantificación del fósforo. Con el método Bray la situación
es de cuidado, ya que el fluoruro es uno de los iónes que más interfiere en el
desarrollo del color (Zapata, 1997).
De lo anterior se puede observar que son tres las situaciones que cambian el
ambiente químico del suelo en la determinación de la CIC: 1) un pH mayor que el
del suelo. 2) una alta concentración y 3) un cambio de solvente, se pasa de agua a
alcohol. Tres situaciones que pueden influir en la magnitud de la CIC dependiendo
del tipo de carga del coloide (Zapata, 1997).
La sobre estimación de la CIC del suelo trae como consecuencia que la saturación
de bases calculada no represente la situación real del suelo. Se tiene saturaciones
de bases muy bajas para pHs altos. Una forma de obviar este inconveniente se ha
buscado calculando la CICE, que se define como la suma de los catiónes básicos y
ácidos (Al+2, Ca+2, Mg+2, K+, Na+). En este caso, la saturación de bases calculada es
más alta y coincide mejor con el pH del suelo. En la determinación de la CICE, los
cationes básicos se extraen con acetato de amonio 1M pH 7 y el catión ácido con
KCl 1M. En algunas situaciones como se mencionó anteriormente, la soluciones
extractoras (acetato de amonio y KCl) remueven formas que no son
intercambiables, hecho que influiría en la determinación de la CICE,
sobrestimandola igualmente (Zapata, 1996, 1997).
En países como Venezuela se utiliza Acetato de sodio 1M a pH 8,2 por ser más
amortiguado y producir menos efectos sobre las muestras. En Australia y Francia se
usa el cloruro de amonio para suelos calcáreos, alcalinos y salinos (Tucker, 1985,
citado por García, 2002).
CONCLUSIONES
Los suelos alcalinos presentan dificultades para el manejo tanto en el campo como
en el laboratorio cuando se pretende diagnosticar sus condiciones de fertilidad. Las
metodologías de laboratorio adolecen de dificultades originadas en la baja
capacidad de amortiguación de las soluciones usadas, en la presencia de
precipitados de carbonatos de calcio y/o magnesio que hacen sobrestimar los
resultados, en el desconocimiento de la físico - química de los suelos y de las
propiedades y procesos que tienen lugar en ellos. Por ello es necesario evaluar
nuevas metodologías que permitan hacer un diagnóstico más acertado de la
fertilidad del suelo.
BIBLIOGRAFIA
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